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Trabajo
Desarrollo de la Personalidad
Docente:
Mg. Alberto V. Camargo Riega
Arequipa - Perú
2019
Contenido
Introducción 3
¿Qué es la Salud Mental? 3
Los Trastornos Mentales 4
1. Crisis de angustia 4
1.1 Causas de la angustia 5
Causas de la crisis de angustia: ¿por qué estoy ansioso? 5
2. SUICIDIO 6
2.1 CAUSAS ESPECIFICACAS 12
3.- TRATAMIENTO 12
3. DEPRESION 19
3.1 DEPRESION EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS 19
3.2 IDENTIFICACIÓN DE LOS SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN 20
3.3 VARIABLES INDIVIDUALES Y SOCIALES ACTUALES COMUNES EN LA DEPRESIÓN DE
UNIVERSITARIOS 23
3.4 CONCLUSIONES: 24
4. ANSIEDAD 25
5. TRASTORNO DE PÁNICO 27
BIBLIOGRAFÍA 29
Salud Mental en Estudiantes
Introducción
En la presente monografía se va analizar que es la salud mental, también la salud mental
en los estudiantes, los trastornos que afectan la salud mental como la depresión, la
angustia, el trastorno de la ansiedad y el suicidio como algo que podría acontecer sino se
toma medidas a priori para tratar de solucionar y curar la salud mental especialmente en
universitarios.
También daremos recomendaciones para mejorar la salud mental y evitar así los
trastornos, esto enfocado a los estudiantes universitarios, porque ellos pueden sufrir
estos trastornos por varios factores que concurren en la universidad.
La OMS (Organización mundial de la salud) caracteriza a los trastornos mentales como una
combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y
las relaciones con los demás. También menciona que un trastorno mental o del
comportamiento se caracteriza por una perturbación de la actividad intelectual, el estado
de ánimo o el comportamiento que no se ajusta a las creencias y las normas culturales. En
la mayoría de los casos, los síntomas van acompañados de angustia e interferencia con las
funciones personales.
Procederemos a ver los tipos de trastornos que sufren los estudiantes universitarios o que
podrían sufrir por la presión y la adaptación a la vida universitaria.
1. Crisis de angustia
La angustia es un afecto, un estado de afectación intensa. Cuando tenemos angustia, todo
nuestro organismo lo percibe. Puede tener una repercusión orgánica: el corazón se
acelera, hay una sensación de presión en el pecho, la respiración se entrecorta, hay
temblores, etc., y una repercusión psíquica: tememos lo peor, estamos en alerta,
pensamos en el futuro de manera catastrófica. Cuando los síntomas están confinados a la
esfera psíquica, lo llamamos ansiedad. La ansiedad es querer saber del futuro antes de
hacerlo, y cuando afecta al cuerpo, lo denominamos angustia. Esto se presenta en los
estudiantes universitarios ante un examen final, exposición o presentar una tesis que
generalmente se da en los años superiores, eso supone un problema grave porque la
presión que se ejerce en los estudiantes es mayor, esto por consecuencia genera estrés ( E l
estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o
pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso) y a su vez produce angustia.
Para que exista un trastorno de ansiedad que dé lugar a una crisis de angustia, tiene que
haber una angustia irreal. ¿Qué significa esto? Esto viene a decir que estás
experimentando una reacción emocional intensa a algo que, desde un punto de vista
técnico, no debería provocar esta reacción. Por ejemplo, suspender un examen. Puede
que para ti sea muy importante obtener buenos resultados, pero no es realmente una
cuestión de vital importancia. Si obtienes una mala nota, no vas a morir por ello. Sin
embargo, puede que lo sufras como tal, a pesar de que esto no genere ningún riesgo
físico. Por lo tanto, la angustia irreal es una angustia con respecto a un hecho que no
conlleva ningún riesgo vital.
Un suceso traumático puede provocar las causas de una crisis de angustia. La angustia no
aparece por si sola. Siempre tiene un origen. Por lo que probablemente vayas a asociar
inconscientemente lo que provoca la angustia a una situación extremadamente negativa.
En este contexto, las causas de la crisis de angustia son entonces vinculadas con motivos
psicológicos. En consecuencia, hay que hacerles frente con la ayuda de una terapia.
