Está en la página 1de 30

“Año del Buen Servicio al Ciudadano”

Universidad Nacional Mayor de


San Marcos

(Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA)

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

E.A.P. DERECHO

Tema: “Control Constitucional de la jurisdicción arbitral a través

del proceso de Amparo”

CURSO : Derecho procesal Constitucional

PROFESORA : Feliz palomino Manchego

INTEGRANTES: Arroyo Sánchez, José Luis (13020146)

Maslucan Pilco, Wagner (12020193)

Ciudad Universitaria, octubre del 2017

1
INTRODUCCION

El derecho, como toda ciencia social, se encuentra sujeto a los constantes cambios
como consecuencia de que se encarga de estudiar al hombre y su relación con la
sociedad, una sociedad que como consecuencia de la actividad humana, cambia y
evoluciona.

Es en este sentido que el Derecho se encuentra sujeto a las circunstancias que


determinan a una sociedad en concreto. Ahora bien, como sabemos, la máxima
expresión lograda por el afán de regular a la sociedad es la Constitución. Mediante
esta se establecerán las bases y los principios que regirán el desenvolvimiento del
acontecer humano en su relación con otras personas.

La Constitución ahora ya no es más un acuerdo político como aquellos años en que


se vio la luz por primera vez, sino que ahora se la entiende como una norma, aquella
máxima y suprema norma que se encuentra en la pirámide de nuestro
ordenamiento jurídico.

Este fenómeno es lo que el gran jurista francés Favoreu denominó:


“Constitucionalización del Derecho”, fenómeno que nos servirá de mucho al analizar
el quehacer arbitral, incluso nuestra Constitución nos da una gran ayuda al
establecer el carácter jurisdiccional del arbitraje en su ya conocido artículo 139 que
se pasará a examinar también en las siguientes páginas.

2
I. MARCO TEÓRICO

El presente trabajo se embarca a abordar un tema muy importante en el ámbito


jurídico.

Por una parte nos encontramos frente al control constitucional concentrado que
ejerce nuestro Tribunal Constitucional para velar que se cumpla con el respeto de
las normas constitucionales, pero no mero capricho normativo ni mucho menos por
abusar del privilegio de norma suprema que se otorga a sí misma, sino que por lo
que protege en sí misma, esto es, por su contenido.

Con esto nos referimos a que lo que hace única a la constitución y que la hace valer
y dotarse de la categoría de suprema es por la defensa que esta realiza en torno a
los derechos fundamentales, cuya protección se entiende debe de primar sobre
cualquier otra norma que tenga un rango inferior o que no se encuentre contenida
dentro del criterio para considerarla como fundamental.

Es así, que nos encontramos frente a la jurisdicción arbitral, la cual, por lo explicado
anteriormente, se entiende que debe de respetar lo dispuesto en concordancia con
nuestra Constitución Policita.

Pues bien, he ahí nuestro principal objetivo que nos hemos propuesto abordar en el
presente trabajo comprender el control constitucional que se realiza de la
jurisdicción arbitral a través del proceso de amparo. Esperamos que este sea
accesible a la comunidad académica y jurídica en general debido a la gran
importancia que tema representa.

3
A. SOBRE EL CONTROL CONSTITUCIONAL DEL ARBITRAJE

¿QUÉ ROL CUMPLE EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL CUANDO EJERCE


CONTROL SOBRE EL FUERO ARBITRAL?

Para entender realmente a qué se refiere mediante jurisdicción arbitral, tenemos


que realizar una breve explicación sobre la necesaria intervención del Derecho
como instrumento necesario para la resolución de conflictos, esto de la prohibición
de la auto tutela.

Si una sociedad se deja llevar por el control imperante de la auto tutela, no se podría
desarrollar una convivencia acorde que haga factible el desarrollo de las relaciones
humanas sino que por el contrario, nos encontraríamos ante una situación de
anarquía lo cual es una idea muy contraria a los ideales de los forjadores del
derecho moderno

Es por ello que debido a la necesidad por hacer factible la convivencia entre las
personas de una determinada sociedad, esto es, renunciar a la auto tutela, las
personas renunciar al poder para solucionar sus problemas que tienen y se lo
otorgan a un ente ideal, el cual se caracterizaría por la imparcialidad en la búsqueda
de justicia y por el orden que manifestaría al momento de impartirla, es te ente es el
Estado, el cual concreta su poder ejercicio de justicia a través del poder judicial.

Pero lamentablemente este servicio del Estado se ha ido forjando la característica


de ser un servicio lento y además de adolecer de muchas deficiencias, lo cual hizo
que se vuelva casi una necesidad busca un servicio alternativo mucho más rápido
y confiable al momento de impartir justicia, esto es, un servicio particular que debido
a su importante labor que tiene, sería susceptible de control estatal, este es: El
Arbitraje.

B. EL ARBITRAJE: UN NUEVO MODO DE BUSCAR JUSTICIA

4
En primer lugar, algo que es exigido para poder optar por la vía arbitral es la
necesidad de que la materia en controversia giren en torno de derechos disponibles,
caso contrario, las partes que buscan acudir a la justicia arbitral no podrán hacerlo.

¿SE PUEDE CONSIDERAR AL ARBITRAJE COMO UNA JURISDICCIÓN?

Al respecto se evalúan diferentes posturas, pero al final quien tiene la última palabra
es nuestro Tribunal Constitucional.

Ahora, en primer lugar se parte del análisis del artículo 139 de nuestra Constitución
Política, mediante el cual se describe lo siguiente:

Son principios y derechos de la función jurisdiccional:

1.-La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional.

No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente con excepción


de la militar y la arbitral.1

Dicha característica también se encontraba descrita en el primer numeral del


artículo 233 de nuestra Constitución Política de 1979.

Por lo tanto, y por lo descrito anteriormente, es una característica establecida


constitucionalmente, la característica jurisdiccional del Arbitraje.

