Está en la página 1de 376

Programa de San Lorenzo

1. Historia del Movimiento ...... 15


1.1 Nuestros Orígenes ............ 15
1.1.1. Grupo de Oración……… 16
1.1.2. El nombre .................. 18
1.1.3. Primeras Ciudades ...... 19
1.2 Consagraciones y Retiros .. 20
1.3 Nuestros Signos ............... 22
1.3.1. El Escudo ................... 22
1.3.2. La Camiseta ............... 24
1.3.3. Consignas .................. 27
1.3.4. Nuestro Himno ........... 29
1.4 ¿Qué es un Movimiento? ... 31
1.4.1. Asociaciones y
Movimientos Eclesiales .......... 31
1.4.2. Asociaciones Públicas o
Privadas ………………………………. 34
1.4.3. Fines de la Asociación
Privada de Fieles LAM ........... 36
Inicio - 1
1.5 Estructura de LAM ............ 39
1.5.1. Órganos de Gobierno ... 39
2. Bases del Movimiento ........ 43
2.1 Sagrada Escritura. ........... 43
2.2 Tradición Apostólica. ........ 54
2.2.1. En que consiste la Sagrada
tradición? ............................ 54
2.2.2. Diferencia entre Tradición
y tradición........................... 59
2.2.3. Doctrina “Sola Escritura”
…………………………………………….60
2.3 Magisterio de la Iglesia. .... 65
2.3.1. ¿Qué es el Magisterio de la
Iglesia?............................... 66
Magisterio Extraordinario: ... 66
El Magisterio Ordinario: ....... 67
2.3.2. La Doctrina de la Libre
Interpretación...................... 69
2.3.3. LAM fiel al Magisterio ... 70
Inicio - 2
3. Pilares del Movimiento ....... 73
3.1 Amor a la Eucaristía ......... 73
3.1.1. Creemos en la presencia
real de Jesús en la Eucaristía . 73
3.1.2. Adoramos con frecuencia
el Santísimo Sacramento ....... 76
3.1.3. Participamos diariamente
de la Eucaristía y amamos la
confesión. ........................... 78
3.1.4. Amamos la Liturgia de la
Iglesia…………………………………. 86
3.1.5. Palabras de nuestro
fundador sobre la Eucaristía... 86
3.2 Devoción a la Stma Virgen
María ................................... 90
3.2.1. Nuestra Devoción a la
Virgen María es Bíblica .......... 91
En el Antiguo Testamento: ... 91
En el Nuevo Testamento ...... 92

Inicio - 3
3.2.2. La Devoción a María es
necesaria por....................... 93
3.2.3. Verdadera Devocion a
María…………………………………….94
3.2.4. El Santo Rosario ......... 95
3.2.5. Devoción a María en LAM
…………………………………………….99
3.3 Obediencia al Papa ......... 100
3.3.1. Creemos que Cristo fundó
una Iglesia. ....................... 100
3.3.2. El Santo Padre .......... 102
3.3.3. Infalibilidad Papal...... 109
3.3.4. El ejercicio de la
infalibilidad se reviste de varias
modalidades.……………………….115
3.3.5. Documentos Papales . 116
4. Virtudes ..........................119
4.1 Introducción .................. 119
4.1.1. Pecado Vs. Gracia ..... 120
Inicio - 4
4.1.1.1 Pecado Original...... 120
4.1.1.2 La Gracia .............. 123
4.2 Importancia de los
Sacramentos ...................... 129
4.3 Escrúpulos .................... 133
4.4 Humildad ...................... 135
4.4.1. Aprende de mí que soy
manso y humilde de corazón.
135
4.4.2. La Humildad es Raíz y
fundamento de toda virtud. . 137
4.4.3. Humildad en las Virtudes
Teologales......................... 138
4.4.4. Nacen de la Humildad 139
4.4.5. Grados de Humildad. . 141
4.4.5.1. Primer Grado ....... 141
4.4.5.2. Segundo Grado .... 143
4.4.5.3. Tercer Grado ....... 146

Inicio - 5
4.4.6. Como trabajar la virtud de
la Humildad. ...................... 148
4.5 Pureza .......................... 153
4.5.1. Cultivamos la Virtud de la
Castidad ........................... 154
4.5.2. A la Castidad se opone la
Lujuria …….. ...................... 156
4.5.3. Relación: Gula y Lujuria
…………………………………………..157
4.5.4. Remedios contra la Lujuria
…………………………………………158
4.5.4.1 Remedios de Orden
Natural ............................ 158
4.5.4.2 Remedios de Orden
Sobrenatural .................... 159
4.5.5. Para vivir la Virtud .... 159
4.5.6. La Virtud de la Castidad en
el Catecismo...................... 162
4.5.6.1 Integridad de la Persona
...................................... 162
Inicio - 6
4.5.6.2 Integridad del Don de Si
...................................... 165
4.5.6.3 Los Diversos Regímenes
de la Castidad .................. 167
4.5.7. Citas Bíblicas: Impureza
...................................... 169
4.6 Obediencia .................... 169
4.6.1. ¿Cómo se ha de
Obedecer?……………………………172
4.6.2. Grados de la Obediencia
…………………………………………..176
4.6.3. Tres razones que da el
Apóstol San Pablo para obedecer
………………………………………….177
4.6.4. Es Lícito desobedecer a los
superiores en dos casos ...... 178
4.6.5. Se debe obediencia a. 178
4.7 Caridad ........................ 179
4.7.1. Definición ................ 179
4.7.2. El Amor al Prójimo .... 182
Inicio - 7
4.7.3. Frases de Santos ...... 191
4.7.4. Citas Bíblicas: Caridad192
4.8 Oración ........................ 193
4.8.1. Definición ................ 193
4.8.2. Como se debe Orar ... 193
4.8.3. Si no se Ora ............. 195
4.8.4. Clases de Oración ..... 197
4.8.5. Tipos de Oración ....... 201
4.8.6. Frases sobre la Oración
…………………………………………..201
4.8.7. Conclusión ............... 203
4.9 Fidelidad ....................... 203
4.9.1. Definición ................ 203
4.9.2. Modo de Practicarla ... 206
4.9.3. Enemigos de la Fidelidad
…………………………………………212
4.10 Celo Apostólico ............ 212

Inicio - 8
4.10.1. El Celo Apostólico ayuda
al misionero a identificarse con
Cristo para salvar almas ...... 214
4.10.2. El Celo misionero hace
que Jesús sea el centro de la vida
del misionero que le impulsa a
salvar almas ...................... 217
4.10.3. El celo misionero
mantiene viva la conciencia de
vivir en estado de misión
haciendo a un lado los obstáculos
que impiden darse.............. 219
4.10.4. María de Nazareth, quien
se encaminó «Presurosa» a
cumplir su misión, nos alienta
con su celo apostólico a ser
disponibles. ....................... 224
5. Santos Patronos del
Movimiento. .......................225
5.1. Vocación a la Santidad ... 225
5.2 San José ....................... 248
Inicio - 9
5.2.1. Datos Biográficos ...... 248
5.2.2. San José y la Santísima
Virgen: Amor Virginal y Conyugal
…………………………………………..250
5.2.3. San José: Padre adoptivo
de Jesús ........................... 252
5.2.4. Pensamientos de los
Santos sobre San José ........ 254
5.2.5. Porque es Modelo para
nuestra comunidad ............. 256
5.3 San Juan Bautista .......... 257
5.3.1. Datos Biográficos ...... 257
5.3.1.1. Su Niñez .............. 259
5.3.1.2 Su Vida y su mensaje
...................................... 260
5.3.1.3 Su Predicación ....... 261
5.3.1.4 El encuentro que su
Salvador: Juan bautiza a Jesús
...................................... 262
5.3.1.5 Jesús habla de Juan 263
Inicio - 10
5.3.1.6 Su muerte ............ 263
5.3.2. Porqué es modelo para
nuestra comunidad ............. 265
5.4 San Luis Grignon de Montfort
........................................ 268
5.4.1. Datos Biográficos ...... 268
5.4.1.1 Su Niñez ............... 268
5.4.1.2 El Llamado ............ 269
5.4.2. Anécdotas del Santo .. 272
5.4.3. Consagración: Jesús por
María …………………………………..274
5.4.4. Algunos de sus Escritos
…………………………………………..276
5.4.5. Porque es modelo para
nuestra comunidad ............. 276
5.5 San Felipe Neri .............. 282
5.5.1. Datos Biográficos ...... 282
5.5.1.1 Su Familia............. 283

Inicio - 11
5.5.1.2 Su Infancia y Llamado
...................................... 283
5.5.1.3 Su Apostolado ....... 285
5.5.1.4 Su Sacerdocio ....... 288
5.5.2 Datos Curiosos .......... 289
5.5.3. Frases ..................... 290
5.5.4. Su Muerte ................ 291
5.5.5. ¿Por qué es modelo para
nuestra comunidad? ........... 292
5.6 San Juan Bosco ............. 294
5.6.1. Datos Biográficos ...... 294
5.6.1.1 Infancia ................ 294
5.6.1.2 Don Bosco y los Jóvenes
...................................... 295
5.6.2. Anécdotas ................ 297
5.6.3. Sueños .................... 298
5.6.3.1 La Nave de Pedro ... 298
5.6.3.2 Rosal con Espinas .. 299
5.6.4. Frases ..................... 300
Inicio - 12
5.6.5. ¿Por qué es modelo para
nuestra comunidad? ........... 302
5.7 Santa Teresita del Niño Jesús
........................................ 303
5.7.1. Datos Biográficos ...... 303
5.7.1.1 Su niñez y su llamado
...................................... 304
5.7.2. Su Espiritualidad ....... 305
5.7.3. Anécdotas de la Santa 306
5.7.4. Algunas de sus Frases 307
5.7.5. Su Muerte ................ 308
5.7.6. ¿Por qué es modelo para
nuestra comunidad? ........... 309
5.8. San Miguel Arcángel ...... 312
5.8.1. Sobre los Ángeles ..... 312
5.8.2. Clasificación de los
Ángeles……………………………….314
5.8.3. Los Arcángeles ......... 315
5.8.4. San Miguel Arcángel .. 316
Inicio - 13
5.8.4.1 San Miguel en las
Sagradas Escrituras .......... 318
5.8.4.2 San Miguel y la
Eucaristía ........................ 320
5.8.4.3 San Miguel, defensor de
los moribundos:................ 324
5.8.5. Porque es Santo Patrono
de nuestra comunidad ........ 328
Anexo 1. Posiciones Litúrgicas
dentro de la Misa .................329
Anexo 2. El Ayuno Eucarístico 356

