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Violencia familiar

Por: Oscar Alegre DNI: 36.941.592

Mail: h.oscaralegre@Hotmail.com

En esta monografía voy a intentar hablar de la violencia familiar, de cómo afecta


al seno de las familias, de por qué son las mujeres las que más denuncian este tipo de
violencia, de las diferentes y variadas formas en las que se pueden configurar estas
formas de violencia, de cómo afecta a niños, niñas y adolecentes; también voy hablar
del rol del estado como agente que debe prevenir estas conductas y de como puede
llegar a ser responsable de estas prácticas por acción u omisión; y la raíz de esto en una
sociedad patriarcal y misógina que normaliza y legitima esta violencia.

Antes de empezar con un desarrollo debemos hacernos las preguntas ¿Qué es la


violencia familiar? ¿En qué consiste? ¿A quienes afecta? En primer lugar, es un mal que
nos afecta a todos como sociedad nacional y mundial, que no puede pasar
desapercibida. Es un fenómeno muy diverso y complejo, que se da de distintas formas,
porque esta puede ser ejercida de infinidad de maneras, ya que la violencia no es solo
física, sino que también puede ser ejercida de forma psicológica. Todo este tipo de
violencia tiene una fuerte raíz en la sociedad patriarcal en la que vivimos, que me
expresare en detalle más adelante. Una vez aclarado esto, daré una definición lo más
acertada posible, la violencia familiar es la que se da en el seno o en el marco de la
convivencia, pero “no se requiere una cohabitación para que se configure dicha
violencia doméstica”1. Una vez cesada la convivencia, la violencia se puede seguir
dando a través de amenazas o acoso en cualquier ámbito producto de la ex convivencia,
a lo que me refiero es que no necesariamente son realizadas en el domicilio donde
conviven la víctima y el victimario, donde es cede del domicilio familiar, sino que
puede ser en cualquier lugar y espacio producto de la convivencia o ex convivencia y/o
la relación o la ex relación entre las partes.

Hoy en nuestro país existen datos más que alarmantes, los cuales dicen que cerca
del 76% de las denuncias de violencia familiar son hechas por mujeres, y junto con las
niñas, niños y adolecentes son principalmente los grupos más afectados por este tipo de
problemas domésticos (según datos de la Oficina de Violencia domestica que depende
de la corte suprema de justicia). En 2018 la oficina de violencia contra la mujer informó
que recibió 15.791 consultas por personas afectadas por situaciones de violencia en el

1
Seda, Juan Antonio; Manual de Derecho de Familia, p 161; Jusbaires (2018).
seno de la familia y arrojó estas estadísticas. Particularmente hay que hablar de que la
mujer vive en una constante opresión por el hombre y en la cual también hay una
sociedad que vive en un clima de tolerancia y aceptación de estas prácticas, que las
tiende a normalizar y legitimar.

Cuestiones de Género

La violencia familiar, para entenderla en su complejidad plena, hay que


abordarla necesariamente con una perspectiva de género y hacernos las preguntas ¿Por
qué la mayor cantidad de denuncias por violencia intrafamiliar son de mujeres? ¿Por
qué a la mujer se la quiere relegar a un rol inferior dentro de la familia? ¿Por qué la
mujer vive oprimida por el hombre?

Antes de abordar este tema, me parece pertinente mencionar una


conceptualización muy bien abordada en el libro “Manual de Derecho de Familia” de
Juan Antonio Sola, donde diferencia machismo y misoginia2, siendo el primero la
creencia cultural de la superioridad del hombre sobre la mujer, la dominación del
hombre hacia la mujer, y la misógina, el odio o la aversión hacia la mujer, un odio
instintivo culturalmente y que se traduce en conductas discriminatorias naturalizadas
por el común de la gente, hasta por las propias mujeres, tales como chistes, ridiculizar el
lenguaje inclusivo, reducir a la mujer a un objeto o simplemente el descontento con las
organizaciones que luchan por los derechos de estas.

Nosotros vivimos en una sociedad patriarcal en donde se lo pone al hombre


como centro de la viva humana, y a partir de ahí hace construcciones como el género,
un enfoque teórico y metodológico acerca de la construcción cultural de las diferencias
sexuales, alude a la distinciones y desigualdades dentro lo femenino y lo masculino, y
las relaciones entre ambos aspectos, pero todo es una construcción social que viene de
cientos de años atrás. Básicamente plantea una ilusoria superioridad del hombre por el
de la mujer y lo pone a este en un rol de “jefe de familia”, la cual le da una autoridad
que en la mayoría de los casos la traduce en violencia y la misma sociedad la interpela
como legítima. Esto es uno de los factores macrosociles que favorecen al a violencia
familiar, que no solamente compete a la argentina, sino al todo el mundo.

