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Derecho Político
Derecho Político
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Pesetas.
EN PRENSA Ó EN PREPARACIÓ:'{.
Tratado de Derecho P"litico,-Tomo 1I: Derecho constitucional.
La Administració'1 po,itica y !,l Adminis!r"ció I SJci,zI.
La Criminalida! comparada, por Tarde, traducción, prólogo y
notas de A, Posada.
TRATADO
DE
DERECHO POLÍTICO
POR
ADOLFO POSADA
Profesor en la· Universidad de Oviedo.
TOMO PRIMERO
1)
MADRID
LIBRERÍA DE VICTORIANO SUÁI~EZ
Preciados, 48
Es proPiedad de su autor.
er) Digo 'lU/! )'0 sepa, porque en los periódicos franceses, al dar cuenta
de la Memoria de Mr. Aucoc, leída en la A cadcmia de Cúmcias mOl'ales y
políticas, acerca de la nueva Escuela de Ciencias políticas de Bruselas, se
habla de otra escuela análoga fundada en España.
8 PRELIMINAR.
CAPITULO PRIMERO.
(1) Véase Krause.-IdeaI de 1" huma1lidad, trad. Sanz del Río, pá-
gina 48.
EL ESTADO mSTITUCIÓN PARA EL DERECHO. 27
(1) RilJer, La idM <le! dnw/"" trad. e,p. ele D. Francisco Giner, p:í-
gina 3.
32 CO:-':CEPTO DEL EéiTAlJO.
(r) Con todas las consecuencias referer.tes á las relaciones entre el ór-
gano y el organismo, ql1e Taine ha puesto muy en daro.
(2) Das1a conslllt"r la Soctologie, de Spencer (especialmente el t. rr);
la Scimu soctille COllü11Iporai7le de F ouillée; l a Ciencia social de!porvenir
de LielienfelJ. Véase nuestra Introducción al Derecho poli/ieo, cap. VI.
(3) V{ase Estructura y vida del cuerpo social. Expone el contenido de
esta obra el Sr. Giner. (Revista de legislación y Juri>}rudeneia, año r890.)
CAPÍTULO n.
EL DERECHO COMO ANTECEDENTE NECESARIO DEL ESTADO.
(r) Puede notarse esto por lo que se refiere al derecho en las siguien-
tes definiciones que re~ume el ilustre Ihering (EsPíritu de! Derecho 1'0-
mallO, véase IV, pág. 377 de la edición francesa): «El derecho es la
posibilidad de la coacción garantida por la ley» (Thibaut). «Es la.
44 CONCEPTO DEL ESTADO.
(1) Esprit du Droit romain, t. n, pág. 123. Aunque Ihering afirma que
la voluntad es el órgano creador de la personalidad, no significa esto más
.que un punto de vista limitado del autor. I\Iediante la voluntad, puede
efectivamente exteriorizarse la persona, pero ha de ser voluntad libre, lo
cual sin duda no es posible sino en el ser racional.
(2) Esprit du Droit romain, t. Il, pág. I23.
54 CONCEPTO DEL ESTADO.
(1) Véase Krause, Das System del' Rtchtsphi!osobhie, pág. 355. nota.
LA PERSONA Y EL ESTADO JURíDICO. 57
EL ESTADO POLÍTICO.
EL ESTADO POLÍTICO.
CAPÍTULO PRIMERO.
el) Así lo hace ver con suma claridad el Sr. Ciner de los Ríos en su
obra citada, yasí lo hacía ver también elocuentemente el Sr, S.dmerón
en el Congreso espaflol, cuando la célebre discusión sobre La IJlter1/aci.l-
na/o Véase Los Discursos padamentarios, t. r.
TEORíA DE LOS ESTADOS DE DERECHO.
(1) Politica.
CARACTERES POSITIVOS DEL ESTADO POLÍTICO. gI
(1) Uno de los autores, como luego veremos, que han puesto más de
relieve la importancia del mero hecho de la vida común como motivo del
lazo territorial, es Starcke en su Fami!le primitive.
