De acuerdo a Barreira (2016) Otto Kernberg muestra en su trabajo teórico y clínico
la tendencia de armonización entre el psicoanálisis y la psiquiatría, su objeto de interés ha sido durante años el estudio de las caracteropatías y sus desarrollos lo han llevado a su abordaje mediante la noción de estructura.
Barrerira realiza un recorrido por tres textos de Kernberg, la teoría de las
relaciones objetales y el psicoanálisis clínico, trastornos graves de la personalidad y agresividad, narcisismo y autodestrucción en la relación psicoterapéutica de 1979, 1987y 2005. En este recorrido Barreira señala que Kernberg realiza esta armonización de los cuadros psicopatológicos propios de la psiquiatría con la visión psicoanalítica mediante la propuesta de una teoría comprensiva basada en los conceptos de la segunda tópica Freudiana. Propone desde el inicio 3 categorías de patología del carácter dejando por fuera de esta clasificación las psicosis, posteriormente en el texto de 1987 las incluye con la salvedad de que entonces realiza una clasificación de estructuras de la personalidad. Finalmente en la clasificación de 2005 les deja fuera nuevamente, sin embargo en esta clasificación se refiere a los trastornos de personalidad.
Resulta importante distinguir a que se refieren las diferentes clasificaciones. En
oposición a Barreira, quien sostiene que existe una discontinuidad en el pensamiento de Kernberg por la entrada y salida de las psicosis de sus categorías, aquí se sostiene que por lo menos entre las clasificaciones de 1979 y 2005 y la de 1987 existe una diferencia de objeto. Mientras que entre las primeramente mencionadas se enfoca a trastornos de carácter o personalidad en el sentido de la psiquiatría, en la clasificación de 1987 se enfoca al estudio de la estructura de personalidad. Esto esclarece que las psicosis aparezcan en un ordenamiento de estructuras de personalidad y no de trastornos de personalidad. Kernberg propone la existencia de tres niveles de organización de la personalidad:
“Propongo la existencia de tres organizaciones estructurales amplias
correspondientes a la organización neurótica, límite y psicótica de la personalidad. En cada organización estructural desarrolla la función de estabilizar el aparato mental, mediando entre los factores etiológicos y las manifestaciones conductuales directas de la enfermedad. Sin considerar los factores genéticos, de constitución, bioquímicos, familiares, psicodinámicos o psicosociales que contribuyen a la etiología de la enfermedad, los efectos de todos ellos, se reflejan con el tiempo, en la estructura psíquica del individuo, la cual se vuelve entonces la matriz sub-yacente de la que se desarrollan los síntomas de la conducta” (Kernberg, 1987 en Barreira 2016).
Al hablar de estructura psíquica como una matriz subyacente sobre la que se
desarrollan los síntomas Kernberg clarifica la inclusión de las psicosis en su clasificación a pesar de que las mismas no constituyan un trastorno de la personalidad en el sentido de la clasificación psiquiátrica. De acuerdo a esta concepción las categorías psicodinámicas que discriminan entre las organizaciones son integración de la identidad, prueba de realidad y operaciones defensivas” (Kernberg citado por Barreira 21).
De esta forma en la organización neurótica de la personalidad la identidad se
mantiene integrada, las representaciones del sí mismo y de los objetos se encontrarán no polarizadas y diferenciadas entre sí. La prueba de realidad se mantiene. Esta organización implica la capacidad de la persona para evaluar el sí mismo y a los demás en forma realista. Las defensas serán de buen nivel predominando la represión y la formación reactiva, el aislamiento, la anulación, la racionalización o la intelectualización entre otros que protegen de conflictos de nivel edípico. En una entrevista publicada en la revista uruguaya de psicoanálisis (2015) Kernberg refirió la existencia de una estructura normal e indicó que en la misma se observa un súper yo integrado no persecutorio, un ello caracterizado predominantemente por mecanismos represivos y sublimación sobre impulsos de origen incestuoso infantil sexuales y agresivos. No queda suficientemente claro si la estructura neurótica se corresponde con la neurótica, aquí se sostiene que es así desde que la normalidad es una solución de compromiso a los conflictos infantiles. En la estructura límite de la personalidad, las representaciones del sí mismo y de los objetos presentan fallas de delimitación que producen problemas de difusión de la identidad. La prueba de realidad se preservará, aunque con en relación con la realidad y en los sentimientos de realidad. Finalmente en la organización psicótica se encuentran fenómenos de difusión de la identidad con una pobre integración de los aspectos contradictorios del sí mismo y de los demás, pudiendo emerger una identidad en el delirio. La relación con la realidad y los sentimientos de realidad se encontrarán alterados gravemente y la capacidad de prueba de realidad se ha perdido. En este nivel las defensas son bajo nivel y protegen de la desintegración y de la fusión del sí mismo/objeto, presentando idealización primitiva, identificación proyectiva, negación, omnipotencia, devaluación, etc. (Kernberg, 1987 citado por Barreira 2016).
