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El libro tiene la pretensión de ser un aporte a lo que Santos (2012) ha denominado la

Epistemología del Sur, contribuyendo a la búsqueda de conocimientos y criterios de validez


del conocimiento que otorguen visibilidad y credibilidad a las prácticas cognitivas de los
pueblos y los grupos sociales que históricamente han sido excluidos; la epistemología del
sur apunta fundamentalmente a prácticas de conocimiento que permitan intensificar la
voluntad de transformación social

Este análisis se basa en la obra de Boaventura De Sousa Santos como una contribución al debate
sobre el conocimiento; se indican las ausencias en nuestra realidad latinoamericana y de cómo
superarlas.

Las Epistemologías del Sur denuncian, por un lado, las intervenciones epistemológicas que generaron la
supresión de saberes durante los dos últimos siglos, fruto de la imposición de la norma epistemológica
dominante. Por otro, valoran los saberes que resistieron con éxito y las reflexiones que estos han
producido e investigan las condiciones de un diálogo horizontal entre conocimientos. A este diálogo
entre saberes Boaventura de Sousa Santos lo llama “ecología de saberes”.

El libro nos invita a situar nuestra reflexión en el “sur”, en “Nuestra América”. De este modo,
valiéndose del concepto de “epistemologías del sur” de Boaventura de Sousa Santos,

Tres ángulos engloban las categorías expuestas, estos son: la construcción de la realidad,
los sujetos, y los despliegues humanos y sociales.

Una epistemología del Sur es un libro que compila varios trabajos del profesor Santos publicados a
lo largo de las tres últimas décadas. La organización de la obra, sin embargo, no sigue un orden
cronológico sino temático, de manera que se compone de dos grandes partes, cada una de ellas
con cuatro artículos.

El libro nos invita a situar nuestra reflexión en el “sur”, en “Nuestra América”. De este modo,
valiéndose del concepto de “epistemologías del sur” de Boaventura de Sousa Santos, Gloria
Mendicoa se compromete con la formulación de un marco conceptual y de investigación críticos,
que se orienten a reflejar/diagnosticar “nuestros” problemas y desafíos con relación a un sistema
capitalista desigual (que oprime, que margina), así como a formular y legitimar alternativas, en
términos de construcción de conocimiento explicativo y no prescriptivo, para una sociedad más
justa y libre. De esta forma, la teoría “aprende” y “dialoga” con la práctica, y el investigador,
portador de valores, atribuye sentido a sus actividades.
Además de la continuidad en este tema el autor replantea su propia teoría, en especial su pro
puesta de que la modernidad ha estado sustentada en dos pilares: la emancipación y la regulación.
En una autocrítica poscolonial re conoce que esta tensión no es apli cable a todas las regiones del
mundo, particularmente aquellas que fueron colonias; en estos terri torios, la dicotomía es la
apropiación y la violencia.
Para desarrollar las epistemologías del sur se parte de tres premisas, que en general son: a) la
comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo. b) la
diversidad del mundo es infinita: diferentes maneras de pensar, de sentir, de actuar, diferentes
formas de relación. c) la gran diversidad del mundo no puede ser monopolizada por una teoría
general. Por eso, se deben buscar formas plurales de conocimiento (De Sousa Santos, 2010).

La descolonización epistémica implica desconectarse del eurocentrismo, del procesamiento crítico


o teoría social producida desde la experiencia histórica -social del “otro” dentro de la zona del sur:
la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt, el posestructuralismo, el psicoanálisis (que son
modalidades del pensamiento crítico).

En resumen, Una epistemología del Sur es una obra que muestra al lector la originalidad de los
planteamientos del autor y algunas cla ves para distinguir las diferencias y similitudes
del posmodernis mo de oposición con otras corrien tes de pensamiento. Por ejemplo, no es un
posmodernismo en la acepción más difundida (que Santos llama celebratorio), porque a diferencia
de éste defi ende el legado moderno de la emancipación, pero al mismo tiempo se distancia de las
soluciones modernistas por considerarlas en crisis terminal y por su lógica “totalita

ria”. En una dirección similar se pueden encontrar diferencias de su propuesta crítica a las teorías
críticas modernas, de las que se deslinda por compartir la “razón indolente” de la ciencia moderna
tradicional; sin embargo, reivindica el típico gesto de la teoría crítica de escoger de qué lado se
está (p. 91). También este trabajo deja claro que la posición epistemológica que defi ende el autor
es pluralista, pero no en un sentido relativis ta, ni en un autonomismo conservador, sino que
postula una razón cosmopolita (p. 150) orientada por la emancipación social. Para terminar,
encontramos cercanías con las teorías poscoloniales, como en su insistencia de la perviven cia de
las relaciones coloniales en nuestros días, pero divergencias en la incorporación de otras formas
de poder, principalmente la clasista, para entender a cabalidad la dominación de hoy en día.

