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Macroglia

Los orígenes de las células gliales en la literatura de neuroanatomía se extiende desde el año de
1846, en el que aparecieron los trabajos de Rudolph Virchow. Este hecho histórico ha sido documentado
ampliamente por Glees, Kuffler y Nicholls. La definición de células gliales se deriva esencialmente de un
proceso de exclusión. Pueden definirse como células del tejido nervioso que no son neuronas. Sin
embargo, las células gliales poseen también uno o dos componentes bioquímicos por los que pueden
distinguirse de otras células (Bradford, 1988).

Los matices funcionales atribuidos en la actualidad a las células neurogliales son:


* Soporte mecánico de las neuronas (astrocitos y oligodendrocitos).
* Producción de la vaina de mielina (oligodendrocitos).
* Captación rápida y, por tanto, inactivación de neurotransmisores químicos liberados por las neuronas
(astrocitos).
* Formación del tejido cicatricial después de lesiones cerebrales (astrocitos).
* Eliminación de residuos de tejido local después de la muerte celular (astrocitos) (Gorovits et al., 1997;
Newcomb et al., 1997).
* Constitución de un sistema de fibras entre la sangre y las neuronas (astrocitos).
* Control de la composición del líquido extracelular. Niveles de los iones de potasio y calcio (astrocitos)
(Bradford, 1988).
Tipos de células gliales
Teniendo en cuenta el tamaño, forma y situación se distinguen varios subgrupos
de células, gliales. La gran familia de células gliales puede dividirse en
macroglías, que son las células de mayor tamaño, y microglías las menores. Entre la
macroglía está la glía radial, astroglía, oligodendroglía y glía periférica (Bradford,
1988).
Las células gliales de mayor tamaño son los astrocitos. Su pericarión, de 18 a 20 mm
de diámetro, posee un núcleo pálido de gran tamaño, gránulos de glucógeno y en
algunos casos abundantes filamentos gliales (gliofilamentos). Sus prolongaciones
membranosas, que son largas y estrechas, proporcionan la forma característica de
estrella señalada en su nombre. Estas estructuras delgadas y las dilataciones que se
aprecian en sus extremidades (pies terminales) rodean la superficie de los capilares
sanguíneos, dejando solamente unos huecos pequeños para la difusión de las
sustancias desde los endotelios capilares a través de la lámina basal y los espacios
extracelulares restringidos del encéfalo. Los pies terminales, que son una
característica especial de los astrocitos se hallan también superpuestos a las
membranas neuronales y a las membranas piales que cubren la superficie encefálica
externa. La oligodendroglía constituye otro subgrupo glial importante. Estas células
se distinguen claramente de los astrocitos por sus pequeños cuerpos celulares (3 a
5 mm de diámetro) con pocas prolongaciones celulares. La oligodendroglía se halla
en la sustancia blanca y en la sustancia gris. La de la sustancia blanca conocida como
oligodendroglía interfascicular, es responsable de la formación de la vaina de
mielina aislante alrededor de los axones; en la sustancia blanca del cerebro en
desarrollo, sus prolongaciones celulares se distinguen continuas con las vainas de
mielina que están produciendo ininterrumpidamente.
En la sustancia gris la oligodendroglía satélite se halla frecuentemente en íntima
relación con los cuerpos celulares. La microglía es la neuroglía más pequeña, con
diámetro de 2 a 3 mm, por lo que pueden distinguirse fácilmente de la macroglía. Su
variable morfología hace que sea difícil de definir y estudiar, sin embargo, estas son
las células encargadas del sistema inmune del SNC (Bradford, 1988).
Estas células se distinguen por la facilidad con que son teñidas con las sales de plata, por sus núcleos
pequeños y alargados, por su escaso citoplasma y por su multitud de prolongaciones celulares pequeñas
(Bradford, 1988). Cuando estas células se exponen a estímulos que provocan inflamación u otro tipo de
insulto al tejido nervioso, la microglía se transforma rápidamente desde un estado de reposo pasivo a una
fagocitosis activa acompañada de proliferación y migración por el tejido. Es en esta fase cuyo su similitud
con los macrófagos es evidente (Bradford, 1988).
