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República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria

Universidad Experimental De Los Llanos Centrales Rómulo Gallegos

Medicina Sección 29

Psicopatología Clínica

Describir los trastornos de ansiedad especialmente los trastornos fóbicos y


TOC.

Tutor: Autores:
Oscar adrian andreina
bolibar CI 25
Stefany
campo CI 25.217.985
Maria reyes CI

Caracas, julio 2019


República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria

Universidad Experimental De Los Llanos Centrales Rómulo Gallegos

Medicina Sección 29

Psicopatología Clínica

Describir los trastornos de ansiedad especialmente los trastornos fóbicos y


TOC.
Línea de investigación psicopatológica

Tutor: Autores:
Oscar adrian andreina bolibar CI 25
Stefany campo CI 25.217.985
Maria reyes CI

Caracas, julio 2019


Justificación
Objetivos
El miedo es una respuesta normal en todas las edades, de echo es
considerado normal que posea cierto grado de miedo y/o ansiedad que
genere una reacción involuntaria a un estímulo desconocido, como método
de supervivencia, y estos se encuentra aun dentro de nuestros parámetros
de normalidad a pesar de padecer algún tipo de inclinación leve a ciertos,
animales, cosas y situaciones, que generen una conducta inadecuada o
evitativa, pero este se sale de los estándares cuando incapacita al individuo
a desenvolverse dentro de una sociedad llena de elementos posiblemente
agresores para una mente enferma, ansiosa u obsesiva a continuación
vamos a retratar cómo funcionan estos trastornos que pertenecen al grupo
de la ansiedad, específicamente las fobias.

Pero antes de hablar de las fobias y el TOC debemos primero pasar por
los trastornos de la ansiedad. Al ser la ansiedad un concepto muy empleado
en psicología, su utilización generalmente ha estado asociada al uso de
diversos términos relacionados, como miedo, fobia, angustia y estrés. Los
términos de ansiedad y angustia derivan de la raíz indogermánica angh, que
significa estrechez y constricción, y también malestar o apuro. A partir de la
inlfuencia latina (distinguió entre anxietas y angor), y posteriormente
mediante el enfoque de la psiquiatría francesa, que diferenció entre anxieté
(malestar e inquietud del espíritu) y angoisse (sentimiento de constricción
epigástrica, dficultades respiratorias e inquietud) la separación entre
ansiedad (predominio de componentes psíquicos) y angustia (predominio de
componentes físicos).

Es evidente que ambas respuestas se solapan, aunque también se


pueden diferenciar, estando el miedo frecuentemente asociado a accesos de
activación autonómica necesarios para la defensa o la fuga, pensamientos
de peligro inminente y conductas de huida, y la ansiedad está más a
menudo asociada con tensión muscular vigilancia en relación a un peligro
futuro y comportamientos cautelosos o evitativos.
Inicialmente, los actuales trastornos de ansiedad, se incluyeron en un
conjunto de alteraciones psicopatológicas etiquetadas bajo el término de
neurosis y si nos remontamos a la teoría freudiana sobre la naturaleza y
etiología de la ansiedad se basaba en un modelo estructural constituido por
las tres instancias psíquicas denominadas «ello», «yo» y «superyó». La
ansiedad era considerada como una reacción del yo a las fuerzas instintivas
procedentes del ello que no podían ser controladas. La ansiedad fue
entendida por Freud como una «señal de peligro», esto es, un peligro
procedente de los impulsos reprimidos del individuo .La teoría de Freud, por
otra parte, fue continuada por muchos otros autores que han aportado
nuevas ideas al modelo psicodinámico.

Para (1920) Watson y Rayner establecieron en su clásica publicación


sobre el aprendizaje del miedo en el pequeño Albert los principios del
modelo de condicionamiento pavloviano de las fobias. Estos autores
formularon una teoría experimental de las fobias sobre la base del
condicionamiento clásico, sugiriendo que cualquier situación o estímulo
(«principio de equipotencialidad), inicialmente neutro, puede adquirir la
propiedad de elicitar respuestas de miedo por su asociación con estímulos
nocivos traumáticos (elicitadores naturales de miedo o dolor; estímulos
incondicionados, EI). Un estímulo neutro puede convertirse en un estímulo
condicionado (EC) de miedo, por lo que su presencia evocará en el individuo
respuestas condicionadas (RC) de temor. Por esto, la ansiedad es entendida
como una respuesta emocional condicionada.