No obstante lo antes mencionado, el arbitraje no se podría entender como una vía


separada de la judicial2 ni mucho menos como un camino sustitutorio a este; muy
por el contrario se debe entender al arbitraje como un complemento de la vía arbitral.

C. SOBRE EL CONTROL CONSTITUCIONAL DE LOS LAUDOS ARBITRALES

Partiendo de la premisa establecida en el 51 de nuestra norma constitucional, se


entiende que queda consagrado el principio de la jerarquía normativa, es así que el
mencionado artículo establece que:

1 La negrita es nuestra
2 ÁLVAREZ MIRANDA. Ernesto; MUÑOZ HERNANDEZ, Gonzalo. La jurisdicción Arbitral en el Perú:
El Rol del Tribunal Constitucional en la salvaguarda de un fuero arbitral ajeno a intromisiones
judiciales.

5
Articulo 51.-La constitución prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las
normas de inferior jerarquía, y así sucesivamente. La publicidad es esencial para la
vigencia de toda norma del Estado.

En ese sentido, se entiende con toda autoridad constitucional que es esta la que
prevalece en todo nuestro ordenamiento y por lo tanto es nuestro deber el respetar
las disposiciones contenidas en este cuerpo normativo, esto es, la constitución exige
a todos los ciudadanos el respeto de sus normas y el cumplimiento de ellas. Es por
ello que bajo el razonamiento que hemos seguido se llega a la conclusión de que el
arbitraje tiene que someterse al control que pueda ejercer la constitución sobre él
así como del respeto por sus principios.

Para apoyar aún más nuestro razonamiento, lo podemos reforzar aplicando la tesis
de la eficacia horizontal de los derechos fundamentales, mediante esta tesis se
entiende que la constitución regula no solo las relaciones que se establecen entre
los particulares con el Estado, sino que por el contrario también regula las relaciones
que se desarrollan entre los particulares.

A continuación se pasará examinar

D. DESARROLLO DEL CONTROL CONSTITUCIONAL A TRAVÉS DEL


PROCESO DE AMPARO

Sobre la finalidad del Proceso de Amparo

Se entiende que el proceso de amparo tiene una finalidad general de proteger


nuestros derechos fundamentales y para ello se vale de la característica de reponer
las cosas al estado anterior de la violación o de la amenaza de violación que se
haya dado en torno a un derecho fundamental.

Características del Proceso de Amparo3

Como acción de garantía

3PALOMINO MANCHEGO, José F. y CHAVEZ RABANAL, Mario. El Control Constitucional de La


Jurisdicción Arbitral

6
Esto se desprende del mismo texto normativo constitucional, el cual establece lo
siguiente:

Artículo 200.- Son Garantías constitucionales:

(…)

2.- La acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona que vulnera o amenaza los demás
derechos reconocidos por la Constitución (…)

Es por ello que se hace la precisión de la recordar que no se debe de confundir la


denominación del amparo con un recuso, sino que debemos de respetar la
denominación propia establecida en el citado artículo constitucional, muy por el
contrario debemos de recordar que la denominación “recurso” se usa
exclusivamente para las impugnaciones que se puedan en la vía judicial o
administrativa contra las sendas resoluciones que se puedan emitir en estas dos
vías.

Debido a su naturaleza procesal

El amparo es entendido como un proceso, esto es, no se le considera como un


derecho sustantivo, sino como un proceso establecido que tiene como finalidad la
defensa de los derechos fundamentales con las excepcione ya establecidas en el
200 de nuestra Constitución Política ya antes mencionado.

Tiene un procedimiento sumario

Esta característica es propia de los determinados procesos que tienen como fin
salvaguardar la defensa de los derechos fundamentales, dada la prioridad y
preferencia que se tiene al momento de proteger a estos. Es debido a esta prioridad
que se busca restablecer el derecho vulnerado a amenazado de vulneración a un
estado anterior a este de una manera célere y eficaz

Tajante en cuanto a la defensa de los derechos fundamentales

7
Esto se da con la excepción de los derechos de acceso a la información (para lo
cual está establecido el Habeas Data) y del derecho de la libertad personal (para el
cual se encuentra establecido el Habeas Corpus)

Sobre la historia del particular, vale recordar que anteriormente el proceso de


amparo se encontraba subsumido en el Habeas Corpus y no es sino hasta nuestra
constitución de 1979, año en que logra separarse de la anterior garantía
constitucional antes mencionada.

E. SOBRE EL ÁMBITO DE APLICACIÓN DEL PROCESO DE AMPARO

En este punto se recalca o se hace una diferencia entre el ámbito en el que se aplica
el proceso de amparo y nos damos cuenta que este realmente tiene un ámbito de
aplicación que abarca mucho más en lo que a la protección de derechos
fundamentales respecta frente a la Habeas Corpus.

TOCANDO EL TEMA EN SERIO: CONTROL CONSTITUCIONAL A TRAVÉS DEL


PROCESO DE AMPARO SOBRE LAS DECISIONES DE LA JURISDICCIÓN
ARBITRAL

¿CUÁLES SON LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES PROTEGIDOS


MEDIANTE EL AMPARO ARBITRAL?

En algún momento del estudio de la carrera de Derecho, todo estudiante de la


misma se ha tenido que topar con el estudio del Derecho Constitucional, en este
ámbito que uno de los principios que se nos enseña es la preferencia por la defensa
de los derechos fundamentales o constitucionales frente a cualquier otro derecho
que pertenezca a otra índole o categoría.

Es en ese sentido que se entiende que toda decisión judicial o administrativa o del
ámbito que verse en cuanto a derechos fundamentales se refiere, estará sujeta a
los que se denomina control constitucional, la cual puede ser ejercida por nuestro
Tribunal Constitucional a través del denominado control concentrado.