Inicio - 14
1. Historia del Movimiento
1.1 Nuestros Orígenes
El 30 de noviembre de 1984,
cerca de las 12:00 p.m., el laico
José Rodrigo Jaramillo Fernández
fue secuestrado por el ELN
(Ejército de Liberación Nacional)
en Medellín, Colombia.
El secuestro duró solo un día
pues, gracias a Dios, después de
hacer un rosario muy meditado
José Rodrigo fue liberado siendo
ya el 1 de diciembre de 1984 a
las 5:00 p.m.
Durante el secuestro el Señor
le permitió tener 3 visiones:
Abundante y cristalina agua que
brotaba del costado de Jesús.
Los momentos en que había
amado verdaderamente en su
vida, y es en ese momento en el
Inicio - 15
que Rodrigo le dijo al Señor:
“Señor qué importante es amar”,
y el Señor le respondió: “y
dejarse Amar”
Un sol gigantesco llamado “sol de
amor” y un mar extensísimo
llamado “mar de misericordia”:
Rodrigo se vio como en forma de
“chispa” flotando en este mar
junto con otras de estas “chispas”
y sabía que cada una de esas
chispas era el alma de las
personas que él amó verdadera-
mente y por quienes él se había
dejado amar.
Cuando ve este mar se promete
no desaprovechar ni un instante
para amar.
1.1.1. El Grupo de Oración
Después del secuestro, Rodrigo
Jaramillo se dedicó a la
Inicio - 16
evangelización con entusiasmo y
empezó con dos apostolados: la
realización de cenáculos en las
casas y ayudando a los
habitantes de la calle. El
miércoles 14 de julio de 1999 un
grupo de jóvenes se acercó a
Rodrigo para pedirle que les
resolviera algunas dudas sobre la
Virgen María, puesto que algunos
hermanos protestantes les
habían confundido. Él procedió a
resolver las inquietudes y al ver
el entusiasmo de estos jóvenes,
Rodrigo les invitó a conformar un
grupo de oración a lo que ellos
accedieron con alegría. Al
preguntar el día en que se haría
el grupo, los jóvenes propusieron
el día viernes para evitar estar en
fiestas. Ese primer viernes en el
Inicio - 17
que se realizó el grupo de oración
fue el 16 de julio de 1999, día
de la Virgen del Carmen y día en
el que continúa conmemorán-
dose la fundación del
movimiento.
1.1.2. El nombre
El grupo de oración que inició
Rodrigo con aquellos jóvenes se
siguió haciendo todos los viernes
y de una manera rápida comenzó
a crecer. Por lo tanto, Rodrigo
reunió a los jóvenes del grupo y
les dijo: “Preguntemos al Señor
cómo quiere que se llame el
grupo”. Les pidió que lo oraran y
trajeran una propuesta. A los 3
días un joven sacó un dibujo del
bolsillo: La Virgen María de pie,
detrás de una barca, con su
manto en forma de red
Inicio - 18
extendiéndolo sobre la barca y en
mucha parte del mar. En la red
habían muchos pescados
enganchados; y con letras rojas
en medio del manto estaba
escrito “Lazos de Amor Mariano”.
1.1.3. Primeras Ciudades
Tras haber nacido en Medellín,
Lazos de Amor Mariano comenzó
a expandirse hacia otras ciudades
tales como: Barranquilla (2000),
Cali (2004) y Bogotá (2004), e
incluso en otros países como el
Ecuador (Quito – 2005). Al año
2012 ya se encontraba presente
en más de 57 municipios
colombianos entre estos:
Bucaramanga, Manizales,
Pereira, Cartagena, Santa Marta,
Pasto, Florencia, Neiva, Ibagué,
Tuluá, Cúcuta, Barrancabermeja,
Inicio - 19
Armenia, Quibdó, Sincelejo,
Valledupar, Montería, Riohacha,
Arauca y Buenaventura; además
de varias ciudades de Ecuador,
Venezuela, Panamá, Estados
Unidos, Uruguay, Perú y Brasil.
1.2 Consagraciones y Retiros
Desde su fundación, Lazos de
Amor Mariano se ha
caracterizado por su especial
espiritualidad mariana, es así
como el primer apostolado que
Lazos desarrolló en conjunto con
el grupo de oración de los viernes
fue la “Preparación para la
Consagración total a Jesús por
María, por el método de Montfort”
compuesta por 33 lecciones de
las cuales 12 son dedicadas al
conocimiento del espíritu del
mundo, 7 al conocimiento de sí
Inicio - 20
mismo, 7 al conocimiento de
María y 7 al conocimiento de
Jesucristo. Desde entonces, la
Consagración se constituye en
base de la espiritualidad de la
comunidad. Los grupos de
preparación para la consagración
concluían con un retiro espiritual
en el que se daba la Bendición de
María Auxiliadora, se realizaba
una fogata para interiorizar el
tema del perdón y se dictaban
varias charlas conclusivas de la
preparación para la consagra-
ción. Estos retiros fueron la base
para los actuales retiros de
conversión. Al ver la necesidad
de evangelizar no solo a las
personas pertenecientes a los
grupos de preparación para la
consagración, en LAM
Inicio - 21
Barranquilla se desarrolló un
primer programa de retiro de
conversión para personas que no
se estuvieran preparando para la
consagración. Este tipo de retiros
comenzaron a dictarse en
Barranquilla y Medellín con
extraordinarios resultados. Esto
sucedió en el año 2002. Solo
hasta el año 2007 se
estructuraron los retiros para
matrimonios y niños.
1.3 Nuestros Signos
1.3.1. El Escudo
Es el emblema distintivo del
movimiento. La Camándula o
Rosario en forma circular
enmarcando una Hostia
manifiesta la profunda devoción
que los misioneros deben tener al
rezo del Santo Rosario y a la
Inicio - 22
Divina Eucaristía que, además, es
representada por el monograma
JHS, que en la iconografía
cristiana ha sido tomada como
una abreviatura del nombre
hebreo de Jesús, o de la
expresión latina “Jesús Hominum
Salvator” que significa “Jesús
salvador de los hombres”,
también es tomada
popularmente como “Jesús
Hostia Santa” o “Jesús Hombre
Salvador”. Los dulces Corazones
de Jesús y de María
manifiestan el fin de nuestra
vida: Amar a Nuestro Señor a
través de Nuestra Señora, y el
hecho de que ambos corazones
estén ardiendo representa el
ardor por las almas que consume
los corazones de Nuestro Señor y
Inicio - 23
Nuestra Señora, ardor que los
misioneros estamos invitados a
compartir. La expresión Totus
Tuus (Todo tuyo [María]) que
figura en la parte inferior del
escudo es tomada de la fórmula
de consagración a Jesús por
María que enseñaba San Luis de
Montfort, develando la total
pertenencia a Nuestra Señora
que debe tener el misionero. El
fondo del escudo manifiesta el
fulgor: nuestro celo apostólico y
profundo deseo de ser santos (Mt
5,48).
1.3.2. La Camiseta
Inicialmente, las camisetas del
grupo eran similares a las
actuales pero blancas, luego, se
decide que todas sean de color
azul oscuro (o turquí).
Inicio - 24
Más adelante se decide que las
camisetas sean azul celeste, azul
oscura (o turquí) y roja, tomando
los colores del libro “Escuela de
María” de la mística Consuelo
Armida. Cada uno de estos tres
colores representa el nivel de
compromiso del misionero en la
comunidad y significa:
* Azul Celeste (Misionero
Participante): Significa las lágri-
mas de renuncia, arrepentí-
miento y amor que el misionero
derrama al iniciar su proceso de
conversión. Representa la Fe
* Azul Oscuro o Turquí (Misionero
Comprometido): Manifiesta el
sudor, el esfuerzo del misionero
que trabaja incansablemente por
la salvación de las almas.
Representa la Esperanza
Inicio - 25
* Roja (Misionero Consagrado):
Significa la Sangre que, con la
gracia de Dios, se está dispuesto
a derramar por amor al Señor y a
las almas. Estos deben ser los
servidores de los servidores.
Representa la Caridad.
Tiempo después se instituciona-
lizó la camiseta amarilla para los
niños misioneros, color que
evoca la pureza que deben
conservar como tesoro inestima-
ble. Representa el oro como
metal precioso. Los niños más
pequeños, hijos de misioneros,
portan la camiseta blanca. En
abril del 2013, por decisión de la
Asamblea General, se decide
cambiar el color de las camisetas
de los misioneros consagrados.

Inicio - 26
A la fecha, no se ha comunicado
aún cual será el nuevo color.
1.3.3. Consignas
En el año 2003, a través de una
conversación entre José Rodrigo
Jaramillo (Director General y
Fundador) y Wilson Tamayo
(Subdirector General), surgió la
idea de proponer una manera de
saludarse y despedirse entre los
misioneros. Wilson le propone a
Rodrigo que el saludo entre
misioneros sea: “¿Quién como
Dios?” A lo que el otro misionero
respondería: ¡Nadie como Dios!
Rodrigo aprueba el saludo y
posteriormente añade: “Que la
manera de despedirnos sea: «
¡Que la gracia de Dios esté
contigo!» A lo que el otro
misionero responderá: « ¡Y con
Inicio - 27
tu espíritu!»”. De esta manera,
en nuestro saludo se grita la
consigna de San Miguel Arcángel
que es resumen de la victoria de
Cristo sobre el demonio, y al
momento de despedirnos se pone
de manifiesto la importancia de la
gracia de Dios en nuestra vida.
En 2005, estando Wilson Tamayo
dictando una consagración en la
ciudad de Cali, surgió el
complemento al saludo:
¿Y después de Dios?
¡Nadie como María!
Otras consignas:
¿Para dónde vamos?
¡Para el Cielo!
¿Con quién?
¡Con Jesús, José y María!
¡Seremos Santos!
¡O moriremos en el intento!
Inicio - 28
Misioneros
¡Siempre!
¡Todo por la Inmaculada!
¡Nada sin ella!
1.3.4. Nuestro Himno
Revestidos con las Armas del Señor
Para resistir la amenaza del
enemigo, Lucharemos contra
espíritus del mal de la mano de María
y Jesucristo.
Y ceñidas las cinturas con Verdad
con coraza de Justicia protegidos;
predicando y enseñando lograremos
acabar el pecado de hoy en día tan
destructivo.
Embrazando el Escudo de la Fe
apagaremos los dardos del maligno
y la Espada del Espíritu encendiendo
la fogata levantando corazones
deprimidos.
Coro: Porque ya, no hay vuelta atrás
estamos Consagrados a su servicio.
Inicio - 29
Y con Lazos de Amor, hacemos parte
del Ejército elegido, de la Madre de
Dios, aquella que nos escogió, en su
Misericordia.
Con su Amor Ella nos alimentará nos
dará a beber del Espíritu Divino y
embriagados de Éste mismo
cantaremos sin cesar la Buena
Nueva que tanto nos ha dicho.
Imitaremos de Ella la humildad la
pureza que Dios le ha concedido;
renovando nuestra entrega con su
propio corazón gritaremos sin temor
y convencidos:
Coro: De que ya no hay vuelta atrás
estamos Consagrados a su servicio.
Y con Lazos de Amor hacemos parte
del Ejército Elegido de la Madre de
Dios aquella que nos escogió en su
Misericordia (bis).

