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ANA DE AUSTRIA

ALUMNO:

FERNÁNDEZ MILLÁN MANUEL

Trabajo tutorizado por Dña.:

PEZZI CRISTÓBAL PILAR

UNIVERSIDAD DE MÁLAGA

Resumen:

Ana de Austria fue una mujer que sufrió durante gran parte de su vida
presiones y conspiraciones de personas cercanas a su marido, como fueron su
madre María de Médici o el Cardenal Richelieu. Se sintió aislada y sola, pues
sus opiniones y sus proyectos nunca fueron respetados. La relación con su
esposo Luis XIII nunca fue fácil, debido a que nunca le prestó interés. Además,
las fuentes muestran que el rey tuvo tendencias homosexuales.

Tras la muerte de su marido, Ana de Austria pasa a ser regente de


Francia durante la minoría de edad de su hijo Luis XIV, el futuro Rey Sol.
Durante esta etapa, la regente se apoyó en las personalidades de las mujeres
fuertes y cercanas al poder, y aprendió de sus astucias con el objetivo de
educar y proteger a su hijo el Delfín.

I. ANA DE AUSTRIA ANTES DE LA REGENCIA

Ana de Austria contrae matrimonio con Luis XIII en la Catedral de


Burdeos en noviembre de 1615. En este momento, ninguno de los dos cuenta
con más de 15 años de edad, por lo que realmente fue un acuerdo político
entre la corona española y la francesa. Aún así, hay que decir que los dos
sentían cierta atracción al principio de su relación. Según la costumbre, debían
ser observados a la hora de consumar el matrimonio, con la intención de
hacerlo público y demostrar así al pueblo francés que el casamiento era real.

Su residencia matrimonial será en las Tullerías de París, donde ambos


comenzarán a hacer vidas separadas. Es en este momento cuando Ana
comienza a darse cuenta de las diferencias con su marido, manipulado en todo
momento por su madre María de Médici. Esta situación afectará a la
personalidad de Ana de Austria, que con el paso del tiempo se siente una
mujer atrapada en la corte francesa, con ganas de libertad y deseo de vivir la
vida, al mismo tiempo que añora a su familia y las costumbres de la corte
española.

Los padres de Ana, Felipe III y Margarita de Austria, eran una pareja
muy enamorada y profundamente religiosa, muy diferente a los padres de Luis,
los cuales fueron muy problemáticos. Enrique IV se casó con María de Médici
con el objetivo de adquirir su dinero y dar así un respiro financiero a las arcas
de la corona francesa. María tuvo que soportar a los hijos de los anteriores
matrimonios de Enrique. Esto, sumado a las numerosas amantes que pasaban
por la corte de su marido, incita a pensar que fue la propia María de Médici la
que ordenó asesinar a su esposo. Es un acontecimiento clave, pues después
del asesinato, María de Médici pasó a controlar el poder de Francia junto a
Richelieu.

En el año 1617 se vive una situación de intriga en la corte francesa. El


matrimonio Concini, muy apegado a Ana de Austria, es mandado asesinar por
María de Médici y Richelieu. Esto provocará el exilio de ambos personajes.
Luynes, un hombre ambicioso que comparte momentos de caza con Luis XIII,
pasa a ser su asesor y a controlar el reino de Francia. Richelieu deja de apoyar
a María de Médici al perder esta su poder y pasará a formar parte de la
oposición.

Ana de Austria tuvo una gran relación con la mujer de Luynes, la


duquesa de Chevreuse, según los textos, una de las mujeres más hermosas y
atractivas de su tiempo, pero al mismo tiempo, muy peligrosa. Su condición
llevaría al ya fallecido Luis XIII a expulsarla de la corte.

