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CONTRAPUNTO
CONTRAPUNTO
El contrapunto musical
El término contrapunto proviene del Latín punctum contra punctum (“nota contra nota”). En todas las eras,
la escritura de música organizada contrapuntalmente ha estado sujeta a ciertas reglas, a veces muy
estrictas. Por definición, los acordes ocurren cuando múltiples notas suenan simultáneamente; sin
embargo, las características armónicas, de acordes y “verticales” son rasgos secundarios y casi
incidentales cuando el contrapunto es el elemento predominante.
El contrapunto se basa más en la interacción melódica que en los efectos armónicos generados cuando
los hilos melódicos suenan juntos.
“Es difícil componer una canción realmente bella. Pero es más difícil aún escribir individualmente
varias melodías bellas que, cuando suenan simultáneamente, se oigan como la más armoniosa
composición polifónica. Las estructuras internas que crean cada una de las voces separadamente
contribuyen a la estructura emergente de la polifonía, la cual debe reforzar y comentar sobre las
estructuras de las voces individuales. El modo en que esto se lleva a cabo es mediante el “contrapunto.”
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La separación de armonía y contrapunto no es absoluta. Es imposible escribir líneas simultáneas sin
producir armonía, del mismo modo que resulta difícil escribir armonías sin una actividad lineal. El
compositor que elige ignorar un aspecto a favor del otro aún debe enfrentar el hecho de que el oyente no
puede simplemente apagar los armónicos o alguna de las líneas que escucha; de este modo, el
compositor se arriesga creando molestas distracciones indefinidamente. El contrapunto de Bach—muchas
veces considerado como la síntesis más profunda de dos dimensiones jamás lograda—es
extremadamente rico en armónicos y siempre con una tonalidad dirigida claramente, mientras que las
líneas individuales permanecen fascinantes.
Durante gran parte de la historia humana, la Música fue considerada como una rama de la Matemática. La Armonía Musical era -quizás- la más
prominente de las artes liberales, ya que en sus proporciones matemáticas contenía el secreto del Universo.
Al observar el abismo que separa las dos culturas, puede resultar difícil creer que se trata de una dicotomía relativamente reciente en la larga
historia humana. Sin duda, tal idea le hubiese parecido de lo más extravagante a un ateniense de la época de Pericles, o a un monje de los
tiempos de San Gregorio Magno. En particular, este último posiblemente nos hubiese aclarado que, después de todo, la música es una de las
cuatro ramas de la Matemática. De hecho, se estaría refiriendo al quadrivium, es decir los cuatro temas o artes liberales que se enseñaban en las
universidades medievales como continuación del trívium.
Las artes liberales eran aquellos conocimientos generales y capacidades de razonamiento propios de un hombre libre, distintos de las habilidades
técnicas que debía adquirir un artesano o un siervo. En la terminología impuesta por Boecio, nos referimos al trívium que abarcaba la gramática, la
lógica y la retórica, y al quadrivium, formado por la aritmética, la geometría, la astronomía y... la música (!). En la imagen vemos una ilustración
realizada por Nicolo da Bologna para el códice de 1355, “Las virtudes y las artes”, donde vemos en la fila de arriba a las cuatro artes liberales
del quadrivium. La tercera desde la izquierda es La Música.
Esta estructura estaba implícita en la filosofía pitagórica y fue codificada en el siglo V por el educador africano Martianus Minneus Felix Capella. Su
tratado “De nuptiis Philologiae et Mercurii", es decir “Sobre el casamiento de Filología y Mercurio”, representa uno de los más importantes hitos en
la historia de la Educación. Fue escrito entre el saqueo de Roma por Alarico, en 410, hecho que menciona; y antes de la conquista del norte de
África por los vándalos en 429 y la posterior reconquista bizantina de Justiniano a partir de 433, ya que no hace referencia a las mismas a pesar de
vivir en Cartago, a poca distancia del sitio de la batalla de Ad Decimum entre los ejércitos de Gelimer y Belisario.
El "De Nuptiis" se suele denominar también “De Septem Disciplinis”, ya que allí define el estándar de las siete disciplinas que regiría la educación
académica occidental hasta –por lo menos- el siglo XII. Se trata de una elaborada alegoría en prosa y verso, donde se relata el cortejo y posterior
casamiento del inteligente y práctico Mercurio con Filología, la protegida de las Gracias, las Musas y las Virtudes Cardinales.