94 EL ESTADO POLÍTICO.
CAPÍTULO PRIMERO,
(1) R,ll}l A/terfhünur, t. T, P ig. 90, citarlo pJr GirauJ- Teulon, Odgt-
ntS, pág. 378.
Iq ORIGEN DEL ESTA no.
(1) He aquí como Sumner Maine resume la teoría patriarcal: "Es una
teoría que ve el origen de la sociedad en familias distintas, de las cuales
los miembros quedan unidos bajo la autoridad y bajo la protección del
más anciano de los ascendienles varones ..... El varón más sabio y más
fuerte es quien gobierna. Guarda celosamente su mujer ó sus mujeres;
todos aquellos que están bajo su protección viven en un mismo pie de
igualdad. El hijo de fuera, á quien cubre con su sombra, ó el extraño á
quien las circunstancias enlazan al servicio de la familia, no se distin-
guen del hijo, que perlenece á la familia por el nacimiento ..... ,. (L'Aneien
Droit, páginas 260, 263 Y 264-)
n6 ORlGE;'! DEL ESTADO.
(r) «La familia, dice Morgan, es el elemento activo, nunca está esta-
cionaria, sino que progresa de una forma inferior Ó otra superior a medida
que la sociedad se e1e,'a. Los sistemas de parentesco, por el contrario, son
pasivos; sólo de tarde en tarde se registra en ellos algún progreso ..... »
(2) Übra citada, pág. 27.
LAS CONCLUSlOi'\ES DE LAS ,10DERNAS TEORÍAS. I23
(1) Para proceder con orden en mis investigaciones sobre las socieda-
des primitivas, he investigado las sociedades animales, pudiendo verse
en la Revista de Espaiia, Abril, Junio, 1891. el resultado.
O) Véease Spencer. Soci%gie. vol. J. Y A. Espinas. Les 80ciétés ani-
mates.
ORIGEN DEL ESTADO.
pasión del celo parece que no existe. Spencer cita varios (1).
Ptro más bien se refIere á la ausencia de ciertas manifesta-
ciones de ternura y emoción, que son cortejo obligado en
el amor ya verdaderamente humano; y por otra parte, este
fenómeno no es general y no puede considerársele como
expresión de un estado universal necesario en la evolución
humana.
Además, ese desconocimiento del varón como padre está
contradicho por el hecho de que aun en las tribus menos
avanzadas el padre es, según Spencer anota (2), habitual-
mente conocido, y porque hasta las razas más ínfimas
tienen una palabra para designar al padre.
5. Pero del reconocimiento del valor primordial del ma-
cho, áel varón, como padre, como elemento fundamental
de la sociedad humana, ¿puede concluirse necesariamente
en la teoría patriarcal? En modo alguno. La hipótesis de
las parejas primitivas es tan gratuita, como la del descono·
cimiento de la importancia primordial del elemento mas-
culino. Y ambas tienen su causa principal en la considera-
ción de las sociedades primitivas como meras uniones, des-
cansando en el lazo de la sangre, y mantenidas por el del
parentesco. Sin duda obedece esto á que se investigan las
sociedades primitivas bajo la influencia de las actuales, en
las que el lazo más primitivo, más inmediato y simple, es
el de la familia.
CAPÍTULO PRIMERO.
(1) Estructura y vida del cuerpo socia! (trad. ital.)¡ vol. II, pág. 680.
CONCLUSIONES GENERALES. I71
,
señalar, el Estado, aunque se revela, respondiendo á una
necesidad esencial humana (de ahí su permane1tcia) , y
como tal de siempre en la humanidad, en virtud de la
condición material, física (orgánica) bajo que se realiza
por el hombre, se exterioriza según formas temporales, que
nacen, se desarrollan y mueren, según las leyes de toda
vida en los seres. La idea del Estado persiste siempre,
bajo una ó otra forma; pero la energía especial, psíquica,
que lo produce en cada caso, se agota y pierde en el des-
gaste ó roce con 10 orgánico y físico.