Sin embargo, pronto se evidenció que esta teoría presentaba notorias


debilidades. Posiblemente una de las más importantes consistió en que no
cualquier estímulo puede ser asociado (condicionado) a respuestas de
ansiedad; es decir, no parece que el principio de equipotencialidad
defendido por Watson y Rayner sea compatible con la propiedad selectiva y
no arbitraria que parecen presentar las fobias.
El trabajo anteriormente descrito puede ser considerado como el primer
modelo del enfoque conductual sobre la génesis de las fobias específicas o
monosintomáticas. Este modelo constituyó la base de posteriores
formulaciones más o menos identificadas con la psicopatología
experimental.

Luego en (1970) Seligman quien propuso inicialmente la teoría de la


preparación en relación con el aprendizaje en general y, posteriormente para
(1971), la aplicó a los trastornos fóbicos. Este primer enfoque al concepto
de preparación, en contra de la idea del aprendizaje tradicional, parte de que
el organismo está preparado filogenéticamente, a través del proceso
evolutivo de la especie, para asociar ciertos estímulos con relativa facilidad y
otros con reativa dificultad. Basándose en las ideas referidas. Este autor
establece que las fobias poseen las cuatro propiedades siguientes:

1. Selectividad. Las fobias no son arbitrarias, sino que están limitadas a un


determinado rango de estímulos. Es decir, existen ciertos tipos de
situaciones que producen miedos o fobias mucho más fácilmente que otras.
Generalmente estas situaciones parecen relacionarse con peligros
especiales que fueron importantes durante la evolución de la especie
humana. Por ejemplo, tras experiencias traumáticas, los seres humanos
desarrollan frecuentes miedos y fobias a los animales (reptiles, insectos,
perros, etc.), pero muy raramente a objetos arbitrarios (muebles, bicicletas,
etc.), aunque este último tipo (por ejemplo, equipos eléctricos, cuchillos, etc.)
pueda poseer en nuestra civilización mayor peligro potencial.

2. Fácil adquisición. Normalmente en el laboratorio el condicionamiento


convencional de miedo se obtiene después de varios ensayos; el
condicionamiento de miedo con un ensayo es más excepción que regla (sólo
ocurre a veces ante estímulos condicionados traumáticos). En cambio, las
fobias pueden adquirirse con un solo ensayo y sin necesidad de estímulos
traumáticos; igualmente, el condicionamiento clásico preparado ocurre (por
definición) tras uno o pocos ensayos, no necesariamente traumáticos.

3. Resistencia a la extinción (aspecto característico de la paradoja


neurótica). La resistencia a la extinción es una de las propiedades del
aprendizaje preparado. Es, asimismo, uno de los aspectos más
característicos de las fobias y de otros trastornos de ansiedad. Las fobias no
suelen extinguirse, aun cuando el sujeto se encuentre ante una situación
teórica de extinción de condicionamiento pavloviano. Vimos más atrás que
las explicaciones ofrecidas por los modelos tradicionales sobre este
fenómeno no resultaban plenamente satisfactorias.

4. Irracionalidad. Desproporción entre el peligro real del estímulo y sus


respuestas de ansiedad. Los argumentos lógicos aplicados a los individuos
fóbicos son ineficaces para reducir la ansiedad, aunque éstos reconozcan la
ausencia objetiva de peligrosidad del estímulo temido.

Por lo que Seligman concluye que las fobias son instancias de


aprendizaje preparado y que, por tanto, poseen un significado biológico-
evolutivo. De esta forma, estímulos como arañas, serpientes, espacios
abiertos o cerrados, etc., se han convertido en objetos potencialmente
fóbicos porque, en el curso de la evolución (épocas pretecnológicas), los
individuos que por su constitución genética se condicionaban o sentían
miedo fácilmente ante estos estímulos, sobrevivieron y se adaptaron más
eficazmente transmitiendo a sus descendientes esta tendencia (aunque
actualmente algunos de estos miedos sólo tienen un carácter vestigial).

