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Aguirre Beltran Gonzalo Critica Antropologica Hombres e Ideas PDF
Aguirre Beltran Gonzalo Critica Antropologica Hombres e Ideas PDF
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O B R A A N T R O P O L Ó G IC A
TOM O T ÍT U L O
I El señorío de Cuauhtochco
CRÍTICA
II La población negra de M éxico
III (3 vols.) Problemas de la población indígena
de la cuenca del Tepalcatepec
ANTROPOLÓGICA.
IV Formas de gobierno indígena
V Programas de salud en la situación
intercultural
HOMBRES E IDEAS
VI E l proceso de aculturación. Problem as
científicos y filosóficos
V II Cuijla. Esbozo etnológico de un pueblo Contribuciones al estudio del pensamiento
negro social en México
V III M edicina y magia
IX Regiones de refugio
X Teoría y práctica de la educación indígena
XI Obra polémica
X II Lenguas vernáculas
X III Antropología médica
XIV Zongolica. Encuentro de dioses y
santos patronos
XV Critica antropológica
M ÉXICO
P rim e ra ed ic ió n , 1990
C L A V E S D E U N D IÁ L O G O E N T R E L A
A N T R O P O L O G ÍA Y L A P O L ÍT IC A
( E S T U D IO I N T R O D U C T O R I O )
en algún m om ento carrera en el sector público, la m ayor p a rte m odestas prestaciones de salud a las sociedades cooperativas)
dentro de la burocracia n a c io n a l... ” La lis ta que C am p pre y, después, com o jefe de la U nidad S a n ita ria de H uatusco. Fue
sen ta como elem ento dem ostrativo incluye a Jaim e Torres Bo- ron diez años de difíciles recorridos a lom o de caballo por la
d et, A ntonio C arrillo Flores, A gustín Yáñez y Jesús Reyes He- an fractu o sa zona p a ra aquel joven m édico (p rá c tic am e n te el
roles.1 Pero, evidentem ente, pudo enriquecerse con la referencia único que v isita b a los ejidos y com unidades del á re a ), ejercicio
a José Vasconcelos, M anuel G am io, Narciso Bassols, Alfonso que le perm itió conocer directam en te las difíciles condiciones
Caso, G enaro E stra d a , Alfonso Reyes, Jesús Silva Herzog, M i socioeconóm icas de la población, y sus cam bios cu ltu rales. D e
guel L eón-Portilla y el propio Gonzalo A guirre B eltrán , m u e stra m o stran d o u n a n o tab le intuición m etodológica p a ra un a u to
m ínim a de los destacados hom bres de pensam iento involucrados
d id a c ta en los estudios etnohistóricos, in te g ra ría sus vivencias
en tare as gubernam entales. En efecto, la o b ra antropológica de
cotidianas con los d ato s obtenidos en el archivo, dando c u en ta
A guirre B eltrán constituye un acabado ejem plo de la ten d e n c ia
de las m ercedes, com posiciones, com pra-ventas y litigios en un
h istó rica a la que alude C am p, to d a vez que conjuga a d m ira
lapso que a b a rc a del siglo xvi (cuando se fu n d a ra la p rim era
blem ente las categorías a b stra cta s priorizadas p o r la actividad
hacienda de ovejas en la territo ria lid a d india) a 1849, año en que
intelectual con las preocupaciones prácticas o rien tad as al b e
los cam pesinos integrados en la Sociedad A grícola com prarían
neficio social: refiere a las ideas y a los hom bres concretos;
proyecta relaciones indisolubles entre la esfera cognoscitiva y la las tie rra s que h a b ía n sido despojadas a sus an tepasados. Es
pragm ática. La síntesis de estas vertientes h a gestado un p e n claro que en El Señorío de C uauhtochco... se sum an a las
sam iento socialm ente orgánico que h a enriquecido teóricam ente inquietudes históricas propósitos políticos. L a violencia de la
a la antropología m exicana, generando sim u ltáneam ente p lan lucha a g ra ria en V eracruz re g istra b a por esos años sus niveles
team ientos ideológicos que se convertirían en fu n d am en to de m ás alto s. El régim en ca rd e n ista in iciab a su p ro g ra m a político
las tesis indigenistas susten tad as por el E stad o m exicano que su ste n ta d o en el nacionalism o refo rm ista, en el cual el re p a rto
em erge de la Revolución dem ocrático-burguesa de 1910, y que de tie rra s te n d ría atención p rio rita ria . Im p u lsad o po r el ideal
vive en el presente sus m ayores contradicciones. de redención de la población a u tó c to n a , el p residente C árdenas
A guirre B eltrán em pieza a tejer e sta a p re ta d a tra m a , que au sp iciaría el P rim er C ongreso In d ig e n ista In teram erican o , ce
conjuga la vocación intelectual y la em oción p o r las ta re a s lebrado en P á tz c u a ro en ab ril de 1940. Es éste el co n tex to en
políticas, en 1940, con la publicación (fin an ciad a con sus p ro el que se in se rta orgánicam ente la o b ra y el que debe tenerse
pios recursos) de E l Señorío de Cuauhtochco. Luchas agrarias presente a fin de en ten d er en to d a su pro fu n d id ad el com pro
en M éxico durante el virreinato, libro que a c e rta d a m en te h a m iso político e in telectu al explícitam ente asum ido en ella por
sido referido p o r G uillerm o de la P eñ a “como el prim er e stu A guirre B eltrán . S eñalaría en el texto:
dio m oderno de las luchas cam pesinas en M éxico” .2 E s ta o b ra
vendría a ser la elaboración final de u n a serie de artículos p u [Ha sido mi objetivo] exhum ar los hechos inanim ados [ ... ] y vestir
blicados en E l D ictam en (decano de los diarios jaro ch o s), y los con sus pasiones. Pero estas mismas pasiones nos han arrastrado
resultado de registros de cam po y prolongadas pesquisas en la fuera de nuestra posición de im parciales narradores que nos han
biblioteca privada del abogado huatusqueño F iliberto M uñoz, conducido de la m ano a un extrem o, a tom ar un partido, el de los
y en el archivo de notarías regional, que realiza como m édico indios.
del Banco de C rédito A grícola E jidal (institución que o to rg a b a
De hecho, con e s ta d e c la ra to ria n acería el antropólogo y te r
1R. Ai Cam p, “Las élites mexicanas. Las élites intelectuales: re tra to m ínim o” , m in a ría el m édico p rác tic a n te . L a escasa atención p re s ta d a por
en Vuelta, vol. 12, núm . 10, México, julio, 1988, pág. 32.
a G. de la Peña, “Gonzalo A guirre B eltrán” , en Institu to N acional Indigenista, los especialistas de su tiem po a E l Señorío de C uauhtochco...
40 años, pág. 335. (m ención a p a rte m erece la reseña c rític a del d o c to r Silvio Za-
10 C R Í T I C A A N T R O P O L Ó G I C A . H O M B R E S E ID E A S
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q u ite c to s del m o d ern o indigenism o m exicano que — com o lo he le c tu a l que im p lic a ría — en sus diversos m o m en to s— la revisión
a p u n ta d o en o tro lu g a r— recibió de A lfonso C aso su concreción c rític a de los estu d io s del proyecto ta ra s c o (1940-1945) p a tr o
in stitu c io n a l, de G onzalo A guirre B e ltrá n su fu n d am e n ta c ió n cinados p o r el In s titu to de A ntro p o lo g ía Social de la S m ith so
teó rica , y de Ju lio de la F u en te el d etalle de su función o p e ra n ian In s titu tio n encabezado p o r J u lia n Stew ard. Lee, ad em ás,
tiv a y el agudo p la n te a m ie n to de sus co ntradicciones, a ú n no con p a rtic u la r in terés, las m onografías de R alp h L. Beals sobre
re su e lta s.5 C herán (1946), el a h o ra clásico libro de G eorge M . F oster T zin t-
P ro d u c to de sus experiencias en el D e p a rta m e n to de A su n to s zu n tza n (1948) y los estudios de geografía c u ltu ra l de D onald D.
Indígenas y en el In s titu to N acional In d ig e n ista son sus libros B ra n d (1944) y R o b ert C. W est. L a influencia que e s ta época
Problem as de la población indígena de la cuenca del Tepalcate- ejerciera en su p e n sam ien to la le c tu ra de H abitat, E co n o m y and
pec (1952), Form as de gobierno indígena (1953) y l a p rim e ra Society: A Geographical Introduction to E thnology (1934) es re
versión de Teoría y práctica de la educación indígena (1953). conocida p o r A guirre B e ltrá n com o relevante p a ra ex p licar la
E n estos estudios recoge las explicaciones de sus investigaciones im p o rta n c ia que o to rg a en sus o b ras a los factores ecológicos, si
en M ichoacán, C h iap as y C h ih u a h u a , o rie n tad a s a d ise ñ a r los bien su b ra y a que ta l p o s tu ra no im plica su afiliación a la escuela
prim eros p ro g ram as regionales del INI, creado en 1948 d u ra n te ecológica c u ltu ra l de J u lia n S tew ard. E n sentido d iferente, su
la gestión presidencial de M iguel A lem án. C om o se sa b e, el enfoque no es evolutivo, sino ¡ntegrativo y a c u ltu ra tiv o .7
p rim e r C e n tro C o o rd in ad o r se in s ta la en San C ristó b a l de las
C asas en 1951, decisión que fu n d a m e n ta A g uirre B e ltrá n en
sus reconocim ientos del área, los cuales enriquece con las in L a p rim e ra versión de Teoría y práctica de la educación indígena
form aciones que a p o rta n los inform es etnográficos p rep a ra d o s (p u b lic ad a p o r la U N A M ) fue leíd a y defendida en el C u a rto C on
por Sol T ax y Alfonso V illa R o jas. O c u p a r la dirección de este greso N acional de Sociología. E n e s ta o b ra (que a m p lia ría y p e r
C e n tro C oordinador le p e rm itiría d e se n tra ñ a r la esencia de lo feccionaría p a ra su nueva edición en 1973) se recogen las diver
regional “u n a vez que confrontó la realid ad con la p rá c tic a ” , sas experiencias de la educación ru ra l m exicana, a rticu lán d o las
según lo in d ica en un reciente ensayo.6 E n 1952 (cu an d o y a en u n a p ro p u e sta a su vez conceptual y p ro g ra m átic a que, al
h a b ía sido designado su b d ire c to r del In s titu to N acional Indige correr de los años, alcan zaría relevancia n o rm a tiv a en los p la
n ista ) realiza u n a in te n sa te m p o ra d a de tra b a jo de cam po en la nes y p rogram as de educación indígena. F in alm en te, la alfa
S ierra T a ra h u m a ra auxiliado p o r Francisco P la n e a rte ; sus re betización en lenguas vernáculas, los principios y m étodos de
su ltad o s se concretan en la in stalació n del C en tro C oordinador antro p o lo g ía social entendidos como h e rra m ie n ta p a ra im p u lsar
de G uachochi, en agosto de 1952. el desarrollo de las regiones h a b ita d a s por los pueblos indios y el
L a investigación que realiza e n tre 1949-1950 en la cuenca de enfoque integral de la educación indígena propugnados en el li
T epalcatepec, M ichoacán, su m ad a a sus experiencias en C h ia bro, serían oficializados en 1963 d u ra n te la A sam blea A nual del
pas y la S ierra T a rah u m a ra , le m otivaron im p o rta n te s reflexio Consejo Técnico de la E ducación presidida po r el secretario de
nes sobre la integración ecológica de la población indígena y su E ducación P ú b lic a Jaim e Torres B odet. P o r esos años A guirre
interrelación p o lític a con la sociedad nacional. Form as de go B e ltrá n sería p o stu lad o po r el P a rtid o Revolucionario In s titu
cional como d ip u ta d o al Congreso de la U nión, rep resen tan d o
bierno indígena vendría a ser el p ro d u cto de este ejercicio in te
a uno de los d istrito s electorales de la provincia veracruzana,
5 F . B áez-Jorge, “La antropología aplicada desde la perspectiva teórico-práctica cargo que desem peñó de 1961 a 1964. H abía regresado a ra d i
de Julio de la Fuente” , en A guirre B eltrán, G., Rom ano, A., Pozas, R. et. a i, P en car a la e n tid a d , en 1956, cuando el gobernador A ntonio M.
sam iento antropológico e indigenista de Julio de la Fuente, E d. In stitu to Nacional Q uirasco lo invitó a ocupar la R ectoría de la U niversidad Vera-
Indigenista, México, 1 9 8 0 , pág. 1 3 1 - 1 3 2 .
6 G . A guirre B eltrán, “Form ación de u n a teo ría y u n a p rác tic a indigenista” ,
véase n o ta 2. 7 Ibidem.
14 C RÍTIC A A N T R O PO L Ó G IC A . HO MB R ES E IDE AS
E S T U D IO I N T R O D U C T O R I O 15
cruzana, casa de estudios que se tran sfo rm a en u n a seria in sti E n mi opinión, E l proceso de aculturación es la o b ra to ra l
tución académ ica, llevando su nom bre e im p o rta n c ia m ás allá del indigenism o m exicano y uno de los libros fundam entales de
de sus estrechos lím ites parroquiales. Q uedan como testim o n io la an tro p o lo g ía m exicana. M ás aún, tiene que ser considerada
indiscutible de su notable gestión rectoral u n a im p o rta n te la como u n a de las contribuciones m ás im p o rta n tes de las ciencias
bor editorial (cuya orientación y contenido tienen hoy en d ía sociales en L atinoam érica en ta n to conjuga los elem entos de un
plena vigencia); el im pulso que se brindó a la investigación y la p a ra d ig m a científico con las propuestas de un p ro g ra m a político
enseñanza de ia antropología al fundar en 1957 el In s titu to y de inspiración nacionalista. E n un ensayo dedicado al te m a he
la Escuela (donde se im parten las especialidades de lingüística, explicado las coincidencias de los planteam ientos políticos de
arqueología y antropología social); la profesionalización de la la integración intercultural (in stru m e n ta d a po r el E stad o m e
enseñanza universitaria y el desarrollo alcanzado en la difusión xicano como núcleo operativ o del indigenism o) con las a lte r
cultural. n ativas de cam bio socioeconóm ico prom ovidas p o r organism os
Precisam ente durante el prim er año de su gestión rectoral económ icos vinculados a los intereses del capitalism o ( c e p a l ,
concluye El proceso de aculturación, que la u n a m e d ita en 1957 BID, A L PRO, etc.). De ta l form a, las estretegias y recom enda
como parte de la serie de publicaciones del Sem inario de E s ciones im plican, básicam ente, la consolidación del m estizaje (en
tudios Científicos y Filosóficos dirigidos por Eli de G o rtari. lo étnico y c u ltu ra l), la integración nacional (en la dim ensión
Creo que quienes hemos desem peñado tare as a d m in istra tiv a s, p olítica) y el desarrollo de acuerdo al m odelo c a p ita lista (en lo
sin descuidar la preparación sim ultánea de m odestas c o n tri económ ico).9 En este co n tex to adquiere su relevancia org án ica
buciones al pensam iento antropológico, com prendem os en su E l proceso de aculturación, lib ro al que ju sta m e n te G uillerm o
cabal m agnitud el esfuerzo que debió significar la redacción de la P e ñ a considera “u n a o b ra form idable de reflexión personal
de este libro al tiem po que su a u to r cargaba con la enorm e sobre la c u ltu ra m exicana” en l a que (con la lógica dialéctica
responsabilidad de reorganizar la U niversidad V eracruzana. Un com o in stru m e n to ) se concertan las principales corrientes an
valioso testim onio sobre la m agistral habilidad d esarro llad a por tropológicas de la ép o ca, el nacionalism o de los liberales j a
A guirre B eltrán p a ra concertar la función pública con la inves cobinos del M éxico decim onónico, el ideario a g ra ris ta de los
tigación científica, es el del d octor Fernando Salm erón, uno de revolucionarios m exicanos, el m arxism o latin o am erican o que
sus principales colaboradores d u ran te los cu a tro años que o cu p a rem ite necesariam ente a M ariáteg u i, la lla m a d a “filosofía de
la rectoría, y hoy en día figura destacadísim a de los estudios lo m exicano” , y el p en sam ien to de los antropólogos m exicanos
filosóficos en México. E stas son sus palabras tra n s c rita s de u n a fundadores del indigenism o. Es desde este p u n to de v ista que
e n trev ista grab ad a en 1980: De la P e ñ a le señala com o tínico an tecedente com parable Los
grandes problem as nacionales, el im p o rta n te estudio de A ndrés
El doctor Aguirre Beltrán tenía sobre su escritorio sus notas y M olina Enríquez publicado en 1909. E n u n a p e rsp e c tiv a dife-
cuando cerraba la puerta después de despachar a algunos de sus
visitantes, continuaba su trabajo como si no se hubiera distraído. de 1980, como p a rte de u n am plío estudio que sobre la o b ra de A guirre B eltrán
El trabajo se interrum pía con una nueva visita o con un nuevo pro p rep arab a en ese tiem po. L am entablem ente, apenas esbozado, lo abandoné, de
bido a la necesidad de atender otros proyectos. E n el m arco de este interés solicité
blema pero seguían sobre su escritorio sus fichas y sus borradores. la en trev ista de referencia, adem ás de la que concediera a la m ism a persona (en
De esta m anera lo vi trab ajar y a p artir de ese momento me pareció el mes y año citado) el propio A guirre B eltrán.
que no era un porvenir tan siniestro que un intelectual tuviera que 9 F. Báez-Jorge, “A culturación e integración intercultural: u n m om ento histó
estar ligado a la adm inistración de instituciones educativas.' rico del indigenismo mexicano” en INI 30 años después. Revisión critica, Edición
especial de A niversario de México indígena, órgano de difusión del INI, 1978, pag.