En la ya mencionada entrevista Otto Kernberg centra su intervención en la
personalidad organizada a nivel limítrofe, aspecto central de su desarrollo teórico y clínico, realiza un recorrido sintético de su postura respecto a la misma y da una caracterización de la misma: “La definiria como una estructura mental en la cual no se ha desarrollado un sí mismo integrado que integre aspectos reales idealizados y desvalorizados, en una integración armónica que tolera las identificaciones de tipo libidinales y agresivas.” (2015). Según lo indica su concepción es concordante con la de Andre Green, quien indicó que el narcisismo acepta también la investidura del yo con agresión. Kernberg señala que en esta organización la escisión primitiva es el mecanismo que organiza las defensas y a partir de la misma se puede observar la escisión del yo, de los objetos y del súper yo. De la acción de los mecanismos defensivos primitivos que interferirán con la mentalización y la comprensión de sí mismo y el otro en las relaciones interpersonales, Kernberg hace derivar el sentimiento de vacío, mismo que considera un aspecto central de la organización límite. Explica que esta sensación de vacío puede equivaler a angustia con temores paranoides y agresión, ser expresión de sentimientos de culpa intensos en los que el súper yo que castiga y condena a un yo que no es digno de amor. Explica también que este sentimiento también puede ser un triunfo narcisista que no necesariamente se vive con sufrimiento o penosa soledad, puesto que representa la aniquilación de los objetos y con ello la ausencia de perseguidores (2015).
Dos aspectos más de importancia en la perspectiva de Kernberg son los afectos
dentro de la clínica y la comprensión de la psicopatología y las modificaciones a la técnica psicoanalítica para poder ajustarla al tratamiento de las estructuras limítrofes. En su propuesta los afectos se consideran como sistemas neurobiológicos, que contienen aspectos puramente fisiológicos y mentales, en el sentido de experiencias subjetivas. Se refiere así a la construcción de las representaciones de sí, de objeto y relaciones objetales sobre el aspecto fisiológico. De esta forma los afectos se constituyen en guías primarias de la conducta y resulta de gran importancia su erotización o agresivización temprana debido al refuerzo de un sistema afectivo de búsqueda de estímulos.
Los sistemas afectivos propuestos, en concordancia con el Kleinismo, son el
libidinal y el agresivo. No se encuentra aquí una pulsión de muerte en el sentido de Freud, lo que acerca a Kernberg a un fundamento biológico actual sin la necesidad de especulaciones finalistas como las freudianas. Los tres principales sistemas de afectos positivos (libidinales) son: sistema de apego, sistema erótico y el sistema de juego e interacción social. Los dos grandes sistemas de afectos negativos (pulsión agresiva) son el sistema de lucha y huida y el sistema de pánico de separación (2015). A partir de estas consideraciones desestima las fantasías originarias como las descritas por Klein y hace surgir de la experiencia la visión del mundo del bebé y no de su actividad fantástica temprana. Según Kernberg la diferenciación del adentro y afuera como fuente de estímulos se da por maduración con mayor facilidad en un ambiente de experiencias buenas y se retarda en uno de experiencias negativas en las que la agresión favorece la confusión del origen de los ataques. Se diferenciará más tardíamente el sujeto con experiencias tempranas aversivas. Como se observa las representaciones surgirán de la vivencia y de las representaciones organizadas en patrones se originará la estructura.
En relación al aparente enfrentamiento entre el conflicto y el déficit Kernberg
propone que el conflicto no es privativo de la organización neurótica o normal sino que el conflicto existe según el nivel de desarrollo encontrándose en los niveles inferiores Conflictos primitivos de peligro de muerte, de abandono, la dinámica de abandono y protección contra el abandono, y de agresión secundaria al peligro de aniquilamiento ligado al temor de abandono (2015).
En relación al abordaje de pacientes psicosomáticos Kernberg teoriza la existencia
de reactivaciones de patterns que por su carácter primitivo carecen de memoria afectiva (cognición más afecto) y que sólo es un aspecto conductual instrumental. Esto sería respuesta a traumas tempranos no mentalizados, de forma similar que Laplanche propone la existencia de una erotización primaria. Desde su abordaje estos estados han de ser elaborados mentalmente desde la interpretación.
La propuesta terapéutica de Kernberg para los pacientes con estructura de
personalidad límite consiste en la llamada psicoterapia enfocada en la transferencia. Esta modificación a la técnica utiliza el análisis de la transferencia de una forma temprana y da cabida a la experiencia fuera del setting puesto que en la misma se pueden poner en juego las disociaciones de la trasnferencia. La neutralidad técnica es mayormente mantenida aunque se pueden establecer límites al paciente en la interacción. Por otra parte la interpretación genética es limitada a momentos tardíos del tratamiento se tiende a enfocar en la clarificación e integración de las representaciones escindidas..
A manera de conclusión puede indicarse que Kernberg hace derivar de la
fisiología de los afectos en su interacción con aspectos constitucionales, aquí no mencionados, y aspectos experienciales las representaciones de las relaciones objetales y la configuración de la estructura de personalidad. En concordancia a las diferencias en el logro de la integración de los objetos Kernberg propone la división del continuo en tres categorías: organización neurótica, limítrofe y psicótica de la personalidad. Al clarificar las características psicodinámicas de la estructura limítrofe ha podido realizar modificaciones a la técnica que responden a las mismas, la psicoterapia enfocada en la transferencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Barreira, I (2016). Nosografías y psicopatología en Otto Kernberg. Clasificaciones
en psiquiatría dinámica y Psicoanálisis. En Tesis Psicológica,. Bogotá, Colombia. vol. 11, núm. 1, enero- junio, pp. 256-271
Kernberg, O. (2015) Entrevista a Otto Kernberg. En Revista uruguaya de