Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ESCUELA DE DERECHO
PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS,
SANCIONADORES
MONOGRAFIA
ALUMNO:
GRUPO: A
ASIGNATURA:
DERECHO ADMINISTRATIVO II
DOCENTE RESPONSABLE:
PUCALLPA – PERÚ
2019
DEDICATORIA
Si bien es cierto que uno de los principios del sistema constitucional involucra la
encomienda exclusiva del ejercicio de la potestad punitiva a los órganos
jurisdiccionales, un rápido examen del ordenamiento jurídico nacional y extranjero
permite evidenciar que la Administración Pública cuenta con potestades represivas
expresas dirigidas a contrarrestar conductas ilícitas que se encuentran excluidas del
ámbito de competencia de los órganos jurisdiccionales penales. En ese sentido, la
potestad sancionadora atribuida a la Administración Pública encuentra sustento en la
autotutela administrativa de los actos administrativos sin la intervención de voluntades
ajenas a la Administración Pública y, a su vez, en un imperativo de coerción asignado
por ley para garantizar el cumplimiento de obligaciones que integran el ordenamiento
jurídico administrativo y castigar su contravención, de ser el caso.
Este principio está vinculado con el rango legal de la norma que debe contener la descripción
del tipo sancionador y de las consecuencias aplicables. Si bien se encuentra enunciado en el
mencionado artículo 230° de la Ley N° 27444, debe tomarse en cuenta que esta garantía
encuentra su fundamento normativo en el texto de la propia Constitución Política del Perú.
En efecto, el literal d) del numeral 24 del artículo 2° de la norma constitucional establece que
nadie podrá ser condenado o sancionado con pena no prevista previamente en las leyes. En
consonancia con ello, el Tribunal Constitucional ha señalado que el principio de legalidad
impide que se pueda atribuir la comisión de una falta o aplicar una sanción administrativa si
estas no se encuentran previamente determinadas en la ley.
1. Legalidad.- Solo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la potestad
sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias administrativa que a título de
sanción son posibles de aplicar a un administrado, las que en ningún caso habilitarán a
disponer la privación de libertad».
Los administrados gozan de todos los derechos y garantías inherentes al debido procedimiento
administrativo, que comprende el derecho a exponer sus argumentos, a ofrecer y producir
pruebas y a obtener una decisión motivada y fundada en derecho. La institución del debido
procedimiento administrativo se rige por los principios del Derecho Administrativo. La
regulación propia del Derecho Procesal Civil es aplicable sólo en cuanto sea compatible con el
régimen administrativo.
Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de discriminación entre los
administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al procedimiento,
resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación de tal modo que se dote al
trámite de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones procesales que dificulten su
desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin de alcanzar una decisión en tiempo
razonable, sin que ello releve a las autoridades del respeto al debido procedimiento o vulnere
el ordenamiento.
Las entidades deben brindar las condiciones necesarias a todos los administrados para acceder
a la información que administren, sin expresión de causa, salvo aquellas que afectan la
intimidad personal, las vinculadas a la seguridad nacional o las que expresamente sean
excluidas por ley; y extender las posibilidades de participación de los administrados y de sus
representantes, en aquellas decisiones públicas que les puedan afectar, mediante cualquier
sistema que permita la difusión, el servicio de acceso a la información y la presentación de
opinión.
Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán ser sencillos, debiendo
eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos deberán ser racionales
y proporcionales a los fines que se persigue cumplir.
La autoridad administrativa está obligada a responder por los daños ocasionados contra los
administrados como consecuencia del mal funcionamiento de la actividad administrativa,
conforme lo establecido en la presente ley. Las entidades sus funcionarios o servidores asumen
las consecuencias de sus actuaciones de acuerdo con el ordenamiento jurídico.
La autoridad administrativa está obligada a facilitar información a los administrados que son
parte en un procedimiento administrativo tramitado ante ellas, para que en cualquier
momento del referido procedimiento puedan conocer su estado de tramitación y a acceder y
obtener copias delos documentos contenidos en dicho procedimiento, sin perjuicio del
derecho de acceso a la información que se ejerce conforme a la ley de la materia
2.4. Los Decretos Supremos y demás normas reglamentarias de otros poderes del Estado.
2.5. Los demás reglamentos del Poder Ejecutivo, los estatutos y reglamentos de las entidades,
así como losde alcance institucional o provenientes de los sistemas administrativos.