Tratamiento y Recomendaciones
El tratamiento suele realizarse con medicamentos recetados por un médico (pues antes
de tomar cualquier medicamento se tiene que realizar un diagnóstico para verificar que
los síntomas sean realmente causados por un trastorno de ansiedad y no por alguna causa
física) y solo pueden realizarse después de haberse controlado problemas coexistentes,
dentro de los medicamentos se encuentran antidepresivos como inhibidores selectivos de
la recaptación de serotonina (ISRSs), triciclos, inhibidores de la monoamino oxidasa o
bloqueadores beta; también se suele utilizar psicoterapias que pueden ser realizadas por
psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales o consejeros, en cualquier caso se
recomienda visitar a algún medico lo más antes posible si usted cree que posee trastorno
de ansiedad para que este le pueda dar tratamiento, de lo contrario usted podría
empezar a sufrir ataques de pánico podrían surgir fobias a las situaciones o lugares que los
causen, también se recomienda el uso compartido de la medicación y de psicoterapias,
además de no dejar el tratamiento o aumentar la dosis del mismo, en caso de sentir que el
mismo no haga efecto coméntelo al médico que lo haya recetado y que él decida, de lo
contrario podrían surgir efectos secundarios, de igual manera compartir dichas
experiencias en grupos de autoayuda o incluso en foros de internet podría también a
ayudar con en tratamiento (más no reemplazarlo).
2. SUICIDIO
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el suicidio como “un acto con resultado letal,
deliberadamente iniciado y realizado por la persona, sabiendo y esperando su resultado letal y a
través del cual pretende obtener los cambios deseados” . La conducta suicida podría considerarse
una continuidad que va desde aspectos cognitivos como la ideación suicida, hasta los
conductuales, como el intento suicida o el suicidio. La ideación suicida abarca un amplio campo de
pensamiento que puede adquirir las siguientes formas de presentación: el deseo de morir, la
representación suicida, la ideación suicida sin planeamiento de la acción, la ideación suicida con un
plan indeterminado, la ideación suicida con una planificación determinada y en algunos casos una
intensa preocupación autodestructiva de naturaleza delusiva . El deseo de morir puede ser
considerado el portal del comportamiento autodestructivo y representa la inconformidad e
insatisfacción del individuo con su modo de vida en el momento actual (aquí-ahora) . La ideación
suicida previa es uno de los factores de riesgo más importantes para el suicidio y ha sido mucho
menos estudiada que el intento suicida y el suicidio consumado. El intento suicida es un acto en
que la inminencia de la consumación del hecho revela su intencionalidad fatal (planeamiento,
hacerse daño a través de instrumentos) o su gravedad factual (cortarse las venas, ingerir un
raticida) . Son amenazas o gestos suicidas las verbalizaciones o actos que, si llegaran a
consumarse, darían lugar a un daño serio o a la muerte del sujeto. Las amenazas y los gestos
suicidas generalmente son subestimadas, devaluadas e incluso ignoradas por las figuras
significativas a quienes se pretende hacer llegar el mensaje del sufrimiento que se está
padeciendo, sin que estas personas tengan en cuenta que ambas son manifestaciones muy
frecuentes de la comunicación suicida. La adolescencia ha sido identificada como un período de
transición de la niñez hacia la adultez temprana. Se caracteriza por grandes cambios emocionales,
sociales y físicos. Los adolescentes deben lidiar simultáneamente con una variedad de problemas
psicosociales, consolidar un sentido de identidad y madurar cognoscitiva y emocionalmente.
Típicamente, los adolescentes son confrontados con la emergencia de una autonomía, el rechazo a
la autoridad parental, el incremento de responsabilidades sociales y académicas y un deseo de
intimar con otros. Igualmente, este período de transición representa un tiempo de exploración de
la identidad donde se experimentan cambios frecuentes en las metas de vida, en los vínculos
románticos, en las aspiraciones de trabajo o estudio y en la visión del mundo. Estos eventos
pueden facilitar que algunos adolescentes cursen con síntomas depresivos o conductas suicidas
por la inhabilidad de enfrentar cambios biológicos y psicosociales que ocurren durante este
período crucial del desarrollo. También, los adolescentes pueden utilizar conductas desadaptativas
aprendidas para dirigir su inconformidad asociada a sus rápidas experiencias de cambios. El
suicidio en la adolescencia se ha convertido en un importante problema de salud pública. Sin
embargo, la mayoría de los estudios epidemiológicos no abordan la adolescencia de forma
independiente y existe cierto solapamiento de edades en cuanto a los grupos establecidos. Según
las estimaciones de la OMS, uno de los hallazgos más preocupantes a nivel mundial es el aumento
de las tasas de suicidio que se está produciendo entre los jóvenes (15-24 años), que se sitúa como
una de las tres causas de muerte más frecuentes en este grupo de edad. La mayoría de los
estudios internacionales han puesto de manifiesto este incremento en edades jóvenes. Un extenso
número de factores que podrían contribuir con la ocurrencia de la conducta suicida han sido
identificados, los cuales incluyen factores individuales, familiares y sociales
Factores individuales Edad: Antes de la pubertad, tanto el suicidio como el intento suicida son
excepcionales. Sin embargo, aumentan en la adolescencia asociados con la presencia de
comorbilidad, especialmente trastornos del ánimo y abuso de sustancias psicoactivas. Los
porcentajes de suicidio consumado se incrementan marcadamente en la adolescencia tardía y
continuan aumentando hasta cerca de los 20 años. En contraposición, el pico de intentos suicidas
alcanzado entre los 16 y 18 años, luego disminuye marcadamente en frecuencia, particularmente
en mujeres jóvenes.