Inicio - 30
1.4 ¿Qué es un Movimiento?
1.4.1. Asociaciones y
Movimientos Eclesiales
Los fieles laicos participan en la
vida de la Iglesia no sólo llevando
a cabo sus funciones y
ejercitando sus carismas, sino
también de muchos otros modos.
“El asociarse de los fieles laicos
por razones espirituales y
apostólicas nace de diversas
fuentes y responde a variadas
exigencias, […] como una
preciosa ayuda para llevar una
vida cristiana coherente con las
exigencias del Evangelio y para
comprometerse en una acción
misionera y apostólica en medio
de un mundo secularizado.
[Pero], más allá de estos
motivos, la razón profunda que
Inicio - 31
justifica y exige la asociación de
los fieles laicos es de orden
teológico,[…] como abiertamente
reconoce el Concilio Vaticano II,
cuando ve en el apostolado
asociado un signo de la comunión
y de la unidad de la Iglesia en
Cristo[…] [El apostolado
asociado] es un «signo» que
debe manifestarse en las
relaciones de «comunión», tanto
dentro como fuera de las diversas
formas asociativas”(Exhortación
apostólica Christi fideles Laici,
29) Es decir, debe mostrarse esa
comunión tanto en las
actividades apostólicas como en
la vida cotidiana y ordinaria
(trabajo, estudio, familia, etc.).
Por lo tanto, “debe reconocerse la
libertad de asociación de los
Inicio - 32
fieles laicos en la Iglesia. Tal
libertad es un verdadero y propio
derecho que no proviene de una
especie de «concesión» de la
autoridad, sino que deriva del
Bautismo, en cuanto sacramento
que llama a todos los fieles laicos
a participar activamente en la
comunión y misión de la Iglesia.
El Concilio es del todo claro a este
respecto: «Guardada la debida
relación con la autoridad
eclesiástica, los laicos tienen el
derecho de fundar y dirigir
asociaciones y de inscribirse en
aquellas fundadas» (LG, 37). Y el
reciente Código afirma
textualmente: «Los fieles tienen
derecho a fundar y dirigir
libremente asociaciones para
fines de caridad o piedad, o para
Inicio - 33
fomentar la vocación cristiana en
el mundo; y también a reunirse
para procurar en común esos
mismos fines» (CIC, canon 215).
Se trata de una libertad
reconocida y garantizada por la
autoridad eclesiástica y que debe
ser ejercida siempre y sólo en la
comunión de la Iglesia. En este
sentido, el derecho a asociarse de
los fieles laicos es algo
esencialmente relativo a la vida
de comunión y a la misión de la
misma Iglesia” (Ibíd., 29).
1.4.2. Asociaciones Públicas o
Privadas
1) Públicas: Son las erigidas por
la autoridad eclesiástica (c.
301,3). Por el mismo decreto por
el que se erigen, quedan
constituidas como personas
Inicio - 34
jurídicas y reciben, en cuanto sea
necesario, la misión para trabajar
en pro de los fines que la
asociación se propone alcanzar
en nombre de la Iglesia (c. 313).
2) Privadas: Son las que los
fieles, de acuerdo privado entre
ellos, constituyen para
determinado fin relacionado con
la vida cristiana (c. 298,1;
301,2). Pero no pueden
constituirlas privadamente para
enseñar la doctrina cristiana en
nombre de la Iglesia, ni para
promover el culto público, ni para
otros fines que, por su
naturaleza, estén reservados a la
autoridad eclesiástica (c. 299,1 y
301,1).
Estas asociaciones privadas
pueden ser “reconocidas”,
Inicio - 35
“alabadas” o “recomendadas” por
la autoridad eclesiástica; pero no
dejan por ello de ser privadas (c.
299,2). Para profundizar en el
tema léase el Código de Derecho
Canónico cánones 214, 215, 303,
321 al 326 y 677.
1.4.3. Fines de la Asociación
Privada de Fieles LAM
Según los actuales estatutos, los
fines del movimiento son:
* A partir de una profunda
experiencia personal con Jesu-
cristo que lleve a una vivencia
radical de los compromisos
bautismales, por la consagración
total a Jesús por María,
consumirse en ardor apostólico
por la salvación de las almas.
* Propagar una auténtica
devoción a la Santísima Virgen
Inicio - 36
María por medio de la
Consagración Total a ella según
el método de San Luis María
Grignon de Montfort, que lleve a
los fieles a una unión más
estrecha con Cristo en su Iglesia.
* Ayudar a sus miembros, en la
vivencia de la consagración total
a Jesús por María, en su camino
de santificación personal en su
estado particular y su vocación
específica de misión en el mundo
en el que viven, cuidando
particularmente de que sea
llevada a cabo con verdadero
sentido eclesial.
* Ayudar a todos los cristianos
con quienes se entre en contacto,
a vivir tan ardorosamente su
Bautismo, que los haga discípulos
y misioneros de Cristo, para que
Inicio - 37
nuestros pueblos tengan vida en
abundancia.
* Como discípulos y misioneros
de Cristo, reavivar el fuego de la
fe, la esperanza y la caridad en
los corazones de los hombres, a
través del anuncio Kerigmático
que les lleve a una auténtica
conversión de vida conforme al
evangelio. Este espíritu misio-
nero se expresará evangelizando
la cultura e inculturando el
evangelio.
* Encontrar en el hermano pobre
y desamparado a Cristo, y ser
diligentes para aliviar sus
necesidades temporales y
espirituales, en respuesta a la
afirmación del Señor: “todo lo
que hicisteis con estos pequeños,
conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40)
Inicio - 38
1.5 Estructura de LAM
1.5.1. Órganos de Gobierno

Asamblea General:
Está conformada por el Consejo
Directivo y cada uno de los
Directores Provinciales. Es el
máximo órgano directivo de
Lazos y sus decisiones aplican
para todo el movimiento.
Consejo Directivo:
Actualmente conformado así:
Director General y Fundador:
José Rodrigo Jaramillo Fernández
Subdirector General:
Wilson Andrés Tamayo Zuluaga
Inicio - 39
Consejero General:
Santiago Correa Arboleda
Asambleas Provinciales:
Están integradas por el Consejo
Provincial y cada uno de los
Directores Locales respectivos.
Provincia:
Actualmente la asociación está
dividida en 7 Provincias, que son
la agrupación de las localidades
que tienen cercanía geográfica o
cuya dirección debe ser
centralizada con el fin de
mantener la unidad. Estas son:
San Francisco Javier: Está
conformada por las localidades
de la zona norte de Colombia.
Está centralizada en la ciudad de
Barranquilla.
San José: Constituida por las
localidades de la zona cafetera de
Inicio - 40
Colombia. Está centralizada en la
ciudad de Medellín.
San Maximiliano María Kolbe:
Formada por las localidades de la
región sur-occidental de
Colombia. Centralizada en la
ciudad de Cali.
San Pablo: Está formada por las
localidades de la región central
de Colombia. Está centralizada
en Bogotá.
San Alfonso María de Ligorio:
Comprende las localidades de la
zona oriental de Colombia. Está
centralizada en la ciudad de
Bucaramanga.
Santa Teresita: Conformada por
las localidades de Ecuador.
Centralizada en Quito.
Beato Juan Pablo II: Está
formada por las localidades
Inicio - 41
manejadas por siervos de la
asociación y las ubicadas en
países diferentes a Colombia y
Ecuador, tales como: Estados
Unidos, Brasil, Venezuela, Perú,
Panamá, entre otros.

Inicio - 42
2. Bases del Movimiento
2.1 Sagrada Escritura.
¿Por qué la Sagrada Escritura es
una base para la espiritualidad de
LAM?
“Desconocer las Escrituras es
¡Desconocer a Cristo!” (San Jerónimo)
a) Nos alimentamos con el
pan de la Palabra
“No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios” (Mt 4, 3-4).
La Iglesia ha venerado siempre
las Sagradas Escrituras al igual
que el mismo Cuerpo del Señor,
tomando de la mesa y
distribuyendo a los fieles el pan
de vida, tanto de la palabra de
Dios como del Cuerpo de Cristo.
Es por ello, que todo misionero
de LAM, además de alimentarse
Inicio - 43
con el cuerpo y La Sangre del
Señor, procurará alimentarse
cada día con el pan de la Palabra.
b) Fuente de nuestra
predicación
S.S. Benedicto XVI nos ha
enseñado que “sólo quien
escucha la Palabra puede
convertirse después en su
anunciador”, pues anunciar la
Palabra es anunciar a Cristo
mismo, y no puede hablar de Él
quien no le conoce.
Como misioneros, antes de ir a
anunciar a Cristo, debemos beber
de la fuente de la Palabra. Es
importante que los misioneros
que “se dedican legítimamente al
ministerio de la palabra, se
sumerjan en las Escrituras con
asidua lectura y con estudio
Inicio - 44
diligente, para que ninguno de
ellos resulte «predicador vacío y
superfluo de la palabra de Dios
que no la escucha en su interior»
(San Agustín), puesto que debe
comunicar a los fieles que se le
han confiado, sobre todo en la
Sagrada Liturgia, las inmensas
riquezas de la palabra divina.”
(Dei Verbum, 25)
Toda nuestra predicación en los
retiros, en los grupos de oración
y demás espacios de
evangelización está sustentada
en la Palabra de Dios; no
predicamos nada fuera, ni en
contra de ella.
c) Las Sagradas Escrituras:
fuente de oración
“¿No sentíamos arder nuestro
corazón cuando nos hablaba en el
Inicio - 45
camino y nos explicaba las
Escrituras?” (Lc 24,32).
“A Él [Dios] hablamos cuando
oramos, y a Él oímos cuando
leemos las palabras divinas” (San
Ambrosio). La oración es un
diálogo, por lo que no consiste
sólo en hablar, sino también en
escuchar a Aquel a quien
hablamos, es por ello que la
lectura de la Palabra debe ser
parte importante de nuestra
oración, como respuesta de Dios
a las aspiraciones más íntimas de
nuestro corazón.
d) Hacemos diariamente la
Lectio Divina
La Lectio Divina (Lectura Divina)
es la meditación orante de las
Sagradas Escrituras.

Inicio - 46
El primero en utilizar esta
expresión fue Orígenes, quien
afirmaba que “para leer la Biblia
con provecho es necesario
hacerlo con atención, constancia
y oración”.
Para el misionero de LAM la
Lectio Divina será escuela de
oración y de formación
permanente.
e) La Interpretación
Dado que la Biblia tiene dos
autores (Dios: autor principal; el
hombre: autor secundario), se
deben evitar dos extremos
igualmente dañinos:
* Interpretación racionalista: Es
la negación de toda intervención
sobrenatural de Dios en las
Sagradas Escrituras. Atiende solo
al autor humano. Esto obligaría a
Inicio - 47
buscar interpretaciones humanas
y forzadas a los elementos
divinos que aparecen en la Biblia:
“hermenéutica secularizada,
positivista, cuya clave fundamen-
tal es la convicción de que Dios
no aparece en la historia
humana. Según esta hermenéu-
tica, cuando parece que hay un
elemento divino, hay que
explicarlo de otro modo y reducir
todo al elemento humano. Por
consiguiente, se proponen
interpretaciones que niegan la
historicidad de los elementos
divinos” (Exhortación Apostólica
Verbum Domini, 35).
*Interpretación fundamentalista:
“Tiende a tratar el texto bíblico
como si hubiera sido dictado
palabra por palabra por el
Inicio - 48
Espíritu, y no llega a reconocer
que la Palabra de Dios ha sido
formulada en un lenguaje y en
una fraseología condicionadas
por una u otra época determi-
nada” (Verbum Domini, 35).
Nuestra interpretación se da
a la luz del Magisterio
“La Iglesia ha venerado siempre
las Sagradas Escrituras al igual
que el mismo Cuerpo del Señor,
no dejando de tomar de la mesa
y de distribuir a los fieles el pan
de vida, tanto de la palabra de
Dios como del Cuerpo de Cristo,
sobre todo en la Sagrada
Liturgia. Siempre las ha conside-
rado y considera, juntamente con
la Sagrada Tradición, como la
regla suprema de su fe, puesto
que, inspiradas por Dios y
Inicio - 49
escritas de una vez para siempre,
comunican inmutablemente la
palabra del mismo Dios, y hacen
resonar la voz del Espíritu Santo
en las palabras de los Profetas y
de los Apóstoles.
Es necesario, por consiguiente,
que toda la predicación
eclesiástica, como la misma
religión cristiana, se nutra de la
Sagrada Escritura, y se rija por
ella. Porque en los sagrados
libros el Padre que está en los
cielos se dirige con amor a sus
hijos y habla con ellos; y es tanta
la eficacia que radica en la
palabra de Dios, que es, en
verdad, apoyo y vigor de la
Iglesia, y fortaleza de la fe para
sus hijos, alimento del alma,
fuente pura y perenne de la vida
Inicio - 50
espiritual. Muy a propósito se
aplican a la Sagrada Escritura
estas palabras: «Pues la palabra
de Dios es viva y eficaz», «que
puede edificar y dar la herencia a
todos los que han sido
santificados»”. (DV, 21)
Se recomienda la lectura
asidua de la Sagrada Escritura.
“El Santo Concilio exhorta con
vehemencia a todos los cristianos
en particular a los religiosos, a
que aprendan «el sublime
conocimiento de Jesucristo», con
la lectura frecuente de las divinas
Escrituras […] Lléguense, pues,
gustosamente, al mismo sagrado
texto, ya por la Sagrada Liturgia,
llena del lenguaje de Dios, ya por
la lectura espiritual, ya por
instituciones aptas para ello, y
Inicio - 51
por otros medios, que con la
aprobación o el cuidado de los
Pastores de la Iglesia se difunden
ahora laudablemente por todas
partes. Pero no olviden que debe
acompañar la oración a la lectura
de la Sagrada Escritura para que
se entable diálogo entre Dios y el
hombre”. (DV, 25)
“La Palabra de Dios, pues, se
expresa con palabras humanas
gracias a la obra del Espíritu
Santo. La misión del Hijo y la del
Espíritu Santo son inseparables y
constituyen una única economía
de la salvación. El mismo Espíritu
que actúa en la encarnación del
Verbo, en el seno de la Virgen
María, es el mismo que guía a
Jesús a lo largo de toda su misión
y que será prometido a los
Inicio - 52
discípulos. El mismo Espíritu, que
habló por los profetas, sostiene e
inspira a la Iglesia en la tarea de
anunciar la Palabra de Dios y en
la predicación de los Apóstoles;
es el mismo Espíritu, finalmente,
quien inspira a los autores de las
Sagradas Escrituras”. (VD, 15)
“Contemplando en la Madre de
Dios una existencia totalmente
modelada por la Palabra, también
nosotros nos sentimos llamados
a entrar en el misterio de la fe,
con la que Cristo viene a habitar
en nuestra vida. San Ambrosio
nos recuerda que todo cristiano
que cree, concibe en cierto
sentido y engendra al Verbo de
Dios en sí mismo: si, en cuanto a
la carne, sólo existe una Madre
de Cristo, en cuanto a la fe, en
Inicio - 53
cambio, Cristo es el fruto de
todos. Así pues, todo lo que le
sucedió a María puede
sucedernos ahora a cualquiera de
nosotros en la escucha de la
Palabra y en la celebración de los
sacramentos”. (VD 28)
2.2 Tradición Apostólica.
2.2.1. ¿En qué consiste la
Sagrada tradición?
La transmisión del evangelio,
según el mandato del Señor, se
hizo de dos maneras (CIC 76):
Oralmente: Los apóstoles, con
su predicación, sus ejemplos, sus
instituciones, transmitieron de
palabra lo que habían aprendido
de las obras y palabras de Cristo
y lo que el Espíritu Santo les
enseñó.