Finalmente, De Sousa Santos (2010), sostiene que para contribuir con un cambio social es
necesario desmercantilizar y descolonizar a partir de una epistemología del sur, el cual, significa
refundar los conceptos de justicia social al incluir en la igualdad y la libertad, el reconocimiento de
la diferencia, la justicia cognitiva (ecología de saberes) y la justicia histórica (lucha contra el
colonialismo extranjero y el colonialismo interno). Así que en definitiva, está a punto de surgir un
nuevo paradigma epistemológico y socio-cultural, considerando que los paradigmas socio-
culturales nacen, se desarrollan y mueren.

En cuanto al sentido epistemológico, Santos mencion que toda


experiencia social produce y reproduce conocimiento, y que en el
hacer presupone una o varias
La diversidad epistemológica está dada por las diferencias culturales y
políticas que cada experiencia social posee. Esto produce que coexistan
diversas formas de construir conocimiento que pueden ser opuestas e
incluso contradictorias. Santos ilustra esta rivalidad epistémica con la
verdad científica y la no científica. Dentro de las formas de conocer
existentes y validadas se sustenta, por ejemplo, una verdad científica y
no científica, contradictorias entre sí, pero que conviven y que existen.
Tal es el caso de la ciencia en contraposición a la filosofía y la teología,
epistemologías diversas y rivales, pero forman parte de un campo
visible. Sin embargo, más allá de las líneas abismales se sitúan
conocimientos que entran en el campo de lo no visible, tal es el
caso, por ejemplo, del conocimiento popular, laico, campesino,
indígena, creencias, magia, comprensión subjetiva, entre otras
(Santos, 2014). El campo de lo visible, con sus propias
contradicciones, convive con el campo de lo no visible, que ha sido
excluido de ser formas válidas de conocer. Tanto desde una
posición individual, colectiva o cultural se convive con rivalidades
epistémicas, pero que coexisten y que se utilizan de acuerdo a
los contextos de las experiencias y prácticas sociales, es decir, se
moviliza una forma epistémica por sobre otra en relación al
contexto cultural y político de la práctica social en la que se
interactúa. Ante esta coexistencia de las diferencias, surge, por
tanto, el cuestionamiento de cómo sevalidan los conocimiento,
Santos da respuesta a esta interrogante mencionando que la
validez dependerá del contexto en el que se produce o
reproduce el conocimiento.Santos plantea que el ―Sur‖ ha sido
colonizado epistemológicamente a partir de las ideas modernistas. Se
entiende por colonialidad epistemológica, tomando las palabras de
Quijano, como ―el control de todas las formas de control de la
subjetividad/ intersubjetividad, y en especial del conocimiento, de la

Pensar un currículum redistribuido con un sentido igualitario, que valore e


incorpore al ámbito educativo la diversidadepistémica que las variadas prácticas
sociales crean y reproducen supone una acción contrahegemónica desde una
epistemología del Sur.El currículum, tal como se halla establecido actualmente, es abismal,
ya que posiciona el conocimiento científico-técnico, que tiende a la estandarización
y homogeneización, como el conocimiento válido dentro de los espacios educativos. Tal
episteme educativa imperante crea líneas abismales donde no se reconocen otras
formas de crear conocimientos ni nuevas prácticas sociales, por tanto, culturales y
políticas. Queda en la no existencia los saberes populares de los actores educativos:
conocimientos ancestrales, las emociones, expresiones subjetivas, saber común,
entre otros.

El cambio desde un aprendizaje bancario hacia una transformación en el


vínculo, tiene el sentido de repensar el vínculo docente-discente, el espacio que se
genera entre ellos y la constante insistencia de un sistema educativo que se empecina
en evaluar contenidos fijos. En este sentido, el cambio de una concepción curricular
disciplinaria por la ecología de saberes implica una transdisciplinariedad donde el
origen del conocimiento se desplaza desde los contenidos u objetos de estudio,
hacia su distribución en los acoplamientos enactivos o las relaciones desplegadas desde
la autonomía y resonancia de los actores humanos y no humanos en el contexto de
convivencia en que se encuentran

los investigadores deben a la vez que desarrollar una investigación epistémica,


desarrollar también una observación de segundo orden que derive en un desarrollo
del dominio espiritual, aspecto que solo se logra en el permanente diálogo
entre ciencia y cultura.

Estos planteamientos buscan, para el caso del IDEP, abrir y consolidar un espacio para el
diálogo y el intercambio entre posturas sobre los sentidos de la escuela y nuestras
concepciones de la pedagogía y del saber pedagógico al interior de los colectivos maestros
y maestras, haciendo eco a la producción teórica generada desde de la comunidad
académica interesada en el tema, pero interpelándola mostrando otras aristas de una
discusión apasionante y toda viva, en consonancia con un campo de refexión apenas
explorado, más allá de la escuelas, como se puede constatar en otros ámbitos y sectores en
donde la pregunta por la pedagogía y los saberes se ha incluido en su agenda temática o
donde su comprensión busca encontrar las claves narrativas de la experiencia pedagógica
para sorprenderse del mundo escolar, de la vida de las escuelas, dejando a un lado, el
diagnóstico y las aplicación de indicadores y baterías de instrumentos para verifcar su
efciencia o el cumplimiento de metas.

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