Está en la página 1de 15

UNIVERSIDAD TECNICA DE MANABI

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA DE ENFERMERIA

MATERIA:
ENFERMERIA EN ADICCIONES

TEMA:
EL SISTEMA DOPAMINERGICO EN LAS ADICCIONES

DOCENTE:
LCDA. GOROZABEL

RESPONSABLE
MERA MURILLO MELIZA

NIVEL:
VII

PARALELO
“D”

PERIODO:
ABRIL 2019 – AGOSTO 2019

PORTOVIEJO 07 DE JUNIO 2019


EL SISTEMA DOPAMINERGICO EN LAS ADICCIONES

INTRODUCCION

Hasta fechas recientes, la adicción se consideraba un vicio. Se creía que el abandono

del tabaquismo o del alcoholismo era una simple cuestión de fuerza de voluntad. Se

culpabilizaba a la persona que bebía en exceso o que consumía otras drogas,

comportamiento que debía interrumpir por sus propios medios. Afortunadamente, esta

concepción ya ha sido superada. Gracias a los espectaculares avances registrados en la

investigación sobre los mecanismos neurobiológicos de la adicción, se entiende ahora

que nos hallamos ante una enfermedad y como tal debe tratarse.

La terapia farmacológica y psicológica permite que, en muchos casos, la persona

afectada vuelva a llevar una vida normal. La adicción se define como un conjunto de

trastornos psíquicos caracterizados por una necesidad compulsiva de consumo de

sustancias psicótropas con alto potencial de abuso y dependencia (las drogas).

En la definición se incluye también la realización de una conducta adictiva (como el

juego patológico), que invade progresivamente todas las esferas de la vida del individuo

(familia, amigos, relaciones sociales o trabajo).

Al mismo tiempo, se produce un desinterés hacia actividades, experiencias y placeres

alternativos que habían formado parte de la vida de individuo afectado. En la vida

diaria, cuando se habla de adicción, se piensa de inmediato en el consumo de alcohol,

cocaína u otra droga. No suele repararse en un segundo grupo de conductas adictivas:

juego patológico, compras compulsivas y adicción a la comida. A ello hemos de añadir

un tercer grupo de conductas adictivas que están emergiendo, a saber, las asociadas al

abuso de ordenadores, teléfonos celulares e internet.


La adicción no se desarrolla tras un primer consumo, sino que es un proceso largo,

que empieza necesariamente por el uso social de la droga y pasa luego a una segunda

etapa en la que se van perdiendo progresivamente el control sobre la droga o la

conducta adictiva. Pero el uso social de la droga no desemboca, por sí solo, en una

adicción. Para que ésta se implante deben confluir en el sujeto factores de

vulnerabilidad previa, propia del individuo, y factores ambientales; al operar juntos,

facilitarán el desarrollo del trastorno.


OBJETIVOS

Objetivo General:

 Exponer las implicaciones del sistema dopaminergico en la adicción y la

neurotoxicidad

Objetivos Específicos:

 Detallar las causas y efectos de la disminución de dopamina en un paciente

drogodependiente

 Identificar signos y síntomas de un adicto a la cocaína

 Elaborar un plan de cuidados que identifique las necesidades y patrones

afectados del paciente y realizar intervenciones de enfermería


MARCO TEORICO

Las Adicciones pueden comenzar como un juego, un desafío entre amigos o bandas,

o simplemente una experiencia traumática que lleva a la depresión. Caer en una

adicción trae consecuencias muy negativas en el organismo. Y por sobre todo, en su

órgano más importante: el cerebro. Cualquier adicción puede convertirse en un

peligroso enemigo. Ninguna persona está exenta. Sin embargo, no todos se convertirán

en adictos.

¿Qué es la adicción?

Se considera que una persona es adicta cuando se desarrolla una dependencia

psicológica, es decir, una conducta repetitiva y compulsiva con respecto al uso de

una sustancia. Coexisten la dependencia psicológica y física –que es la respuesta del

cuerpo ante esa sustancia-.