Por fin, en el Estado cabe distinguir la necesidad, resul-
tado de la acción exterior de lo físico, y la espontaneidad
ideal, signo de cuanto es obra de la conciencia, revistien-
do, por darse ésta en el hombre como razón, el carácter de
libre, y lo es en la medida en que en la colaboración de lo
físico y de lo psíquico predomine esto sobre aquello. Así
puede señalarse en la historia una marcada tendencia á
hacer predominar el efecto racional de la libertad, sobre el
de la necesidad, merced á la conversión de la sensación
que se impone y domina, en sentimiento que se mide, en
idea que se dirige, siendo las instituciones políticas pro-
ducto de la fuerza y generadoras de fuerza ciega y brutal,
en más ó menos medida, según que el factor racional es
más ó menos intenso ó está más ó menos apagado.
En rigor, lo que ocurre en el Estado no es quizá más
que una confirmación de la tendencia general de la natu-
raleza, de la vida misma de los animales inferiores, hacia
la unión de los elementos simpáticos, hacia la expansión de
las energías vitales, en el sentido de una mayor intensidad
de la vida que se realiza, de la necesidad que se satisface.
CAPÍTULO JI.
(1) Soci%git, t, I.
(2) Sumner Maine. i'¡udcs su,- !ts hstitl/tiom primitives, pág. 90.
l74 NATURALEZA !lEL ESTAllO.
(1) Y es tan necesario par:! la vida normal del Estado nacional esa
wexistencia y armonía de sus miembros individuales y coJeet; \'os, que
los países que como Francia, EspaiLa é Italia no conseryaron y mejora.
ron reflexivamente (en las leyes) las formas espontáneas de estos miem-
bros, tienden á restaurar la constitución de Sl1 "ida local, mediante un
"onjunto de procedimientos que L\Iinghctti ha sabido caracterizar como
<le deSCtll!mlizacióll (f Partíl, politid).
NA:TURALEZA DEL ESTADO.
3. Consecuencia de esto:
1.0 La acción del Estado en el país, es una acción jurí-
dica, de ordenación de la vida social humana dentro de él.
2.° Esta acción es independiente y distinta de las que
implican todas las demás relaciones á que los varios aspectos
de la naturaleza física puede dar lugar, y
3.° Siendo el Estado de la colectividad y según ella, la
acción jurídica del mismo, en el territorio encuentra otro
límite necesario, interno, en la colectividad, de suerte
que de igual modo que son compatibles las existencias de
colectividades diversas tn un mismo medio territorial, en
cuanto sus personalidades no se excluyen, así dentro de
ese medio territorial pueden vivir armónicamente las ac-
ciones jurídicas de diferentes Estados.
Baste tener en cuenta para esto que el problema polí-
tico de la organización local, por ejemplo, entraila como
cuestión esencialísima, la determinación de la acción terri-
torial respectiva que á las localidades y á las nac-Íones co-
rresponde; pero por difícil que sea resolver tal cuestión
históricamente, siempre se supone por parte de la loca-
lidad, primero, una circunscripción territorial (término
municipal, por ejemplo), y una propia acción jurídica,
de la misma colectividad como Estado, en el territorio,
fundada en las necesidades específicas suyas, por razón del
Jin que cumple y según la fOlma con que lo cumple. Pre-
cisamente la extensión territorial dentro de ciertos lími-
tes es la condición de la vida de vécindad (1), mientras
'(1) Véase Blunstchli, obra citada, pág. 68; Ahrens, obra citada,
Parte especial, cap. V; I3urgess, Political sClellu, t. J.
LA POHLAC¡(jN y EL ESTADO. 193
lB
CAPÍTULO V.
(l) Obra cilada. Figura como introducción Ó prefacio á unO de los to-
mos de la E/Nioteca de eitllei.H jo/itieas, que Urunialti dirige.