297. Tam bién: R. Stavenhagen, “C astas, clases y proceso dom inical. N otas sobre
la A ntropología Política en la obra de A guirre B eltrán” , en H om enaje a A gui
* E ste testimonio fue registrado en u n a entrevista que Fernando Salm erón con rre B eltrán, t. I In stitu to Indigenista Interam ericano-U niversidad V eracruzana,
cedería a M aría del Carm en Farías (mi auxiliar de investigación) en septiem bre 25 México, 1973.
16 C R Í T I C A A N T R O P O L Ó G I C A . H O M B R E S E ID E A S ESTU D IO IN T R O D U C TO R IO IT
re n te , conviene recordar la opinión de A ndrés M edina, quien ve xican as y p a sa n a e x a m in a r la p ro b le m á tic a que e n fre n ta n las
en E l proceso de aculturación el re su lta d o de un p ro ce d im ie n to poblaciones in d ia s, desde A m érica C e n tra l h a s ta la s regiones
ecléctico, reconociendo tam b ién que re p re se n ta “un esfuerzo an d in a s. El m odelo a n a lític o en que se s u s te n ta R egiones de
epistem ológico dirigido a c o n stru ir u n a te o ría a p a r tir de la re fu g io .. . — p e rm íta se m e e sq u e m a tiz a r— in c o rp o ra com o ca
ex periencia p a rtic u la r de la an tro p o lo g ía en la c a ra c te riz a c ió n teg o rías ex p licativ as la ecología enem iga, el rezago dem o g ráfico ,
y solución del p ro b lem a in d íg en a en M éxico” .10 la circulación h u m a n a que lim ita los fenóm enos de innovación
E n 1964, al concluir su gestión legislativa, A g uirre B e ltrá n es ocu p acio n al y so c io c u ltu ral, la presen cia de u n a “e s tr u c tu r a
in v itad o por Alfonso C aso a o c u p a r n u evam ente la su b d irecció n de c a sta s ” , d u a lid a d en las form as de gobierno y la vigencia
general del IN I, la cual perm aneció vacan te d u ra n te los años en de relaciones in te ré tn ic a s exclusivas que provocan situ acio n es
que dirigió la U niversidad V eracruzana y se d esem peñó com o de con flicto g ru p a l y sen tim ien to s de h o stilid a d . E l co n ju n to
d ip u ta d o federal. En realidad, como él m ism o lo h a in d icad o , a n a lític o p a rte de co n sid erar que en las regiones in te rc u ltu ra le s
desde 1963 m antiene estrecho co n ta c to con la in stitu c ió n in de refugio prevalece u n a econom ía dual, m arco en que m estizos
digenista al encargarse de ta re a s ed itoriales que se c o n c re ta n e indígenas in te ra c tú a n de m a n e ra desigual. P o r o tr a p a rte , en
felizm ente en el inicio de la Colección de A n tro p o lo g ía Social este lib ro A g uirre B e ltrá n t r a t a de explicar con m ay o r p ro fu n
(hoy en d ía u n a de las m ás im p o rta n te s en len g u a c a ste lla n a ). d idad la co n tradicción e n tre las dos ten dencias ideológicas de la
p oblación m e stiz a (la n acio n al, que prom ueve la in teg ració n , y
En 1966 es elegido d irector del In s titu to In d ig e n ista In te ram e ri-
la regional que la o b sta c u liz a ) ¡nicialm ente a n a liz a d a en E l pro
cano, cargo en el que su stitu y e al d o c to r M iguel L eó n -P o rtilla.
ceso de aculturación. D esde su p u n to de v ista , l a co n trad icció n
Sus excelentes credenciales como teórico y d irectivo del in d i
es p ro d u c to de “u n a falsa conciencia” de la que son p o rta d o re s
genism o m exicano, la proyección que en to rn o a sus m érito s
los ladinos que se s itú a n “a p a rte de la m ay o ría c iu d a d a n a ” ,
indiscutibles tra n sm ite Alfonso Caso a la cancillería m ex ican a
la cual se u b ica com o “élite regional” que “co n stru y e su propio
(b ajo la responsabilidad de A ntonio C arrillo F lores) se concre
m arco m e n ta l y desde él co n tem p la a su a n to jo y satisfacción el
ta n en su postulación y elección consiguiente. A ntes de dirig ir
lim itad o cam po de su universo” , p o r lo cual “carece de a u te n ti
el In stitu to Ind ig en ista In teram erican o lleva a cab o la in v esti
cidad, e s tá en c o n tra de los su p u esto s dem ocráticos y las in te r
gación que h a ría posible Regiones de refugio. E l desarrollo de pretaciones o rto d o x a s de la p a rte consciente de la n ació n ” .11 Es
la com unidad y el proceso dom inical en M estizo-A m érica, o b ra evidente que el análisis no su b ra y a el co m ponente del conflicto
que e d ita el propio organism o en 1967. El apoyo fin an ciero que c lasista in h eren te a las relaciones e n tre indios y ladinos, que
le p ro c u ra L eón-Portilla desde la dirección del In s titu to Indige A guirre B eltrán en m a rca en u n a “e s tru c tu ra de c a sta s” .
n ista Interam ericano le p erm ite recorrer varios países c e n tro y D esde posiciones analíticas c o n tra p u esta s se h a n e x te rn ad o
sudam ericanos, periplo en el que cosecha inform aciones de p ri a rgum entos que evidencian que el m odelo de la región de refugio
m era m ano e im p o rta n tes diálogos con especialistas. Su ob jetiv o “h a llegado a convertirse en u n a cam isa de fuerza que in h ib e
teórico, según lo h a expresado reitera d am e n te , e ra d e m o stra r la ulteriores desarrollos teóricos” , com o lo h a indicado G uillerm o
viabilidad del concepto, form a y función de las regiones in te r de la P eñ a, después de exam inar la reseña c rític a p u b lic a d a
culturales de refugio, desde las perspectivas histó rico -cu ltu ral en 1969 po r R o b ert H unt en A m erican A nthropologist.12 P ero
y sociológica. En form a ta l, la ta re a in iciad a en E l proceso de
aculturación adquiere en Regiones de refugio u n a m ayor di 11 G. A guirre B eltrán, Regiones de refugio. El desarrollo de la com unidad en
m ensión de orden teórico y m etodológico. Las reflexiones tra s M esiizoamérica, In stitu to Indigenista Interam ericano, México, 1967. p ág. 227-
228.
cienden las fronteras parroquiales de las áreas indígenas m e ia G. de la Peña, op. cit. E n u n a perspectiva diferente A lejandro D. M arroquín
consideró que el m odelo de la región de refugio contribuyó al logro de u n a expli
10A. M edina, “Sem blanzadel D r. Gonzalo A guirre B eltrán” , en G .A .B ., Im a cación sistem ática de la problem ática general enfrentada por la población indígena
gen y obra escogida, U N A M , 1985. en L atinoam érica, adem ás de proporcionar “Las bases sólidas y precisas de la
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su im portancia en la orientación del indigenism o latin o a m e ri In stitu to ) de las denuncias del X X XIX Congreso In tern acio n al
cano es indiscutible, p articularm ente en los años in m ediatos de A m ericanistas en to rn o a las m ata n za s p e rp e tra d a s en con
al triunfo de la Revolución cubana, m om ento en el que la te t r a de grupos trib ales am azónicos y de los indios m iskitos en
sis del dualism o económico es centro en las discusiones de los N icaragua. Se h a considerado, con razón, que e s ta publicación
científicos sociales latinoam ericanos. A guirre B eltrán se sum a debió m otivar la ru p tu ra del d ictad o r A n astasio Som oza con el
al debate a p a rtir de los postulados básicos de la te o ría a n tro In s titu to In d igenista In teram erican o , re tira d a que, p o r cierto,
pológica de la región intercultural que desarrolla, com o hem os fue reconsiderada en 1971 d u ra n te la gestión directiva del doc
visto, con base en su experiencia indigenista y a la revisión de to r G onzalo R ubio O rb e .14
los planteam ientos de la antropología cu ltu ral norteam erican a. La publicación en 1963 de M edicina y magia. E l proceso de
Andrés M edina h a sintetizado acertad am en te la im p o rta n c ia aculturación en la estructura colonial, m erece am plio c o m en ta
otorgada a Regiones de refugio en L atinoam érica: rio. La redacción final de e s ta o b ra (un verdadero índice p a ra
la teo ría de los procesos de cam bio c u ltu ral y sincretism o en
El libro de Aguirre Beltrán constituye un serio intento de abstraer A m érica) es realizada po r A guirre B eltrán en enero del citad o
la experiencia tenida en México y contenida en la “escuela de an año, cuando se o cu p a to d av ía de ta re a s legislativas sin p e rd e r
tropología mexicana” para hacerla extensiva a los otros países de co n tacto con las acciones indigenistas, como antes se h a dicho.
América Latina, en especial a aquellos países del área andina que En realidad, la edición de este libro es el p u n to final de un largo
poseen grandes contingentes de población india y donde la política y m eticuloso tra b a jo de investigación e tn o h istó ric a en el que
indigenista tiene cierta im portancia, no tanto por su carácter es el a u to r tiene presente la im p o rta n c ia del conocim iento a n tro
trictam ente político como por la m agnitud de los problem as que pológico en la form ulación de los program as de salud destinados
dicha población presenta a nivel nacional.13 a las regiones in tercu ltu rales. P uede decirse que la a p o rta ció n
teo ría-p rá c tic a de A guirre B eltrán a la a n tro p o lo g ía m édica se
Por o tra p arte, es evidente que p a ra exam inar en to d a su inicia en 1955 con la edición de Programas de salud en la s i
am plitud la influencia que ejerce Regiones de refugio en el in tuación intercultural, originalm ente u n a p o nencia p re se n ta d a en
digenismo, precisa sum ar al análisis de la co y u n tu ra socioe la O ctava A sam blea M undial de la Salud, celebrada en M éxico.
conóm ica y política que vive L atinoam érica en ese tiem p o , la Sin em bargo, su interés en e s ta dirección se h a b ía m an ifestad o
presencia de A guirre B eltrán en la dirección del In s titu to In desde tiem po a trá s . E n unión de Ju lio de la F uente a te n d e ría
digenista Interam ericano que, como es sabido, tiene e n tre sus la c á te d ra de antro p o lo g ía en la E scuela S uperior de M edicina
finalidades difundir inform ación y m étodos que co n trib u y an al R u ral (asociada a la lúcida inteligencia de M iguel O th ó n de
m ayor conocim iento y la m ejoría de las condiciones de vid a de M edizábal) y a la de problem as m édico-sanitarios en la E scuela
los indígenas, adem ás de coordinar los esfuerzos orien tad o s a N acional de A ntropología. D ic ta ría p o sterio rm en te la m ism a
la realización de estos propósitos. Es o p o rtu n o recordar el im c á te d ra a nivel de postg rad o en la E scuela N acional de Salud
pulso que im prim iera A guirre B eltrán a las acciones de dicho P ública. En su investigación sobre la cuenca del T epalcatepec
organism o, en particu lar su preocupación por el resp eto a la dedica un cap ítu lo al estudio de la salud y la enferm edad, en
vida y a los derechos hum anos de los indígenas m anifiesto, por ta n to que en sus prim eras experiencias en el In s titu to N acional
ejem plo, en la inclusión en A m érica Indígena (rev ista oficial del In d igenista aplica y evalúa sus reflexiones en los p ro g ram as
de salud puestos en m arch a en los centros coordinadores. H ay
acción práctica” . Véase A. D. M arroquín, “La teoría de las regiones de refugio” , en que agregar que la investigación h istó ric a que n u tre M edicina y
Homenaje a Gonzalo Aguirre Beltrán, t. I, In stitu to Indigenista Interam erican o -
Universidad Veracruzana. México, 1973, pág. 19.
14E. M asferrer K an, “El In stitu to Indigenista Interam ericano” , en B oletín de
13 A. M edina, “Tres puntos de referencia en el indigenismo m exicano contem
Antropología A m ericana, núm . 13, In stitu to P anam ericano de G eografía e H isto
poráneo” , en La quiebra política de la antropología social en México, 2 tom os, t.
II. C. G arcía M ora y A. M edina (editores), UNAM, México, 1986, pág. 178. ria, México, julio, 1986. pág. 113.
20 C R ÍT IC A A N T R O P O L Ó G IC A . H O M B R ES E IDE AS E S T U D IO I N T R O D U C T O R I O 21
m agia... es realizada por A guirre B eltrán en el A rchivo G eneral re tiro h acia actividades a d m in istra tiv a s de alcance regional las
de la Nación entre 1942 y 1943 (revisa m ás de 700 procesos de cuales, p o r fo rtu n a , se trad u cen en un renovado ím p e tu en las
la Inquisición), al m ism o tiem po que exam ina los antecedentes tare as de investigación.
de la población negra en México. En 1945 escribe los prim eros C orresponde a A guirre B eltrán conducir el gigantesco creci
siete capítulos de la obra, cuya redacción final fue a p la z a d a por m iento del IN I d u ra n te la gestión presidencial de Luis E cheverría
el cum plim iento de las diversas tareas de orden público a las (1970-1976). En solam ente seis años se in sta la n 60 centros co
que antes se h a aludido. ordinadores, 46 m ás que los que se h a b ía n in au g u rad o desde
Del interés despertado por M edicina y m a g ia ... dan c u e n ta la creación del INI en 1948. En un reciente ensayo sin te tiz a ría
sus reediciones en 1973,1980 y 1987 por p a rte del In s titu to N a con pleno sentido crítico su p articipación en este im p o rta n te
cional Indigenista. Y, paralelam ente, de la preocupación p e rm a m om ento del indigenism o m exicano:
nente que en el pensam iento de A guirre B eltrán tiene la teo ría
No pretendo en modo alguno ju stificar errores o legitim ar acier
de la salud y la enferm edad en las situaciones intercu ltu rales, tos durante el tiem po de mi responsabilidad como ejecutor de la
es prueba fehaciente su reciente tra ta d o Antropología médica: política indigenista del presidente Echeverría, pero sí deseo dejar
sus desarrollos teóricos que e d ita el C IESA S en 1986. Se t r a t a constancia de que, a mi juicio, hizo lo que ju stam en te debía de
de un nuevo h ito en su quehacer antropológico; rep re sen ta un hacer p ara salvar a los pueblos étnicos de la extrem a postración,
elaborado producto de su talento que parece d ilatarse a con de todos órdenes, a que son sometidos por el contacto social y
tratiem po; una síntesis m agistral que reúne las vertientes de su cultural con la sociedad m exicana envolvente, capitalista, rapaz y
form ación original en la m edicina y de su desarrollo intelectu al connaturalm ente agresiva. Si en alguna m edida el presidente Eche
en la antropología. No hay du d a de que su ap o rtació n a la verría pudo lograr su propósito durante el tiem po de su m an d ato
antropología m édica rebasa los lím ites nacionales y latin o am e es bastan te p ara mí, porque con ello m arcó un cam ino correcto y
un paradigm a adecuado p a ra alcanzar la m eta que los indigenistas
ricanos. Se tr a ta de u n a seria contribución cuya im p o rta n c ia
perseguim os.1*
apenas em pieza a valorarse en to d a su m ag nitud. Desde este
terreno, las turbulencias de la d isp u ta ideológica en to rn o a los L a a n tig u a a m istad que u n ía al ingeniero V íctor B ravo A huja,
indios y la conform ación de la Nación (de la que A guirre B e ltrá n secretario de E ducación P ú b lica 1970-1976, y a A guirre B e ltrá n ,
h a sido exponente señero d u ran te tres décadas) tiene que ob seguram ente fue d e te rm in a n te en su designación sim u ltán ea en
servarse como m eras perturbaciones de la atm ósfera p o lític a y, la su b sec re ta ría de C u ltu ra y E ducación E x traesco lar y la di
por ta n to , con vigencia históricam ente d eterm inada. rección del In s titu to N acional Ind ig en ista (cargo en el que se
negó a recibir honorarios). E ste sólido vínculo o rientó volun
tades y p erm itió que su la rg a experiencia ac u m u lad a en asu n
tos educativos e indigenistas c rista liz a ra d u ra n te este sexenio
II
en u n a p o lític a in d ig en ista coherente, propiciando acciones de
apoyo recíproco e n tre las instituciones que m an te n ía n proyectos
en las regiones indígenas. E m pero, d u ra n te ese periodo las bases
E n el lapso que abarca de 1970 a 1977 se reg istran las m ás agu
ideológicas del indigenism o m exicano fueron severam ente cues
das respuestas críticas a la teo ría y p rác tic a in digenista p ropug tio n ad as, enjuiciam iento que debe exam inarse o rgánicam ente
nadas po r A guirre B eltrán. El tono de las m ism as crece h acia a rticu lad o a la crisis del m odelo desarro llista que, en su versión
1980. E ste periodo coincide con su desem peño com o subsecreta m exicana, te n d ría en el m ovim iento estu d ia n til de 1968 su pri-
rio de C u ltu ra y Educación E xtraescolar y d irector general del
In stitu to Nacional Indigenista (1971-1976). M arca su ascenso 15 G. A guirre B eltrán, “Form ación de u n a teoría y u n a práctica indigenista” ,
a los prim eros niveles del a p a ra to gu b ern am en tal y, después, su véase la n o ta 6.