En sí, la definición de adicción aplica a la compulsión y repetición del uso de

alcohol, nicotina, drogas opiáceas como la heroína, también la cocaína y otros

estimulantes. Pero, ¿qué hay del juego, el sexo y hasta los videojuegos e incluso
Internet? Mucha gente se embarca en estas conductas hasta el punto de convertirlas en

algo peligroso para ellos mismos –y sus familias-.

Los científicos han desarrollado en los últimos años estudios detallados de cómo la

adicción interrumpe las vías y los procesos que subyacen al deseo, la formación de

hábitos, el placer, el aprendizaje, la regulación emocional y la cognición, después de

pasar décadas investigando los cerebros de animales de laboratorio amantes de la droga

y escaneando el cerebro de voluntarios humanos.

La adicción causa cientos de cambios en la anatomía del cerebro, la química y la

señalización de célula a célula, incluso en las brechas entre las neuronas llamadas

sinapsis, que son la maquinaria molecular para el aprendizaje. Aprovechando la

maravillosa plasticidad del cerebro, la adicción remodela circuitos neuronales para

asignar valor supremo a la cocaína o a la heroína a expensas de otros intereses como la

salud, el trabajo, la familia o la vida misma.

El doctor Gabriel Persi, jefe del Área de Enfermedades Cerebrovasculares

del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba), explicó a Infobae cómo opera la

adicción en el cerebro de una persona, más allá de que sea una droga dura, blanda, el

alcohol o el cigarrillo.
"Hay un efecto del sistema de recompensa, donde el paciente obtiene un beneficio

por el uso de la sustancia. Luego eso se vuelve indispensable y necesario para vivir. A

esa conducta, se le agregan otros fenómenos adversos que se combinan por efecto de la

droga. Todo esto se establece también en un ambiente social que es parte del

problema. El entorno social acompaña el deterioro de la persona. Ese entorno te

lleva a la droga o la droga al entorno. Es una relación directa, en donde no se puede

separar el medio social", precisó Persi.

El doctor Salvador Guinjoan, jefe del Servicio de Psiquiatría de la Fundación

Flenitambién apuntó cuál es el primer cambio notorio de una persona adicta: los

circuitos cerebrales de recompensa.

"Se la llama neurotransmisión dopaminérgica y consiste en que la droga va

sustituyendo las recompensas naturales del organismo, como pueden ser la comida

o las relaciones sexuales. La droga, el cigarrillo o el alcohol puentean las funciones y

utilizan el mismo mecanismo para hallar una sensación de placer en el cuerpo", señaló

Guinjoan y remarcó que "las personas que desarrollan una adicción, van desarrollando

el concepto de tolerancia en su organismo, por lo que van a necesitar cada vez más

droga o el cambio a otra más fuerte, ya que el efecto de una cantidad pautada o tipo de

estupefaciente ya probado, no va a alcanzar para llegar al placer".

La doctora Magdalena Boano, médica especialista en Psiquiatría de Ineco coincidió

con Guinjoan al destacar que la mayoría de drogas que producen adicción afectan el

cerebro incrementando la neurotransmisión dopaminérgica en el circuito de

recompensa del cerebro.


"La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en ciertas áreas del cerebro

vinculadas con el movimiento, la motivación y la sensación de gratificación entre otras

funciones", afirmó Boano a Infobae.

Y agregó: "El circuito de recompensa involucra diferentes áreas cerebrales. Cuando

se activa este circuito se refuerzan actividades que nos resultan gratificantes y de esta

manera se seleccionan ciertos comportamientos frente a otros. El consumo de algunas

sustancias produce una liberación de dopamina que puede ser mucho mayor y su

efecto más duradero que el que producen algunas conductas que usualmente

producen placer como por ejemplo comer, escuchar música y la actividad

sexual. De esta manera, se sobreestimula el circuito de recompensa a través de una

liberación incrementada de Dopamina "enseñando" al cerebro a repetir esta conducta y

motivando a la persona a continuar consumiendo".

