Está en la página 1de 12

IGLESIAS DEL MUNDO:

La Iglesia Adventista del Séptimo Día

Es una denominación cristiana, distinguida por su observancia del sábado como día de reposo y
por su convicción de que la segunda venida de Jesucristo es inminente. La iglesia surgió del
movimiento millerita en Estados Unidos a mediados del siglo xix d. C., y fue establecida
formalmente en 1863. Está presente en 213 países y cuenta con más de 20 millones de miembros.

Gran parte de la teología adventista corresponde a enseñanzas protestantes comunes, como la


autoridad suprema de la Biblia, la Trinidad, y la salvación por medio de la fe en Jesucristo. Sin
embargo, presentan importantes creencias distintivas, como la observancia del sábado como día
de reposo, la doctrina del juicio investigador, y la manifestación del don de profecía en el
ministerio de Ellen G. White. El trabajo misionero es muy importante para la iglesia, y sus
miembros consideran que tienen el deber de compartir sus creencias con los demás.

La denominación se caracteriza por su énfasis en el desarrollo de un estilo de vida saludable,


promoviendo activamente el ejercicio físico, el vegetarianismo y la abstinencia del alcohol, el
tabaco y otras sustancias recreativas. Además, promueven la educación cristiana, la protección de
la libertad religiosa, y los principios éticos conservadores.

La Iglesia Adventista es administrada en cuatro niveles de organización, que comprenden desde la


iglesia local hasta la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, que dirige la
denominación a nivel mundial. Los administradores de cada nivel son elegidos mediante un
sistema de democracia representativa. La iglesia administra numerosas escuelas, universidades,
hospitales, clínicas, y casas editoriales en todo el mundo, así como una organización humanitaria,
la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales.

Organización de la iglesia:

Un grupo minoritario continuó estudiando las profecías bíblicas, llegando a la conclusión de que
los cálculos de Miller eran correctos, pero había errado en la interpretación de la «purificación del
santuario» mencionada en Daniel 8:14.39 Basándose en pasajes como Hebreos 8-9 y Daniel 8-9,
llegaron a la conclusión de que existe un santuario literal en el cielo, donde Cristo ministra como
sumo sacerdote y mediador. Así, en 1844, Cristo habría comenzado la «purificación del santuario
celestial», ingresando al lugar santísimo para realizar un juicio investigador en el que se
examinarían los nombres registrados en el Libro de la Vida. Una vez finalizada esta tarea, Jesús
volvería de forma literal y visible a la tierra, acontecimiento que los adherentes a esta postura
continuaron considerando inminente, aunque evitaron en lo sucesivo señalar una fecha concreta.
Lideraban este grupo Joseph Bates, James White y Ellen Harmon.

Joseph Bates era un marino jubilado que había invertido la mayor parte de su modesta fortuna en
la propagación del mensaje millerita. En 1845 llegó a la convicción de que el sábado debía ser
observado como día de reposo, y se convirtió en su principal promotor dentro del movimiento
adventista. Esta creencia había sido adoptada de los bautistas del séptimo día, y fue aceptada
progresivamente por los demás líderes adventistas.

James White era un joven maestro de escuela que se había unido al movimiento millerita en
1842, desempeñándose durante los dos años siguientes como predicador itinerante por iniciativa
propia, periodo durante el cual fue ordenado como ministro por el movimiento restauracionista
Conexión Cristiana.

Ellen Harmon era una joven de frágil salud y escasa educación que en 1843 había sido expulsada
junto a su familia de la iglesia metodista a la que pertenecían debido a su convicción en las ideas
del movimiento millerita. En diciembre de 1844, mientras participaba de una reunión de oración
junto a algunas amigas, experimentó un estado de trance, durante el que afirmó haber visto a los
milleritas en un camino estrecho que conducía a la Nueva Jerusalén. Después de experimentar
una segunda visión alrededor de una semana después en la que se le instruía que informara a los
demás lo que había visto, Ellen comenzó a hablar con pequeños grupos de creyentes milleritas,
diciéndoles que —de acuerdo a su primera visión— estaban en el camino correcto, y debían
permanecer fieles.