8
Pues bien la jurisdicción arbitral no es ajena a este tipo de control que ejerce nuestro
Tribunal Constitucional y es el mismo que ha ido delimitando a través de sus
sentencias, los supuestos en los que se aceptarían los amparos en materia arbitral
y los derechos que se buscarían proteger con el englobamiento de los mismos.

Se menciona por ejemplo el caso del Sr. Fernando Cantuarias Salaverry Sentencia
del Tribunal Constitucional N°6167-2005-PHC/TC, mediante la sentencia que se
emitió en dicho caso, se fijó que los lineamientos en los que el Tribunal
Constitucional accedía, mediante control constitucional, a la revisión de los laudos
arbitrales.

Así, se mencionó que se acepta la interposición del amparo arbitral en los casos en
se afecte el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en el ejercicio que realizaban
los árbitros dentro del proceso arbitral.

Por otro lado, se aceptará también la interposición del amparo arbitral, y por ende
la aplicación del control concentrado por parte de nuestro Tribunal Constitucional,
en aquellos casos en los que se advierta el incumplimiento por parte de los árbitros
de los procedentes de observancia obligatoria que se hayan establecidos en
anteriores sentencias de nuestro Tribunal Constitucional. Esto en clara alusión por
el respeto del contenido normativo de los artículos VI y VII del Título Preliminar de
nuestro Código Procesal Constitucional.

Otra sentencia que nos ayudará a delimitar otro derecho materia de protección del
amparo arbitral es el caso de la corporación Meier S.A.C. nos referimos a la
Sentencia del Tribunal Constitucional N°4972-2006-PA/TC. En la mencionada
sentencia se da mayores alcances y se aclara de una manera más detallada los
casos en los que procede el amparo arbitral. Así, en esta sentencia se menciona
que existirías tres requisitos principales para dar inicio al mencionado proceso, los
cuales procederemos a explicar a continuación4.

4 STC N° 4972-2006-PA/TC Caso Corporación Meier S.A.C y Persolar S.A.C

9
1) En primer lugar, en los casos en los que la jurisdicción o vía arbitral se vulnere
o amenace los componentes formales o sustantivos del derechos a la tutela
jurisdiccional efectiva.
2) También en aquellos otros casos en los que se obligue a asistir a una
persona a la vía arbitral para que resuelva sus conflictos, aun en contra de la
voluntad de esta persona por aceptar optar por la jurisdicción arbitral como
un medio de resolución de sus conflictos.
3) El último supuesto vendría a ser el más conocido por ser un requisito que
siempre es exigido para el acceso a la jurisdicción arbitral, esto es, que la
materia en controversia a ser sometida para la búsqueda de una solución por
parte de los árbitros verse en torno a derechos que sean disponibles.

F. SOBRE LA NECESIDAD DE AGOTAR EL RECURSO DE ANULACIÓN

En este apartado se nuestro razonamiento debe de girar en torno al cuestionamiento


de si es factible de que se pueda proceder con la acción de amparo aun cuando nos
encontremos frente a convenios arbitrales en los cuales se haya pactado en torno
a derechos constitucionales indisponibles y nos encontremos que este caso en
particular falta el agotamiento de la procedimiento arbitral previamente establecido.

Pues bien, para acercarnos a encontrar una posible respuesta en cuanto a la


anterior interrogante nos debemos de encaminar, primer lugar, a examinar nuestro
Código Procesal Constitucional. Es así que nos encontramos que en dicho cuerpo
normativo, se ha diseñado lo que se vendría a conocer como un amparo subsidiario,
este tipo de proceso es el que nos exige que para que se acepte el mismo,
primeramente tendríamos que la vía que se encuentre previamente establecida,
además de exigirse la inexistencia de una vía auxiliar que pueda satisfacer el mismo
petitorio.

G. LA IMPROCEDENCIA DEL AMPARO ARBITRAL

¿EN QUÉ CASOS ES IMPROCEDENTE EL AMPARO ARBITRAL?

10
Para empezar, es de conocimiento para todo estudiante de derecho que en relación
a los casos que se pueden someter a arbitraje, estos solo pueden ser o aceptare
siempre y cuando versen sobre derechos disponibles.

Siguiendo esa línea es que se condiciona que los temas arbitrales solo versen sobre
derechos disponibles y aquellas controversias que se sometan al arbitraje y que
versen sobre derechos fundamentales que sean indisponibles, se prevé que para
estos casos se procederá con el recurso de anulación, el cual ya se encuentra
previsto en los literales E y F del decreto legislativo 1073, esto es la ley que norma
el arbitraje.

De acuerdo al decreto legislativo 1071, Ley que norma el arbitraje, en el literal B


del articulo 63.

Así, se menciona sobre la improcedencia del amparo para el cuestionamiento en


torno a la de estipulación o convenio arbitral, pues se entiende que en dichos casos
lo que realmente procedería es el llamado recurso de anulación, esto se e dice en
concordancia con el artículo 63, en su literal a del Decreto Legislativo 1071 para ser
más precisos.

Por último se hace hincapié en que solo en casos de resoluciones judiciales, se


podrá proceder con el proceso de amparo, esto en conformidad con lo establecido
en el artículo 4 de nuestro Código Procesal Constitucional, el cual se encuentra
actualmente vigente.

11
II. EL CONTROL CONSTITUCIONAL Y SUS NUEVOS HORIZONTES A
PARTIR DEL PRECENDENTE MARÌA JULIA. –

A. INTRODUCCIÓN. –

Si bien a partir de precedentes anteriores el Tribunal Constitucional ya había


establecido cierta uniformidad respecto a las causales de procedencia del
amparo contra laudos arbitrales, aún gravitaba de por medio cierta
incertidumbre en la práctica profesional y en los debates académicos.

Esta situación fue superada por el precedente vinculante en el expediente No.


