Está en la página 1de 4

Nuestra filósofa Martha Nussbaum nos presenta una vez más un texto en el que defenderá

su posición esencialista mientras acepta las criticas. Esto se ve influenciado directamente


por las tesis de Aristóteles.
Inicialmente describe el descuido que hay sobre el esencialismo al encasillarlo con el
marbete –al igual que- el racismo y el sexismo, contraponiendo un relativismo como
fórmula para el progreso de la sociedad. No obstante, acepta las críticas que se han cernido
para esta concepción llevándola al puerto seguro de la fundamentación metafísica. Estas
criticas son vistas
Ataques contra el esencialismo metafísico-realista. El realismo metafísico arguye que hay
un modo determinado por el cual el mundo es algo aparte del trabajo interpretativo de las
facultades cognitivas de los seres vivos.
Desde las perspectiva del Fedro, el modo de ser del ser humano será en esencia una parte
del mobiliario independiente del universo, algo que los dioses pueden ver y estudiar
independientemente de cualquier experiencia de la vida o de la historia humana
Hoy día, es más frecuente que se planteen dudas acerca de la coherencia de toda la idea
realista, según la cual habría alguna estructura determinada para el modo de ser de las
cosas, independientemente de toda interpretación humana.
Ataques al esencialismo internalista.
podría creer que el más profundo examen de la historia humana y del conocimiento
humando desde dentro todavía revela una explicación más o menos determinada del ser
humano, una explicación tal que divida sus propiedades en esenciales y accidentales.
Separar estos dos grupos de propiedad supone hacer una investigación evaluadora,
pues tendremos que preguntar qué cosas son tan importantes que no consideraríamos una
vida sin ellas como una vida humana. Semejante investigación evaluadora de lo que es más
profundo y más indispensable en nuestras vidas no presupone necesariamente una
fundamentación metafísica externa. Dicho claramente: puede ser un modo de mirarnos a
nosotros mismos, preguntar qué es lo que mantiene nuestra historia Tales concepciones
internalistas del ser humano siguen siendo vulnerables a algunas, si no todas, las acusaciones
presentadas contra el esencialismo en general. Así que, aunque la oposición rara vez haca la
distinción entre externalista e internalista, yo sí voy a introducirla, mencionando tres
objeciones a las que, en mi opinión, tiene que dar respuesta cualquier buena explicación
internalista.

1. Descuido de las diferencias históricas y culturales.


La oposición objeta que cualquier intento de seleccionar algunos elementos de la vida
humana como más fundamentales que los otros, incluso sin apelar a una realidad
transhistórica, no puede tener respeto suficiente por las diferencias históricas y culturales
reales
2. Descuido de la autonomía.
La objeción es que, al determinar de antemano qué elementos de la vida humana son lo que
tienen más importancia, el esencialista deja de respetar el derecho de la gente a elegir un plan
de vida acorde con sus propias luces, al determinar lo que es importante y lo que no lo es.
Tales elecciones de valor deben dejársele a cada ciudadano. Y por esta razón, la política debe
negarse a sí misma una teoría determinada del ser humano y el bien humano

3. Aplicación lastrada por prejuicios.


Si operamos con una concepción determinada del ser humano de la que se supone que tiene
cierto peso normativo en la moral y la política, al aplicarla, tendremos que preguntar cuáles
seres caen bajo de nuestro concepto.

La caída en el subjetivismo.
Ninguna de estas objeciones carece de fuerza. Más adelante, en este mismo ensayo,
preguntaré cuánta fuerza tiene cada una de ellas, y si hay alguna versión del esencialismo
que pueda sobrevivir a ellas.
se considera que el colapso del realismo metafísico no sólo entraña el colapso del
esencialismo en lo que se refiere al ser humano, sino también la retirada hacia un realismo
extremos, o incluso un subjetivismo, en todo lo que a cuestiones evaluativas se refiere.
En este ejercicio, las explicaciones del ser humano llevan el mismo camino que todo
lo demás: tú da la explicación que quieras, y ya veremos a quién le gusta (o se deja influir
por ella).
Quienes proponen estas ideas antiesencialistas extremas se consideran habitualmente
a sí mismos, como ya he dicho, políticamente progresistas y compasivos, movidos por el
pensamiento sobre el bien de las mujeres, las minorías, los pobres y los marginados de todas
partes, quipen esté en desacuerdo con ellos es insensible o racista,

Entre distintos autores Tal asalto tiene la misma estructura que los argumentos supuestamente
progresistas que acabamos de examinar. Borks empieza reclamando un acuerdo universal
como criterio de aceptabilidad de un principio ético. Por supuesto, ningún principio consigue
aprobar el examen. Y sin darle más vueltas ni buscar otro criterio de evaluación, Borks
concluye que cualquier evaluación moral es arbitraria y subjetiva.
El que evalúa se halla “a la deriva en un mar incierto”, “sin modo alguno de hacer las
distinciones necesarias según principios”.

Confrontando las objeciones.