Los desórdenes de dopamina pueden causar enfermedades. Si disminuyen, pueden

causar trastorno por déficit de atención con hiperactividad y Parkinson. Si aumentan

anormalmente los niveles del neurotransmisor, se puede sufrir psicosis y esquizofrenia.

Lo que el individuo busca al utilizar la dopamina como fármaco no sólo tiene

relación con el tratamiento de enfermedades, sino para aumentar el nivel de

neurotransmisor. De esta manera se consigue llegar a la sensación de placer, ya que la

dopamina actúa en esas áreas del cerebro.

Sin embargo, pasado un tiempo de consumida la droga es cuando los niveles de

dopamina descienden y causan un bajón emocional. Éste es el momento en el que la

adicción juega un papel esencial y el individuo vuelve a consumir para sentirse mejor.

¿De qué manera la estimulación del circuito de placer del cerebro nos enseña a

seguir consumiendo drogas?


Nuestros cerebros están conectados para garantizar que repitamos las actividades

vitales al asociar estas actividades con el placer o la recompensa. Cada vez que se activa

este circuito de recompensa, el cerebro nota que está sucediendo algo importante que

necesita recordar, y nos enseña a hacerlo una y otra vez sin pensar en ello. Debido a que

las drogas adictivas estimulan el mismo circuito, aprendemos a abusar de las drogas de

la misma manera.

¿Por qué las drogas son más adictivas que las recompensas naturales?

Cuando se toman algunas drogas adictivas, pueden liberar de 2 a 10 veces más la

cantidad de dopamina que las recompensas naturales, como comer y tener sexo.15 En

algunos casos, esto ocurre casi de inmediato (como cuando las drogas se fuman o se

inyectan), y los efectos pueden durar mucho más que los producidos por las

recompensas naturales. Los efectos resultantes sobre el circuito de recompensas del

cerebro son gigantescos en comparación con los producidos por los comportamientos

naturales de gratificación.
El efecto de una recompensa tan poderosa motiva fuertemente a la gente a consumir

drogas una y otra vez. Por este motivo, los científicos a veces dicen que el abuso de

drogas es algo que aprendemos a hacer muy, muy bien.

Por su parte, Persi alertó sobre los adictos a más de una droga: "Tiene serias

implicancias en la salud del organismo. Muchas drogas como la cocaína, la ketamina

o el éxtasis, tienen fenómenos activos en diferentes áreas, como por ejemplo la

cerebrovascular. Pueden causar hermorragias en el cerebro, arritmias cardíacas,

Fibrilación Auricular (FA), aumento la coagulación de la sangre, espasmos en las

arterias, e incidentes de isquemia".

"Habrá fenómenos hepáticos y cardiovasculares a causa del consumo excesivo de

alcohol. Y en el caso de la marihuana, afectará los receptores de consumo de alimentos,

provocando el poco apetito y problemas de concepto anímico, como la depresión",

agregó su colega Guinjoan.

En tanto, Boano precisó que la exposición a drogas prolongada en el tiempo puede

afectar estructuras cerebrales de manera que la persona que padece una adicción puede

experimentar deseos de consumir incluso mucho tiempo después de haber abandonado

el consumo.

"Asimismo el consumo repetido y prolongado en el tiempo puede afectar

circuitos que intervienen con la capacidad de inhibir conductas vinculadas al

consumo de drogas como así también áreas cerebrales relacionadas con la toma de

decisiones en la corteza frontal", indicó la especialista.

¿Qué le pasa al cerebro si continúa consumiendo drogas?


Para el cerebro, la diferencia entre las recompensas normales y las recompensas

producidas por las drogas se puede describir como la diferencia entre alguien que

susurra al oído y alguien que grita con un micrófono. Así como rechazamos el volumen

demasiado alto de una radio, el cerebro se ajusta a las oleadas abrumadoras de

dopamina (y otros neurotransmisores), produciendo menos dopamina o disminuyendo el

número de receptores que pueden recibir señales. Como resultado, el impacto de la

dopamina sobre el circuito de recompensas del cerebro de una persona que abusa de las

drogas puede llegar a ser anormalmente bajo, y se reduce la capacidad de esa persona de

experimentar cualquier tipo de placer. Así, una persona que abusa de las drogas

eventualmente se siente aplacada, sin vida y deprimida, y es incapaz de disfrutar de las

cosas que antes le resultaban placenteras. Ahora, la persona necesita seguir

consumiendo drogas una y otra vez sólo para tratar de que la función de la dopamina

regrese a la normalidad, lo cual solo empeora el problema, como un círculo vicioso.

