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discurso religioso:
Pueblo y Populismo en Iglesia y comunidad
nacional (1981)
manuscrítica
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2. El análisis de este tipo de discurso ha sido abordado por el equipo de
investigación del Institut des textes & manuscrits modernes (CNRS-ENS).
3. F EN O GLIO , I. “Énonciation et genèse dans les autobiographies
d’Althusser. Deux récits – séparés – de sa rencontre avec Hélène”. Genesis,
Paris, n. 17, 2001.
4. CUGNON, G.; ARTIÈRES, P. “SIDA-Mémoires”. Genesis, Paris, n. 16, 2001.
5. F ENOGLIO, I. “Une photo, deux textes, trois manuscrits. L’archivage
linguistique d’un geste d’écriture identifiant”. Langages, Paris, v. 36,
n.147, 2002; L EBRAVE , J. L. “La genèse de La Chambre c laire”.
Manuscritica: Revista de Crítica Genética, Campinas, n. 11, 2003;
P ÉT ILLON , S. “De l ’intermittence pronominale: sur la polyphonie
énonciative dans le manuscrit et l’état définitif du Plaisir du texte de
Roland Barthes”. Genesis, Paris, n. 19, 2002.
6. Reseñadas en B ELLON , G. “’Je crois au temps…’ Daniel Defert, légataire
des manuscrits de Michel Foucault. Propos recueillis”. Rectoverso. Revue
de jeunes chercheurs en critique génétique, n. 1. Disponible en: http://
www.revuerectoverso.com/spip.php?article29. Con acceso el 6 de
diciembre de 2007.
7. ARNOUX , E. B. N. “La representación del género y de los espacios de
circulación del texto en las reescrituras de ‘Los misterios del Plata’ de
Juana Manso”. In: ARNOUX, E. B. N. Análisis del discurso. Modos de abordar
materiales de archivo. Buenos Aires: Santiago Arcos, 2006.
8. L OIS, E. Génesis de escritura y estudios culturales. Buenos Aires: Edicial,
2001, pp. 71-96.
9. FENOGLIO, I. “L’intime étrangeté de la langue”. Langage et inconscient,
Limoges, n. 2, 2006; FERRER , D. “Quelques remarques sur le couple
énonciation-genèse”. In: FERRER, D. L’énonciation. La pensée dans le Texte.
Toronto: Trintexte, 2001; GRÉSILLON, A. “¿Qué es la crítica genética?”
Filología, Buenos Aires, v. XVII, n. 1-2, 1994.
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puede comprenderse como un conjunto de operacio-
nes tendientes a traducir los contenidos ideológicos de
ese sector del catolicismo en los términos del disposi-
tivo discursivo de la Conferencia Episcopal Argentina
(CEA)14. En otras palabras: estos actores se vieron a sí
mismos en la posición privilegiada de construir la voz
10. BONNIN, J. E. “El discurso colectivo como objeto del análisis del discurso.
Reflexiones metodológicas a partir de un análisis de caso”. Cuadernos de
Investigación, Ibagué, v. 12, n. 12, 2008.
11. Idem. “Crítica genética y análisis del discurso: algunas articulaciones
teórico-metodológicas a partir de un análisis de caso”. Incipit, Buenos
Aires, n. XXVIII, 2009.
12. El MSTM fue un movimiento sacerdotal, surgido y desarrollado en la
Argentina entre 1968 y 1973, que buscó una vinculación teológica y
pastoral entre el Concilio Vaticano II y la acción política. Aunque no fue
necesariamente masivo (pese a que llegara a reunir cerca del 10 % del
clero local) y tuvo una breve existencia, su impacto en la formación de
cuadros y, especialmente, en la construcción de memorias contestatarias
de un linaje político-religioso fue central. Al respecto, es una referencia
fundamental el clásico de M ARTÍN, J. P. Movimiento de Sacerdotes para el
Tercer Mundo. Un debate argentino. Buenos Aires: Guadalupe, 1992.
