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COCINAS SOLARES

Las cocinas solares sirven para cocinar alimentos valiéndose únicamente de los rayos del sol.

Hay dos maneras de utilizar la energía solar para cocinar: la concentración y la acumulación.
Para cocinar alimentos con las cocinas solares no se necesita temperaturas tan altas como con las cocinas
convencionales. Con temperaturas más bajas y mayores tiempos de cocción se consigue el mismo resultado. Las
cocinas solares se utilizan para aumentar la cantidad de calor que reciben los alimentos.

Entre los tipos de cocinas destacamos:

· Cocinas de acumulación u hornos solares | Es una caja aislada con un vidrio para realizar el efecto
invernadero. El calor se acumula en el interior, donde se coloca la cazuela negra.
Para acumular el calor en este tipo de hornos solares:

1. El recipiente que contiene la comida y la chapa metálica del fondo del horno deben ser negros para
absorber mejor el calor.
2. Hay que aislar los laterales y el fondo de la caja para evitar que se pierda calor. Se puede usar corcho,
papel de periódico o fibra de coco. También se coloca papel de aluminio la luz en las paredes y fondo
del horno, para reflejar. También se puede poner un doble vidrio para mejorar el aislamiento.

En este tipo de hornos la temperatura sube poco a poco. La cocción es lenta , pero no hace falta atenderlo
continuamente porque no existe riesgo de que se quemen los alimentos. Se puede cocinar en días seminublados,
aunque las mayores temperaturas se alcanzan en días despejados (hasta 180ºC)

· Cocinas de concentración | Reflejan toda la luz que llega a una gran superficie hacia la cazuela o sartén. Así
se consiguen altas temperaturas en poco tiempo y se puede incluso freír como en las cocinas convencionales.

No funcionan cuando el cielo está nublado. Como el sol se mueve hay que reorientar la cocina hacia el sol cada
20 minutos (algunos modelos tienen sistemas automáticos de orientación).
El método típico de concentrar los rayos del sol en la cazuela es usar chapas reflectoras colocadas formando una
parábola (al estilo de las antenas de TV por satélite).

· Cocinas mixtas | La mayoría de las cocinas solares que se utilizan son una mezcla de los dos tipos de cocinas
anteriores. Para ello, a las cocinas de acumulación se les coloca al menos un reflector. Otra forma de obtenerlas
es con las cocinas de concentración. Para ello se introduce el recipiente que contiene el alimento en otro
acristalado o bien en una bolsa de plástico transparente.

· Radiación solar |

El Sol emite energía en forma de radiación electromagnética. Este fenómeno consiste en despedir energía en
forma de ondas electromagnéticas llamadas “rayos solares”.

Los rayos solares salen del Sol y llegan a la Tierra atravesando la atmósfera terrestre. En su paso a través de la
atmósfera parte de los rayos chocan con diferentes obstáculos: nubes, pequeñas partículas, etc. Estos choques
desvían los rayos y los debilitan. Así se puede hablar de dos tipos de radiación solar al nivel de la superficie
terrestre: radiación directa y radiación difusa.

La radiación directa está formada por los rayos solares que no han sufrido choque alguno y por tanto traen la
dirección Sol-Tierra. Son rayos muy energéticos. Esta radiación es la responsable de las sombras y como su
dirección es conocida se puede seguir, redirigir y/o concentrar con espejos y/o lentes respectivamente (por
ejemplo una lupa).
La radiación difusa está formada por los rayos que han chocado con los diferentes “obstáculos” y por ello no
traen una dirección definida. Son rayos poco energéticos. Al contrario que la radiación directa ni produce
sombra ni se puede seguir, redirigir ni concentrar.

Figura 1. Radiación directa y difusa

En los días despejados hay más radiación directa que difusa y en los días nublados ocurre lo contrario.

Cada día el Sol describe una trayectoria en el cielo de Este a Oeste pasando justo por el Sur cuando está en su
punto más alto. A lo largo del año esas trayectorias varían de manera que en los días de verano el Sol está más
alto que en los días de invierno. Por esta razón en invierno los rayos de la radiación directa llegan poco
inclinados respecto de la horizontal mientras que en verano lo hacen muy inclinados. La inclinación de los rayos
y la energía recibida están relacionadas. Así, cuanto más cercano a 90º sea el ángulo entre el rayo solar y la
superficie que recibe la radiación (perpendiculares entre sí), más energía recibe esta última. Por lo tanto una
superficie horizontal recibe más energía en verano que en invierno.