Inicio - 54
Por Escrito: Los mismos
apóstoles y los varones
apostólicos pusieron por escrito
el mensaje de la salvación
inspirados por el Espíritu Santo.
La fuente única de la Revelación
es Cristo, y ésta es transmitida
de dos maneras: Oral (Sagrada
Tradición) y Escrita (Sagradas
Escrituras), la cual a su vez es
interpretada por el magisterio de
la Iglesia.

Sobre la Sagrada Tradición nos


dice el Concilio Vaticano II:
“Así, pues, la predicación
apostólica, que está expuesta de
un modo especial en los libros
Inicio - 55
inspirados, debía conservarse
hasta el fin de los tiempos por
una sucesión continua.
De ahí que los Apóstoles,
comunicando lo que de ellos
mismos han recibido, amonestan
a los fieles que conserven las
tradiciones que han aprendido o
de palabra o por escrito, y que
sigan combatiendo por la fe que
se les ha dado una vez para
siempre. Ahora bien, lo que
enseñaron los Apóstoles encierra
todo lo necesario para que el
Pueblo de Dios viva santamente
y aumente su fe, y de esta forma
la Iglesia, en su doctrina, en su
vida y en su culto perpetúa y
transmite a todas las
generaciones todo lo que ella es,
todo lo que cree.
Inicio - 56
Esta Tradición, que deriva de
los Apóstoles, progresa en la
Iglesia con la asistencia del
Espíritu Santo: puesto que va
creciendo en la comprensión de
las cosas y de las palabras
transmitidas, ya por la
contemplación y el estudio de los
creyentes, que las meditan en su
corazón y, ya por la percepción
íntima que experimentan de las
cosas espirituales, ya por el
anuncio de aquellos que con la
sucesión del episcopado
recibieron el carisma cierto de la
verdad. Es decir, la Iglesia, en el
decurso de los siglos, tiende
constantemente a la plenitud de
la verdad divina, hasta que en
ella se cumplan las palabras de
Dios.
Inicio - 57
Las enseñanzas de los Santos
Padres testifican la presencia viva
de esta tradición, cuyos tesoros
se comunican a la práctica y a la
vida de la Iglesia creyente y
orante. Por esta Tradición conoce
la Iglesia el Canon íntegro de los
libros sagrados, y la misma
Sagrada Escritura se va
conociendo en ella más a fondo y
se hace incesantemente opera-
tiva, y de esta forma, Dios, que
habló en otro tiempo, habla sin
intermisión con la Esposa de su
amado Hijo; y el Espíritu Santo,
por quien la voz del Evangelio
resuena viva en la Iglesia, y por
ella en el mundo, va induciendo a
los creyentes en la verdad
entera, y hace que la palabra de
Cristo habite en ellos abundan-
Inicio - 58
temente (cf. Col. 3,16)” (DV, 8).

2.2.2. Diferencia entre Tradición


y tradición
Tradición Divina:
Verdades que Cristo y el Espíritu
Santo revelaron a los apóstoles y
estos a sus sucesores hasta
llegar a nosotros. Esta Tradición
es Palabra de Dios.

tradición eclesiástica:
Disposiciones prácticas tomadas
por los apóstoles por propia
iniciativa. Son las tradiciones en
materia de costumbres, las
cuales pueden variar a través del
tiempo.

Inicio - 59
2.2.3. Doctrina de la
“Sola Escritura”
Doctrina profesada por nuestros
hermanos separados, según la
cual solo es Palabra de Dios lo
que está consignado en las
Sagradas Escrituras, es decir, no
aceptan la Sagrada Tradición. La
doctrina de la “sola escritura”,
paradójicamente, no está
sustentada por las Sagradas
Escrituras, no es enseñada por
ellas; sin embargo, estas, si nos
hablan de la Sagrada Tradición:
2 Tes 2,15: “Así pues, hermanos,
manteneos firmes y conservad
las tradiciones que habéis
aprendido de nosotros, de viva
voz o por carta”.
1 Cor 11,2: “Os alabo porque en
todas las cosas os acordáis de mí
Inicio - 60
y conserváis las tradiciones tal
como os las he transmitido”.
2 Tes 3,6: “Hermanos, os
mandamos en nombre del Señor
Jesucristo que os apartéis de
todo hermano que viva
desordenadamente y no según la
Tradición que de nosotros
recibisteis”
“La Tradición y la Sagrada
Escritura «están íntimamente
unidas y compenetradas. Porque
surgiendo ambas de la misma
fuente, se funden en cierto modo
y tienden a un mismo fin» (DV,
9). Una y otra hacen presente y
fecundo en la Iglesia el misterio
de Cristo que ha prometido estar
con los suyos «para siempre
hasta el fin del mundo» (Mt
28,20)”. (CIC 80)
Inicio - 61
"Cristo nuestro Señor, en
quien alcanza su plenitud toda la
Revelación de Dios, mandó a los
Apóstoles predicar a todos los
hombres el Evangelio como
fuente de toda verdad salvadora
y de toda norma de conducta,
comunicándoles así los bienes
divinos: el Evangelio prometido
por los profetas, que Él mismo
cumplió y promulgó con su voz"
(CIC 75).
Sobre esta relación entre la
Sagrada Tradición y la Sagrada
Escritura
“Así, pues, la Sagrada
Tradición y la Sagrada Escritura
están íntimamente unidas y
compenetradas. Porque surgien-
do ambas de la misma divina
fuente, se funden en cierto modo
Inicio - 62
y tienden a un mismo fin. Ya que
la Sagrada Escritura es la palabra
de Dios en cuanto se consigna
por escrito bajo la inspiración del
Espíritu Santo, y la Sagrada
Tradición transmite íntegramente
a los sucesores de los Apóstoles
la palabra de Dios, a ellos
confiada por Cristo Señor y por el
Espíritu Santo para que, con la
luz del Espíritu de la verdad la
guarden fielmente, la expongan y
la difundan con su predicación;
de donde se sigue que la Iglesia
no deriva solamente de la
Sagrada Escritura su certeza
acerca de todas las verdades
reveladas. Por eso se han de
recibir y venerar ambas con un
mismo espíritu de piedad” (DV, 9).

Inicio - 63
“El Concilio Vaticano II
recuerda también que esta
Tradición de origen apostólico es
una realidad viva y dinámica, que
«va creciendo en la Iglesia con la
ayuda del Espíritu Santo»; pero
no en el sentido de que cambie
en su verdad, que es perenne.
Más bien «crece la comprensión
de las palabras y las instituciones
transmitidas», con la
contemplación y el estudio, con la
inteligencia fruto de una más
profunda experiencia espiritual,
así como con la «predicación de
los que con la sucesión episcopal
recibieron el carisma seguro de la
verdad» (VD, 17).

Inicio - 64
2.3 Magisterio de la Iglesia.
“Pero el oficio de interpretar
auténticamente la palabra de
Dios escrita o transmitida ha sido
confiado únicamente al
Magisterio vivo de la Iglesia, cuya
autoridad se ejerce en el nombre
de Jesucristo. Este Magisterio,
evidentemente, no está sobre la
palabra de Dios, sino que la sirve,
enseñando solamente lo que le
ha sido confiado, por mandato
divino y con la asistencia del
Espíritu Santo la oye con piedad,
la guarda con exactitud y la
expone con fidelidad, y de este
único depósito de la fe saca todo
lo que propone como verdad
revelada por Dios que se ha de
creer” (DV, 10)

Inicio - 65
2.3.1. ¿Qué es el Magisterio de la
Iglesia?
(En latín Magisterium Ecclesiæ)
se refiere a la función y autoridad
de enseñar que tienen el Papa y
los obispos que están en
comunión con él, autoridad que
fue dada a la Iglesia, en persona
de Pedro, por el mismo Cristo:
“Yo te daré las llaves del Reino de
los cielos: lo que ates en la tierra
quedará atado en el Cielo, y lo
que desates en la tierra quedará
desatado en el Cielo” (Mt 16,19).
El Magisterio de la Iglesia es
ejercido de dos maneras:
Magisterio Extraordinario o
Solemne:
Es el ejercido por un Concilio
ecuménico, o por el Papa cuando
define ex cathedra una doctrina
Inicio - 66
de fe. Lo contenido en el
Magisterio extraordinario es
infalible e irrevocable, es decir,
no puede contradecirse ni aún
por el Papa o los concilios,
quedando fijado para siempre.
Este incluye definiciones
dogmáticas por papas (por ej.: La
Inmaculada Concepción por Pio
IX en 1854) y por concilios (por
ej.: la infalibilidad papal por el
Concilio Vaticano I en 1870).
El Magisterio Ordinario:
Consiste en las enseñanzas no
infalibles de los papas y los
concilios, las de los obispos y las
conferencias episcopales, y
aunque el fiel católico debe
creerlo y proclamarlo, cabe que
decisiones ulteriores del Magiste-
rio alteren o contradigan su
Inicio - 67
contenido anterior. Este incluye
encíclicas papales, instrucciones
pastorales, documentos de las
Sagradas Congregaciones, entre
otros.
“Este Magisterio, evidentemente,
no está sobre la palabra de Dios,
sino que la sirve” (DV, 10), el
Magisterio está al servicio de la
Palabra de Dios y no por encima
de ella, es decir, él la oye con
piedad, la guarda con exactitud y
la expone con fidelidad (cf. Íbid.).
El Magisterio hace el papel de
Felipe frente a aquel Etíope que
leía al profeta Isaías, y al cual le
preguntó: “¿Entiendes lo que
estás leyendo?” el Etíope
contestó: “¿cómo lo voy a
entender sino tengo quién me lo
explique?” (cf. Hc 8,31).
Inicio - 68
2.3.2. La Doctrina de la Libre
Interpretación
Nuestros hermanos separados
profesan la doctrina de la “libre
interpretación” según la cual
cada persona puede interpretar
las Escrituras “movida por el
Espíritu Santo”.
Actualmente existen miles de
sectas que interpretan las
Escrituras “con la ayuda del
Espíritu Santo”, la pregunta
obligada sería: ¿acaso el Espíritu
Santo se contradice?, ¿cómo
puede enseñar una “verdad” a
unos, y otra muy diferente a
otros?
Las Sagradas Escrituras
deben ser interpretadas con
el mismo Espíritu con que
fueron escritas. Quien las ha
Inicio - 69
escrito, y quien con su autoridad
las definió, es quien tiene la
autoridad para interpretarlas, es
decir, la Iglesia Católica.
“Sépanlo bien: ninguna
profecía de la Escritura puede ser
interpretada por cuenta propia,
pues ninguna profecía ha venido
por iniciativa humana, sino que
los hombres de Dios han hablado
movidos por el Espíritu Santo” (2
Pe 1,20).
2.3.3. LAM es fiel al Magisterio
LAM ama profundamente a la
Iglesia, y la reconoce como
Madre y Maestra, y es por ello
que se adhiere fiel y amorosa-
mente a sus enseñanzas.
"«El oficio de interpretar
auténticamente la palabra de
Dios, oral o escrita, ha sido
Inicio - 70
encomendado sólo al Magisterio
vivo de la Iglesia, el cual lo
ejercita en nombre de Jesucristo»
(DV, 10), es decir, a los obispos
en comunión con el sucesor de
Pedro, el obispo de Roma.
«El Magisterio no está por
encima de la palabra de Dios,
sino a su servicio, para enseñar
puramente lo transmitido, pues
por mandato divino y con la
asistencia del Espíritu Santo, lo
escucha devotamente, lo
custodia celosamente, lo explica
fielmente; y de este único
depósito de la fe saca todo lo que
propone como revelado por Dios
para ser creído» (DV 10).
Los fieles, recordando la
palabra de Cristo a sus
Apóstoles: «El que a vosotros
Inicio - 71
escucha a mí me escucha» (Lc
10,16; cf. LG 20), reciben con
docilidad las enseñanzas y
directrices que sus pastores les
dan de diferentes formas”.
(Catecismo, 85 – 87)
Como conclusión citamos al
Concilio Vaticano II cuando dice
que:
“Es evidente, por tanto, que la
Sagrada Tradición, la Sagrada
Escritura y el Magisterio de la
Iglesia, según el designio
sapientísimo de Dios, están
entrelazados y unidos de tal
forma que no tiene consistencia
el uno sin el otro, y que, juntos,
cada uno a su modo, bajo la
acción del Espíritu Santo,
contribuyen eficazmente a la
salvación de las almas”. (DV, 10)
Inicio - 72
3. Pilares del Movimiento
3.1 Amor a la Eucaristía
3.1.1. Creemos en la presencia
real de Jesús en la Eucaristía
Jn 6, 55: “Mi carne es verdadera
comida; mi sangre es verdadera
bebida”: No es un Símbolo.
Mt 26,26: “Tomad y comed todos
de él porque esto es mi cuerpo”:
En la Santa Misa el pan y el vino
se convierten en el cuerpo y la
sangre del Señor.
1 Cor 11,29: “El que come y bebe
indignamente [el cuerpo y la
sangre del Señor], come y bebe
su propia condenación”: ¿Se
condenaría alguien por comer y
beber indignamente un símbolo?