Las células gliales radiales, descritas por primera vez a finales del siglo pasado, han sido consideradas
en la actualidad como un grupo especial de neuroglía que tiene una importancia considerable. Estas
células aparecen durante el desarrollo encefálico para transformarse después en otros tipos gliales (por
ejemplo, astrocitos) a medida que madura el cerebro. Muchas de estas células poseen una forma
alargada, frecuentemente bipolar, con dos o más prolongaciones celulares importantes que se extienden
a distancias relativamente largas a través de tejido nervioso y que terminan frecuentemente en las
membranas superficiales o en las paredes de los vasos sanguíneos. Al menos hay dos tipos de glía radial
que sobreviven en el cerebro adulto humano: las células de Müller y la glía de Bergman. Las células de
Müller se hallan en la retina y muestran una morfología y disposición características; son muy alargadas y
se extienden entre las membranas limitantes interna y externa de la retina. La glía de
Bergman conformada por células gliales peculiares, situadas en la capa molecular en la corteza
cerebelosa de los mamíferos proyecta varias prolongaciones celulares alargadas a través de la capa
molecular hasta la superficie interna de la membrana pial, donde forman pies terminales cónicos. Los
cuerpos celulares de la glía de Bergman están localizados en la capa de células de Purkinje (voluminosas
neuronas ramificadas de la capa media de la corteza cerebelar) (Bradford, 1988).
Los astrocitos como su nombre lo sugiere, son células en forma de
estrella, con numerosas prolongaciones citoplásmicas ramificadas.
Sus núcleos son grandes, ovoides o esféricos y tienen color
pálido, con pocos gránulos finos de cromatina distribuidos
principalmente en la periferia en unión íntima con la membrana
nuclear. Los nucléolos no son patentes. El citoplasma incluye los
organelos corrientes y puede observarse claramente un centrosoma.
Puede haber pigmento lipocrómico (Lesson, 1976). Sus
prolongaciones celulares fibrosas características, así como su pericarión, están rellenas de gliofilamentos
cuyo componente proteico más importante, llamado proteína ácida fibrilar de la glía (PAFG), ha sido
posible aislarlo recientemente. Los anticuerpos frente a esta proteína, marcados con sustancias
fluorescentes, posibilitan visualizar claramente los astrocitos (Bradford, 1988; Lesson, 1976).
En ambos tipos las células tienen aproximadamente 8 micras; el citoplasma perinuclear se tiñe
pálidamente, por la pobreza en retículo granuloso y en ribosomas libres, y contiene algunas mitocondrias,
complejos de Golgi, microfilamentos y, de ordinario, gran número de lisosomas y muchas partículas de
glucógeno. El núcleo es ovoide y de forma irregular. Los astrocitos tienen gran número de prolongaciones
citoplásmicas, que se tiñen poco y contienen algunos microfilamentos. Estas prolongaciones rodean y
separan las neuronas; algunas tienen expansiones terminales que establecen contacto con los vasos
sanguíneos (pies perivasculares o pies terminales astrocíticos) epéndimo y piamadre en la superficie del
SNC. Donde los astrocitos, o sus prolongaciones, establecen contacto con los astrocitos vecinos o con
neuronas vecinas, puede haber desmosomas y uniones de espacio vacío. Las prolongaciones de los
astrocitos y otros elementos gliales se encuentran entre los cuerpos neuronales, y sus axones y dendritas
constituyen el neurópilo (Lesson, 1976).
Los astrocitos pueden
ser protoplasmáticos (astrocitos tipo-
1) que son los que
tienen prolongaciones ramificadas y
se encuentran principalmente en la
sustancia gris dispersa entre los
cuerpos neuronales; constituyen una
gran proporción del volumen
citoplásmico de la sustancia gris
(Bradford, 1988; Lesson, 1976).