Mientras tanto, Ana sigue con los problemas matrimoniales. Se siente


una mujer frustrada por su matrimonio, pues su marido tiene problemas
psicológicos, falta de interés hacia ella, y tendencias homosexuales. Además,
sólo sentía admiración por la caza, por lo que era fácil que Ana atendiera a
hombres que le mostraban interés, como por ejemplo, el duque de
Buckingham, George Villiers, un hombre seductor y agradable. Ana de Austria
y el Duque tuvieron varios encuentros organizados por la Duquesa de
Chevreuse. Así comenzaron los rumores en la corte, aunque se piensa que
ambos personajes no mantuvieron nunca una relación. Pese a que le parecía
atractivo, Ana de Austria se negaba a mantener una relación íntima con el
Duque debido a su educación cristiana y a su condición de soberana en la
corte francesa.

En el 1620, Luis XIII y su madre se reconcilian, lo que supone el regreso


de María de Médici a la corte. Mientras tanto, Richelieu sigue intrigando para
conseguir el favor real. Luis XIII se siente solo tras la muerte de Luynes, y pide
a Richelieu que presida su consejo. Este organiza el matrimonio entre el
príncipe inglés Carlos y la hija de María de Médici. De esta forma, el cardenal
confirma su oposición a la monarquía hispánica y vuelve a contar con la
confianza de María.

Años más tarde, la Duquesa de Chevreuse organiza la llamada Conjura


de las Damas, por la cual tratarían de asesinar a Richelieur y deponer a Luis
XIII para casar a su hermano, Gastón, con Ana de Austria. Esta conjura
también contó con el apoyo de María de Médici, que siempre prefirió a su
segundo hijo. Ana de Austria se defendió de esta conjura, y en el lecho de
muerte de su marido le juró que nunca intentó matarle.

Richelieu sigue tramando conspiraciones en contra de Ana, de la cual


desconfía por ser una mujer española, pues su política exterior siempre se
desarrolló en contra de la corona española. El cardenal trata de demostrar que
Ana de Austria es una espía de España y que le transfiere información sobre
los intereses de Francia. Ana nunca negó que se comunicara con su padre o su
hermano, pues era su familia. En el intercambio de cartas, su padre siempre se
mostraba preocupado porque su marido, Luis XIII, no le garantizaba la
descendencia. Tras más de 20 años de matrimonio y cuando nadie creía ya en
la descendencia de los reyes, Luis deja embarazada a Ana, por lo que su vida
cambiará en gran manera a partir de este momento. Cuando el Delfín tenía dos
años, Ana de Austria tiene a su segundo hijo, Felipe, duque de Orleans. La
sucesión estaba asegurada.

II. ANA DE AUSTRIA COMO REGENTE

Tras la muerte de su marido, Ana de Austria asume la responsabilidad


del reino de Francia. La muerte de Luis XIII apenas afectó a Ana debido a sus
diferencias. Lo que al principio había sido una relación agradable y amorosa, se
convirtió en un matrimonio por conveniencia, y con el paso de los años, la
situación se fue volviendo cada vez más incómoda. Ana se centraría en la
educación de su hijo Luis XIV.

Luis XIII organizó la regencia de su hijo antes de morir. El control pasó a


un Consejo de regencia en el que se encontraban personajes influyentes del
país, entre los que se encontraban la propia Ana, Gastón, Mazarino,... ( quien
tendrá un papel muy importante posteriormente). Este Consejo funcionaría tras
la muerte de Luis XIII el 14 de Mayo de 1643, pero esto nunca se llegó a
producir.

Ana decidió como primer gesto político exigir al Parlamento de París que
se invalidase el testamento del difunto rey con el objetivo de hacerse ella con la
administración libre y absoluta de los asuntos del reino. Para ello, se defiende
ante el Parlamento exigiendo que se cumplan las leyes tradicionales del reino
francés, además de que un monarca entrante no tenía que estar condicionado
por las leyes aprobadas por un rey anterior.
Cuando adquiere la regencia, nombra a Julio Mazarino como primer
ministro, pues cree que será un gran colaborador con su hijo y futuro rey.
Hombre inteligente que estudió en España y se labró su propio futuro. Se
nacionalizó en Francia. Mazarino pasó de estar a órdenes del Papa para
terminar al servicio del rey de Francia. Era el hombre que había elegido
Richelieu para suceder a Luis XIII, un personaje ambicioso y con gran
capacidad de trabajo.