En 1845, Ellen conoció a James White, quien durante algún tiempo la acompañó a las reuniones
donde compartía sus visiones. James y Ellen se casaron en agosto de 1846, y —junto a Bates—
organizaron una serie de conferencias en Nueva Inglaterra y Nueva York a fines de la década de
1840 que forjaron las creencias centrales del movimiento adventista.

Durante el resto de su vida, Ellen White refirió haber recibido más de dos mil visiones que registró
mediante una extensa producción literaria. Su rol profético fue aceptado progresivamente por la
mayoría de los creyentes adventistas, y sus conferencias y escritos llegaron a ser fundamentales
para el desarrollo inicial de la denominación. Sin embargo, algunos grupos minoritarios rechazaron
la legitimidad de las visiones de White y se separaron del movimiento adventista, estableciendo
posteriormente la Iglesia de Dios (Séptimo Día).

Inicialmente, los creyentes adventistas no tenían la intención del formar una nueva iglesia, pero
tras el rápido crecimiento del movimiento se vieron en la necesidad de contar con una institución
que coordinara la difusión de sus creencias. En 1853 —como primer paso hacia una organización
formal— se inició la entrega de credenciales pastorales, y en 1860 los creyentes acordaron la
creación de una entidad que pudiera ser legalmente propietaria de las casas de culto y de una
imprenta adquirida en 1855, que hasta ese momento se encontraban a nombre de James White.
Durante una asamblea celebrada en Battle Creek, Míchigan, escogieron ser conocidos como
«adventistas del séptimo día».

La organización oficial de la iglesia se realizó el 21 de mayo de 1863, al constituirse la Asociación


General de los Adventistas del Séptimo Día, que contaba inicialmente con 3500 miembros en 125
iglesias que eran lideradas por 30 pastores. Como primer presidente de la organización fue elegido
en forma unánime James White, quien declinó el cargo, el cual fue ocupado finalmente por John
Byington, un exministro metodista de sesenta y cinco años.
Creencias distintivas:

Creen que hay un santuario en el cielo donde Cristo ministra como sumo sacerdote y mediador en
dos fases diferenciadas, la primera de las cuales culminó en 1844. Consideran además que habrá
un juicio investigador en el que se decidirán los destinos de todos los hombres antes de la segunda
venida de Cristo.

Afirman que el don profético —o «espíritu de profecía»— es uno de los dones del Espíritu
prometidos a la iglesia de los últimos días, y que ese don fue manifestado a la Iglesia Adventista
del Séptimo Día en el ministerio de Ellen G. White. Sus escritos son considerados «una
permanente y autorizada fuente de verdad que proporciona consuelo, dirección, instrucción y
corrección a la iglesia».

Consideran que el sello de Dios y la marca de la bestia —mencionados en el libro de Apocalipsis—


son símbolos de las fuerzas opuestas del bien y el mal en el último gran conflicto antes de que
Cristo venga por segunda vez. Por último, enseñan que los tres ángeles de Apocalipsis 14
representan la proclamación del último mensaje de Dios al mundo en preparación para la venida
de Cristo.

Ellen Gould White:

Gorham, 26 de noviembre de 1827-St. Helena, 16 de julio de 1915. También conocida como Elena
G. de White, fue una autora adventista estadounidense, cuyo liderazgo llevó al establecimiento de
la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Ellen G. White fue una figura controvertida en su tiempo, y aún genera muchas discusiones,
especialmente entre los otros grupos cristianos, así como de los no religiosos. Afirmó haber
recibido visiones después de no cumplirse el segundo regreso de Jesús, fijado para el 22 de
octubre de 1844, señalado por William Miller, de quien ella era seguidora. Sus visiones dieron
base para que el movimiento adventista considerara que en ella se manifestó el «don de
profecía», lo cual dotó a sus escritos de gran importancia para los creyentes de esta
denominación.

Su actitud frente al Gran Chasco: El Gran Chasco del 22 de octubre de 1844 sorprendió a Ellen con
solo diecisiete años, pero a pesar de su juventud su espiritualidad no disminuyó. Esta experiencia
fue muy crítica y muchos que habían participado en el movimiento millerista, estaban dudando
acerca de su experiencia o estaban abandonándola. Ella escribe lo siguiente al respecto:

«La pérdida de todos los amigos terrenales no se hubiera comparado con lo que sentimos
entonces. Lloramos y lloramos hasta que el día amaneció».