13. Para designar los folios mecanografiados adoptamos el término
mecanograma siguiendo la propuesta de GODINAS, A.; HIGASHI, L. “La
edición crítica sin manuscritos: otras posibilidades de la edición crítica
genética en ‘Balún Canán’ de Rosario Castellanos”. Incipit, Buenos Aires,
n. 25-26, 2005-2006.
14. Cfr. B ONNIN, J. E. “Crítica genética y análisis del discurso...”.
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versión, que incluye una copia mecanografiada de al-
gunas partes (que, según los informantes entrevista-
dos, fueron originalmente manuscritas), en la que se
insertan folios originales. Tipológicamente, es un bo-
rrador de trabajo en el cual abundan los apuntes y las
notas “escenáricas”17.
Una vez realizada la primera redacción, Gera quedó
a cargo de la reelaboración y unificación de las diferen-
tes colaboraciones y, a comienzos de febrero, recibió
nuevos aportes: por una parte, los de la abadesa del mo-
nasterio, María Cándida Cymbalista, a pedido de Karlic;
por la otra, los elaborados por el laico católico Ignacio
Palacios Videla, a pedido del propio Gera. De este modo,
el segundo borrador está integrado por 135 folios, algu-
nos de los cuales son manuscritos, otros mecanogramas
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nes de análisis político. Incluso llegó a publicarse, por
una filtración episcopal, una vasta selección de pasajes
extraídos del cuarto borrador en el diario La Prensa. Tan-
to la cobertura de la Asamblea como la de la publicación
del documento coincidieron en otorgarle al aconteci-
miento un carácter polémico, de posicionamiento del
episcopado enfrentando al gobierno militar por dos
motivos: la exigencia de democratización y la denuncia
de violaciones a los derechos humanos perpetradas por
el gobierno. En particular, la prensa dio especial aten-
ción a la adhesión de la Junta Multipartidaria Nacio-
nal19 al documento y a las reuniones mantenidas entre
su Junta Política Permanente y la Comisión Ejecutiva
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Cymbalista y Palacios Videla, por el contrario,
representaban para el grupo redactor dos vías de
comunicación con otros espacios de los que no partici-
paban directamente y que, siendo marginales en sus
redes de pertenencia, establecían vínculos débiles con
otras mucho más amplias. La primera, como joven aba-
desa benedictina, fue responsable de la renovación
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críticas provenientes de sectores políticamente enfren-
tados entre sí pero que compartían presupuestos ideo-
lógicos acerca de la política y el rol de las élites.23 En
efecto, del lado de la Teología de la Liberación (TL) se
criticaba el concepto de pueblo por oposición a proleta-
rio, negando el carácter totalizante del primero en la
oposición entre masividad y cristianismo. Así resume
M. González)24 las críticas de J. L. Segundo25 al con-
cepto de pueblo de la TP:
23. En efecto, la TP, según M. González, “surgirá, entre otras cosas, con
la intención programática de superar las concepciones (…) defendidas
por Braun y Briancesco, por considerarlas ‘ liberales’, elitistas y
dualistas” (G ONZÁLEZ , op. cit. p. 122).
24. Idem.
25. SEGUNDO, J. L. Liberación de la teología. Buenos Aires: Carlos Lohlé, 1975.
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en un movimiento policlasista.27
De otro lado, las críticas de Briancesco28 y Braun29,
producidas desde la revista Criterio en una posición
considerada por los propios actores como catolicismo
liberal, le cuestionan:
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construyeron una representación del pueblo como suje-
to político y propusieron una identificación entre el
locutor episcopal y el objeto discursivo así construido.
Complementariamente, observamos el rechazo siste-
mático y puntilloso de esta demanda en los “modos”
del cuarto borrador.
N.B: Al considerar las variaciones sufridas en el texto
publicado, el criterio cuantitativo de frecuencia o can-
tidad no será relevante para explicar la diferencia ideo-
lógica en nuestro corpus: ni los obispos variaron
masivamente el uso del lexema pueblo ni el grupo
redactor lo utilizó reiteradamente para vehiculizar sus
demandas. La pregunta, entonces, es por las posicio-
nes infrecuentes en las que los redactores hicieron un
uso – en alguna medida – excepcional del lexema como
vehículo de una demanda y, simultáneamente, que
fueron percibidas como tales – en su infrecuencia, en
su carácter cuantitativamente despreciable – por los
obispos que, con sus “modos”, intentaron restringir el
espacio de reconocimiento de estas instancias.