E S T U D IO I N T R O D U C T O R I O 23
22 C R Í T IC A A N TR O P O L Ó G IC A . H O M B R ES E IDE AS
m era m anifestación de im portancia. El decurso del M éxico con cercanos al m aterialism o histórico explican las causas del et-
tem poráneo quedaría signado por la violenta represión g u b e rn a nocidio y la m iseria de los grupos étnicos en el co n tex to de la
m ental que alcanza en la m atan za de T latelolco p a té tic o clím ax. form ación social m exicana, proponiendo un nuevo pen sam ien to
Refiriéndose a estos hechos Angel Palerm , conocedor profundo antropológico de cará c te r crítico en el cual los pueblos indios
de la dirección seguida por el pensam iento de A guirre B eltrán , sean analizados en el m arco de la e s tru c tu ra clasista que ca
a p u n ta ría acertadam ente: rac teriza a la sociedad nacional. A guirre B eltrán resp o n d ería
en tono polém ico los planteam ientos de G onzález C asanova,
La crisis nacional de fines de la década del 60 y las renovadas así como los de B onfil, Nolasco, W arm an y dem ás a u to re s del
discusiones sobre el indigenismo y la integración del indio que co libro aludido. C onduciría con tono enérgico y lúcido — el cual
incidieron con ella abren una nueva etapa en la o bra intelectual de tiene que reconocerse p o r m ás que m edien diferencias teóricas e
Aguirre. Su característica principal consiste en que asum e to tal ideológicas— las respuestas de los in d igenistas, e n tre o tra s las
m ente la polémica con los críticos y lo hace con gran rigor dialéctico del propio Alfonso C aso, Ju a n C om as, Alfonso V illa R o ja s, etc.
y sin rehuir los riesgos.18 Q uede claro que conduce p ero no asum e totalm ente la polém ica,
com o señala P alerm .18 /
El cuestionam iento del sistem a político y m exicano, en p a r Es precisam ente Angel P alerm quien tien e el a cierto de re
ticular de sus contenidos ideológicos, tiene su tem p ran o e im u nir los ensayos que A guirre B eltrán escribe e n tre 1967 y 1975
p o rta n te antecedente en La democracia en M éxico, im p o rta n te (es decir, d u ra n te su desem peño en la dirección del In s titu to
obra de Pablo González Casanova que se publica en 1963. En Ind ig en ista In teram erican o , la S u b secretaría de C u ltu ra , y la
el m arco de esta apasionada reflexión política, su a u to r for dirección del IN I) en el volum en Aguirre B eltrán: obra polém ica,
m ularía una ab ierta crítica a la antropología social, núcleo del que prologa brillan tem en te y e d ita com o d irector del C en tro
indigenismo: de Investigaciones Superiores del In s titu to N acional de A n tro
pología e H istoria. El lector del libro (básico p a ra en te n d e r
Desgraciadamente, hasta hoy la antropología mexicana, que por el desarrollo del pen sam ien to antropológico en M éxico y las
muchos conceptos ha perm itido conocer la realidad de nuestro país, tendencias que sigue la ideología n acio n alista) a d v e rtirá que
y que ha tenido un sentido hum anista del problem a indígena nunca en sus páginas la fin a ironía se m ezcla elegantem ente con la
tuvo sentido anticolonialista, ni en las épocas más revolucionarias
erudición h u m an ística, tejido de ideas que to m a su fo rm a y
del país.1T
consistencia de u n a evidente vocación p o lítica. A guirre B e ltrá n
no defiende en los ensayos que in teg ran e s ta o b ra su p ersp ectiv a
La discusión rebasó la esfera académ ica p a ra in sta la rse en el
antropológica. D ebate los p u n to s de v ista contrarios a su visión
palenque del debate político a p a rtir de 1970, con la publicación
p o lítica respecto a la form ación de la sociedad nacional y a los
del libro De eso que llam an antropología m exicana, escrito por
proyectos indigenistas resu ltan tes.
A rtu ro W arm an, M argarita Nolasco, G uillerm o B onfil, M erce
El cuestionam iento de las tesis del indigenism o integracio-
des Olivera y Enrique Valencia. Se tr a t a del prim er análisis sig
n ista irru m p ió h a s ta el seno m ism o del a p a ra to gubernam en-
nificativo sobre el desenvolvim iento de la disciplina en térm inos
de su articulación sociopolítica. A unque sus au to res no h a 18 P a ra seguir el hilo de e sta polém ica, todavía con plena vigencia, consúltense
yan exam inado a fondo los engranajes de la in terd ep en d en cia los trab ajo s de los autores aludidos (y otros de im portancia) en La quiebra de
ciencia-sociedad, por la vía de un razonam iento p o r m om entos la antropología social en México, 2 tom os. C. G arcía M ora y A. M edina (edito
res), U N A M , México, 1983-1986. Véase, adem ás, el informe sucinto que, sobre el
tem a, p rep ara G . M éndez Lavielle b ajo el títu lo de “L a quiebra política” (1965-
18 A. Palerm, prólogo a Aguirre Beltrán: obra polémica, CIS INAH, México, 1976, 1976) en La antropología en México. Panoram a Histórico. Los hechos y los dichos
pág. 19. (1880-1986). t. 2, págs. 339-437. I N A H - S E P , México, 1987. En especial léanse los
17 P. González Casanova, La democracia en México, E ra, México, 1969, págs. ap artad o s “Las corrientes críticas” y “L a discusión antropológica”.
122-123.
26 C R Í T I C A A N T R O P O L Ó G I C A . H O M B R E S E ID E A S
E STU D IO IN T R O D U C TO R IO 27
tal. Las propuestas particip aţi vas y p luralistas defendidas por el I E P E S se convertirían en p ro g ram a de acción in d ig en ista d u
la llam ada antropología crítica (sum a apenas cohesionada de ra n te el régim en de López P ortillo. E ste fenóm eno, que debe
posiciones teóricas e ideológicas de diverso signo) serían a le n ta tip ificarse como vertien te de u n a lucha en el interior del a p a
das en el m arco de la sucesión presidencial. Es evidente que h a ra to político (es decir u n a pugna d en tro de la lla m a d a clase
cia fines de 1975 estaban claram ente perfilados los postulados p o lític a ), tiene especial significación p a ra explicar las variables
básicos del nuevo program a de orientación p lu ra lista . F ren te a que se conjugaron p a ra que, p o r p rim era vez en 30 años, en la
la tesis de la integración regional, que tuvo en A guirre B eltrán dirección del IN I se n o m b ra ra a un político desplazándose con
a su últim o y m ás destacado propulsor, surgió u n a p la ta fo rm a ello a los antropólogos. La designación recayó en Ignacio Ovalle
ideológica alternativa que — aunque carecía de u n a firm e a r Fernández, joven y destacado m iem bro del gabinete presidencial
ticulación teórica— ofrecía al E stado el discurso de referencia de Luis E cheverría, quien sería responsabilizado tam bién de la
p a ra movilizar a la población india con objetivos corporativos C oordinación del P la n N acional de G rupos M arginales y Zonas
en el entorno y con las reglas del sistem a político m exicano. Se D eprim idas de Presidencia de la R epública.
explica, de esta m anera, el apoyo gu b ern am en tal o to rg a d o a la A la p é rd id a que significó que un antropólogo no dirigiera
integración del Consejo Nacional de Pueblos Indígenas que, en el INI se su m a ría la de o tra s instituciones vinculadas al indi
un m arco ag rarista y folclorizante, se constituye en el Congreso genism o y el quehacer pro p iam en te dicho de la disciplina y
de Pueblos Indígenas inaugurado en o ctu b re de 1975 por el m otivó u n a rá p id a resp u esta de A guirre B eltrán. B ajo el su-
presidente Luis Echeverría. El In stitu to N acional In d ig e n ista gerente títu lo de ¿Q ué tan m aldita es la antropología? iniciaría
y la Secretaría de la Reform a A graria ten d rían a su cargo la desde las páginas dom inicales de E l Día un prolongado cues-
convocatoria y organización de e s ta gigantesca ta r e a de coop tio n am ien to dirigido no únicam ente a ex am in ar los m óviles de
tación. la gu illo tin a sexenal, sino el nuevo p ro g ra m a in d ig en ista en su
De form a tal, el nuevo proyecto indigenista form ula sus d efi conjunto. Vale la p e n a recordar aquellas llanas p a la b ras que
niciones prelim inares en el espacio que le ofrece la c a m p a ñ a abrieron e s ta polém ica, to d av ía no concluida, en los prim eros
p olítica de José López Portillo, candidato p riísta a la P re meses de 1977:
sidencia de la R epública p a ra el sexenio 1976-1982. Sin em
bargo, cabe aclarar que en la dinám ica de e sta co y u n tu ra elec Al sobrevenir el cambio de funcionarios, con la inauguración de
to ral, la dirigencia nacional del PRI (encabezada por Jesú s R e un nuevo gobierno, no se llamó a los antropólogos a colaborar en
yes Heroles) encargaría a A guirre B eltrán (en ta n to d irector la Dirección de los cuatro principales organismos — El In stitu to
del i n i ) el planteam iento de la cuestión indígena que se in Nacional Indigenista, el Patrim onio Indígena del Valle del Mezqui-
cluyó en el Plan Básico de Gobierno, docum ento diferente en tal y la Dirección General de Educación Extraescolar en el Medio
propósitos y contenidos al avalado p o r el In stitu to de E studios Indígena que durante el sexenio anterior habían sido servidos por
dichos profesionales [ ...] El clim a de opinión que condena a la
Políticos, Económicos y Sociales ( i e p e s ) del propio p a rtid o (en
antropología h a trascendido del sector intelectual al m eram ente
ese m om ento conducido por Julio Rodolfo M octezum a), cuya
político y hoy en día no es extraño oír versiones contrapuestas sobre
redacción se confiaría a un grupo de antropólogos, e n tre los la actividad que desempeñan los organismos gubernam entales que
que co ntaba Salomón N ahm ad, G uillerm o B onfil y A rtu ro W ar- fundan la filosofía de su práctica en concepciones antropológicas.30
m an .19 Las propuestas contenidas en el proyecto auspiciado por
L a polém ica e n tre A guirre B e ltrá n y los propugnadores de
19G. Aguirre B eltrán, “El indigenismo comprometido y el PRI” , en E l gallo
ilustrado, suplemento de E l Día, México, agosto, 1977. Tam bién, F . Báez-Jorge,
la nueva ten d e n c ia in d ig en ista alcan zaría su clím ax en el agudo
“L a antropología, el desarrollo capitalista y el nacionalismo mexicano” , en B oletín
de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Yucatán, año 4, 30G . A guirre B eltrán , “¿Qué ta n .m a ld ita es la antropología?” , en E l gallo
núm. 24, M érida, Y ucatán, México, 1977, págs. 2-22. ilustrado, suplem ento c u ltu ral de E l Día, México, junio, 1977.
28 C R I T I C A A N T R O P O L Ó G I C A . H O M B R E S E ID E A S E S TU D IO IN T R O D U C T O R IO 29
patronos, p e n e tra n te estudio en el que A guirre B e ltrá n se o c u p a la conveniencia de re u n ir en un volum en sus nu m ero sas p u
de los procesos de sincretism o y la adopción de nuevos cu lto s blicaciones dedicadas a ex a m in ar los tra z o s biográficos y las
que se producen e n tre los n ah u as que h a b ita n e s ta a g re ste zona ap o rta cio n e s relevantes de d e sta c ad a s fig u ra s de la h isto rio
veracru zan a. El m odelo de la región de refugio es c o n fro n tad o g rafía, la an tro p o lo g ía , el indigenism o y el aco n tecer p olítico
con la acelerad a din ám ica m o d ern izan te que se o p e ra en el á re a , m exicano. C on o cía con b a s ta n te d e ta lle e s ta sig n ificativ a p ro
exam en que le p e rm ite p lan te ar nuevas hipótesis en relación con ducción en say ístic a (prólogos, n o tas necrológicas, artícu lo s m o
los conflictos in terétn ico s, la hegem onía p o lític a y el p a p e l de nográficos) y a rg u m e n té sobre la im p o rta n c ia de in teg rarlo s
los m ovim ientos religiosos. te m á tic a m e n te . C om o e ra de esp erarse, la re s p u e s ta no fue
E ste esquem ático recuento de la actividad in te le c tu al de A gui a firm a tiv a . A co stu m b rad o a evaluar c u id ad o sam en te las crea
rre B eltrán (en el corte tem p o ral tra z a d o a p a rtir de 1971) que ciones científicas a je n a s, y a rev isar con o b je tiv id a d c rític a las
d a ría incom pleto de no referir su p articipación en im p o rta n te s pro p ias, el m a e stro p ro m etió m e d ita r sobre el a s u n to y h a b la r
activ id ad es políticas. En ta l dirección d eb e señalarse que d u con m ayor d e ta lle tiem p o después. A b o rd am o s n u evam ente el
ra n te la cam p añ a electoral del entonces c a n d id a to p residencial, te m a en a g o sto de 1987 y n o té que su án im o h a b ía cam biado; no
licenciado M iguel de la M adrid H u rtad o , co o rd in a ría la R e in sistió en el p rete n d id o c a rá c te r m arg in al o c irc u n sta n c ia l que,
unión de P rioridades N acionales del p r i d e d ic a d a a la cuestión con m o d estia , a trib u ía a estos ensayos. Los consideró, entonces
indígena, celebrada en m ayo de 1982 en Tepic. En 1983 asis “o b ra su e lta ” que bien p o d ría reunirse p reced id a de un prólogo
tiría a las reuniones de consulta convocadas p o r el Senado de la explicativo. E n m ayo del presente año, fin a lm e n te , decidió edi
R epública, en relación con la presencia y a ctiv id ad en M éxico tarlo s. Al tiem p o de en treg arm e los m ateriales fotocopiados y
del controvertido In stitu to L ingüístico de V erano. D ebo decir ordenados de m an e ra te n ta tiv a , m e pidió re d a c ta r un te x to
que, en ta n to p articip a n te en estos encuentros, he fija d o m i p o in tro d u c to rio y organizarlos p a ra su publicación. El p asad o
sición en o tra publicación.24 Me lim ito aquí a reconocer el a lto agosto presen té a A guirre B e ltrá n un proyecto de o rdenación, el
nivel conceptual y político que la presencia de A guirre B e ltrá n títu lo que sugería p a ra el volum en y le expresé que escrib iría un
im prim ió a estos foros. En el com plejo cam po de los m iste estudio in tro d u c to rio biobibliográfico que d a ría c u e n ta de los
rios del po d er, las divergencias no im plican ig n o rar los m ere m om entos claves de su quehacer antropológico y de su a ctiv id ad
cim ientos de los p rotagonistas. R eflexionando sobre la filosofía política, contextos necesarios p a ra u b icar el contenido teórico y
aristo télica, el inm enso Alfonso Reyes escribiría u n a p ro fu n d a sentido ideológico de los artículos que in te g ran e s ta antología.
