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- ¿Qué significa que la Tierra es un sistema?

La Tierra es un planeta parte del sistema solar, compuesto de distintas partes o


elementos en permanente interacción conformando un sistema. Un sistema es un
conjunto organizado de partes que se relacionan formando un todo y cada parte
cumple determinadas funciones. Existen diversos fenómenos, procesos o aspectos de
la vida que constituyen un sistema y pueden pertenecer a ámbitos muy distintos: un
sistema puede ser la familia, la ciudad, el campo, el universo, la sociedad, la
economía, entre otros; lo que distingue a un sistema es que está compuesto de partes
interrelacionadas y dependientes, por lo que si cambia una de las partes se modifican
las otras, alterando todo el sistema.

2- Las partes o subsistemas de la Tierra

Las principales partes que componen la Tierra son los subsistemas de la litosfera,
la atmósfera y la hidrosfera, que cumplen funciones específicas para el desarrollo de
la vida en el planeta y establecen relaciones de influencia mutua, de tal forma que lo
que ocurre en un sistema puede modificar a los otros. Estos tres subsistemas son
fundamentales para el desarrollo de la vida: la atmósfera aporta oxígeno y dióxido de
carbono; la hidrósfera aporta el agua y modera las temperaturas; y
la litosfera proporciona sales minerales y el soporte para los seres vivos. La parte
donde se desarrolló y sostiene la vida corresponde a la biosfera, que comprende tierra,
atmósfera e hidrosfera.
La litosfera corresponde a la parte sólida externa de la Tierra y está constituida por la
superficie o corteza que incluye tanto las tierras emergidas o continentes como los
fondos oceánicos. La parte interna de la Tierra se denomina núcleo, formado por
hierro incandescente, con temperaturas superiores a los 4.000 grados Celsius.

La atmósfera es la masa de aire que envuelve a la Tierra y está compuesta de


diversos gases, que se extienden desde la superficie hasta los 900 Kilómetros de
altitud. Gracias a ella los seres vivos pueden respirar y reciben protección frente a los
rayos dañinos de Sol.

La hidrosfera es el conjunto de las masas de agua que se encuentran en la Tierra:


océanos, mares, ríos, lagos y aguas subterráneas.

3- ¿Cómo interactúan los subsistemas de la Tierra?

En la naturaleza se producen fenómenos que ponen en relación a todos los


subsistemas de la Tierra. Por ejemplo, a medida que se fue formando la litosfera y
surgieron los volcanes, aparecieron los gases emitidos por erupciones volcánicas y
comenzaron a integrar la atmósfera, la que al dejar caer su lluvia, enfrió la superficie
terrestre.

3.1- El ciclo del agua


Uno de los ejemplos más evidentes de cómo se establecen relaciones de
dependencia entre los subsistemas es el ciclo hidrológico o ciclo del agua, que
constituye un proceso de intercambio continuo de agua entre la atmósfera, la
hidrosfera y la litosfera.
El agua está en constante movimiento en la naturaleza, ya que pasa de unos lugares
a otros y de un estado a otro: en los mares y océanos el agua se evapora, el vapor
sube a la atmósfera para formar nubes; por medio de las precipitaciones, el agua de
las nubes regresa a la tierra donde es aprovechada por vegetales y animales; otra
parte escurre por la superficie en los ríos o en el subsuelo como las aguas
subterráneas hasta llegar al mar, completándose así el ciclo del agua.

Los seres vivos también intervienen en el ciclo del agua: los arboles por ejemplo,
mueven gran cantidad de agua, ya que la absorben del suelo por sus raíces y pierden
parte de ella por sus hojas.

3.2- Diversidad de ecosistemas


Al interior de un ecosistema también se establecen relaciones de dependencia entre
los subsistemas. Los ecosistemas son las unidades básicas de la biosfera en donde
se desarrollan e interactúan los seres vivos o elementos bióticos con elementos
abióticos, que corresponden a la luz, la temperatura, el clima, el suelo y el oxígeno.

En la Tierra, existen diversos tipos de ecosistemas y en todos ellos los seres vivos se
han adaptado a las condiciones que les otorga la litosfera, la atmosfera y la hidrosfera,
por lo que cada ecosistema es único. Un ejemplo de ecosistema son los bosques, a
través de los cuales es posible comprobar cuán profundas y frágiles son las relaciones
de dependencia entre cada subsistema, ya que si en uno de ellos se deteriora la
calidad de su aporte, ya sea por contaminación o por destrucción, todo el ecosistema
se ve alterado.

¿Cómo es nuestro Sistema Solar?

El Sistema Solar está formado por una estrella central, el Sol, los cuerpos que le acompañan y el
espacio que queda entre ellos.

