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UIVERSIDAD FERMI TORO

FACULTAD DE CIECIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


ESCUELA DE DERECHO
CATEDRA: DERECHO CIVIL OBLIGACIOES
DOCETE: ABOGADO JORGE VERA

RESPOSABILIDAD CIVIL EXTRACOTRACTUAL POR


HECHO ILICITO

Como fue estudiado en el tema del Hecho Ilícito; el efecto


fundamental que produce el mismo lo constituye el surgimiento para el
agente que ocasiona el daño, de una situación de responsabilidad civil
delictual frente a la victima, o sea que el agente debe indemnizar a la
victima el daño causado, y la víctima tiene una acción contra el agente
para obtener esa indemnización (art. 1185 CC). Esta responsabilidad
civil puede ser una responsabilidad civil ordinaria o por hecho propio; o
una responsabilidad civil especial o por hecho ajeno. A estas clases de
responsabilidades nos referiremos en el presente tema.
CLASES DE RESPOSABILIDAD CIVIL DELICTUAL
1. Responsabilidad Civil Ordinaria, o Responsabilidad Civil por
Hecho Propio; aquella en la cual el agente del daño (quien lo ocasiona)
es la persona que lo va a reparar.
2. Responsabilidad Civil Especial o por Hecho Ajeno; aquella en la
cual el daño no es causado directamente por la persona del civilmente
responsable, sino por personas o cosas dependientes de ella.
Examinemos cada una de ellas.
RESPOSABILIDAD CIVIL ORDIARIA POR HECHO
PROPIO
Este es el supuesto normal del hecho ilícito; por cuanto ya vimos, es
la persona que causa el daño directamente (el agente material del daño),
quien está obligada a repararlo; ya que es el civilmente responsable.
Tiene esta responsabilidad las siguientes características: 1. Es Personal:
en el sentido de que el propio agente material del daño es civilmente
responsable y el obligado a repararlo. 2. La victima tiene la carga de la
prueba del hecho ilícito; en consecuencia, debe demostrar la existencia
de los cinco elementos del hecho ilícito; particularmente la culpa del
civilmente responsable.
RESPOSABILIDAD CIVIL ESPECIAL O POR HECHO
AJEO
Incurre en éste tipo de responsabilidad delictual una persona por daños
causados por personas o cosas dependientes de ella, no por daños
causados personalmente por ella. Entre ellas encontramos las siguientes:
Arts. 1190, 1191, 1192, 1193, 1194. Tiene éste tipo de responsabilidad
las siguientes características: 1. El daño no es causado directamente a la
victima por la persona del civilmente responsable; sino por personas o
cosas que están sometidas a su guarda, control, vigilancia, custodia, etc.
2. La culpa del civilmente responsable es presumida por el legislador; en
consecuencia la victima queda exonerada de demostrar dicha culpa.
Estas son presunciones relativas o iuris tantum, en el caso de las
responsabilidades del padre, madre, tutor, preceptor o artesano, ya que
admiten la prueba en contrario; demostrando éstas personas que no hubo
de su parte falta de vigilancia, y que vigilaron bien y con la debida
diligencia al menor, alumno o aprendiz. Por el contrario, son de carácter
absoluta o iuris et de iure, en el caso de la responsabilidad del dueño o
principal; dueño o guardián de un animal; guardián de una cosa o
dueño de un edificio; no admiten prueba en contrario. 3. El civilmente
responsable debe ser imputable, de conformidad con el principio básico
de que para ser responsable es necesario previamente ser culpable y
para ser culpable se requiere ser imputable. Si el civilmente responsable
no es imputable, entonces no habrá lugar a la acción por
responsabilidades especiales. Examinemos a grandes rasgos cada una de
estas responsabilidades
RESPOSABILIDAD ESPECIAL DEL PADRE, MADRE Y
TUTOR
Dispone el artículo 1.190 CC, que el padre, la madre, y a falta de
estos, el tutor, son responsables del daño ocasionado por el hecho ilícito
de los menores que habiten con ellos.
