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Haré brotar ríos en los cerros de desiertos y manantiales en medio de los valles… (Isaías 41, 18)

En el desierto plantaré cedros, acacias, arrayanes y olivos; en la tierra seca haré crecer pinos
juntamente con abetos y cipreses (Isaías 41, 19)

… romperé y quitaré el arco, la espada para que descanse tranquilo (Oseas 2, 18)

Yo haré cualquier cosa que en mi nombre ustedes me pidan (Juan 14, 14)

En aquel día, ustedes se darán cuenta de que… están en mí y yo en ustedes (Juan 14, 20)

¡El poder del Señor es extraordinario! ¡El poder del Señor alcanzó la victoria! (Salmo 118, 16)

… he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! (Salmo 118, 17)

¡Abran las puertas del templo que quiero entrar a dar gracias al Señor! (Salmo 118, 19)

¡Te doy gracias, Señor, porque me has respondido… eres mi Salvador! (Salmo 118, 21)

… Dios envió el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones; el Espíritu clama: ¡Padre! ¡Mi Dulce
Padre! (Gálatas 4, 6)

… nada podrá separarnos del amor de Dios (Romanos 8, 38)

… nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!
(Romanos 8, 39)

“… yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas” (Josué 1, 1-9)

Yo te glorifico, Padre del cielo y de la tierra (Mateo 11, 25-30)

… recibe la luz, ha venido tu lumbrera y ha nacido sobre ti la gloria del Señor (Isaías 60, 1)

… yo haré gloriosa la casa de mi majestad (Isaías 60, 7)

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo soy el que os he elegido a vosotros, y destinado
para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto sea duradero, a fin de que cualquiera cosa que
pidáis al Padre en mi nombre, os la conceda (Juan 15, 16)

¡Señor, cuán grandiosas son todas tus obras! Todo lo has hecho sabiamente… (Salmo 103, 24)

Yo cantaré toda mi vida las alabanzas del Señor… (Salmo 103, 33)

Séanle gratas mis palabras, todas mis delicias las tengo en el Señor (Salmo 103, 34)

¡Cuán hermoso es tu santuario, Señor todopoderoso! (Salmo 84, 1)

¡Con qué ansia y fervor deseo estar en los atrios de tu templo! (Salmo 84, 2)

Aun el gorrión y la golondrina hallan lugar en tus altares donde hacerles nido a sus polluelos,
oh Señor todopoderoso, Rey mío y Dios mío (Salmo 84, 3)

¡Felices los que viven en tu templo y te alaban sin cesar! (Salmo 84, 4)
… Cree en el Señor Jesús, y obtendrás la salvación, tú y tu familia (Hechos 16, 31)

… por tu fe has sido sanada vete tranquila (Marcos 5, 34)

Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, le dijo…: No tengas miedo; cree solamente (Marcos 5, 36)

…¡Con todo el corazón canto alegre al Dios de la vida! (Salmo 84, 2)

…¡felices los que en ti confían! (Salmo 84, 12)

… ella quedó llena del Espíritu Santo (Lucas 1, 41)

… Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! (Lucas 1, 42)

tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se estremeció de alegría en mi vientre (Lucas 1, 44)

¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!
(Lucas 1, 44)

Cuando los sabios vieron la estrella se alegraron mucho… vieron al niño con María, su madre; y
arrodillándose le rindieron homenaje (Mateo 2, 10-11)

… ¡El poder del Señor alcanzó la victoria! (Salmo 118, 15)

… he de vivir para contar lo que el Señor ha hecho! (Salmo 118, 17)

¡Abran las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias al Señor! (Salmo 118, 19)

Te doy gracias, Señor, porque me has respondido… (Salmo 118, 21)

… La madre de Jesús estaba allí (Juan 2, 1)

Ella dijo a los que estaban sirviendo: Hagan todo lo que él les diga (Juan 2, 5)

… todos los que lo oían se admiraban… sus padres se sorprendieron (Juan 2, 47-48)

… todos los que lo oían se admiraban (Juan 2, 47)

… sus padres se sorprendieron (Juan 2, 48)

Jesús vio a su Madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho (Juan 19, 26)

Le dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre.


Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa (Juan 19, 27)

Hablaré de tu grandeza, mi Dios y Rey… (Salmo 145, 1)

El Señor es grande y muy digno de alabanza… (Salmo 145, 3)

De padres a hijos se alabarán tus obras… (Salmo 145, 4)

Cuando el objeto que estaba haciendo le salía mal, volvía a hacer otro con el mismo barro
hasta que quedaba como él quería (Jeremías 18, 4)
… ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero (Jeremías 18, 6)

Yo sé que tú lo puedes todo y que no hay nada que no puedas realizar (Job 42, 1-2)

¡Tú eres mi roca y mi castillo!... Tu eres mi protector (Salmo 31, 3-4)

Tu amor me trae gozo y alegría (Salmo 31, 7)

Señor confío en ti… tú eres mi Dios! (Salmo 31, 14)

Que grande es tu bondad para aquellos que te honran! (Salmo 31, 19)

Bendito sea el Señor, que con su amor hizo grandes maravillas en mí (Salmo 31, 21)

El Señor es mi Pastor nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas
tranquilas me conduce (Salmo 23, 1-2)

…tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza (Salmo 23, 4)

Haz preparado un banquete… has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a
rebosar (Salmo 23, 5)

Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre
viviré (Salmo 23, 6)

Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy esté en el campo y mañana se quema en el horno,
¡Cuánto más habrá de vestirlos a ustedes…! (Salmo 23, 28)

… Aquí estoy, tal como está escrito en mí en el libro, para hacer tu voluntad, oh Dios
(Hebreos 10, 5)

Dios nos ha consagrado… (Hebreos 10, 10)

Dios nos ha consagrado porque Jesucristo hizo la voluntad de Dios al ofrecer su propio cuerpo
en sacrificio una sola vez y para siempre (Hebreos 10, 10)

… Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los
milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él (Juan 3, 2)

Jesús le dijo: Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Juan 3, 3)

Jesús le contestó: Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios (Juan 3, 5)

Lo que nace de padres humanos, es de humanos; lo que nace del Espíritu, es espíritu
(Juan 3, 6)

No te extrañes de que te diga “Todos tienen que nacer de nuevo” (Juan 3, 6)

El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde
va. Así son también todos los que nacen del Espíritu (Juan 3, 8)
Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su Hijo primogénito, anterior a todo lo
creado. En él Dios creó todo… tanto lo visible como lo invisible… (Colosenses 1, 15-16)

Cristo existe antes que todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden (Colosenses 1, 17)

Cristo es la cabeza de la iglesia que es su cuerpo. Él es el principio, fue el primero en resucitar


para tener así el primer puesto en todo (Colosenses 1, 18)

Pues en Cristo quiso residir todo el poder divino (Colosenses 1, 18)

Tu misericordia Señor, llega hasta el cielo, tu fidelidad hasta las nubes (Salmo 36, 6)

La creación espera con gran impaciencia el momento en que se manifieste que somos hijos de
Dios (Romanos 8, 19)

Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mí ser su santo nombre
(Salmos 103, 1)

Él es… quien me colma de amor y ternura (Salmos 103, 4-5)

… el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo “Abbá!
¡Padre! ¡Mi dulce Padre! (Romanos 8, 15)

Y ese Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios
(Romanos 8, 16)

Llénenme de alegría viviendo todos en armonía, unidos por un mismo propósito


(Filipenses 2, 2)

Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús
(Filipenses 2, 5)

Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni
orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor (1 Corintios 13, 4)

Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo (1 Corintios 13, 7)

El amor jamás dejará de existir (1 Corintios 13, 8)

…un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí (1 Corintios 13, 12)

Señor, Dios todopoderoso…, escucha mi oración! (Salmo 84, 8)

Dios el Señor nos alumbra y nos protege; el Señor ama y honra a los que viven sin tacha, y
nada bueno les niega (Salmo 84, 11)

