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IDEOLOGÍA, POLÍTICA PÚBLICA Y SISTEMAS DE SALUDi,ii

Álvaro Franco-Giraldoiii

RESUMEN EJECUTIVO

Introducción.

La salud tradicionalmente se ha definido como el completo bienestar físico mental y


social, gracias al concepto de la OMS, en sus alboresiv y aceptado en 1952. La salud
pública contribuye al bienestar por medio de estrategias que le son propias: unas
corresponden a la promoción de la salud, otras a la protección de la salud y la prevención
de enfermedades y, finalmente, las que encaran la organización de los servicios de salud.
Sus objetivos están puestos en la mira de una mejor salud, en mantener y perfeccionar la
vida y la calidad de vida de las poblaciones, coadyuvar a su bienestar, haciendo
saludables los grupos humanos1 y la fuerza laboral, más allá de su efectividad para al
sistema productivo.

Tendríamos que pensar, entonces, en los sistemas de bienestar y en los modelos de


desarrollo en una sociedad determinada2, en los cuales se deben inscribir los sistemas de
salud, que por definición son el espacio de desarrollo de la salud pública y de
transformación de las condiciones socio-sanitarias, modelos y sistemas que debemos
explorar más a fondo. De hecho la definición de salud pública aludida, “fue asimilada y
formó parte del movimiento para la mejora de las condiciones de vida de la población que
afectó a todo el mundo occidental y estableció el Estado de Bienestar que mejoró la
calidad de vida en las poblaciones occidentales”, al decir de Navarro3. Lo que se deben
preguntar los gobiernos y los diversos agentes de representación estatal, así como los
actores políticos y la sociedad en general, hoy, es ¿Cómo lograr estos objetivos del
bienestar, el desarrollo y la salud? Una vez resuelta esta pregunta se deben enfrentar las
estrategias para financiar los sistemas encargados de esta misión, no al contrario como
se ha venido indagando en las últimas décadas. ¿Cómo hacer para no gastar en temas
tan importantes?, pareciera ser la consigna de los apologistas de las reformas en salud,
cuestión ésta que también nos interesa explorar.

Más bien debe pensarse en garantizar salud y bienestar a toda la población, para lo cual
se necesita gestionar los determinantes de la salud. Siendo urgente una respuesta social
eficaz a los determinantes sociales, a partir de iniciativas directas de la política social

i
Ponencia en el 7º. Congreso de salud pública “las políticas públicas y los sistemas de salud” (Facultad Nacional de Salud
Pública. Medellín: Plaza Mayor; junio de 2011.
ii
Esta ponencia se amplía a partir del esquema No. 1, desde el cual interpretan las diversas teorías y modelos que sirven a
los intereses de los tomadores de decisiones y a los analistas de políticas públicas y sistemas de salud. En consecuencia,
también se puede hacer una lectura de los procesos de reforma de los sistemas de salud desde perspectivas teóricas e
instrumentales diferentes, siguiendo la orientación ideológica expuesta. La ponencia completa y ampliada se difunde a
través de la biblioteca digital y en una revista especializada.
iii
Médico, Doctor en Salud Pública, Profesor titular de la Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de Antioquia,
Medellín, Colombia, Calle 62, No. 52-59, oficina 303: alvarofrancogiraldo@hotmail.com, afranco@guajiros.udea.edu.co
iv
“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades” _ Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud
(eliminar la pobreza y la desigualdad), y los enfoques indirectos dirigidos a interrumpir
conexiones entre los riesgos sociales y el déficit en los indicadores de salud4.
En ese contexto, se hablará de ideología, políticas públicas y sistemas de salud, lo cual
exige un esfuerzo integrador desde lo intelectual, que sin duda no se logra con una
ponencia como esta, pero más allá requiere unos compromisos políticos cimentados en
una acendrada ética colectiva incorruptible.