Es evidente que el trabajo de Martianus intenta cerrar una brecha cultural de la antigüedad, pero mantiene otras muchas abiertas, como por
ejemplo, entre las artes liberales y las técnicas. Tal vez, el concepto de las dos culturas de Snow pueda ser interpretado en este contexto, como
una adaptación contemporánea de varias dicotomías recurrentes, que se nos presentan con diversas máscaras a lo largo de la historia.
En la boda, Filología recibe siete doncellas, representantes de las siete artes liberales que, al ser presentadas, hacen una exposición de su
ciencia. En la imagen las vemos en una iluminación del manuscrito de fines del siglo XII, “Hortus deliciarum” (el jardín de las delicias), compilado
por la monja alsaciana Herrada de Landsberg.
El último libro del tratado, IX: De Harmonia [1], explica la música de una manera esencialmente pitagórica, en términos de razones matemáticas.
En dicha sección, Martianus introduce siete temas separadamente, soni (tonos), spatia (intervalos), systemata (sistemas), genera (modos de la
división tetracorde), modi (dorio, lidio, frigio, etc.), commutatio (modulación) y modulatio (composición melódica) [2]. Resulta evidente al leer este
último libro, así como los dos primeros de "De Nuptiis" que la armonía musical es para Martianus la más prominente de las artes liberales, ya que
en sus proporciones matemáticas contiene el secreto del orden cósmico, la así llamada "Música de las Esferas", tema sobre el que seguramente
ya volveremos en este blog.
A pesar de sus indudables deficiencias, en particular la evidente falta de conocimiento en algunos de los temas que expone, el hoy olvidado tratado
de Martianus Capella es importante por -al menos- tres razones:
Por un lado, sin consideración a sus alegorías paganas, el tratado fue fácilmente adoptado por el Cristianismo, como base de un ideal
que dominó la Educación durante más de siete siglos, donde se divide el curriculum en tres artes literarias y cuatro artes matemáticas, entre ellas
la música.
Este tratado es la mejor fuente disponible para conocer los trabajos de Marcus Terentius Varro, en los cuales está basado y, partir de
ellos, las disciplinas matemáticas dominantes en Roma durante el siglo I AC. De hecho, en sus “Nueve Libros de Disciplinas”, Varro ya hablaba de
nueve artes, donde además de las siete ya mencionadas incluía a la medicina y la arquitectura. Martianus dice que estas dos disciplinas estuvieron
presentes en la boda de Mercurio y Filología pero, como se ocupan de asuntos terrenales, se mantuvieron en silencio frente a las deidades
celestiales.
Por último, durante gran parte de la Edad media, y sobre todo durante el renacimiento Carolingio, el tratado de Martianus fue el más
popular e influyente texto de conocimiento secular, prácticamente un manual escolar al decir de Gregorio de Tours, catalizando una amplia serie de
comentarios, entre los que pueden destacarse los realizados en el siglo IX por Juan Escoto Erígena, Hadoardo y Remigio de Auxerre, y a
comienzos del siglo XIII por Alejandro de Neckam. Estos y otros comentarios ayudaron a trasmitir y expandir el conocimiento antiguo.
Quisiera terminar esta entrada con una definición de la música que podemos encontrar en el anónimo del siglo IX, "Scholia Enchiriadis":
La música se basa en la relación entre números... Aquello que es agradable al oído se debe a la proporción numérica entre sus sonidos... Los
sonidos se desvanecen, pero los números [...] quedan.
El Quadrivium Pitagórico.
«Tengo que afirmar de una vez por todas la opinión de Pitágoras de que la
recta naturaleza está en todo,[...], y que los números determinantes de que la
concordancia de las voces sea agradable a los oídos oídos son exactamente
los mismos que deleitan nuestra vista y nuestra mente»
Más aún, hoy, a través del proceso informático de digitalización, puede llegar
a ser un número –sucesiones de ceros y unos– buena parte de la creación del
intelecto humano desde una argumentación discursiva hasta una composición
musical o una pintura en un lienzo y gracias a tal estructura magnética ser
trasmitido, de forma casi instantánea, por vía telemática, a cualquier lugar del
orbe terráqueo. Así que Pitágoras, el filósofo del número está de plena
actualidad.
Para entender que es una escala modal lo primero que nos han explicado es que cada una de ellas (JONICA (mayor),
DORICA, FRIGIA, LIDIA, MIXOLIDIA, EOLICA (menor natural) y LOCRIA) proviene de tocar la escala mayor comenzando
desde cada uno de los grados (notas de la escala) respectivamente.