2.8. Las resoluciones emitidas por la Administración a través de sus tribunales o consejos
regidos por leyes especiales, estableciendo criterios interpretativos de alcance general y
debidamente publicadas. Estas decisiones generan precedente administrativo, agotan la vía
administrativa y no pueden ser anuladas en esa sede.
Una vez vencida la fecha de presentación de descargos, el órgano instructor debe realizar las
diligencias necesarias para corroborar o no la configuración de infracciones pasibles de sanción
(recopilación de datos, examen de hecho, entre otros, que considere relevantes). El artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1272 modificó las reglas aplicables a la fase instructora del
procedimiento sancionador, a fin de adaptarlas a la nueva estructura organizativa que
diferencia entre la autoridad instructora y la decisoria. Así, se estableció que la autoridad
instructora debe formular un informe final de instrucción en el que determine, de manera
motivada, la declaración de existencia de infracción o, de lo contrario (las conductas
consideradas probadas y constitutivas de infracción), la norma que prevé la imposición de la
sanción propuesta. Este informe es remitido a la autoridad competente para que decida la
aplicación de la sanción y, además, debe ser notificado al administrado a fin de brindarle la
oportunidad de formular sus descargos (dentro en un plazo no menor de cinco días hábiles).
De esta manera, se promueve que el administrado conozca las conductas probadas y
constitutivas de infracción y pueda ejercer su derecho de defensa sobre las conclusiones del
órgano instructor.
Cabe señalar que pese a que el imputado ejerce su derecho de formular descargos sobre la
imputación de cargos, este acto, con el cual se inicia el procedimiento sancionador, solo
contiene indicios razonables de la comisión de una infracción que justifica el inicio de las
investigaciones en una etapa de instrucción a efectos de determinar la comisión de la
infracción de manera conclusiva. Sin embargo, por consideraciones del debido procedimiento,
corresponde que el administrado tenga conocimiento al informe final de instrucción, porque a
diferencia del primero, este documento contiene las conclusiones finales del instructor por el
cual se determina la comisión de la infracción e inclusive ensaya una propuesta de infracción;
esto para poder ejercer sus descargos finales frente a la autoridad resolutiva, que es un órgano
imparcial.
La resolución que disponga la imposición de una sanción o el archivo del procedimiento debe
ser notificada tanto al administrado como al órgano u entidad que formuló la solicitud o a
quién denunció la infracción, de ser el caso. El último acto del procedimiento sancionador se
produce mediante la notificación válida al administrado (o al denunciante o interesado, de ser
el caso) de la decisión final de la autoridad administrativa
La figura de la prescripción es la institución jurídica por la cual el transcurso del tiempo genera
que las personas adquieran derechos o se liberen de obligaciones. Ahora bien, desde el punto
de vista de la potestad punitiva del Estado, el Tribunal Constitucional ha resaltado el impacto
de la prescripción como causa de extinción de la responsabilidad criminal fundada en la acción
del tiempo o renuncia del Estado a sancionar.
De esta manera, es posible afirmar que, en el ámbito de la potestad única sancionadora del
Estado, la prescripción se relaciona directamente con el retraso objetivo en el ejercicio de los
derechos y potestades de las entidades públicas, en concordancia con los cánones que la
normativa establezca y al margen de la posición subjetiva de sus protagonistas
De esta manera, la prescripción aparece como una figura de particular relevancia que, de un
lado, tiene relación estrecha con el principio de seguridad jurídica y con el retraso objetivo en
el ejercicio de los derechos y potestades de las autoridades administrativas; y, de otro lado,
constituye una garantía a favor del administrado que lo protege de que la actividad aflictiva
ejercida por la Administración sea indefinida.
Mediante la modificación precitada, también se estableció que en los casos en que se advierta
el cumplimiento del plazo para determinar la existencia de infracciones, la autoridad
administrativa debe declarar de oficio la prescripción y la conclusión del procedimiento. Sin
perjuicio de ello, los administrados pueden plantear la prescripción por vía de defensa y la
autoridad debe resolverla sin más trámite que la constatación de los plazos.
Por el lado de la entidad pública, solo en los casos en que se advierta situaciones de
negligencia por parte de algún funcionario, se podrá iniciar acciones para determinar las causas
y responsabilidad por la inacción administrativa.