Ocho planetas giran en órbitas alrededor del Sol: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter,
Saturno, Urano y Neptuno.

La Tierra es nuestro planeta y tiene un satélite, la Luna. Algunos planetas tienen satélites girando a
su alrededor, otros no.

Los asteroides son rocas más pequeñas que también giran alrededor del Sol, la mayoría entre
Marte y Júpiter. Además, están los cometas que se acercan y se alejan mucho del Sol.

A veces llegan a la Tierra fragmentos de materia extraterrestre que provienen del Sistema Solar o
de más lejos. La mayoría se encienden y se desintegran cuando entran en la atmosfera. Son los
meteoritos.

Los planetas con sus satélites, y también los asteroides, giran alrededor del Sol en la misma
dirección, en órbitas casi circulares. Si pudiésemos observar desde lo alto del polo norte del Sol,
veríamos que los planetas orbitan en sentido contrario al movimiento de las agujas del reloj.
Casi todos los planetas orbitan alrededor del Sol en el mismo plano, llamado eclíptica. El planeta
enano Plutón es un caso especial, ya que su órbita es la más inclinada y la más elíptica de todos.
Hasta hace poco se le consideraba un planeta, pero ya no. El eje de rotación de muchos de estos
planetas es casi perpendicular al eclíptico. Las excepciones son Urano y Plutón, los cuales están
inclinados hacia sus lados.

Tamaños y distancias en el Sistema Solar

El Sol contiene el 99.85% de la materia en el Sistema Solar, casi toda. Los planetas, que se
condensaron a partir del mismo material del que está formado el Sol, contienen sólo el 0.135% de
la masa del sistema solar. El mayor, Júpiter, contiene más de dos veces la materia de todos los otros
planetas juntos. Los satélites de los planetas, cometas, asteroides, meteoroides, y el medio
interplanetario constituyen el restante 0.015%.

Casi todo el Sistema Solar, por volumen, parece ser un espacio vacío que llamamos "medio
interplanetario". Incluye varias formas de energía y contiene, sobre todo, polvo y gas
interplanetarios.
Para comprender los tamaños y distancias en el Sistema Solar, hablemos de fútbol. Si el Sol fuese
un balón situado en el centro de la portería, Mercurio estaría a 9 metros, 2 metros antes del punto
de penalti, y sería como una cabeza de alfiler. Venus estaría en el borde exterior del área, a 17
metros de portería, y tendría 2 milímetros de diámetro, como una bola de cojinete.

La Tierra tendría el mismo tamaño que Venus y estaría a 25 metros, más o menos, un cuarto de
campo, que suelen tener unos 90 metros de longitud. Marte mediría sólo 1 mm, la mitad de la
Tierra, y estaría 10 metros más allá, a 35 del Sol, casi en el centro del campo.

El cinturón de asteroides estaría en la otra portería, prácticamente invisible, formado por unos
pocos y dispersos granitos de arena finísimos. Júpiter estaría al fondo de las gradas o en la pared
exterior del estadio, a 125 metros de la portería y con 2,5 cm de diámetro, una canica grande.

Para encontrar a Saturno tendríamos que buscar una canica de unos 2 cm situada al fondo del
aparcamiento, 100 metros más allá de Júpiter, a 225 del balón que representa al Sol. Urano, un
hueso de aceituna de 8 mm rondaría por el barrio, a 460 metros del Sol, y Neptuno unos 250
metros más allá, a 710 del Sol y algo más pequeño que Urano (un huesito de arbequina).

El límite del Sistema Solar, la heliopausa, quedaría a algo más de 2,5 kilómetros del estadio, unos
16.000 millones de kilómetros reales.

1- Eclipse de Sol

Un eclipse de Sol se produce cuando la Luna se coloca entre la Tierra y el Sol y oculta toda la luz del
Sol o bien una parte. El eclipse puede ser total, parcial o anular. Como la Luna es mucho más
pequeña que nuestro planeta, el eclipse no se produce nunca en toda la Tierra.

- Los eclipses totales de Sol duran poco tiempo, como máximo 8 minutos y son poco frecuentes.
Pueden verse solamente desde una zona pequeña del planeta y en regiones adyacentes se ve
solamente como un eclipse parcial.

- Los eclipses anulares de Sol se producen cuando la Luna esconde solamente la zona central del
Sol. Se ve como un círculo negro envuelto de un anillo iluminado.
2- Eclipse de luna

Los eclipses de Luna se producen cuando la Tierra se coloca entre la Luna y el Sol. Son eclipses más
frecuentes y se pueden ver desde todo un hemisferio.