Además, la persona a menudo tendrá que consumir cantidades mayores de la droga para

conseguir el efecto deseado y que le es familiar que resulta, un fenómeno de la

dopamina alta, conocido como tolerancia.

Patrones de comportamiento
"Las personas que consumen drogas tienen un patrón de comportamiento muy

variado. Desde acciones sutiles, que tal vez no son perceptibles, hasta situaciones

marcadas que muestran un deterioro evidente. Respuestas a veces retraídas o por el

contrario, más extrovertidas y hasta violentas. Depende del tipo de droga que se

consume y también de la personalidad del individuo", señaló Persi.

Según el especialista, estos cambios de conducta comienzan a generar un deterioro a

las relaciones sociales de esas personas. De repente tienen problemas de pareja o con la

familia. Tienen conflictos en la escuela, colegio o hasta laborales de más grande. Y

cambian los vínculos afectivos. Cambia su entorno y todo se deteriora.

Guinjoan puntualizó los casos de los adictos que pasan de una droga a otra, como

por ejemplo los que consumen marihuana y luego saltan a la cocaína. "Eso lo

llamamos problema médico. La persona que una vez comienza a consumir y no puede

parar, está genéticamente determinada a tener ese comportamiento, a diferencia del que

sí puede detenerse y no pasar a otras drogas más duras. En el primer caso se trata de

personas con genes diferentes, con diferentes tipos de receptores químicos y respuestas

neuronales", agregó el experto de Fleni.


Indicios y Síntomas del Abuso de Cocaína

Los amigos y los seres queridos pueden observar diversas conductas que indican que

una persona está abusando de la cocaína. Además de estas conductas, existen diversos

síntomas físicos, cognitivos y psicosociales que sugieren que un individuo está

luchando contra una adicción a la cocaína. Tome nota de los siguientes indicios y

síntomas si usted sospecha que uno de sus seres queridos está utilizando este tipo de

sustancias nocivas y considere las distintas opciones de tratamiento para ayudarle a

terminar con esta adicción que pone en riesgo su vida:

Síntomas del comportamiento:

Periodos prolongados de energía excesiva

Hablar rápidamente

Agresión

Mentiras

Hurto

Episodios de hiperactividad repentina

Participación en conductas riesgosas


Síntomas físicos:

Aceleración de la frecuencia cardiaca

Dilatación de las pupilas

Hemorragias nasales frecuentes

Sudoración

Aumento de la temperatura corporal

Ataques

Hipertensión

Síntomas cognitivos:

Psicosis

Alucinaciones

Euforia

Pánico

Intranquilidad

Irritabilidad

Síntomas psicosociales:

Depresión

Disminución en el interés por las cosas que anteriormente se disfrutaban

Ansiedad

Cambios impredecibles en el estado de ánimo


BIBLIOGRAFIA:

 Ingrassia, V. (2019). El cerebro adicto: Adicciones. Recuperado

de:https://www.infobae.com/salud/2017/09/08/el-cerebro-adicto-como-las-

drogas-anulan-las-capacidades-humanas/

 Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas. (2015). Abuso y Adiccion a las

Drogas: La Adiccion como Enfermedad. Recuperado

de:https://d14rmgtrwzf5a.cloudfront.net/sites/default/files/soa_sp_2014.pdf

 Davarez, C. (2016). Adicciones: Signos y Sintomas de las Drogas.

Recuperado: https://www.sanjuancapestrano.com/adiccion/cocaina/sintomas-

efectos/

También podría gustarte