142-2011-PA/TC, relacionado una vez más a la posibilidad de cuestionar la
constitucionalidad de laudos arbitrales. Este precedente ha sido aplaudido por
la “comunidad arbitral” nacional, debido a que se ha sostenido que él establece
importantes límites a la posibilidad de control de los laudos arbitrales, por parte
del Poder Judicial y del Tribunal Arbitral Desde la expedición de ese
precedente vinculante he tenido siempre la impresión que aquello que se
anuncia como derrotero del precedente vinculante es más un enorme deseo
antes que una realidad. Por ello, y sin ningún condicionamiento, el presente
trabajo intenta ser un análisis del precedente vinculante mencionado.

B. UNA VEZ MÀS: EL INELUDIBLE CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD.–

Que el Perú sea un Estado constitucional supone no solo reconocer la


existencia de una Constitución, como norma suprema del Estado, sino
además, el reconocimiento de ciertos principios y valores constitucionales que
deben ser respetados, no solo por el Estado, sino también por los particulares 5.

La tesis de que los derechos fundamentales solo son exigibles frente al Estado
dejó hace mucho tiempo de ser proclamada en el derecho constitucional. La

5OMAR SAR, Suarez. “La jurisdicción constitucional en el Perú y el control difuso por parte de los
árbitros.” En: Arbitraje y Constitución. Palestra Editores, Lima, 2012, pág. 128.

12
vinculación y eficacia de los derechos fundamentales frente a particulares es
un presupuesto esencial de su efectividad.

En el Estado constitucional son absolutamente excepcionales los ámbitos


exentos control de constitucionalidad, y estos son normalmente vinculados a
situaciones de política internacional. Aun en estos casos si bien no existe un
control de constitucionalidad, sí existe un control político, que permite evitar el
abuso del poder en el que pueda incurrir un funcionario público.

Ese el contexto en el que debe estudiarse el problema del control de


constitucionalidad de laudos arbitrales. La discusión en torno a si el arbitraje
es o no jurisdicción, o si es más bien una institución que emana de la
autonomía de la voluntad, nos parece que es absolutamente intrascendente
para determinar si es que el laudo arbitral puede ser objeto o no de control de
constitucionalidad.

Este punto es importante, ya que a raíz de la consideración del arbitraje como


jurisdicción, que hace nuestra Constitución, el Tribunal Constitucional ha
elaborado toda su justificación del control de constitucionalidad de laudos
arbitrales a partir de su reconocimiento como jurisdicción. Es por ello que más
de uno podría pensar que matando el presupuesto del que parte el Tribunal
Constitucional (es decir, aquel de que el arbitraje es jurisdicción), se eliminaría
la tesis de admitir el control de constitucionalidad de laudos. Discrepamos.

Aun en el caso en que aceptemos la tesis de que el arbitraje no es jurisdicción,


sino que es una institución puramente privada, que emana de la autonomía de
la voluntad de las partes, no se puede esgrimir un argumento que tenga por
finalidad eliminar la posibilidad de control de constitucionalidad de los laudos.

En ese sentido, nos parece que a estas alturas la discusión no debe estar ya
en si es posible o no el control de constitucionalidad de laudos, sino en los

13
términos en que este control debe ser realizado, y creo que sobre este tema,
no ha habido mayor discusión. En ese sentido, hay aspectos que deberían ser
analizados con el propósito de consolidar una institución que ha venido a suplir
con eficiencia los grandes problemas que ha tenido y viene teniendo la justicia
peruana estatal, pero al mismo tiempo legitimándola.

En efecto, pues como lo señala cierta doctrina autorizada, “contrariamente a


lo que podría pensarse admitir la posibilidad de controlar la constitucionalidad
de laudos arbitrales no debe ser vista como un debilitamiento del arbitraje, sino
más bien, como su consolidación y, lo que es más importante, su legitimación.
Someter a control los laudos, y pasar victorioso por ese examen legitima y, por
lo tanto, consolida, la institución”6.

El tema pasa por estudiar con cuidado los alcances de ese control, ya que, en
el Estado constitucional, las potestades de control desmedido son abusos de
poder que el propio Estado constitucional rechaza. En ese sentido, reconocer
que el Tribunal Constitucional pueda controlar la constitucionalidad de las
leyes no supone reconocer en él la facultad de legislar, pues si lo hace está
ejerciendo inconstitucionalmente las competencias expresamente conferidas
por el poder constituyente al Congreso de la República.

Admitir que el Tribunal Constitucional pueda controlar la constitucionalidad de


resoluciones judiciales no supone que el Tribunal Constitucional pueda
divorciar, ni declarar la nulidad de un contrato, ni determinar la inocencia o
culpabilidad de una persona; hacerlo supondría entrometerse ilegítimamente
en la función que la Constitución le ha conferido al Poder Judicial.

Pero hay otro tipo de límites que suelen tener los controles de
constitucionalidad, y que no tienen que ver con las materias, sino con las

6ALIAGA GREZ, Álvaro. Los recursos procesales en el juicio arbitral. Editorial Jurídica de Chile,
Santiago de Chile, 1985, pág- 234.

14
competencias, los plazos y la legitimación; así como con las responsabilidades
de los órganos que lo realizan7.

Sobre estos límites normalmente no reparamos, o los consideramos –


equivocadamente – como aspectos procesales sin importancia, sin tener en
consideración la trascendencia en los alcances del control de
constitucionalidad que pueden tener esas disposiciones, más aun en casos en
los que esas reglas no se encuentran establecidas en la Constitución.

Por ello, a continuación analizaremos las reglas del precedente vinculante


establecido en la sentencia 142-2011- PA/TC, contenida esencialmente en el
fundamento 20 de dicha sentencia.

C. LAS REGLAS. –

El precedente vinculante tiene dos tipos de reglas: aquellas que establecen en


qué casos debe presentarse un recurso de anulación contra el laudo arbitral
(las contenidas en el fundamento 20) y aquellas que establecen en qué casos
cabe amparo contra un laudo arbitral directamente (fundamento 21).