No contienen abundantes
estructuras filamentosas y sus
prolongaciones tienden a ser
laminares o membranosas (Lesson,
1976).
También pueden ser fibrosos
(astrocitos tipo-2), o células en forma de araña, que tienen prolongaciones más largas y más delgadas,
contienen numerosas fibrillas citoplásmicas y están situadas principalmente en la sustancia blanca,
situados entre los haces de axones mielinizados (Lesson, 1976).
Desarrollo de las células macrogliales
Las primeras células gliales que
aparecen en el período embrionario
son las células gliales radiales
(Cameron, 1991). De hecho, las
neuronas emplean estas células como
orientación para encontrar su lugar
definitivo en el sistema nervioso.
Al final de la gestación, las células
gliales radiales se transforman en
astrocitos fibrosos. La mayoría de los
astrocitos aparecen más tardíamente
en el desarrollo, aproximadamente en
el nacimiento ; su número se va
incrementando hasta después de
algunas semanas de vida postnatal.
Los astrocitos que se originan durante el período embrionario se desarrollan a partir de la zona ventricular
de la placa neural, y los que se originan postnatalmente provienen de la zona subventricular (Sánchez-
Abarca, 1998).
Los oligodendrocitos surgen en período postnatal, aunque su diferenciación o, lo que es lo mismo, la
mielinización, comienza en la rata una semana después de su nacimiento y alcanza su máximo el día 21 de
vida postnatal. En el hombre, la síntesis de mielina se efectúa, aproximadamente, desde la semana 25 de
gestación hasta los 20 años de vida adulta (Gould, 1985; Martínez, 1989).
Aunque esta pueda ser una consideración general, la realidad es que el tiempo y el origen de los
astrocitos y oligodendrocitos cambia dependiendo del área del SNC analizada. Así, una de las cuestiones
más importantes relacionadas con el linaje glial es si comparten sus precursores con las neuronas, es
decir: derivan de una célula progenitor multipotencial (Noble, 1991). La respuesta a esta cuestión parece
depender del área del cerebro analizada. A continuación se resume el linaje glial en cuatro regiones
diferentes del SNC:
* Desarrollo de las células macrogliales en la corteza cerebral: en este nivel del SNC hay un alto nivel de
complejidad. La primera controversia del linaje glial de la corteza cerebral es si las células derivan de un
precursor celular multipotencial o no (Davis y Temple, 1994; Wolswijk y Noble, 1989). Así, algunos
experimentos sugieren que la zona ventricular de la corteza está compuesta por una mezcla de diferentes
precursores celulares. La mayoría de ellos genera un sólo tipo de células (neuronas, astrocitos u
oligodendrocitos) y el resto genera neuronas y un sólo tipo de células de la glía. Sin embargo, cuyo se
cultivan células progenitoras de la zona ventricular, un pequeño porcentaje de estas células son
pluripotenciales, es decir, son capaces de generar neuronas, astrocitos y oligodendrocitos (Davis y Temple,
1994).
Estudios realizados tanto in
vivo como in vitro sugieren que
en el proceso de gliogénesis las
células van reduciendo su
multipotencialidad a medida que
avanza el desarrollo. Así, una vez
que los precursores gliales y
neuronales están diversificados,
el linaje glial puede ser seguido
por el origen de tres diferentes
precursores celulares (ver figura
1). Uno de estos precursores dará
lugar a las células gliales radiales,
que son las primeras en aparecer
en el SNC. Después estas células
gliales radiales se transformarán
en células Bergman, células de
Müller, células ependimales. Por
otro lado, los astrocitos tipo-1 se
generarán a partir de un
precursor propio. Los
oligodendrocitos se originarán a
partir de las células de un
precursor propio(Barres et al.,
1992). Los oligodendrocitos se
originarán a partir de las células
progenitoras O-2A (precursores
de oligodendrocitos y astrocitos
tipo-2). Estas células progenitoras
O-2A, son bipotenciales in vitro y
pueden originar, también, una
segunda población de astrocitos,
que son los astrocitos tipo-2
(Wolswijk y Noble, 1989).
