Ensayo N° 2 Texto: “Curso de Lingüística General” de F. De Saussure
Profesor: Santiago Bahl
Alumno: María Luisa Salini Tyrrell
Curso: 2° año de Filosofía
Año: 2019
Materia: Perspectiva Filosófico Pedagógica II
Fecha de entrega: 27/05
Curso de Lingüística General de Ferdinand De Saussure
What’s in a name? that which we call a rose
By any other name would smell as sweet;
So Romeo would, were he not Romeo call’d,
Retain that dear perfection which he owes
Without that title. Romeo, doff thy name;
And for that name, which is no part of thee,
Take all myself.
Romeo and Juliet de William Shakespeare. Acto II. Escena II.
Capítulos “Objeto de la lingüística” y “Naturaleza del Signo Lingüístico”:
El texto de Saussure, lingüista suizo padre del estructuralismo explica la complejidad
de encontrar un objeto de estudio para la lingüística afirmando que el interrogante sobre encontrar uno integral y concreto no es sencillo de responder. Esta sería una diferencia con las ciencias que sí lo tienen de antemano, siendo características de un objeto de estudio la capacidad de ser universal (para todos por igual, intemporal, asequible para todos), único, univoco y fácil de definir, además de pertenecer a un lugar y tiempo específicos. Saussure expone que otras ciencias pueden considerar su objeto desde diferentes perspectivas, pero que, sea cual sea el punto de vista adoptado, en la lingüística hay dos caras de cada fenómeno, ambas con el mismo grado de importancia. También explica que hay correspondencias entre la lengua, el sonido y la articulación bucal que lo provoca. Además, hay relación entre un sonido y el pensamiento que lo idea. El lenguaje, a su vez, responde a un lado individual y a otro social, tratándose de un sistema evolutivo conformado en el pasado, y que por tanto tiene una historia y una permanencia. Hasta este apartado, Saussure considera que no hay un objeto entero de la lingüística que se nos ofrezca sencillamente, y que, al intentarlo, sus posibles búsquedas (tanto desde un solo lado del problema, como desde todos a la vez), trae complicaciones. Los tres candidatos para ser objeto de estudio de la lingüística, en el texto, son 1.el lenguaje: (langage) es la estructura lógica detrás del idioma. Es multiforme y heteróclito. Es una facultad de la naturaleza, la capacidad de comunicarse. Es heterogéneo. Ejemplo: Germán tiene la capacidad de hacerse entender diciendo “Ey, estás chocándome el auto”. Se comunicó. 2. el habla: (parole) como acto individual de voluntad y de inteligencia, es pensamiento personal llevado a la acción del decir y el mecanismo psicofísico que lo permite. Ejemplo: Germán dice “Ey, estás chocándome el auto” 3. la lengua: (langue) sistema de signos como producto que el individuo registra pasivamente sin premeditación ni reflexión. Social, depende de más de un sujeto. Es una totalidad en sí, y en principio de clasificación. Es una característica y capacidad que el humano adquiere, y responde a convenciones. La lengua es la que hace a la unidad del lenguaje, no al revés. Es homogénea. Ejemplo: Germán sabe, al igual que su entorno, qué se decodifica al percibir un “Ey, estás chocándome el auto” y utiliza esa agrupación de signos lingüísticos para dar a entender una idea específica. Saussure comprobará cuál de las opciones sirve como tal objeto de estudio. Estos tres conceptos están interrelacionados y forman una unidad. El lenguaje, en primer lugar dirá Saussure, no sirve como objeto de estudio de la lingüística porque es heteróclito, que significa que no cambia, que es algo demasiado amplio y grande, como podría ser, por ejemplo, el latín “petrificado” (resultante de lo charlado en clase); y también es multiforme que significa que no se define de una sola manera porque es social e individual al mismo tiempo, y es cambiante pero mantiene una base que no muta, con herramientas de evolución del sistema y la historia del lenguaje y su permanencia. Un ejemplo de toda esta cuestión otorgado por el docente es: Una biblioteca (lenguaje) a la que se le ponen libros (idioma) dentro, y es tan grande (heteróclita) que no se puede completar nunca, pero también tiene estantes ubicados de maneras disímiles (multiforme) donde ubicar los libros. Saussure termina por llegar a la conclusión de que el lenguaje no es el objeto de estudio de la lingüística: lo descarta pues es muy difícil de definir. Y esto se contrapone a la naturaleza del objeto de estudio. Es así que Saussure comprende el siguiente tramo de su búsqueda poniendo a prueba al habla: el acto de hablar, pero a poco de esto lo descarta, pues el habla es presente, es momentáneo. Es acción, y no hay que estudiar qué se hace, sino qué hace posible a lo que se hace. Finalmente, Saussure intenta, como el lobo del cuento, echar abajo la casita del tercer cerdito, pero esta es fuerte y se permite poner a prueba, victoriosa: la lengua es un recorte del lenguaje. Si este fuese la especie animal entre las especies, la lengua sería el género del animal. La lengua es el objeto de estudio de la lingüística, es el sistema del lenguaje, tiene principio y fin, es organizado y ordenado, es divisible en elementos últimos simples, siempre iguales, que son los signos lingüísticos, átomos del lenguaje. Estos signos lingüísticos tienen dos partes: el significado y el significante. Son, cada