fórm ula que viene al caso recordar: “La verdad de las cosas Las p ro p u esta s fueron a cep tad as y he tenido que en fren tarm e
no e s tá en sus apariencias virtuales, sino en el sentido de sus con la honrosa, p ero e x tre m a d a m e n te delicada, ta r e a de p re
ten d en cias.” p a ra r las p a la b ras previas a la o b ra de u n a de las fig u ras m ás
destacad as de la an tro p o lo g ía m exicana. Situaciones sem ejantes
viví en 1977 cuando A lejandro D ag o b erto M arroquín m e pidió
prologar la segunda edición de Tlaxiaco. La ciudad m ercado;
III en 1980, al re d a c ta r (a solicitud de mi m aestro A rtu ro M onzón
E stra d a ) la presentación de E l calpulli en la organización social
de los tenochcas, p a ra su reim presión por p a rte del IN I en su
E n u n a larg a y anim ada conversación que so stu v iera con G on colección Clásicos de la A ntropología M exicana; y, m ás recien
zalo A guirre B eltrán en m arzo de 1985, me anim é a sugerirle tem en te, en 1987, al encargarm e la inolvidable C a lix ta G u iteras
Holm es que escribiera el prólogo de la tam bién segunda edición,
M F . Báez-Jorge, ¿Líderes indios o interm ediarios in d ig en ista sf D inám icas e s ta vez cu b an a, de Los peligros del alma. V isión del m undo de
internas y externas en el caso mexicano, Ed. Cuicuilco, Escuela N acional d e An
tropología e H istoria, Documentos de T rabajo (2), México, 1985. un tzotzil. Sin em bargo, la responsabilidad presente d esborda
30 C RÍTIC A A N TR O PO LÓ G IC A . HO MB R ES E IDEAS
E S T U D IO I N T R O D U C T O R I O 31
en la atm ósfera de los fenómenos aculturativos que en el plano de la ac tiv id a d revolucionaria de R icardo Flores M agón com
de la m edicina se producen en la N ueva E sp añ a y el m undo p le ta la n o tab le síntesis biográfica que se alza por encim a de
ibérico, con su herencia cultural m ora y ju d ía . De e s ta m an era las apologías, m anteniendo un consistente sentido crítico que
nos presenta una nueva y d etallad a lectu ra de la H istoria de la desagrega las equivocaciones políticas coyunturales de sus in
medicina en M éxico.. . , la cual refiriera sin m ayor com entario dudables ap o rtes a la form ación de la idea de nacionalidad. Con
en los capítulos II y III de Magia y medicina. E l proceso de razón A guirre B eltrán indica que:
aculturación en la estructura colonial. Ejem plo significativo de
constante y paciente laboriosidad intelectual, este a rtícu lo fue Flores M agón, antes que cualquier otro pensador m exicano, pone
publicado originalm ente en el tom o II de la H istoria de la m e en claro, 1) que la p a tria es u n a invención social, 2) que el con
dicina en México, ed itad a por el In stitu to M exicano del Seguro cepto insurge y se desarrolla con el capitalism o, 3) que el rasgo
Social en 1986. fundam ental que lo compone es el principio de la territorialidad,
y 4) que el carácter nacional que a m enudo adquiere es producido
El segundo a p artad o es p articularm ente interesan te. Los en por el condicionamiento cultural puesto en obra por la burguesía
sayos que incluye se refieren a R icardo Flores M agón, Moisés dirigente de una sociedad dividida en clases...
Sáenz, Rafael R am írez, Vicente Lom bardo Toledano y Lázaro
C árdenas. Tal vez las m ás originales ideas expresadas por A gui El a rtícu lo sobre R icardo Flores M agón fue p u b licado origi
rre B eltrán respecto a las tendencias y procesos políticos que nalm ente com o introducción de u n a antología e d ita d a p o r la
concurren en la formación del m oderno discurso n acio n alista U niversidad N acional A u tó n o m a de M éxico en 1970 (en la co
m exicano estén incluidas en estos artículos. En ellos exam ina lección B iblioteca del E stu d ia n te U niversitario), ilu stra d o con
los principales afluentes ideológicos de la Revolución M exicana, dibujos de A lb erto B eltrán .
como lo anuncia el títu lo de este capítulo. En los ensayos dedicados a Moisés Sáenz, R afael R am írez,
El tem a de la Revolución M exicana tiene un lugar especial en V icente L om bardo T oledano y L ázaro C árdenas, e stá n conte
la obra de A guirre B eltrán. Ha sido tra ta d o como referencia cen nidas las m ás brillantes páginas escritas por A guirre B e ltrá n
tra l p a ra explicar la relación ciencia-sociedad por cu an to hace a respecto a las tendencias y m ovim ientos políticos que se pro
la antropología, desprendiendo de este contexto la definición de ducen e n tre 1920 y 1940. Los plan team ien to s, contradicciones,
los contenidos y objetivos del indigenism o. Es tam bién el índice enfrentam ientos teórico-prácticos que se reg istra n en los p ro
que articula las num erosas páginas que en distintos m om entos gram as indigenistas de los regím enes revolucionarios o p eran
de su vida intelectual dedicara a la discusión de la “incau tació n como tem á tic as contextúales p a ra a d e n trarse en los planes for
de lo indio” y al proceso de aculturación, claves sociológicas males y su b terrán eo s de los program as indigenistas p u esto s en
p a ra la conformación de la identidad y la integración nacional. p ráctica por los sucesivos regím enes revolucionarios. De la tesis
El bisturí conceptual de A guirre B eltrán nos p rese n ta a R i integracionista de Sáenz (que p a rte de la alfabetización en len
cardo Flores Magón libre de las brum as que sobre su fig u ra guas vernáculas) a las propuestas asim ilacionistas de R am írez
política han urdido los enfoques históricos parciales. D escubri (que p ropugnan el m étodo directo y la supresión de la len g u a
mos así las raíces de su rom anticism o social; la im p o rta n c ia que m ate rn a ); de la discusión en tre m arxism o y nacionalism o que
en su formación ten d ría la lectu ra de P roudhon, B akunin, K ro singulariza el pen sam ien to in digenista de L om bardo T oledano,
potkin, M alatesta y M arx; las conexiones de su pensam iento a los propósitos de redención de C árdenas que m ovilizan a la
con la utopía de la com unidad m ítica (m an ifiesta en su agra- población in d ia a p a rtir de sus dem andas agrarias y la encauzan
rism o indianista); en fin, el contenido de sus ideales contrarios a su integración nacional. El itin era rio analítico to ca los p u ntos
al capital, al gobierno y al clero, que en la filosofía a n a rq u is ta diagnósticos de este periodo fu n d am en tal del proceso político-
vienen a ser “la trinidad som bría que causa la desigualdad so social resu lta n te del m ovim iento arm ad o de 1910. Es tam b ién
cial e im pide la libertad del hom bre” . Un d etallado análisis un in teresan te recuento evaluativo de los proyectos indigenistas
34 CRITIC A A N T R O PO LÓ G IC A . H O M B R ES E IDEAS
E S T U D IO I N T R O D U C T O R I O 35
que se diseñaron, crecieron y se transform aron o concluyeron Es tam bién el m om ento en que m uere M oisés Sáenz, precisa
entre las turbulencias de estas dos décadas: la cru z a d a civiliza- m ente (dice so rp rendentem ente A guirre B e ltrá n al concluir el
to ria concebida por Vasconcelos; la escuela ru ral; la E stación ensayo respectivo)
Experim ental de C arapán; las Misiones C ulturales; la C a sa del
E stu d ian te Indígena; las cam pañas alfabetizadoras, etc. Estos [... ] cuando la corriente desarrollista burguesa de la Revolución
proyectos e instituciones emergen de propuestas teó ricas, son triunfa sobre la populista ag raria y el indigenismo inicia su decli
consecuencia de patrocinios ideológicos. De form a ta l, su funcio nación.
nam iento e influencia se visualiza inserto en las contraposicio
nes y tendencias de filosofías políticas y educativas de diverso Los alcances de e s ta aseveración son, realm en te, am plios y
signo: espiritualism o pro testan te, pragm atism o, espiritualism o com plejos. D iscutirlos en detalle im plicaría e x am in ar a fondo
católico, positivism o (P roteo singular que v e rte b ra el p o rfiria to el cam ino que el p ensam iento de A guirre B e ltrá n h a seguido en
y reaparece transform ado en la naciente antro p o lo g ía m exi relación con los procesos políticos y sociales que pone en m arc h a
cana); populism o, anarquism o de robustos contenidos agrarios, la Revolución M exicana. Tengo la im presión de que este es un
etc. Se tra ta , en realidad, de un crisol gigantesco en el cual aspecto de su o b ra que se h a estu d iad o p eriféricam ente, com o si
el enfrentam iento de planes y proyectos es consecuencia de las no re g istra ra cam bios significativos a lo largo de cinco décadas.
pugnas ideológicas entre los grupos dirigentes que buscan el Al concluir estos esquem áticos com entarios a los ensayos que
control del a p a ra to gubernam ental. A guirre B eltrán nos con integran el segundo a p a rta d o de e s ta antología, no puedo p asar
duce, lúcido y analítico, por las turbulencias de este periodo por a lto un reciente estudio sobre el desenvolvim iento del que
singular de la Revolución M exicana. La destrucción del régim en hacer antropológico en M éxico, d u ra n te el periodo com pren
p o rfirista — nos dice en el artículo dedicado a R afael R am írez— dido e n tre 1920-1934. Se t r a t a del artícu lo “L a visión in te
no es realizada por una corriente revolucionaria u n ificad a en gral de la sociedad nacional” escrito por Ja im e N oyola R ocha
propósitos sociales y plataform a ideológica; la llevan a cabo p a ra el tom o II ( Los hechos y los dichos) de La antropología
fuerzas de distinto signo “que unas veces luchan ju n ta s y o tra s en M éxico.27 Sorprende, en v erdad, que en u n a pesq u isa que
lo hacen m anteniendo el conflicto que las s e p a r a ... Al m ovi pretende planos de exhaustividad y actualización in form ativa
m iento arm ado seguirá una pugna entre dos corrientes básicas. no se hayan aprovechado (p o r m ás que fuera p a ra co n fro n tar
Una, la que configuran los pequeños y grandes terrate n ie n tes los, o referirlos com o sim ple indicación bibliográfica) las con
de los estados norteños (representada por C arran za, O bregón, tribuciones de A guirre B eltrán en to rn o a Moisés Sáenz, R a
Calles y los presidentes títeres del m ax im ato )”. O tra , orienta fael R am írez y V icente Lom bardo T oledano, fig u ras del p en sa
su acción a p a rtir de los postulados an arq u istas y se origina m iento social en M éxico que, como hem os visto, p ro tagonizan
en el siglo X IX ; defiende un proyecto antifeudal, ag rario y an- definiciones políticas trascendentes d u ra n te el citad o periodo.
tim perialista. En el plano educativo, A guirre B eltrán asocia a La incertid u m b re crece cuando se com prueba que Noyola R o
la prim era tendencia las propuestas de Vasconcelos y Sáenz. cha an aliza la em ergencia de la antro p o lo g ía oficial m exicana
La llam ada educación socialista, que tiene su auge en 1934 y en relación con los grupos de poder d om inantes (el carran-
declina en 1945, curva que “corre paralela con la vida y o b ra cista inicialm ente, y el obregonista en seguida), p u n to de v ista
del m aestro Rafael R am írez” , son resultantes de la segunda que, com o antes se h a señalado, exterioriza A guirre B eltrán
posición. El inicio de la década de los años c u a re n ta (el fin muchos años a trá s , si bien desde un co n tex to an alítico dife-
del cardenism o, hay que recordarlo) m arca tam bién la agonía
de la tesis de Lom bardo Toledano en m ate ria indigenista, el 37 J. Noyola R ocha, “La visión integral de la sociedad nacional (1920-1934)”,
en La antropología en México. Los hechos y los dichos (1880-1986). t. 2. C. G arcía
esfuerzo m exicano m ás acabado “por nacionalizar u n a in te rp re M ora (coordinador), In stitu to Nacional de A ntropología e H istoria, colección Bi
tación m arxista del problem a del indio” , a c o ta n u estro a u to r. blioteca del INAH, México, 1987, págs. 134-222.
36 C R IT IC A A N TR O P O L Ó G IC A . HO MB R ES E IDEAS E S T U D IO I N T R O D U C T O R I O 37
rente. ¿Omisión involuntaria? ¿Desconocim iento de los ensa como hilo conductor las aportaciones de M anuel G am io a la
yos? ¿E rror de prim erizo? La incertidum bre crece m ás aún: m ateria. La disertación fue pub licad a en 1972 en la colección
En el artículo que sigue al de Noyola R ocha, titu la d o “La S E P /S E T E N T A S , como p a rte del libro M anuel Gam io: Arqueo
p ráctica social y el populism o nacionalista (1935-1940)” , A r logía e indigenism o dedicado a ex am in ar la o b ra del y a legen
tu ro E spaña C aballero incorpora en su bibliografía el artículo dario ancestro de la antropología m exicana. Se incluye aquí
de A guirre B eltrán sobre Moisés Sáenz, aunque deja fu era el de sin n in g u n a m odificación, salvo la de su títu lo original. E n
dicado a Lom bardo Toledano. C ada día estoy m ás convencido este ensayo G am io es observado como el p ensador y hom bre
de que en n u estra antropología hay algo parecido a u n a endoga- de acción en que concurren los aciertos y lim itaciones del que
mia bibliográfica (perdón po r el símil m atrim o n ial) que opera hacer antropológico en M éxico d u ra n te to d a u n a época. Des
como criterio selectivo de las fuentes en un im p o rta n te núm ero ta c a su papel com o guía que definió las líneas fundam entales
de estudios; aun en aquellos con pretensiones enciclopédicas, de la investigación y la p rác tic a , ta re a en la que se la m e n ta
propósito que, por cierto, se establece en un L im in a r p a ra La su fa lta de profundidad teó rica y de revisión a c tu a liz a d a de
antropología en M éxico, obra v asta que, como se sabe, alcan zará los p lanteam ientos e hipótesis, señalam iento crítico que refiere
doce tomos. originalm ente a Ju lio de la Fuente. A p a rtir de e s ta p ro p u esta ,
Concluyo indicando que el ensayo sobre Moisés Sáenz (con nuestro a u to r p a sa rev ista de aquellos pun to s donde el p e n sa
el subtítulo “El indio y la reinterpretación de la c u ltu ra ” ) se m iento de G am io acusa debilidad (su acen d rad o positivism o
publicó originalm ente como tex to in tro d u cto rio de u n a a n to que lo llevaría a negar valor a los conceptos y p rác tic a s de la
logía p reparada po r A guirre B eltrán p a ra Ediciones O asis, S.A., m edicina tra d icio n a l, por ejem plo), sin d ejar de reconocer el
en 1970. El artículo en torno a Rafael Ram írez apareció como ju sto valor de sus a p o rte s científicos y acciones po líticas que,
introducción a la selección de textos de este a u to r que editó ac erta d a m en te , son situ a d a s en su co n texto histórico.
