Está en la página 1de 6

Lectura 3

MICROPLÁSTICOS Y NANOPLÁSTICOS EN LOS POLOS:


DETECCIÓN Y
EVALUACIÓN DE SU IMPACTO EN ORGANISMOS MARINOS

Mario Jaime
Pablo Hernández Almaraz
EDITORES
SAMSARA
2018

MICROPLÁSTICOS Y NANOPLÁSTICOS
EN LOS POLOS:
DETECCIÓN Y EVALUACIÓN DE SU
IMPACTO EN ORGANISMOS MARINOS
MARCELO GONZÁLEZ-ARAVENA
Departamento Científico. Instituto Antártico Chileno

Esto creo que es parte de un libro luego les digo como citar

Introducción
El plástico que fue creado hace 150 años como un material
ligero, fuerte y económico, ahora está presente en diversos
ambientes marinos como parte de una contaminación silen133
ciosa. En los últimos años existen innumerables evidencias
de la presencia de microplásticos en el océano, estuarios y
cuerpos de agua (Andrady 2017). Del plástico producido
más del 40% se utiliza una sola vez y alrededor de ocho millones
de toneladas de este material terminan en el océano.
La presencia de microplásticos ha sido reportada desde playas,
agua superficial, sedimentos marinos, como también en
la biota marina (Galloway y Lewis 2016). La bioacumulación
de estos elementos en ecosistemas marinos compromete
la capacidad de los océanos en poder suministrar servicios
ecosistémicos en el futuro que soporten la vida en la tierra.
En zonas costeras la cantidad de microplásticos flotantes se
estima entre 103-104 por m3, y esto no es sorprendente producto
de que se estima que cerca de 300 a 400 millones de
toneladas de plásticos son producidas cada año, donde la
mitad de estos desperdicios es representada por materiales de
empaquetado donde la mayor parte no se recicla o incinera y
que podrían terminar en cuerpos de agua y en los tejidos de
organismos marinos.

Microplásticos y nanoplásticos
Las partículas de microplásticos que están en el océano son
muy diversas en tamaño, forma, constitución química y origen.
Se pueden reconocer dos tipos de microplásticos: los
microplásticos primarios y los secundarios. Los de tipo primario
son aquellos producidos industrialmente como microesferas
de distinto tamaño (Fig. 1), principalmente con la
función de ser usados como aditivos de productos de cuidado
personal, como cremas exfoliantes, pastas dentífricas,
geles de baño o como materia prima para producir otros
productos (Duis y Coors 2016).

vía desagües domiciliarios o industriales. Sin embargo, por


lejos los microplásticos secundarios que derivan de la fragmentación
de grandes desechos plásticos y debido a la degradación
por desgaste son los más abundantes (Andrady 2017).
La entrada de estos microplásticos secundarios al medio ambiente
es mucho más difícil de estimar. Los microplásticos
secundarios incluyen fragmentos de fibra textil liberados
invariablemente durante lavado de telas sintéticas. El tamaño
de microplásticos secundarios en productos cosméticos pueden
contener esferas de polipropileno menores a los 5 mm y
esferas de poliestireno menores a los 2 mm (Auta et al.
2017).

Si bien los microplásticos pueden ser detectados desde


muestras ambientales, no es el caso de los nanoplásticos. En
la actualidad no existen métodos efectivos de separación,
identificación y cuantificación de estas nanopartículas desde
muestras ambientales o desde los organismos que los pudieran
ingerir (Koelmans et al. 2015; Mendoza et al. 2018), por
lo cual solo es posible determinar y observar el efecto de NP
usando sólo los disponibles en el mercado, que por lo general
son nanoesferas de poliestireno (Bergami et al. 2016; Canesi
et al. 2016). Hasta el momento no se ha reportado la presencia
de MP en los aparatos digestivos de organismos marinos
Antárticos, pero si en organismos marinos del Ártico como
aves y peces (Amélineau et al. 2016; Kühn et al. 2018).

Al aumentar la concentración de microplásticos en el ambiente


marino se incrementa su bio disponibilidad. Por lo
tanto, las interacciones biológicas de los microplásticos son
claves para entender el movimiento, impacto y destino de los
microplásticos en el ambiente marino (Clark et al. 2016). La
ingestión de microplásticos por parte de la biota marina ha
sido informada ampliamente para un gran número de especies
que representan diferentes niveles tróficos, sin embargo,
las consecuencias ecológicas de la ingestión de plástico no
son muy conocidas (Auta et al. 2017).