Ustedes son una carta escrita por Cristo mismo…; una carta que no ha sido escrita con tinta,
sino con el Espíritu del Dios viviente… en los corazones (2 Corintios 3, 3)

Confiados en Dios por medio de Cristo, estamos seguros de esto (2 Corintios 3, 4)

…todo lo que podemos hacer viene de Dios (2 Corintios 3, 5)


Él nos ha capacitado para ser servidores de una nueva alianza, basada no en una ley, sino en la
acción del Espíritu (2 Corintios 3, 6)

Hasta el día de hoy, cuando leen los libros de Moisés, un velo cubre su entendimiento. Pero
cuando la persona se vuelve al Señor, el velo se le quita (2 Corintios 3, 15-16)

Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad
(2 Corintios 3, 17)

Por eso, todos nosotros, ya sin el velo que nos cubría la cara, somos como un espejo que
refleja la gloria del Señor, y vamos transformándonos en su imagen misma, porque cada vez
tenemos más de su gloria, y esto por la acción del Señor, que es el Espíritu (2 Corintios 3, 3)

…Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que procede de Dios Padre de Cristo Jesús, nuestro
Señor (1 Timoteo 1, 2)

Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque me ha fortalecido y me ha considerado digno


de confianza, llamándome a su servicio (1 Timoteo 1, 12)

Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús


(1 Timoteo 1, 14)

…tu allanas el sendero del justo (Isaías 26, 7)

Mi alma te desea por la noche, y mi espíritu te busca de madrugada, porque cuando tus juicios
se ejercen sobre la tierra, los habitantes del mundo aprenden la justicia (Isaías 26, 9)

El sol ya no será tu luz durante el día, ni la claridad de la luna te alumbrará de noche: el Señor
será para ti una luz eterna y tu Dios será tu esplendor (Isaías 60, 19)

Tu sol no se pondrá nunca más y tu luna no desaparecerá porque el Señor será para ti una luz
eterna y se habrán cumplido los días de tu duelo (Isaías 60, 20)

Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos
(Lucas 24, 15)

Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran (Lucas 24, 16)

Levanto mis ojos hacia ti, que habitas en el cielo (Salmos 123, 1)

Señor, tú me examinas y conoces (Salmos 139, 1)

eres testigo de todos mis pasos (Salmos 139, 3)

Me aprietas por detrás y por delante y colocas tu mano sobre mí (Salmos 139, 5)

Si le pido las alas a la Aurora para irme a la otra orilla del mar, también allá tu mano me
conduce y me tiene tomado tu derecha (Salmos 139, 9-10)

Te doy gracias por tantas maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe
(Salmos 139, 14)
Tus ojos veían todos mis días, todos ya estaban escritos en tu libro y contados antes que
existiera uno de ellos (Salmos 139, 16)

«Señor mío, si me haces el favor, te ruego que no pases al lado de tu servidor sin detenerte…
(Génesis 18, 3)

«Sal fuera y permanece en el monte esperando a Yavé, pues Yavé va a pasar» (1 Reyes 19, 11)

Moisés cuidaba las ovejas (Éxodo 3, 1)

Yavé le dijo: «No te acerques más. Sácate tus sandalias porque el lugar que pisas es tierra
sagrada» (Éxodo 3, 5)

Dios respondió: «Yo estoy contigo, y ésta será para ti la señal de que yo te he enviado: …me
darán culto aquí» (Éxodo 3, 12)

"¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?"
(1 Corintios 3, 16)

…"El templo de Dios es sagrado, y ese templo son ustedes" (1 Corintios 3, 17)

…la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía (Lucas 10, 39)

Señor, tú has sido para nosotros un refugio (Salmos 90, 1)

Antes que nacieran las montañas y aparecieran la tierra y el mundo, tú ya eras Dios y lo eres
para siempre (Salmos 90, 2)

Cólmanos de tus favores por la mañana, que tengamos siempre risa y alegría (Salmos 90, 14)

Haz que nuestra alegría dure lo que la prueba (Salmos 90, 15)

…él confirme la obra de nuestras (Salmos 90, 17)

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