Inicio - 73
Prefigurada en el Antiguo
Testamento:
* Cristo es el Cordero de Dios:
“Este es el cordero de Dios que
quita el pecado del mundo” (Jn
1,29).
* En el Antiguo Testamento: El
Cordero pascual se sacrificaba y
se comía (cf. Ex 12,5-10).
* Cristo, Cordero de Dios, se dio
en sacrificio (cf. Hb 9, 28) y en
alimento (cf. Jn 6, 55; Mt 26, 26).

Institución de la Eucaristía:
* Jesús instituyó la Eucaristía la
noche de la última cena (CIC
1337).
* “Haced este en memoria mía”
(Lc 22, 19b): A partir de ese
momento los cristianos
celebramos la Eucaristía.
Inicio - 74
* “Desde el comienzo la Iglesia
fue fiel a la orden del Señor. De
la Iglesia de Jerusalén se dice:
Acudían asiduamente a la
enseñanza de los apóstoles,
fieles a la comunión fraterna, a la
fracción del pan y a las
oraciones...Acudían al Templo
todos los días con perseverancia
y con un mismo espíritu, partían
el pan por las casas y tomaban el
alimento con alegría y con
sencillez de corazón (Hch
2,42.46).” (Catecismo, 1342)
Nuestro Señor está real y
verdaderamente presente en el
Santísimo Sacramento de la
Eucaristía:
“Hay que distinguir, sin embargo,
sutilmente entre las tres cosas
distintas que hay en este
Inicio - 75
sacramento: la forma visible, la
verdad del cuerpo y la virtud
espiritual. La forma es la del pan
y el vino; la verdad, la de la carne
y la sangre; la virtud, la de la
unidad y la caridad. Lo primero es
signo y no realidad. Lo segundo
es signo y realidad. Lo tercero es
realidad y no signo. Pero lo
primero es signo de entrambas
realidades. Lo segundo es signo
de lo tercero y realidad de lo
primero. Lo tercero es realidad de
entrambos signos” (Dz, 415)
3.1.2. Adoramos con frecuencia
el Santísimo Sacramento
“La Iglesia y el mundo tienen una
gran necesidad del culto
eucarístico. Jesús nos espera en
este sacramento del amor. No
escatimemos tiempo para ir a
Inicio - 76
encontrarlo en la adoración, en la
contemplación llena de fe y
abierta a reparar las faltas graves
y delitos del mundo. No cese
nunca nuestra adoración” (Juan
Pablo II, lit. Dominicæ Cenæ).”
Un misionero LAM se
reconocerá, adorando de rodillas
al Santísimo, por su piedad y
devoción; además por la
frecuencia con la que visita a
Jesús Sacramentado.
Sobre la adoración al
Santísimo Sacramento, nos dice
hermosamente la Iglesia en el
Concilio de Trento:
“Todos los fieles de Cristo en
su veneración a este Santísimo
Sacramento deben tributarle
aquel culto de latría que se debe
al verdadero Dios. Porque no es
Inicio - 77
razón para que se le deba adorar
menos, el hecho de que fue por
Cristo Señor instituido para ser
recibido (cf. Mt 26, 26ss). Porque
aquel mismo Dios creemos que
está en él presente, a quien al
introducirle el Padre eterno en el
orbe de la tierra dice: Y adórenle
todos los ángeles de Dios (Heb 1,
6; cf. Sal 96, 7); a quien los
Magos, postrándose le adoraron
(cf. Mt. 2, 11), a quien, en fin, la
Escritura atestigua (cf. Mt. 28,
17) que le adoraron los Apóstoles
en Galilea” (Dz, 878)
3.1.3. Participamos diariamente
de la Eucaristía y amamos la
confesión.
Para el misionero LAM la
Eucaristía será el centro de su
vida y será alimento necesario
Inicio - 78
para la acción apostólica; para lo
cual sus miembros procurarán
vivir en Gracia de Dios acudiendo
frecuentemente al Sacramento
de la Penitencia.
Se debe asistir a la Sagrada
Eucaristía, en la medida de lo
posible, diariamente.
“Más el deseo de Jesucristo y
de la Iglesia de que todos los
fieles se acerquen diariamente al
sagrado convite, se cifra
principalmente en que los fieles
unidos con Dios por medio del
sacramento, tomen de ahí fuerza
para reprimir la concupiscencia,
para borrar las culpas leves que
diariamente ocurren y para
precaver los pecados graves a
que la fragilidad humana está
expuesta; pero no principalmen-
Inicio - 79
te para mirar por el honor y
reverencia del Señor, ni para que
ello sea paga o premio de las
virtudes de quienes comulgan.
De ahí que el Santo Concilio de
Trento llama a la Eucaristía
‘antídoto con que nos libramos de
las culpas cotidianas y nos
preservamos de los pecados
mortales’ (v. 875)” (Dz, 1981)
Para recibir dignamente el
cuerpo de Cristo, debemos
recordar las tres condiciones que
nos expone el Código de Derecho
Canónico:
1. Tener conciencia de la
presencia viva y real de Nuestro
Señor en la Sagrada Eucaristía
que nos lleve a recibirle con fe y
devoción (cf. Cánones 913 y 914)

Inicio - 80
2. Estar en gracia de Dios (cf. I
Cor 11, 29; cánones 915 y 916;
Dz, 880)
3. No haber consumido ningún
alimento (excepto agua o
medicina) al menos una hora
antes de la Sagrada Comunión
(cf. Canon 919.1)
Además deben tenerse en cuenta
las siguientes consideraciones:
* Los misioneros, en la medida
de nuestras posibilidades,
procuramos llegar unos minutos
antes de que comience la
Eucaristía para orar y preparar-
nos debidamente a vivir intensa-
mente tan grande misterio.
* Todo fiel, después de la
primera comunión, está obligado
a comulgar por lo menos una vez
al año y durante el tiempo
Inicio - 81
pascual (canon 920).
* No se debe comulgar más de
dos veces al día (cf. canon 917).
* Si en un mismo día ya se ha
recibido la Sagrada Comunión,
para poder volver a comulgar se
debe escuchar la Misa completa a
no ser que se encuentre en
peligro de muerte (cf. Íbid.).
* Debemos comulgar siempre
con recta intención:
“La recta intención consiste en
que quien se acerca a la sagrada
mesa no lo haga por rutina, por
vanidad o por respetos humanos,
sino para cumplir la voluntad de
Dios, unirse más estrechamente
con Él por la caridad y remediar
las propias flaquezas y defectos
con esa divina medicina” (San Pío
X, Dz, 1986)
Inicio - 82
* Los misioneros procuramos
comulgar siempre de manos del
sacerdote, evitando recibir el
Cuerpo del Señor en la mano,
para evitar que caigan partículas
de la Sagrada Forma. Sobre esto
nos dice el Concilio de Trento:
“en la recepción sacramental fue
siempre costumbre en la Iglesia
de Dios, que los laicos tomen la
comunión de manos de los
sacerdotes” (Dz, 881). De igual
manera y por la misma razón,
debemos utilizar patena en las
Eucaristías celebradas en
comunidad.
* La Instrucción General del Misal
Romano (num. 160) y la
Instrucción Eucharisticum
Mysteriumen el numeral 34, pide
que antes de recibir la Comunión
Inicio - 83
de pie se haga la debida
reverencia, por eso es costumbre
entre los misioneros realizar una
genuflexión dos personas antes
de recibir la Comunión procuran-
do no entorpecer la misma.
* Al finalizar la Eucaristía, por
respeto al celebrante, los
misioneros esperamos de pie a
que el sacerdote abandone el
presbiterio, y por nuestra
especial devoción a Nuestra
Señora, la Santísima Virgen
María, cantamos de pie y con
gran devoción el canto que
generalmente se le tributa
terminada la Eucaristía, tal como
nos lo ha enseñado nuestro
Fundador José Rodrigo Jaramillo.
* Al finalizar el canto a la
Santísima Virgen, se debe
Inicio - 84
procurar adorar a Cristo en
Nuestro Interior con profundo
recogimiento y aprovechar Su
Presencia en nuestro interior,
como decía Santa Teresa de
Ávila:
“Pues, si cuando andaba en el
mundo, de sólo tocar sus ropas
sanaba los enfermos, ¿qué hay
que dudar que hará milagros
estando tan dentro de mí, si
tenemos fe, y nos dará lo que le
pidiéremos, pues está en nuestra
casa? Y no suele Su Majestad
pagar mal la posada, si le hacen
buen hospedaje” (Camino de
perfección, 34.8)

Inicio - 85
3.1.4. Amamos la Liturgia de la
Iglesia
En Lazos de Amor Mariano no
tenemos una forma propia o
particular de vivir la Eucaristía,
los misioneros la vivimos como lo
manda nuestra amada Iglesia, es
decir, no tenemos una "liturgia
propia".
La liturgia eucarística debe ser
vivida con toda la solemnidad
posible. Ver Anexo Clase 005:
Posiciones Litúrgicas.
3.1.5. Palabras de nuestro
fundador sobre la Eucaristía
*“Lo que te lleva a encontrar que
cosas están fallando es la misma
Comunión porque después de la
confesión viene la Comunión.
Cuando tú comulgas al ver un
Dios inmensamente grande,
Inicio - 86
inmensamente bueno y amoroso
que se da a ti en alimento, en
alimento perfecto, y te nutre y te
hace crecer y te regala su amor,
para que te vuelvas amor y
respondas con amor, en ese
momento uno dice: ‘Dios mío,
¿cómo tú siendo Dios vienes a mí
que soy un pecador?’, parecido a
la samaritana: ‘¿Cómo tú siendo
judío me pides de beber agua a
mí que soy samaritana?’¿Cómo
tú, que eres Dios, vienes a mí
para volverme amor”
(Conversación de Rodrigo Jaramillo
con Paola Aristizabal García, sobre
los Sacramentos, 2012)
* “En la Eucaristía Dios se nos da
para alimentarnos mutuamente,
en primer lugar, yo de Ti y Tú de
mí, porque el amor siempre es de
Inicio - 87
dos: uno da y el otro recibe, el
que recibe después da, es un
amor perfecto” (Rodrigo Jaramillo)
* “Entonces ante ese impacto tan
grande de un Dios que viene a ti,
uno dice: ‘Dios mío, ¿si estaré lo
suficientemente puro, lo suficien-
temente santo, lo suficientemen-
te bueno para tanta pureza, para
tanto amor, para tanta luz?,
¿cómo hago para ser más de ti?’,
sabemos por fe que por lo menos
estamos en gracia de Dios, que
recordamos el día en que
entregamos nuestros pecados
mortales y eso es una ayuda muy
grande a la mente, todo lo
contrario es un evangélico que
dice:‘¿Dios si me perdonaría?’.
No es para ser escrupulosos y
estar en el momento de la
Inicio - 88
comunión pensando: ‘¿yo estaré
en pecado?, ¿si estaré limpio? o
¿tal cosa? No, uno sabe que
puede comulgar, pero uno
quisiera comulgar más limpio,
uno quisiera comulgar y hacer
una evaluación de los pecados
veniales y sobre todo de la
calidad del amor como consagra-
dos que somos. ¡Cómo no recibir
a Jesús!, ¡cómo no amarlo más!
Entonces la comunión lleva a un
examen continuo para crecer en
el amor, para ser mejor. Los
amores de santidad son de creci-
miento, de incremento, porque
me encuentro con un amor
infinito y eterno, que además no
se agota” (Rodrigo Jaramillo).