La ley 26.485 en su artículo 4 define la violencia contra a mujer como “toda


conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito
público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida,
libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial,
como así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde
el Estado o por sus agentes. Se considera violencia indirecta, a los efectos de la

2
Seda, Juan Antonio; Manual de Derecho de Familia, p 167; Jusbaires (2018).
presente ley, toda conducta, acción omisión, disposición, criterio o práctica
discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón”.3

Esto está tan naturalizado en nuestra sociedad hasta al punto que hay ciertas
mujeres que naturalizan estas conductas, que al fin y al cabo, no son culpables de
legitimar esto, sino que son víctimas de esta sociedad machista y misógina que legitima
estas actitudes, las normaliza.

El machismo y la misoginia son problemas estructurales muy arraigados, y que


desencadenan en violencia hacia la mujer en todos los aspectos, como el acoso en el
transporte público, la calle, etc., sin dejar de mencionar la cantidad de femicidos que
hay en la Argentina por las mismas razones que hay violencia domestica. Esto se
traduce en distintos tipos de violencia como a la salud, a la integridad física, psicológica
o sexual. La violencia física es la que va desde los golpes hasta la propia muerte, pero
también tenemos la violencia psicológica que es la que más se tiende a normalizar y
aceptar, y se manifiesta en la humillación en público, los insultos, las amenazas, el
acoso y los celos al extremo, y suele desencadenar en una baja autoestima que lleva a la
aceptación. La violencia sexual es otro tipo que conlleva la intimidación o la fuerza para
tener relaciones sexuales.

En muchos casos la dependencia económica provoca la aceptación de la


violencia familiar, debido que la mujer no tiene una fuente de trabajo estable y esto
genera la normalización de actos violentos atravesados por el miedo a “quedarse en la
calle”. La inseguridad propia de no tener una profesión, un trabajo o tener hijos en
común generalmente contribuye a la continuidad de estos abusos. Es importante
destacar que no es que la mujer no quiera trabajar, no quiera estudiar o no tenga
voluntad para hacer lo que ella quiera hacer, sino es que la sociedad misma es la que
subordina a este tipo de actividades, al cuidado de los hijos, al cuidado de la casa, o
tienen la idea general de que “es el hombre que quien debe salir a trabajar”, y es por
estas actitudes o problemas macrosociales que la mujer está siempre en una situación de
vulnerabilidad, donde al hombre se le naturalizan ciertas actitudes y a la mujer se la
condena brutalmente por las mismas.

Este estado de vulnerabilidad de la mujer en el seno de la familia es un reflejo


del funcionamiento machista de la sociedad. Un claro ejemplo es el ámbito laboral,
donde es normal y habitual el acoso por parte de las figuras superiores jerárquicas (en
gran número hombres) y además es notable la diferencia de los salarios percibidos por
hombres y mujeres. También en la vida en sociedad hay demostraciones de desigualdad
y opresión entre géneros, tal es así que a la mujer se la considera “puta” por estar con
varios hombres y en cambio “capo” a un hombre que esta con varias mujeres, o como se
restringe la libertad de reproducción, siendo tan necesaria una ley de aborto legal,
seguro y gratuito.

3
Ley de protección integral a la Mujer, 26.485 (sancionada 2009), conocida como la Ley de protección
integral a la mujer, la cual brinda una serie de medidas de prevención de las conductas violentas y
discriminatorias.
Por eso trato de exponer que el machismo y la misoginia se da en todos los
aspecto de la vida social de la mujer. Pero hoy en día existen movimientos políticos,
como el FEMINISMO , que luchan por el derecho de las mujeres en todo su aspecto y
toda aquella persona que se considere mujer, porque el machismo, no solo afecta a las
mujeres, también afecta a las personas GAYS, personas TRANSGENERO y demás
condiciones sexuales. Recién en el 2010 se logró la sanción de la ley 26.6184, más
conocida como la Ley de matrimonio igualitario, que establece la legalidad del
matrimonio de personas del mismo sexo. A partir de estos movimientos políticos y estas
leyes se han logrado ciertos avances, hoy podemos redefinirnos conceptos como el de la
familia y acércanos a la idea de que la definición de “familia” ya no es la de hace 20
años atrás y que esa idea de que se compone de una mamá y un papá, hoy nos queda
bastante corta, y hay que entender que las familias pueden estar compuestas entre dos
papas, por dos mamás, o simplemente por un papa o una mamá soltera.

