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- Protección contra sobreintensidades.

Coordinación de protecciones -
1. Protección Autor: Marino de Arriba del Val

1. OBJETO

Este documento se refiere a los aparatos y sistemas utilizados en las instalaciones eléctricas para proteger
a las personas y a ellas mismas frente a los riesgos derivados de las sobrecorrientes, entendiendo por tal las
que se producen como consecuencia de faltas, fallos o funcionamiento inadecuado de la instalación o alguno
de los aparatos conectados o no a ellas.
Después de la parte preliminar, aplicale a cualquier tipo de instalación eléctrica, nos dedicaremos
especialmente a las particularidades inherentes a las instalaciones eléctricas subterráneas y especialmente
a las que están situadas total o parcialmente en zonas clasificadas con riesgo de explosión. Estas, por su
especial naturaleza, corportan todos los riesgos de una instalación común y además, los derivados de los
efectos mecánicos y térmicos en un ambiente subterráneo con polvos y/o gases susceptibles de entrar en
ignición.

2. NORMATIVA DE REFERENCIA

El Tema II de este seminario estuvo dedicado al cáculo de las corrientes de defecto, por tanto daremos por
sentado aquí que conocemos la metodología para, asumiendo todos los parámetros y características
eléctricas de la red, determinar los valores asignados a las sobrecorrientes de sobrecarga y cortocircuito en
los puntos caracterizados de la red. No obstante, cito las normas internacionales más aplicadas a esta
materia:

- IEC 865-1 Definiciones y método de cálculo de efectos.


- IEC 865-2 Ejemplos de cálculo.
- IEC 909 Cálculo de corrientes de cortocircuito en sistemas trifásicos.
- IEC 949 Cálculo de corrientes de cortocircuito térmicamente admisibles. Efectos no adiabáticsos.
- IEC 986 Guía para los límites de temperaturas en cortocircuito de cables hasta 18/30 kV.

Estas normas forman el cuerpo de doctrina normativo para realizar el cálculo de sobrecorrientes y sus efectos
sobre la instalación. Sin embargo, no es preciso, en general, recurrir a ellas para realizar cálculos prácticos
de instalaciones, ya que existen multitud de ayudas por software específico y/o procedimientos guía para
efectuar cálculos suficientemente precisos aplicables a la mayor parte de los casos.

3. ORIGEN DE LAS SOBRECORRIENTES

Desde ahora distinguiremos dos tipos de sobrecorrientes: a) Las llamadas sobrecargas, generadas
habitualmente por sobresolicitación continuada de la instalación debido a exceso de corriente producido por
sobrecarga de los receptores, cables, transformadores, etc. y b) El cortocircuito, generado por un defecto
franco entre conductores a distinto potencial o entre éstos y tierra, cuando el neutro del sistema está
conectado a masa con baja impedancia.
A modo de resumen nmotécnico asumiremos lo siguiente:
- Una sobrecarga es una corriente que solicita continuadamente o por intervalos prolongados al sistema
eléctrico por encima de sus parámetros de cálculo. Generalmente, entre el 120 y el 200% de su
capacidad en régimen continuo.
- Un cortocircuito es una corriente variable que solicita instantáneamente al sistema con valores
superiores al 800% de su capacidad en régimen continuo.
Antes de continuar, quiero aclarar que los umbrales mencionados en la regla nmotécnica son solamente

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aproximados, aunque obedecen a criterios técnicos bien establecidos, porque existen fenómenos comunes
bien conocidos (arranques de motores, conexión de transformadores, bloqueo de rotores de motores de jaula,
etc.) que presentan estas características de corriente y no son considerados por los electricistas como
sobrecorrientes, aunque si vigilados y protegidos.

4. ¿ POR QUÉ HAY QUE PROTEGERSE CONTRA LAS SOBRECORRIENTES ?

La pregunta parece ociosa en el caso de las corrientes de cortocircuito debido a su doble efecto:

- La corriente subtransitoria de cortocircuito lleva asociados efectos mecánicos de tal magnitud que
pueden ocasionar la destrucción de equipos completos, embarrados, aparatos, etc. Sin embargo, la
protección contra ella no puede, por el momento, ser hecha por medios eléctricos, ya que su duración
es muy pequeña (algunos ciclos).
La protección frente a esta corriente se realiza por medios mecánicos, asegurando que la resistencia
mecánica a flexión, tracción y/o compresión de los embarrados y fijaciones de aparatos sea suficiente
para resistir sin deterioro los efectos calculados de ella. Además, según exigencia normativa (UNE-EN
60439-1 ó IEC 439-1), el prototipo debe ser ensayado y encontrado conforme respecto a estos efectos
electrodinámicos.