Sexo: Existen patrones de suicidio en cuanto al sexo, pero no son iguales en todos los países. En
general el suicidio es más común en varones, pero las mujeres realizan más intentos de suicidio.
Etnicidad: Las diferencias étnicas pueden reflejar “contagio” en grupos aislados en lugar de
diferencias culturales. En Canadá, el suicidio en jóvenes aborígenes es cerca de 5 a 6 veces más
que en los jóvenes no aborígenes. En EEUU, el porcentaje de jóvenes suicidas es mayor entre
nativos americanos, seguido por blancos y afroamericanos y menor entre los de la etnia asiático
pacífica.
Los trastornos depresivos ocurren en 49 a 64% de adolescentes que consuman el suicidio, siendo
esta la condición más prevalente. En adolescentes mujeres, la presencia de depresión mayor es el
factor de riesgo más significativo, seguido del intento suicida previo. En contraste, un intento
suicida previo es el predictor más importante en adolescentes varones, seguido por depresión,
abuso de sustancias y conducta disruptiva. La depresión mayor incrementa el riesgo de suicidio
hasta 12 veces, especialmente si la desesperanza es uno de los síntomas. La distimia está asociada
con intentos suicidas en adolescentes mujeres, pero no en varones adolescentes. La asociación
entre trastorno bipolar y suicidio consumado es menos clara. Todos los jóvenes con trastornos
psiquiátricos, incluyendo los trastornos del ánimo, son crónicamente subtratados, lo que puede
contribuir con las tasas de conducta suicida. Los trastornos de ansiedad no parecen tener una
contribución significativa adicional en la variación de intentos suicidas en ningún estudio. Aunque
pacientes con esquizofrenia tienen tasas de suicidio mucho mayores que la población general, la
esquizofrenia es inusual en el suicidio de los jóvenes. Una alta prevalencia de comorbilidad entre
trastornos del humor, trastornos de ansiedad y trastornos por abuso de sustancias psicoactivos ha
sido encontrada en adolescentes víctimas del suicidio. En cuanto al intento suicida, la mayor parte
de la evidencia indica una asociación con trastornos por consumo de sustancias psicoactivas. La
asociación con ideación suicida también ha sido investigada, encontrándose asociación
1
significativa en análisis bivariados pero no en análisis multivariados.
1
http://www.upch.edu.pe/vrinve/dugic/revistas/index.php/RNP/article/viewFile/1539/1567
La conducta suicida no se hereda, pero sí la predisposición genética para padecer determinadas
enfermedades mentales; por consiguiente, en los pacientes con dicha intención hay que precisar si
existen esos antecedentes patológicos familiares para poder intervenir en la reducción del riesgo
suicida, pues para prevenir ese comportamiento deben promoverse modos de vida saludables
como la práctica sistemática de deportes, una sexualidad responsable, los hábitos no tóxicos y el
desarrollo de múltiples intereses que permitan un uso adecuado del tiempo libre. Para la toma de
decisiones clínicas se deben identificar los factores subyacentes y estimar riesgo de muerte. Entre
estos figuran los sociales, familiares, psicológicos y biológicos.
· Sociales
- Tensión social
- Pérdidas personales
- Pérdida de empleo
- Catástrofes
- Desarraigo
- Aislamiento
- Violencia ambiental
· Familiares
- Familia inexistente
- Violencia doméstica
- Abuso sexual
· Psicológicos
- Pérdidas familiares
- Frustraciones intensas
- Ansiedad
- Depresión
- Baja autoestima
- Abandono personal
· Biológicos
- Trastornos metabólicos
- Trastornos psiquiátricos
- Deterioro cognitivo
- Leve: hay ideación suicida, sin planes concretos para hacerse daño, rectifica su conducta, de
manera que hay autocrítica.
- Moderado: existen planes con ideación suicida, posibles antecedentes de intentos previos y
factores de riesgo adicionales (más de un factor de riesgo).
- Grave: idea concreta de hacerse daño; tiene antecedente de un intento suicida previo; existen
más de 2 factores de riesgo, pero sin un plan suicida claro. Expresa desesperanza, rechaza el apoyo
social y no rectifica su idea suicida.
- Extremo: presenta varios intentos suicidas con varios factores de riesgo y puede tener como
agravante la autoagresión.