Fundamento de ésta responsabilidad
La responsabilidad de los padres y tutores, en su caso, por los daños
causados por el hecho ilícito de los menores que habitan con ellos, tiene
una doble fundamentación jurídica: 1. La falta de los padres de no
ejercer la debida vigilancia de los hijos que habitan con ellos. 2. El hecho
ilícito del hijo, lo que supone la demostración del daño, la culpa y la
relación de causalidad.
El fundamento legal y moral de la responsabilidad de los padres, no
es el hecho de ser el padre de un niño que ha incurrido en un hecho
ilícito; sino en el hecho de haber incurrido en una falta propia, que
consiste en haber descuidado la vigilancia que, como responsable de la
guarda, debe ejercer sobre su hijo; y es también ésta la razón por la cual
se le permite al padre desvirtuar la presunción que existe en su contra,
demostrando que no hubo de su parte falta de vigilancia.
Condiciones para la procedencia de la acción
La responsabilidad de los padres y tutores exige la concurrencia de
dos elementos; elementos que a su vez constituyen las pruebas que debe
efectuar la victima para obtener una indemnización; estos elementos son:
1. Un elemento jurídico, consistente en la relación de parentesco que une
al hijo con sus padres (la filiación). 2. Un elemento material; consistente
en la posibilidad material de ejercer la vigilancia del hijo que nace de la
habitación común.
El elemento jurídico, la relación de padres a hijos, viene dada por la
filiación. En consecuencia:
1. La filiación materna resulta del nacimiento, y se prueba con el acta
de la declaración de nacimiento inscrita en los libros del Registro Civil,
con identificación de la madre.
2. La filiación paterna resulta del artículo 201 CC.
3. En cuanto a las relaciones extra-matrimoniales, se presume salvo
prueba en contrario, que el hombre que vivía con la mujer en
concubinato notorio para la fecha en que tuvo lugar el nacimiento del
hijo, cohabitaba con ella durante el período de la concepción.
El elemento material, es decir, la posibilidad material de ejercer la
vigilancia del hijo, viene dada por el ejercicio de la patria potestad (arts.
347 y 348 de la LOPNA); y su titularidad se encuentra establecida en los
arts. 349 y 350 de la LOPNA. Dentro de los atributos de la patria
potestad encontramos la guarda de los hijos, que comprende la custodia,
asistencia material, vigilancia y orientación moral y educativa de los
hijos; así como la facultad de imponerles correcciones adecuadas a su
edad y desarrollo físico y mental, para lo cual se requiere el contacto
directo con los hijos y, por lo tanto, la facultad para decidir acerca del
lugar de la residencia o habitación de éstos.
En conclusión, el ejercicio de la guarda supone necesariamente que el
hijo viva con sus padres, en la misma residencia o habitación.
La guarda la ejercen conjuntamente el padre y la madre, de
conformidad con el art. 359 LOPNA, y sus excepciones en el art. 360
ejusdem.
Excepciones o defensas del demandado
El demandado, es decir, la persona contra quien la víctima ha
intentado su acción, puede oponer diversas defensas destinadas a
desvirtuar la pretensión de la víctima.
1. La ausencia de culpa; esto tomando en cuenta que la presunción de
culpa que establece el legislador es de carácter iuris tantum; en
consecuencia deberá demostrar que tomó todos los cuidados para
impedir el daño, que ejerció correctamente los poderes conferidos por la
guarda del menor; de manera tal que el daño no pueda atribuírsele a
ninguna conducta culposa.
2. La causa extraña no imputable.
3. Que no es el padre, madre o tutor del menor agente del daño.
4. Que el agente del daño no es menor, o se trata de menor
emancipado por matrimonio.