De este modo, la forma de estructura de las normas contenidas en el


precedente vinculante demuestra claramente que la preocupación fue
especialmente la de una ordenación de vías procesales, antes que una de
determinación de condiciones y presupuestos del control de constitucionalidad
de laudos.

Las condiciones y presupuestos de este control vienen solo establecidos como


consecuencia de la determinación de las vías procesales. Por ello, no existe
un verdadero análisis y claridad de los supuestos de control, sino una excesiva

7ALVAREZ PEDROZA, Alejandro. El arbitraje ad-hoc en las contrataciones del Estado. Pacifico
Editores, Lima, 2010, pág. 87.

15
preocupación por los aspectos procesales de él. Esta excesiva preocupación
en lo procesal ha generado que detrás del precedente vinculante se
contemplen mayores casos de control de constitucionalidad del laudo arbitral,
que aquellos que deberían corresponder por su propia naturaleza, como
veremos a continuación.

(i) Un laudo que vulnere derechos fundamentales puede ser objeto de


revisión en el Poder Judicial (Fundamento 20.a).

Este es el tema más importante que correspondía haber sido dilucidado


respecto a la posibilidad de control de constitucionalidad de laudos. Se
trata del contenido del control. El Estado constitucional no solo se basa
en el establecimiento de un conjunto de valores y principios en el vértice
del sistema, sino que también es aquel en el que se respetan las
competencias constitucionalmente asignadas.

En esto reside la base del principio de separación de poderes que está a


la base del sistema democrático constitucional; y eso incluye, claro está,
al Tribunal Constitucional, el que tiene competencias claramente
asignadas y el ejercicio de ellas fuera de los límites establecidos en la
Constitución supone arrogarse facultades.

En ese sentido, coincidimos con aquella opinión que sostiene que “si la
Constitución reconoce de modo expreso la posibilidad de las partes de
someter la solución de sus controversias a la decisión de un tercero por
ellas designado, cualquier norma o acto que la impida, restrinja o
pretenda restarle eficacia es inconstitucional, así como cualquier
interferencia en esa facultad; salvo que se haga en aras de proteger otro
valor constitucional, en cuyo caso deberíamos realizar el juicio de
ponderación.”8

8 CASTILLO FREYRE, Mario. Arbitraje y debido proceso. Palestra Editores, Lima, 2007, pág. 206.

16
Si esto es jurisdicción o no, no importa, no tiene que serlo para gozar de
las garantías que le otorga la Constitución, mucho nos hemos detenido
en esa discusión y no en lo trascedente que es determinar, sea o no sea
jurisdicción, cuáles son los límites del control de constitucionalidad de
laudos.

En ese sentido, la primera regla conforme a la cual los laudos arbitrales


que vulneren derechos fundamentales son pasibles de control de
constitucionalidad, nos parece excesiva, en desmedro de la institución
arbitral, y por lo tanto, inconstitucional.
Me explico. Hay dos tipos de derechos fundamentales que pueden ser
vulnerados por un laudo arbitral, (i) aquellos que a pesar de ser derechos
fundamentales son disponibles, y por lo tanto, pueden ser objeto de
discusión en un arbitraje (propiedad, autonomía de la voluntad, etc.); y,
(ii) aquellos que versan sobre las garantías mínimas que deben
respetarse en un arbitraje para que sea cual fuera la decisión, pueda
entenderse que la decisión es válida constitucionalmente hablando.

Respecto de los derechos fundamentales sobre los que las partes han
decidido conferirles la facultad de decisión a los árbitros, no existe
posibilidad de revisión alguna ¿Por qué? Porque la Constitución
reconoce la competencia de los árbitros para hacerlo. Lo único
trascedente es que sean derechos sobre los cuales se pueda disponer,
respecto de esta decisión, no debería existir posibilidad alguna de control
constitucional ni del Poder Judicial ni del Tribunal Constitucional.

En cambio, respecto de las garantías mínimas que deben presentarse


para que un laudo pueda ser considerado válido constitucionalmente
hablando sí cabe control de constitucionalidad, pues es la revisión de las
condiciones mínimas que deben presentarse para entender que la

17
decisión expedida ha sido válida, además, estas garantías, son, por regla
general indisponibles, a diferencia de lo que ocurre con los derechos que
se discuten en el arbitraje.

La razón por la que son indisponibles son por la necesidad de legitimar


constitucionalmente las decisiones arbitrales y por el valor y fuerza que
tienen en nuestro ordenamiento, que trasciende al propio interés de las
partes.

Por ello, según el profesor Silvia Gaspar, “aceptar que el Poder Judicial
o el Tribunal Constitucional controlarán la lesión a los derechos
fundamentales materiales, es decir, aquellos sobre los que se discute en
el proceso nos parece inconstitucional.”9

Lamentablemente además de la jurisprudencia previa que había tenido


el Tribunal Constitucional sobre este tema, este avance en un excesivo
control de constitucionalidad de los laudos se encontraba ya recogido en
la duodécima disposición final del Decreto Legislativo que regula el
arbitraje en el Perú.

Cabe recordar que la Duodécima Disposición Final reconocía de modo


expreso que el recurso de anulación era la vía para proteger cualquier
derecho constitucional amenazado o vulnerado. Un reconocimiento a
nivel legal de una disposición ciertamente lamentable para la autonomía
del arbitraje.

Curiosamente la regla del precedente vinculante que estamos


comentando está dentro de lo que muchos especialistas aplauden del
precedente vinculante y nos parece nefasto, pues se está permitiendo

9GASPAR, Silvia. El ámbito de aplicación del arbitraje. Editorial Aranzandi, Navarra, Lima, 1998,
pág. 67.

18
que el Poder Judicial, primero, y el Tribunal Constitucional, después,
ingresen a definir un ámbito que solo puede ser de competencia de los
árbitros, pues así lo han dispuesto las partes.