Figura 2. Diferentes trayectorias del Sol a lo largo del año en el Hemisferio Norte
Figura 3. Diferente inclinación de los rayos directos en invierno y verano

· Efecto Invernadero |

Algunos materiales como el vidrio y ciertos plásticos poseen la peculiaridad de ser “ transparentes ” a la
radiación de onda corta (como la emitida por el Sol) y por contra ser “ opacos ” a la radiación de onda larga
(la que emite cualquier objeto a una temperatura moderada). Ésta es la base del fenómeno conocido como efecto
invernadero: En un invernadero las paredes de cristal permiten el paso de los rayos procedentes del Sol. Estos
rayos llegan al suelo del invernadero y se transforman en calor, el cual es emitido en forma de radiación de onda
larga. Esta radiación ya no puede escapar del invernadero consiguiendo que su interior se mantenga caliente.

· Influencia del color |

El color de los objetos y la forma en que éstos absorben la radiación solar está muy relacionado. Así, un objeto
de color verde lo vemos de ese color porque de la luz solar que le llega (recordemos que la luz natural se
descompone en los colores del arco iris) absorbe todos los colores menos el verde, que es reflejado, llegando a
nuestros ojos.

Existen dos colores con dos comportamientos extremos: el blanco y el negro:

• Un objeto blanco no absorbe color alguno sino que refleja todos.


• Un objeto negro absorbe todos los colores y por tanto no refleja ninguno.

Por esta razón si se colocan dos objetos iguales al Sol, siendo uno blanco y otro negro, el negro siempre se
calentará mucho más que el blanco por absorber toda la radiación solar y por tanto la energía que trae ésta.

· La concentración de la radiación solar |

La concentración consiste en colectar la radiación solar que llega a un área determinada (área de captación) para
redirigirla a un área más pequeña (área de absorción). De esta manera conseguimos más energía y por tanto
más temperatura para cocinar que en el caso de que no concentremos.

El concentrador es el elemento encargado de concentrar. Éste debe tener dos características principales: una
geometría adecuada para redirigir los rayos y estar hecho de un material muy reflectivo (que los rayos solares
que le lleguen se reflejen en su mayor parte).

El ejemplo más destacado de geometría adecuada para concentrar es la parábola . La parábola es una curva
plana cuya propiedad es la de hacer pasar por un punto (llamado foco) a todas las rectas (los rayos solares en
nuestro caso) que vienen paralelas a una determinada dirección. Si se hace coincidir la dirección de la parábola
con la de los rayos solares entonces estaríamos concentrando en el foco.
Las cocinas solares se basan en dos fundamentos físicos para lograr altas temperaturas: la acumulación y la
concentración

ACUMULACIÓN | Consiste en utilizar el efecto invernadero para lograr nuestro propósito. Para ello
utilizaremos vidrio o plásticos transparentes. Estos materiales permiten la entrada de luz en el interior y evitan
la salida de calor. También podemos aislar la cocina para evitar que se pierda calor. Gracias a esta acumulación,
podemos lograr temperaturas de hasta 200ºC

CONCENTRACIÓN | Consiste en utilizar una superficie reflectante, con forma similar a las antenas
parabólicas, que dirige toda la luz a una zona. Gracias a este efecto, podemos alcanzar temperaturas de hasta
400ºC en esa zona.

Ventajas de las cocinas solares:

No produce CO2, ahorrando 3,6 tn/año por cada cocina de leña sustituida.
Bajo coste de fabricación y mantenimiento con materiales del lugar.
Fácil fabricación casera o en pequeños talleres locales reforzando la economía del lugar.
No necesita combustible o electricidad.
Muy sencillo de usar.
Muchos modelos son fáciles de transportar.

Inconvenientes de las cocinas solares:

El rendimiento disminuye mucho si el día está nublado.


Imposibilidad de cocinar por la noche, aunque existen formas de mantener caliente la comida durante horas.
La cocina por concentración solar necesita reorientarse cada poco tiempo. En cambio, la de acumulación
solar requiere menos atención.
Hay que tener cuidado a la hora de manejar la cocina por concentración, ya que el reflejo puede dañar la
vista. Para evitarlo, basta utilizar unas gafas de sol.

Para preparar cualquiera de las recetas que os proponemos recordad que es necesario manipular las
ollas o recipientes de vidrio con manoplas de protección y que en el caso de que lo hagáis con una cocina
parabólica K es preciso que tengáis en cuenta todas las normas de seguridad que vienen incluidas con las
instrucciones de la misma.