En el caso de las sobrecargas, es preciso entender que


todos los aparatos utilizados en las instalaciones eléc-
tricas tienen una capacidad térmica nominal, que está
determinada por la temperatura ambiente, las condicio-
nes de humedad, la masa, el calor específico y el tipo de
material. También, que el paso de corriente a través de
cualquier aparato genera un incremento de temperatura
en él (efecto Joule) y finalmente, que la temperatura de
régimen del aparato es un compromiso entre todas las
variables citadas.
¿Qué ocurre si la carga se incrementa continuadamente
? Obviamente, que la temperatura de régimen aumenta,
por ello los aislamientos están fuera de especificacio-
nes, su deterioro crece y, si esta situación se prolonga,
es esperable una falta en el aislamiento y la evolución de
ella hacia un cortocircuito. Sin embargo, cuando éste
sea despejado, el aparato dañado ya no servirá y deberá
ser sustituido.
Figura 1.1
Así pues, podemos sacar, al menos, dos conclusiones:

1. La protección eléctrica contra cortocircuitos debe intervenir rápidamente porque debe despejar una
corriente muy alta que puede dañar a la instalación o a personas próximas en muy corto tiempo.
2. La protección eléctrica contra sobrecargas debe intervenir de forma gradual dependiendo de la
magnitud de éstas. Es decir, dejando pasar por mucho tiempo sobrecargas débiles y disminuyendo
el tiempo de intervención a medida que crece la sobrecarga relativa. A esta forma de actuar se la conoce
como cuerva de tiempo inverso. Ver Figura 1.1.

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5. TIPOS DE PROTECCIONES CONTRA SOBRECARGA

De lo comentado en el punto anterior deducimos fácilmente que una protección frente a sobrecarga es un
aparato que «ve» constantemente la corriente o una imagen proporcional de ella que circula por el receptor o
sistema eléctrico a proteger y que, en función de su valor, actúa u opera para reproducir el calentamiento que
se producirá en él. Cuando la corriente es menor que el valor de umbral, que debe coincidir o ser mayor que
la asignada del aparato o receptor, no actúa, pero cuando aquella
supera a éste debe actuar sobre el sistema de forma tal que a
grandes corrientes correspondan tiempos cortos y a pequeñas
largos. Esta es la razón por las que estas protecciones se
denominan a veces también de imagen térmica.
En pequeñas aplicaciones, generalmente en instalaciones co-
munes de superficie, la protección de sobrecarga se realiza con
un dispositivo bimetálico que es atravesado por la totalidad o
parte de la corriente del receptor. El bimetal tiene una caracte-
rística de deformación tal que emula con gran exactitud los
requerimientos de imagen térmica a tiempo inverso que son
adecuados para la protección eléctrica de sobrecarga. La Figura
2.1 representa una característica de intervención de uno de
estos bimetales. Puede verse también que en lugar de una curva
están representadas dos, ya que existe diferencia relevante
entre que el bimetal parta del estado frío o caliente, es decir, que
la sobrecarga se produzca cuando el receptor ha estado en
carga por un tiempo suficientemente largo o lo haga práctica-
mente desde su conexión. Una vez más el fenómeno físico
corresponde con lo que intuitivamente suponemos: Un receptor
Figura 2.1
resistirá mejor una sobrecarga cuando está frío (no solicitado)
que cuando parte de un estado térmicamente alto.
Modernamente, los receptores de cierto porte y sobre todo los equipos destinados a alimentar aparatos de
potencias variables según la ubicación, como ocurre casi siempre en la mina, se protegen con dispositivos
electrónicos de amplio margen de regulación (0 a algunas decenas, incluso centenares de Amperios) que
actúan de acuerdo a un algoritmo interno asimilable a una curva inversa asintótica en el punto de carga nominal.
Estos dispositivos reciben un porcentaje pequeño de la corriente
principal suministrado por un Transformador toroidal. Con él
operan para resolver el algoritmo y actúan sobre un aparato de
Sistema trifásico desconexión, generalmente un contactor o relé auxiliar, cuando
el tiempo fijado ha transcurrido. Uno de estos está representado
Contactor de potencia
esquemáticamente en la Figura 3.1.
Así pues, resumiendo:
- Protecciones de sobrecarga basadas en aparatos bimetálicos
Protección de sobrecarga
que actúan por deformación del bimetal sometido al paso de la
corriente principal del receptor o parte de ella. Son aparatos
baratos, de nivel de regulación estrecho y poco recomendables
para equipos mineros.
- Protecciones de sobrecarga basadas en microprocesador que
Transformador de Intensidad trabajan conjuntamente con Transformadores de Intensidad.
Tienen amplio margen de regulación (hasta algunos centenares
Receptor
de Amperios), presentan gran exactitud, alto factor de
repetitividad, son muy adecuadas para equipos en minería
Figura 3.1
subterránea.