1. Desarrollo temático.

Entrando en materia, la salud debe entenderse como categoría política y derecho social
incuestionable5,6: “En realidad la salud y la enfermedad no son sólo categorías científicas,
sino también políticas (es decir de poder)7”. En general, la salud ha sido asociada a lo
biológico, pero hoy no podemos pasar de largo sin reconocer las limitaciones de esta
consideración y el mayor alcance de su objeto de estudio, revestido de características
políticas y sociales incuestionables, las cuales rebasan lo meramente natural. La salud es
política porque sus propios determinantes sociales son sensibles a las intervenciones
políticas y son dependientes de ellas. La salud es un derecho humano y de ciudadanía e,
igual que ellos, está sometida a la discriminación y a la desigualdad; asimismo, está
estrechamente relacionada con la calidad de vida y hace parte de los derechos sociales.
En tal sentido, la ideología, el poder y lo político influyen sobre la salud de las gentes. De
otro lado, la forma como las inequidades se producen en salud es una cuestión
absolutamente política y su enfrentamiento también debe ser político, aunque algunas
desigualdades sean vistas como algo natural y tolerable. En síntesis, la salud, y como
consecuencia los sistemas de salud dependen de las relaciones de poder en la sociedad.

En relación con esta visión de la salud, existe un temario bastante extenso referido a los
sistemas de salud, el cual será necesario dejar planteado, de manera preliminar, con la
idea de que sirva de referente para los diversos debates que se realicen posteriormente:

· La relación de los sistemas de salud con el bienestar, el buen vivir y con el


desarrollo social. A una sociedad lo que le debe interesar es la satisfacción de las
necesidades humanas básicas, garantizar alimentos, vivienda, educación, trabajo,
ingresos económicos, salud, todos ellos parte del bienestar y por ende de la salud
ampliada. Concepto de bienestar que todavía mantienen los países desarrollados en sus
concepciones del Estado (Estados de Bienestar) muy a pesar de la profunda crisis
económica por la que atraviesan.

· Los sistemas de salud no pueden entenderse por fuera del contexto de la


globalización8. Hoy es necesario articular lo global (contextos y decisiones
supranacionales) con lo nacional (políticas públicas) y permitir el desarrollo y la
implementación local, de los sistemas de salud. De lo cual se desprende un importante
dilema decisional, en este nuevo contexto: ¿Quién toma las decisiones sobre política
pública y sistemas de salud? ¿Qué tanto se puede hablar de participación y de sistemas
participativos? Si bien, los problemas son globales y por momentos homogéneos a todos
los países, sus expresiones y definiciones deben ser locales.

La salud pública y los sistemas de salud dependen de las políticas públicas.


Depende de la política y de las personas que actúan en función de ella (según la
Organización Panamericana de la Salud),9 o del contexto socioeconómico y político
(según la comisión de la OMS sobre determinantes sociales de la salud).10 La salud se
gana y se pierde por políticas extra sanitarias, es decir, por políticas y efectos que están
más allá de la esfera sanitaria, por políticas indirectas de salud. De ahí que sea necesario
tener una actitud más participativa que prescriptiva y valorar el efecto que sobre la salud
ejercen las decisiones de las instituciones derivadas del poder político. En esta dirección,
la salud pública, aprovecha el marco de los derechos humanos y encuentra un nuevo hito
para su transformación11, basado en las políticas públicas para enfrentar los
determinantes de la salud y defender la justicia social, para lo cual hace uso del arsenal
de la intersectorialidad.12

· Los sistemas de salud deben gestionar los determinantes de la salud. No son


sólo servicios de salud. La gestión de los determinantes sociales es importante porque
es allí donde se dan la mayoría de las interrelaciones que al final definen la salud. Para
lograr la salud se necesita enfrentar los diferentes determinantes sociales13, ya que no
compete a los sistemas de salud, sólo la distribución de los servicios de salud, aunque
esta distribución fuera equitativa. Así mismo hacen parte de ellos los excluidos, la
exclusión social y los factores de exclusión, así como las desigualdades sociales; todos
ellos, en relación además con el derecho a la salud y los derechos sociales en general14.