Luego surge la teoría de la incubación de Eysenck que es considerada el


“tercer gran modelo de condicionamiento”. Surge como complemento a la ley
de la extinción y es un modelo basado en el condicionamiento clásico.
Esta teoría explica por qué no se produce la extinción en las fobias, así como
el proceso de resistencia a la extinción. A su vez, considera dos tipos de
condicionamiento:

El condicionamiento tipo A:

La motivación se manipula externamente, y la respuesta incondicionada


(RI) y la respuesta condicionada (RC) son diferentes. Por ejemplo, en el
condicionamiento de salivación, la RI sería la ingesta de comida, y la RC
sería la salivación.

El condicionamiento tipo B:

Aquí la motivación se genera por el propio paradigma de


condicionamiento, y depende menos del estado motivacional del organismo.
La RC y la RI son similares. Por ejemplo, en el caso del condicionamiento
aversivo.

Según esta teoría, la ansiedad es adquirida y mantenida por el


condicionamiento tipo B, esta teoría defiende que la exposición al estímulo
condicionado (EC) (sin la presencia del estímulo incondicionado, EI) no
provoca la extinción de la RC. Así, la RC actúa como reforzador por su
parecido a la RI. Para que se adquiera la fobia, la fuerza de la RC debe ser
alta (intensa), y la duración de la exposición ante el EC, breve.

Primer hablaremos sobre la fobia especifica cuya característica esencial


es un miedo intenso y persistente a objetos o situaciones claramente
discernibles y circunscritos. La exposición al estímulo fóbico provoca casi
invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad este síndrome tiene
tres componentes, la ansiedad anticipatoria que aparece ante la posibilidad
de enfrentarse al estímulo fóbico, el temor central en sí mismo y la conducta
de evitación que el paciente realiza para trabajar la ansiedad.
En las fobias especificas los pacientes tienen miedo a las consecuencias
que pueda causar el contacto con el objeto por ejemplo as personas
claustrofóbicas tienen miedo a quedarse encerrados en un sitio estos miedos
son persistentes e irracionales, por eso aunque los pacientes sepan que no
tendrás que temer a nada no se puede evitar disminuir su angustia. En el
DSM-V se describen varios tipos de fobias específicas a objetos, animales,
entorno natural y otro tipo de atragantamientos.

Este tipo de fobias, en ocasiones, se desarrolla tras un acontecimiento


traumático, la observación de otros individuos que sufren traumatismos o la
transmisión de informaciones (p. ej., reportajes en los medios de
comunicación sobre catástrofes aéreas), s embargo, muchas personas con
fobia específica son incapaces de recordar la razón concreta por la
aparecieron sus fobias.

En ocasiones suele aparecer en la primera infancia, la mayoría de las


veces antes de los 10 años. Suele presentarse entre los 7 y los 11 años
diferencia de las fobias específicas situacionales presentan una edad de
inicio más tardía que las fobias específicas del entorno natural, animal o a la
sangre-inyección-herida. Las fobias específicas que se inician en la infancia y
la adolescencia suelen sufrir altibajos durante ese período. Sin embargo las
fobias que persisten en la edad adulta rara vez suelen remitir. Es decir tienen
un curso crónico.

Según el DSM-V los criterios de diagnóstico son los siguientes

A. Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica

B. El objeto o la situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad


inmediata.

C. El objeto o la situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o


ansiedad intensa.
D. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantea el
objeto o situación específica y al contexto sociocultural.

E. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis


o más meses.

F. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente


significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del
funcionamiento.

G- La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno


mental.

Ahora hablemos sobre la fobia social que es la Presencia de ansiedad


clínicamente significativa como respuesta a ciertas situaciones sociales o
actuaciones públicas del individuo (ej. hablar en público, comer o escribir en
público, conocer personas, hablar a figuras de autoridad) en las que teme
comportarse en una forma humillante, ridícula o embarazosa, por lo que tiene
a evitarlas. Son característicos los síntomas de rubor taquicardia,
palpitaciones, sudoración, disnea y temblor cuando se expone a la situación
temida.