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editor de B2 encontramos, al margen de cambios en la
numeración y estilísticos, la sustitución de cristianos por
hombres como pacientes de la acción del Espíritu Santo,
la cual supone una variación fundamental entre la
comunidad de los cristianos (es decir, la Iglesia como
Pueblo de Dios) y la comunidad de los hombres (los
pueblos). Aunque no disponemos de evidencia textual
suficiente como para suponer que se trate de un con-
flicto ideológico dentro del grupo productor, la varia-
ción es solidaria con otras presentes en el mismo
borrador que predican la religiosidad del pueblo, como
en la siguiente adición manuscrita: “Y lo que es peor
aún, [el laicismo educativo] crea una división entre la
cultura popular <que es religiosa,> y la cultura laicista.
<de la escuela oficial>” (B2 A2 F7).
Ambas lecciones fueron reproducidas en el texto
publicado, lo cual nos permite inferir que esta concep-
ción del pueblo como intrínsecamente religioso es parte
de las representaciones compartidas entre el grupo pro-
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metafórica. En este caso, la configuración enunciativa
se construye en base a la oposición entre nosotros y ellos,
oposición que no se justifica sólo en términos
comunicacionales (es decir, locutor / interlocutor) sino
en términos categoriales: el referente de la primera per-
sona del plural es de naturaleza distinta del de la terce-
ra, que señala la alteridad ontológica del otro.
Ahora bien, en oposición a un uso que denota pro-
piedad, el posesivo de primera persona del plural pue-
de emplearse también para denotar pertenencia, en
especial cuando es posible delimitar el referente de
dicha persona en términos espaciales o locativos. Así,
expresiones como “nuestra comunidad”, “nuestra pa-
tria” no implican una diferenciación categorial entre
el locutor y el objeto denotado sino que, por el contra-
rio, el segundo define la clase a la cual pertenece el
primero.
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nosotros la voluntad de participar polticamente de participar políticamente en los destinos de la
[sic] en los destinos de la nación e hizo práctico Nación.
el respeto a las minorías.
(…)
La justicia social se integra definitivamente al (…)
proyecto social de los argentinos. La justicia social, enseñada por los Papas, se fue
integrando al proyecto social de los argentinos y
constituyó un valioso aporte para la difusión y
profundización de estas tendencias en nuestro
pueblo, desde el ya lejano 1891, en que León
XIII publicaba la Encíclica Rerum Novarum.
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B4 A1 F8 P 111
2) El proceso histórico de nuestro pueblo 2) El proceso histórico de nuestro pueblo
(130) También en nuestra patria, la experiencia 111. También en nuestra Patria el desarrollo
histórica ha ido fortaleciendo la aspiración de histórico ha manifestado diversas corrientes
nuestro pueblo, a participar activamente en la políticas que procuraron llevar al pueblo a
vida y la organización de la comunidad política. participar activamente en la vida y en la
La adhesión al sistema democrático de organización de la comunidad. La adhesión al
gobierno es un rasgo característico que forma sistema democrático de gobierno de estas
parte de su identidad. corrientes es el rasgo característico que las
define, y que muestra la aceptación que de él
hace el pueblo en general.
(…) (…)
como cristianos, hemos de saber discernir entre Como cristianos, hemos de saber discernir
las falsas teorías e ideologías y los movimientos entre las falsas teorías e ideologías, y los
históricos concretos nacidos de ellas. Es movimientos históricos concretos nacidos de
necesario recoger, y nuestro pueblo ha sabido ellas. Es necesario que los laicos cristianos y
hacerlo, de los movimientos históricos, los todos los ciudadanos recojan de los
elementos positivos y dignos de aprobación que movimientos históricos los elementos dignos de
son coherentes con los principios de la razón y aprobación que son coherentes con los
responden a las justas aspiraciones de la persona principios de la recta razón y responden a las
humana. justas aspiraciones de la persona humana.