Grandes fragmentos de
plástico pueden quedar atrapados en los organismos y obstruir
el tracto intestinal, pudiendo causar lesiones o un falso
141
sentido de saciedad en aves o peces (Kühn et al. 2015). Por
otra parte, pequeñas partículas de plásticos podrían translocarse
y pasar a órganos o células con consecuencias desconocidas
(Browne et al. 2008; Brennecke et al. 2016). Los micro
plásticos también pueden servir como vectores de contaminantes
orgánicos persistentes (COPs) y metales pesados para
la asimilación de estos por parte de organismos marinos y así
generar un proceso de bio magnificación a nivel de la cadena
trófica (Auta et al. 2017).

AdventureScience.org, (2016). Global Microplastics Initiative.


http://www.adventurescience. org/microplastics. html
Retrieved: Sep 1, 2016.
Andrady, A. L. (2017). The plastic in microplastics: a review.
Marine Pollution Bulletin, 119, 12–22.
Auta, H.S., Emenike, C.U., Fauziah, S.H. (2017). Distribution
and importance of microplastics in the marine environment:
A review of the sources, fate, effects, and potential
solutions. Environment International, 102, 165-176.
Barnes, D.K., Galgani, F., Thompson, R.C., Barlaz, M.
(2009). Accumulation and fragmentation of plastic debris
in global environments. Philosophical transactions of the
Royal Society of London B: Biological Science, 364, 1985–
1998.
Bergami, E., Bocci, E., Vannuccini, M.L., Monopoli, M.,
Salvati, A., Dawson, K.A., Corsi, I. (2016). Nano-sized
polystyrene affects feeding, behaviour and physiology of
brine shrimp Artemia franciscana larvae. Ecotoxicology and
Environmental Safety, (123), 18–25.
Bergmann, M., Peeken, I., Beyer, B., Krumpen, T.,
Primpke, S., Tekman, M.B., Gerdts, G. (
2017). Vast quantities of microplastics in Arctic sea ice—a
prime temporary sink for plastic litter and a medium of
transport. MICRO 2016. Elsevier, pp. 75–76.
Brennecke, D., Duarte, B., Paiva F, Caçador I, Canning-
Clode J. (2016). Microplastics as vector for heavy metal
145
contamination from the marine environment. Estuarine,
Coastal and Shelf Science, 178, 189–195.
Browne, M. A., Dissanayake, A., Galloway, T. S., Lowe, D.
M., Thompson, R.C. (2008). Ingested microscopic plastic
translocates to the circulatory system of the mussel,
Mytilus edulis (L.). Environmental Science & Technology,
42, 5026–5031.
Canesi, L., Ciacci, C., Fabbri, R., Balbi,T., Salis, A., Damonte,
G., Cortese, K., Caratto, V., Monopoli, M.P.,
Dawson, K., Bergami, E., Corsi, I. (2016). Interactions
of cationic polystyrene nanoparticles with marine bivalve
hemocytes in a physiological environment: role of soluble
hemolymph proteins. Environmental Research, 150, 73–
81.
Clark, J.R., Cole, M., Lindeque, P.K., Fileman, E., Blackford,
J., Lewis, C., Lenton, T.M.,
Galloway, T.S. (2016). Marine microplastic debris: a targeted
plan for understanding and quantifying interactions
with marine life. Frontiers in Ecology and the Environment,
14 (6), 317–324.
Cozar, A., Echevarria, F., Gonzalez-Gordillo, J.I., Irigoien,
X., Ubeda, B., Hernandez-Leon S., et al. (2014). Plastic
debris in the open ocean. Proceedings of the National Academy
of Sciences of the United States of America, 111,
10239-10244.
Cozar A., Marti E., Duarte C.M., Garcia-de-Lomas J., van
Sebille E., Ballatore T.J., et al. (2017). The Arctic Ocean
as a dead end for floating plastics in the North Atlantic
branch of the Thermohaline Circulation. Science Advances,
3.
Dawson, A. L., Kawaguchi, S., King, C.K., Townsend, K.
A., King, R., Huston, W. M., Bengtson Nash, S.M.
(2018). Turning microplastics into nanoplastics through
digestive fragmentation by Antarctic krill. Nature Communications,
9, 1001.
146
Della Torre, C., Bergami, E., Salvati, A., Faleri, C., Cirino,
P., Dawson, K. A., Corsi I. (2014). Accumulation and
embryotoxicity of polystyrene nanoparticles at early stage
of development of sea urchin Embryos Paracentrotus lividus.
Environmental Science & Technology, 48, 12302–
12311.