2 CAUSAS GENERALES
Las personas que intentan autoeliminarse, con frecuencia están tratando de alejarse de una
situación de la vida que les parece imposible de manejar. Muchos de los que cometen intento de
suicidio están buscando alivio a:
- Sentimientos o pensamientos negativos.
- Sentimientos de vergüenza, culpa o sentirse una carga para sus seres queridos.
- Sentirse víctima.
Las conductas suicidas pueden desencadenarse por una situación o hecho que las personas
perciben como agobiante, tales como:
- Crisis emocional.
- Problemas financieros.
3.- TRATAMIENTO
Si un paciente está perturbado emocionalmente, con pensamientos suicidas vagos, la oportunidad
de ventilar sus pensamientos y sentimientos ante un médico que demuestre interés, puede ser
suficiente. No obstante, la oportunidad de un seguimiento ulterior debe dejarse abierta,
especialmente si el paciente tiene un inadecuado soporte familiar y social. El médico deberá
evaluar los sistemas de apoyo disponibles, identificar un pariente, amigo, conocido u otra persona
que pueda apoyar al paciente, y solicitar su ayuda. Entrar en un acuerdo de no suicidio es una
técnica útil en la prevención del suicidio. Otras personas cercanas al paciente pueden incluirse al
negociar el acuerdo. La negociación puede promover discusiones sobre varios temas importantes.
En la mayoría de los casos, los pacientes respetan el compromiso que hacen a su médico. El
acuerdo es apropiado sólo cuando los pacientes tienen control sobre sus actos. En un intento de
suicidio sin comorbilidad psiquiátrica, el médico puede iniciar y disponer tratamiento
farmacológico, generalmente con antidepresivos y psicoterapia. La mayoría de los pacientes se
benefician al continuar en contacto con el médico. Este contacto deberá organizarse para
satisfacer las necesidades individuales.
C) LITIO: Las sales de litio, además de usarse como estabilizadores del ánimo, tienen un efecto
antidepresivo y reducen el riesgo de suicidio. Esta acción antisuicida puede estar mediada por sus
marcadas propiedades serotoninérgicas y antiimpulsivas. También, se ha observado un descenso
del riesgo autolítico en pacientes cuyo trastorno afectivo no responde al litio.
3.2.- PSICOTERAPIA
A) De Orientación Psicodinámica: Aborda las motivaciones conscientes e inconscientes para dar
esperanza y generar autoaceptación.
C) Terapia Electro-convulsiva (TEC): La TEC es un tratamiento rápido y eficaz para prevenir el riesgo
autolítico en los trastornos depresivos muy graves con síntomas de melancolía.
3.3.- PREVENCION
Se han descrito como medidas generales de prevención:
- Controlar el abuso o dependencia alcohólica, así como también de otras sustancias, equipos
electrónicos y juegos de apuestas.
- Estar atentos cuando una persona tenga tensiones graves, enfermedades terminales y eventos
abrumadores.
- Estar atentos cuando la persona verbaliza deseos de morir. Por otro lado, dada la complejidad del
tema, vale la pena resaltar dos fenómenos preventivos importantes: el Rol de la familia y la
Promoción de la salud mental y espiritual.
Pierre Wauthier , director financiero de Zurich Seguros, la quinta aseguradora más importante de
Europa, se quitó la vida en agosto del 2013. El motivo: estrés. Como él otro alto ejecutivo de una
empresa de telecomunicaciones en Suiza, un empleado de JP Morgan en Hong Kong y otro en
Londres se suicidaron en lo que va del año por el mismo motivo. Los suicidios de los altos
ejecutivos levantaron debates sobre los altos niveles de estrés bajo los que los trabajadores viven,
pues llevaron a pensar que existe una relación entre el estrés extremo y el suicidio. Según un
artículo publicado por la Universidad de Pennsylvania, ésta es una tendencia que está aumentando
en las grandes empresas. La Asociación Estadounidense de Sicología (APA por sus siglas en ingles)
asegura que la causa universal del estrés en el trabajo es un sentimiento de impotencia y que un
factor que influye es el sentimiento de tener que trabajar más horas para obtener los mismos
2
file:///C:/Users/DELL/Downloads/Dialnet-Suicidio-3994798%20(1).pdf
ingresos. Si bien el estrés es un motivador que asegura que las cosas se hagan, “el estrés del
trabajo puede abrumar la vida”, asegura la asociación. Una mayor carga de trabajo conlleva más
estrés y esto no está ayudando a la productividad. Una encuesta reciente de Towers Watson,
realizada con 22 347 trabajadores en 12 países, concluyó que los trabajadores más estresados
participan menos, tienen niveles más elevados de absentismo y, por ende, son menos productivos.