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5.1. Protección Integral de Sobrecarga

Principalmente en minería existen muchos casos en los que las protecciones de sobrecarga descritas hasta
aquí no son suficientes para asegurar la protección integral del receptor, principalmente cuando éste es
autoventilado o tiene refrigeración externa por agua. El primero es el caso frecuente de la mayoría de los
motores pequeños (hasta 90 kW) de cualquier máquina minera, el segundo es el habitual en máquinas grandes
o de arranque (minadores, rozadoras, grandes transportadores, etc.).
En estos casos, un fallo en la ventilación o en el circuito de refrigeración puede conducir a la destrucción del
motor o del receptor en general sin que se haya producido una sobrecarga y, por tanto, un exceso de consumo.
En todos estos casos se utiliza una protección combinada de imagen térmica de corriente conjuntamente con
elementos sensibles a la temperatura, éstos son los denominados PTC, Termistores o Pt100. Cada uno
corresponde a un tipo diferente de aparato sensible a la temperatura, pero todos ellos tienen en común el mismo
principio. Los dos primeros, PTC y Termistor, tienen una resistencia en frío muy diferente a la medida cuando
se alcanza el umbral térmico, generalmente próximo a los 100ºC. Sin embargo, las sondas de Platino Pt100
tienen una resistencia que aumenta linealmente con la temperatura dentro de un amplio margen y, por ello,
suministran una información mayor, por contra precisan una interface de evaluación más complicada y más
cara. Así pues, es criterio habitual utilizar sensores de temperatura, embebidos en los arrollamientos del motor,
de tipo PTC o Termistor, éstos conmutan el valor de su resistencia interna cuando se alcanza el umbral térmico
para el que están diseñados.
La variación de resistencia con la temperatura sigue una característica como la representada en la Figura 4.1a,
siendo su conexión esquemática como está representado en la Figura 4.1b. Utilizando este sistema de
probada eficiencia se consigue la protección por dos vías complementarias:

a) Tener una imagen térmica vigilando la corriente del receptor. Así todos los excesos son monitorizados
y resulta sencillo hacer un seguimiento preciso cuando se supera el umbral asignado.
b) Monitorizar la temperatura interna del receptor (motor o transformador) y actuar cuando ésta alcanza
valores superiores a los asignados a sus aislamientos, independientemente si se ha producido una
sobrecarga o no.

Figura 4.1a Figura 4.1b

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5.2. Regulación de las Protecciones de Sobrecarga

Ya hemos hablado del concepto de protección de sobrecarga, de sus esquemas de instalación y de sus
características de tiempo inverso de intervención, ahora dedicaré unas palabras a su regulación y trabajo
conjunto con los elementos que monitorizan la corriente principal, denominados Transformadores de
Intensidad, TIs abreviadamente o CTs en nomenclatura anglosajona. Llamo la atención ahora que es muy
habitual ver, en publicaciones técnicas anglosajonas, la denominación O/L para la protección de sobrecarga
e I> en la Europea continental.
El umbral de intervención de una protección de sobrecarga es el valor al que la protección inicia la temporización
de tiempo inverso, el cual debe corresponderse con el valor asignado de la corriente de plena carga del receptor.
El siguiente ejemplo aclara lo dicho:
Supongamos que se trata de regular la protección de sobrecarga de un motor de 100 kW alimentado
a 500 VAC, indicando la placa del motor una corriente asignada de plena carga de 143 A. Este debe
ser el valor máximo a regular sobre la protección, teniendo en cuenta además que la norma constructiva
de estas protecciones permite que corrientes superiores a ésta hasta un 120% (1,2 IN) produzcan un
disparo demorado hasta en 2 horas.
Supongamos ahora que el relé de protección trabaja por medio de TIs de relación 200/5 A/A, tratándose
así de una protección universal. La corriente primaria de 143 A corresponde a 3,58 A en el secundario
y ese sería el valor de umbral a fijar.
Finalmente, supongamos que estamos regulando una protección de sobrecarga de muy amplio margen
de regulación, digamos 10 a 400 A. Normalmente, no resulta posible aplicar aquí los criterios habituales
comentados debido a que los TIs utilizados en estas protecciones no tienen hierro y suministran una
tensión de salida (efecto Rogowski) en lugar de una corriente, digamos 1mV/A. La protección de
sobrecarga a utilizar debe ser construida para trabajar con estos captadores de corriente especiales y
debe, por ello, permitir la entrada del umbral de regulación en valores nominales de la corriente primaria,
en nuestro ejemplo 143 A.
Llamo la atención de que el cambio de TIs, por ejemplo pasando a otros de relación 3mV/A, alterará
completamente el valor a regular, concretamente en este caso en 3, siendo preciso pues adaptar unos
a otro con suficiente cuidado y precisión.

