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Pensamiento Social
Pensamiento Social
Pensamiento social
El primer lado del continuo comienza con una suerte de espacio único que
aparece en los momentos de creación o de sorpresa, por accidente o por milagro,
que es técnicamente el momento inaugural de la sociedad. En el punto intermedio
de este continuo se encuentra un espacio distribuido en lugares que son
cualitativamente peculiares unos con respecto a los otros, y que constituye la
estructura previa del pensamiento y la comprensión de la realidad, el orden que
organiza al caos, y donde se da el sentido de pertenencia de alguien a su
sociedad o grupo; los mitos en general, que son relatos de orígenes y
pertenencias e identidades, están estructurados conforme a esta espacialidad, que
es, en suma, con la que se piensa y se siente. Puede decirse que la Edad Media
de la cultura occidental habita en un espacio de esta clase: mítico, mágico,
sensible, y muy significativo. Y el punto final del continuo está representado por un
espacio moderno, que se gesta a partir del Renacimiento, y que es un espacio
negativo, al vacío, como de laboratorio experimental de física, en donde las
relaciones de los objetos son de carácter mecánico, porque todos los objetos son
exteriores e indiferentes los unos a los otros, y sólo entienden causas y efectos.
En la actualidad, todas las cuestiones de ética, moral, valores, normas,
aspiraciones, miedos, ilusión, felicidad, futuro, que es precisamente en lo que se
pasa interesada la gente, están regidas por las orientaciones propias de la
estructura mítica: la libertad se imagina en términos de límites, el amor en
términos de unidad, el triunfo como una ascensión, la maldad como una caída, la
mentira como una distorsión, la verdad como una rectitud, el futuro como un
camino.
La metáfora hoy en día es estudiada del mismo modo que los aspectos más
racionales de la mente, ya que se ha revelado la dimensión intelectiva sustente a
los descubrimientos científicos, a la literatura, al pensamiento filosófico, y a los
procesos cognitivos cotidiano. Con la publicación de Metaphors We Live By en
1980, el lingüista George Lakoff y el filosofo Mark Johnson ampliaron la obra
pionera de Richards y Black, extendiendo las bases para un estudio lingüístico del
nexo que asocia metáfora, pensamiento y lenguaje. En el acercamiento al tema
realizado por Lakoff y Johnson, el proceso metafórico reside en la transformación
de las experiencias “vividas” en esquemas de pensamiento abstractos.
Existen diversos tipos de metáforas
como las estructurales, las orientacionales, las
ontológicas. Las metáforas orientacionales
tienen que ver con la orientación espacial:
arriba-abajo, dentro-fuera, delante- detrás,
profundo- superficial, central- periférico. Estas
orientaciones surgieron por el hecho de que
nuestros cuerpos son de una forma
determinada que funcionan como funcionan en
nuestro medio físico. Estas metáforas dan un
concepto de orientación espacial aunque
depende mucho de la cultura, porque varían los
significados entre culturas. Un ejemplo es la de
“feliz es arriba” que lleva a expresiones como
“Hoy me siento alto”, eso me levantó el ánimo, se me levantó la moral o me siento
bajo, estoy deprimido”. También están las metáforas ontológicas de sustancia y
cantidad, que se refieren a las experiencias que tenemos con los objetos físicos y
las sustancias, son las formas de considerar acontecimientos, actividades,
emociones, ideas como entidades y sustancias, Dentro de las metáforas
ontológicas existen diversos tipos, están las de cuantificar: “Hay tanto odio en el
mundo”. La de identificar aspectos “su estado emocional sr ha deteriorado
últimamente”. Las de identificar causas: “La presión de las responsabilidades fue
la causa de sus crisis. Las de establecer metas y motivaciones como : “ voy a
cambiar mi forma de vida, para encontrar la verdadera felicidad”. Asimismo, están
las metáforas de recipiente, en donde se dice que cada uno de nosotros y lo que
nos rodea es un recipiente con una superficie limitada y una orientación dentro-
fuera. Ir de una habitación a otra es cambiar de recipiente, salir de una habitación
para entrar en otra.
3. Sentido común
Para Moscovici y Hewstone (1986: 682-683) “el sentido común incluye las
imágenes y los lazos mentales que son utilizados y hablados por todo el mundo
cuando los individuos intentan resolver problemas familiares o prever su
desenlace. Es un cuerpo de conocimientos basado en tradiciones compartidas y
enriquecido por miles de observaciones, de experiencias, sancionadas por la
practica” (Vargas y Cajiga, 2004, pp. 5). Las personas realizan clasificaciones de
algo o alguien de acuerdo con su experiencia, su conocimiento a mano y mediante
la comunicación con otros seres humanos. Es un cuerpo de conocimiento
reconocido por la comunidad o sociedad donde se encuentra el sujeto. Además
permite conocer, comprender, interpretar y orientar las acciones de las personas
en la vida cotidiana. Este pensamiento de sentido común no se constituye de
manera individual, se elabora de manera intersubjetiva en las relaciones de día a
día con las personas y la cultura tiene un peso muy importante. Dentro de la vida
cotidiana institucional, el pensamiento de sentido común se recrea en las
interacciones, la comunicación y todo acto de convivencia.
Un mito es un orden
previo que la sociedad
c o n s t r u y e
posteriormente para
poder aparecer, es un
pensamiento anterior
sobre el cual puede
aparecer el
pensamiento. Son la
geografía de un espacio heterogéneo y cualitativo, o habitado por lugares,
orientaciones, trayectorias y tramas que piensan y sienten por sí mismos. Los
mitos presentan un orden del mundo dentro del cual se puede colocar el origen de
la sociedad o de un acontecimiento, es un orden anterior a todo en el que se
ordena todo lo demás. En las culturas los mismos mitos se repiten por todos lados
porque no hace falta que la sociedad piense en un mito, ya que la sociedad ya
piensa míticamente. Los mitos son los comodines del pensamiento porque sobre
su orden se acomoda cualquier cosa, y no podría ser de otra manera. La esencia
de los mitos es que la cultura manifiesta un orden anterior a la cultura para
poderse desarrollar sobre él, es el orden que tiene el pensamiento. El orden mítico
de la realidad empieza con la presencia de lo vertical y lo horizontal, lo horizontal
es el paisaje plano del mundo y lo vertical es quien lo mira. Cuando se cruzan lo
horizontal con lo vertical aparecen las cuatro orientaciones, arriba, derecha
(delante), abajo, izquierda (detrás). Las primeras dos son positivas, buenas y las
otras son negativas, malas en la cultura occidental. Este cruce entre los ejes forma
un centro, que es el lugar sagrado por excelencia ya que no hay cultura que no lo
tenga, ni que lo ponga en otro lugar.
5. Ideología
Referencias