Ante un mercado laboral más hostil, ocho de cada 10 personas aseguran estar estresadas a causa
del trabajo, según datos de la Asociación Americana de Sicología. Un 42% de los adultos afirmaron
que sus niveles de estrés habían aumentado en los últimos cinco años. En situaciones extremas, el
estrés puede transformarse en una patología conocida como el Síndrome de Burnout. Este tipo de
estrés laboral fue descrito por primera vez en 1969 y se caracteriza por un progresivo agotamiento
físico y mental acompañado de una falta de motivación. Es un síndrome considerado crónico que
produce un cambio de comportamiento en las personas que lo padecen. De acuerdo a la APA, el
síndrome de Burnout puede llevar a la depresión, enfermedades y ataques cardíacos, obesidad y
otros trastornos de alimentación, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer. Asimismo, el
trastorno puede afectar al sistema inmune y hacer a la persona vulnerable a otros tipos de
enfermedades e incluso a una muerte prematura. El estudio de la Universidad de Pennsylvania
agrega que “el estrés crónico reduce la producción de telomerasa, una enzima protectora que
ayuda en la reconstrucción de la capucha protectora de los extremos del telómetro de ADN. Con
menos telomerasa, las células tienen más posibilidades de morir, desencadenando con eso el
proceso de envejecimiento del cuerpo y otros problemas asociados a la salud.
Noticias y argumentos
a vida del trabajador asalariado o sarariiman en Japón es estresante: largas jornadas laborales,
pocos días de vacaciones, presiones por la jerarquía de la sociedad vertical, etc. Todo este estrés
hizo surgir el fenómeno de la muerte por estrés laboral o exceso de trabajo llamado karoshi.
La muerte por estrés laboral o karoshi (過労死) es un peligro para la salud reconocido oficialmente
por el Ministerio de Sanidad japonés desde 1987 y que consiste en el aumento de la tasa de
mortalidad por complicaciones de salud, como derrames cerebrales o ataques al corazón, debido a
un exceso de trabajo y estrés laboral. Según el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar japonés,
la muerte súbita de cualquier empleado que trabaja de media más de 65 horas a la semana
durante más de un mes puede ser considerada como karoshi.
El fenómeno del karoshi debe entenderse en un Japón que salió de la devastación de la Segunda
Guerra Mundial en muy pocos años gracias al esfuerzo y el trabajo sin medida de todos esos
asalariados.
Así pues, si bien el primer caso conocido de karoshi fue reportado en 1969, cuando un empleado
de una gran compañía de periódicos falleció de un ataque al corazón con tan sólo 29 años después
de pasar semanas trabajando sin parar y sin apenas dormir, el fenómeno no recibió su nombre (y
por lo tanto, cierta atención mediática) hasta 1978. Cuatro años después, Hosokawa, Tajiri y
Uehara publicaron un libro titulado Karoshi y a partir de ahí el fenómeno se comenzó a
comprender como un problema de salud pública creciente e importante, un problema que
afectaba a toda la sociedad porque era producto de una manera de vivir y hacer las cosas.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo, un 20% de los japoneses dedican
más de 12 horas diarias a su trabajo, dejando de lado su vida personal y el fenómeno karoshi
supone unas 10.000 muertes al año, una cifra poco clara, puesto que hay algunos casos que ni
siquiera se reportan y es que muchas veces las familias callan por vergüenza o las empresas se
hacen las despistadas para evitar responsabilidades. Eso sí, el karoshi supone un tercio de los
suicidios anuales en Japón, suicidios que reciben el nombre de karoshisatsu (過労自殺), suicidios
por estrés laboral.
Entre los síntomas del karoshi encontramos la adicción al trabajo y la ansiedad ante la
imposibilidad de desconectar en días libres o vacaciones, además del sentimiento de culpabilidad
cuando uno no acude a trabajar, así como problemas para dormir o dolores de estómago y de
cabeza.
Algunas empresas han comenzado a limitar o a prohibir totalmente el número de horas extras,
además de intentar ofrecer soluciones para un mejor equilibrio de la vida personal y profesional,
aunque en muchos casos todo queda en una simple acción que pocos siguen, porque lo cierto es
que todavía está mal visto salir pronto del trabajo mientras el resto se queda. De ahí que haya
surgido la figura del freeter ( フリーター), jóvenes que se niegan a entrar en este círculo vicioso
del sarariiman y viven encadenando trabajos temporales, quizás sin tantos beneficios extra como
los de un sarariiman, pero con muchísima más libertad y tiempo personal. Ya hablaremos de ellos
en otra ocasión.
En octubre de 2016 Japón reaccionó a una triste noticia relacionada con el karoshi y el karojisatsu:
se aceptaba como muerte por exceso de trabajo el suicidio en diciembre de 2015 de Matsuri
Takahashi, una joven empleada de 24 años que había sido contratada por la agencia de publicidad
Dentsu tan sólo unos meses antes, en abril de 2015. Recién contratada, la joven había estado
haciendo más de 100 horas extra a la semana (en una ocasión llegó a hacer más de 130 horas
extra) hasta que no pudo más, cayó en una depresión y acabó con su vida.