S E P /S E T E N T A S en 1976. Tam bién la c ita d a ed ito rial p u b licaría T al vez el artícu lo m ás sólido de este c a p ítu lo sea el que ex a
en 1973 la notable síntesis biográfica sobre Lom bardo T oledano, m ina la r u ta seguida p o r el pen sam ien to in d ig en ista de Alfonso
que A guirre B eltrán entregara a M arcela Lom bardo p a ra que Caso. E n realid ad , se t r a t a de un excelente ensayo biográfico
cum pliera la función in tro d u cto ria al libro antológico E l pro en el que se conjugan la m ira d a cercana, de p rim e ra m ano
blema del indio. Finalm ente, el tex to sobre Lázaro C árd en as (que A guirre B e ltrá n obtiene com o resu lta d o de u n a la rg a con
tuvo su origen en una conferencia d icta d a en la Sociedad M e vivencia profesional y am isto sa), con la reflexión o b je tiv a y
xicana de Geografía y E stad ística en 1971. A pareció el m ism o crítica, n u trid a en influencias teóricas e ideológicas diferentes (y
año en el núm ero 4 de A m érica Indígena. h a s ta o p u estas). C aso, com o bien se indica, no es p ro p iam en te
E n el tercer capítulo se han reunido los escritos que A guirre un teórico social; su ap o rtació n al indigenism o se d e sta c a en
B eltrán dedicara a un selecto grupo de figuras de la a n tro térm inos de la organización del In s titu to In d ig en ista, sin dejar
pología m exicana: M anuel G am io, Alfonso C aso, J u a n C om as, de a d v e rtir la im p o rta n c ia de sus p u n to s de v ista en relación
Alfonso V illa R ojas, Julio de la Fuente y Angel P alerm . E n u n a con el a rte p o p u lar y la definición de la com unidad indígena
visión de conjunto, estos tra b a jo s representan u n a significativa y la caracterización del indio. P recisam ente, en este p u n to se
contribución al diálogo inconcluso entre la antropología y el detiene ex tensam ente A guirre B eltrán p a ra significar los a lcan
indigenism o, de ahí que tal aseveración titu le este a p a rta d o . ces y contenidos que tienen tales conceptos en el pen sam ien to
E n septiem bre de 1968 la Sociedad M exicana de A n tro p o de Caso, revisando los juicios críticos que, en su m o m ento, le
logía organizó un ciclo de conferencias con el propósito de eva fueran enfrentados. La cuestión d a pie a n u e stro a u to r p a ra
luar el estado de las investigaciones en los diferentes cam pos profundizar en el análisis de los estudios de com unidad y su
de la disciplina. A guirre B eltrán fue invitado a tr a ta r el te m a articulación a los program as indigenistas. E xplica, en seguida,
de la antropología social aplicada, análisis en el que siguió el proceso teórico y el co n texto político en el que em erge el
38 C R ÍT IC A A N TR O PO LÓ G IC A . H O M B R ES E IDEAS E S T U D IO I N T R O D U C T O R I O 39
concepto de integración regional que h a b ría de s u s titu ir al en Chichén Itz á , sigue por C han Kom , C ancuc, O x c h u c .. . , nom
foque com unitario de la acción indigenista. Com o se sabe, du bres vinculados al m undo m aya que se asocian a los de M orley y
rante el régim en presidencial de M iguel A lem án el indigenism o R edfield, guías intelectuales del destacado estudioso yucateco.
se transform a sustancialm ente, superando su orientación m era E ste artícu lo fue p rep arad o p o r A guirre B eltrán com o presen
m ente educativa, cen trad a en la com unidad, p a ra reorientarse tación al libro E studios etnológicos, m iscelánea que reúne las
por m edio de program as de alcance m últiple y c o b e rtu ra re m ás im p o rta n tes contribuciones de V illa R ojas, e d ita d o por la
gional. Es el m om ento en el que se inicia el llam ado enfoque u n a m en 1985.
integral que com prende la ejecución coordinada de proyectos El ensayo sobre Julio de la Fuente es resu ltad o de un en
de in fraestructura, salubridad, tecnificación agrícola, e tc ., de sam ble ed ito rial realizado b ajo mi e n te ra responsabilidad. Se
acuerdo con las exigencias del desarrollo c a p ita lista de la época. integró con los tex to s in tro d u cto rio s que A guirre B eltrán p re
R esta decir que el artículo fue concebido como prólogo p a ra p a ra ra p a ra Relaciones interétnicas y Educación, antropología
el libro Alfonso Caso: la com unidad indígena, de la colección y desarrollo de la com unidad, libros que el INI e d ita ra en 1965 y
s e p / s e t e n t a s , publicado en 1971.28 1964, respectivam ente. No se tr a ta , evidentem ente, de la glosa
El carácter m ilitante y polémico de los p lan team ientos in selectiva p re p a ra d a p a ra el P ensam iento antropológico e indi
digenistas de Juan Comas se sintetiza con acierto en la ne genista de Julio de la Fuente, libro-hom enaje e d ita d o p o r el INI
crológica que A guirre B eltrán escribiera p a ra A nales de antro en 1980 (con colaboraciones de R icardo Pozas, Isabel H orca-
pología, revista del In stitu to de Investigaciones A ntropológicas sitas, E vangelina A ran a, e n tre o tro s) que las bibliografías en-
de la u n a m , en 1980. Se destaca su com bate fro n tal a los p o stu dogámicas no reg istra n , desde luego. En e s ta com posición he
lados ideológicos del racism o en los planos políticos y científico. tra ta d o de reu n ir los juicios m ás im p o rta n te s incluidos en las
En efecto, se tr a ta de u n a destacada fig u ra de la an tro p o lo g ía dos diferentes introducciones. Sin em bargo, a p e sar de que el re
que las turbulencias nefastas del fascism o fra n q u ista exiló en sultado se tra d u c e en u n a am p lia visión de la o b ra de Ju lio de la
tierras m exicanas p a ra beneficio del quehacer disciplinario, n a Fuente, en mi m uy p a rtic u la r opinión creo que A guirre B eltrán
cional y latinoam ericano. El tono de la n o ta tra n s m ite el reco to d av ía debe a la h isto ria del pen sam ien to antropológico en
nocim iento afectuoso y profesional de quien pierde a un antiguo México, u n ensayo m ag istral sobre quien fuera uno de sus líderes
com pañero de andanzas intelectuales, con el que se com partió indiscutibles.
la cim entación del m oderno indigenism o. Com o es am p liam en te conocido, Ju lio de la F u en te y A gui
rre B eltrán m an tu v iero n u n a estrech a relación in te le c tu al y
El cuarto ensayo de este capítulo se dedica al análisis glo
política. C o m p artiero n experiencias a d m in istra tiv a s, escollos
bal de la o b ra de Alfonso V illa R ojas, seguram ente uno de
burocráticos, éxitos institucionales. F ecundaron m u tu a m e n te
los etnógrafos m ás im portantes de la antropología m exicana.
sus p aradigm as e hipótesis sobre fenóm enos diversos: la e s tra
El trazo biográfico preparado po r A guirre B eltrán sigue p u n
tificación in tra é tn ic a (que refieren a un sistem a de c a sta s), las
tu alm ente los pasos de la form ación académ ica y las ta re a s de
relaciones in terétn icas, la integración regional, etc. C oetáneos,
investigación que em prende Villa R ojas, sin p erd er el contexto
incorporados a la antropología a p a rtir de cam pos profesiona
que refiere al desarrollo de la disciplina y a circunstancias so les diferentes, nacidos en la provincia veracru zan a, cam arad as
ciales con las que é sta se articula. El periplo p a rte de la vieja
indigenistas y am igos en trañ ab les, p o d ría decirse que sus nom
bres e stá n escritos en el m ism o renglón del lib ro del destino,
2* Pese a su indiscutible im portancia p a ra la historia del pensam iento an tro
pológico en México, este ensayo tam poco fue considerado significativo en las refe recordando la herm osa fórm ula de Shakespeare.
rencias bibliográficas de la monografía “La época de oro (1940-1964)” red actad a El libro concluye con la n o ta necrológica de Angel P alerm
por Javier Téllez O rtega p a ra La antropología en México. Los hechos y ¡os dichos
(1880-1986)... op. cit., págs. 289—338. Es obligado recordar aquí la reflexión del
Vich que A guirre B eltrán p u b licara en A m érica indígena, n ú
latino T erendano Mauro: “Del espíritu del lector depende la su erte de los libros.” m ero de enero a m arzo de 1981. L a p resencia en la an tro p o lo g ía
40 C R IT IC A A N TR O PO LÓ G IC A . H O M B R ES E IDE AS E 3 T U D IO IN T R O D U C T O R I O 41
m exicana de este discutido (y por ello notable) teórico es dibu tenido polém ico, los an alistas de la o b ra de A guirre B eltrán
ja d a con el estiló analítico característico de n u estro a u to r. S itúa debem os ten e r m uy en c u en ta la recom endación de M anuel
su obra en el entram ado de un complejo conjunto de relaciones M oreno Fraginals (el notab le h isto riad o r cubano a quien ta n to
político-sociales e influencias teóricas e ideológicas. Vemos así debe la historiografía de la población afroam ericana) en el sen
cómo el com batiente de las Brigadas Internacionales cruza el tido de e n fre n ta rla con la ó p tica que im plica la nueva lectura o
A tlántico al triunfo de la barbarie falangista, y tra n s te rra d o en la contralectura de un clásico, ta l como lo señ alara al referirse
México em pieza a tra n sita r la ru ta del quehacer antropológico a La población negra de M éxico, lo que supone
h a sta alcanzar u n a posición protagónica. El acercam iento es
detallado y profundo; concerta erudición, inform ación de tono [ ...] volver a enfrentarse con un libro, viejo amigo, a quien no vimos
in tim ista, sólido conocim iento del decurso del p en sam ien to so durante muchos años, que de pronto comienza a contarnos cosas y
cial y, desde luego, la cálida emoción del afecto. a m ostrarnos paisajes por los cuales en u n a época transitam os a
ciegas. N aturalm ente que no es el libro el que se ha transform ado,
sino el lector quien descubre todo lo que tiene que aprender de los
clásicos y, lo que es m ás, todo lo que de ellos aprendió.39
R evisar los num erosos y variados juicios críticos que se han
expresado en relación con la obra de A guirre B e ltrá n es u n a
Es verdad que las form ulaciones críticas que en fre n ta n o sig
ta re a que desborda los lím ites de este esquem ático ensayo. C in
nifican la im p o rta n c ia de la producción de 'A guirre B e ltrá n son
cuenta cuartillas apenas han sido suficientes p a ra p re se n ta r al
num erosas en extrem o, p ero fa lta el to q u e de c o n ju n to capaz
lector u n a introducción al contexto social y académ ico en que
de c o n certar la biografía con la c a rre ra in te le c tu al, y é sta con
se gesta su carrera intelectual, esbozar su lu g ar en el desarrollo
su activ id ad p o lítica. En ta n to intelectu al orgánico, vinculado
de la antropología m exicana y hacer un recuento sum ario de
al desarrollo de la nueva sociedad que em erge con la nación que
sus aportaciones científicas. E stas anotaciones prelim inares se
se diseña al am p aro de la revolución dem ocrático-burguesa de
han vinculado a la actividad política de nuestro a u to r; de form a 1910, es preciso situ arlo en el conjunto de relaciones sociales
tal, sus planteam ientos teóricos se han analizado asociados a la que define intrínsecam ente su papel científico y político. En
p ráctica social del poder. térm inos de la je ra rq u ía c u alitativ a de los intelectuales pro
El ejercicio intelectual y político de A guirre B e ltrá n esp era p u e sta por G ram sci, se t r a t a de un creador que, a diferen
tod av ía que se le haga un estudio profundo, capaz de d a r c u e n ta cia de los organizadores y educadores, h a logrado pro y ectar la
de sus planos cognoscitivos y, paralelam ente, de sus perfiles influencia de su p ensam iento ta n to en la sociedad p o lític a como
ideológicos. El requerim iento, por cierto, sería ú til no solam ente en la sociedad civil; la praxis en su cabal sentido, en donde
en térm inos de elucidar los alcances de su o b ra antropológica com prender al m undo y m odificarlo son valores idénticos.30 La
en p articu lar sino po r la contribución que significaría p a ra la h isto ria del conocim iento es tam bién u n a de las h istorias del
histo ria de la antropología m exicana, to d a vez que en ella con poder. E n este c u a d ra n te analítico, G onzalo A guirre B eltrán
curren las influencias teóricas, las hipótesis y p arad ig m as, los constituye un p a rtic u la r ejem plo de organicidad e n tre el pensar
aportes y las lim itaciones que han configurado y caracterizad o y el hacer, frentes contiguos que h a n in stru m e n ta d o d u ra n te casi
a la disciplina d u ran te el últim o m edio siglo. La h isto ria de m edio siglo un ascendente esfuerzo de hondo contenido político
las ideas políticas en México se beneficiaría, sim u ltán eam en te,
al asom arse cuidadosam ente al papel que sus planteam ientos 29 M. M oreno Fraginals, “H acia u n a nueva lectu ra de La población negra de
indigenistas han tenido en la conform ación de la ideología n a México" MS. p reparado p a ra ser leído en el hom enaje a Gonzalo A guirre B eltrán
organizado p o r el In stitu to Veracruzano de C u ltu ra en noviem bre de 1987.
cionalista, sin perder de v ista la ru p tu ra ideológica que em pieza 30 A. G ram sci, La Jorm ación de los intelectuales, G rijalbo, México, 1967, pág.
a expresarse en su pensam iento d u ran te la ú ltim a década. A 25; y Los intelectuales y la organización de la cultura, Nueva Visión, Buenos
p a rtir de un enfoque crítico, provisto incluso de un fu erte con Aires, 1972, pág. 16.
42 CRÍTIC A A N TR O PO LÓ G IC A . H O MBRES E IDE AS
F é l ix B á e z - J o r g e F R A N C IS C O JA V IE R C L A V IJE R O
43
3 14 C R Í T I C A A N T R O P O L Ó G IC A . H O M B R E S E ID EAS E L D I Á L O G O IN C O N C L U S O 315
norm alista; su capacidad como en señ an te deriva de ser pasante esto es, la investigación de las form as de vida del indio m aya
de bachiller de la U niversidad N acional del Sureste, con miras j en el presente. Es a u to r pionero de u n a o b ra m onográfica so
a seguir u n a carrera universitaria; p ero in q u ie tu d e s juveniles y bre T epoztlán, e d ita d a el m ism o año de su arribo a Y ucatán,
necesidades de ganarse la vida antes de lo esperado, le obligan que contiene u n a te o ría novedosa sobre el cambio sociocultu-
en 1927 a buscar y acep tar labores de docencia prim aria. Una ral. Con ta l o b ra , a d em ás, in au g u ra en México los estudios de
circunstancia fo rtu ita , su viaje a C hichén com o acompañante comunidad siguiendo a lo lejos un p a tró n im plantado por el
del inspector escolar, le hacen conocer y tra b a r am istad con sociólogo R o b ert P a rk en C hicago p a ra la comprensión de los
Morley. E ste insinúa y g u ía, en el g u sto p o r la h isto ria maya al asentam ientos citad in o s. L a com unidad folk propalada por el
m aestro ru ra l, al p u n to de convertirlo en asid u o visitante del etnoantropólogo es u n a sociedad en gran m edia autocontenida,
cam pam ento y de su staff. P o r fo rtu n a V illa, adem ás del caste lenta en su proceso de desarrollo y alérgica al cambio. Develar
llano m aterno y el m aya yucateco que a p ren d e de sus alumnos, cómo se rea liz a en tale s circunstancias la transform ación social
dom ina el inglés y el francés con d e stre za b a s ta n te para leer y el intercam bio c u ltu ra l e n tre la ciudad castellana y la aldea
las obras que en esas lenguas le p ro p o rc io n a en préstam o su india es lo que lleva a R edfield a Y ucatán.
nuevo y generoso am igo. M ás a d e la n te , viendo sus progresos, le Su p lan de tra b a jo com prende el estudio de u n a comuni
encom ienda en 1933 la investigación arqueológica del saché o dad fo lk en su original ordenam iento; u n a com unidad folk en
vía sacra que conectaba Y axuná con el g ra n c e n tro ceremonial desorganización o cam bio; u n a villa m estiza y una ciudad m o
de Coba; los resultados son publicados en 1939 p o r la propia derna. M érida es obligadam ente la urbe escogida y en ella sitú a
Institución C arnegie, lo que le d a a V illa R o ja s oportunidad de al antropólogo a u x ilia r Asael Hansen p a ra que investigue el
ser conocido internacionalm ente. punto cero donde se orig in a el cam bio urbano-rural. Elige la
Si bien los tra b a jo s de M orley son fundam entalm ente ar villa de D z itá s com o segundo sitio de observación, debido se
queológicos, el proyecto C arnegie, a cargo de Alfred Kidder guram ente a su cercan ía al cam pam ento de Chichén, donde
en W ashington, no pretende qu ed ar red u cid o al solo campo cuenta con el apoyo de M orley y su equipo, y se reserva su
de las antigüedades. C om prende, ad em ás, el estudio integral encuesta en colaboración con la esposa M argaret P ark . La se
del procurrente yucateco y de las c u ltu ra s m ayas realizado por lección de C h an Kom com o la com unidad fo lk en transición es
un equipo interdisciplinario en el que K idder u b ica a especia el resultado de u n accidente fo rtu ito . Con el aval de Morley,
listas en geografía, b o tán ica, zoología, a g ric u ltu ra , medicina, la enferm era del cam pam ento de Chichén, K atheryn Mackay,
arq u itectu ra, an tro p o m etría, etnología y lingüística. Es proba propone a R edfield com o auxiliar al m aestro de C han Kom,
ble que el proyecto Carnegie te n g a su fu en te de inspiración Alfonso V illa R ojas y, consecuentem ente, la aldea como el lugar
en el estudio que M anuel G am io lleva a cab o en Teotihuacán, adecuado p a ra e stu d ia r el cam bio sociocultural. L a búsqueda
publicado en 1922, prim ero al parecer de e ste género de antro de la com unidad fo lk original es difícil; el territo rio trib al se en
pología. G am io concibe el estudio antropológico, a la manera cuentra en a b ie rta rebelión desde la g u erra de castas del siglo
de su m aestro Franz Boas, como u n a to ta lid a d que incluye el anterior. El ejército m exicano c a p tu ra en 1901 el últim o bastión
conocim iento de su o b jeto desde los ángulos d istin to s de las dis independiente, C han S a n ta Cruz; pero no es capaz de som eter a
ciplinas que com ponen la an tro p o lo g ía y las ciencias exactas. los indios que se dispersan p o r los refugios de la selva. En abril
Esto explica el ingreso al equipo C arnegie en 1929, de George de 1931 R edfield y V illa hacen un recorrido por los lím ites del
S hattuck, epidem iólogo, y en 1930 de M orris Steggerda, an cacicazgo de X -C acal; pero no logran p e n e trar el corazón del
tropólogo físico; R alph Roys, e tn o b o tá n ic o y R o b ert Redfield, territo rio . E n diciem bre de 1932 V illa se hace pasar por arriero,
antropólogo social, que a poco se convierten en eminentes ma- tra b a am istad es en algunas aldeas y se re tira con el propósito
yistas. R edfield llega a Chichén a fines de 1930 y bajo su enco de regresar m ejor provisto.