(ii) La vía procesal para la protección de los derechos fundamentales


que pueda producir un laudo arbitral es el recurso de anulación
(Fundamentos 20.a; 20.b; 20.c y 20.d).

Con anterioridad a la expedición del Decreto Legislativo No.1071 el


recurso de anulación del laudo había sido concebido en la legislación
peruana como un medio excepcional de cuestionamiento de laudos
arbitrales ante el Poder Judicial.

Los aspectos que se solían cuestionar a través de él, tenían que ver con
aspectos vinculados a la competencia de los árbitros, a la disponibilidad
de los derechos de la controversia, el plazo para laudar, y la afectación
del derecho de defensa. A partir de este restringido enunciado algunos
pensábamos que no solo para la afectación al derecho a la defensa, sino
para todas las demás garantías mínimas que debían respetarse en un
arbitraje.

Sin embargo, con la expedición del Decreto Legislativo No. 1071 se


extendió de manera incomprensible lo que históricamente había venido
siendo el objeto de revisión en el recurso de anulación al establecer el la
duodécima disposición final que el recurso de anulación era la vía
procesal específica para la protección de los derechos fundamentales.

Es claro que la intención de la norma fue “desamparizar” los arbitrajes,


pero se hizo de manera errada pues logró todo el efecto contrario, al
incrementar de manera sustancial las razones por las que podía
cuestionarse los laudos a través del recurso de anulación, lo que serviría

19
luego de antecedente para que el Tribunal Constitucional dijera que
contra la resolución del Poder Judicial que resolviera los recursos de
anulación quepa amparo.

Lo cierto es que de acuerdo a lo establecido en la duodécima disposición


final del Decreto Legislativo No. 1071 y ahora en el precedente vinculante
del Tribunal Constitucional bajo comentario, el recurso de anulación es el
medio procesal para cuestionar los laudos arbitrales, denunciando la
afectación de cualquier derecho constitucional.

(iii) La resolución dictada por el Poder Judicial al resolver un recurso de


anulación de laudo puede ser objeto de cuestionamiento a través de
un amparo contra resoluciones judiciales (Fundamento 20.f).

La posición del Tribunal Constitucional respecto a su competencia para


revisar a través de amparo las decisiones del Poder Judicial ha sido
creciente, en general la situación actual es que, al igual que lo que ha
dicho para el arbitraje, ha señalado que puede revisar las resoluciones
dictadas por el Poder Judicial que han adquirido la calidad de cosa
juzgada, cuando estas vulneren cualquier derecho fundamental. Esto,
claro está, supone también una ilegítima intromisión en las competencias
constitucionalmente asignadas al Poder Judicial10

El Tribunal Constitucional no ha cedido en esa posición con este


precedente vinculante, sino que, por el contrario, la ha reafirmado. Las
decisiones expedidas por el Poder Judicial en el ámbito de los recursos
de anulación de laudo arbitral son pasibles de ser cuestionadas a través
de un amparo siempre que se alegue la afectación de cualquier derecho
fundamental.

10 Véase STC 4853-2004-PA/TC

20
Esto genera una situación absolutamente desventajosa para quienes en
ejercicio de su autonomía privada decidieron someter una controversia al
conocimiento de un tercero designados por ellas. Ahora, saben que si lo
que él decida versa sobre algún derecho fundamental, su decisión podrá
ser impugnada ante el Poder Judicial, vía recurso de anulación,
resolución contra la que se puede interponer recurso de casación ante la
Corte Suprema.

Sea que la decisión sea expedida por la Corte Suprema o no, lo cierto es
que contra lo decidido por el Poder Judicial cabe ahora iniciar un proceso
de amparo ante el propio Poder Judicial, con la posibilidad que el asunto
sobre el fondo de la controversia llegue incluso al Tribunal Constitucional.

No se puede defender el arbitraje y aplaudir una decisión como la


adoptada por el Tribunal Constitucional. Si bien creo que las resoluciones
judiciales dictadas en los procesos de anulación de laudo pueden ser
objeto de revisión vía amparo, esto solo debe ser posible, en la medida
que se hayan vulnerando algunas de las garantías que integran la tutela
jurisdiccional efectiva, en el ámbito de decisión del recurso de anulación.

Dar la posibilidad de que tanto en el trámite del recurso de anulación,


como en el amparo contra la resolución dictada en él, se pueda revisar el
fondo de la controversia, al permitir que ambos pueda alegarse la
afectación de cualquier derecho fundamental, creo que constituye un
minado a la institución arbitral, que puede explotar en cualquier momento.

(iv) La interposición de un amparo contra laudo arbitral contraviniendo


las reglas contenidas en el Fundamento 20, no suspende ni
interrumpe los plazos para poder interponer el recurso de anulación
(Fundamento 20.e)

21
Este es un criterio que ha seguido el Tribunal Constitucional de manera
consistente con el que me encuentro de acuerdo. Las reglas dadas
establecen la necesidad de interponer recurso de anulación contra el
laudo arbitral, es decir, evitar la posibilidad que contra el laudo arbitral se
pueda interponer una demanda de amparo de manera directa.

Por ello, si el recurrente interpone una demanda de amparo, a pesar de


las reglas establecidas en el precedente vinculante, en vez de acudir al
recurso de anulación, y se declara improcedente la demanda por esta
razón, ya no es posible reiniciar el cómputo de los plazos para el recurso
de anulación.

En ese sentido, es claro que teniendo la posibilidad de interponer el


recurso de anulación, no lo hizo, prefiriendo irse directamente al amparo.
Esta situación de modo alguno puede generarle el beneficio del
recómputo de plazos, a quien incurrió en el error.

Sin embargo, el establecimiento de esta regla debe tener un presupuesto


básico, esto es, que sea claro cuándo puede plantearse un amparo
directamente y cuándo puede plantearse recurso de anulación. Si el
legislador no es claro en establecer las causales de procedencia de cada
uno de ellos, entonces, la regla comentada, no es sino una trampa que
el que prevé la regla le está poniendo al justiciable con la finalidad de
impedir su acceso a la jurisdicción.