La primera visión de Ellen Harmon:

En diciembre de 1844 Ellen Harmon tuvo su primera visión, la cual contribuyó a fortalecer la
confianza de los otros creyentes en el advenimiento. Debido al estado precario de salud de Ellen,
estaba alojada en la casa de los Haines en South Portland, Maine (EE. UU.), para aportar un poco
de descanso a su madre. Su médico y sus amigos habían aceptado ya la idea de que moriría de
tuberculosis. Era la hora de la meditación matinal, ella junto a un grupo de mujeres estaban
orando en busca de respuestas sobre el gran chasco. Fue en este momento que esta adolescente
entró en trance, y en este vio un viaje simbólico del grupo de creyentes al que pertenecía hacía
una ciudad celestial, con Cristo a la cabeza.oo

Ellen relató su primera visión a un grupo de sesenta creyentes adventistas de Portland. Este
pequeño grupo creyó que era Dios quien dirigía a ellos a través de esa joven. Luego viajó con
varios miembros de su familia o mujeres que ella conocía, para contar su experiencia en Maine y
los estados vecinos. Esta primera visión fue escrita por Ellen Harmon un año después el 20 de
diciembre de 1845 y publicada en el Day-Star de Cincinnati, Ohio (EE. UU.) El 24 de enero de
1846.

Establecimiento del sábado como día de reposo:

La idea de adoptar el sábado como día de reposo no fue de la señora White. Los esposos White lo
aceptaron tras leer un folleto acerca del tema, publicado por el Capitán José Bates, ellos
aceptaron el carácter sagrado del sábado como día de descanso y se unieron en la defensa de la
misma. Seis meses más tarde, el sábado 7 de abril de 1847, Elena tuvo una visión en la que veía los
diez mandamientos en el santuario celestial con un [[halo de luz que rodeaba el cuarto. Esto la
convenció aún más de la importancia de realizar los servicios religiosos de la naciente iglesia y
confirmó su papel como moldeadora de las doctrinas de la nueva religión. La doctrina de la
adoración en sábado fue tomada del estudio de la biblia en Éxodo 20:8. En donde están grabados
los diez mandamientos de Dios.

Establecimiento de la publicación oficial adventista:

Durante la primavera y el verano de 1848, Jaime y Elena de White asistieron a cinco conferencias
sabáticas, en las cuales se dio forma a las principales doctrinas que la Iglesia Adventista sostiene
como un cuerpo orgánico de enseñanza. En esas reuniones, Elena de White dirimió entre puntos
difíciles de doctrina aludiendo a sus visiones como respuesta a las polémicas.

En la sexta conferencia, realizada en noviembre de 1848, Ellen White afirmó que se le había
mostrado que su esposo debía publicar un pequeño periódico para diseminar "las verdades
bíblicas". Como consecuencia los esposos White iniciaron la publicación de un periódico de ocho
páginas denominado The Present Truth (La verdad presente). En la última parte de 1850, con el
propósito de hacer que el título representara una misión más amplia, se sustituyó por el de
Second Advent Review and Sabbath Herald (Revista del segundo advenimiento y heraldo del
sábado), el órgano de la iglesia adventista que existe hasta hoy.

Elena de White tuvo una visión considerada importante para los creyentes durante la conferencia
realizada inmediatamente después que se estableció en Battle Creek, y cuando ella la leyó a la
iglesia pocos días más tarde, se tomó el acuerdo de que debía ser publicada para beneficio de
todos los adventistas observadores del sábado. La publicación apareció como un folleto de 16
páginas titulado Testimonies for the Church. De año en año, a medida que Elena de White tenía
visiones importantes, éstas eran publicadas en folletos, y más tarde reimpresas en los volúmenes
de la colección Testimonies.