m ienda y responsabilidad se pone la pesq u isa del dato étnico, El estu d io de C han Kom se resuelve sin contratiem pos. Vi-
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lia renuncia a su p laza de m ae stro y se in c o rp o ra al proyecto dad realizado p o r un antropólogo m exicano en calidad de autor
Carnegie. Diez meses an tes, en febrero de 1930, in icia un diario singular. L a redacción de la m onografía y la versión al inglés
que recoge los aconteceres salientes del pu eb lo , a veces d ía a llevan tiem po; el necesario p a ra llenar huecos y corregir errores;
día, h a s ta noviem bre de 1931; en él quedan reg istra d as notas finalm ente es p u b lic a d a en 1945 con el nom bre de The Maya o f
sobre movilización de residentes y ex tra ñ o s. Al ser llam ad o por East C entral Q uintana Roo, p o r la Carnegie Institution. Alfred
R edfield, éste le a d ie stra en las técnicas del tra b a jo de cam po: Tozzer y G eorge F oster en E stados Unidos, C alixta G uiteras e
censos, genealogías, registros y observación p a rtic ip a n te en la Ignacio R ubio M añé en M éxico, escriben reseñas acogedoras; sin
vida privada y pública. E n la p rá c tic a q u e d a encargado de la embargo, la versión en castellano ta rd a en aparecer. Es preciso
recolección del m aterial etnográfico d u ra n te poco m enos de dos esperar a que el INI la publique en 1978 con el títu lo de Los ele
años. El tra b a jo te rm in a a fines de 1931 y el in vestigador sénior gidos de D ios: Etnografía de los m ayas de Q uintana Roo. Villa
dedica to d o el año de 1932 a la redacción de la m onografía; a aprovecha la ocasión p a ra discu tir nuevas ¡deas sobre las mi
principios de 1933 la discute con el info rm an te prin cip al E u sta graciones arqueológicas en el p ro cu rren te y agrega un apéndice
quio Cerne y con el investigador jú n io r. La o b ra sale im p resa por intitulado “L a g ran transform ación, 1935-1977” , a la m anera
la Carnegie In stitu tio n de W ashington en 1934 con el títu lo de de un reestudio c u a re n ta y dos años después del prim ero. La
Chan K om : A M aya Village, com o estu d io c o n ju n to de Redfield tribu X -C acal, bu en o es decirlo, no es p o rta d o ra de una cul
y Villa. El crédito que el a u to r sénior o to rg a a V illa, adem ás de tu ra m aya original; el proceso de aculturación que experim enta
m o strar la honradez del antropólogo prin cip al, eleva al autor durante la dom inación española no p asa sin dejar huellas. La
jú n io r de un solo golpe al nivel académ ico. Es evidente, sin cultura d e sc rita p o r V illa en 1935 no es la m ism a de 1519, es
em bargo, que la inteligencia de V illa y su a d ie stra m ie n to en una c u ltu ra colonial en la que se advierte — particularm ente en
servicio no pueden suplir la enseñanza u n iv ersita ria . Redfield, lo que a ta ñ e a religión— el profundo im pacto que un régimen
profesor en el d e p a rtam e n to de a n tro p o lo g ía de la Universi de fuerza tien e en la transform ación social. La Revolución Me
dad de Chicago, le abre las p u e rta s del conocim iento científico xicana, al cu lm in ar con C árdenas la redistribución agraria y,
otorgándole el rol de alum no, p recisam en te en los m om entos con p o ste rio rid ad , la integración territo rial m ediante la cons
en que Alfred Radcliffe-B row n, d estacad o antropólogo inglés, trucción de cam inos asfaltados tra n sfig u ra a la vieja trib u en
im p a rte su célebre curso sobre el m éto d o de la antropología una com unidad cam p esin a m exicana.
social. Es, sin em bargo, el am biente académ ico, donde sigue los V illa regresa a C hicago al térm ino de su estancia en Tusik, a
cursos regulares de la c arrera, unido a la le c tu ra y discusión fin de co n tin u a r sus estudios universitarios, y y a con carácter de
de tex to s antropológicos los que van form ando com o etnólogo, investigador de p la n ta de la Carnegie In stitu tio n de W ashing
paso a paso, al que fuera m aestro ru ra l de C h an K om . ton; p ero su residencia la establece en Chicago, siem pre ligado
P asan dos años y Villa se rein co rp o ra a la investigación; du al d e p a rta m e n to de antropología de la citad a universidad y a
ran te once meses, 1934-1935, rad ic a en T usik, p e q u e ñ a ran sus profesores R edfield, Radcliffe-Brow n y otros. En 1938 hace
chería con 116 h a b ita n te s de la trib u X -C acal. Las relaciones un viaje a M éxico de siete sem anas d u ran te las cuales recorre
de estrech a a m ista d que M orley cu idadosam ente fo rja a lo largo a caballo la zona tze lta l de C hiapas con el propósito de encon
de su prolongada estan cia en Chichón d esp ejan recelos y abren a tra r un lu g ar donde realizar un nuevo tra b a jo de cam po. P ro
V illa, y a su esposa Dolores Góm ez Izquierdo que le acom paña, ducto de ta l reconocim iento son las N otes on the ethnography o f
la posibilidad de ser acogidos sin reserva y o b ten e r el consenti tzeltal co m m u n ities o f Chiapas, redactadas conjuntam ente con
m iento p a ra vivir e n tre ellos, u n a vez leíd a al vecindario la carta Redfield y publicadas por la Carnegie. En 1939 acom paña a
de introducción p rovista p o r M orley; el rapport que los V illa es Bronislaw M alinowski en la v isita que hacen a la ciudad de Oa-
tablecen con los tribeños lleva a la investigación p o r un camino xaca, no pudien d o continuar con él, debido a los compromisos
sin dificultades y d a com o fru to el p rim er e stu d io de comuni que y a te n ía con la C arnegie. En m ayo de 1942, a instancias de
320 C R I T IC A a n t r o p o l ó g i c a , h o m b r e s e i d e a s EL D IÁ L O G O IN C O N C L U S O 321
RedfieJd, inicia la etnografía de los tzeltales de C hiapas; halla el Alfonso V illa R ojas; con lo dicho b a s ta p a ra docu m en tar el be
lugar propicio en Yochib, pequeño p a ra je ubicado en el vértice neficio que re d u n d a de la publicación de la p a rte dispersa de su
donde confluyen — Oxchuc, T enejapa y C an cú n — tre s comu producción, re d a c ta d a en fo rm a de artículos y ensayos breves,
nidades folk de lengua tzeltal y perm anece en él h a s ta abril sobre los pueblos m ayances y aledaños, como un com plem ento
de 1943. R e to rn a en diciem bre del m ism o a ñ o de 1943 y sale a las obras m ayores.
del p a ra je en ju n io de 1944. L a e sta n c ia pro lo n g ad a, con pausa Los estudios de com unidad en general, y los realizados por
interm edia, le facilita recoger a b u n d a n te m a te ria l etnográfico. Villa en lo p a rtic u la r, tienen u n a grave lim itación; reducen su
Con solicitud lo selecciona, o rd en a y a rm a en cap ítu lo s, dándole objeto a u n a p eq u eñ a com unidad que, com o en el caso de Tusik,
p o r títu lo : N otas sobre la etnografía de los indios tzeltales de no pasa de 116 h a b ita n te s. Desde luego este enfoque tiene la
Oxchuc, 1946, y produce p o r in ac a b a d a, la o b ra m ás bella, inte ventaja de e stu d ia r u n a m u e stra hom ogénea y p a rticip a r obliga
resan te y did áctica de la e tn o g rafía m exicana. O scar Lewis, años dam ente en ella de m an e ra p u n to m enos que to ta l. Sin em bargo,
m ás tard e , siguiendo u n a técnica sem ejan te y perfeccionada por cuando la com unidad es au to co n ten id a, y lo es en la m ayoría de
el uso de g rab ad o ra, tam bién a rm a los m ateriales b ru to s en una las ocasiones, im pide d escubrir con p resteza el nexus de las re
secuencia coherente, p a ra co n stru ir relato s que el curioso lector laciones e x te rn as, ta n to las que establecen en tre sí las pequeñas
convierte en lite ra tu ra de ficción, en best sellers realistas. Villa com unidades c u a n to la trib u en su conjunto con el m undo en
tiene m ejor suerte; su o b ra m ag n a perm anece resg u ard ad a en volvente, con la sociedad nacional hegem ónica que la p e n e tra
la biblioteca de la U niversidad de C hicago, com o el núm ero 7 m ediante el intercam bio económ ico, el comercio itin era n te de
de la M icrofilm Collection o f M anuscripts on M iddle Am erican arrieros y la ex tracción de chicle por com pañías tran sn acio n a
Cultural Anthropology. Se esp era que el In s titu to de Investiga les y sus interm ediarios. D ebido a ello, el antropólogo se ve
ciones A ntropológicas de la U niversidad N acional A utónom a de aprem iado a u tiliz a r, adem ás de la m onografía etnográfica, el
M éxico, lo dé a conocer en un fu tu ro próxim o. ensayo en fo rm a de artícu lo , con el fin de d iscutir form as de
D u ran te su la rg a y fecunda vida — que el Dios Suprem o, Gran cultura específicas y com pararlas con sus sem ejantes en la a n
Chac Padre, le conserve m uchos años— V illa co n tin ú a incan tigüedad o en la m ism a á re a c u ltu ral. D e este m odo se establece
sable su labor productiva. De 1947 a 1954 se desem peña como una interacción e n tre el pasado y el presente que tiene la vir
d irector del d e p a rtam e n to de estudios sociales de la Comisión tud de ilu m in ar hechos oscuros o m al in te rp re ta d o s en tiem pos
del P ap alo ap an a cargo de una investigación de altos vuelos. idos m ed ian te su c o n tra ste con la configuración que esa form a
Involucra a u n a docena de antropólogos y o tro s científicos so cultural tiene en la a ctu alid ad o, bien, explica u n a institución
ciales en el conocim iento de las com unidades jaro ch as de la borrosa de nuestros días con la docum entación rescatad a por
b a ja cuenca del P apaloapan y en los procedim ientos que re los cronistas coloniales, donde hay a m enudo inform es sobre
m edien la su erte adversa que corren las poblaciones indias — la función que p atrones culturales específicos cum plen en la
m azatecas, chinantecas, zapotecas y m ixes— al ser movilizadas sociedad prehispánica.
de las tie rra s ancestrales con m otivo de la construcción de una V illa hace p a rtic u la r buen uso de este enfoque, m étodo etno-
gran represa. T ra b a ja de 1955 a 1977 en el In s titu to Nacional histórico, en tres tópicos reiterados en la c u ltu ra m aya arcaica
Indigenista y en el In stitu to In digenista Interam ericano ocu y, tam bién, en la actual; a saber: el carácter de la tenencia
pado en la im plem entación de planes de desarrollo en regiones de la tie rra antes del co n ta c to del hom bre de occidente con el
interculturales de refugio o en proyectos internacionales de do indio y después de él; el uso del concepto nagual como recurso
cencia; p a ra reto rn ar a la investigación en el Research Institute de control social e n tre los m ayas prehispánicos y los contem
f o r the S tu d y o f M an de N ueva York y en el In s titu to de Inves poráneos; y la persistencia de la organización social b asad a en el
tigaciones de la u n a m , de 1979 a la fecha. No es sin em bargo mi parentesco, específicam ente en linajes patrilineales exogám icos,
intención hacer un recuento exhaustivo de la ex ten sa labor de varios de los cuales unidos constituyen un calpul y dos o m ás
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yor a la teo ría educativa, tam bién e n tró a la antropología por se incorporan a las b rig ad as internacionales en defensa de la
los canales de la educación. Su a u to r, al in tro d u c ir el análisis República. Ju lio de la Fuente perm anece en México. La pul
antropológico en la p rác tic a de la enseñanza, va paso a paso verización del g ru p o y un accidente — la lesión en un ojo que
descubriendo finalidades, e s tru c tu ra s, m etodologías e interrela- sufre el 5 de febrero de 1937— tuercen su destino. El agitador
ciones, que redefinen la educación ru ra l y la educación indígena, social que h a b ía en él deja de existir y nace el a n a lista social
otorgándoles cim ientos m ás científicos y m ás hum anos. de proyecciones fecundas.
Com o tan to s otros estudiosos que p ro d u jo la Revolución, Ju La Revolución M exicana, la prim era de las grandes revolu
lio de la Fuente en gran p a rte se form ó a sí m ism o. Nacido en ciones sociales del siglo, ejerció sostenida atracción y despertó
un pequeño lugar del trópico veracruzano, h acia 1905, repre enormes sim p atías en los estudiosos norteam ericanos de las
sen ta, en el paisaje intelectual de su tiem po, u n a m anifiesta ciencias sociales. M uchos de ellos estuvieron a te n to s a las tra n s
desviación de la personalidad básica del jaro c h o , bullanguero formaciones que se o p e ra b a n en M éxico y, algunos, no resistie
y extrovertido. En San Lorenzo de C erralvo, su pueblo nativo, ron la ten ta ció n de ofrecer su personal contribución al proceso
hoy llam ado Y anga en honor del negro cim arrón que ganó su de cam bio. E n tre esos estudiosos se co n tab an dos antropólogos
fundación y en los pueblos aledaños p a sa los prim eros años de —M auricio Sw adesh y Jules H enry— , uno especializado en
la infancia y los de la instrucción p rim a ria. En la ciudad de lingüística y el o tro en antro p o lo g ía social, que influyeron no
C órdoba, la urbe de la región, cursa los estudios secundarios toriam ente en Ju lio de la Fuente. El prim ero enseñándole el
y p reparatorios. Se tra sla d a a la cap ital de la R epública y se cam ino de la aplicación, ob jetiv am en te controlada; el segundo
inscribe, de 1923 a 1926, en la facu ltad de C iencias Q uím icas de haciéndole com prender el valor del análisis científico, rigurosa
la U niversidad Nacional. A ntes de concluir la c a rre ra abandona m ente conducido.
las aulas y se em plea en u n a factoría. La in h ab ilitació n tem p o ral de la v ista, los incentivos c u ltu ra
El co n tacto con obreros de fran ca filiación p rogresista lo les recibidos en el c o n ta c to con científicos sociales y la in satis
lanza a la av entura y, en 1928, se establece en N ueva York como facción ín tim a del papel ap resurado que venía desem peñando,
m ilitan te de u n a de ta n ta s ligas a n tiim p erialistas, dispuestas a p erm itieron a Ju lio de la Fuente, la p a u sa indispensable p a ra
difundir la revolución social por los ám bitos de la A m érica. T ra reflexionar seriam en te acerca de los propósitos, las m otivacio
b a ja como d ib u jan te, p in to r, tra d u c to r y, d u ra n te la depresión nes y la eficacia de las p a u ta s de co n d u cta del g ru p o al que se
de 1929, como platero. La gran crisis c a p ita lista lo hace volver h a lla b a afiliado. L a urgencia de conocer a la población, sujeto
en viaje de retorno a la p a tria chica. Llega a X a lap a en 1932, de la p réd ic a revolucionaria surgió evidente com o conclusión y
atra íd o por el m ovim iento radical que allí florecía; to m a p arte el enfoque antropológico p ro p u esto p o r G am io, como el in stru
en la form ación del grupo R u ta y obtiene u n a p laza de m aestro m ento m ás ex p edito p a ra llegar a ese conocim iento.
ru ra l, que le p e rm ite q uedar com isionado en la Liga de Com uni Un núcleo étnico, el z ap o teca de la S ierra de Ju á re z , y una
dades A grarias. E n tra así en co n tacto con los cam pesinos, p ara com unidad en especial, Y alalag, fueron elegidos p a ra iniciar la
quienes ¡lu stra carteles, escribe periódicos y crea, en fructuosa com prensión necesaria. Con las escasas arm as que le sum inis
asociación, los libros escolares b a ra to s, cuyas series Sim iente y tra ro n la le c tu ra del Teotihuacán de G am io y el Tepoztlán de
V ida trascienden los lím ites de la en tid ad . R edfield, se lanzó a u n a investigación que h a b ía de d u rar años
En 1935 el g rupo de que form a p a rte p asa a la ciudad de y que le obligaron a un co n stan te ir y venir e n tre la ciudad de
México y p a rtic ip a en la fundación y dirección de la Liga de Es México y el cam po. P o r entonces asistió, ocasionalm ente, a los
critores y A rtistas Revolucionarios. Las actividades del grupo cursos que d ictab an O thón de M endizábal y K irchhoff en el
veracruzano se am plían m ás allá de las fronteras nacionales; recién inau g u rad o In stitu to Politécnico Nacional.
la LEAR afilia a m ilitantes antifachistas, nacionales y ex tran En 1939 los estudios antropológicos recibieron un im pulso
jeros, algunos de los cuales, al sobrevenir la g u e rra española, inusitado. Alfonso Caso fundó el In stitu to , la Escuela y la So
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ciedad de A ntropología, que llevan y a veinticinco años de labor Ha intervenido en num erosos sem inarios, m esas redondas,
fecunda, y en ellos tuvieron acogida calu ro sa los arqueólogos, asambleas y congresos científicos, nacionales e internacionales,
historiadores, lingüistas y etnólogos, la m ayoría de ellos au a los que lo h a n llevado intereses académ icos diversos de los
tod id actas, dispersos por num erosas in stitu cio n es científicas o cuales el presen te volum en sólo publica los conectados con la
docentes. Ju lio de la F uente encontró un sitio en el In stitu to educación. Su curriculum vitae es am plio, como lo son tam bién
al ser descubierto p o r Caso en las sesiones del C ongreso de sus tra b a jo s im presos y m anuscritos. En 1949 apareció su inves
A m ericanistas que ese m ism o año se celeb rab a en México. En tigación e tn o g rá fic a fu n d am en tal: Yalalag, una villa zapoteca
el Congreso Julio de la Fuente presentó tres estudios pioneros serrana, e d ita d a por el i n a h . S u s contribuciones a la an tro p o
— uno acerca de la educación, o tro referente a la m edicina y el logía son im p o rta n te s en los capítulos de la educación y en el
últim o a las relaciones étnicas— que señalaron líneas de interés de relaciones in te rétn ic a s.
que m ás ta rd e h a b ría de perfeccionar.
