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Oxígeno. Mediante la respiración, los seres vivos utilizan el oxígeno del aire para obtener energía.

Plantas y animales, día y noche, durante toda su vida, necesitan oxígeno y desprenden dióxido de
carbono (CO2).

Dióxido de carbono. Las plantas son autótrofas, y elaboran su propia materia orgánica mediante
la fotosíntesis, utilizando la energía del sol, el dióxido de carbono (CO2), el agua y las sales
minerales del suelo. En este proceso, liberan oxígeno que envían a la atmósfera. Estos procesos
son los que han llevado a que la atmósfera tenga la composición química actual.

Nitrógeno. Es fundamental en la composición de las proteínas Aunque no podemos usar


directamente el nitrógeno de la atmósfera, hay bacterias que sí pueden fijarlo y pasarlo al resto de
la cadena trófica (ciclo del nitrógeno).

Agua. El vapor de agua forma parte del ciclo del agua, imprescindible para los seres vivos.
Proviene de la evaporación del agua de los mares y continentes, y de la transpiración de las
plantas. En el vapor de agua se puede producir condensación y precipitación.

Condensación del agua. El aire puede contener una determinada cantidad de vapor de agua, pero
si la temperatura disminuye, también lo hace la cantidad de agua (en estado gaseoso) que puede
contener, por lo que el agua se condensa. Para que se produzca la condensación es necesario entre
en contacto con una superficie sólida (núcleo de condensación), como la de las pequeñas
partículas que están suspendidas en el aire. Algunos de los fenómenos atmosféricos producidos
por condensación son:

Formación de nubes. El aire caliente es menos denso que el frío y sube. Al subir, baja la
temperatura, puede contener menos vapor de agua, y se condensa el agua alrededor de un núcleo
de condensación formando las nubes.

Niebla. Se produce cuando las nubes se han formado muy cerca del suelo. Se condensa el vapor
de agua por la baja temperatura.
Rocío (o aguada). Por la noche bajan las temperaturas y la condensación del agua se produce
sobre la superficie de las plantas.

Escarcha (o rosada). Si se congelan las gotas del rocío, por estar a una temperatura por debajo de
0 ºC, se produce la escarcha.

Cencellada. Se produce cuando se forma hielo al congelarse las pequeñas gotas de niebla sobre la
superficie, que está una temperatura inferior o próxima a los 0 ºC.

Precipitación del agua. Las corrientes de aire hace que las pequeñas gotitas condensadas de las
nubes chocan entre ellas y forman gotas más grandes. Cuando tienen una masa lo suficientemente
grande, caen por acción de la gravedad y se produce la precipitación:

Lluvia, si la precipitación se produce en estado líquido.

Nieve. Si la temperatura del agua se congela por estar por debajo de 0 ºC, cae en estado sólido en
forma de copos de nieve.

Granizo, si las gotas de las nubes ascienden varias veces, aumentan su tamaño, y se congelan.

La atmósfera regula la temperatura. Los rayos del sol inciden durante el día sobre la superficie
terrestre y, si no fuera por la atmósfera, ese calor se disiparía al espacio enfriando mucho la Tierra
durante la noche. El efecto invernadero natural del que ya hemos hablado es fundamental para la
vida en nuestro planeta.

La atmósfera tiene función protectora.

La capa de ozono (ozonosfera) nos protege de la radiación ultravioleta procedente del sol que es
perjudicial para los seres vivos.

También nos protege de los impactos de meteroritos que pudieran llegar a la Tierra, ya que con
el rozamiento al entrar en la atmósfera se suelen desintegrar.
La atmósfera es la responsable del clima del territorio en el que vive cada ser vivo.

La energía del viento se ha utilizado para mover molinos, aerogeneradores, barcos a vela, o las
aves y las plantas para transportar su polen o semillas.

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