Ahora bien, la violencia social es parte de nuestra vida cotidiana y circula en


nuestro entorno. Nuestra sociedad está atravesada por la violencia, como toda sociedad
de clases. Se establecen relaciones de poder entre dominadores y dominados, donde
aparece la opresión, el autoritarismo y la discriminación. La igualdad entre los seres
humanos también implica que entre nosotros existan diferencias que nos caracterizan
como individuos únicos e irrepetibles. Todos los seres humanos somos iguales, no
importa el sexo, el color de piel, la edad, las creencias religiosas, la posición económica
o las ideas políticas que tengan.

Las diferencias biológicas son un hecho incuestionable y natural entre los seres
humanos, como lo es el ser hombre o mujer, alto o bajo, pero no debería desembocar en
una sociedad que jerarquice y discrimine socialmente a los individuos en razón de su
sexo, altura o raza. La explotación, la marginación y la discriminación han sido siempre
un fenómeno histórico sociológico. La historia ha sido testigo de actos aberrantes contra
ciertos grupos que, justificándose en esta teoría irracional, han traído como
consecuencia los grandes genocidios.

Es pertinente hacernos la pregunta ¿qué es el FEMINISMO? ¿Cómo es que


actúa? El movimiento feminista actúa en un doble plano: por un lado desde la demanda
de la igualdad entre los sexos, mediante modificaciones en el orden político y jurídico
que hagan factible dicha igualdad, a través de las campañas a favor del divorcio, por
aquel entonces, un derecho ya conquistado, y actualmente se presentan luchas por el
derecho a un aborto seguro, legal y gratuito; por la igualdad de los salarios por la misma
tarea que un hombre y la no discriminación por razones del sexo. Por otro lado, el
discurso feminista va dirigido a desarrollar una crítica global a la sociedad patriarcal,
desde la reivindicación de la autonomía e independencia de las mujeres y la defensa de
nuevos valores asociados a la feminidad para plantear un cambio sustancial en la
organización y la relación social.

4
La Ley 26.618, más conocida como Ley del matrimonio igualitario, establece la legalidad del
casamiento de personas del mismo sexo.
Por todo lo recién expuesto, hoy nuestro país ha ratificado varios instrumentos
internacionales sobre derechos de la mujer. Uno es la Convención para la eliminación
de todas formas de Discriminación contra la mujer5. La misma fue aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979 estableciendo la prohibición de
todas las formas de discriminación contra la mujer y la disposición de medidas que
deben ser adoptadas para asegurar que, en todo el mundo, las mujeres puedan gozar
plenamente de todos sus derechos. Esta Convención tiene un carácter jurídicamente
vinculante; es decir, obliga a los Estados firmantes a reformar las leyes vigentes o
establecer nuevas para garantizar las disposiciones de este tratado internacional.
También está la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
violencia contra la Mujer6, o también conocida como Convección de Belém do Para, la
cual establece formas de protección y defensa de los derechos de las mujeres como
fundamentales para luchar contra el fenómeno de la violencia contra su integridad
física, sexual y psicológica.

Sin embargo, hay muchos casos en que la violencia no solo es ejercida por el
victimario, ya sea el conviviente, el cónyuge, ex cónyuge o quien realice dicha violencia
sino que en muchos casos es el propio Estado quien comete esta violencia por acción u
omisión cuando en realidad debería ser quien la evite.

¿Cómo es que el Estado llega a ser victimario? Desde muchos aspectos y hay un
gran números casos que demuestran esto. Un caso `por mala acción es el caso de la
niña 8 años violada en Nicaragua por su padre y contagiada de una enfermedad de
transición sexual. Primero el Estado no garantizo resguardar su identidad y el caso se
hizo público, por lo que la nena tuvo que dejar de ir a la escuela. En segundo lugar en
las inspecciones médicas que tuvo que sufrir le producían dolor y fue obligada a
hacerlo. En tercer lugar, la niña después de todo lo sufrido producto de la violación, la
jueza le ordenó que se vistiera como estaba cuando se produjo el hecho, la hizo recorrer
los lugares por donde había estado, adoptar las poses en las que se produjo el momento
de dicha violación y en las cuales se tomaron fotos, todo rodeado de personas. Todo
sumado al calvario que había sufrido. Esto es un claro ejemplo del rol que no debe
ejercer el Estado, el de re victimizar a la víctima. Por otro lado un ejemplo claro de la
inacción y deficiencia en el caso sucedido en Mar del Plata en 2018 donde la abuela de
una Niña pidió la tenencia por malos tratos y se la dan por 2 años. A los 8 años volvió
con la madre, la niña empezó a faltar a la escuela y la abuela denunció nuevamente
malos tratos. La jueza envió una asistente social a la casa y esta declaró que la madre se
desempeña con normalidad. Al tiempo la abuela volvió hacer otra denuncia y se
constata lesiones físicas en la niña. Hubo una entrevista con la madre y la asistente
social donde se vuelve a declarar que desempeña con normalidad. A los 16 años la niña
muere producto de servidumbre y malos tratos de la madre y su conviviente.