Duis, K., Coors, A. (2016). Microplastics in the aquatic and
terrestrial environment: sources
(with a specific focus on personal care products), fate and
effects. Environmental Sciences Europe, 28 (1), 2.
Eriksen,M., Lebreton, L.C., Carson, H.S., Thiel,M., Moore,
C.J., Borerro, J.C., Galgani, F., Ryan, P.G., Reisser, J.
(2014). Plastic pollution in theworld's oceans:more than
5 trillion plastic pieces weighing over 250,000 tons afloat
at sea. PLoS One 9 (12), 111913.
Galloway, T. S. y Lewis, C. N. (2016). Marine microplastics
spell big problems for future generations. Proceedings of
the National Academy of Sciences of the United States of
America, 113 (9), 2331-2333.
González, K., Gaitán-Espitia, J., Font, A., Cárdenas, C. A.,
González-Aravena, M. (2016). Expression pattern of heat
shock proteins during acute thermal stress in the Antarctic
sea urchin, Sterechinus neumayeri. Revista Chilena
de Historia Natural, 89, 2.
Greenpeace.org. (2018). Microplastics and persistent fluorinated
chemicals in the Antarctic.
https://www.greenpeace.org/international/publication/16
899/microplastics-in-the-antarctic/
Hallanger, I., Gabrielsen, G. (2018). Plastic in the European
Arctic. 045 brief report Norwegian Polar Institute.
Isobe, A., Uchiyama-Matsumoto, K., Uchida, K., Tokai, T.
(2017). Microplastics in the Southern Ocean. Marine
Pollution Bulletin, 114, 623–626.
Koelmans, A.A., Besseling, E., Shim, W.J. (2015) Nanoplastics
in the Aquatic Environment. Critical Review. In:
147
Bergmann M., Gutow L., Klages M. (eds) Marine Anthropogenic
Litter. Springer, Cham, pp. 325-340.
Kühn, S., Schaafsma, F.L., van Werven, B. et al. (2018).
Plastic ingestion by juvenile polar cod (Boreogadus saida)
in the Arctic Ocean. Polar Biology, 41, 1269.
Kühn S., Bravo Rebolledo E.L., van Franeker J.A. (2015).
Deleterious Effects of Litter on Marine Life. In: Bergmann
M., Gutow L., Klages M., editors. Marine Anthropogenic
Litter. Springer International Publishing, Cham,
pp. 75-116.
Lusher, A.L., Tirelli, V., O'Connor, I., Officer, R. (2015).
Microplastics in Arctic polar waters: the first reported values
of particles in surface and sub-surface samples. Scientific
Report, 5, 14947.
Mendoza, L.M, Karapanagioti, H., Ramirez-Alvarez, N.
(2018). Micro (nanoplastics) in the marine environment:
Current knowledge and gaps. Environmental Science &
Health, 1, 47-51.
Obbard, R.W., Sadri, S., Wong, Y.Q., Khitun, A.A., Baker,
I., Thompson, R.C. (2014). Global warming releases microplastic
legacy frozen in Arctic Sea ice. Earth's Future, 2
(6), 315–320.
Peeken, I., Primpke, S., Beyer, B., Gütermann, J., Katlein,
C., Krumpen, T., Bergmann, M., Hehemann, L., Gerdts,
G. (2018). Arctic sea ice is an important temporal sink
and means of transport for microplastic. Nature Communications,
9, 1505.
Pinsino, A., Matranga, V. (2015). Sea urchin immune cells
as sentinels of environmental stress. Developmental and
Comparative Immunology, 49, 198–205.
Pinsino, A., Russo, R., Bonaventura, R., Brunelli, A., Marcomini,
A., Matranga, V. (2015). Titanium dioxide nanoparticles
stimulate sea urchin immune cell phagocytic
activity involving TLR/p38 MAPK-mediated signalling
pathway. Scientific Reports, 5, 14492.
148
Taylor, M.L., Gwinnett, C., Robinson, L.F., Woodall, L.C.
(2016). Plastic microfibre ingestion by deep-sea organisms.
Scientific Reports, 6, 33997.
Tekman, M. B., Krumpen, T., Bergmann, M. (2017). Marine
litter on deep Arctic sea floor continues to increase
and spreads to the North at the HAUSGARTEN observatory.
Deep-Sea Research Part I, 120, 88–99.
Van Cauwenberghe, L., Vanreusel, A., Mees, J., Janssen,
C.R. (2013). Microplastic pollution in deep-sea sediments.
Environmental Pollution, 182, 495–499.
Waller, C.L., Griffiths, H.J., Waluda, C.M., Thorpe, S.E.,
Loaiza, I., Moreno, B., Pacherres, C.O., Hughes, K. A.
(2017). Microplastics in the Antarctic marine system: an
emerging area of research. Science of the Total Environment,
598:220–227.

También podría gustarte