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Desde épocas antiguas, el ser humano ha querido descifrar los misterios del universo a extensas de

cualquier cosa, tanta ha sido la necesidad de tener el control de las leyes de la naturaleza y sus
componentes que lo ha llevado a construir obras magníficas para salir a explorar más allá de los que
comúnmente nos rodea y explotar en su totalidad nuestro cerebro para descubrir nuevas fórmulas y
mediciones que nos permitan un mejor análisis y teorías por poco exactas. Posiblemente una de los
enigmas más grandes que se ha planteado el hombre es si verdaderamente se puede viajar a través del
tiempo, y de esta pregunta han surgido diversos planteamientos e igualmente se generan más
cuestionamientos: ¿Es el tiempo únicamente una magnitud física o una cuarta dimensión? ¿Es posible
modificar los hechos del pasado sin que el tiempo presente se altere? ¿Se puede viajar tanto al pasado
como al futuro? ¿Tiene la gravedad o la velocidad alguna influencia con respecto al tiempo?

Precedentemente del siglo XX, unos de los personajes más reconocidos que lograron aportar a la física
grandes descubrimientos fueron Isaac Newton, Galileo Galilei y Maxwell. Estos físicos, astrónomos y
matemáticos obtuvieron conclusiones sobre los principios de la fuerza de gravedad, del movimiento
planetario, la relatividad, electromagnetismo, entre otras. Estas contribuciones (a pesar de que no todas
fueran del todo acertadas), ayudaron a un gran científico presente en el siglo XX, Albert Einstein, a
desarrollar una teoría gravitacional conocida como la relatividad especial, la cual dice que el paso del
tiempo depende de la velocidad a la que se traslade un cuerpo y, posteriormente creó la relatividad
general, aquella induce una profunda relación entre la gravedad y la curvatura del espacio-tiempo. Gracias
a esta teoría hoy en día se puede responder a las preguntas hechas previamente; sin embargo, se
responderán estas por medio de una sola hipótesis: ¿Es posible viajar a través del tiempo?

Aunque aún no se haya experimentado en la vida real, sí es posible viajar a través del tiempo. Pero, ¿cómo
es posible afirmar esta situación si aún no se ha podido realizar? Primero, hay que tener en cuenta que
existe el tiempo pasado y el tiempo futuro, este primero resulta más complejo de realizar el otro debido
a que viajar hacia atrás en el tiempo resulta muy riesgoso y genera diversas parábolas, una de las más
conocidas es la parábola del abuelo, la cual dice que si un hombre decide viajar al pasado y matar a su
abuelo antes de que conociera a su prometida y concibieran, no hubieran nacido los padres del viajero,
por tanto, tampoco él, entonces no podría viajar en el tiempo, y por consiguiente tampoco hubiera podido
asesinar a su abuelo, pero como no pudo matarlo, el viajero sí fue concebido, siendo así, si podría realizar
el viaje en el tiempo, y así indefinidamente se crea una cadena sin sentido, aunque algunos físicos indican
que si el viajero mata a su abuelo, no nacería en un universo, pero sí en otro paralelo. Otras ideas que se
tienen para realizar tal viaje son los agujeros negros, los agujeros de gusano, cuerdas cósmicas, máquinas
del tiempo, etc. Ninguna de estas opciones ha podido ser ensayada, no obstante, siguen siendo tema de
investigación y posibles alternativas para realizar saltos en el tiempo.

Los viajes al futuro (a pesar de que siguen siendo complejos y muy costosos) resultan ser más sencillos
de experimentar gracias a Einstein y sus teorías frente al espacio, el tiempo, la aceleración, la gravedad,
la energía y la velocidad de la luz, las cuales debemos tener principalmente en cuenta para poder
entender estos viajes. Según la relatividad especial, “todas las leyes de la física son válidas para todos los
sistemas inerciales. De igual manera, la velocidad de la luz en el vacío es igual para todos los
observadores y tiene el valor de 299.792,458 km/s, independientemente del estado de movimiento de
la fuente.” (Janssen, 2013, pág. 51).

Einstein planteó que para poder viajar a través del tiempo se tenía que ir a velocidades mayores o
iguales a velocidad de la luz, algo que se consideraba imposible, ya que se necesitaba una nave lo
suficientemente potente y espaciosa para que esto pueda suceder debido a que se necesitarían
toneladas de combustible para poder alcanzar esta velocidad en un periodo constante ya que a medida
que aumenta la masa de la nave, se gasta más energía, y por consiguiente, se va aumentando la
necesidad de consumir cada vez más combustible. Sin embargo, algunos viajes se han acercado a
velocidades muy cercanas a la de la luz, con mínimas diferencias, pero es aquella diferencia la que ha
impedido afirmar con totalidad todas las premisas propuestas por Einstein. Lo que se ha podido
comprobar hasta el momento es que viajar a estas velocidades se pueden ocasionar dilataciones del
tiempo, la cuales se refieren a que un intervalo de tiempo medido por un reloj en movimiento (con
velocidades cercanas a la velocidad de la luz) es mayor que el de un reloj que se encuentra en estado
estático. Este fenómeno es completamente simétrico pues cada uno de los observadores verá el reloj
del otro a una velocidad menor. Basándose en que la velocidad de la luz es constante, se postuló
que dos observadores que viajan a velocidades distintas ven un mismo rayo de luz desplazándose a la
misma velocidad, independientemente de la velocidad propia. Esto sólo puede ocurrir si cada
observador percibe el transcurso del tiempo de manera distinta. Efectos como estos también ocurren
gracias a la curvatura del espacio (el espacio se curva en mayor medida alrededor de los objetos de
mayor tamaño) ya que en la superficie terrestre esta es mayor que en la estratósfera debido a la masa y
fuerza gravedad en la que se presentan.

En una escena de la película dirigida por Christopher Nolan, Interstellar, se evidencia que los astronautas
que viajan al planeta que da vueltas en torno a un agujero negro están sometidos a una alteración de
espacio-tiempo mucho mayor que la del personaje que se queda esperando en el satélite, esta
distorsión provoca que el ritmo del tiempo pase extremadamente despacio en comparación con el
hombre que se queda en la órbita (Por cada siete años que transcurrían en la órbita, tan solo pasaba una
hora alrededor del agujero negro). Por eso, cuando todos se vuelven a reunir, aquellos que viajaron al
otro planeta no han envejecido tanto como el astronauta que se quedó esperando en el satélite. Esto se
debe a que los agujeros negros producen una cantidad masiva de dilatación del tiempo gracias a su
fuerza gravitacional.

A pesar de los grandes avances que se han hecho en la ciencia y la tecnología, el ser humano aún no está
del todo preparado para someterse a enfrentamientos severos con el universo y sus enigmas. Empero,
no estamos tan lejos de lograr descifrar cómo transportarnos en el tiempo, sólo se requiere la
maquinaria adecuada para poder igualarnos la velocidad de la luz y así poder continuar con más
investigaciones sobre dimensiones no descubiertas, universos paralelos, líneas temporales infinitas,
entre otras.

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