Inicio - 89
3.2 Devoción a la Santísima
Virgen María
La característica de nuestra
devoción es la unión perfecta con
Jesús por medio de María:
* Porque María es la Madre de
Dios (Concilio de Éfeso 491),
Madre nuestra, nuestra
Soberana, Medianera, Refugio y
Señora.
* Porque para ser perfectos como
nuestro Padre es perfecto se
necesita a María. La Madre del
Santo.
* Porque es tres veces Reina.
Reina como Hija predilecta del
Padre, Reina como Madre del Hijo
y Reina como Esposa del Santo
Espíritu.
* Porque todo lo que Dios quiere
de un alma lo plasmo en María.
Inicio - 90
* Porque Le pertenecemos por
Justicia y Ella a nosotros por
bondad del Señor.
3.2.1. Nuestra Devoción a la
Santísima Virgen María es Bíblica
En el Antiguo Testamento:
Gn 3,15: “Enemistad pondré
entre ti y la mujer, entre tu linaje
y su linaje: ella te pisará la
cabeza mientras acechas tú su
calcañar”.
Is 7,14: “Pues bien, el Señor
mismo va a daros una señal:
Mirad, una doncella está encinta
y va a dar a luz un hijo, al que
pondrá por nombre Emmanuel”.
Miq 5,2: “Por eso él los
abandonará hasta el momento en
que la parturienta dé a luz y el
resto de sus hermanos vuelva
con los hijos de Israel”.
Inicio - 91
En el Nuevo Testamento
* Mc 3,31; 6,3
* Lc 1,26; 1,39; 2,1; 2,22; 2,41;
11,27
* Jn 2,1; 19,25
* Hch 1,14: “Todos ellos
perseveraban en la oración, con
un mismo espíritu, en compañía
de algunas mujeres, y de María la
madre de Jesús, y de sus
hermanos”.
* Rom 9,5: “(…) los patriarcas,
de ellos también procede Cristo
según la carne”.
* Gal 4,4: “Pero al llegar la
plenitud de los tiempos, envió
Dios a su Hijo, nacido de mujer,
nacido bajo la ley, para rescatar
a los que se hallaban bajo la ley,
ya para que recibiéramos la
condición de hijos de Dios”.
Inicio - 92
* Ap 12,1: “Un gran signo
apareció en el cielo: una Mujer,
vestida del sol, con la luna bajo
sus pies, y una corona de doce
estrellas sobre su cabeza”.
3.2.2. La Devoción a María es
necesaria por
* Sólo Ella ha hallado gracia
delante de Dios (cf. Lc 1, 30)
* María dio el ser y la vida
humana al Autor de toda Gracia.
Por eso es la Madre de Toda
Gracia.
* Dios Padre al darle su propio
Hijo, le entregó todas las gracias.
* Así como en el orden natural
todo niño tiene un padre y una
madre, en el orden espiritual
todo verdadero hijo de la Iglesia
debe tener a Dios como Padre y
a María como Madre.
Inicio - 93
3.2.3. Verdaderas Devociones a
María
(El Secreto de María – SLMGM)
La Primera: Cumplir nuestros
deberes Cristianos, evitando el
pecado y obrando por amor,
implorando a la Santísima Virgen
María su intercesión y honrándola
como Madre de Dios y Madre
nuestra.
La Segunda: Alimentar una
profunda estima, amor,
confianza y veneración a la
Santísima Virgen. Esto se
manifiesta en el rezo del Santo
Rosario todos los días.
La Tercera y vivida por pocas
personas: Consagrarse total-
mente a María en calidad de
esclavo. Hacerlo todo con María,
por María, para María y en María.
Inicio - 94
3.2.4. El Santo Rosario
“El Rosario, en efecto, aunque se
distingue por su carácter
mariano, es una oración centrada
en la cristología. En la sobriedad
de sus partes, concentra en sí la
profundidad de todo el mensaje
evangélico, del cual es como un
compendio. En él resuena la
oración de María, su perenne
Magnificat por la obra de la
Encarnación redentora en su
seno virginal. Con él, el pueblo
cristiano aprende de María a
contemplar la belleza del rostro
de Cristo y a experimentar la
profundidad de su amor.
Mediante el Rosario, el creyente
obtiene abundantes gracias,
como recibiéndolas de las
mismas manos de la Madre del
Inicio - 95
Redentor”. (Rosarium Virginis Mariae)
Promesas del Santo Rosario
1. El que me sirva, rezando
diariamente mi Rosario, recibirá
cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima
protección y grandes beneficios a
los que devotamente recen mi
Rosario.
3. El Rosario será un fortísimo
escudo de defensa contra el
infierno, destruirá los vicios,
librará de los pecados y
exterminará las herejías.
4. El Rosario hará germinar las
virtudes y también hará que sus
devotos obtengan la misericordia
divina; sustituirá en el corazón de
los hombres el amor del mundo
al amor por Dios y los elevará a
desear las cosas celestiales y
Inicio - 96
eternas. ¡Cuántas almas por este
medio se santificarán!
5. El alma que se encomiende por
el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rezare mi
Rosario, considerando misterios,
no se verá oprimido por la
desgracia, ni morirá muerte
desgraciada; se convertirá, si es
pecador; perseverará en la
gracias, si es justo, y en todo
caso será admitido a la vida
eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi
Rosario no morirán sin auxilios de
la Iglesia.
8. Quiero que todos los devotos
de mi Rosario tengan en vida y en
muerte la luz y la plenitud de la
gracia, y sean partícipes de los
méritos de los bienaventurados.
Inicio - 97
9. Libraré pronto del purgatorio a
las almas devotas del Rosario.
10. Los hijos verdaderos de mi
Rosario gozarán en el cielo una
gloria singular.
11. Todo lo que se me pidiere por
medio del Rosario se alcanzará
prontamente.
12. Socorreré en todas sus
necesidades a los que propaguen
mi Rosario.
13. Todos los que recen el
Rosario tendrán por hermanos en
la vida y en la muerte a los
bienaventurados del cielo.
14. Los que rezan mi Rosario son
todos hijos míos muy amados y
hermanos de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al santo Rosario
es una señal manifiesta de
predestinación a la gloria.
Inicio - 98
3.2.5. Devoción a María en LAM
Como medio de santificación
personal en el estado particular y
la vocación específica de misión
en el mundo en el que vivimos,
los misioneros de Lazos
procuramos expresar nuestra
devoción a la Santísima Virgen a
través de la vivencia de la
consagración total a Jesús por
María.
Además, uno de los
principales medios de apostolado
de los misioneros del movimiento
es la difusión del Tratado de la
Verdadera Devoción de San Luis
Grigñon de Montfort junto con los
grupos de preparación para la
consagración total a Jesús por
María según el método del mismo
santo.
Inicio - 99
Los misioneros amamos a
Nuestra Señora en todas sus
manifestaciones a los hombres,
pero guardamos una especial
devoción a Nuestra Señora del
Carmen cuya fiesta coincide con
el aniversario de fundación de la
asociación, entendiendo esto
como un designio de Nuestra
Madre que nos cobija con
especial protección bajo esta
advocación.

3.3 Obediencia al Papa


3.3.1. Creemos que Cristo fundó
una iglesia.
Mt 16, 18: “Tú eres Pedro y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia”.
Jn 21, 17: “Por tercera vez le
dijo: ‘Simón, hijo de Juan, ¿me
amas?’, (…) y le dijo: ‘Señor, tú
Inicio - 100
lo sabes todo; tú sabes que te
amo’. Díjole Jesús: ‘Apacienta
mis ovejas’”.
La Iglesia que fundo Cristo
tiene sucesión apostólica.
Desde nuestros primeros
pontífices: San Pedro, Lino,
Cleto, Clemente, Evaristo… hasta
nuestros últimos pontífices: Pio
XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan
Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto
XVI, Francisco. Contamos hasta
nuestros días con un total de 266
papas.
Las Puertas del infierno no
prevalecerán sobre ella (Mt
16, 18) La Iglesia no puede
desaparecer, porque es la Piedra
Angular la que la sostiene; es
Cristo, y contra Cristo los
hombres no tienen poder.
Inicio - 101
Muchas denominaciones
distintas a la Iglesia fundada por
Cristo, surgen y desaparecen
pues no cuentan con la promesa
dada por nuestro Señor de
prevalecer.
3.3.2. El Santo Padre
Nuestro pastor, nuestro guía, la
cabeza visible de Cristo en la
tierra.
¡Quien no escucha al Papa no
escucha a Cristo!
Así, dice el Concilio de Florencia:
“Que el Romano Pontífice es
verdadero vicario de Cristo y
cabeza de toda la Iglesia y padre
y maestro de todos los cristianos,
y a él, en la persona de San
Pedro, le fue entregada por
nuestro Señor Jesucristo la plena
potestad de apacentar, regir y
Inicio - 102
gobernar a la Iglesia universal”
(Dz, 1835)
Nuestro Actual Papa: Francisco
Jorge Mario Bergoglio, el ahora
Papa Francisco, nació en Buenos
Aires el 17 de diciembre de 1936.
Estudió y se diplomó como
técnico químico, pero al decidirse
por el sacerdocio ingresó en el
seminario de Villa Devoto.
El 11 de marzo de 1958 pasó
al noviciado de la Compañía de
Jesús, estudió humanidades en
Chile, y en 1960, de regreso a
Buenos Aires, obtuvo la
licenciatura en Filosofía en el
Colegio Máximo San José, en la
localidad de San Miguel. Entre
1964 y 1965 fue profesor de
Literatura y Psicología en el
Colegio de la Inmaculada de
Inicio - 103
Santa Fe, y en 1966 dictó iguales
materias en el Colegio del
Salvador de Buenos Aires. De
1967 a 1970 cursó Teología en el
Colegio Máximo de San Miguel,
cuya licenciatura obtuvo.
El 13 de diciembre de 1969
fue ordenado sacerdote. En 1971
hizo la tercera probación en
Alcalá de Henares (España), y el
22 de abril de 1973, su profesión
perpetua.
Fue maestro de novicios en la
residencia Villa Barilari, de San
Miguel (años 1972-73), profesor
en la Facultad de Teología y
Consultor de la Provincia y Rector
del Colegio Máximo.
El 31 de julio de 1973 fue
elegido provincial de Argentina,
cargo que ejerció durante seis
Inicio - 104
años. Estuvo en Alemania, y al
volver la superioridad lo destinó
al Colegio del Salvador, de donde
pasó a la iglesia de la Compañía
de la ciudad de Córdoba, como
director espiritual y confesor.
Entre 1980 y 1986 fue Rector del
Colegio Máximo de San Miguel y
de las Facultades de Filosofía y
Teología de la misma Casa.
El 20 de mayo de 1992, Juan
Pablo II lo designó Obispo Titular
de Auca y Auxiliar de Buenos
Aires. El 27 de junio del mismo
año recibió en la Catedral
primada la ordenación episcopal,
y fue promovido a Arzobispo
Coadjutor de Buenos Aires el 3 de
junio de 1997. De dicha sede
arzobispal es titular desde el 28
de febrero de 1998, cuando se
Inicio - 105
convirtió en el primer jesuita que
llegó a ser primado de la
Argentina. Sucedió en el cargo al
Cardenal Antonio Quarracino.
Era Ordinario para los fieles
de rito oriental residentes en la
Argentina y que no cuentan con
Ordinario de su propio rito. En la
Conferencia Episcopal Argentina
ha sido vicepresidente (2002-
2005); y como miembro de la
Comisión Ejecutiva ha sido
miembro de la Comisión
Permanente representando a la
Provincia Eclesiástica de Buenos
Aires. Ha integrado, además, las
comisiones episcopales de
Educación Católica y de la
Universidad Católica Argentina,
de la que es Gran Canciller.