La escala Jónica es la escala mayor desde el primer grado de dicha escala (C), la Dórica desde el segundo (D), la Frigia
desde el tercero (E), etc. Es decir que son escalas “relativas” a una escala mayor (la de C en este caso) pero con otra
tónica (D, E, F, etc.)
Si bien esto es correcto y la forma más simple de comprender de donde provienen estas escalas, nos plantea las
primeras dudas:
Al mantener la tónica de cada modo en C vemos como el resto de las notas cambian, ya que en el modo Dórico C será
la 2ª nota en la escala de Bb, en el Frijio la 3ª de Ab, en el Lidio la 4ª de G, etc.
Cuando tocamos, sobre todo si estamos improvisando, siempre lo estamos haciendo sobre un acorde o progresión de
acordes. Esta es la forma de entender la sonoridad de una escala modal y su relación con el acorde diatónico
correspondiente. En este caso el modo sonará claramente aunque no comencemos desde la tónica, ya que el acorde
que suena debajo marcará la tonalidad.
Aquí la progresión de acordes no tiende a la tonalidad de C mayor a pesar de que los acordes y las escalas sean
diatónicas a ella. Nuestro oído reconocerá al Dm como tónica con un sonido Dórico.
Si en cambio lo hacemos sobre una progresión de acordes diatónicos, será más difícil distinguir los modos, porque la
tonalidad mayor siempre nos tirará hacia su centro a pesar de estar sonando en cada acorde su modo correspondiente.
El modo Locrio lo tomaremos como un grado excepcional del modo menor ya que posee la 5ª disminuida.
C,F y G en tríadas
Cmaj7, Fmaj7 y G7 en cuatríadas
Dm, Em y Am en tríadas y Bº
Dm7, Em7 y Am7 en tríadas y Bm7b5
De esta forma vemos como sobre un acorde dado, logramos diferentes sonoridades aplicando una u otra escala
correspondiente (tonalidad modal), sin que haya relación con una tonalidad mayor concreta (tonalidad relativa)
La elección de la escala dependerá del resultado que busquemos una vez que hayamos experimentado cómo suena
cada modo.
Escuchemos esto tocando un acorde de Cm7 y probando sobre él las tres escalas diferentes del ejemplo (Dórica, Frigia o
Eólica).
Nota característica
Si analizamos las notas que aparecen en cada escala modal (por grados), veremos que cada escala tiene un grado en
particular que no aparece en las demás, esta nota es la que llamaremos nota característica y es la que da la sonoridad
típica de cada modo.
Modos Mayores
Jónico: 7 (11)
Lidio: #11
Mixoídia: b7
Modos Menores
Dórico: 6
Frigio: b9
Eólico: b6 (9)
Locrio: b5
Estas notas características tendrán que estar presentes en la melodía y/o para definir el sonido modal.
Las escalas pentatónicas, tanto mayores como menores suelen no tener estas notas características, lo que genera un
sonido más blando, es decir con poca tensión.
Un buen ejercicio para escuchar la aparición del sonido modal sobre un acorde, es tocar sobre él la escala pentatónica y
luego la modal, haciendo hincapié en la nota
EL NACIMIENTO DE LA ÓPERA
La camerata fiorentina era un grupo de nobles y artistas humanistas que se reunían en el palacio del Conde Bardi para tratar
de recuperar el legado artístico greco-romano. Eran algo así como unos frikis del mundo clásico. Estudiando sus libros de la
antigüedad descubrieron que las obras de teatro eran interpretadas cantando acompañados de la lira, instrumento de cuerda
parecido al arpa. De este modo, los artistas de la camerata fiorentina trataron de realizar obras de teatro que imitasen aquellas
de la época clásica, en las que los actores cantasen el texto. Y así, sobre 1600, surgió la ópera.
Claudio Monteverdi era del círculo culto de la camerata fiorentina, así que realizó una de las primeras óperas de la historia:
Orfeo. Las historias pertenecían siempre a la mitología griega de la antigüedad, como era de esperar. Ya digo que eran
muy frikis: todo lo que no fuese clásico grecorromano era considerado de mal gusto.