Ana de Austria fue una mujer sólida en el trono. Pese a ser acusada por
los franceses de sentirse española, la regente se alegra por el triunfo francés
ante los españoles, lo que provocará que el pueblo confíe en su figura.

Francia, en guerra con España, debe hacer frente a numerosos


problemas económicos, y Ana se mantendrá firme respecto a los recortes
llevados a cabo (subida de impuestos a los comerciantes, suspensión del
salario de la Corte durante 4 años, etc.). Se muestra en contra de los indultos y
los privilegios, lo que dará comienzo a la llamada Guerra de la Fronda, intentos
de revolución de la nobleza y la alta administración en el Parlamento y en la
Corte para intentar deponer a Mazarino.

La primera Fronda (1648-1649) tiene lugar en el Parlamento. Mazarino


aumenta los impuestos en varios sectores como los procuradores de los
tribunales soberanos. Los parlamentarios quedarán liberados de esta presión
fiscal, pero incitan a los procuradores a levantarse contra Mazarino y hacerse
con el poder de la monarquía. La reina Ana de Austria se opondrá a este
intento de revuelta y calmará la situación.

La segunda Fronda (1649-1650) enfrenta a Mazarino con Condé. Este


último trata de hacerse con el cargo debido a su creciente poder. Su ambición
hará que la reina entre en el conflicto y vuelva a rebajar las tensiones.

En los siguientes años, Ana de Austria cuenta con la ayuda del ejército
real junto a las tropas españolas para sofocar el intento de sublevación de
varias ciudades francesas. En este momento, el hijo de Ana, Luis XVI, es
proclamado rey bajo la imagen del poder del divino monarca. Una de las
primeras decisiones del nuevo rey es agradecer y pedir públicamente a su
madre que la siguiera aconsejando en el gobierno.

En Francia se rumoreaba sobre el amor entre Mazarino y Ana, los cuales


pudieron casarse en secreto. Ana respondió a estos rumores diciendo que
ambos se entendían muy bien, que le quería y que le tenía afecto pero que no
había nada más allá de eso. Aún así, se piensa que pudo haber una relación
sexual y sentimental entre los dos.

Un año después de que Luis XIV fuera proclamado rey se soluciona el


problema de la Fronda. En octubre de 1652, Luis y Ana de Austria entran en la
capital francesa. Ambos se muestran moderados a la hora de reprender a los
sublevados. Mazarino, el cual se había marchado del país, volverá en 1654 y
seguirá como primer ministro. Ambos seguirán con su política financiera, una
de las causas que causaron las revueltas.

Tras la Fronda, Ana se retira y le da todo el poder a su hijo, al cual siguió


aconsejando desde la sombra. Luis XVI se casará con la infanta española
María Teresa, hija de Felipe IV y la preferida de Ana de Austria para su hijo.
Esta decisión conlleva el fin de la guerra entre España y Francia mediante la
firma del Tratado de los Pirineos. En la boda, Ana se reencuentra con su
hermano tras más de 40 años.

Pese a todas las conjuras que sufrió y la desconfianza de su pueblo, Ana


de Austria supo mantenerse firme en el trono, elegir de manera inteligente a
Mazarino y respetar la monarquía francesa y el sentir del pueblo para hacerse
querer. Ana sufre un gran golpe tras la muerte de Mazarino y se comportará de
manera fría y distante hasta el fin de sus días. Finalmente, muere de cáncer de
mama en enero de 1666.

Bibliografía:

BENNASSAR M.B, JACQUART J., LEBRUN F., DENIS M., BLAYAU N. (1980).
“Historia Moderna”. Editorial Akal. Madrid.

MUJERES EN LA HISTORIA. ANA DE AUSTRIA.


http://www.rtve.es/alacarta/videos/mujeres-en-lahistoria/mujeres-historia-ana-
austria/523686/

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