En el año de 1940 De la Fuente red actó u n a ponencia en la
Bronislaw M alinowski, fundador de la an tro p o lo g ía funcional que describe los conflictos originados en la organización in te rn a
b ritánica, experim entó, al igual que o tro s científicos sociales, el de las com unidades indias, las form as que to m a su e stru c tu ra ,
llam ado apasionante de la Revolución. Teórico y p ráctico emi las categorías e incom patibilidades de su estratificació n y el
nente de la dinám ica c u ltu ral, ad v irtió la trascen d en cia de los carácter de las relaciones intercom unales. En los años siguien
cam bios que el m ovim iento generaba y, lo que es m ás im por tes, h a s ta 1962, en que resum e ta n to sus propios tra b a jo s, como
ta n te , la o p o rtu n id ad única que se le ofrecía p a ra observarlos en los realizados p o r o tro s investigadores, en un artículo prep arad o
el m om ento y en el lugar en que éstos se efectuaban. C ontando para el Handbook o f M iddle A m erica n Indians, insiste el a u to r
con el patrocinio del In stitu to de A ntropología em prendió, en en el m ism o te m a y en sus variaciones, perfeccionando la ob
1939, la investigación de una in stitu ció n económ ica clave: el servación y la in terp retació n .
m ercado de O axaca. Julio de la Fuente fue escogido como ayu
De la Fuente ab o rd ó el tem a en sus com ienzos, d e n tro del
d a n te del m aestro y en la distribución del tra b a jo le fue asig m arco conceptual de los prejuicios del m om ento. La Revolución
n a d a u n a gran p a rte de la encuesta. Su contribución fue tan M exicana h a b ía alcanzado un im pulso sorprendente b a jo la ad
destacad a que M alinowski, al re d a c ta r poco an tes de su m uerte
m inistración radical de L ázaro C árdenas y la élite dirigente des
lo que h a b ría de ser la versión final del inform e, no dudó en b o rd ab a u n a ilim ita d a confianza en la capacidad que creía tener
inscribir el nom bre del estu d ia n te como au to r júnior. p a ra a ta c a r con éxito los problem as ancestrales del país; entre
En 1940 Ju lio de la Fuente contribuye a fo rm u lar las con ellos la su erte adversa de la población indígena que, conform e
clusiones a las que llegó, en m a te ria de educación, el Congreso con la ideología y la fraseología revolucionarias, era llam ad a
Indigenista de P átzcu aro . En 1941 recibe, de M alinowski y Mur- la clase indígena. El problem a p arecía reducirse a la liberación
dock en la U niversidad de Yale, y, en 1944, de R edfield y Tax, en de la clase e x p lo ta d a p o r la burguesía; ésta, afo rtu n ad am en te,
la U niversidad de Chicago, cursos que rea firm a n y m ad u ran su h ab ía sido vencida p o r el m ovim iento revolucionario. Por en
vocación antropológica y lo sitú an en la an tro p o lo g ía m exicana tonces, to d a v ía se ech ab a sobre los hom bros de los m aestros
como un a n a lista social m ayor. En 1946 a c tú a com o profesor rurales la ím p ro b a ta re a liberadora.
visitan te de la U niversidad de Fisk y desem peña, a p a rtir de en El c o n ta c to d irecto con poblaciones indias al través de la
tonces, plazas docentes o ad m in istrativ as en la E scuela Superior observación p a rtic ip a n te , p ro n to hizo ver que las cosas no eran
de M edicina R u ral, en el In stitu to de A lfabetización en Lenguas ta n sencillas com o en un principio se suponía. No siem pre era
Indígenas, en la Dirección G eneral de A suntos Indígenas, en el posible distin g u ir con certeza a los indios, in teg ran tes de la clase
P a trim o n io Indígena del Valle del M ezquita! y, de 1951 a la fe ex p lo tad a, de los m estizos burgueses que con ellos convivían.
cha, en el In s titu to N acional In digenista, donde ocu p a el cargo Las características raciales, desde luego, carecían de valor p a ra
de Jefe de la Com isión Técnica C onsultiva. diferenciar a los nativos de sus mezclas; las características cul
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co-religiosa, que depende fu n d a m e n ta lm e n te del desem peño de C u alq u iera que sea el tip o de relaciones, los ladinos y su
cargos. El s iste m a de cargos fo rm a el eje en d e rre d o r del cual cultura se ub ican siem p re en u n a je ra rq u ía de valores supe
g ira la e s tru c tu ra social del g ru p o ; tie n e u n a función sem ejante rior a la in d íg e n a y asig n an a é s ta ciertas incapacidades que
a la que d esem p eñ a el s iste m a de clases en el g ru p o lad in o y definen, a quienes en ella p a rtic ip a n , com o m in o ría é tn ic a su
se alcan za p o r cam inos d istin to s. L a e c o n o m ía de p restig io , li je ta a d iscrim in ació n , segregación residencial y dependencia
g a d a al siste m a de cargos, o b lig a a los com uneros al despilfarro económ ica. A un c u an d o no hay an tag o n ism o racial, las rela
ciones son co n flictivas y p a re c id a s a las que se observan en
in stitu c io n a liz a d o de sus excedentes de p ro d u cc ió n , im pide la
capitalización y las diferencias que derivan de la posesión de la el m undo colonial m o d ern o . Según De la F uente, el c a rá c te r
colonial de la s relaciones in te ré tn ic a s e s tá lim ita d o al ám b ito
riqueza. M ediante el consum o conspicuo, el in d io co m p ra pres
regional; no p o s tu la un colonialism o in te rn o que c o m p ren d a a
tigio, status y p o d er, al o c u p a r, en el curso de su v id a activa,
cargos situ ad o s en u n a escala je rá rq u ic a , cuyo cum plim iento todo el p aís, ni u n a situ a c ió n endocolonial en la que las et-
im pone esfuerzos y g asto s considerables. nias in d ias in te ra c tú e n con la sociedad global. Com o e tn ia s, los
indios se rela cio n a n con segm entos sub desarrollados de la so
C om o en las com unidades indias no hay un siste m a e stab le
ciedad nacional; com o in d iv id u o s, se relacionan con la sociedad
cido de clases, la relación de éstas con el g ru p o lad in o do m in an te
global.
no puede ser, tam p o c o , u n a relación de clases. A n te s de la R e
Lo que an te c e d e ex plica p o r qué el p ase o cam bio de mem-
volución tra s to rn a c o m p letam en te la e s tru c tu ra tra d icio n a l de
b recía del g ru p o indio al g ru p o lad in o n ecesita salvar obstáculos
las regiones de refugio, las relaciones e ra n m uy sem ejantes a
casi in su p e ra b le s p a r a realizarse en el nivel regional, en ta n to
las que configuran el sistem a de castas — e n d o g am ia de grupo,
que es un fenóm eno que se p ro d u ce fácilm ente en el nivel n a
segregación ocupacional, s u p e r-su b o rd in a c ió n , interdicción del
cional. E n ta l nivel, n o op eran las incapacidades que se asig
pase— ; sin em bargo, la refo rm a a g ra ria , la construcción de vías
n an a los g ru p o s étnicos y el sistem a de clases a b ie rto , que se
m odernas de com unicación y la in tro d u cció n c a d a vez m ás efec
o p e ra frecu en tem en te en las ciudades en tra n c e de urbanización
tiv a de u n a econom ía m o n e ta ria en esas regiones, hacen que
e in d u strializació n , favorece l a m ovilidad vertical o capilaridad
las relaciones ¡nterétnicas conform en un siste m a de cuasi-cláse,
social. El c a rá c te r dom inical de las relaciones in terétn icas en las
esto es, un sistem a de transición e n tre la c a sta y la clase.
regiones d e refugio hace difícil el pase, fenóm eno individual, y
El conocim iento ín tim o de grupos étnicos m ás num erosos
el cam bio de c a sta a clase, fenóm eno grupal. De la Fuente hace
y de sus relaciones con otros grupos de población la d in a , que n o ta r que e s ta m u d an za, fu n d am en tal p a ra la consecución de
difieren en el g rado de su conservatism o, m o stró u n a gran diver u n a cabal integ ració n nacional, no es un proceso pacífico como
sidad en las e stru c tu ra s regionales. Las relaciones in terétn icas lo evidencian los m ovim ientos revolucionarios que en M éxico y
n u n ca d an origen a la m ism a tra m a social; form an un con- G u a te m a la prom ovieron, con resu ltad o s tem porales o d u rad e
tin u u m en el que pueden observarse relaciones rígidas, como ros, el cam bio en la n a tu ra le z a de las relaciones interétnicas.
las que caracterizan a las castas, y relaciones a b ie rta s , como las
que se suponen en las clases. L a interacción e n tre los m ixtéeos
serranos de h a b la c astellan a y la g en te de razón de su ciudad
m etrópoli, difiere poco de las relaciones e n tre clases; p o r o tra
p a rte , el tra to e n tre los m ixtéeos costeños m onolingües y los
m estizos que con ellos conviven tiene to d as las c a racterísticas de
u n a relación e n tre castas. L a am p litu d en la g a m a de variacio
nes hacen que sean aventuradas las afirm aciones que pretenden
constreñir el fenóm eno social dentro de la inflexibilidad de un
esquem a preestablecido.
EL D IÁ L O G O IN C ONCL USO 333
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de ingresar a la ENAH en uno de los m ejores m om entos de la colección de hechos p o r sí m ism a es un procedim iento científico
vida de la escuela, cuando todo es esfuerzo y es búsqueda de insuficiente; los hechos existen sólo en ta n to que están relacio
m etas y cam inos propios. La g u e rra m undial propicia el refugio nados con teorías.
en México de antropólogos europeos com o P au l R ivet, Jacques Provisto con el conocim iento etnográfico del T ajín, con el
Soustelle y P aul K irchhoff, o la estan cia p ro lo n g ad a y fecunda, estudio del p u eb lo de E loxochitlán de la Sierra N orte de P ue
en la docencia y en el tra b a jo de cam pó, de antropólogos nor bla — que perm anece in éd ito — y con el reconocim iento de un
team ericanos, como R alph Beals, George Foster e Isabel Kelly, lugar irrig ad o , T ecom atepec, cercano a Ix ta p a n de la Sal, cuyas
p a ra no m encionar sino a unos cuantos de los agrupados en el ecologías son diferentes y c o n tra sta n te s, y con la sum a de los
d ep artam en to de A ntropología Social de la S m ithsonian Insti aportes teóricos an tes señalados, P alerm inicia en 1952 en un
tu tio n . A la elevada calidad de los m aestros corresponde igual artículo que recopila H istoria M exicana, in titu lad o “La civili
calificación en los alum nos de las prim eras generaciones que se zación u rb a n a ” , sus n otables contribuciones al descubrim iento
asocian en la investigación y en el rela to de las c u ltu ras indias. e in terp retació n de los factores que m odulan la h isto ria cultural
Palerm colabora con la profesora Kelly en el estudio de los y dan significado preciso al térm ino civilización en el proceso
totonacas del T ajín, ta n to en el tra b a jo de cam po cu an to en la de la evolución; a la inteligencia y com prensión de las condi
pesquisa histórica. En 1948, Angel y su esposa C arm en, apli ciones y fuerzas que hacen b ro ta r la civilización y n u tren su
can, por p rim era vez en M éxico, la p ru eb a de Rorschach y, el desarrollo; y al discernim iento de los aspectos e im plicaciones
Them atic Apperception Test a grupos étnicos m esoam ericanos, científicas y políticas de la teo ría de la civilización que con
conform ándose con la ten d en cia psicologista de la antropología tienen las hipótesis de la revolución u rb a n a en Childe, de la
cu ltu ral de los años c u aren ta. En un e n cu en tro provocado por el a g ric u ltu ra h id rá u lic a en W ittfogel y del evolucionism o mul-
p siq u iatra Raúl González E nriquez, interesado en el estudio del tilineal en S tew ard. E n un tra b a jo que apareció en La torre,
pensam iento m ágico, que tiene lu g ar en la E scuela de A ltos Es re v ista de la U niversidad de P u e rto Rico, en 1959, bajó el títu lo
tudios de M ascarones por 1948, conozco las p rim eras andanzas “O rien te y O ccidente o sobre la heterogeneidad de la h isto ria” ,
de Palerm por la senda de la investigación antropológica. P ro P alerm hace u n a b rillan te síntesis de su teo ría de la civilización,
ducto de la incursión en la m en talid ad m aravillosa del cam pe reitera n d o la arg um entación en que b a sa la defensa de su tesis,
sino m exicano es el artículo “A lcoholism o, b ru je ría y hom icidio Origen de la civilización urbana en M esoamérica, de 1952, p a ra
en dos com unidades rurales de M éxico” que C arm en V iquera y o b ten er el g rad o de m aestro en etnología.
Angel P alerm publican en A m érica Indígena el año de 1954. A fines de 1952 p a sa a W ashington y en la Unión P a n a m e ri
Ya p a ra entonces P alerm h a b ía a b an d o n ad o el enfoque psi c an a asum e la responsabilidad de e d ita r la Revista Interam eri-
cológico. En efecto, en 1949 P edro A rm illas escribe un artículo, cana de C iencias Sociales, en codirección con Theo C revenna.