¿Porqué eligieron el mito de Orfeo precisamente? Pues porque Orfeo, según cuenta la mitología, era un prodigioso cantor con
una voz tan increible que llegaba a hipnotizar a los dioses. Como aquello de ponerse a cantar en una escena no resultaba muy
creíble, utilizaron la figura de un cantante legendario. Era lógico, por tanto, que un cantor mitológico se pusiese a cantar en
cualquier situación de la vida.
Las primeras óperas eran todas sobre Orfeo. Pero muy pronto gustaron al público, y ya no hubo problemas para que cualquier
otro personaje mitológico cantase en lugar de hablar.
EL MITO DE ORFEO
Según cuenta la leyenda, Euridice, su prometida, salió a coger flores el día de su boda para hacerse una corona y le picó una
serpiente venenosa con tan mala fortuna que murió. Orfeo quedó deshecho de dolor, tanto es así que decidió ir hasta el reino
de Hades (el reino de los muertos de la mitología griega) a por su amada. El problema era que los vivos no podían cruzar el río
que los separaba del mundo de los muertos, custodiado por el barquero Caronte. Gracias a su voz, los dioses le permitieron
finalmente que se encontrase con su amada y que la llevase de vuelta al reino de los vivos. Con una condición: no podía mirar a
Euridice a los ojos hasta que saliesen de Hades.
Por supuesto, Orfeo acepta la condición y se encuentra con su prometida, quien rápidamente le pide un beso. Él se niega y le
pide que se vayan de allí pronto. La arrastra hacia el exterior sin querer mirarla ni un instante, lo que Euridice interpreta como
rechazo y desamor. Le pide una y otra vez que la mire, que le bese, que le abrace y finalmente Orfeo no puede resister las
súplicas y … la mira. Euridice cae de inmediato al suelo inerte. Ya no habrá más oportunidades para el amor de Orfeo.
Aquí tienes un vídeo con una representación a la manera antigua, disfrazados como en la Grecia clásica, con Orfeo llevando una
lira en sus manos. Es uno de los primeros momentos de la ópera, y a Orfeo se le ve muy contento porque va a casarse. Poco
sospecha lo que le espera…
El Motete
cantus firmus
El motete es una de las formas musicales más importantes de la música polifónica desde el S.XIII hasta el
XVIII, aunque posteriormente se siguieran componiendo pero en menor medida y de una forma independiente.
En los siglos XIII y XIV, el motete constaba de una serie de variaciones polifónicas sobre un Canto dado
o Cantus Firmus. Este cantus firmus era una melodía ya existente, de origén generalmente litúrgico, y sobre el
que se basaba la composición polifónica. Sobre este cantus firmus, de línea melódica amplia y severa, se
contraponía una nueva melodía con otro texto, más amplia y variada, que se conocía con el nombre de tropo.
Por tanto, se denominaba motete a la voz que hacía un contrapunto sobre el rígido esquema del cantus firmus,
a modo de discanto o diafonía. El cantus firmus poseía un texto corto, mientras el discanto contenía un texto
con más palabras. El texto utilizado estaba escrito en Latín sobre un salmo o pasaje de las Sagradas Escrituras.
Posteriormente, el motete se convirtió en una obra vocal polifónica a capella, con un carácter dramático e
imitativo. Es evidente la evolución manifiesta que se produjo en el motete, desde las primeras obras
de Perotín, pasando por Palestrina, Orlando di Lasso y T.L de Victoria, hasta llegar a los compositores
románticos.
El mecenazgo es un tipo de patrocinio que se otorga a artistas, literatos o científicos, a fin de permitirles desarrollar su
obra. Ese apoyo, aunque se presente como desinteresado, pues el que lo otorga no exige a sus beneficiarios ningún
tipo de devolución o réditos económicos a corto plazo; sí que proporciona una remuneración de carácter íntimo,
además de una operación de relaciones públicas que puede llegar a ser muy útil, por cuanto justifica su posición social
y mejora su reputación. Cuando el mecenazgo incluye el encargo de la obra y no se limita a una genérica protección a
la actividad del patrocinado, puede determinar en gran medida el proceso creativo y la ejecución de la obra, si precisa
los materiales, dimensiones, tema o tratamiento. La obra de arte puede quedar o no en propiedad del mecenas, siendo
muy común que éste la done o ponga a disposición del público de una u otra forma «Mecenas» es la persona
poderosa que brinda su apoyo material, o protege mediante su influencia, a artistas, literatos y científicos para que
estos puedan realizar su obra.
