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Celda electrolítica

Una celda electrolítica es una celda electroquímica que sufre una reacción redox cuando se aplica
energía eléctrica. Con mayor frecuencia se utiliza para descomponer los compuestos químicos, en
un proceso llamado electrólisis la palabra griega lisis significa romper. Cuando se añade la energía
eléctrica al sistema, se aumenta la energía química. De manera similar a una pila galvánica, las
celdas electrolíticas por lo general consisten en dos medias celdas.

Los electrolitos pueden ser ácidos, bases o sales.

Al proceso de disociación o descomposición realizado en la celda electrolítica se le llama


electrólisis.

En la electrólisis se pueden distinguir tres fases:

Ionización - Es una fase previa antes de la aplicación de la corriente y para efectuar la sustancia a
descomponer ha de estar ionizada, lo que se consigue disolviéndola o fundiéndola.

Orientación - En esta fase, una vez aplicada la corriente los iones se dirigen, según su carga
eléctrica, hacia los polos (+) o (-) correspondiente

Descarga - Los iones negativos o aniones ceden electrones al ánodo (+) y los iones positivos o
cationes toman electrones del cátodo (-).

Para que los iones tengan bastante movilidad, la electrólisis se suele llevar a cabo en disolución o
en sales. Salvo en casos como la síntesis directa del hipoclorito sódico los electrodos se separan
por un diafragma para evitar la reacción de los productos formados.

Para la síntesis de la sosa también se ha empleado un cátodo de mercurio. Este disuelve el sodio
metal en forma de amalgama y es separado así.

Ejemplos importantes de electrólisis son la descomposición del agua en hidrógeno y oxígeno, y la


bauxita en aluminio y otros productos químicos. Galvanización (por ejemplo, de cobre, plata,
níquel o cromo) se realiza utilizando una celda electrolítica.
Una celda electrolítica tiene tres componentes: un electrolito y dos electrodos (un cátodo y un
ánodo). El electrolito es por lo general una solución de agua u otros disolventes en el que se
disuelven iones. Sales fundidas tales como cloruro de sodio también son electrolitos. Cuando
accionamos un voltaje externo aplicándolo a los electrodos, los iones en el electrolito son atraídas
a un electrodo con la carga opuesta, la carga de transferencia (también llamados corriente
galvánica o redox) pueden tener lugar reacciones. Sólo con una potencial eléctrico externo (es
decir, voltaje) con la polaridad correcta y suficiente magnitud puede una celda electrolítica
descomponer un normalmente estable, o inerte compuesto químico en la solución. La energía
eléctrica proporcionada puede producir una reacción química que no se produciría de forma
espontánea de otra manera.

Portada

Índice

Introducción

Objetivos

Desarrollo

Bibliografía

Conclusión

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