2.1- Conceptos importantes:

- La umbra: (en latín: "sombra") es la parte más oscura de una sombra. Dentro de la umbra, la
fuente de luz es completamente bloqueada por el objeto que causa la sombra.

- Penumbra: (en latín: paene " casi " + umbra "sombra"), donde la fuente lumínica sólo es
bloqueada parcialmente.
3- Las caras de la Luna

La Luna tiene un movimiento de traslación alrededor de la Tierra que dura 28 días.

Además, la Luna tiene un movimiento de rotación sobre sí misma que también dura 28 días. Como
la traslación y la rotación duran lo mismo, desde la Tierra siempre estamos viendo la misma cara
de la Luna. La cara que nunca podemos ver, se llama cara oculta.

La estructura interna de la Tierra está formada por tres capas concéntricas de diferente
composición y dinámica, la corteza, el manto y núcleo, que en conjunto forman la geósfera,
también conocida como tierra sólida.
En la física aristotélica, la palabra geósfera se aplicaba a cuatro lugares esféricos naturales,
anidados concéntricamente alrededor del centro de la Tierra, como describe Aristóteles en sus
lecturas Física (Aristóteles) y Meteorológica, donde explica el objeto de la ciencia
meteorológica o atmosférica. Se creía que explicaban los movimientos de los cuatro
elementos de la antigüedad: tierra, agua, aire y fuego.
En los textos modernos y en la ciencia del sistema Tierra, la geósfera se refiere a las partes
sólidas de la Tierra; se usa junto con la atmósfera, la hidrósfera y la biósfera para describir los
sistemas de la Tierra. En ese contexto, a veces se usa el término litosfera en lugar de geósfera
o tierra sólida. La litosfera, sin embargo, solo se refiere a las capas superiores de la Tierra
sólida (rocas de la corteza oceánica y continental y el manto superior).
Como la de otros planetas terrestres (planetas formados principalmente por material rocoso),
está dividida en capas de densidad creciente. La Tierra tiene una corteza externa rocosa
compuesta por silicatos, un manto viscoso, y un núcleo subdividido en dos capas, una externa
líquida, mucho más fluida que el manto y una interna sólida. Muchas de las rocas que hoy
forman parte de la corteza se formaron hace menos de 100 millones de años, durante el
periodo Cretácico. Sin embargo, las formaciones rocosas más antiguas conocidas tienen 4400
millones de años, lo que nos indica que el planeta ha tenido una corteza sólida desde
entonces.
Gran parte de nuestro conocimiento acerca del interior de la Tierra ha sido inferido de otras
observaciones. Por ejemplo, la fuerza de la gravedad es una medida de la masa terrestre.
Después de conocer el volumen del planeta, se puede calcular su densidad. El cálculo de la
masa y volumen de las rocas de la superficie, y de las masas de agua, nos permiten estimar la
densidad de la capa externa. La masa que no está en la atmósfera o en la corteza debe
encontrarse en las capas internas de la tierra. La fuente más fiable de la estructura interna de
la Tierra la proporciona el estudio de las ondas sísmicas, cuya velocidad está en función de
los diferentes parámetros físicos y químicos de los materiales que atraviesan.

Cuál es la composición de la Tierra? (para niños)


Luís FernándezCiencia, tecnología, Colaboraciones, Naturaleza, Medio
ambiente, Temas generales
Puede parecer que la Tierra está formada por una gran roca sólida, sin
embargo, en realidad está formada por varias partes y… ¡Algunas de
estas partes incluso se mueven constantemente!
La Tierra está formada por varias capas internas, como una cebolla. Estas
capas se vuelven más y más densas a medida que nos acercamos al
centro de la Tierra. Mira la imagen a continuación para ver las cuatro
capas internas principales de la Tierra: la corteza, el manto, el núcleo
externo y el núcleo interno.
Corteza
La corteza es la capa exterior más externa de la Tierra donde vivimos. Se
ve delgada en la imagen pues es estrecha en relación con las otras capas,
pero no te preocupes, no caeremos por accidente al interior caliente del
planeta. El espesor de la corteza varía desde los 5 km de espesor (en el
fondo del océano, que se conoce como corteza oceánica) hasta 70 km de
espesor en los continentes (que se conoce como la corteza continental).
La corteza está formada por rocas que consisten principalmente en sílice
y aluminio.
Manto
La siguiente capa de la Tierra se llama manto. El manto es mucho más
grueso que la corteza, llegando a casi 3000 km de profundidad. Está
formado, principalmente, por rocas de silicato con magnesio y hierro.
Núcleo externo
El núcleo exterior de la Tierra está compuesto de hierro y níquel y es
muy caliente (4400 a 5000+ grados C). ¡Esto es tan caliente que los
metales de hierro y níquel son líquidos! El núcleo externo es muy
importante para la Tierra ya que crea algo llamado campo magnético. El
campo magnético que crea el núcleo externo va hacia el espacio y forma
una barrera protectora alrededor de la tierra que nos protege del dañino
viento solar.
Núcleo interno
El núcleo interno de la Tierra está compuesto de hierro y níquel, al igual
que el núcleo externo, sin embargo, el núcleo interno es diferente. Esta
capa de la Tierra se encuentra tan profundo dentro de la Tierra que está
bajo una inmensa presión, tanta presión que, a pesar de que hace mucho
calor, es sólida. El núcleo interno es la parte más caliente de la Tierra y, a
más de 5000 grados C, es casi tan caliente como la superficie del sol.