De esta manera, el legislador opta por una fórmula mucho más garantista que, en línea con la
defensa de los derechos fundamentales de los administrados, establece límites para el ejercicio
de la potestad sancionadora de las autoridades administrativas habilitándolas a declarar de
oficio la prescripción de aquellos casos en los que haya transcurrido el plazo otorgado por la
normativa; ello dada la naturaleza sustantiva de esta institución jurídica, por la cual opera la
extinción de la responsabilidad administrativa
En los casos en que las leyes contemplen que las entidades cuenten con un plazo mayor para
resolver los procedimientos a su cargo, la caducidad opera al vencimiento de dicho plazo.
Asimismo, la norma glosada precisa que la figura de la caducidad no se aplica al procedimiento
recursivo, dejando claro que dicha figura solo tiene efectos respecto de la duración del
procedimiento administrativo sancionador principal; esto es, en el que se define la existencia
de la responsabilidad administrativa.
Otro punto importante que se tiene en cuenta es que si bien la caducidad del procedimiento
sancionador es declarada de oficio por el órgano competente; ello no excluye la posibilidad de
que pueda ser solicitada por el administrado en caso no haya sido declarada de oficio.
Asimismo, en el último párrafo del artículo 257 del TUO de la Ley N° 27444 se precisa que
cuando la potestad del órgano competente, para declarar la existencia de una infracción no
hubiera prescrito, dicho órgano se encuentra facultado para evaluar el inicio de un nuevo
procedimiento sancionador.
Al respecto, García de Enterría esboza la siguiente definición: «Por sanción entendemos aquí
un mal infligido por la Administración a un administrado como consecuencia de una conducta
ilegal.
b) Sanciones de protección del orden general: Son aquellas que persiguen el control del orden
social general en un sentido amplio. Por ejemplo, la multa.
b) Sanciones accesorias: Son aquellas que buscan reforzar la eficacia de la sanción. Por
ejemplo, el internamiento de un vehículo.
Realizada la clasificación propuesta por Danós, es importante señalar que la clasificación de las
sanciones no es rígida, de manera tal que, por ejemplo, la multa impuesta podría ser de
protección del orden general, real y principal.
Conviene precisar, además, que la multa no es la única sanción que la Administración puede
imponer a un administrado infractor, toda vez que se encuentra facultada a imponer cualquier
otro tipo de sanción que se encuentre prevista en la ley y resulte proporcional a la infracción
cometida.
3.1 Definición
El procedimiento administrativo es el mecanismo a través del cual se encauza la solicitud o
pedido de un administrado frente a una entidad pública y que tiene como resultado un acto
administrativo que concede o deniega dicha solicitud. La particularidad del procedimiento
administrativo trilateral es que intervienen como partes no sólo un administrado
Frente a una entidad pública, sino que el procedimiento se realiza entre dos o más
administrados con intereses contrapuestos y la entidad administrativa que actúa como órgano
de resolución del conflicto.
El artículo trascrito hace referencia a las partes del procedimiento trilateral, designando a la
persona o administrado que inicia el procedimiento como «reclamante» y al administrado
contra el cual se dirige la reclamación se le designa como «reclamado».
Debemos tener en cuenta que las disposiciones contenidas en la Ley serán aplicables a los
procedimientos trilaterales en tanto no exista una ley especial que regule el procedimiento,
pues de existir una ley en tal sentido, las reglas de la Ley se aplicarán sólo en forma supletoria
Es por ello que en la gran mayoría de procedimientos trilaterales se prevé la realización de una
audiencia de conciliación una vez presentada la reclamación y la contestación correspondiente.
Ahora, nada impide que luego de cerrada la etapa de conciliación al interior del procedimiento
administrativo las partes puedan conciliar en forma externa y concluir el procedimiento.
- Los requisitos de los escritos previstos en el Artículo 113de la Ley, así como el nombre y la
dirección de cada reclamado, los motivos de la reclamación y la petición de sanciones u otro
tipo de acción afirmativa.
Esta contestación deberá presentarse dentro de los quince días hábiles posteriores a la
notificación; vencido este plazo, la entidad declarará en rebeldía al reclamado que no la
hubiera presentado. Sin embargo, la entidad podrá permitir, si lo considera apropiado y
razonable, la entrega de la contestación luego del vencimiento del plazo.