5
Convención sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer (CEDAW por sus
siglas en ingles), probada por las Naciones Unidas en 1979. Argentina la rarifico el 15 de julio de 1985.
6
Es un Tratado interamericano que fue ratificado por nuestro por medio de la Ley 24.632 en marzo de
1996.
El Estado también falla hasta en lo más esencial como en la protección de la
identidad de las víctimas, protegiendo al victimario. Esto se debe a que la justicia está
basada en una concepción machista y misógina y actúa de forma errónea como en el
caso de Nahir Galazar que fue en condena a cadena perpetua en tan solo 6 meses
mientras que a los femicidas las condenas conllevan años de demora o ni siquiera
reciben sentencias ejemplares. Un caso que demuestra con claridad lo dicho es el caso
de Lucia Perez, quien fue brutalmente asesinada y sus agresores solo fueron condenados
por venta de estupefacientes a 8 años de prisión.

Por estas razones se ha llegado a que el Estado cree una comisaria especial para
la denuncia de la mujer debido a que en las comisarias tradicionales no tomaban las
denuncias que se presentaban ya que la sociedad y las instituciones normalizan la
violencia contra la mujer.

Creo que queda en claro que la violencia no solo es ejercida por ciudadanos, sino
que el Estado a través de la omisión, la demora en la acción o el acceso de este poder
también vulnera los derechos de quienes se supone que debe defender.

En nuestro país existe un instituto en particular para los casos de violencia


domestica, que es la Oficina de Violencia Domestica (OVD), que fue creada en 2006
por la Corte Suprema de Justicia Nacional. Tiene el Objetivo de facilitar el acceso a la
justicia de estos casos de violencia domestica de extrema vulnerabilidad. La OVD
recibe el relato de las personas afectadas por situaciones de violencia doméstica y de
terceras personas que deseen denunciar tal situación a fin de elaborar un informe de
riesgo, labra las actas correspondientes y dispone la realización de los
exámenes médicos que sean necesarios. Indica los cursos de acción posibles según el
conflicto relatado y efectúa en cada caso

Además, en nuestro país cuenta con la línea telefónica 144, de alcance nacional
y gratuito enmarcado en la ley 26.485, para la denuncia de violencia contra la mujer.
Ofrece información, contención y asesoramiento en aquellas temáticas relacionadas con
la violencia física, psicológica, sexual, económica, patrimonial y simbólica. Su objetivo
es acompañar a todas las mujeres que estén atravesando distintas situaciones durante o
después de un episodio de violencia.

Los niños, niñas y adolecentes

Este es un grupo especialmente vulnerable a este tipo de problemas de violencia


familiar, junto con las mujeres, son las principales víctimas. Los niños, niñas y
adolescentes son víctimas de violencia dentro de sus familias, instituciones y la
sociedad en general cuando no se les reconoce como sujetos de derechos que necesitan
ser protegidos y atendidos; sino que son cosificados para cubrir necesidades de las
personas adultas. Se suma a ello, el inadecuado ejercicio de la paternidad y maternidad
que puede ir acompañado de embarazos no deseados, disfunción familiar, abandono,
pobreza, violencia dentro de la pareja, presencia de adicciones, entre otros.

Nuestro país adaptó su legislación a la Convención sobre los Derechos del Niño7 y
promulgó leyes de protección integral de la niñez en la mayoría de las provincias, pero
su implementación es todavía dispar. Los obstáculos se relacionan con la prevalencia de
normas sociales que aún toleran el castigo físico, la discriminación por cuestiones de
género y/o características socioeconómicas, la baja inversión y capacitación en los
sistemas locales de protección, la falta de sistematización y difusión de la información
sobre violencia, abandono y abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes, así como
las dificultades que existen para que ellos puedan acceder a la justicia.

Eliminar la violencia contra niños, niñas y adolescentes en los distintos ámbitos


donde se desarrollan es uno de los principales desafíos. El 70% de los niños de 2 a 17
años fueron sometidos a algún tipo de violencia (física, psicológica o sexual) y casi la
mitad, 46,4%, de los padres y madres reconocen que recurren a la violencia física como
medida disciplinaria.