Manzanas al horno con pasas y miel | Extraemos el corazón de las manzanas y en su interior colocamos un
poco de miel con pasas al mismo tiempo que las regamos todas con miel. Las colocamos dentro de la olla y al
final podemos dejar evaporar un poco el caldo que dejan. El tiempo de cocción puede ser de un máximo de 1,30
h.

Pizza cuatro estaciones | Preparamos la pasta de la pizza con harina, agua, sal y un poco de aceite. Una vez
está fina, colocamos todos los ingredientes que queramos (champiñones, jamón dulce, verduras, olivas)
mezclado con la salsa de tomate y todo recubierto de queso. La cocción puede durar unas 3 horas.

Arroz de verduras | Para cocer arroz colocaremos la olla donde haremos hervir el arroz dentro del horno
acompañada de un bool. con el arroz crudo para que éste se caliente. El volumen de agua con las verduras
incluidas debe ser el doble del volumen del arroz. Cuando el agua alcance los 80 ºC tiramos el arroz
precalentado dentro de la olla y ya sólo cabe esperar que quede a nuestro gusto y se haya bebido todo el líquido.
La ventaja es que no hay peligro de que se queme ni de que se enganche al fondo de la olla. En caso de que
tengamos que añadir agua, porque no hemos calculado bien la proporción, siempre ha de ser caliente. Entre una
hora y media y dos horas estará listo para servir.

Espaguetis con salsa de setas | Procedemos como si quisiéramos cocer arroz. Esta receta está pensada para una
cocina solar parabólica. En primer lugar colocaremos un poco de aceite en el fondo del recipiente. Cuando esté
caliente añadiremos los champiñones cortados acompañados de un poco de beicon y, cuando comiencen a estar
dorados, le añadiremos la crema de leche. Una vez la crema de leche se haya espesado y esté a nuestro gusto, la
retiramos de la cocina. A continuación, ponemos una olla de agua con unas gotas de aceite y sal. Cuando esté
hirviendo, le agregaremos la pasta (en caso de que lo hagamos con una cocina de caja la pasta la habremos
precalentado). Cuando la tengamos a nuestro gusto colamos el caldo y echamos el relleno que podemos haber
dejado dentro de un cesto aislante. Si no, lo mezclamos bien con la pasta y dejamos un rato la olla encima de la
cocina para que todo junto se homogeneice bien y se acabe de calentar mejor.
Palomitas de maíz | Es una receta sólo apta para la cocina solar parabólica. Dentro de la olla ponemos un poco
de aceite como si quisiéramos hacer palomitas en una paella. Dejamos que el aceite se caliente y el maíz
empiece a explotar.

Horno Solar de acumulación

Materiales necesarios:

– Cutter
– Cola blanca de uso escolar o pegamento de barra
– Papel de aluminio
– Tijeras
– Lápiz
– Dos cajas de cartón
– Cartón grande para realizar la tapa
– Dos cristales
– Silicona
– Chapa de metal (aluminio, acero,...)
– Pintura negra sin plomo (anticalórica)
– Aislante: Papel de periódico, cartón, corcho,... (OJO no usar poliespan o poli estireno expandido, también
llamado corcho blanco).
– Cinta de embalar
– Alambre

Fabricación:

1.- El horno:
Debemos encontrar dos cajas de cartón lo más rígidas posible. La caja pequeña será el espacio útil para cocinar,
por lo que se buscará primero ésta. Se intentará que su altura sea lo menor posible y de forma rectangular
(dentro debe caber holgadamente la cazuela que posteriormente utilicemos). La caja grande debe albergar a la
pequeña y debe sobrar al menos 5 cm por cada lado estando la caja pequeña dentro de la grande. Por otro lado,
habrá que conseguir un cartón grande, mayor que la base de la caja grande (al menos 10cm por cada lado).

Forrar el interior de la caja pequeña con el papel de aluminio, dejando la cara más brillante al descubierto,
utilizando cola blanca o pegamento de barra (la cola se puede diluir en agua o bien utilizar tal cual).

Colocar la caja pequeña sobre el cartón grande, de forma que esté centrada en el cartón y marcar el contorno
con el lápiz. Con el cutter cortar por la marca. Realizar la misma operación sobre la base de la caja grande.
Introducir la caja pequeña sobre la caja grande de manera que el agujero de la base coincida con la parte
superior de la caja pequeña y pegar las solapas a la base.