La visión del Gran conflicto:

La visión del 14 de marzo de 1858, relativa al gran conflicto, es considerada por los adventistas
como la más importante de la señora White. El relato de una visión de dos horas fue publicado en
la última parte del verano bajo el título de El gran conflicto entre Cristo y sus ángeles y Satanás y
sus ángeles. En sus 219 páginas con tipo pequeño, ella fue trazando los puntos más importantes
de la historia con un énfasis particular en los acontecimientos de los últimos días y la recompensa
para los fieles. A través de los años posteriores, a medida que por el crecimiento de la iglesia se
publicaban libros mayores, visiones repetidas fueron desarrollando más plenamente esa idea del
conflicto, y Elena de White, en gran parte del resto de su vida, preparó libros, con ayuda de su
esposo y varios secretarios, culminando con las obras: Patriarcas y profetas, Profetas y reyes, El
Deseado de todas las gentes, Hechos de los apóstoles y El conflicto de los siglos.

Polémicas alrededor de la figura de Ellen Gould White:

Acusaciones de plagio:

Los delegados a la conferencia internacional de los adventistas del séptimo día que se celebró el
año 2010 reafirmaron que Ellen G. White fue “inspirada de la misma manera en que lo fueron los
profetas de la Biblia.” Ella escribió más de 50 libros.

El pastor Walter Rea afirma que las pruebas son tan claras que “puedo hacer que un camionero
note eso por sí mismo.” Declara que las fuentes de consulta de Ellen White fueron a menudo
obras de escritores religiosos de mediados del siglo diecinueve que no eran adventistas, y ofrece
una cantidad de ejemplos para probar su afirmación. Afirma que, hasta la fecha, no ha encontrado
una obra de importancia escrita por Ellen White en la que no se haya utilizado una fuente ya
publicada. “Ellen nunca se resignó a reconocer la influencia humana en sus escritos.”, dice Rea.11

En sus comentarios acerca del descubrimiento de esta apropiación literaria, Donald R. McAdams,
presidente del Colegio Adventista del Sudoeste, de Keene, Texas, escribió:

“Ellen White es una parte tan céntrica de la vida de los adventistas del séptimo día que sus
palabras penetran en prácticamente toda área de la enseñanza y práctica adventista. . . . El que
se considere que sus palabras posiblemente se hayan derivado de otra persona y que no
necesariamente sean la autoridad final introduce un elemento de caos en el mismo corazón del
adventismo, lo cual hace que todos nos sintamos incómodos.”

Es interesante notar que Ellen White ha sido a veces el centro de acusaciones que afirman que sus
asistentes literarias escribieron sus libros, o que cometió plagio (copiar ilegalmente de otras
fuentes) en la mayor parte de lo que ella escribió. No obstante, en el prefacio de El conflicto de los
siglos, ella afirmó que había usado otros libros:

“En algunos casos, cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y
presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma
conveniente, he reproducido sus palabras [...]. Y, al referir los casos y los puntos de vista de
quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma
similar de las obras que han publicado”

En 1981, la Asociación General solicitó los servicios legales de Vincent L. Ramik, abogado
especialista en derechos de autor quien había estudiado cerca de 1.000 casos de copyright en la
historia legal de Estados Unidos, quien estudiaría el asunto. Después de pasar más de trescientas
horas investigando, llegó a la conclusión de que “Elena G. de White no fue plagiaria y que sus
obras no constituyen plagio ni violaciones de los derechos de autor”.12 En el informe legal de 27
páginas acerca de los escritos de Elena G. de White concluye que:

Sus selecciones permanecieron bien dentro de los límites legales del uso correcto.

Elena de White usó los escritos de otros; pero en la manera en que los usó, los convirtió
singularmente en suyos, adaptando las selecciones dentro de su propio marco literario.

Elena de White motivó a sus lectores a adquirir copias de algunos de los muchos libros que ella
usaba, demostrando que no intentó ocultar el hecho de su uso de las fuentes literarias y que no
tuvo intención de defraudar o reemplazar las obras de cualquier otro autor.

El hecho de que los libros que usó Ellen White no estaban protegidos por derechos de autor.

Investigaciones actuales han comprobado que la documentación a la cual recurrió equivale


aproximadamente a un 2 por ciento del total de su producción literaria, aunque otras fuentes
pueden dar datos diferentes.