Su posición:
Creo que los argumentos contemporáneos kantianos relacionados con Kant
(presentados, particular, por Quine, Davidson, Putman y Goodman) han establecido con
suficiente éxito la insostenibilidad del realismo metafísico. No puedo argumentarlo ahora,
pero espero que, al menos, todo el mundo estuviera de acuerdo en que sería tremendamente
imprudente una propuesta política que confiase en la verdad del realismo metafísico, dada
nuestra actual situación argumentativa.
Al desembarazarnos de la esperanza de un fundamento metafísico trascendente para
nuestros juicios de valor –tanto cerca del ser humano como de todo lo demás -, no nos
quedamos abandonados en el abismo
que hemos tenido siempre: intercambio de razones y argumentos por parte de seres humanos
dentro de la historia; y en ese intercambio, por razones que son históricas y humanas pero no
por ello peores, tenemos algunas cosas por buenas y otras por malas, algunos argumentos por
sensatos y otros por no sensatos. ¿Por qué, entones, habrían de concluir los relativistas que
la ausencia de una base trascendental para el juicio –una base que, en cualquier caso, según
ellos, nunca ha existido –debe hacernos desesperar de seguir haciendo lo que siempre hemos
hecho, distinguimos la persuasión de la manipulación?
De hecho, me parece, la caída del relativismo o subjetivismo extremos delata un
profundo apega al realismo metafísico mismo. Pues sólo a aquel que ha sujetado todo con el
alfiler de esa esperanza parecerá que su caída entraña el derrumbe de toda valoración –
exactamente igual que sólo a una persona religiosa profundamente creyente, como Nietzsche
observará, la noticia de la muerte de Dios le supone la amenaza del nihilismo. Lo que vemos
aquí, pienso, es una reacción de vergüenza –apartar la vida de nuestra pobre humanidad, cuyo
aspecto es tan miserable y mezquino –en contraste con un sueño de otro tipo. ¿Qué tenemos
aquí, parecen decir estos críticos? ¿Nada más que nuestras pobres conversaciones humanas,
nuestros cuerpos humanos, que tan imperfectamente interpretan las cosas?
Ejemplo de Aristóteles: Aquí también hay dioses
Así, también yo pienso, con el realismo, que no tomarse el interés de estudiar nuestras
prácticas de análisis y razonamiento, como son, humanas e históricas, la insistencia en que
sólo tendríamos buenos argumentos si viniera del cielo, todo eso, lo que delata la vergüenza
de lo humano.
como argumenta Hilary Putman, el deceso del realismo puede incluso impulsar el
estatuto de la evaluación de la ética. Pues el realista metafísico hacía con frecuencia una
estricta distinción entre hecho y valor, creyendo que la vedad del tipo de la que persigue el
realista podía encontrarse en el dominio de lo científico, pero no en el dominio del valor.
Poner la ciencia dentro de la historia humana hace que lo que ya se creía que pertenecía a
ella tenga mejor aspecto, no peor, porque sus pretensiones habrán dejado de contrastarse
estrictamente con pretensiones que parecen más “duras” y más “fácticas”. Así la polaridad
entre hecho científico y valor ética subjetivo sobre la que descansa gran parte de la economía
neoclásica es puesta en cuestión por el derrumbe del realismo –claro que desde el lado de la
ciencia, pero esto reabre toda la cuestión de la relación entre ética y ciencia y hace que sea
posible argüir, como lo hace Putman, que la ética no se encuentra en peores condiciones que
cualquier ciencia

Las objeciones al esencialismo internalista tienen fuerza, pero descuidab las


diferencias entre culturas autonomía, con prejuicios , pero no por esto, todo esencialismo
tenga fracasar, cree que hay razones urgentes -dice- por las que se necesita la interpretación
del funcionamiento y las capacidades humanas, por lo que hay motivo porhacer una
interpretación que salga al paso de estas objeciones.
Propondrá lo anterior
Una propuesta esencialista: las funciones humanas básicas.

. La idea es que, una vez identificado un grupo de funciones especialmente


importantes en la vida humana, estaremos en una posición que nos permita interrogar lo que
las instituciones sociales y políticas hacen con ellas. ¿Le están dando a la gente lo que
necesita para ser capaz de funcionar en todos estos modos humanos? ¿Y se lo están dando de
un modo mínimo, o están haciendo posible que los ciudadanos funcionen bien? Consideraré
las implicaciones políticas de esa explicación en la próxima sección; antes tengo que describir
la explicación misma.

Llamaré a esta explicación de las funciones humanas “teoría vaga y gruesa del bien”.
Por su corte aristotélico se refiere a los fines y contenido general de la forma humana de vida.
La cual admite sus multiples especificaciones de acuerdo con varias concepciones. Si esto,
lo que se obtiene en las políticas públicas son errores. Esto -según nuestra autora- no es
metafísica ni religiosa, pero con pretensiones universalistas: dos características

De carácter normativo, una investigación evaluativa.1 Es

Esbozaré luego dicha consideración, que ya he desarrollado prolijamente en otro lugar,


mostrando cómo se puede salir al paso de las objeciones legítimas. Argumento después que
sin esa consideración, carecemos de una base suficiente para dar cuenta de la justicia social
y de los fines de la distribución social. Tenemos con ello, por otro lado, una base –que
necesitábamos urgentemente en estos tiempos –para una ética global y una consideración
plenamente internacional de la justicia distributiva. Finalmente, argumento que sin algún tipo
de esencialismo, quedaremos privados de dos sentimientos morales absolutamente
necesarios, si es que queremos convivir decentemente en este mundo: la compasión y el
respeto.

1
Pág 11. Se ha llamado así también para contrastarla con la lista de los “bienes primarios” de la teoría
delgada del bien.

También podría gustarte