Podría decirse que los padres actuales integran una de las primeras generaciones
de progenitores con tanta información a disposición sobre crianza respetuosa, apego
seguro y estímulos positivos. Los padres de ellos pudieron haber aplicado, por
desconocimiento, algún tipo de violencia física o verbal durante su niñez, pero ellos
saben que no es la manera. Que los tan necesarios límites se alcanzan de otro modo y
que la violencia perpetúa más violencia y daña el autoestima, dificulta el desarrollo y
perjudica las habilidades sociales.

Por si eso fuera poco, el nuevo Código Civil de Argentina prohíbe expresamente
no solo el castigo corporal hacia los chicos sino también el psicológico. En su artículo
647 lo expresa con claridad: "Prohibición de malos tratos. Auxilio del Estado. Se
prohíbe el castigo corporal en cualquiera de sus formas, los malos tratos y cualquier
hecho que lesione o menoscabe física o psíquicamente a los niños o adolescentes. Los
progenitores pueden solicitar el auxilio de los servicios de orientación a cargo de los
organismos del Estado"8.

Según el nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(Unicef) es una situación habitual la violencia en las vidas de los niños, niñas y
adolecentes, incluyendo gritos, bofetadas, insultos, azotes y sacudidas como método de
disciplina aplicados por los padres a sus hijos en siete de cada diez familias argentinas.

7
La Convención es un tratado internacional adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20
de noviembre de 1989. Nuestro país ratificó la convención en 1990 y en 1994 obtuvo el rango
constitucional.
8
Código Civil y Comercial de la Nación Argentina, Artículo 647.
Protección del Estado Argentino

En nuestro país existen varias medidas de protección para estos casos de


violencia domestica, que consisten en el alejamiento del victimario de la víctima, que
suele ser a través de una orden de restricción, la llamada restricción perimetral, del
cónyuge o ex cónyuge o conviviente del domicilio familiar, si es que lo tienen, o del
ámbito laboral o de donde sea el lugar de esparcimiento de la víctima, porque como dije
antes, no hace falta la convivencia para que se produzca este tipo de violencia. Que se
puede hacer a pedido de parte o de oficio. Pero como principal medida, o el objetivo de
esto, es que el agresor cese con la conducta de violencia o intimidación.

Sin embargo, se pueda dar el supuesto en que sea la sea la victima la que dejara
el domicilio familiar. En este caso se puede pedir mediante un oficial de justicia, la
restitución de los bienes que son propios de la víctima y que haya dejado, este mismo
derecho lo tiene el victimario en caso de que haya sido excluido de la residencia
conyugal, y también se puede pedir la devolución de los bienes que el victimario se
haya llevado cuando fuese desalojado del lugar.

En caso de que medie una denuncia policial, esta deberá ser elevada en
veinticuatro horas, como plazo máximo. Se deberá proceder siempre por el trámite más
breve posible, para favorecer la integridad de la víctima denunciante.

Con lo que corresponde a la prueba, esta podrá ser probada o acreditada de


cualquier modo. Los testimonios de las personas que hayan convivido donde se produjo
esta violencia, serán fundamentales para el caso. Además las pericias médicas
pertinentes en caso de violencia física o psicológica. La victima podrá contar con un o
una acompañante de su confianza, para que le sea de apoyo emocional.

En el caso de que sean necesarias las pericias médicas, se deberá contar con
personal femenino con la idoneidad necesaria para el caso en particular. Siempre
cuidando la integridad emocional y física de la víctima, además de proteger su
identidad, para que no se configure un caso de falta de responsabilidad por el Estado,
como especifiqué anteriormente.

Se podrán tomar medidas precautorias para el caso. Se podrá hacer un inventario


de los bienes de las partes, una restricción perimetral o incluso establecer una cuota
alimentaria provisoria. Además se podrá establecer un apoyo psicológico o medico para
las víctimas de este tipo de violencia o situaciones. En otros casos de mayor peligro a la
integridad de la víctima, como la entrega de un botón anti pánico, prohibir la
comunicación del progenitor denunciado, se le podrá establecer una vigilancia o algún
tipo de custodia que fuese pertinente al caso en cuestión.
Al agresor, en caso de que diera signos de extrema violencia o tenga
antecedentes, se lo podrá prohibir la compra de armas, o si ya las tuviere, se le podrá
retirar.

En síntesis, se tratará de prevenir o detener las situaciones de violencia, rescatar


a la victima de esa situación de vulnerabilidad. El Estado deberá garantizar la
protección y el acceso gratuito a la justicia de dicha victima lo más rápido posible.

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