6. PROTECCIONES CONTRA CORTOCIRCUITOS

La protección frente a cortocircuitos es, en general, un dispositivo de mucha menor complejidad constructiva
que la de sobrecarga porque debe actuar ante corrientes muy elevadas respecto a la nominal del receptor y
en tiempos muy cortos, generalmente sin temporización inversa. Como digimos antes, su misión es actuar
por sus medios u ordenar a otro dispositivo con capacidad de corte la separación del circuito del elemento en
estado de falta.
La expresión «con capacidad de corte», muy usada en el lenguaje electrotécnico, quiere decir que el aparato
al que se refiere (por ejemplo interruptor con capacidad de corte) puede interrumpir, en el tiempo establecido,
el circuito en estado de falta sin deteriorarse.

6.1. Fusibles

La protección frente a cortocircuitos más antigua y más sencilla es el fusible. Se trata de un aparato de un solo
uso, que se destruye a la vez que interrumpe el circuito en estado de falta por cortocircuito. Sin embargo, la
destrucción no puede ser de cualquier forma ni en cualquier tiempo:
- El tiempo de interrupción o fusión del fusible debe obedecer a una característica Tiempo-Corriente
definida, de forma que pueda establecerse una selectividad con otras protecciones situadas sobre el
mismo ramal de circuito.
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- La forma de destrucción o fusión del fusible no puede afectar a otros circuitos próximos, es decir no
puede ser una explosión o una fusión con proyección de particulas. Este efecto está íntimamente
relacionado con la capacidad de corte del fusible.

De lo anterior es fácil deducir que la sustitución de un fusible fundido o no debe hacerse por otro de
características idénticas o equivalentes en cuanto a tamaño para asegurar la perfecta conexión a la base
portafusible, característica de fusión para asegurar el tiempo de intervención y la selectividad con otras
protecciones adyacentes y capacidad de corte para asegurar que la fusión queda confinada dentro del cartucho
fusible sin afectar a otros aparatos próximos.
La Figura 5.1 muestra varias características Tiempo-Corriente de fusibles hasta 500 VAC comunmente
utilizados en equipos eléctricos mineros, se ha remarcado la correspondiente a 100 A.
Cuando el receptor protegido por un fusible es un transformador de mando, situación muy común en la mayor
parte de equipos eléctricos, debe
tenerse en cuenta adicionalmente
otro aspecto: El tamaño y caracte-
rística de fusión para soportar sin
fundirse los ciclos de conexión del
transformador, sabidamente capa-
ces de producir puntas de corriente
extremadamente altas que hagan
peligrar la integridad del fusible ele-
gido para el régimer permanente.
Este es un caso en el que debe
actuarse por compromiso entre el
tamaño mínimo para afrontar el cor-
tocircuito y el necesario para sopor-
tar las puntas de conexión, pensar
que además sirva para realizar una
protección de sobrecarga del trans-
formador es, cuando menos, utópico
debido a las normas existentes y al
estado del arte actual de la fabrica-
ción de fusibles.

6.2. Sensores Electrónicos

Desde el principio aclararé que és-


tos no producen la protección, sino
Figura 5.1
que monitorizan la corriente y gene-
ran la orden de intervención de una protección propiamente dicha. Conviene pues aclarar este concepto:
Un relé de protección contra cortocircuito monitoriza corriente, la compara con el umbral regulado y
ordena la desconexión, jamás actúa directamente sobre el circuito principal, porque no está diseñado
para interrumpir por si mismo un circuito de potencia en estado de falta.