El estudio más importante, realizado dentro del adventismo a solicitud de la Asociación General,
estuvo a cargo del Dr. Fred Veltman en la década de 1980, especialista en lenguas y análisis de
fuentes, luego de una investigación de 6 años que involucraba 15 capítulos al azar del libro El
Deseado De Todas Las Gentes, concluyó que aproximadamente el 31% de las oraciones
presentaban dependencia literaria.

Conflictos con hechos científicos:

Algunas declaraciones hechas por la señora White causan conflictos con el conocimiento
científico. Estas declaraciones son presentadas por los escépticos como evidencia en contra el
presunto "don de profecía" de la señora Ellen White, ya que estas declaraciones son mostradas
como reveladas por Dios y entran en conflicto con lo que la ciencia ha logrado conocer sobre la
naturaleza. Sin embargo, sí que pareció acertar en lo referente a sus prédicas sobre una dieta
sana, baja en azúcar y alta en frutas, verduras y fibra, así como el no consumo de alcohol y tabaco,
denominadas "reforma pro-salud", es un factor que ayuda a evitar varios tipos de cáncer,
especialmente los del tracto digestivo.

Los siguientes son algunas de las ideas polémicas de la señora White que entran en conflicto con la
ciencia:

La hipótesis de la amalgama:

Entre los tópicos más discutidos por los críticos de la Iglesia Adventista, se encuentra la polémica
hipótesis de la "Amalgamación de las Especies" desarrollada por la señora White en sus obras. Esta
hipótesis sostiene que el origen de muchas especies y de ciertas razas humanas (no precisamente
la caucásica). Esta hipótesis fue lanzada por White como alternativa a la evolución por selección
natural. Las declaraciones de la "amalgamación" levantaron polémica por racistas y fueron
editadas y censuradas. El pastor Uriah Smith intentó zanjar la cuestión en 1868 publicando una
defensa de Ellen White, conjeturando que la unión del hombre y la bestia había creado razas tales
como los "bosquimanos salvajes de África", (The Visions of Mrs. E. G. White, p. 103) cabe
mencionar que ella jamás aprobó la interpretación racista de Smith.

"Pero si hubo un pecado por encima de los demás que clamaba por la destrucción de la raza por
el diluvio fue el crimen básico de la amalgama de hombre y bestia que desfiguró la imagen de
Dios, y causó confusión por todas partes. Dios se propuso destruir por un diluvio esta raza
poderosa y longeva que había corrompido sus caminos delante de él". Spiritual Gifts, tomo 3, p.
64.

"Todas las especies de animales que Dios había creado fueron preservadas en el arca. Las
especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de la amalgama, fueron destruidas
por el diluvio. Después del diluvio ha habido amalgama de hombres y de bestias, como se puede
ver en la casi infinita variedad de especies de animales, y en ciertas razas de hombres.". Spiritual
Gifts, tomo 3, p. 75.

Los apologistas de las obras de Elena White, resaltan que ella no hizo mención de una mezcla
híbrida de humano animal, únicamente de las prácticas idolátricas paganas que utilizaron
imágenes mitad hombre-animal, aun en tiempos de las longevas razas descritas en la Biblia y el
resultado del pecado, evidenciado en la degradación de las especies del mundo recién creado.
Dado que se expresaba en términos espirituales de un fuerte trasfondo bíblico, hacen un
paralelismo de los días peri diluvianos con la imagen escatológica de la bestia de Apocalipsis 13,
que al ser aceptada por el hombre provoca la ira de Dios y la destrucción final.

La edad de la Tierra:

La señora White no aceptó que la Tierra tiene más de 6.000 años de antigüedad, y por ello no
aceptó que las eras geológicas establecidas a partir de las capas geológicas, ni que los fósiles allí
contenidos fuesen evidencia de la historia de la Tierra y la vida en ella.
"Muchos que profesan creer el registro bíblico no saben cómo explicar las maravillosas cosas
que son encontradas en la Tierra, con la idea de que la semana de la creación fue de siete días
literales, y que el mundo tiene ahora solamente alrededor de seis mil años de vida." 1864
Spiritual Gifts, vol. 3, 92.