“N otas sobre los sistem as de cultivo en M esoam érica” , que pro Desde e s ta trib u n a o rien ta y difunde los estudios m esoam eri
duce un trem endo im p acto en la in te rp re ta c ió n corriente de la canos sobre las sociedades hidráulicas. En 1955 logra unirse a
evolución de las sociedades prehispánicas en M éxico, al punto un d estacad o conjunto de especialistas, en tre los que cuentan
de co n stitu ir el estím ulo que a g lu tin a en u n a escuela teorética a W ittfogel, S tew ard, R obert M. A dam s, Donald Collier y R alph
m esoam ericanistas nacionales y forasteros. El m ism o año Julian Beals, con quienes discute y elabora el m étodo y los resu lta
Stew ard form ula la tesis y la m etodología de la ecología cultural dos de los estudios de las regularidades in tercu ltu rales en las
en un tra b a jo que aparece en A m erican Anthropologist, “Cul civilización de Tegadío. La publicación, b ajo los auspicios de la
tu ra l causality and law. A tria l form ulation of developm ent of p a u , lleva en su versión castellana el títu lo de Las civilizaciones
early civilizations” , que P alerm tra d u c e y d istrib u y e e n tre sus antiguas del Viejo M undo y de Am érica: Sym posium sobre las
com pañeros estu d ian tes. Stew ard rom pe con el descriptivism o civilizaciones de regadío.
etnográfico establecido por Franz Boas y hace n o ta r que la re La estan cia en W ashington le facilita la conversación aca
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dém ica con Stew ard y los antropólogos con él asociados en la sus clases en la e n a h com o u n a form a ostensible de m anifestar
investigación de sociedades com plejas, e n tre los que es preciso su posición al lado de los estudiantes.
m encionar, adem ás de los antes an o tad o s, a E ric W olf, a R obert D edica P alerm el tiem po que perm anece como director del
W est, Rene M illón y W illiam Sanders. L a asociación con W olf, D e p a rta m e n to de C iencias Sociales al seguim iento de o tra línea
en condición de coautores sobre tem as agrarios y cam pesinos, de investigación que parece h ab erle sido sugerida por o tro de sus
es p articu larm en te perdurable. Se inicia en 1955 con el estudio m aestros, Lewis M um ford, a u to r de The Culture o f C ities, pero
conjunto de la irrigación en el antiguo im perio acolhua; con en la que tam b ié n coincide con Stew ard; la de la planeación y
tin ú a en 1956 con la descripción de un pequeño siste m a de riego I el desarrollo regionales. E n 1955 trad u ce y difunde, como m a
en el T eotihuacán clásico, al que se agrega P edro A rm illas; si nual técnico, el tra b a jo del profesor Stew ard, al que in titu la
gue con la sum a de conferencias sobre ecología h u m a n a d ic ta d a Teoría y práctica del estudio de áreas. E n él se relatan entre
en la Sociedad A ntropológica de W ashington en 1957, donde I otros planes regionales de desarrollo, el proyecto tarasco que
tam bién colaboran B á rb a ra M eggers, Law rence K rad er y otros ¡ tiene realización cuando Stew ard es el director del In stitu to de
antropólogos m ás; term in a, al parecer, con los estudios sobre la i A ntropología Social de la S m ithsonian In stitu tio n . Los estudios
a g ric u ltu ra y el desarrollo de la civilización en M esoam érica que regionales se producen como obligada m anera de satisfacer la
la p a u publica en 1961 y que s e p / s e t e n t a s recoge, en p a rte , necesidad de su p e ra r las lim itaciones teóricas y prácticas de
en el volumen que sale a luz en 1972 con el ru b ro de Agricultura los estudios de com unidad. Independientem ente de las formu-
y civilización en M esoamérica. j laciones de u n a te o ría y u n a p rá c tic a de la integración regional
que p o r los m ism os años fructifican en México y con los cuales
De 1958 a 1961 Ángel Palerm o cu p a u n a posición p o lític a im Palerm aú n no se e n c u e n tra fam iliarizado, reto m a y perfecciona
p o rta n te como ay u d an te ejecutivo del secretario general de la ! el estu d io de áreas enfocado desde la perspectiva que ofrece la
o e a , doctor M ora; de 1961 a 1965 es d irector del D e p a rta m e n to
| com paración en países diversos. En 1962 la PAU publica sus
de A suntos Sociales. D u ran te trece años seguidos desenvuelve “O bservaciones sobre el desarrollo agrario en Israel” , al que
talen to y habilidad p a ra m an ten er un s ta tu s y un rol claves en p ro d ig a los m ayores elogios y en 1965, com o contribución adi
el secretariado de la organización p o lítica de los países am eri cional en la m a te ria d icta , en la U niversidad de Ingeniería en
canos; pero al fin sucum be a las presiones de u n a ép o ca do L im a, seis conferencias que reúne y e d ita b ajo el rubro general
m in a d a p o r la intervención norteam erican a en V ietn am y por de O bservaciones sobre la planificación regional. En ella discute
la denuncia de la g u erra sucia en que to m a n p a rte d e sta c ad a y evalúa los éxitos y fracasos de proyectos de desarrollo regional
los científicos sociales. Ángel, su m ujer y sus hijos, vuelven a que se realizan en Francia, Ita lia , Yugoslavia, Israel y La India.
M éxico. El nuevo secretario general, sin em bargo, apegándose U n a vez restablecido su arraigo en M éxico el C entro Nacional
a la p rá c tic a b u ro crá tic a in ternacional expulsa a P alerm m e de P ro d u c tiv id a d le encom ienda la investigación de aspectos
dian te un nom bram iento que lo a c re d ita com o su rep re sen ta n te varios de proyectos de desarrollo en m archa. Los resultados de
especial en A m érica L atin a, de 1965 a 1968. E n este c a rá c te r la pesq u isa se ofrecen a disposición pública en 1968, en la obra
a c tú a como profesor v isitante en la U niversidad M ayor de San Productividad agrícola: Un estudio sobre M éxico, que comple
M arcos de Lim a, Perú; pero la m ayor p a rte de su tiem p o p ro m e n ta o tr a que ve la luz en 1969, titu la d a Planificación integral
ductivo tra n sc u rre en México, donde se desem peña com o ca de la educación en México. En colaboración con antropólogos
ted rá tic o en la e n a h , al tiem po que fu n d a la c a rre ra de a n tro p o j ju n io rs en 1970 pone a disposición de la Comisión Federal de
logía social y el In stitu to de C iencias Sociales en la U niversidad E lectricidad el Inform e de los aspectos socioculturales de la po
Iberoam ericana. En 1968 el m ovim iento an á rq u ico -e stu d ia n til blación afectada por el proyecto de la Angostura: Estudio y re
y la represión concom itante lo obligan a renunciar — en solida com endaciones. E n 1971, con base en la conferencia d icta d a en
rid ad con m aestros víctim as del despotism o g u b e rn a m en ta l— a el Colegio M ayor G uadalupe de la U niversidad C om plutense,
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M adrid, escribe el ensayo “Crisis y crític a de la integ ració n en — la an tro p o lo g ía social— que arra n c a sus orígenes bastardos
A m érica” que aparece sim ultáneam ente publicado en la rev ista de la colaboración colonial con el com portam iento ideologi-
Com unidad de la u i a y en la Revista Española de A ntropo zado de los profesionales que la aplican y sirven los propósitos
logía A m ericana. En 1972, finalm ente, S E P / S E T E N T A S incluye de un gobierno su p u estam en te revolucionario, pero en verdad,
su “Ensayo de crític a al desarrollo regional en M éxico” como obsecuente in té rp re te de la clase dom inante. El m ovim iento
p a rte del volum en Los beneficiarios del desarrollo regional, con an a rc o -estu d ia n til pone al descubierto, inesperadam ente, la in
el cual pone fin al ciclo de los estudios regionales. En los dos congruencia e n tre los postulados dem ocráticos que se propalan
últim os ensayos la radicalización del pen sam ien to crítico de Pa- y la c o n d u c ta despótica y opresiva del régim en. La sangrienta
lerm es y a m anifiesta. represión que acalla la p ro te s ta no hace sino soterrarla; la re
La inevitable conexión que existe e n tre las ciencias sociales acción de los e stu d ia n te s se expresa a través de la adopción
y la p o lítica no es o lv idada p o r P alerm . El evolucionism o mul- de un m arxism o rígido, in to leran te y do ctrin ario , que niega la
tilineal, que ta n e n tu siastam en te a d o p ta , llevado a sus últim as validez de la antropología social como ciencia del hom bre. La
consecuencias e n tra ñ a la posibilidad de supervivencia del capi resp u e sta de los m aestros es crítica; algunos proponen la cons
talism o o de su trá n sito a o tro sistem a que no sea necesaria trucción de u n a antropología crítica, o tros, como Palerm , un
m ente el socialism o. Im plica, adem ás, o tra s y m últiples posibi m arxism o crítico com o base de la antropología.
lidades; e n tre ellas u n a que es p a rtic u la rm e n te c a ra a P alerm y P a r a alcan zar ta l conclusión P alerm pone el p u n to a dis
que a firm a la p o tencialidad del cam pesinado p a ra defender su cusión en un sem inario que in au g u ra en la escuela de graduados
estilo de vida y asegurar su continuidad por propio dinam ism o. de la u i a , en él d ic ta c u a tro conferencias que la rev ista C om uni
Am bos postulados levantan poderosas b a rre ra s de resistencia dad p u b lica en 1969 y 1970. El títu lo que asigna al conjunto de
y contestaciones airad as po r p a rte de quienes se afilian en el ensayos es el de “U na defensa del m odo asiático de producción
m arxism o oficial. Igual resp u e sta ira c u n d a provoca el p ro h ija según M arx y W ittfo g el” , rem iniscenţe de aquel o tro , “Defensa
m iento de la tesis del despotism o orien tal com o explicación de la del m arxism o” , del p eru an o M ariátegui. Los ensayos son u n a
d ic ta d u ra stalin ista. M ientras P alerm m an tien e la discusión en recopilación de escritos y experiencias, y a antes expuestos, que
el plano académ ico y dedica su tiem po y su esfuerzo a com pilar a h o ra reciben un tra ta m ie n to político. En ellos exam ina h a s ta
y ag ru p a r hechos que apoyen con verosim ilitud cada vez m ayor sus ú ltim as consecuencias la h isto ria del nacim iento y ocul
la hipótesis de la civilización hid ráu lica y lim ita su aplicación al tació n de la teo ría m a rx ista de un m odo de producción asiático
caso de M esoam érica la polém ica no eleva dem asiado las voces que Lenin acalla y S talin prohíbe com o herejía d u ra n te los años
en d isp u ta. Tal es lo que ocurre al aparecer Obras hidráulicas tre in ta . A naliza los planteam ientos de M arx y Engels claros y
prehispánicas en el sistem a lacustre del Valle de M éxico, que sim plistas sobre las eta p a s evolutivas de la hum anidad conteni
publica S E P - I N A H en 1973, y que, no o b sta n te su valor com o dos en el M anifiesto com unista y en la Ideología alem ana que
indiscutible y n o tab le ap o rtació n científica a la tesis h idráulica, se b asan en el conocim iento del desarrollo de la sociedad euro
no son violentas las reacciones que produce. p ea, pero que m u estran “la inm ensa ignorancia de su tiem po
En cam bio, lo contrario acontece cuando e x tra e, del caso p a r y la su y a p ro p ia sobre las cu ltu ras no occidentales y sobre la
tic u la r de M esoam érica, consecuencias e im plicaciones políticas p reh isto ria ” .
de carácter general que contienen u n a energía p o tencial lo su P alerm alega que en los G rundrisse — form aciones económ i
ficientem ente vigorosa com o p a ra engendrar la m ás calurosa cas p rec a p ita lista s— M arx h a b ía su stitu id o y a el concepto del
controversia. Aclarem os; los acontecim ientos de 1968 son res evolucionism o lineal y la idea de las e tap as universales nece
ponsables de la grave frustración que sufren los e stu d ia n te s de sarias de to d o desarrollo, po r u n a visión ex trem ad am en te rica,
la e n a h , y los m aestros que apoyan sus dem andas de cam aunque to d a v ía confusa, de los procesos m ultilineales de la evo
bio, al co nfrontar los valores y principios de u n a disciplina lución. Luego de este periodo en que M arx lleva a un p u n to cul
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m in an te su p o d e r an a lític o y su cap acid ad de teo rizació n , algo d as en los ú ltim o s quince añ o s. A l reg re sar al p aís en 1965 se
e x tra ñ o ocurre. M arx y Engels a b a n d o n an el p lan te am ien to d e se m p e ñ a com o c a te d rá tic o en l a EN AH y en l a escu ela de a n
m ultilineal y regresan a la tesis original. YVittfogel ac u sa a M arx tro p o lo g ía de l a UIA; p ro d u c to de los cursos im p a rtid o s en am
de com eter un pecado c o n tra la ciencia. De los años se se n ta b a s in stitu c io n e s es el te x to in titu la d o Introducción a la teoría
del siglo p asado en a d elan te los líderes del socialism o m a rx ista etnológica c u y a p u b licació n en 1967 m a rc a el com ienzo de un
sufren los violentos ataq u es de los a n a rq u is ta s que a firm a n la nuevo en fo q u e en la en señ a n z a de la a n tro p o lo g ía que p a s a de la
convicción de que el socialism o de E sta d o conduce d ire c ta m e n te sim ple d escripción de los hechos, sin in te rp re ta c ió n m a n ifie sta
al dom inio despótico de u n a m in o ría p riv ile g iad a sobre el resto de los m ism os, a l a reflexión sobre su significado y o rd e n a
de la población. P a ra P alerm es evidente que de 1850 a 1860 m ien to . L a en señ a n z a de la te o ría e tn o ló g ic a y la descripción
la ciencia de M arx e n tró en conflicto con la p o lític a de M arx. de los prin cip io s en que se fu n d an las escuelas etnológicas que
M arx se dio c u en ta de que el m esianism o que ib a a d o p ta n d o se suceden en el desarro llo h istó ric o de la discip lin a — del evo
la ideología m a rx ista era u n a gran fuerza de la cual no quiso lucionism o u n ilin eal de M organ al m u ltilin eal de S te w a rd , del
p riv ar a su naciente m ovim iento político. difusionism o y el rela tiv ism o c u ltu ra l n o rte a m e ric a n o al estru c-
Q ueda de e s ta m an era en evidencia la in ex tric a b le lig a que tu ra lis m o y el funcionalism o b ritá n ic o , de la a n tro p o lo g ía social
existe e n tre la investigación social y la p rax is p o lític a que se a la a n tro p o lo g ía de inspiración m a rx ista — ilu m in a la com
in te rp en e tra n . La resurrección del m a p en la seg u n d a m ita d p rensión c rític a de la ciencia del hom bre.
del siglo no se dio en la atm ósfera e n rarecid a y viciada, cien E n 1974 in ic ia u n a o b ra que c o n tin ú a y perfecciona la lín e a
tíficam en te asfixiante y estéril de las diversas o rto d o x ias m ar- de en señ a n z a im p líc ita en la Introducción', los cap ítu lo s que é s ta
xistas, sino en la atm ósfera creativ a del m arxism o crítico, del d ed ica a los p a d re s fundadores se a m p lían con sid erab lem en te y
m arxism o lib e rta rio , com o ten d en cia p e rm a n e n te del científico alcan zan el ta m a ñ o de un volum en que se p u b lic a b a jo el ru b ro
en la búsqueda d esinteresada de la verdad, m ás allá de las con de H istoria de la etnología: los precursores. E n 1976 aparece
tingencias de u n a circunstancia h istó rica co n creta y a veces en el segundo volum en con el títu lo de H istoria de la etnología:
lu ch a c o n tra ella. Los problem as au tén tico s e im p o rta n te s de la los evolucionistas, en cuyas páginas desenvuelve la discusión
ciencia social tam bién son problem as políticos, pero u n a cosa c rític a que sobre el proceso del desarrollo social y c u ltu ra l sos
es reconocer los nexos que existen e n tre la ciencia social y la tien en los in te g ran te s de las diversas escuelas y ten d en cias a n
política, lo m ism o que en tre los científicos y la sociedad en que tropológicas. F in alm en te, en 1977 sale de la im p re n ta el terc er
viven, y o tra es po litizar la ciencia y la a ctiv id ad científica, con tom o de la serie, H istoria de la etnología: Tylor y los profesio
cluye Palerm . P o r dem ás e stá decir la polvadera que lev a n ta con nales británicos, que e stu d ia los prim eros pasos de la disciplina
los ensayos aludidos, que no se a p a g a sino se in cre m e n ta con la com o ciencia social con id en tid ad y categorías bien definidas.
aparición de la ú ltim a de sus obras, Antropología y m arxism o, Con la colaboración de u n a o algunas antropólogas ju n io rs P a
editado po r N ueva Im agen unos meses antes de su m uerte y lerm term in ó o e sta b a a p u n to de te rm in a r un c u a rto volum en,
en la que a g ru p a un conjunto de artículos sobre tem as diversos d estin ad o a evaluar las contribuciones de los antropólogos ale
que van desde la discusión del sistem a colonial novoespañol y su m anes a la ciencia del ho m b re, que esperam os p ro n to sea dado
articulación con el sistem a c a p ita lista m undial h a s ta el d eb ate a conocer. T a n to en la Introducción cu a n to en la H istoria y,
sobre el m odo de producción cam pesino al que a p o rta nuevas aún m ás, en las num erosas recensiones de libros aparecidos en
luces. los últim os tre in ta años se m a n ifie sta ostensible el p en sam ien to
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Hay un aspecto en la vida de Angel P alerm que deseo tr a ta r del d o c to r P alerm y el im p o rta n te papel que desem peña en la
en últim o lugar porque es tal vez el m ás im p o rta n te de todos configuración de un m arxism o crítico com o orientación básica
ellos; me refiero al rol trascen d en te que tu v o en la form ación de la an tro p o lo g ía social.
profesional de generaciones de antropólogos sociales prom ovi E ste m arxism o crítico no desdeña las apo rtacio n es de los
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