5. Que no cohabita con el menor.
6. Que estaba privado de la guarda.
7. Que el menor no incurrió en hecho ilícito.
RESPOSABILIDAD ESPECIAL DEL PRECEPTOR Y EL
ARTESAO
Este tipo de responsabilidad se encuentra regulada en el art. 1190 CC;
por lo tanto se le aplican las mismas normas que se han examinado sobre
la responsabilidad del padre, la madre y el tutor, en cuanto al carácter de
las presunciones, las condiciones de la responsabilidad y las excepciones
o defensas del demandado; pero aplicadas en sus modalidades propias. Y
sólo se revisará lo referente a quien es la persona civilmente responsable
y alcance de esa responsabilidad.
Persona civilmente responsable.
La persona preceptor viene del latín praeceptor, praeceptoris, que
significa persona que enseña. Por lo tanto, los maestros, profesores y
artesanos, son los llamados a responder por los hechos ilícitos que
cometan los alumnos o aprendices que se encuentran en las aulas,
instalaciones deportivas o de enseñanza del establecimiento educativo,
bajo su vigilancia directa; por cuanto, si el hecho ocurre dentro del
establecimiento, pero en áreas comunes que no están bajo la vigilancia
directa de algún maestro o profesor, la responsabilidad recaerá sobre la
persona del director o rector del colegio, escuela, liceo, instituto o
universidad.
Alcance de la responsabilidad
Los preceptores o artesanos responden por ese hecho ilícito, aún
cuando el agente material del daño sea mayor de edad. Para la
consideración de la prueba en contrario, el Juez tomará en cuenta la edad
del agente material; pues la vigilancia que se debe ejercer sobre el
alumno o aprendiz es mayor mientras menos edad tiene. Es por ello que
a medida que sube la edad en el aprendiz o en el discípulo, disminuye la
obligación de vigilancia a cargo del preceptor o artesano.
Si el daño lo causa un menor mientras está bajo la vigilancia del
preceptor o del artesano, cesa la responsabilidad especial del padre; por
cuanto el padre delega en el preceptor la vigilancia que normalmente le
corresponde ejercer sobre sus hijos que conviven con él bajo el mismo
techo, mientras está en el colegio o liceo.
RESPOSABILIDAD ESPECIAL DE LOS DUEÑOS Y
PRICIPALES
Dispone el art. 1.191 CC, “Los dueños y los principales o directores
son responsables del daño causado por el hecho ilícito de sus sirvientes
y dependientes,…”
Se entiende por Sirviente; la persona que presta sus servicios
domésticos a otra, colabora con ella en los quehaceres del hogar en
beneficio del dueño, sin que necesariamente exista un contrato de
trabajo. Se ubican en esta categoría las auxiliares domesticas, las
cocineras, los jardineros, la planchadora, el chofer, etc.
Se entiende por Dependiente o Empleado; la persona que presta un
servicio a otra bajo una relación de subordinación, sin que se requiera
necesariamente la existencia de un contrato de trabajo ni de una
remuneración, bastando solamente que exista el poder del principal para
dar órdenes al dependiente o empleado y que la labor que se realiza sea
por cuenta del dueño o principal. Son dependientes los empleados y
obreros al servicio de un patrono.
Se entiende por Dueño o Principal; la persona que emplea por su
cuenta o provecho personales, los servicios de otra persona y en
consecuencia tiene derecho a darle órdenes e instrucciones sobre el modo
de cumplir las funciones que le haya confiado.
Caracteres de esta responsabilidad
1. La demostración del hecho ilícito del agente material del daño.
2. La víctima no tiene que demostrar la culpa del civilmente
responsable.
3. Imputabilidad del civilmente responsable.
4. Coexistencia de responsabilidades. La victima puede escoger entre
demandar la indemnización del civilmente responsable o del propio
agente material del daño; es decir, puede demandar al dueño o principal
o al sirviente o dependiente.
5. La responsabilidad debe ser frente a terceros. Si se trata de un daño
causado a un sirviente o dependiente por otro sirviente o dependiente en
ejercicio de sus funciones (ambos subordinados al mismo dueño o
principal); la responsabilidad será de tipo contractual y no delictual.
