De acuerdo con el estudio, los altos índices de la enfermedad se deben a la inequidad
económica, ya que los adultos mayores no tienen una pensión social universal no contributiva, muchos viven en pobreza extrema, son víctimas de violencia, maltrato, abuso y tienen un acceso al sistema de salud muy deficiente. Se suma una fragilidad en el apoyo y el acompañamiento que las familias brindan a sus mayores, lo que se agudiza ante la presencia de enfermedades mentales, neurológicas o físicas, que los tornan dependientes. “Esto genera agotamiento de los cuidadores, hasta el punto de tener familias completas enfermas por falta de ayuda, capacitación y reconocimiento”.
La cobertura de salud; ya que el 90% de la población colombiana tiene acceso y cobertura
al sistema de salud; sin embargo, en Colombia sólo hay un geriatra por cada 35 mil adultos mayores. Hay un importante déficit de personal médico dedicado a atender a los adultos mayores. En este segmento poblacional, los enfermeros y demás, especialistas tampoco cuentan con un seguro ni una formación especializada que les permita optimizar su trabajo. El abandono; los adultos mayores viven en el país una situación preocupante. El abandono, la calidad de la atención médica, la formación y el acceso a la pensión son algunos de los retos a los que se enfrentan en Colombia. En el país hay 5’750.000 adultos mayores según el DANE; de ellos 995.000 residen en Bogotá y 400 son abandonados cada año en la capital. Teniendo en cuenta que el 28% de las personas mayores de 65 años residen en las ciudades con mayor densidad demográfica (Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla), el presente de esta población se complica porque buena parte de ellos no vive en un centro especializado de cuidados geriátricos ni con un cuidador.
La depresión y la desocupación; luego de la hipertensión arterial, la segunda patología más
frecuente en adultos mayores es la depresión. Según el informe, cuatro de cada diez adultos mayores en Colombia tiene un perfil depresivo. Al panorama económico, se suma un componente social: la exclusión de la población mayor en el quehacer del país. Por ello, muchos suelen caer en depresión, pues se sienten excluidos, inútiles, inservibles y como una carga para sus familias y para la sociedad, en general. A todo esto se le puede sumar que podemos encontrar una ayuda para el adulto mayor con el “Programa CCSM prevención y promoción”, programas de ejercicios físicos y envejecimiento sano, aquí su objetivo es promover la práctica del ejercicio físico como elementos indispensables y como un estilo de vida saludable en los adultos mayores. También para estimular el autocuidado de la salud mental y del funcionamiento cognitivo. Las ventajas que trae es que el entrenamiento físico bien programado en el adulto mayor puede tener efectos positivos tanto para la salud mental física como para la salud mental, mejorando el funcionamiento cognitivo, el estado anímico y la autoestima.