Inicio - 106
Creado Cardenal presbítero el
21 de febrero del 2001; recibió la
birreta roja y el título de San
Roberto Belarmino. Asistió como
Relator General Adjunto a la X
Asamblea Ordinaria del Sínodo
de Obispos, Ciudad del Vaticano
realizado del 30 de setiembre al
27 de octubre de 2001. Así
mismo, integraba el Pontificio
Consejo para la Familia, la
Comisión para América Latina
(CAL) y el Consejo Ordinario de la
Secretaría General para el Sínodo
de los Obispos. Participó en el
cónclave del 18 y 19 de abril de
2005.
Asistió a la XI Asamblea
General Ordinaria del Sínodo de
los Obispos, Ciudad del Vaticano,
2 al 23 de octubre de 2005.
Inicio - 107
Miembro del consejo post-
sinodal de la XI Asamblea
General Ordinaria del Sínodo de
los Obispos. El 9 de noviembre de
2005 fue electo Presidente de la
Conferencia Episcopal Argentina
para el trienio 2005-2008.
En la Santa Sede era miembro
de la Congregación para el Culto
Divino y la disciplina de los
Sacramentos; de la Congrega-
ción para el Clero; de la Congre-
gación para los Institutos de Vida
Consagrada y de las Sociedades
de Vida Apostólica; y del
Pontificio Consejo para la Familia.
Es uno de los cinco hijos de un
matrimonio italiano de clase
media formado por Mario,
empleado ferroviario, y Regina
Sívori, ama de casa.
Inicio - 108
Entre sus escritos figuran
Meditaciones para religiosos
(1982), Reflexiones sobre la vida
apostólica (1986), Reflexiones de
esperanza (1992).
3.3.3. Infalibilidad Papal
Como lo expresa el cuarto
Concilio de Constantinopla (año
517): “en la Sede Apostólica se
conservó siempre inmaculada la
religión católica” (Dz, 171).
“No fue prometido a los
sucesores de Pedro el Espíritu
Santo para que por revelación
suya manifestaran una nueva
doctrina, sino para que, con su
asistencia, santamente custodia-
ran y fielmente expusieran la
revelación trasmitida por los
Apóstoles, es decir, el depósito
de la fe. Y, ciertamente, la
Inicio - 109
apostólica doctrina de ellos,
todos los venerables Padres la
han abrazado y los Santos
Doctores ortodoxos venerado y
seguido, sabiendo plenísimamen-
te que esta Sede de San Pedro
permanece siempre intacta de
todo error, según la promesa de
nuestro divino Salvador hecha al
príncipe de sus discípulos: ‘Yo he
rogado por ti, a fin de que no
desfallezca tu fe y tú, una vez
convertido, confirma a tus
hermanos’ (Lc. 22, 32).
Así, pues, este carisma de la
verdad y de la fe nunca deficien-
te, fue divinamente conferido a
Pedro y a sus sucesores en esta
cátedra, para que desempeñaran
su excelso cargo para la salvación
de todos; para que toda la grey
Inicio - 110
de Cristo, apartada por ellos del
pasto venenoso del error, se
alimentara con el de la doctrina
celeste; para que, quitada la
ocasión del cisma, la Iglesia
entera se conserve una, y,
apoyada en su fundamento, se
mantenga firme contra las
puertas del infierno”. (Concilio
Vaticano I, Dz, 1836-1837)
La infalibilidad es definida, de
manera general, como la
exención o inmunidad del peligro
de error o falla; en el sentido
eclesiástico y teológico se refiere
al privilegio sobrenatural por el
que la Iglesia de Cristo, gracias a
la asistencia divina, está libre de
la posibilidad de error en sus
definiciones dogmáticas referen-
tes a la fe y a la moral (Toner, 1910)
Inicio - 111
El carisma Papal de la
infalibilidad es el grado supremo
de la participación en la autoridad
de Cristo. También los obispos
participan de la infalibilidad con
la condición de que el Papa esté
de acuerdo. La infalibilidad es un
don para el bien de todos los
creyentes, para que tengan
siempre un faro seguro de verdad
y lleguen a la salvación.
Es un dogma aceptado por el
Concilio Vaticano I y definido por
el mismo así:
“Que el Romano Pontífice,
cuando habla ex cathedra —esto
es, cuando cumpliendo su cargo
de pastor y doctor de todos los
cristianos, define por su suprema
autoridad apostólica que una
doctrina sobre la fe y costumbres
Inicio - 112
debe ser sostenida por la Iglesia
universal—, por la asistencia
divina que le fue prometida en la
persona del bienaventurado
Pedro, goza de aquella infalibili-
dad de que el Redentor divino
quiso que estuviera provista su
Iglesia en la definición de la
doctrina sobre la fe y las
costumbres; y, por tanto, que las
definiciones del Romano Pontífice
son irreformables por sí mismas
y no por el consentimiento de la
Iglesia”(Dz, 3074)
La fuente de infalibilidad es la
asistencia sobrenatural del
Espíritu Santo y su propósito es
mantener y guiar a la Iglesia en
la verdad y sin errores en lo que
se refiere a la fe y la moral.

Inicio - 113
La infalibilidad se fundamenta
en las Palabras de Jesucristo:
"Y yo a mi vez te digo que tú
eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y las puertas
del Infierno no prevalecerán
contra ella. A ti te daré las llaves
del Reino de los Cielos; y lo que
ates en la tierra quedará atado en
los cielos, y lo que desates en la
tierra quedará desatado en los
cielos" (Mt 16, 18-19).
La infalibilidad “se extiende a
todo el depósito de la Revelación
Divina; se extiende también a
todos los elementos de doctrina,
comprendida la moral, sin los
cuales las verdades salvíficas de
la fe no pueden ser salvaguar-
dadas, expuestas u observadas”
(Catecismo, 2035).
Inicio - 114
3.3.4. El ejercicio de la
infalibilidad se puede revestir de
varias modalidades.
En el Papa:
"El Romano Pontífice, Cabeza del
Colegio Episcopal, goza de esta
infalibilidad en virtud de su
ministerio cuando, como Pastor y
Maestro supremo de todos los
fieles que confirma en la fe a sus
hermanos, proclama por un acto
definitivo la doctrina en cues-
tiones de fe y moral” (CIC 891).
El Cuerpo Episcopal:
"La infalibilidad prometida a la
Iglesia reside también en el
Cuerpo episcopal cuando ejerce
el magisterio supremo con el
sucesor de Pedro, sobre todo en
un concilio ecuménico. Cuando la
Iglesia propone por medio de su
Inicio - 115
Magisterio supremo que algo se
debe aceptar ‘como revelado por
Dios para ser creído’ y como
enseñanza de Cristo, ‘hay que
aceptar sus definiciones con la
obediencia de la fe’. Esta infalibi-
lidad abarca todo el depósito de
la Revelación divina" (CIC 891).
3.3.5. Documentos Papales
¿Qué son las Cartas Encíclicas?
Literalmente significa “cartas
circulares”. Las encíclicas son
cartas públicas y formales del
Sumo Pontífice que expresan su
enseñanza en materia de gran
importancia. Las encíclicas se
proponen:
* Enseñar sobre algún tema
doctrinal o moral
* Avivar la devoción
* Condenar errores
Inicio - 116
* Informar a los fieles sobre
peligros para la fe procedentes de
corrientes culturales, amenazas
del gobierno, etc.
¿Qué son las Epístolas Encíclicas?
Difiere muy poco de las cartas
encíclicas. Las epístolas son poco
frecuentes y se dirigen primaria-
mente a dar instrucciones en
referencia a alguna devoción o
necesidad especial de la Santa
Sede. Por ejemplo: algún evento
especial, como el Año Santo.
¿Qué es una Constitución
Apostólica?
Estos documentos son la forma
más común en la que el Papa
ejerce su autoridad "Petrina". A
través de estas, el Papa
promulga leyes concernientes a
los fieles.
Inicio - 117
Tratan de la mayoría de los
asuntos doctrinales, disciplinares
y administrativos. La erección de
una nueva diócesis, por ejemplo,
se hace por medio de una
Constitución Apostólica.
Mientras que, al principio,
dichas constituciones enunciaban
normas legales y continúan
siendo principalmente documen-
tos legislativos, tienen ahora
frecuentemente un fuerte com-
ponente doctrinal. Pertenecen al
magisterio ordinario del Papa.
¿Qué es una Exhortación
Apostólica?
Estos documentos generalmente
se promulgan después de la
reunión de un Sínodo de Obispos
o por otras razones. Son parte
del magisterio de la Iglesia.
Inicio - 118
¿Qué es una Carta Apostólica?
Estos documentos son cartas
dirigidas a grupos específicos de
personas. Estas también perte-
necen al Magisterio Ordinario.

4. Virtudes
4.1 Introducción
En el camino espiritual, podría-
mos hablar de dos grandes pasos
que el alma debe dar para
alcanzar la santidad: el primero,
y base de toda la vida
sobrenatural, es el morir al
pecado y vivir en gracia de Dios;
el segundo, es el crecimiento en
esa vida de la gracia que se logra
a través del ejercicio de las
virtudes.

