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Son las palabras con las que designamos a las personas, animales, cosas, ideas, sentimientos y
sensaciones. Ej: niño, gato, plato, esperanza, amor, frío.
Clasificación:
Desde el aspecto morfológico: los sustantivos se caracterizan por la capacidad de combinarse con
ciertos morfemas sufijos que señalan: género (masculino y femenino) y número (plural y singular)
Desde el aspecto semántico: los sustantivos se clasifican en común, propio, concreto, abstracto,
individual y colectivo.
Definición: Del latín adjicio (añadir) / El adjetivo es la palabra que acompaña al sustantivo para determinarlo y
decir algo de él (situación, cantidad), o para calificarlo (añadirle alguna cualidad).
Clasificación morfológica:
Los adjetivos tienen los morfemas de género (femenino y masculino) y número (singular y plural) igual que los
sustantivos.
Clasificación semántica
1. Calificativos – Amplía el significado del sustantivo expresando alguna característica del mismo. / Ejemplos:
fuerte, mala, bueno, suave, etc.
2. Numerales – Hacen referencia a la cantidad o al orden de forma clara y precisa. / se pueden clasificar en:
cardinales (uno, dos, cien), ordinales (Primero, segundo), partitivos (media, medio), múltiplos (Doble,
cuádruple) y distributivos (cada, ambos)
3. Gentilicios – Indican nacionalidad, origen o procedencia. / Ejemplos: italiano, austríaco, esquelense,
bonaerense, etc.
4. Indefinidos - Hacen referencia a la cantidad de objetos que se nombran pero sin precisar con exactitud. /
Ejemplos: algunos, mucho, poco, todo, alguien, cierto, algún, etc.
El verbo expresa los "accidentes" que le ocurren al sujeto. Es la forma que tenemos de contemplar la
realidad con respecto al tiempo. De otra forma podríamos decir que el verbo expresa acciones,
procesos o estados respecto a un sujeto, situándolas siempre en el tiempo.
Desde el aspecto morfológico: El verbo posee los siguientes morfemas: persona, número, tiempo,
aspecto y modo.
1) La persona y el número: No son dos morfemas característicos del verbo. Dependen del sujeto, que
impone el número y la persona al verbo. Por ello decimos que el sujeto y el verbo concuerdan en
número y persona. Recordamos que sólo hay tres personas:
• Primera: el que habla.
• Segunda: el que escucha.
• Tercera: aquel/la o aquello de lo que se habla.
2) El tiempo: Existen, lingüísticamente, tres tiempos: pretérito o pasado, presente y futuro.
3) El modo: El modo expresa la intención del hablante al comunicar una acción.
Modo indicativo: expresa la acción como un hecho posible y real, como una afirmación.
Modo potencial: expresa la acción como posibilidad que depende de una acción.
Modo subjuntivo: expresa la acción como un deseo
Modo imperativo: expresa la acción en forma de orden, ruego o mandato.
4) El aspecto: El aspecto expresa el tiempo interno de la acción.
Perfecto: si la acción se encuentra acabada
Imperfecto: si la acción se percibe como una continuidad.
El adverbio es una palabra invariable. Desde el punto de vista sintáctico modifica al verbo, al adjetivo
o a otro adverbio. Se clasifican de la siguiente manera:
Adverbios de tiempo: ayer, hoy, antes, después, mientras, pronto, tarde, temprano.
Adverbios de lugar: encima, debajo, delante, detrás, dentro, fuera, cerca, lejos.
Adverbios de cantidad: mucho, poco, bastante, apenas, demasiado, casi, más, menos.
Adverbios de afirmación: sí, ciertamente, necesariamente.
Adverbios de negación: no, ni, nunca, jamás, tampoco.
Adverbios de duda: acaso, quizá, tal vez.
Son las palabras que señalan o representan a personas u objetos, o remiten a hechos ya conocidos por
el hablante y el oyente. Podríamos decir que son palabras que sustituyen a los nombres.