La edad de inicio del trastorno de ansiedad social en es de 13 años, y el


75 % de los individuos tiene una edad de inicio entre los 8 y 15 años. Se
observa que el trastorno a veces emerge a partir de una historia de inhibición
social o de timidez en la infancia. También puede ocurrir en la primera
infancia. El trastorno de ansiedad social se asocia con tasas elevadas de
abandono escolar y con alteraciones del bienestar, el empleo, la
productividad laboral, el nivel socioeconómico y la calidad de vida, también
se asocia con estar solo, soltero o divorciado y con no tener hijos sobre todo
entre los varones.
Los individuos con trastorno de ansiedad social pueden ser
inadecuadamente asertivos o excesivamente^ sumisos, o, con menor
frecuencia, ejercer un gran control sobre las conversaciones. Pueden mostrar
pos turas corporales excesivamente rígidas o un contacto ocular inadecuado,
o hablar con una voz demasiado suave. Estos individuos pueden ser tímidos
o retraídos y pueden ser poco abiertos en las conversaciones o hablar poco
acerca de sí mismos.

Criterios diagnósticos según el DSM-V

A. Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el


individuo está expuesto a posible examen por parte de otras persintensa

B. El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas


de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o
avergüencen, que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas).

C. Las situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad.

D. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad


intensa.

E. El miedo o la ansiedad son desproporcionados a la amenaza real


planteada por la situación social y al contexto sociocultural.

F. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis


o más meses.

G. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente


significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del
funcionamiento.

H. El miedo, la ansiedad o la evitación no se pueden atribuir a los efectos


fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a otra
afección médica.
I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explican mejor por los síntomas
de otro trastorno mental, como el trastorno de pánico, el trastorno dismórfico
corporal o un trastorno del espectro autista.

J. Si existe otra enfermedad (p. ej., enfermedad de Parkinson, obesidad:


desfiguración debida a quemaduras o lesiones), el miedo, la ansiedad o la

Pasamos a la agorafobia que representa fobia a lugares o situaciones


donde escapar es difícil (o embarazoso) o bien es imposible encontrar ayuda
en caso que aparezca síntomas de ansiedad severa. Los temores más
frecuentes son alejarse de la casa, multitudes, congestionamiento vehicular,
quedarse solo. Si existe el antecedente de ataques de pánico diagnosticar
trastorno de pánico con agorafobia.

Sabemos poco sobre este trastorno ya que es muy poco común en


las consultas. Sin tratamiento puede cronificarse y causar un deterioro
en la vida del paciente. La desmoralización y/o depresión secundarias
no son raras.

Cada año, aproximadamente el 1,7 % de los adolescentes y de los


adultos es diagnosticado de agorafobia. Las mujeres tienen el doble de
probabilidad que los varones de experimentar agorafobia. La agorafobia
puede ocurrir en la infancia, pero la incidencia máxima se encuentra en la
adolescencia tardía y en la vida - adulta temprana la edad de comienzo se
sitúa aproximadamente entre los 25 y los 30 años, aun así existen casos en
que el inicio puede darse en cualquier momento entre los 5 y los 58 años.
Las personas entre los 45 y los 64 años tienen menos riesgo de desarrollar
una agorafobia.

Criterios diagnósticos según el DSM-V

A. Miedo o ansiedad intensa acerca de dos (o más) de las cinco situaciones


siguientes:
1. Uso del transporte público (p. ej., automóviles, autobuses, trenes, barcos,
aviones).

2. Estar en espacios abiertos (p. ej., zonas de estacionamiento, mercados,


puentes).

3. Estar en sitios cerrados (p. ej., tiendas, teatros, cines).

4. Hacer cola o estar en medio de una multitud.

5. Estar fuera de casa solo.

B. El individuo teme o evita estas situaciones debido a la idea de que


escapar podría ser difícil o podría no disponer de ayuda si aparecen
síntomas tipo pánico u otros síntomas incapacitantes.

C. Las situaciones agorafóbicas casi siempre provocan miedo o ansiedad.

D. Las situaciones agorafóbicas se evitan activamente, requieren la


presencia de un acompañante o se resisten con miedo o ansiedad intensa.

E. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantean


las situaciones agorafóbicas y al contexto sociocultural.

F. El miedo, la ansiedad o la evitación es continua, y dura típicamente seis o


más meses.

G. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente


significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del
funcionamiento.

H. Si existe otra afección médica (p.ej., enfermedad intestinal inflamatoria,


enfermedad de Parkinson), el miedo, la ansiedad o la evitación es
claramente excesiva.
I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explica mejor por los síntomas de
otro trastorno mental.

Y para finalizar El TOC se caracteriza por la presencia de obsesiones y/o


compulsiones. Las obsesiones son pensa mientos, impulsos o imágenes
recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusivos y no
deseados, mientras que las compulsiones son conductas repetitivas o actos
mentales que un individuo se siente impulsado a realizar en respuesta a una
obsesión o de acuerdo con reglas que deben aplicarse rígidamente

Estas obsesiones y compulsiones interfieren en las actividades diarias y


causan mucha angustia. Tal vez el individuo intente ignorar o detener sus
obsesiones, pero eso solo aumenta la angustia y la ansiedad. En última
instancia, siente la necesidad de realizar actos compulsivos para intentar
aliviar el estrés, esta razón hace que se relacione el TOC con los trastornos
de ansiedad en dicha investigación.

El contenido específico de las obsesiones y compulsiones como varía


entre los individuos. Sin embargo, cierto) aspectos o dimensiones son
frecuentes, entre las que están la limpieza (obsesiones de contaminación
compulsiones de limpieza), la simetría (la obsesión por la simetría y las
compulsiones de repetir, ordenes

A internacional la prevalencia es de (1,1-1,8 %). Las mujeres se ven


afectadas con una tasa ligeramente más alta que los varones en la edad
adulta, aunque los varones se ven más frecuentemente afectados durante la
infancia esto se debe a que Los varones tienen una edad más temprana de
inicio de los síntomas que las mujeres: mientras que, la edad media de inicio
del TOC es de 19,5 años, y el 25 % de los casos se inicia a la edad de 14
años. El de los varones tiene un inicio a la edad de 10 años. El inicio de la
sintomatología suele ser gradual; sin embargo, también se ha descrito la
aparición aguda
Hasta un 30 % de los individuos con TOC tiene un trastorno de tics a lo
largo de su vida el comienzo después de los 35 años es inusual, pero ocurre.
Casi el 25 % de los casos.

Si el TOC no se trata, el curso suele ser crónico, a menudo con síntomas


oscilantes, con crecientes y decrecientes. Algunas personas tienen un curso
episódico y una minoría sufre deterioro.

Criterios diagnósticos presencia de obsesiones, compulsiones o ambas:

Las obsesiones se definen por (1) y (2):

1. Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se


experimentan, en algún momento durante el trastorno, como intrusas o no
deseadas, y que en !a mayoría de los sujetos causan ansiedad o malestar
importante.

2. El sujeto intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o


imágenes, o neutralizarlos con algún otro pensamiento o acto (es decir,
realizando una compulsión).

Las compulsiones se definen por (1) y (2):

1. Comportamientos (p. ej., lavarse las manos, ordenar, comprobar las


cosas) o actos mentales (p. ej.; rezar, contar, repetir palabras en-silencio)
repetitivos que e! sujeto realiza como repuesta a una obsesión o de acuerdo
con reglas que ha de aplicar de manera rígida.

2. El objetivo de los comportamientos o actos mentales es prevenir o


disminuir la ansiedad o el malestar, o evitar algún suceso o situación temida;
sin embargo, estos comportamientos o actos mentales no están conectados
de una manera realista con los destinados a neutralizar o prevenir, o bien
resultan claramente excesivos.
B. Las obsesiones o compulsiones requieren mucho tiempo (p. ej., ocupan
más de una hora diaria) o causan malestar clínicamente significativo o
deterioro en !o social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

C. Los síntomas obsesivo-compulsivos no se pueden atribuir a los efectos


fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a otra
afección médica.

D. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental


Conclusion

Bibliografia
Bibliografia

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