Los determinantes sociales de la salud por definición de la Comisión OMS sobre


determinantes sociales de la salud, están dados por las condiciones en las que las
personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, junto con los sistemas que
se ponen en marcha para hacer frente a la enfermedad. La distribución de dinero,
recursos y poder dentro de la sociedad, influenciado en parte por las decisiones de
economía y política, condiciones en los niveles local, regional y nacional…"15

Con renovado interés, recientes foros de discusión en el mundo le vienen apuntando a las
determinaciones integradas y a los determinantes macro. Así, la Comisión sobre
Macroeconomía y Salud16 analiza las relaciones de la salud con las variables económicas,
y encuentra que la salud es tanto un medio como un fin del desarrollo, pero a su vez la
salud y la educación se comportan como propulsores del crecimiento económico en el
nivel macro, además de tener impacto directo sobre la productividad en el trabajo y las
condiciones de bienestar. Otro tanto hace la Comisión sobre Determinantes Sociales de la
Salud, de la OMS, organismo que, después de recoger los resultados de muchos análisis
concluye que “La salud es un tema social, económico y político, pero sobre todo, un
derecho fundamental”, y por tanto los enfoques para mejorar la salud deberán abordar de
manera integrada sus múltiples determinantes.17

Es posible lograr la salud a partir del desarrollo y, de contera, el crecimiento de la


economía, como ha querido la comisión de macroeconomía y salud de OMS18.
Complementariamente puede trabajarse en la relación inversa, en cómo lograr riqueza y
desarrollo económico para el bienestar colectivo, a partir de una buena salud. Como ven,
estamos entrando en el enfoque de los determinantes que no es una novedad de los años
2000 (puesto de moda por la comisión de determinantes sociales y salud de la OMS, al
final de la década)19. Históricamente la salud pública, el bienestar y el desarrollo van de la
mano; la relación mutua entre desarrollo, bienestar y salud está bien documentada20.

· La intersectorialidad, la multidisciplinariedad han sido los ejes de la acción


en los sistemas de salud. Es necesario aclarar ¿cómo operan en un nuevo contexto de
cambio? ¿Podría la multiculturalidad, cumplir ese papel, más allá de la acción
intersectorial y del mercado? La trans-sectorialidad es una alternativa que cada vez se
hace más urgente de implementar. Igualmente importante, resulta desarrollar
sistemas de salud eficaces y basados en la acción intersectorial.
No pueden leerse los sistemas de salud, hoy, por fuera del derecho a la salud y la
equidad, como ya se menciona atrás. La noción de equidad va más allá de lo que se
entiende por salud y acceso a servicios de salud; la noción de equidad trasciende el
estado de salud21. Es mucho más que la igualación de la salud en un nivel precario22.
Este concepto de equidad en salud, hace parte de la justicia social, en general, además
de su importancia para la vida y las libertades humanas. Para hablar de acceso equitativo
a la salud, así como a otros bienes y servicios cuyo consumo tiene efectos sobre la salud,
es imperioso el cumplimiento de otra serie de derechos inherentes a cada cultura, que
marcan la diferencia, con implicaciones en la definición operativa de los sistemas de
salud. Entendiendo que el acceso por sí sólo no garantiza la equidad en salud. Debe
aplicarse el principio de universalización que plantea la búsqueda “del bien de todos y
cada uno, por igual”23, más allá de la maximización de los recursos sanitarios en
programas sanitarios, es decir, no basta con otorgar “el mayor bien al mayor número de
personas” porque se pueden generar desigualdades e inequidades. Siendo necesario
establecer políticas públicas para que los grupos más castigados socialmente puedan ser
incluidos en la política social, lo cual sólo se logra removiendo fuerzas sociales e
históricas que los ponen en desventaja.

· Nuevas configuraciones de sistemas de salud, condicionada por la tensión


Estado/ nuevo Orden Global. No obstante, hoy, los Estados Nación parecen haber
perdido su rol de defensa de sus poblaciones. En tal sentido nos preguntamos si
asistimos a una gobernanza sin Estado y cómo devienen los sistemas de salud dada esta
anencefalia. Para los más escépticos, las soluciones no vendrán del Estado – Nación. En
ese orden de ideas los sistemas nacionales de salud que han sido el ideal en los últimos
50 años, producto precisamente del Estado – Nación, hoy se tornan en otras
configuraciones: otras formas organizacionales o configuraciones del proceso de
atención, prevención y promoción de la salud, y otras formas organizacionales de los
servicios de salud. En consecuencia habría que preguntarse adicionalmente: ¿Qué define
la salud, hoy, sino el Estado? y ¿Cuál es el papel remanente del Estado sobre los
sistemas de Salud, y la conducción de los mismos? Adicionalmente, ¿Cuál es el carácter
determinante de cada régimen político, que no los Estados, sobre los derechos sociales,
sobre el derecho a la salud y sobre los sistemas de salud?