* Desarrollo de las células macrogliales en el nervio óptico: el nervio óptico contiene los axones de las
células ganglionares de la retina, las dos clases de células macrogliales (astrocitos y oligodendrocitos) y
las células microgliales (Small et al., 1987). Los astrocitos se desarrolla a partir de células neuroepiteliales
que forman el primitivo nervio óptico, mientras que los oligodendrocitos se desarrollan a partir de células
precursoras que migran al nervio óptico en tempranos estadios del desarrollo (Small et al., 1987). Los
oligodendrocitos derivan de precursores celulares bipotenciales O-2A, ya que en cultivo son capaces de
originar tanto oligodendrocitos como astrocitos tipo-2, dependiendo de las condiciones de cultivo
(Ffrench-Constant, 1986a; Ffrench-Constant, 1986b; Ffrench-Constant, 1986c; Raff, 1989).
Los astrocitos aparecen en el
nervio óptico de rata en el día 16
del período embrionario y van
aumentando su número hasta la
sexta semana postnatal (Burne y
Raff, 1997). Curiosamente, los
axones de las células ganglionares
de la retina dirigen la
proliferación de los astrocitos
(Raff, 1989). Dado que la muerte
celular normal no parece jugar un
papel importante en el ajuste del
número de astrocitos en el nervio
óptico de rata, los axones son los
responsables del número final de
astrocitos, debido al control que
ejercen sobre su proliferación
(Burne y Raff, 1997).
Los oligodendrocitos aparecen
por primera vez después del
nacimiento, su número alcanza el
máximo en el día 21 postnatal y
disminuye ligeramente en el
nervio óptico adulto (Raff, 1989).
Los astrocitos tipo-2 se
detectan en el nervio óptico de
rata a partir de la primera
semana de vida
postnatal, aunque en un número
muy pequeño.
* Desarrollo de las células
macrogliales en la retina: en la
retina existe una gran variedad de
células diferentes que derivan de las células precursoras multipotenciales . Estas células precursoras
retendrán su multipotencialidad mientras continúen dividiéndose (Turner y Cepko, 1987). Estos
precursores están capacitados para generar tanto neuronas como fotorreceptores o células gliales Müller
(Germer et al., 1997). La única excepción son los astrocitos; este tipo celular glial es el único no
encontrado en los clones formados a partir de los precursores multipotenciales de la retina (Watanabe y
Raff, 1988).
* Desarrollo de las células macrogliales en la médula espinal: las células neurales de la médula espinal se
desarrollan a partir de células progenitoras pluripotenciales. De hecho, las células neuroepiteliales
procedentes del tubo neural caudal en cultivo pueden dar origen a neuronas, astrocitos y
oligodendrocitos. Por tanto, estas células neuroepiteliales se comportan como precursores celulares
multipotenciales, capaces de generar múltiples derivados neurales.
Microglia: Son las células más pequeñas y se hallan dispersas en todo el SNC. En sus pequeños cuerpos
celulares se originan prolongaciones ondulantes ramificadas que tienen numerosas proyecciones como
espinas. Son inactivas en el SNC normal, proliferan en la enfermedad y son activamente fagocíticas (su
citoplasma se llena con lípidos y restos celulares). Son acompañados por los monocitos de los vasos
sanguíneos vecinos.

Epéndimo: Las células ependimales revisten las


cavidades del encéfalo y el conducto central de
la médula espinal. Forman una capa única de
células cúbicas o cilíndricas que poseen
microvellosidades y cilias. Las cilias son móviles y
contribuyen al flujo de líquido cefaloraquídeo.

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