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- LA CULPA
En la culpa, el sujeto no busca ni pretende lesionar el bien jurídico pero por su
forma de actuar arriesgada y descuidada produce la lesión.
Según nuestro ordenamiento jurídico, sólo es punible la realización dolosa de los
tipos mientras en las disposiciones concretas de la Parte Especial no esté
también penada expresamente la actuación culposa (artículo 11º Código Penal).
Por oposición al dolo, en la culpa no hay una dirección del querer hacia la
concreción del hecho típico, pero en cualquier actividad lícita en sí misma, el
hombre debe desenvolverse de modo que no ofenda bienes jurídicos de
terceros, actuando al margen de ciertas normas de seguridad, que a veces están
expresamente consagradas por el derecho y en otras surgen con claridad de las
mismas relaciones de la experiencia.
De allí que la culpa pueda ser conceptualizada como la inobservancia del deber
de cuidado en el desenvolvimiento de la propia conducta para evitar daños a
terceros. Es la falta de previsión de un resultado típicamente antijurídico, que
pudo y debió haberse previsto al obrar.
TEORÍAS DE LA CULPA
MANERAS DE INCURRIR
a) Por negligencia: violación del deber de cuidado que se concreta por
medio de la omisión de la diligencia exigida por aquél para no colocar en
situación de peligro al bien jurídico de que se trate.
b) Por imprudencia: violación del deber de cuidado que se concreta por
medio de un desarrollo de la actividad que excede los límites del riesgo
permitido.
c) Por impericia: aquel actuar negligente o imprudente que se produce en
el ejercicio de un arte o profesión, propio del agente y que es violatorio del
deber de cuidado según éste surge de la “lexartis”. Es el no haber obrado
con la idoneidad exigida a la persona de que se trate, referida a su función,
profesión, etc.
d) Por inobservancia de los reglamentos, ordenanzas o deberes del
cargo: se da en aquellos casos en los que el deber de cuidado que el
autor viola se encuentra predeterminado en una reglamentación expresa
o implícita.
El código no prevé todas estas formas en todos los delitos culposos que regula;
parece claro, entonces, conforme a los principios de la subordinación a la
tipicidad, que las formas no enunciadas en el particular tipo culposo no pueden
fundamentar la atribución de la responsabilidad penal por culpa al agente cuando
concreta el resultado previsto por el mismo.