"Los geólogos incrédulos alegan que el mundo es mucho más viejo que lo que el registro bíblico
dice. Rechazan el registro bíblico a causa de aquellas cosas que para ellos son evidencias que en
la misma tierra se encuentran, de que el mundo ha existido miles y miles de años. Y muchos que
profesan creer en el registro bíblico no saben cómo explicar las maravillosas cosas que son
encontradas en la tierra, con la idea de que la semana de la creación fue solamente de siete días
literales, y que el mundo tiene ahora alrededor de seis mil años de vida. Estos, para librarse de
dificultades arrojadas en su camino por geólogos incrédulos, adoptan la postura de que los seis
días de la creación fueron seis largos e indefinidos períodos, y que el día de descanso de Dios fue
otro período indefinido; dejando sin sentido el cuarto mandamiento de la Santa ley de Dios.
Algunos ansiosamente reciben esta posición porque destruye la fuerza del cuarto mandamiento,
y sienten una liberación de los reclamos de éste sobre ellos. Tienen ideas limitadas del tamaño
de los hombres, animales y árboles antediluvianos, y de los grandes cambios que en esa época
tuvieron lugar en la tierra." Declaración de 1864.

La señora White afirmó haber recibido una revelación según todas las especies conocidas en el
registro fósil (mamuts, dinosaurios, etc., coexistieron con los humanos antes del diluvio universal
de la Biblia. Este evento según la cronología bíblica habría ocurrido aproximadamente en el 2.000
a.C. y del diluvio se derivaría todas las rocas con fósiles.

"Huesos de hombres y animales son encontrados en la tierra, en montañas y valles,


comprobando que hombres y bestias mucho más grandes vivieron una vez sobre la tierra. Se me
mostró que animales muy grandes y poderosos que ahora no existen, existían antes del diluvio.
Se encuentran a veces instrumentos de guerra; también madera petrificada. A causa de que los
huesos de seres humanos y de animales encontrados en la tierra, son mucho más grandes que
aquellos de hombres y animales que ahora viven o que han existido por muchas generaciones en
el pasado, algunos concluyen que el mundo es más antiguo de lo que tenemos registrado en la
Escritura, y que estaba poblado mucho antes del registro de la creación por una raza de seres
bastamente superior en tamaño a los hombres que ahora están sobre la tierra."

"Me ha sido mostrado que sin la historia bíblica, la geología no puede probar nada".

La causa de las erupciones volcánicas y de los terremotos:

La señora White se posicionó en contra de las ideas científicas de la Geología al afirmar que la
Tierra tenía más de seis mil años. Por esta razón, ella tomó el diluvio bíblico como causante del
registro fósil. También atribuyó a este evento la formación del carbón y el petróleo. La señora
White afirmó que estos combustibles fósiles se incendiaban en el subsuelo siendo la causa de las
erupciones volcánicas y de los terremotos.
La declaración aparece en el libro Historia de los patriarcas y profetas, página 99:

“...En ese tiempo (en el diluvio) inmensos bosques fueron sepultados. Desde entonces se han
transformado en el carbón de piedra (...) y han producido también inmensas cantidades de
petróleo. Con frecuencia el petróleo se enciende y arde bajo la Tierra. Esto calienta las rocas,
quema la piedra caliza y derrite el hierro. La acción del agua sobre la cal intensifica el calor y
ocasiona terremotos, volcanes y brotes ígneos”

Solo hasta el siglo XX tras confirmarse la teoría de la tectónica de placas fue posible conocer la
causa de las erupciones volcánicas y los terremotos de manera fiable.

El juicio investigador:

Es una creencia distintiva de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que afirma que el juicio divino
de los cristianos profesos ha estado en progreso desde 1844. Está íntimamente relacionado con la
historia de la Iglesia y fue descrita por la pionera y profetisa adventista Ellen G. White como uno
de los pilares del adventismo. La creencia es un componente esencial para comprender la doctrina
más amplia del Santuario celestial.

La enseñanza del juicio investigador fue el foco de la controversia de Glacier View que ocurrió en
1980, cuando al teólogo adventista Desmond Ford le fueron retiradas sus credenciales
ministeriales después de criticar abiertamente la doctrina. Mientras que la mayoría de los
adventistas aceptan la doctrina y la iglesia ha reafirmado su posición desde 1980, el sector
progresista de la iglesia sigue criticando esta doctrina.

