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ÁCIDOS GRASOS SATURADOS

Un ácido graso saturado es una cadena lineal de átomos de carbono unidos por
enlaces sencillos, es decir, sin dobles enlaces. Los enlaces de la cadena entre
los carbonos restantes están ocupados por hidrógenos.

Las grasas de los alimentos con mayor proporción de ácidos grasos saturados
de cadena larga permanecen sólidas a temperatura ambiente. Por ejemplo, la
grasa externa de un trozo de carne es sólida por su mayor contenido de ácidos
grasos saturados de cadena larga, mientras que la grasa del pollo es semisólida
a la temperatura ambiente, porque tiene menor proporción de ácidos grasos
saturados de cadena larga. (Velásquez, 2006)
Los ácidos grasos saturados son más resistentes a la oxidación, al calor y a la
luz; no sólo son fuente de energía, sino que también hacen parte de la estructura
de la membrana plasmática y el organismo los puede sintetizar o recibir de la
dieta.

Los ácidos grasos monoinsaturados son muy buenos para la salud; los
poliinsaturados son buenos y los saturados malos, aunque también necesarios
para la salud. Se acepta que una buena alimentación debe contener un 50% de
ácidos grasos monoinsaturados, un 25% de poliinsaturados y otro 25% de
saturados. (Madrid & Madrid, 2008)
No todos los ácidos grasos saturados influyen en el aumento del colesterol de la
misma forma: el ácido esteárico no lo aumenta en la misma medida que el
palmítico o el láurico, y los tres, son ácidos grasos saturados de cadena media.
Además, el ácido esteárico puede ser transformado en ácido oleico por el
organismo a través de enzimas especializadas (desaturasas) que tenemos en
nuestro organismo, éste es capaz de desaturar, romper y recomponer los ácidos
grasos antes de ser utilizados como energía o mensajeros químicos o
almacenarlos para ser utilizados posteriormente como sea conveniente.
Los beneficios de las grasas saturadas influyen en el buen funcionamiento de
corazón, pulmones, hígado, cerebro, sistema hormonal e inmunológico y la
correcta salud y estabilidad de las membranas celulares.
El coco es rico en grasa saturada de cadena media (más de 60% de su grasa);
sus ácidos grasos son más fáciles de digerir, llegan al hígado directamente sin
esfuerzo para ser utilizados como fuente de energía, lo cual es perfecto para
deportistas y diabéticos, pues obtienen energía sin la intervención de la insulina,
a diferencia de cuando esta energía es obtenida a través de los carbohidratos
que sí aumentarán la glucosa en sangre y, por tanto, el páncreas deberá producir
insulina. (Vergés, 2017)

BIBLIOGRAFÍA
Madrid, J., & Madrid, A. (2008). Conoce la verdad de los alimentos anunciados
en TV. Madrid: Arán S.L.
Velásquez, G. (2006). Fundamentos de alimentación saludable. Medellín:
Universidad de Antioquia.
Vergés, M. (2017). Grasas buenas. Barcelona: Amat.

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