208 NATURALEZA DEL ESTADO.
(1) Un resumen bastlnte completo ll~ las CUEstiones que las razas ori-
ginan, consid,radas <st3S como i"'p~rta en el texto, á saber, en su aspecto
sociológico, puede nrsc en SclJliflle, obra citada, tomo JI, pjgin"s 60 y
siguientes. Lo estJS p:iginas ordcna~ (:e~Je su punto de, ista) Schiifile los
tr~bajos de Perchel, Perl)', VOi{t, Retzius, \Velcker, \Vaitz, Virchow,
Quetelet, Da\is, Br;),a, Véase tamLién Topimrd, A /ltrcpo!o,~ia; Tylor,
Antropologúl (las dos (raduciLlas h: y al espaÍlol l. Debe comultarse para
estudiar los movimientos políticos, internos de la faZ", la interesante obra
de Gumplowicz, La /u!te des races (trad, franc), y p"u form"rse un" idea
de las conclusiones del evolucionismo en e,te asunto, puede verse á Spen.
cer (Socio!ogie) , y las obras de Letourneau, Le Soáolrgie, L'E1'c!u!iOll de
la mora!, L'EvolutiolZ d" maringe el de z" jamilk L'Evo!u!/01l de la pro-
priété, L'Evo!u!;o" "e!igieuse, pero, wbre todo, L'Evo!utioi! Po!iúque des
diverus races humaillps (1890), Una monografía muy importante acerca
'de los diferentes problEmas de las rn" humanas es la publicada re-
cientemente por Mr. F. Souffret, De l, disjarité physiqlle et meJ/!ale des
raen humaims, el de ses pdllcipes (1892).
322 N ATlTRALEZA DEL ESTA])O.
(1) Así Burgess, obra citada, vol. I, pág. I, dice: «una población de
unidad étnica, habitando un territorio que sea unidad geográfica, es una
nación."
(2) His.'oin d~ la liteYatur~ ang!aise, t. 1, Introducción.
EL CARÁCTER ÉTNICO DE LA POBLACiÓN. ~:l
(1) Insiste mucho sobre b importancia del Jloclcr material en las so-
cie¿acles primiti\'as, Lubbock, Orígell6 JI' /" c¡'·i!ízació1I.
EL ESTADO Y LA ESTRUCTURA SOCIAL.
(1) Es una cuestión la relativa á la riqueza, que debería ser tratada con
muchísimo detenimiento. ¿ Es licita en el concepto general que de ella
se tiene? ¿ El rico, por herencia ó por suerte, ha de ser absolutamente
libre de disponer de un enorme cúmulo de medios' No me atrevo á re-
solver, ni aun á examinar detenidamente el asunto. Lo '1ue creo induda-
ble es que, sin prejuzgar si el E·,tado actual puede hacer algo coactiya-
mente en este punto, el ser rico debe considerarse cümo una función
social representativa, llena de deberes y obligaciones que no puede tener
el pobre. Si se quiere ver el estado de la cue3tión, véase el Discurso ue!
Sr. Azcárate en el Ateneo de Madrid. Curso de r892-93.
EL ESTADO Y LA ESTRUCTURA SOCrAL. 239
CAPÍTULO PRIMERO.
(1) Esta idea del flO del F.stauo implícita en la Sociología (t. Ill) y
·desarrollada en El individuo ante el Estado, acaba de exponerla Spencer
con gran amplitud en su última obra Justice. Una impugnación de la
teoría de Spenccr puede verse en Huxley: /,,'i/¡¡lúmo administrativo.
(2) COIl\·iene auvertir, que á pe,ar de esto, los que pasan en la hi,tori"
"de la Economía" política como los representantes más fieles del sentido in-
dividualista, no circumcriben, corno en parte se ha visto en el capítu'o
anterior, el nn del Estado. al ~stric!a1J/(J¡!e jur/dieo de represióll. Baste
recordar Adam Srnith, Stuart Mill, Florez Estrada y otros citados en
nota en los Pnilcipts de ['oliúca, de IIcltz2ndorff, pág. 3I5. Véase una
.cit:t comprobatoria, en SchiattClrel1e, BiUioüca de ciencias políticas, de
FIN DEL ESTADO.
CAPíTULO PRIMERO.
(1) \'éasc Encid"pdúl Jllrídica, ele Ahrens, t, 1, p~g, lOS, nota del se-
ñor Giner á la traducción espaTlob..
LA ACTlVIflAD DEL ESTADO.
CAPÍTULO PRIMERO.
TEORÍA DE LA REPRESENTACIÓ:-;.
(1) Acerca de este punto véase Meale, La edllca:rion& al!a fJita poli-
tica ndl' Inglatl!noa.