Cuando estudiamos el tema de la escritura armónica a cuatro voces vimos que la disposición de las notas de un acorde debe
ser equilibrada, mantenerse dentro de la tesitura propia de cada voz, no distanciarse más de una octava de la voz contigua
(excepto entre bajo y tenor, que pueden separarse hasta dos octavas) y nunca cruzar las voces.
Duplicaciones
Los acordes tríada en fundamental suelen duplicar la nota fundamental, pero conviene saber que en ocasiones pueden duplicar
otra nota, sobre todo cuando se trata de un grado fuerte, tal y como se explica a continuación:
Los acordes tonales (I-IV-V) duplican la fundamental, no duplican la tercera y en ocasiones pueden duplicar la quinta
El resto de acordes (II-III-VI) duplican la fundamental, y en ocasiones pueden duplicar la tercera (sobre todo cuando
Acorde incompleto
Ocasionalmente podemos encontrar un acorde incompleto. Se trata de un acorde en el que se ha suprimido la quinta, también
denominada grado neutro. Sin la quinta, el acorde mantiene igualmente su identidad, pero no sería así sin la fundamental o la
tercera, que nunca se suprimen. Este es un ejemplo muy habitual de acorde incompleto, el I grado sin quinta y con la
fundamental triplicada.
Está prohibido realizar quintas y octavas paralelas (seguidas) entre dos voces, ya que comprometen la
independencia de las mismas, además de que su característico sonido recuerda a un estilo previo del que los compositores
del periodo clásico quisieron desmarcarse. En el caso de las quintas solo se permiten si la segunda no es justa.
Las quintas y octavas tampoco se abordan por movimiento directo y salto en ambas voces, pero sí se permitirá
llegar a una quinta u octava por movimiento directo si una voz salta y la otra no. En el caso de voces extremas (bajo y
soprano), obligatoriamente deberá ser la soprano quien se mueva por grados conjuntos y el bajo por salto. Con respecto a
las quintas directas encontramos una excepción, y es que se permite llegar a una quinta por movimiento directo y salto en
ambas voces si una de las dos notas que forma la quinta se ha escuchado en el acorde anterior (en cualquiera de sus voces),
Los ejemplos a continuación representan quintas directas, y pueden aplicarse de igual forma a las octavas directas. Solo el último
rebasa el límite marcado por la otra voz en el acorde anterior. Al igual que el cruce de voces (una superposición es como un
(Es
Repetiremos una nota común en lugar de mantenerla ligada al acorde anterior cuando se trate de la tercera del
segundo acorde. En caso de mantenerla ligada, resultarían quintas u octavas descubiertas, las cuales producen una
sonoridad hueca.
Está prohibida la síncopa armónica que resultaría al prolongar un acorde que comienza en parte débil en la siguiente
parte fuerte.
Evitaremos enlazar dos acordes en estado fundamental dirigiendo TODAS las voces por movimiento directo.
Del encadenamiento de varios acordes resulta el movimiento melódico de cada una de las voces. En una melodía podemos
encontrar movimiento por grados conjuntos y también por saltos. Si bien emplearemos preferentemente el movimiento conjunto,
en ocasiones quebraremos la línea melódica mediante algún salto, bien por necesidad o por un sentido artístico. Debemos tener
en cuenta que muchos de los movimientos melódicos se permitirán, pero otros estarán prohibidos (especialmente en la armonía
para coro, por su dificultad a la hora de entonar) y también encontraremos algunos obligados.
Están prohibidos los intervalos de séptima. No obstante podemos abarcar este intervalo realizando un salto de
menor sin alterar hacia la sensible (2ª aumentada) y el movimiento del IV grado en ambos modos hacia la sensible (4ª
aumentada). Los intervalos disminuidos, sin embargo, se permiten siempre que resuelvan por grados conjuntos y
movimiento contrario.
Evitaremos realizar dos saltos consecutivos en la misma dirección. Como regla general, después de un salto
Cuando la dominante resuelve en la tónica, la sensible debe realizar un movimiento de segunda menor ascendente. Y
si la sensible esté en una voz intermedia (contralto o tenor) también puede resolver de forma indirecta si en vez de resolver
Ya lo veremos más adelante, pero lo anticipamos en este tema. La séptima de un acorde cuatríada debe resolver
Ejercicios
Los ejercicios a continuación han sido tomados de los apuntes de armonía del blog Music Net Materials
3. Encuentra los errores en las siguientes melodías según los criterios expuestos anteriormente.