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singularidad:
B4 A1 F1 P1
Entendemos entonces: que nuestra misión De allí que nuestra función específica de
específica de Obispos, si bien nos pone ante la Obispos, al ponernos ante la responsabilidad de
responsabilidad de reflexionar sobre el modo evaluar el actual desarrollo de la evangelización
como la Iglesia desempeña su propia tarea en nuestro país, íntimamente ligada a su
evangelizadora <(> en y a través de la persona acontecer histórico, nos lleve también a meditar
de sus fieles cristianos y de sus pastores <)>; no sobre el curso y el destino de nuestro pueblo.
debe sólamente [sic] centrar la reflexión sobre
sí misma independientemente de los
acontecimientos históricos; sino que debe
igualmente meditar sobre el curso y el destino
de los pueblos.
(…) (…)
Una meditación profunda sobre la vida de un 3. Una meditación profunda sobre la vida de
pueblo nos conduce necesariamente a hacer nuestro pueblo nos conduce necesariamente a
memoria del pasado, a auscultar con atención el considerar el pasado, a auscultar con atención el
presente y así vislumbrar su futuro y su destino. presente y así vislumbrar el futuro y su destino.
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bio, el eje central estaba puesto en la dimensión más
específicamente política del texto, particularmente
aquello que atenía a la democracia y la soberanía po-
pular. En este sentido, y más allá de una aceptación
generalizada, identificada positivamente con la demo-
cracia como sistema político, observamos que muchas
de las impugnaciones realizadas al documento le cues-
tionan específicamente su carácter populista y la pre-
sencia del peronismo.
En efecto, las revistas Cabildo y Somos, aún con las
diferencias existentes entre la primera, capaz de criticar
“por extrema derecha” a la dictadura militar y la se-
gunda, que probablemente obedecía a sectores de
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En este sentido, la designación populismo condensa
contenidos antidemocráticos y anticonciliares; en de-
finitiva, impugna en su doble registro la demanda po-
lítico-religiosa. Concretamente, se vuelve sinónimo de
“peronismo”, de manera tal que “acusar” al documento
de “populista” implica “acusar” al episcopado de
“peronista”: “una omisión sugestiva: se olvida de men-
cionar la persecución de la Iglesia desencadenada por
el peronismo izquierdista y populista (el mismo que se
alió con la guerrilla años después) en 1955”.
En el caso de la revista Somos, el reconocimiento
también insiste sobre la ambivalencia del documento;
si bien no emplea descalificaciones tan fuertes como
Cabildo, allí se argumenta que en ICN hay “dos ideas
rectoras”. La primera, legítima, es aquella que diagnos-
tica los “males” de la sociedad argentina a partir del
enfrentamiento entre sectores. La segunda, ilegítima,
se identifica con uno de esos sectores: precisamente, el
populismo.
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los casos (...) Hablar de soberanía del pueblo (...) es, pensamos,
abrir las compuertas de un posible democratismo no republica-
no en el cual la mitad más uno pudiera sentirse casi omnipotente
(...) ¿Debe hacer eso la Iglesia? ¿O debe, más bien, colocarse por
encima de las dos corrientes naturales que dividen hoy a todas
las comunidades políticas de Occidente –una republicana o con-
servadora, liberal, que enfatiza la libertad política y económica
así como el desarrollo económico; otra socialdemócrata o
populista que acentúa la participación popular y la distribución
social- para dictarles a ambas las normas comunes de ética po-
lítica que deben acatar para convivir? (“Habló la Iglesia”, Somos,
10/7/81, 15)
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en el cual los obispos aparecen como opuestos a la li-
bertad política y económica por identificarse con el
“populismo socialdemócrata”.
3. CONCLUSIONES
45. “Es notable, en este sentido, la energía con la cual los obispos se
identifican con la idea del pueblo como protagonista histórico reconocido”
(Somos, Ibíd.).
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REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Langues officielles et discours de bois”. Langages,
Paris, v. 26, n. 105, 1992.
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2001.
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Paris, v. 28, n. 114, 1994.
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