Se investiga si la empresa, que supuestamente limita las horas extras a un máximo de 50 horas, no
sólo permite sino exige que los empleados hagan más horas extra de las permitidas, algo que
según parece es la norma. Si se demostrara, la empresa tendría que hacer frente a los cargos
criminales por el reciente suicidio de su empleada.
Otro caso reciente que ha causado conmoción es el caso de una periodista de la NHK. La muerte
por exceso de trabajo sucedió en 2013, pero se ha hecho pública en 2017. Miwa Sado, de 31 años,
murió por una insuficiencia cardiaca congestiva después de realizar más de 159 horas extras en un
mes. Hablamos de este caso y del karsohi en general en el programa La Ventana de la cadena SER,
podéis leerlo y escucharlo aquí.
Es evidente que todavía queda mucho camino por recorrer, tanto legalmente como mentalmente.
La sociedad no debería aceptar prácticas como las realizadas por empleados de Dentsu y debería
haber más control sobre las condiciones laborales de los trabajadores para que casos como el de
Matsuri no se vuelvan a repetir jamás.
3. DEPRESION
Según la OMS, se debe considerar que “La depresión es un trastorno mental
frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o
placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del
apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
● Estado de ánimo
Este se encuentra bajo, el enfermo puede darse cuenta de esto, aunque es frecuente
que los familiares cercanos, lo hayan notado. El paciente es visto como más
callado, distante, serio, aislado, o irritable. Esto último puede ser un dato
significativo del cambio en el carácter del paciente. Estar poco tolerante y sentir
que solo a él le ocurren todas las cosas malas o que es él quien las provoca. El
estado de ánimo puede variar a lo largo del día. El paciente deprimido nota que
hay una parte del día en que se siente triste, por ejemplo, la mañana, y
conforme pasa el día, va sintiéndose mejor. Puede haber llanto, con frecuencia,
puede presentarse al recordar experiencias negativas en la vida reciente o
remota.
● Sentimientos de culpa
Este tipo de síntoma es muy frecuente en el deprimido. Ellos pueden pensar que están
deprimidos por cosas o situaciones que hicieron o dejaron de hacer en el
pasado. Aún más pueden llegar a sentir que el estar deprimido es una forma de
castigo, y que están expiando sus culpas a través de su enfermedad. Finalmente,
en algunas formas de depresión psicótica, el enfermo puede tener ideas
delirantes (ideas fuera del juicio de realidad), de que están pagando no solo con
sus culpas, sino las culpas de alguien más o que están expiando los pecados de
tal o cual grupo de seres marginados, etc. Pueden incluso existir alucinaciones
auditivas, que los acusen e insulten.
● Ideación suicida
Los enfermos con depresión se suicidan con una alta frecuencia. El médico puede tener
miedo de preguntar respecto a esto, porque puede suponer que el enfermo no
ha pensado en eso, o por lo menos no ha pensado en eso formalmente, y que,
al hacer semiología en esta área, puede «despertar» la ideación suicida. Pero el
enfermo ya lo ha pensado y, es más, él desea que se le interrogue al respecto.
Porque, desea y necesita que lo ayuden a no llevar a cabo este tipo de ideas.
● Malestares físicos
Es común que el paciente con depresión presente una serie de malestares, poco
sistematizados, pero que pueden ser severos: cefalea, dispepsias, boca seca,
náusea, suspiros excesivos, sensación de respiraciones que no son suficientes,
malestares musculares, etc.
● Manifestaciones diversas
Estas pueden ser de tipo hipocondríaco, estar buscando explicaciones en el
funcionamiento de sus diferentes órganos y sistemas, acudir más
frecuentemente al médico con dolencias poco sistematizadas. También pueden
haber datos obsesivo-compulsivos, es decir, el paciente tiene pensamientos
repetitivos que no puede apartar de su cabeza, y que son reconocidos como
absurdos y la repetición de actos motores o rituales, varias veces, para estar
seguro de que se hacían y estaban bien hechos
. Dependencia tecnológica
Es difícil saber qué es primero: si la dependencia o la depresión. Pero ambas se
complementan, generando mayor estrés, irritabilidad y ansiedad. Esta
dependencia a la tecnología, además, se exacerba por la adicción que
pueden provocar tanto el Internet como los cambios químicos que
genera el uso de gadgets. Se ha comprobado que, incluso, estas nuevas
patologías tecnológicas están relacionadas con un menor consumo de
drogas en algunos países.
