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El Arte Colombiano
El Arte Colombiano
El arte en Colombia ha seguido las tendencias de su tiempo, de modo que durante el periodo
que va desde el siglo XVI al XVIII, el catolicismo español ejerció una influencia descomunal en
el arte colombiano y cuando los Borbones accedieron a la corona española, el popular Barroco
fue substituido por el rococó. Más recientemente, los artistas colombianos Pedro Nel Gómez y
Santiago Martínez Delgado inauguraron en los años 40 el movimiento muralista, que empleaba
el lenguaje neoclásico del Art Decó. Fernando Botero es probablemente el artista colombiano
más conocido.
La arquitectura colombiana proviene, sobre todo, de la adaptación de los estilos europeos a las
condiciones locales, por lo que la influencia española, y en especial la andaluza, se advierte
fácilmente. El Teatro Colón de Bogotá es un ejemplo esplendoroso de la arquitectura de
Colombia durante el periodo republicano, como también lo es la Catedral Primada, también en
la capital, y construida en estilo neoclásico en 1792 por el arquitecto colombiano Domingo de
Petres. Rogelio Salmona, cuya obra destaca por su uso del ladrillo rojo y sus formas naturales,
es un arquitecto de Colombia ampliamente reconocido que recibió en 2006 la Medalla Alvar
Aalto, el Premio Nobel de los Arquitectos.
El Museo del Oro en Bogotá, capital de Colombia, es uno de los museos más
importantes y populares del país.
El museo alberga la mayor colección del mundo de piezas de oro precolombinas.
El Museo del Oro también muestra trabajos de madera, cerámica, tejidos y piedra
producidos en períodos anteriores a la conquista española.
El Banco Central de Colombia inauguró el museo en 1939.
La Balsa Muisca es una de las piezas de oro más apreciadas del museo.
La pieza llamada Balsa Muisca es uno de los elementos más destacados del museo.
Descubierta en 1886 en una cueva de Colombia, el pequeño artefacto (10 pulgadas de
largo) data de entre los años 1200 y 1500 a.C. La pieza representa a un jefe de pie en
una balsa plana rodeado de sacerdotes y remeros. La imagen recuerda la ceremonia
que se relata en la leyenda de El Dorado en la que un nuevo jefe navegaría con
miembros importantes de la comunidad a la mitad del lago Guatavita para dejar
ofrendas de oro a un dios que vive bajo el agua lanzando el metal precioso al agua.
Según la leyenda, el jefe también se cubría con polvo de oro y se sumergía en el agua.
Una gran cámara acorazada muestra más tesoros de oro descubiertos en Guatavita,
donde los encerrados espectadores ven cómo poco a poco las luces se encienden para
mostrar fantásticos artículos de oro que eran tan ansiosamente buscados por los
europeos inspirados en cuentos de El Dorado. Aquí los visitantes también pueden
disfrutar de las grabaciones de audio con el chapoteo del agua y las oraciones
ceremoniales, reflejando en la mente de los espectadores imágenes imborrables de los
antiguos caciques dorados que se sumergen en un lago lleno de oro, de valor
incalculable.
El Museo del Oro de Colombia da vida a un tesoro que buscarían los piratas en sus
sueños más salvajes, donde una serie aparentemente interminable de objetos de oro
transporta a los visitantes a una época remota en que este metal brillaba en gran
abundancia
El Museo del Oro en Bogotá, capital de Colombia, es uno de los museos más
importantes y populares del país.
El museo alberga la mayor colección del mundo de piezas de oro precolombinas.
El Museo del Oro también muestra trabajos de madera, cerámica, tejidos y piedra
producidos en períodos anteriores a la conquista española.
El Banco Central de Colombia inauguró el museo en 1939.
La Balsa Muisca es una de las piezas de oro más apreciadas del museo.
La pieza llamada Balsa Muisca es uno de los elementos más destacados del museo.
Descubierta en 1886 en una cueva de Colombia, el pequeño artefacto (10 pulgadas de
largo) data de entre los años 1200 y 1500 a.C. La pieza representa a un jefe de pie en
una balsa plana rodeado de sacerdotes y remeros. La imagen recuerda la ceremonia
que se relata en la leyenda de El Dorado en la que un nuevo jefe navegaría con
miembros importantes de la comunidad a la mitad del lago Guatavita para dejar
ofrendas de oro a un dios que vive bajo el agua lanzando el metal precioso al agua.
Según la leyenda, el jefe también se cubría con polvo de oro y se sumergía en el agua.
Una gran cámara acorazada muestra más tesoros de oro descubiertos en Guatavita,
donde los encerrados espectadores ven cómo poco a poco las luces se encienden para
mostrar fantásticos artículos de oro que eran tan ansiosamente buscados por los
europeos inspirados en cuentos de El Dorado. Aquí los visitantes también pueden
disfrutar de las grabaciones de audio con el chapoteo del agua y las oraciones
ceremoniales, reflejando en la mente de los espectadores imágenes imborrables de los
antiguos caciques dorados que se sumergen en un lago lleno de oro, de valor
incalculable.
El Museo del Oro de Colombia da vida a un tesoro que buscarían los piratas en sus
sueños más salvajes, donde una serie aparentemente interminable de objetos de oro
transporta a los visitantes a una época remota en que este metal brillaba en gran
abundancia