Es por ello que en la aplicación de esta regla debe tenerse en cuenta el


principio pro actione, según el cual la duda en la interpretación de las
normas procesales acerca de la procedencia o no de una demanda, debe
siempre preferir la admisión de esta.

22
(v) A pesar de lo establecido en la Regla 2), cabe amparo contra un
laudo arbitral, en tres supuestos específicos.

Como ha quedado establecido la principal preocupación demostrada por


el Tribunal Constitucional ha sido la de determinar los casos en los que
procede el recurso de anulación antes del amparo, y en qué casos se
puede acudir directamente al amparo.

Por ello, si bien en el fundamento 20 ha establecido la regla general


conforme a la cual para el control de constitucionalidad de laudos debe
interponerse el recurso de anulación, y solo después de este, el amparo
contra la resolución que resuelve la anulación; en el fundamento 21 de la
sentencia establece los tres casos en los que sí se puede interponer una
demanda de amparo de manera directa contra un laudo arbitral, sin
necesidad de interponer un recurso de anulación11. Veamos a
continuación cuáles son esos casos.

- Cuando se invoca la vulneración directa o frontal de los


precedentes vinculantes establecidos por el Tribunal
Constitucional.

Lo que el Tribunal Constitucional señala es que, si el laudo arbitral


vulnera directa o frontalmente un presente vinculante, puede
interponerse directamente un amparo contra ese laudo arbitral. Hay
algunas precisiones sobre este tema. Si existe un precedente vinculante
del Tribunal Constitucional este sin duda alguna forma parte del
ordenamiento jurídico, razón por la cual es preciso seguirlo.

11Analizado ampliamente también en: SABROSO MINAYA, Rita. “¿Un gran paso hacia la autonomía
del arbitraje? El nuevo precedente del Tribunal Constitucional”. En: Arbitraje y Constitución. Palestra
Editores, Lima, 2012, pág. 122.

23
Sin embargo, entra dentro de la potestad de los árbitros reconocida en el
artículo 139 inciso 1) de la Constitución el interpretar y aplicar las diversas
fuentes del ordenamiento jurídico para resolver, dentro de las que se
encuentran los precedentes vinculantes.

Por ello, el señalar que si un árbitro incurre un error respecto de la


aplicación o interpretación de un precedente vinculante, al resolver el
tema de fondo, supone darle al Tribunal Constitucional la competencia
de revisar la decisión que, sobre el fondo, ha adoptado un árbitro, lo que
supone una intromisión en sus competencias.

En mi opinión, solo debería existir esta regla para los casos en los que el
precedente vinculante se refiera a alguna de las garantías
constitucionales del arbitraje.

Por lo demás, resulta poner atención al hecho que el precedente señala


que solo podría interponerse amparo cuando exista una vulneración
directa o frontal de los precedentes del Tribunal Constitucional. Ello
quería decir que no procederá cuando no exista ese tipo de vulneración.
La pregunta que sigue a continuación es ¿cabe alguna vulneración
indirecta o no frontal? Para el Tribunal Constitucional, no. ¿Por qué lo
decimos? En pronunciamientos anteriores, referidos al control de
resoluciones judiciales a través de procesos de amparo, el Tribunal
Constitucional ha definido que el precedente vinculante es una regla
jurídica que no admite ningún tipo de interpretación, que no sea aquella
que se deduce de su texto literal.

Por ello, cualquier interpretación contraria a lo que el Tribunal


Constitucional haya dicho expresa y literalmente daría lugar a la
interposición de un amparo contra laudo arbitral, en la medida que de
acuerdo a lo establecido por el Tribunal Constitucional no existe otra
forma de interpretación de los precedentes vinculantes. Por ello, para
quienes de manera optimista han leído el precedente vinculante en
comentario, pensando que solo cabría amparo en los casos en los que

24
se vulnere flagrantemente un precedente vinculante del Tribunal
Constitucional, deben encontrar en esta regla otro caso más de
preocupación respecto a la autonomía del arbitraje

- Cuando en el laudo arbitral se ha ejercido control difuso sobre


una norma declarada constitucional por el Tribunal
Constitucional o el Poder Judicial, según corresponda,
invocándose la contravención al artículo VI del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional.

Esta regla reconoce que los árbitros pueden ejercer control difuso de
constitucionalidad de las leyes, y respecto de esto estoy de acuerdo. Si
reconocemos que los árbitros pueden resolver conflictos, dando
protección a las diversas situaciones jurídicas de los particulares, ello
supone que (al menos en el caso del arbitraje del derecho), lo puedan
hacer aplicando la integridad del ordenamiento jurídico, lo que supone,
en primer lugar, las normas de la Constitución.

Sin embargo, como lo manifiesta cierto autor, “no podemos dejar de lado
que existe dos órganos a los que la Constitución les ha conferido de
modo exclusivo el control de constitucionalidad abstracto: el Poder
Judicial (en el caso de normas con rango inferior a la ley) y el Tribunal
Constitucional (para el caso de normas legales). Ello quiere decir, que
para esos casos, son los intérpretes legítimos de la Constitución, y
establecen el derrotero que con base a ella deben tener las demás
normas del sistema. Si ello ha sido realizado, ningún operador jurídico
puede inaplicar la norma que esos órganos han señalado que son
constitucionales.”12

12PIQUE BUITRON, Evelyn. “El proceso de amparo y el arbitraje”. En: Arbitraje y Constitución.
Palestra Editores, Lima, 2012, pág. 86.

25
En ese sentido, dado lo trascedente que supone señalar que una norma
es o no constitucional, resulta coherente el que sea un caso de
procedencia excepcional del amparo los casos en los que un laudo
inaplique una norma por contravenir la Constitución, cuando el Tribunal
Constitucional o el Poder Judicial han señalado que es constitucional.