Un referente: Con Breilh24 puede concluirse que los temas en salud pública deben
referirse a una teoría de la necesidad, a los derechos humanos relacionados, a las
diversas formas de interpretar la calidad de vida y sus determinantes, a los preceptos y
los mecanismos de la seguridad humana, a cuestiones étnicas, raciales, de género y
sociales de inequidad y poder. Estos temas han ganado espacio en las discusiones más
recientes en Latinoamérica y en Europa y deben constituir ejes de análisis en el estudio
de las políticas públicas y los sistemas de salud, acompañándose de los marcos
epistémicos correspondientes y de los métodos de investigación e intervención política y
práctica.

En consecuencia, será importante entender esa transformación de los sistemas de salud


en función de lo global y de la dinámica sociopolítica que propician los diferentes actores
en el espacio local, en defensa de sus derechos, de la salud y de la calidad de vida
poblacional. Por su parte, los determinantes sociales, muy de moda, nos han hecho
hablar de la “salud en todas las políticas”.25 Parece obvio que no son las políticas de salud
con enfoque sectorial las que garanticen el logro del bienestar y la salud, sino la acción
mancomunada de la sociedad, mediante un instrumento tan importante como es el de las
políticas trans-sectoriales. No basta tampoco con que todos los sectores incluyan la salud
en sus políticas propias sino que las políticas de los diversos sectores tengan efectos
favorables para la salud y no en contravía26.

2. Estado de la discusión.

A partir del desarrollo del esquema No. 1 se pueden interpretar las diversas teorías y
modelos que sirven a los intereses de los tomadores de decisiones y a los analistas de
políticas públicas y sistemas de salud, para la implementación de las políticas públicas y
el diseño de los sistemas de salud, fundamentados en el marco teórico anterior. En
consecuencia, también se puede hacer una lectura de los procesos de reforma de los
sistemas de salud desde perspectivas teóricas e instrumentales diferentes, siguiendo la
orientación ideológica expuesta. Este esquema es desarrollado a cabalidad en la
ponencia completa y ampliada que se difunde a través de la biblioteca digital y en una
Revista especializada (en prensa).

La desideologización neoliberal al final del siglo:

La alienación a la cual asistimos al final del siglo XX ha tenido que ver con la
desideologización, la negación del pensamiento vernáculo, la negación de lo político,
gracias a la instrumentación neoliberal. El afán de mirar la perspectiva política me obliga
a plantear que lo político ha sido subordinado a lo económico, al interés universalista de
las fuerzas económicas y del capital financiero internacional. Esta es la cara perversa de
la globalización que se impuso en la transición del siglo XX al XXI: la de “no hay
alternativa”, la de “menos Estado y más mercado”27, la del “pensamiento único”, que
oculta las tremendas desigualdades existentes en el mundo, entre el centro y la periferia.
Esta ha sido otra forma de entender la globalización en los centros de poder mundial:
como “un camino indiscutible de un nuevo orden internacional y como doctrina única”18
que moldea la institucionalidad mundial. Evidentemente, la globalización no tiene que ver
únicamente con el mercado económico ni con la liberalización de los mercados; se trata
más bien de los cambios en las instituciones mundiales28 y en los procesos de formulación
de políticas a nivel global, que tienen serias implicaciones en los procesos nacionales.
La globalización se erige sobre un orden internacional establecido paso a paso en la
historia contemporánea: tiene lugar en un contexto histórico que es el resultado de la
construcción de Estados (establecimiento de un orden regulatorio bajo la supremacía de
un conjunto de Instituciones jerárquicamente organizadas) y de la formación de naciones
(fortalecimiento de fronteras culturales y solidaridad cultural dentro de un espacio
territorial dado)29.

Pero la invisibilización del pensamiento y de lo político obedece precisamente a la


imposición de un nueva ideología que gobernó todo el final del siglo XX, la misma que
acabó con los sistemas de salud y los reemplazó por sistemas económicos dentro de los
sectores sociales, gracias a las reformas sectoriales de salud, “la reforma”, como
eufemísticamente se le denomina.

