Entre las funciones más conocidas de la dopamina encontramos:
Aumento de la frecuencia y presión cardíaca, regula el sueño, la atención y la actividad motora. En el lóbulo frontal regula funciones como la memoria (hipocampo), la atención y la solución de problemas. Es también vital en la regulación del humor.
Se considera a la dopamina el centro del placer, ya que regula
la motivación y el deseo y hace que repitamos conductas que nos proporcionan beneficios o placer.
Uno de los papeles más importantes de la dopamina es la
regulación del aprendizaje, concretamente el aprendizaje por condicionamiento. Las neuronas dopaminérgicas responden cuando se les presenta una recompensa inesperada, con apareamientos repetidos esta respuesta se traslada al inicio del estímulo (ya condicionado). Cuando la recompensa esperada se omite las neuronas se deprimen. Este sistema es clave en nuestro aprendizaje. La dopamina influye en este y muchos otros procesos cognitivos, recientemente se ha estudiado su papel en el córtex prefrontal y se ha visto que la dopamina mejora, por ejemplo, los cálculos matemáticos simple, mejorando el funcionamiento de las neuronas encargados de los mismos.