Clasificación:
1. Personales: yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos, ella, me, mí.
2. Numerales: uno, dos, primero, segundo, quíntuplo, doble, etc.
3. Demostrativos: este, esa, aquel, aquella, éstas.
4. Interrogativos: ¿qué?, ¿cuántos?, ¿por qué? (expresan preguntas a la vez que señalan
nombres)
5. Posesivos: mío, nuestro, tuyo, suyo,
6. Exclamativos: ¡qué!, ¡cuánto! (expresan exclamaciones a la vez que hacen referencia a
nombres)
7. Indefinidos: varios, muchos, algo, nada, poco, alguien, alguno, una.
8. Relativos: que, el cual, quien, quienes, cuya, cuyo,
Tradicionalmente, la gramática del español la ha definido como la parte invariable de la oración que
une palabras denotando la relación que tienen entre sí.
Características:
Son elementos relacionantes; es decir, que ponen en relación una palabra con otra: la casa de
Pedro.
Son invariables: no tienen género, número... Es decir, no llevan desinencias: La casa de los
primos.
Subordinan nombres: El libro de lengua, pronombres (saldré contigo), oraciones con verbos en
forma no personal (digna de ser amada), complementos (directo: amo a Luisa; indirecto: le
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regalé un libro a Teresa; circunstancial: Miraba el libro con atención; determinativo: entrada
con descuento).
Subordinan proposiciones sustantivas: La idea de que viniera conmigo me emocionaba.
a, ante, bajo, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin,
sobre, tras.
Seguramente en la lista que aprendiste en la escuela se incluían cabe y so. Cabe se ha sustituido por
junto: está cabe la puerta; está junto a la puerta. En lugar de so se utiliza bajo: está so la mesa; está
bajo la mesa.
También existen preposiciones que no se encuentran en la lista anterior. Son preposiciones nuevas.
Helas aquí:
La preposición SEGÚN: es la única tónica y la única que puede combinarse con un verbo: según
fuentes oficiales; se iban sentando según iban llegando; según el profesor...
También se llaman locuciones prepositivas; están constituidas por dos o más palabras que forman un
conjunto indivisible.
Estas locuciones prepositivas pueden sustituirse por una preposición. Ejemplo: se suspendió la carrera
a causa de la lluvia: se suspendió la carrera por la lluvia.
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bajo debajo de El cuaderno está bajo el libro
ante delante de Se colocó ante el jefe
Como sabemos, los adjetivos acompañan a los nombres: mesa grande, libro interesante... La
construcción de algunas preposiciones con adjetivo es muy corriente; no debemos olvidar que es
incorrecta. Ejemplos:
El artículo (el, la, los, las) es el determinante que más se usa y se antepone al sustantivo al que
acompaña. Transforma en sustantivo cualquier elemento al que preceda: el dormir, la roja.
Desde la perspectiva de Barrenechea, y dado que ella está tratando de identificar las clases de palabras
desde el punto de vista sintáctico, vemos que, dada su única función de modificador directo del
sustantivo, el artículo no es otra cosa que un adjetivo.
Desde una perspectiva morfológica, en cambio, el artículo aparece como una categoría independiente,
cuyo análisis sigue, básicamente, los mismos criterios que se siguen para analizar a sustantivos y
adjetivos.
Criterio morfológico
En cuanto al número, el artículo presenta flexiones de singular en los tres géneros, pero sólo presenta
flexiones de plural en masculino y femenino: el artículo neutro “lo” es invariable en número, lo cual se
debe a que su función es la de sustantivar adjetivos dándoles un sentido abstracto.
En principio, el artículo puede presentar tres tipos de morfemas: masculino, femenino y neutro. Si
ponemos esto a la luz de lo analizado hasta ahora respecto del sustantivo y el adjetivo, veremos que el
artículo es la única clase de palabra para la cual la existencia del género neutro no está puesta en duda.
Recordemos que, respecto al sustantivo, algunos autores afirman que no posee este género, salvo
cuando se trata de adjetivos sustantivados como “lo bueno”, en cuyo caso es precisamente la presencia
del artículo la que determina no sólo el género, sino incluso la categoría: no es lo mismo decir “Me
gusta lo bueno de Juan” que “Me gusta el bueno de Juan”.
Otro punto a tener en cuenta respecto de las peculiaridades del género de los artículos es el hecho de
que, por razones fonéticas, el artículo determinado “el” acompaña a los sustantivos femeninos que
comienzan por “a-” y “ha-” tónicas (el águila, el hacha, etc.), por lo cual, en los casos en que exista
duda acerca del género de un sustantivo con estas características, no se debe tomar al artículo como
referencia genérica, sino que se debe agregar un adjetivo que ayude a la identificación: el agua turbia.