De acuerdo a una encuesta del año 2002, los líderes de las iglesias locales estimaron que el 86% de
los miembros de iglesia aceptan esta doctrina, aunque 35% cree que puede haber más de una
interpretación para la creencia del Santuario.

El Gran Chasco:

Fue un suceso importante en la historia del movimiento millerista, un grupo religioso


estadounidense del siglo xix. William Miller (1782-1849) ―cuyo nombre toma el movimiento―
concluyó por medio de un estudio de las cronologías de la Biblia que Jesucristo ―el salvador de la
religión cristiana― volvería a la Tierra «cerca de 1843». Sus seguidores posteriormente refinaron
la fecha como 22 de octubre de 1844. Cuando en el día señalado Jesucristo no apareció como se
esperaba, un gran número de milleritas abandonaron el grupo, dando paso a su disolución. A
pesar de esto, muchos grupos continuaron bajo la influencia del trabajo de Miller.
Los Testigos de Jehová

Son una denominación cristiana milenarista y restauracionista con creencias antitrinitarias


distintas a las vertientes principales del cristianismo.12 Se consideran a sí mismos una restitución
del cristianismo primitivo, creencia que se basa en su propio entendimiento de la Biblia,
preferentemente de su Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, y que tiene, según
ellos, como propósito santificar el nombre de Jehová.

Su entidad jurídica, la Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, fue fundada en 1881
por Charles Taze Russell, quien la presidió hasta su muerte, en 1916. Según sus publicaciones
oficiales, en la actualidad es dirigida por un Cuerpo Gobernante desde su sede principal en
Warwick (Nueva York).w 2 Este cuerpo gobernante se encarga de establecer la doctrina oficial de
la congregación mundial.

Creencias:

Los Testigos de Jehová basan sus creencias en la Biblia, libro que consideran como fuente exclusiva
de referencia en asuntos doctrinales. Creen en Jehová como el único Dios, el cual no es
omnipresente, y se identifican como seguidores de un único líder, Jesucristo, a quien consideran
hijo de Dios pero no Dios en sí mismo, y a quien además identifican con el arcángel Miguel. Si bien
aceptan a María como madre de Jesús y de sus hermanos, no la veneran ni la consideran madre de
Dios. Creen en la Gran Apostasía y en el libre albedrío por sobre la predestinación. A diferencia de
otras denominaciones cristianas, rechazan todas las doctrinas del Concilio de Nicea I y posteriores,
entre ellas la Santísima Trinidad, el fuego del infierno y la inmortalidad inherente del alma.
Realizan el bautismo por inmersión en agua, en el nombre del «Padre», del «Hijo» y del «Espíritu
Santo» pero rechazan el bautismo de niños. No celebran la Navidad, la Pascua, los cumpleaños ni
otras fiestas y costumbres que consideran incompatibles con el cristianismo por sus orígenes
paganos.6 Tampoco consideran obligatorio el descanso semanal, pues argumentan que el feriado
sabático de la ley mosaica estaba destinado exclusivamente a Israel.[cita requerida] Son contrarios
al ecumenismo y a las demás religiones y denominaciones cristianas las identifican con el apelativo
de «Babilonia la Grande». En sus liturgias evitan el uso de imágenes y símbolos, no le ofrecen
adoración a la cruz cristiana (creen que Cristo en realidad murió en un madero de tormento) ni
creen en los dones milagrosos, los cuales consideran que terminaron tras la muerte de los doce
apóstoles.

Los Testigos de Jehová creen que la parusía ya se produjo en 1914, de modo que desde entonces
Cristo está presente y ya reina de manera espiritual en la Tierra. Al mismo tiempo, creen que el
Armagedón está cerca, que el establecimiento del reino de Dios en la Tierra es la única manera de
salvarse, y que solo 144.000 humanos, «los ungidos», irán al Cielo. Consideran que la sociedad
secular actual está moralmente corrupta e influida por Satanás, por lo que sus miembros deben
limitar su interacción social con las personas ajenas a su fe. Se suelen referir a su cuerpo de
creencias como «la verdad» y consideran que ellos están «en la verdad». Los Testigos de Jehová, al
igual que la mayoría de cristianos, consideran pecado e inmorales la masturbación, la fornicación,
la homosexualidad, el aborto inducido y el espiritismo. Por faltas de conducta, los Testigos de
Jehová pueden ser sometidos a diversas acciones disciplinarias, que pueden variar desde la
«censura» hasta la expulsión.