. Consumo de drogas
Más allá de todo prejuicio, lo cierto es que, bajo condiciones de depresión, el consumo de
cualquier estimulante puede ser peligroso. Algunos estudios han
relacionado el cigarrillo con problemas de sueño, que incrementan la
depresión y la ansiedad. Por supuesto, el alcohol también suele ser una
droga “autorrecetada” para lidiar con la depresión.
Por su parte, otras investigaciones han hecho hincapié en el peligro de los fármacos como
el Ritalin, usado normalmente para trastornos de déficit de atención,
tanto en niños como jóvenes.
. Exceso de trabajo
Otro problema latente es el exceso de trabajo. Algunos jóvenes tienen
que estudiar y trabajar al mismo tiempo, esto coloca a los jóvenes en
situaciones complejas de trabajo desmedido, agotamiento y estrés, lo
que los hace presa fácil de la depresión y la ansiedad.
4. ANSIEDAD
La ansiedad y la depresión se consideran dos de los desórdenes psicológicos de mayor
registro en los centros de salud, en población general. Asimismo, dentro de la población
universitaria, constituyen dos de los principales motivos de consulta atendidos a través de
los servicios de Bienestar Universitario. Por esta razón, muchos estudios se han centrado
en la evaluación de la depresión y la ansiedad en estudiantes universitarios. El presente
estudio pretende identificar las características ansiosas y depresivas de un grupo de
estudiantes universitarios, mediante las puntuaciones obtenidas en los cuestionarios del
BDI, ST/DEP y STAI. Se trata de un estudio no experimental, transversal, de tipo
descriptivo. Aunque los resultados no evidencian la gravedad de los síntomas ansiosos y
depresivos en los participantes, sí indican la presencia de estos dos cuadros, siendo las
mujeres más vulnerables que los hombres frente a su presentación.
En los últimos años, muchas investigaciones han dirigido sus esfuerzos hacia el estudio de
la depresión y la ansiedad,no sólo por los altos índices de prevalencia de estos cuadros
(Alonso et al., 2004; Beuke, Fischer, & MCdowall, 2003; Brown, Campbell, Lehman,
Grishman, & Mancill, 2001; Dowrick et al., 1998; Michaud, Murria, & Bloom, 2001), sino
con el objetivo de señalar los factores predisponentes de los mismos y así establecer
acciones preventivas. En este sentido, se han realizado diversos estudios centrados
específicamente en el análisis de factores como la edad, las influencias psicosociales, el
procesamiento cognitivo, y/o las características individuales de la personalidad; con el
objetivo de determinar el inicio o mantenimiento de la depresión y la ansiedad (Agudelo,
Spielberger, & Buela-Casal, 2005; Calvete, 2005; Kohn et al., 2005; Robins & Luten, 1991;
Nettle, 2004; Spielberger & Reheiser, 2003). En la línea de lo anterior, muchos estudios se
han centrado en la población universitaria, (Amézquita, González y Zuluaga, 2000;
Arboleda, Gutiérrez, y Miranda, 2001; Arco-Tirado, López-Ortega, Heiborn-Díaz y
Fernández Martín, 2005; Campo-Arias, Díaz-Martínez, Rueda-Jaimes y Barros-Bermúdez,
2005; Campo-Cabal y Gutiérrez, 2001; Gallagher, 2002; Galli, 2005; González, Campo y
Haydar, 1999; Miranda, Gutiérrez, Bernal y Escobar, 2000), llegando a concluir, sobre la
alta prevalencia de la ansiedad y la depresión en esta población y el efecto de dicha
sintomatología sobre variables como el rendimiento académico, la deserción y el
abandono y International Journal of Psychological Research 2008. ISSN 2011 - 7922Vol. 1,
No. 1, pp. 34 – 39
el bienestar emocional, entre otras. En este sentido estudios como el de Ninan y Berger
(2001) y Gorman (1996), insisten además, en la frecuente comorbilidad entre ambos tipos
de trastorno y las implicaciones en la evaluación y diagnóstico diferencial, así como las
complicaciones asociadas en cuanto a la severidad y cronicidad de los trastornos.Por tales
razones vale la pena ocuparse de los posibles factores desencadenantes de la depresión y
la ansiedad. En lo que se refiere a la depresión, según Arrivillaga, Cortés, Goicochea y
Lozano (2003) existen variables individuales que se relacionan con la depresión en los
estudiantes universitarios, tales como los antecedentes familiares y personales de
depresión, dificultades académicas, inestabilidad económica, diagnóstico de una
enfermedad grave, muerte de un ser querido, separación de los padres, consumo de
alcohol, planeación y/o intento de suicidio. Asimismo, según Paykel (1992, citado por
Arrivillaga et al., 2003) los acontecimientos vitales estresantes como la pérdida de una
relación importante por separación, divorcio o muerte son importantes en la aparición de
la depresión.En esta misma línea de análisis, según Arrivillaga et al. (2003), la depresión
podría relacionarse con las dificultades académicas, siendo esta consecuencia de la