Un último punto a considerar respecto de la morfología del artículo es el de las contracciones “al” y
“del”: se trata de una unión, por motivos fonéticos y de economía lingüística, de las preposiciones “a”
y “de” con el artículo determinado masculino.
Criterio semántico
Criterio sintáctico
Ahora bien, esta función se presenta en el artículo con una particularidad. Como vimos anteriormente,
la presencia del artículo puede modificar la categoría de un adjetivo para transformarlo en un
sustantivo. Esta peculiaridad se da no sólo respecto al adjetivo: el artículo tiene la propiedad de
producir la sustantivación de cualquier palabra o construcción que no pertenezca a la categoría de
sustantivo: adjetivos (“Esto es lo lindo de vivir”), infinitivos (“Son las cosas del querer”), adverbios
(“Con lo poco que hay no alcanza”), preposiciones (“Es un contra”), conjunciones (“No entiendo el
por qué de tus palabras”), etc. (“El de plástico es peor”, “No me vengas con el ‘yo no fui’ de
siempre”).
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Las conjunciones son palabras invariables que unen a otras palabras o proposiciones (oraciones
simples), haciendo que toda la oración adquiera un sentido completo.
Sirven como nexo de unión en las oraciones compuestas.
Conjunciones coordinantes
Conjunciones subordinadas
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Clase de palabra: INTERJECCIONES
Suelen ser palabras o frases cortas y se emplean principalmente en el lenguaje oral, y en el escrito que
reproduce el lenguaje oral, muchas veces como expresión expletiva de desahogo o explosiones de
emotividad, a menudo de modo casi reflejo. Pueden formar sintagmas enteros interjectivos por su
núcleo (¡Caramba!; ¡Ay de mí!; ¡Ojalá!) o bien ser otro tipo de sintagmas más o menos
gramaticalizados como interjecciones (¡Por Dios!) Estructuralmente, se clasifican en su mayor parte
como un tipo de oración unimembre averbal de carácter interjectivo. Esto porque sólo posee un
término (a saber, la palabra o frase corta que existe) y carece de un verbo conjugado.
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¡Ay! Sirve para expresar dolor. Es una interjección que puede ser seguida de una expresión
confirmatoria, por lo que cabe integrarla en una oración; pero como las interjecciones forman una
unidad en su entonación oral, se separa con una coma: ¡Ay, cómo me duele!
¡Bah! Sirve para expresar desprecio, desinterés.
¡Buah! Sirve para expresar asombro, incredulidad o sorpresa.
¡Guau! Sirve para expresar asombro o admiración.
¡Guay! Sirve para expresar advertencia/amenaza o fascinación/admiración, según el geolecto:
¡Guay, que se nos vienen encima! o ¡Guay, nos vamos de excursión!
¡Eh! Sirve para expresar rechazo, desaprobación de lo excesivo, sorpresa.
¿Eh? Siendo una forma interrogativa, expresa duda de haber comprendido lo oído, o una solicitud
de que se repita algo que no fue atentamente escuchado; y también se emplea en el contexto de un
discurso, como una suerte de consulta acerca de si se ha comprendido lo expresado, o si se está de
acuerdo con ello. Es una de las pocas interjecciones que eventualmente pueden intercalarse en una
oración, con ese sentido:
Interjecciones impropias
Interjecciones de expresión
Interjecciones de expresión — que son locuciones usuales, las que son empleadas igualmente como
interjecciones: ¡Mi madre!; ¡Dios santo!; ¡Ay de mí! Las interjecciones presentan algunas
peculiaridades en su empleo idiomático:
Generalmente se emplean en forma aislada, como una expresión de entonación independiente; pero
cuando se incorporan en una oración lo común es que aparezcan al principio: ¡Ay!; ¡Qué dolor!
Cuando se insertan en una oración quedan estrictamente fuera de su secuencia, como si fueran un
paréntesis: Lloró la niña, ¡ay!, ¡cómo sufría!
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Algunas se unen frecuentemente a los nombres propios, en la forma de los vocativos o expresiones que
se emplean para llamar o atraer la atención: ¡Eh, Ernesto!
También se unen a diversas clases de partículas, en diversas expresiones exclamativas: ¡Ay del que se
anime a contrariarlo! ¡Guay con los que se le acerquen!
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