6. Acción de reembolso del civilmente responsable contra el agente
material del daño.
RESPOSABILIDAD ESPECIAL POR GUARDA DE COSAS
Dispone el art. 1193 CC, “Toda persona es responsable del daño
causado por las cosas que tiene bajo su guarda, a menos que…”.
Persona civilmente responsable
La norma habla de la persona que tiene una cosa bajo su guarda, en
consecuencia no existe lugar a dudas de que el civilmente responsable lo
es el guardián y al respecto existe una tendencia natural a equiparar al
guardián con el propietario.
A los efectos de precisar el concepto de guardián, la doctrina hace una
distinción de lo que es la guarda jurídica de la guarda material.
1. La guarda jurídica, es el poder de derecho que ejerce una persona
que tiene el control, vigilancia y dirección de la cosa. Guardián es
aquella persona a quien de derecho le corresponden tales poderes, ejerza
esos derechos por sí misma, por medio de sus comisionados o
subalternos y aún cuando no los ejerza. En conclusión, guardián jurídico
es la persona que tiene un título jurídico que legitima los poderes de
dirección y control sobre una cosa.
2. La guarda material, es el poder de control, vigilancia o de
dirección sobre la cosa, aunque no se tenga un derecho que justifique ese
poder.
Desde el punto de vista práctico es muy importante tener en cuenta
ésta distinción. Supongamos el daño que cause un vehículo que es
conducido por un chofer del propietario; ¿Quién responde por el daño
causado? Si acogemos la tesis de la guarda jurídica, responderá el
propietario del vehículo; y si acogemos la tesis de la guarda material,
responderá el chofer.
Carácter de las Presunciones
Se trata de una presunción iuris et de iure; que no admite prueba en
contrario; en cuanto no se le permitirá al guardián demostrar la ausencia
de culpa; no se le permitirá demostrar que ejerció correctamente sus
poderes de vigilancia y control sobre la cosa, o que fue diligente en el
cumplimiento de sus deberes. La única forma de que el civilmente
responsable se libere de la obligación de reparar el daño causado, es que
demuestre que el daño se produjo por una causa extraña no imputable
(caso fortuito o fuerza mayor, por falta de la víctima o por el hecho de un
tercero).
Condiciones de Procedencia de la Responsabilidad
1. El daño experimentado.
2. La intervención de la cosa, es decir, que la cosa causó el daño
(hubo hecho de la cosa). Sobre este punto revisar las teorías sobre la
intervención de la cosa en Maduro Luyando.
3. La condición de guardián del civilmente responsable, del
demandado.
LA RESPOSABILIDAD POR RES ULLIUS
Por haberlo examinado en las asignaturas Derecho Romano I y
Derecho Civil II, es conocido por todos en qué consiste la res nullius.
Este tipo de cosas no están comprendidas dentro del campo de
aplicación de la responsabilidad por cosas, por una razón muy sencilla,
sobre éstas cosas no existen personas que tengan el deber de guarda,
sobre ellas no existe guardián y por lo tanto no puede responsabilizarse a
ninguna persona de los daños que causen.
Hay que tomar en cuenta de que las res nullius están excluidas de la
responsabilidad por cosas, no por el hecho de no tener propietario, pues
como ya lo sabemos, la persona del propietario es manifiestamente
distinta a la persona del guardián; sino por el hecho de que sobre esas
cosas no existe persona alguna que detente el poder de control, dirección
y vigilancia, es decir, un guardián.
Si llegare a darse el hecho de que sobre la res nullius, una persona
ejerciera los poderes que configuran al guardián, entonces ésta persona
responderá como tal, y caería dentro del supuesto de hecho de la norma
del art. 1.193 CC, en caso de producirse daños ocasionados por dicha
cosa.
RESPOSABILIDAD ESPECIAL POR RUIAS DE
EDIFICIOS
Dispone el artículo 1.194 CC; “El propietario de un edificio o de
cualquiera otra construcción arraigada al suelo, es responsable…”.