Son conocidos por su predicación de casa en casa, donde distribuyen gratuitamente sus
publicaciones, como La Atalaya y ¡Despertad! También son conocidos por su oposición al servicio
militar, su rechazo a los símbolos patrios y los nacionalismos. En general se declaran política y
militarmente neutrales; por ello rechazan la violencia y el uso de armas, lo que en la Segunda
Guerra Mundial provocó la persecución y matanza de sus miembros.

Los Testigos de Jehová creen en la creación divina y rechazan el naturalismo y la evolución


biológica. Para ellos, la muerte y la vejez son una herencia del pecado original de Adán.

Piensan que Jesús no siguió la tradición judía de la no pronunciación del tetragrámaton, sino que
por el contrario, mandó santificarlo y darlo a conocer como el nombre de su padre (Mateo 6:9;
Juan 12:28; 17:3, 6, 26).

Los ungidos:

Es el término usado por el grupo religioso de los testigos de Jehová para nombrar a una parte
especial de sus miembros. Según sus creencias, corresponde a quienes forman parte de un grupo
de 144.000 personas quienes tendrían esperanza celestial, es decir gobiernan desde 1914 con
Cristo en el cielo y tras el fin del mundo, no vivirán en la tierra. Su definición ha variado durante las
últimas décadas. Hasta 2011, su número comúnmente era controlado y notificado en los anuarios
de los Testigos de Jehová. Sin embargo, desde entonces se dice que es imposible determinarlos.

Criticas:

Algunas denominaciones cristianas critican el hecho que los Testigos de Jehová manejen su propia
versión de la Biblia, Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, pues presenta
diferencias de traducción y omite algunos textos de las versiones más conocidas.

Otra crítica tiene que ver con sus profecías fallidas, las cuales han sido citadas explícita o
implícitamente en sus publicaciones, en particular las relacionadas con los años 1914, 1918, 1925 y
1975. En dichas ocasiones en que las profecías no se han cumplido, se han alterado doctrinas, o
bien se ha justificado la falla mediante el término «revelaciones progresivas», que se interpretan
como una conducción gradual de Dios a la comprensión más clara de la voluntad de sus
seguidores.

Hasta 1914 los Testigos de Jehová esperaban la Segunda Venida. Como esta no se produjo,
declararon que el término «parusía» en realidad significa «presencia» y no «llegada», que el
Reino de Dios era espiritual y que el mundo estaba viviendo sus últimos días. Posteriormente, a
través de publicaciones como “Millones que ahora viven no morirán jamás” y números de revistas,
los años para el cumplimiento de esta profecía se fueron extendiendo cada vez en el tiempo, sin
cumplirse en ninguno de los casos. La generación de 1914 pasó y murió completamente, por lo
que desde 2010 en adelante al seguir sin cumplimiento se habla de la «generación traslapada» con
lo que alargan en el tiempo la profecía.

Abuso sexual infantil

Distintos miembros de la confesión religiosa de los Testigos de Jehová han sido vinculados con
casos de abuso sexual infantil. El comportamiento histórico de muchos de los líderes y ancianos de
las congregaciones fue el «secreto», una especie de «código del silencio», que influyó en las
víctimas para que no fueran a informar a las autoridades ni a la policía, y que prohibió además la
discusión de estos asuntos dentro de la iglesia. Solo en Australia se calculó en 2015 la cifra de
más de mil menores agredidos. El fiscal local definió a los Testigos de Jehová «como una secta
insular con reglas diseñadas para detener los informes sobre abusos sexuales». Esta política le
significó a la congregación una serie de demandas y pago de millonarias indemnizaciones.

En respuesta, la organización ha declarado que han desarrollado políticas de protección de


menores para gestionar casos de abuso infantil cometidos por miembros de sus congregaciones.
Detalles de estas políticas han sido emitidos en sus publicaciones y comunicados de prensa
emitidos por su Oficina de Información Pública. Pese a lo anterior, la organización ha preferido
pagar altas multas a cambio de retener información relacionada con los abusos.

También podría gustarte