TEORÍA !lE LA HEj'RESENTACIÓN,
(1) Esta exclusión de la mujer, sin duda será temporal. Hay ya fuer-
tes corrientes en su favor, De esto y de 10 demás referente al sufragio, se
tratará en el DERECHO CONSTITUCIONAL.
24
370 FORMA DEL ESTADO.
FORMAS DE GOBIERNO.
25 de Diciembre de I892.
l.
Hobbes.-Leviatllan.
Locke.-E71sa)'os sobre el ¡;ObÚ'r7lO civz!.
Grocio.-De jure pacis et belli.
Espinosa.- Tratado tcoló¡;ico político.
Bossuet.-Politiquc tzi'éc de la B'criture Sil/JIte.
Montesquieu.-EI .E4Jírdu dc las Le)'es.
Rousseau.-El contrato soci{[!.
Diderot. - Princijes de polziz'quc.
A. Smith.-Riqueza de las Jlacúm!'s.
Burke.-Rqlexiones sobre la RcvolucirJll fra1/cesa (1790).
Kant.-Prz·ncipios metafísicos del Derecho (1796).
Fichte. - Consideracio1les scbrc ltl RC7!r¡!uciljn francesa
(1 793).-iYafurreclzt (1796-97).
BOllald.-Teoric du pOllvoir Jolziz'quc el relz'gieux (1796).
Krause.- Ickal de la llltJJlam'dad.-S)'stel1l des Rechtsphilo-
SOplllC.
Schleiermacher.-- Doctrina del Estado (181 r).
Haller.-Restauratio1Z dcr S!aatszcisSClISc!wfil'll (hay tra-
ducción franc.), (1820-1826':.
Hegel.-Naturreclit ztlld St(/ats1iJissenschajt (1821).
Cornte.- Cours de phziosoplzie jositiZ'e (1830-41).
Rossi.-Cours de droit COllstltutionncl (1835).
PARA EL ESTITllTO DEL DERECHO POLíTICO. 403
Greeff.-IlltroductiOll a la Sociologz'e.
Novicow.-Le poNtique iutenzatio1lale.
Ir.
Aparte de la indicación bibliográfica general, haré otra
particular relativa á cada uno de los asuntos tratados en
los diferentes libros. El criterio será reproducir aquí, por
orden alfabético de autores, todas aquellas que cito en el
texto, y con nota del lugar de la obra en que se trata más
especialmente del punto respectivo, cuando lo estime opor-
tuno ó necesario.
GUiA BlBLIO,;RAFICA
LlBRO PRIMEHO.
LIBRO n.
EL ESTADO POLÍTICO.
LIBRO JI!.
Bachofen.-Das Mutarrecht.
Boccardo.-L' Animal e l' Uomo.
Braga.-Sociología.
Burgess.-Po1itical sczence, etc. (t. J, pág. 59 Y siguientes).
D'Aguanno.-Ccnesú c Evoluziol1e del diritto clvile.
Espinas.-Les Sociétés animales.
Fissan y Howit.-Iúl17úlrroi ami IÚtrnei.
Fustel de Coulanges.-La cité auNque (pág. 124).
Giraud-Toulon. - Les orl;r:ines de la famille el du ma-
rzage.
Greef. - Introductio11 ti la Soáolo¡;ic.
Hartmann.-Les signes a1lthopoi'des.
Ihering. - L' E.przi'..... (t. T, pág. 180 Y siguientes).
Jager.-~Malllte! de Zoologie.
Lange.-Rüm. Altcrfhiimer (t. T, pág. 90).
Lubbock.-Orígenes de la civilizaúóll.-L'!zomme prehú-
torú¡ue.
M'Lennan.-Thc patn'arcltal thcor)·.-Studzes in ancient
histor)'.
Morgan.-Ancient Society.
Posada.-Teo1'ías modernas acerca del ortgell de la fami-
lia, de la sociedad y del Eslado.-Las sociedades anima-
les. (Rem'sta de Espll1ía, 1891.)
Post. - Die Anfang des Staats ttlld RccJdslebms.- Del'
Ursjrun,g- des Rechts.