La norma transcrita señala expresa y únicamente al propietario del
edificio como responsable; quien responde en todo caso, aún cuando no
tenga la posesión o guarda del edificio y ésta corresponda a otra persona.
Se trata de una responsabilidad especial que rige para el caso del daño
producido por ruina del edificio o construcción arraigada al suelo, y en
consecuencia, queda excluida la aplicación del art. 1.193 CC, por
responsabilidad de guarda de cosa.
Condiciones de la Responsabilidad.
1. El daño experimentado por la victima, quien será un tercero en
relación con el propietario.
2. Que la cosa que produzca el daño sea un edificio o cualquiera otra
construcción arraigada al suelo.
3. Que el daño provenga por la ruina del edificio o de cualquier otra
construcción.
4. Que la ruina del edificio se deba a falta de reparaciones o a vicios
en la construcción.
5. Que el demandado sea el propietario del edificio cuya ruina causó
el daño.
Carácter de las Presunciones
1. La presunción de hecho causal de la ruina, consiste en una
presunción relativa o iuris tantum; el propietario puede desvirtuarla
probando que la ruina se debe a hechos distintos a la falta de reparación
o de vicios en la construcción, por ejemplo, un caso fortuito o fuerza
mayor, un hecho de guerra, etc).
2. La presunción de culpa contra el propietario, en relación a la
imputabilidad en la falta de reparaciones o de vicios en la construcción;
es una presunción de carácter absoluto o iuris et de iure.
RESPOSABILIDAD ESPECIAL POR ICEDIO
Establece el art. 1193, único ap. CC: “Quien detenta, por cualquier
título, todo o parte de un inmueble, o bienes muebles,...”.
Persona Civilmente Responsable
De conformidad con el art. 1193 CC, trascrito en su único aparte; y a
pesar de que la norma habla del detentador de la cosa mueble o inmueble
donde se origina el incendio; será responsable quien detente por
cualquier título ese bien, es decir, el guardián.
Requisitos de Procedencia de la Responsabilidad
1. Que el incendio se origine en un inmueble o en la cosa mueble.
2. Que la victima sea un tercero. Si existe relación contractual entre el
guardián de la cosa donde se originó el incendio y la víctima, como un
contrato de arrendamiento, habrá responsabilidad civil contractual.
3. Que la victima pruebe que el daño lo ocasionó el incendio y que
hubo culpa del agente o de las personas por las cuales es civilmente
responsable.
Excepciones del Demandado
El demandado se puede excepcionar probando, por una parte, la
existencia de una causa extraña no imputable que lo libera de
responsabilidad; y por la otra, que el agente actuó de manera diligente y
prudente, como un buen padre de familia, tomando todas las previsiones
que eran menester tomar, para evitar el incendio; como el mantenimiento
de las instalaciones eléctricas en perfecto estado, la instalación de un
sistema de alarma contra incendios, la dotación de equipos extintores de
fuego, etc.
LA RESPOSABILIDAD ESPECIAL POR AIMALES
Dispone el artículo 1.192 CC: “El dueño de un animal o el que lo
tiene a su cuidado, debe reparar el daño que éste cause,…”.
Persona Civilmente Responsable
El responsable será el dueño del animal o quien lo tenga a su cuidado.
La doctrina y la jurisprudencia reconocen que la persona responsable es
el guardián del animal, y que la norma cuando se refiere al dueño o quien
lo tenga a su cuidado, ha querido referirse al guardián. Si se menciona al
dueño, es porque sobre él pesa una presunción de guarda, pero en caso
de haber una persona distinta del dueño encargado de la guarda, será esta
persona quien responda en su carácter de guardián.
Carácter de las presunciones
La presunción es de carácter absoluto o iuris et de iure, en
consecuencia, no se le admite al guardián demostrar la ausencia de culpa
(que vigiló bien al animal, etc.) ya que responde aunque el animal se
hubiese perdido, extraviado o escapado a su control.