Sin embargo, creemos que en estos casos solo procede el amparo en los
casos en los que el ejercicio del control difuso suponga la afectación de
un derecho fundamental, pues esta debe ser la única razón por la que se
debe iniciar un amparo.

Entendemos que este debe ser un caso excepcional, que tiene que ver
con el principio de constitucionalidad de todo el sistema, y el principio de
igualdad en la aplicación de la ley.

- Cuando el amparo sea interpuesto por un tercero que no forma


parte del convenio arbitral y se sustente en la afectación directa
y manifiesta de sus derechos constitucionales a consecuencia
del laudo pronunciado en dicho arbitraje, salvo que dicho tercero
esté comprendido en el supuesto del artículo 14º del Decreto
Legislativo N.º 1071.

Esta regla tiene algunos defectos en su formulación. Señala que puede


interponerse una demanda de amparo contra un laudo arbitral, en los
casos en que un tercero que no forma parte del convenio arbitral alegue
una afectación directa o manifiesta de sus derechos constitucionales.

Pero puede ocurrir que el tercero sí haya formado parte del convenio
arbitral, pero no haya sido parte del proceso arbitral, pues no todo aquel
que forme parte del convenio arbitral, debe ser parte del proceso arbitral,

26
pues ello dependerá de la pretensión que se haya planteado en la
demanda. En este caso es claro que se confunden los efectos del
convenio arbitral, con los efectos del laudo arbitral.

Es importante prestar atención a la siguiente opinión: “La afectación


constitucional se produce cuando se pretenda ejecutar un laudo a alguien
que no haya sido parte del proceso arbitral, sin perjuicio de que haya sido
parte del convenio. Es claro que si alguien no ha sido parte del convenio,
ni del proceso, con mayor razón debe poder plantear una demanda de
amparo. En estos casos la razón constitucional que justificaría la
interposición de la demanda de amparo es la afectación del derecho de
defensa, pues se pretendería la ejecución de un laudo respecto de
alguien que no ha tenido la posibilidad de alegar y probar en el
arbitraje.”13

Pero este tema nada tiene que ver con los alcances del convenio arbitral,
menos con la extensión del convenio a las partes no signatarias. Un laudo
arbitral no puede extender sus efectos a quien no ha sido parte del
arbitraje, ni siquiera en aplicación de lo dispuesto en el artículo 14 del
Decreto Legislativo No. 1071. Por lo demás, aunque el tema de la
intervención de terceros en el arbitraje es un tema sumamente polémico,
podría darse el caso que alguien no ha sido parte del convenio arbitral,
intervenga al proceso, con asentimiento de ambas partes, habiendo
entonces sido parte del arbitraje.

Es verdad que en estos casos puede sostenerse que con la aceptación


de ella formaría un convenio arbitral, en todo caso esa aclaración se hace
necesaria a fin de no interpretar indebidamente esta regla establecida en
el precedente vinculante.

13PRIORI POSADA, Giovanni. “El control de constitucionalidad de laudos arbitrales en el Perú, a la


luz de lo señalado en el precedente vinculante 142-2011-PA/TC”. En: Revista de Arbitraje PUCP.
Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 2013, pág. 30.

27
D. CONCLUSIONES. –

Los laudos arbitrales deben ser susceptibles de control de constitucionalidad.


Sin embargo, ese control debe ser realizado solo en los casos en los que se
lesione las garantías procesales mínimas para la validez del laudo (lo que
incluye los casos en los que se pretenda ejecutar un laudo a un tercero) y en
los casos en que se haga un control difuso contrariamente a lo dispuesto por
el Tribunal Constitucional o el Poder Judicial, al ejercer el control concentrado
de constitucionalidad.

En todos los demás casos establecidos por el precedente vinculante la


intervención del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional es
inconstitucional. Por lo demás, creo que el recurso de anulación debe siempre
ser la vía previa para el control del laudo, y que el amparo posterior solo debe
ser procedente por vulneración a la tutela jurisdiccional efectiva el proceso de
anulación de laudo arbitral.

28
BIBLIOGRAFIA

ALIAGA GREZ, Álvaro. Los recursos procesales en el juicio arbitral. Editorial


Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1985.

ÁLVAREZ MIRANDA. Ernesto; MUÑOZ HERNANDEZ, Gonzalo. La jurisdicción


Arbitral en el Perú: El Rol del Tribunal Constitucional en la salvaguarda de un fuero
arbitral ajeno a intromisiones judiciales.

ALVAREZ PEDROZA, Alejandro. El arbitraje ad-hoc en las contrataciones del


Estado. Pacifico Editores, Lima, 2010.

CASTILLO FREYRE, Mario. Arbitraje y debido proceso. Palestra Editores, Lima,


2007.

GASPAR, Silvia. El ámbito de aplicación del arbitraje. Editorial Aranzandi, Navarra,


Lima.

OMAR SAR, Suarez. “La jurisdicción constitucional en el Perú y el control difuso por
parte de los árbitros.” En: Arbitraje y Constitución. Palestra Editores, Lima, 2012.

PALOMINO MANCHEGO, José F. y CHAVEZ RABANAL, Mario. El Control Constitucional


de La Jurisdicción Arbitral

PIQUE BUITRON, Evelyn. “El proceso de amparo y el arbitraje”. En: Arbitraje y


Constitución. Palestra Editores, Lima, 2012.

PRIORI POSADA, Giovanni. “El control de constitucionalidad de laudos arbitrales


en el Perú, a la luz de lo señalado en el precedente vinculante 142-2011-PA/TC”.
En: Revista de Arbitraje PUCP. Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 2013

29
SABROSO MINAYA, Rita. “¿Un gran paso hacia la autonomía del arbitraje? El
nuevo precedente del Tribunal Constitucional”. En: Arbitraje y Constitución. Palestra
Editores, Lima, 2012.

30

También podría gustarte