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JUAN 2, 1-12 Las Bodas de Caná

María en el Nuevo Testamento.


En Caná, Jesús comienza sus milagros y sus signos eficaces para la salvación
de todos los hombres. Los mismos discípulos comenzaron a creer en Jesús
desde ese día.

Juan significa: "Dios es misericordioso". Este apóstol tuvo la inmensa


dicha de ser el discípulo más amado por Jesús. Y se ha hecho muy
famoso por haber compuesto el cuarto evangelio.

Evangelio de San Juan. Capítulo 2, versículos 1 al 12

1 Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la


madre de Jesús estaba allí.
2 Jesús también fue invitado con sus discípulos.
3 Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino».
4 Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora
no ha llegado todavía».
5 Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga».
6 Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación
de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.
7 Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las
llenaron hasta el borde.
8 «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete».
Así lo hicieron.
9 El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su o
rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó
al esposo 10 y les dijo: «Siempre se sirve primero el bu en vino y
cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en
cambio, has guardado el buen vino hasta este momento».
11 Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de
Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de esto, descendió a Cafarnaúm con su madre, sus
hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí unos pocos días.
Mt 9, 27-31: Jesús cura a dos ciegos

Texto Bíblico
27Cuando Jesús salía de Carfanaúm, dos ciegos lo seguían gritando: «Ten
compasión de nosotros, hijo de David». 28 Al llegar a la casa se le acercaron los
ciegos y Jesús les dijo: «¿Creéis que puedo hacerlo?». Contestaron: «Sí,
Señor». 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: «Que os suceda conforme a
vuestra fe». 30 Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:
«¡Cuidado con que lo sepa alguien!». 31 Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda
la comarca.

Sagrada Biblia, Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española (2012)

Hechos 2:43-47

La vida de los primeros cristianos


43 Sobrevino temor a toda persona, y muchas maravillas y señales eran
hechas por los apóstoles. 44 Todos los que habían creído estaban juntos y
tenían en común todas las cosas: 45 vendían sus propiedades y sus
bienes y lo repartían a todos según la necesidad de cada
uno. 46 Perseveraban unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan
en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando
a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a
la iglesia los que habían de ser salvos.
Juan 4:1-42

Jesús y la mujer samaritana


4 1. Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir:
Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan
2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
3 salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea.
4 Y le era necesario pasar por Samaria.
5Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad
que Jacob dio a su hijo José.
6Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se
sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
7Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de
beber.
8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
9La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de
beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se
tratan entre sí.

Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el


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que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.

La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo.


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¿De dónde, pues, tienes el agua viva?

¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo,
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del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?

Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua,


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volverá a tener sed;


mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino
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que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para
vida eterna.

La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni
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venga aquí a sacarla.


16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.

Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has


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dicho: No tengo marido;

porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu


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marido; esto has dicho con verdad.


19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.

Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en


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Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.

Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este


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monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.

Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos;


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porque la salvación viene de los judíos.


23Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre
tales adoradores busca que le adoren.

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es


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necesario que adoren.

Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo;


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cuando él venga nos declarará todas las cosas.


26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.

En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con


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una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas
con ella?

Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los


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hombres:
Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No
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será éste el Cristo?


30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
32 El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.

Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien
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de comer?

Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y
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que acabe su obra.

¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega?
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He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya


están blancos para la siega.

Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que
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el que siembra goce juntamente con el que siega.

Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es


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el que siega.

Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron,


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y vosotros habéis entrado en sus labores.

Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la


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palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que


he hecho.

Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con


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ellos; y se quedó allí dos días.


41 Y creyeron muchos más por la palabra de él,

y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque


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nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el


Salvador del mundo, el Cristo.
LAS BODA DE CANÁ

En un pueblo llamado Caná de galilea se iba a realizar una boda, al cual fueron invitados Jesús, sus
discípulos y María. Las fiestas duraban varios días para agasajar a los novios. Se les presento un
problema que el vino se les acabo. María se acordó que su hijo vino a este mundo con un
propósito y le dijo: hijo se les acabó el vino. Entonces María les dijo a los sirvientes hagan lo que
Jesús le diga. Jesús les dijo llenen 6 tinajas de agua y así lo hicieron, Jesús coloco las manos sobre
las tinajas y ya no era agua sino vino. Todos decían Ocurrió un Milagro.

Y gracias a lo que hizo Jesús de convertir el agua en vino la fiesta pudo continuar. Se dice que este
fue el primer milagro de jesus.

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