Pero hoy en la crisis de este invento continua la desideologización para ocultar lo


desfases morales del neoliberalismo, los negocios turbios y la corrupción como acontece
con el tema de las EPS colombianas, detrás de unos recobros se trata de ocultar un
Estado cooptado por los grupos económicos y la corrupción, que no permite echar para
atrás una reforma de salud que ya tocó fondo; agregado a ello, la ingenuidad de algunos
académicos que creen que pueden salvar el sistema colombiano con “paños de agua
tibia” (véase ley 1438 de 2011, defendida por algún sector universitario).

Las oscilaciones ideológicas de la salud pública y los sistemas de salud:

La visión del mundo, la política, la filosofía y aún la concepción de salud son cambiantes
históricamente, pero también coyunturalmente, en un movimiento oscilante permanente,
no continuo, que algunos caracterizan siguiendo el símil del péndulo, desde concepciones
de derecha a la izquierda y vs:

· Desde los sistemas de salud que luchan contra la enfermedad hasta sistemas
basados en los derechos (el derecho a la salud).
· Desde los sistemas segmentados selectivos, fragmentados y otros con enfoque de
mercado hacia los sistemas públicos de servicios de salud de configuración horizontal o
vertical.

Las reformas y las diversas configuraciones que tenemos de los sistemas de salud más
que técnico científicas obedecen a la ideología y a las ideas políticas que se discuten en
el seno de la sociedad. En el desarrollo del sistema de salud se sobreponen las creencias
políticas, las ideologías, las prácticas30.

La cadena ideología - políticas públicas - sistemas de salud:

Hasta hoy existe un buen nivel de consenso, a pesar de algunas disquisiciones en sentido
contrario, en que esa integración la realicen los sistemas de salud y sean estos los que
articulen las estrategias, las políticas de diverso nivel y los planes multisectoriales
destinados a la salud; siendo necesario avanzar en el desarrollo de concepciones teóricas
e instrumentales de los sistemas de salud y de la políticas públicas. Pero, tan importante y
urgente como lo anterior, será trabajar en el primer eslabón de esta cadena, el más
inmaterial de todos, el de la ideología, el campo filosófico y político donde además de
brindar luces y orientaciones, se tienen que dar las grandes batallas por la salud y el
bienestar; es en la arena política donde se configuran los sistemas de salud, se definen
las políticas y se construye la salud. (Ver esquema 1).

En esta dirección, habría que desentrañar en la salud pública, concepciones epistémicas


desde la praxis, como se refirió atrás, que resultan diversas en una sociedad dada y
hablar más detenidamente de las contradicciones entre los enfoques, teorías y modelos
antagónicos desde la perspectiva ideológica, tanto para el desarrollo de las políticas
públicas, como para la configuración de los sistemas de salud.

Pero es necesario considerar varios aspectos relacionados con las políticas; entre ellos, el
contexto ideológico que fundamenta determinada posición, la cual condiciona las
decisiones (de ahí la importancia de analizar esta perspectiva desde la globalización). Los
procesos políticos son complejos y están influidos por una variedad de factores que son
difíciles de controlar, y en algunos casos son de carácter fortuito. El contexto social y
económico se constituye en un determinante de gran trascendencia para la formulación
de políticas públicas nacionales o globales, tanto en el contenido como en el soporte
político.

En esta cadena ideología - políticas públicas - sistemas de salud, la categoría política


es relevante para cambiar la agenda pública, para la democratización de los sistemas de
salud y construir nuevas configuraciones basadas en el derecho a la salud. Pero la
categoría central en la política como en las políticas públicas es el poder, que interconecta
la ideología con las variables políticas, siendo necesario su exploración para entender las
variables de resultados de salud, cuando se construye la nueva configuración de los
sistemas de salud (ver más adelante en el apartado sobre configuraciones, en la ponencia
ampliada). Adicionalmente, el poder se debe dirigir a resolver los problemas de las gentes
y las poblaciones, conjugando técnica, información y los intereses de los diversos actores.
Definir un marco ideológico para la formulación de políticas públicas y el diseño de los
sistemas de salud pasa por aclarar varias nociones y principios, de los ya señalados, los
cuales deben constituir la base de la estructura de los sistemas de salud (también pueden
consultarse en la ponencia ampliada).