PARA EL ESTUDIO DEL DERECHO POLiTICO. 409
Roberty.-Le Soci%gie.
Rousseau.-El contrato social.
Sales y Ferré.-El hombre primitivo.-Tratado de Socio-
"logia.
Schaffie.-Obra citada.
Spencer.-Prillcipes de Sociologie (t. II Y m).
Starcke.-Obra citada.
Sumner Maine.-í}Ancz"e1l1 droit.-Études sur les InsH-
tutions prúm"tives.
Taine.-Hútoire de la lz"ttérature anglaz"se (vol. r).
Tarde.-Les loz"s de ¡'imitation.
Woolsey.-Political science (vol. 1, pág. 139 Y siguientes).
LIBRO IV.
CAPÍTULOS [, n y IIl.
CAPÍTULOS SIGt:IENTES.
LInRO V.
LInRO VI.
LI l3l<O V n.
Página:;,
PRELIMINAR. • . • • • . . . . . . . • • . • . . . • • . . . . . . • •. ...••. 5
LIIlRO PRDIERO.
Páginlls.
LIBRO 11.
EL ESTADO POLÍTICO.
LlIlRO 1II.
P::Cgin<ls.
Páginas.
¡mr,o 1\'.
Pá.l.!inas.
LIBRO v.
FIN DEL ESTADO.
CAPÍTULO PRnmRo.-Si el Estado es fin tÍ medio.
l. El problema del fin del Estado.-2. Cuestiones pre·
vias.-3. El Estado es fin ó medio. ¿Cómo puede admi-
íNIJfCE.
Páginas.
LIBRO VI.
Páginas.
Páginas.
LIIlRO VII.
Página~_
GUiA BIBLIOGRÁFICA.
:oEI Sr. Posada consigue con su obra contribuir á ese gran pro-
pósito que debiera ser el ideal de los espaüoles todos. El propósito
de educar al país, de da1ar/c, como gráficam~nte dice el joven
catedrático. Aq uí donde los ideales a¡-¡dan escasos, aquí donde un
positivismo ramplón, nada filosórleo, nos domina, bueno y más
que hueno, excelentisi 1110, es pensar en cosas que depuren nues-
tros espíritus de malas pasiones, en cosas que vigoricen nuestras
almas para que se porten dignamente en la luclu de la vida.
»En su lihro el Sr. Pos~da ~maliza las opiniones pcda.¡;ógicas de
Guyau, de Fouillée, de nuestro González Serrano, y descrihe las
excursiones á establecimientos de enseüanza en Oxford, Brmelas,
Strasburgo, Lam;ana )' 13olonia. Y con este motivo, l'll:rla bur-
lando, ensefía y preclic'a ú los espalloles ideales pedagógicos que
debiéramos seguir IDf<l engrandecernos"
(De La Justicia, 19 de Oclubre de J8~¡2.-AItícU!(j del Sr. Franc~)s H()drígue~.)
«De las tres partes que componen la obra, la más propia para
determinar las ideas pedagógicas del autor, es la tercera; pero la
más acab:lda, desde el punto de vista literario. es la primera. Los
estudios de las doctrinas educacioJlales de aq uellos pensadores son
de mano maestra: con tanta claridad y con tanta lógica, las ex-
pone y da á conocer el sistema de cada uno de ellos. Guyau,
Fouillée y González Serrano, son en filosofía tanto comO en pe-
dagogia, pensadores eclécticos, espíritus de transición, que no
están ni completamente emancipados de la metafísica, ni del todo
adheridos á la ciencia.
»En suma, Las Ideas PedagrJgicas J,Iodernas es un libro de lectura
tan útil como amena, y que vale no sólo por lo que es <,n si, sino
también por lo que promete. El autor que ha escrito los tres ma·-
gistrales estudios de la primera parte y que tiene las ideas avan-
zadas y definidas de la tercera, está de suyo comprometido á com-
poner sobre la materia un verdadero libro, esto es, una obra
sistemática que no sea unél simple compilación de ensayos.»
(La Liberlad electoral, de Chil~, de 12 de Didembre d~ r8g:.'.-Articlllo del senor
Lctclicr.)