pérdida de interés y/o disminución de las actividades cotidianas relacionadas con el
rendimiento académico. En cuanto al consumo de alcohol, según Arrivillaga et al. (2003)
puede ser una consecuencia de la depresión como una forma de automedicación de
relativa protección psicológica en contra de la misma, pero puede a su vez presentarse
depresión por efectos sobre el sistema nervioso central.De otro lado, Campo et al., (2005),
varios estudios han encontrado que la identificación temprana de este trastorno no sólo
minimizaría la posibilidad de fracaso académico, sino que también reduciría en forma
substancial otras conductas de riesgo para la salud, como el consumo de cigarrillo o de
alcohol o las conductas alimentarias desadaptativas asociadas con la presencia de
trastornos depresivos. Por su parte, Cassaretto (2003), encontró en una muestra de
estudiantes de psicología que dentro de los generadores de estrés se encuentran aquellos
relacionados con el futuro, es decir el desempleo, la destrucción del medio ambiente y la
percepción de falta de éxito, los cuales se evidencian en altas puntuaciones en ansiedad.Al
identificar los datos epidemiológicos el Ministerio de Protección Social (2003), señala que
la ansiedad y la depresión constituyen en Colombia un importante problema de salud,
ocupando los primeros renglones en cuanto a los motivos de consulta psicológica y
psiquiátrica. En Bucaramanga, por su parte, se indica por ejemplo, que en la Universidad
Industrial de Santander (UIS) se reportó a partir de las consultas atendidas en el
Departamento de Bienestar Universitario, que en el año 2004, uno de los trastornos que
más se diagnosticó fue el trastorno de ansiedad en un 9% de la población (UIS, 2005). De
igual forma en la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga (UPB), se registró que
en los meses de Junio y julio del 2005 el 17% de la población consultante fue
diagnosticada con rasgos ansiosos, de la cual el 75% correspondía a estudiantes de
Psicología; asimismo en los meses de Junio a Septiembre de 2005 el 17% de la población
consultante fue diagnosticada con rasgos ansiosos, y el 12% con rasgos depresivos, de la
cual el 58% correspondía a estudiantes de Psicología (UPB, 2005).Los datos anteriores
sugieren la importancia de conocer la prevalencia de las características ansiosas y
depresivas de los estudiantes de psicología de Universidad Pontificia Bolivariana,
Bucaramanga, con el objetivo de aportar valiosos datos que serán la base de futuras
investigaciones relacionadas con este importante tema.De acuerdo con lo anterior, en
este trabajo se evaluó un grupo de estudiantes de la Facultad de Psicología de los
semestres primero a séptimo, comparando las puntuaciones obtenidas de acuerdo con el
sexo y la ubicación en la carrera según los grupos de inicio de carrera, mitad de carrera e
inicio de prácticas, considerados como tres momentos importantes en la formación de los
estudiantes
5. TRASTORNO DE PÁNICO
(Ataques de Pánico)
Los niños y jóvenes que padecen estos trastornos ven afectado el normal desarrollo de su paso por
las aulas. Los especialistas coinciden en que, cuando estos no son detectados a tiempo y tratados
de manera interdisciplinaria, en algunos casos terminan ocasionando bajas en el rendimiento
académico. Esto deviene en deserción escolar, así como también fobias, problemas de
socialización e inclusión.
Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento. Muchas personas con
trastorno de pánico se preocupan y temen la posibilidad de tener otro ataque.
Es posible que una persona que tiene el trastorno de pánico pueda desanimarse o
avergonzarse porque no puede llevar a cabo rutinas normales como ir a la escuela o
trabajar, ir a la tienda o conducir.
Los ataques de pánico suelen comenzar de forma súbita, sin advertencia. Pueden aparecer en
cualquier momento: cuando estás conduciendo, en un centro comercial, cuando estás
profundamente dormido o en medio de una reunión de negocios. Puedes tener ataques de pánico
ocasionales o con frecuencia.
Los ataques de pánico tienen muchas variantes, pero los síntomas suelen alcanzar su punto
máximo en cuestión de minutos. Después de que el ataque de pánico desaparece, puedes sentirte
fatigado y exhausto.
Primero, hable con su médico acerca de sus síntomas. Su médico debería examinarle y tomarle su
historia clínica para asegurarse de que sus síntomas no sean causados por algún problema físico
no relacionado. Es posible que su médico le recomiende que consulte con un especialista en salud
mental, como un psiquiatra o un psicólogo.
Por lo general, el trastorno de pánico se trata con psicoterapia, medicamentos o una combinación
de ambos. Pregúntele a su médico cuál es el mejor tratamiento para usted.
BIBLIOGRAFÍA
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