3. Conclusión.

Las concepciones ideológicas y políticas nos muestran otra dimensión para el análisis, y
son responsables de las grandes contradicciones y disímiles abordajes epistémicos de la
salud- enfermedad, a veces antagónicas, pero con un potencial de trasformación y cambio
también importante. Su discusión, sin duda nos ayudará a concretar aún más el problema
de las teorías y modelos en salud pública. Argumentando finalmente a favor de aquellos
modelos que propenden por abordajes más estructurales, integrales y basados en
concepciones políticas e ideológicas explícitas, que relaciona la teoría con la praxis, que
parten de enfoques macro y estructurales de las ciencias, la filosofía y la política y que
garanticen a la acción humana la verdadera transformación social.

En resumen, los sistemas de salud se inscriben en marcos controversiales, tanto desde la


perspectiva ideológica como metodológica y su concepción basada en la praxis (ético –
política). Lo cual presupone varios enfoques y distintas configuraciones, algunos de ellos
en franca contradicción, defendiendo posiciones disímiles teórico – prácticas de la salud
pública, que parten de concepciones filosóficas distintas y variadas, como se anota atrás.
Esquema No. 1.

Concepciones políticas e ideológicas de los Sistemas de Saludv

CONCEPCIONES IDEOLÓGICAS
Salud:
Declaración de APS/ Alma Ata/ 78. DETERMINANTES GLOBALES:

Carta de Ottawa (Canadá), 1986. . La Globalización


Declaración de Sundsvall/ . “Final de la historia”
Entornos que apoyan la salud. . Desideologización
Declaración Bogotá: PS Equidad . Teorías universales/
La Declaración de Yakarta: derechos humanos.
Promoción Salud en el siglo XXI.
Recomendaciones de Adelaide en
Políticas Públicas Saludables.
La Carta del Caribe: Promoción de
la Salud la Salud (Trinidad y T.)
Declaración de México sobre
Promoción de la Salud
Declaración del Milenio: los ODM
Carta de Bangkok de Promoción S.

TE0RÍAS POLÍTICAS CONFIGURACIONES DE S. S.


Basado en el modelo de Bismarck.
Institucionalismo / Racionalismo Basado en el modelo Beveridge: el
derecho a la salud.
Policy Choice / Incrementalismo Modelos públicos integrados: en
TENDENCIAS DE LAS REFORMAS
los países Nórdicos.
Interaccionismo / Teoría de redes EN SALUD Modelos intermedios: Inglaterra.
El del aseguramiento privado. Modelos privados: Suiza y EE. UU.
Modelos mixtos. El de competencia regulada Modelo “Semashko”: Socialistas.
El sistema estatista público (como
antiguos SNS).
REFORMA: REGIONALES:
De aseguramiento pleno
Selección Racional Modelos basados en APS M. Europa Occidental.
Neoinstitucionalismo Administración regulada M. Estados Unidos
Teoría de la Agencia M. Europa Oriental
M. de Tercer Mundo

Políticas Públicas

Escenario Político de la Salud


_ Arena Política (Estado y
Sociedad Civil) _

v
A partir del desarrollo del esquema No. 1 se pueden interpretar las diversas teorías y modelos que sirven a los intereses
de los tomadores de decisiones y a los analistas de políticas públicas y sistemas de salud, para la implementación de las
políticas públicas y el diseño de los sistemas de salud, fundamentados en el marco teórico anterior. En consecuencia,
también se puede hacer una lectura de los procesos de reforma de los sistemas de salud desde perspectivas teóricas e
instrumentales diferentes, siguiendo la orientación ideológica expuesta. Este esquema es desarrollado a cabalidad en la
ponencia completa y ampliada que se difunde a través de la biblioteca digital y en una Revista especializada (en prensa).
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EDHUCASALUD 2006). Lima: Federación internacional de derechos humanos y salud; agosto de 2007. Pp: 353-372
7
Navarro V. Concepto actual de salud pública. Pp.49-54. En: Martínez F, Castellanos PL, Gili M, Marset P, Navarro V.
Salud Pública. Madrid: Mc GH/Interamericana; 1999. Pp. 819-843.
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