Rellenar los huecos con el aislante, teniendo en cuenta que NUNCA debemos usar poliespán o corcho blanco
(se degrada a partir de los 100 grados produciendo gases combustibles). El cartón es mejor que aislante que el
papel, y el corcho mejor que el cartón. Una vez completado su relleno, proceder a su cierre con la cinta de
embalar.

Pintar la chapa de metal de negro. Ésta será la base sobre la que colocaremos los recipientes dentro del horno.

2.- La tapa:
Colocar el horno sobre la tapa y marcar el contorno con el lapiz. Doblar el cartón por las marcas asegurándose
que encaja con el horno y utilizando la cinta de embalar sujetar las esquinas. Colocar los dos cristales, uno por
la parte de arriba de la tapa y otro por la parte de abajo colocando un cordón de silicona continuo para su
sujeción por cada cristal.

3.- Reflector:
Marcar con lápiz la tapa. Trazar con el lápiz una paralela a uno de los lados más largos, a 5 o 10 cm de
distancia. Cortar con el cutter por las marcas dejando la linea paralela interior sin cortar. Doblar por esta linea y
pegar con cinta de embalar a la tapa. La parte que toca al horno se forrará con papel de aluminio.

4.- Antes del primer uso:


Importante: Antes de utilizarlo por primera vez, cerrar el horno y colocarlo al sol dejándolo que coja
temperatura. Dejarlo una hora y abrirlo para que ventile. Repetir de nuevo la operación para eliminar los gases
que expulsan la silicona y la pintura.

Cocina Solar Plegable.

Para hacer una cocina solar de caja plegable a partir de dos cajas de cartón, hay que cortar los fondos de ambas
cajas, obteniendo así dos piezas con cada una (los lados y el fondo). Después de haber hecho esto, es muy fácil
plegar los lados de las cajas hacia dentro y ponerlos dentro de la base.

Paso 1:

Corta el fondo de la caja más grande. Haz un “acordeón” plegando los lados más cortos por la mitad. Entonces,
mete los lados dentro de la caja.
Paso 2:

Haz dos dobleces en cada ala de tal manera que una vez plegados, formen una doble pared separada por 2′5 cm
(aprox.1 pulgada). Fíjate que los lados más cortos deberán ser cortados (un poco más de 2′5 cm por cada lado)
para poder ser doblados.

Paso 3:

Pon dos topes de cartón en el fondo de la caja para que al meter el fondo de la caja pequeña se mantenga el
espacio entre las cajas.
Paso 4:

Corta el fondo de la caja más pequeña y ponla dentro de la otra caja (descansando sobre los topes). Coloca la
bandeja negra metálica sobre este fondo.

Paso 5:

Prepara los lados de la caja más pequeña como lo has hecho con los de la caja más grande. Entonces, mételos en
la base de la caja pequeña.
Paso 6:

Entonces, dobla los lados de la caja pequeña hacia fuera y mételos en la base de la caja grande (para hacerte la
tarea más fácil puedes recortar una esquina de cada ala).

Paso 7:

Ya tenemos la base completa, ahora, haz una tapa.


Paso 8:

Ponle la tapa a tu cocina, y listo. Puedes hacer una cocina de cualquier tamaño utilizando este método.

Horno Solar de concentración

Materiales:

o Cartón de tamaño 1 x1.3 m2


o Lápiz
o Papel de aluminio
o Cola
o Tijeras o cutter
o Cazuela negra
o Bolsa de plástico transparente para horno
o Cuerda o cordel
o 2 pinzas
o 3 piedras

Así se hace:

1. Dibuja sobre el cartón el siguiente esquema y recórtalo.


2. Dóblalo por las lineas de puntos. Para facilitarte este trabajo,puedes hacer una raya con una punta roma,
como el mango de una cucharilla.
3. Utilizando la cola tal como está o bien diluida en agua al 50%, pega los trozos de papel de aluminio de
forma que logremos una cara reflectante (fíjate que una de las caras del papel de aluminio es más
brillante que la otra. La cara brillante es la que se debe ver).
4. ¡¡Ya tenemos nuestro horno construido!! Las pinzas las usaremos para que la parte que se introduce por
las ranuras, no se salga.
5. Para cocinar, introduciremos las piedras en la bolsa, formando un triángulo que apoyará sobre el suelo
de nuestro horno, y seguidamente meteremos la cazuela que apoyará sobre las piedras. Inflaremos la
bolsa de forma que la cazuela no toque la bolsa (ya que se puede quemar) y la cerraremos con el cordel.
6. Solo nos queda esperar a que la comida esté lista.

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