Al igual que la reclamación, la contestación deberá contener los requisitos de los escritos
previstos en el Artículo 113 de la Ley, así como la absolución de todos los asuntos
controvertidos de hecho y de derecho. Las alegaciones y los hechos relevantes de la
reclamación se tendrán por aceptadas o merituadas como ciertas a menos que el reclamado
las niegue expresamente en su escrito de contestación. Ahora bien, además de la contestación
a las alegaciones del reclamante, el reclamado podrá presentar una réplica alegando
violaciones a la legislación respectiva, siempre que se encuentren dentro de la competencia de
la entidad. Todos los puntos de discusión, que deberán ser evaluados en la resolución que
ponga fin al procedimiento, deberán ser propuestos conjunta y únicamente al contestar la
reclamación o la réplica. Se prohíbe que el reclamante formule a su vez una réplica a las
contestaciones de las reclamaciones, de tal manera que los nuevos problemas incluidos en la
contestación del reclamado serán considerados como materia controvertida.
El incumplimiento de las medidas cautelares dará lugar a la aplicación de las normas sobre
ejecución forzosa prevista en los Artículos 192 al 200 de la Ley. La resolución que dicta una
medida cautelar solicitada por alguna de las partes podrá ser apelada dentro del plazo de tres
días hábiles contados a partir de la notificación de la resolución que dicta la medida. Salvo
disposición legal o decisión de la autoridad en contrario, la apelación no suspende la ejecución
de la medida cautelar.
El recurso de apelación deberá interponerse ante el órgano que dictó la resolución apelada
dentro de los quince días hábiles de producida la notificación respectiva. Dentro de los quince
días habilidades de recibido el expediente por el superior jerárquico se correrá traslado a la
otra parte y se le concederá un plazo de quince días hábiles para la absolución de la apelación.
Con la absolución de la otra parte o sin ella, la autoridad que conoce de la apelación podrá
señalar día y hora para la vista de la causa que no podrá realizarse en un plazo mayor de diez
días hábiles contados desde la fecha en que se notifique la absolución de la apelación al
apelante. El recurso de apelación deberá ser resuelto en un plazo no mayor de treinta días
hábiles siguientes a la fecha de realización de la audiencia.
La Ley Marco de los Organismos Reguladores de la Inversión Privada en los Servicios Públicos,
Ley Nº 27332, establece dentro de la funciones de los Organismos Reguladores, la de
solucionar las controversias que existan entre empresas o entidades supervisadas, entre éstas y
sus usuarios libres y entre estos últimos, reconociendo o desestimando los derechos invocados.
Se puede solicitar la intervención del TRASU, ante la misma empresa operadora, a través de: –
El recurso de apelación; y, queja (cuando la empresa no ha tramitado adecuadamente el
reclamo), en los siguientes casos: – Por infracción de plazos. – Por suspensión del servicio
durante el procedimiento de reclamos. – Por no cumplir con lo ordenado en una resolución. –
Para solicitar el silencio administrativo positivo, o – Ante cualquier otra trasgresión normativa
La función de solución de controversias que busca resolver los conflictos que se presenten
entre entidades prestadoras o entre éstas y sus usuarios; la misma que se realiza mediante el
Tribunal de solución de controversias; órgano encargado de resolver como última instancia
administrativa los conflictos y reclamos entre ENTIDADES PRESTADORAS y, entre una de éstas y
un USUARIO.
Expediente N° 2050-2002-AA/TC
Fecha de la sentencia: 16 de abril de 2003.
Materia analizada: Principio de legalidad y principio de ne bis in ídem.
Sobre el particular, es necesario precisar que los principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad,
entre otros, constituyen principios básicos del derecho sancionador, que no solo se aplican en
el ámbito del Derecho Penal, sino también en el del Derecho Administrativo Sancionador, el
cual incluye, naturalmente, al ejercicio de potestades disciplinarias en el ámbito castrense. Una
de esas garantías es, sin lugar a dudas, que las faltas y sanciones de orden disciplinario deban
estar previamente tipificadas y señaladas en la ley.
Expediente N° 1803-2004-AA/TC
ANEXOS
ANEXOS
http://www.apam-peru.com/normas/NORMAS%20LABORALES%20PDF/LEY27444.pdf
https://es.scribd.com/document/398213219/DS-004-2019-JUS-TUO-Ley-27444#from_embed
https://es.slideshare.net/leandroaliaga9/los-tribunales-administrativos
http://procedimientotrilateral.blogspot.com/
http://aempresarial.com/servicios/revista/150_21_VDDESIJXWNXPUQMVLDVHWBPQIJWWGB
UCEXHWFQUBDRRYHDTTGP.pdf
http://incispp.edu.pe/blog/procedimiento-administrativo-sancionador-contratacion-del-
estado/
CONCLUSION