Los sensores electrónicos de cortocircuito trabajan basados en el mismo principio explicado para los de
sobrecarga, a veces se denominan «magnéticos» porque en muchos aparatos sencillos aún se utiliza el
principio de repulsión magnética para lograr su operación de disparo. En tales casos, bastante comunes en
interruptores de caja moldeada, la operación u orden de disparo se consigue por medios mecánicos sobre un
resorte que libera la energía acumulada en los mecanismos de disparo del interruptor. Sin embargo, en
dispositivos electrónicos basados en microprocesadores la función de protección se consigue integrando en
tiempo corto la corriente leida por los TIs, comparando el resultado de la integración con el umbral regulado

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y produciendo la orden de desconexión temporizada o no sobre circuitos externos, generalmente una bobina
de disparo a emisión de corriente o de mínima tensión. Esta ordena la desconexión efectiva del dispositivo de
corte.

6.3. ¿ Quien Puede Interrumpir un Circuito de Potencia en Estado de Cortocircuito ?

Para contestar a esta pregunta debemos previamente fijar dos conceptos fundamentales:

- La interrupción debe ser realizada sin ningún deterioro del equipo y de sus elementos o aparatos
asociados.
- El tiempo de interrupción debe ser lo más pequeño posible para evitar que el efecto térmico continuado
de la sobrecorriente de cortocircuito dañe algún aparato del sistema. Sin embargo, este tiempo debe
ser suficientemente grande para asegurar que la sobretensión generada por la extinción del arco esté
dentro de los valores admisibles. Esta sobretensión es la consecuencia de (dV/dt).

Con esto claro, los aparatos destinados a interrumpir la corriente de cortocircuito son generalmente los
interruptores o disyuntores de potencia y, en algunos casos específicos, los contactores de vacío. Sin
embargo, es de destacar que cualquier aparato de corte debe ser contrastadamente capaz de hacerlo y éste
no es siempre el caso de los contactores de vacío y si lo es habitualmente el de los interruptores.

6.4. Casos Especiales de Sobrecorrientes

El Tema II estuvo dedicado al cálculo de las corrientes de cortocircuito y en él se explicó el cáculo de la corriente
mínima de cortocircuito, como la bipolar producida en el punto más alejado de la red con tensión artificialmente
minorada. Esta, aún siendo más pequeña que la correspondiente al cortocircuito tripolar, debe ser vista e
interrumpida por los aparatos de protección.
Por otra parte, hemos dicho aquí que la corriente de arranque de los motores asíncronos de jaula, los más
comunmente utilizados en minería, es una corriente alta y transitoria, pero no es de cortocircuito y, por ello,
no debe ser interrumpida. ¿Qué ocurre en sistemas donde una es próxima a otra ?
Estos sistemas eléctricos son cada vez menos frecuentes, debido a que son sistemas débiles, generalmente
largos, con baja corriente de cortocircuito, pero deben ser tenidos en cuenta porque dan lugar a situaciones
de incompatibilidad manifiesta, las cuales no pueden ser resueltas por procedimientos y con protecciones
comunes. En tales casos es preciso recurrir a protecciones especiales que son capaces a discriminar entre
ambas corrientes, una de defecto (cortocircuito bipolar alejado) y otra propia del sistema (arranque directo del
mayor motor del sistema). Estas protecciones utilizan habitualmente la discriminación por medio del factor
de potencia, éste es habitualmente alto en los sistemas mineros en el caso del cortocircuito y bajo en el de
arranques de motores asíncronos grandes.

Resumiendo: Después del cálculo de las corrientes de cortocircuito del sistema, estaremos en
condiciones de elegir el tipo de protecciones contra cortocircuito y de regularlas para asegurar que, aún
en el caso más desfavorable, se producirá, con un cierto coeficiente de seguridad, la orden de disparo
y la interrupción del circuito bajo condiciones de falta de cortocircuito.

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7. REGULACIÓN DE PROTECCIONES DE CORTOCIRCUITO

De lo dicho hasta aquí se deducen los siguientes principios para la regulación:

a) El umbral de corriente a regular sobre la protección de cortocircuito es el valor de corriente al que la


protección ordena la interrupción del circuito de potencia en estado de falta.
b) Este valor deberá ser inferior al menor valor encontrado por cálculo para la corriente de cortocircuito
mínima de la red protegida por la protección que se está regulando. Este debe minorarse en un factor
suficiente de seguridad.
c) Además, el umbral de regulación o valor regulado sobre la protección debe ser superior al valor de la
corriente de arranque del mayor motor presente en la instalación protegida.
d) Si fuera posible, el pequeño retardo independiente introducido deberá ser adecuado para establecer
selectividad con otras protecciones situadas «aguas arriba de la regulada». Este aspecto se tratará
con mayor detalle en el capítulo 2.

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