Requisitos de Procedencia de la Responsabilidad
1. Debe existir un daño.
2. El daño debe haber sido causado por un animal. En este caso la
responsabilidad se aplica a toda clase de animales. Nuestro legislador, en
común acuerdo con la doctrina, no distingue entre daños causados por
animales domésticos o no, mansos o feroces, ni el tamaño de éstos.
Igualmente se aplica a los rebaños, hatos, piaras o cualquier otro
conjunto de animales. Solo se excluyen los animales salvajes no
susceptibles de guarda, que viven en estado de libertad natural dentro de
la propiedad de una persona; y aquellos animales empleados en arrastrar
cosas; los cuales son considerados en la Ley de Tránsito Terrestre como
vehículos de tracción de sangre, y por lo tanto se les aplica la
responsabilidad civil de tránsito terrestre.
3. El dueño del animal o el que lo tenga a su cuidado, es el civilmente
responsable.
Excepciones del Demandado
1. El demandado puede oponer la causa extraña no imputable. A pesar
de que el art. 1.192 CC solo nos señala la falta de la victima o el hecho
de un tercero, es posible oponer cualquiera de las causas extrañas no
imputables conocidas, por el carácter liberatorio de todas ellas; posición
que no se discute ni en la doctrina ni en la jurisprudencia.
2. El demandado puede alegar y demostrar que no hubo daño.
3. Puede alegar y demostrar que no hubo intervención activa del
animal apta para causar el daño.
4. Que no es guardián del animal que causó el daño.
LA RESPOSABILIDAD POR TRASITO
La Ley de Tránsito y Transporte Terrestre se encarga de regular la
responsabilidad civil por los daños causados en accidente de tránsito, la
cual difiere de la responsabilidad civil por guarda de cosa, establecida en
el art. 1.193 CC, anteriormente examinado.
Establece dicha ley especial que el conductor, el propietario del
vehículo y su empresa aseguradora, están solidariamente obligados a
reparar todo daño que se cause con motivo de la circulación del vehículo,
a menos que se pruebe que el daño proviene de un hecho de la victima o
de un tercero que haga inevitable el daño; o que el accidente hubiese sido
imprevisible para el conductor.
Al igual que la responsabilidad civil por guarda de cosa, se establece
una presunción iuris et de iure, de responsabilidad del conductor del
vehículo por el daño causado. La víctima del accidente no está obligada
a demostrar que el conductor actuó de manera imprudente, negligente o
con impericia; solo le basta demostrar que el daño se produjo con motivo
de la circulación del vehículo; lo que generalmente se prueba con las
actuaciones practicadas por las autoridades administrativas de tránsito
terrestre con ocasión del accidente.
Si se trata de colisión entre vehículos, los conductores se presumen
igualmente responsables por los daños causados; ésta presunción tiene
carácter iuris tantum, desvirtuable mediante la prueba de que uno de los
conductores es el único responsable del hecho o que tuvo un grado de
responsabilidad mayor que los demás, aplicándose el principio de la
compensación de culpas para la reparación del daño.
Otra presunción iuris tantum de responsabilidad civil por accidente de
tránsito, es cuando se presume responsable al conductor cuando al
ocurrir el accidente, se encuentra bajo los efectos de bebidas alcohólicas,
de sustancias estupefacientes o psicotrópicas, o conduzca a exceso de
velocidad.
En estos casos, el conductor que conducía en alguna de esas
condiciones, se presume que es el único responsable del accidente; salvo
que logre destruir la relación de causalidad con la prueba de que el
accidente se produjo por caso fortuito o fuerza mayor, hecho de la
victima o de un tercero.
Es oportuno aclarar, que la responsabilidad civil por accidente de
tránsito se aplica únicamente a los vehículos en circulación; si el daño es
causado por un vehículo estacionado, no se aplica dicha responsabilidad.

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