uno, una entidad psíquica de dos caras. La primera parte, el significado, responde a lo que es el concepto que se le destina a las cosas, a cada una. El significante es, por su parte, la imagen acústica, la huella psíquica que se nos representa a través de los sentidos llenando al significado. Es, generalmente, abstracto el significado y “material” (por oposición) el significante. Para los estructuralistas, todo lo que haga el humano, toda la cultura creada por él es determinada y explicada por los signos lingüísticos. Las cosas no se definen por sí mismas sino por la negación de lo que no es. Todo depende de todo lo demás para definirse, por eso se trata de un sistema. Las formas de estudiar la lengua como objeto de estudio son la manera sincrónica y la diacrónica. Sincrónica: es el recorte de algo en una época, quitándole contexto. La diacrónica: como ese algo ha cambiado con el tiempo, es decir, tomando en cuenta el contexto. Especificaciones del camino de reflexión antes planteado: Las herramientas siguientes son definiciones y explicaciones que permiten que el análisis anterior se pueda comprender. La lengua y su lugar dentro del lenguaje. Esta relación se plantea en dos porciones: la primera parte es el acto individual, que permite reconstruir el circuito de la palabra. La lengua es una parte de lenguaje, es esencial dentro de esta facultad humana. Un producto social de este y la convención o conjunto de normas necesarias adoptadas por la sociedad para que la ejerciten los individuos y la pongan en uso en actos individuales. La esfera que le corresponde a la lengua dentro del lenguaje se puede hallar reflexionando sobre el acto individual ya enunciado, que permite reconstruir el circuito de la palabra. Para eso podemos enumerar a dos sujetos que conversan como persona "A" y persona "B", respectivamente emisor y receptor de un mensaje, mediante una herramienta comunicacional. La conversación entre los sujetos A y B comienza en el cerebro del emisor ("A") con un hecho de consciencia, la idea a comunicar que debe ser transformada en palabra, proceso psíquico que se desenvuelve en otro fisiológico al enviar el cerebro la información a la articulación de fonación. Al fonar, las ondas sonoras se transportan físicamente de la boca de "A" al oído de "B". Y el circuito se da ahora en "B" de modo inverso, hasta comprender el mensaje. Así, esto se repetirá de "B" hacia "A" completando un circuito y una meta comunicacional que depende de conceptos, los hechos de la consciencia, y sus imágenes acústicas. Además de los hechos psíquicos, fisiológicos, físicos, externos, internos, pasivos o activos, hay un proceso de asociación y coordinación que aparece con el uso social. Pasamos entonces a la segunda parte, el hecho social, donde todos sujetos reproducirán los mismos signos unidos a los mismos conceptos. Aquí, las partes (los hechos) que se hacían presentes en lo individual no participan igualmente. La cristalización social, ¿dónde se originará? Veremos. Por ejemplo, la parte física se descarta, ya que, aunque funcionen perfectamente nuestros oídos, si se trata de un idioma desconocido, la incomprensión nos deja fuera del intercambio social. Entonces la parte física de la fonación y audición es necesaria pero no suficiente para participar. La parte psíquica tampoco, ya que se encarga de la ejecución y esta no participa en la masa sino en el individuo, que es, su vez, su arbitro. Las acuñaciones de convenciones, son, finalmente, resultados de las facultades de recepción y coordinación. La lengua, entonces, es constituida por el lazo social que construye imágenes verbales idénticas para todos los individuos, siendo su acto de voluntad, el habla. Los sistemas de signos: se elaboran a partir de la unión de sentido (un concepto) y la imagen acústica, que son ambas igualmente psíquicas. Por otro lado, los elementos de la lengua y habla son opuestos a las cuestiones psíquicas, al ser objetos de naturaleza concreta. Se puede concebir a la semiología, ciencia que estudie a la vida de los signos en el seno de la vida social, enseñándonos en qué consisten los signos y sus leyes. La lingüística será una parte de esta semiología. El problema es que la semiología no es reconocida como ciencia autónoma, ni en estado de pertenencia de un objeto de estudio. La solución a esto que planteará Saussure es estudiar la lengua en sí misma y no en función de otros puntos de vista. La lengua es un sistema de signos que expresan ideas, y por eso es comparable a las señas, la escritura, a las formas de cortesía, etc. Pero siendo la lengua más importante. Sus dos partes son el significado y el significante. Los fonemas: sílabas, sonidos que forman a las palabras habladas. El fonema compone, cuando se suma a otros, imágenes acústicas. El símbolo se ha utilizado, explica Saussure, para designar, dentro del signo lingüístico, al significante. El símbolo nunca está vacío, no es arbitrario por completo. Y es así como se puede hablar de los principios de símbolo: lo arbitrario y lo lineal. Esto significa que el símbolo es inmotivado, arbitrario con relación al significado, con el cual no tiene ningún lazo natural. Y lineal, sostiene Saussure, porque el símbolo sólo se desenvuelve en el tiempo debido a su naturaleza auditiva, teniendo caracteres temporales.