a corteza del planeta Tierra es una fina capa formada por placas
rígidas que se apoyan sobre el manto superior. Juntas forman la
litosfera y flotan sobre la astenosfera, una capa de materiales
calientes y pastosos que, a veces, salen por una grieta
formando volcanes.

La densidad y la presión aumentan hacia el centro de la Tierra. En el


núcleo están los materiales más pesados, los metales. El calor los
mantiene en estado líquido, con fuertes movimientos. El núcleo
interno es sólido.
Las fuerzas internas de la Tierra generan movimientos que se notan
en el exterior. Los movimientos rápidos originan terremotos; los
lentos forman plegamientos, como los que crearon las montañas.

El rápido movimiento rotatorio y el núcleo metálico generan un


campo magnético que, junto a la atmósfera, nos protege de las
radiaciones nocivas del Sol y de las otras estrellas del Universo.

Capas de la Tierra

Desde el exterior hacia el interior podemos dividir la Tierra en cinco


partes:

Atmósfera: Es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del


planeta. Tiene un grosor de más de 1.100 km, aunque la mitad de
su masa se concentra en los 5,6 km más bajos.

Hidrosfera: Se compone principalmente de océanos, pero en


sentido estricto comprende todas las superficies acuáticas del
mundo, como mares interiores, lagos, ríos y aguas subterráneas. La
profundidad media de los océanos es de 3.794 m, más de cinco
veces la altura media de los continentes.

Litosfera: Compuesta sobre todo por la corteza terrestre, se


extiende hasta los 100 km de profundidad. Las rocas de la litosfera
tienen una densidad media de 2,7 veces la del agua y se componen
casi por completo de 11 elementos, que juntos forman el 99,5% de
su masa. El más abundante es el oxígeno, seguido por el silicio,
aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio, titanio, hidrógeno
y fósforo. Además, aparecen otros 11 elementos en cantidades
menores del 0,1: carbono, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo,
flúor, circonio, níquel, estroncio y vanadio. Los elementos están
presentes en la litosfera casi por completo en forma de compuestos
más que en su estado libre.
La litosfera comprende dos capas, la corteza y el manto superior,
que se dividen en unas doce placas tectónicas rígidas. El manto
superior está separado de la corteza por una discontinuidad sísmica,
la discontinuidad de Mohorovicic, y del manto inferior por una zona
débil, la astenosfera. Las rocas plásticas y parcialmente fundidas de
la astenosfera, de 100 km de grosor, permiten a los continentes
trasladarse por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y
cerrarse.

Manto: Se extiende desde la base de la corteza hasta una


profundidad de unos 2.900 km. Excepto en la zona conocida como
astenosfera, es sólido y su densidad, que aumenta con la
profundidad, oscila de 3,3 a 6. El manto superior se compone de
hierro y silicatos de magnesio como el olivino y el inferior de una
mezcla de óxidos de magnesio, hierro y silicio.
Núcleo: Tiene una capa exterior de unos 2.225 km de grosor con
una densidad relativa media de 10 Kg por metro cúbico. Esta capa
es probablemente rígida, su superficie exterior tiene depresiones y
picos. Por el contrario, el núcleo interior, cuyo radio es de unos
1.275 km, es sólido. Ambas capas del núcleo se componen de hierro
con un pequeño porcentaje de níquel y de otros elementos. Las
temperaturas del núcleo interior pueden llegar a los 6.650 °C y su
densidad media es de 13. Su presión (medida en GigaPascal, GPa)
es millones de veces la presión en la superficie.

El núcleo interno irradia continuamente un calor intenso hacia


afuera, a través de las diversas capas concéntricas que forman la
porción sólida del planeta. La fuente de este calor es la energía
liberada por la desintegración del uranio y otros elementos
radiactivos. Las corrientes de convección dentro del manto trasladan
la mayor parte de la energía térmica de la Tierra hasta la superficie.

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