Inicio - 119
4.1.1. Pecado Vs. Gracia
4.1.1.1 Pecado Original
Nuestros primeros padres, Adán
y Eva1, fueron creados en un
estado de comunión perfecta con
Dios, en un “estado de santidad y
de justicia original. Esta gracia de
la santidad original era una
participación de la vida divina”
(CIC 375).
“Es un hecho cierto, puesto
que constituye un dogma de fe,
que todo el género humano fue
elevado por Dios desde el
principio al orden sobrenatural,
constituido fundamentalmente
por la gracia y la justicia original,
sin que haya existido jamás para
el hombre un estado de simple
naturaleza. Desde el primer
instante de su existencia, nuestro
Inicio - 120
primer padre Adán ‘fue
constituido en santidad y justicia’
(Dz, 788), o sea, en estado de
gracia santificante” (Royo Marín,
Ser o no ser santo, Pág. 41)
Por la irradiación de esta
gracia y mientras permaneciese
en ella, el hombre no moriría ni
sufriría, viviría en armonía
interior, con sus semejantes y
con la creación, estaría libre de la
triple concupiscencia (poder,
tener y placer) y el trabajo no le
sería penoso (CIC 376-378).
El inmenso tesoro sobrenatural
de Adán sería transmitido a todo
el género humano (Royo Marín,
Ser o no ser santo, 2000, pág. 41),
pero por el pecado de nuestros
padres, esta justicia original, esta
participación en el alma de la vida
Inicio - 121
divina se perdió, razón por la
cual, cada ser humano posterior
a este primer pecado, nace
privado de la santidad y la
justicia original (CIC 405), nace
privado de la gracia, es decir,
nace con el pecado original.
Pero Dios Padre no quiso
abandonar al hombre en su
pecado, y por esto envió a su Hijo
Único quien por su vida y pasión
restableció la gracia en el alma
del hombre y su participación en
la vida divina, pues esta
catástrofe era irreparable por las
solas fuerzas de la naturaleza
humana (Dz, 790).
“El Padre Eterno creó el
mundo universo por un libérrimo
y misterioso designio de su
sabiduría y de su bondad, decretó
Inicio - 122
elevar a los hombres a la
participación de la vida divina y,
caídos por el pecado de Adán, no
los abandonó, dispensándoles
siempre su auxilio, en atención a
Cristo Redentor, ‘que es la
imagen de Dios invisible, primo-
génito de toda criatura’ (Col.
1,15)” (Lumen Gentium, 2)
Ahora bien, esta vida sobre-
natural que Cristo nos mereció a
precio infinito de su sangre divina
consiste en la Gracia Santifican-
te, que nos da una verdadera y
real participación de la naturaleza
misma de Dios.
4.1.1.2 La Gracia
“La gracia es el favor, el auxilio
gratuito que Dios nos da para
responder a su llamada: llegar a
ser hijos de Dios, hijos adoptivos,
Inicio - 123
partícipes de la naturaleza divina,
de la vida eterna. La gracia es
una participación en la vida de
Dios” (CIC 1996-1997).
La gracia es un don de Dios,
procedente de su infinita genero-
sidad que debe mover al hombre
a la más profunda gratitud, es un
don sobrenatural gratuito
concedido por Dios a la criatura
racional en orden a la vida eterna
(Royo Marín, Teología Moral para
Seglares, 1964).
La gracia puede dividirse en
gracia santificante y gracia
actual, ambas, absolutamente
indispensables para nuestra vida
cristiana.
* Gracia santificante o habitual:
“Es un don habitual, una disposi-
ción estable y sobrenatural que
Inicio - 124
perfecciona al alma para hacerla
capaz de vivir con Dios, de obrar
por su amor” (CIC 2000).
Se llama Santificante porque
santifica realmente a todo aquel
que tenga la dicha de poseerla,
es el fundamento de nuestra vida
sobrenatural haciéndonos
verdaderamente hijos de Dios,
hermanos de Jesucristo y
coherederos de la gloria. Posee
esta gracia quien, después del
bautismo, no se halla en estado
de pecado mortal; y es
indispensable para atesorar en el
cielo (cf. Mt 6, 19-21)
Como disposición habitual, la
gracia santificante no obra, no
hace nada por si misma: como el
fuego transforma en sí al hierro
incandescente, pero se limita
Inicio - 125
únicamente a eso (Royo Marín, Ser
o no ser santo, 2000, págs. 45-46).
Sin embargo, la vida cristiana
tiene que crecer y desarrollarse
en nosotros a base de actos
sobrenaturales, que son produci-
dos por las gracias actuales.
* Gracia Actual:
Es un auxilio sobrenatural interior
y transitorio con el cual Dios
ilumina nuestro entendimiento y
mueve nuestra voluntad para
realizar actos sobrenaturales
(Royo Marín, Ser o no ser santo, 2000,
pág. 46). La gracia actual es como
la corriente eléctrica que pone en
movimiento todo el mecanismo
sobrenatural de la gracia
santificante, las virtudes infusas,
los dones del Espíritu Santo de
los que está dotada el alma.
Inicio - 126
Estas gracias actuales son
absolutamente necesarias para
obrar sobrenaturalmente: Sin mí,
nada podéis hacer (Jn 15, 5),
aunque también pueden
recibirlas incluso los que están en
pecado mortal (Ej.: La gracia del
arrepentimiento) como interven-
ciones divinas que están en el
origen de la conversión (CIC 2000).
No toda obra buena que realiza el
hombre es impulsada por la
gracia, aunque si es realizada
bajo la moción de Dios. “Esas
obras buenas desde lo ético o
puramente natural (Ej., compa-
decerse del necesitado, la
honradez en los negocios) no
rebasan las fuerzas de la simple
naturaleza y puede, por lo
mismo, realizarlas un hombre en
Inicio - 127
pecado mortal. Se requiere
únicamente la previa moción de
Dios (…), pero esa moción, de
tipo puramente natural [no
sobrenatural como son las
gracias actuales], la ofrece Dios a
todo el mundo como el aire para
respirar” (Royo Marín, Teología Moral
para Seglares, 1964) Estas obras
buenas realizadas en pecado
mortal, aunque no son meritorias
ni movidas por gracias actuales,
predisponen para ponerlas en
práctica al momento que se reci-
ban. Ej., una persona en pecado
mortal que naturalmente da una
limosna a un pobre, dispone su
alma a ser más dócil en poner en
práctica la gracia actual del
arrepentimiento cuando Dios la
ponga en su corazón.
Inicio - 128
4.2 Importancia de los
Sacramentos
Los Sacramentos son signos
sensibles instituidos todos por
Nuestro Señor Jesucristo (CIC
1114) para significar y producir
en nuestras almas la gracia
santificante cuando son recibidos
dignamente. “Celebrados digna-
mente en la fe, los sacramentos
confieren la gracia que significan.
Son eficaces porque en ellos
actúa Cristo mismo; Él es quien
bautiza, Él quien actúa en sus
sacramentos con el fin de
comunicar la gracia que el
sacramento significa (…) Sin
embargo, los frutos de los
sacramentos dependen también
de las disposiciones del que los
recibe” (CIC 1127-1128)
Inicio - 129
La gracia que confieren los
sacramentos brota, como de su
manantial único, del corazón
traspasado de Cristo (Royo
Marín, Ser o no ser santo, 2000,
pág. 76), pero a través de siete
canales diferentes que son los
sacramentos. Cada uno de ellos
confiere su propia gracia
sacramental, así:
Bautismo: Gracia regenerativa,
que renueva totalmente al
hombre, borrándole el pecado
original y todos los demás
pecados, incluyendo la pena
debida por ellos. Es la puerta a
los demás sacramentos.
Confirmación: Gracia roborati-
va, en cuanto que aumenta la
vida de la fe haciéndola madurar
y dándole los auxilios necesarios
Inicio - 130
para confesarla valientemente,
en el martirio si fuera necesario.
Eucaristía: Gracia nutritiva y
unitiva, en cuanto que alimenta y
transforma al hombre en Cristo
por la caridad con auxilios
especiales contra el amor propio.
Penitencia (Confesión): Gracia
sanativa, pues destruye los peca-
dos actuales y convierte el alma
a Dios, con especiales auxilios
para no reincidir en el pecado.
Unción de los enfermos:
Gracia plenamente reparadora,
que borra los últimos rastros y
reliquias del pecado, fortalece el
alma del enfermo contra los
ataques del enemigo y la prepara
para una santa muerte. Su
recepción da indulgencia
plenaria.
Inicio - 131
Orden Sacerdotal: Gracia
consagrante con auxilios especia-
les para desempeñar santamente
su sagrado ministerio.
Matrimonio: Gracia conyugal,
con los auxilios especiales para el
recto cumplimiento de los
deberes matrimoniales y de
fidelidad.
Los misioneros de Lazos de
Amor Mariano somos conscientes
de la importancia de los
sacramentos de la Eucaristía y de
la Penitencia en nuestra vida
cotidiana, por lo que buscamos
recibirlos frecuentemente y con
el alma bien preparada, con el fin
de que den en nuestro corazón
los frutos que Nuestro Señor
quiere.

Inicio - 132
4.3 Escrúpulos
Una conciencia escrupulosa es
“aquella que por insuficientes y
fútiles motivos cree que hay
pecado donde no hay o que es
grave lo que sólo es leve” (Royo
Marín, Teología Moral para Seglares)
Sobre los escrúpulos dice
Nuestro Señor a Concepción
Cabrera de Armida:
“Los escrúpulos son, en gran
parte, producidos por Satanás, e
hijos suyos muy predilectos, a
quienes maneja con especial
tino, sacando el fruto que se
propone. Con los escrúpulos
Satanás turba, entretiene y
desespera. Estos tres puntos son
los que con afán busca el
Demonio, porque con ellos
alcanza su objeto, el cual va
Inicio - 133
principalmente dirigido a alejar a
las almas de Mí.
Los escrúpulos que proceden
de Satanás, consisten en una
madeja enredada de imaginacio-
nes locas, las cuales llevan por
base el juicio propio, es decir, la
soberbia y también a la
desobediencia.
¡Ay de las almas que se dejan
coger por la soberbia y la
desobediencia! Las almas que se
ven envueltas entre la oscuridad
tenebrosa de los escrúpulos, ya
no tienen más remedio que
cogerse de la obediencia ciega,
con una humildad profundísima.
Sólo con estos filos de la
obediencia y humildad se cortan
las madejas sin punta de los
escrúpulos diabólicos.
Inicio - 134
Las almas tercas que no se
acojan a estas dos únicas tablas
de salvación, perecerán presas
de una cadena interminable de
terribles sufrimientos, tristezas,
dudas y agonías inútiles. No se
descuiden estas almas; porque
pueden llegar al último grado que
pretende Satanás, y es el más
codiciado para él, el cual consiste
en la desesperación, de la cual
brotan verdaderas ofensas contra
Mí, pecados de imprecaciones, y
blasfemias y otros muchos”
(Cabrera de Armida, 1976, págs. 263-264)
4.4 Humildad
4.4.1. Aprende de mí que soy
manso y humilde de corazón.
Jesús desde su nacimiento nos
enseña particularmente esta
virtud. San Basilio nos dice:
Inicio - 135
“Jesús quiso de madre pobre
en un pobre pesebre, envuelto en
unos pobres pañales, huir a
Egipto como fugitivo, ser
bautizado entre pecadores, lavar
los pies a sus discípulos y muere
como un delincuente en la cruz;
Siendo Él mismo, Dios”.
La necesidad que tenemos de
esta virtud es tan grande, que sin
ella no es posible dar pasos en la
vida espiritual. Dice San Agustín:
“Todas las obras deben ir
acompañadas de humildad, al
principio, al medio y al fin;
porque si nos descuidamos
aunque sea un poco y dejamos
entrar la complacencia vana,
todo se lo llevará el viento de la
soberbia. Y poco nos aprovechará
que la obra sea muy buena.
Inicio - 136
La soberbia anda tras las
buenas obras para destruirlas”.
Dicen también San Gregorio y
San Bernardo: “El que quiere
conseguir virtudes sin humildad,
es como el que lleva un poco de
ceniza o polvo en contrario del
viento, que todo se derrama,
todo se lo lleva el viento”.
4.4.2. La Humildad es Raíz y
fundamento de toda virtud.
Esto afirman todos los santos, la
primera virtud de los cristianos.
Así como la raíz está hundida en
la tierra y se pisa y no tiene en sí
hermosura, ni color, pero de allí
recibe el árbol la vida; así el
humilde es tenido en poco, no
parece que tiene brillo ni
resplandor sino que está echado
al rincón y olvidado, pero esto es
Inicio - 137
lo que le conserva y hace crecer.
Cuanto más profunda esté la raíz
el árbol echará más fruto y
durará más; así el fructificar en
todas las virtudes está en echar
hondas raíces de humildad. Así
como la soberbia es raíz y
principio de todo pecado; así la
humildad es raíz y fundamento
de toda virtud.
4.4.3. Humildad en las Virtudes
Teologales
La Fe: La fe pide un enten-
dimiento humilde y rendido en
servicio de Cristo, el entendí-
miento soberbio es impedimento
y estorbo para recibir la fe.
La Esperanza: La humildad
sustenta la esperanza, porque el
humilde siente su necesidad y
entiende que no puede por sí solo
Inicio - 138
con cosa alguna; y así, con más
afecto se vale de Dios y pone
toda su esperanza en Él.
La Caridad: Con la humildad se
aviva y enciende. El humilde
conoce que todo lo que tiene le
viene de Dios, y que él está muy
lejos de merecerlo y con esto se
enciende en amor de Dios. El
humilde tiene los ojos puestos en
sus faltas propias y no en las
ajenas, fijarse en las faltas
ajenas entibia el amor al prójimo.
4.4.4. Nacen de la Humildad
Todas las virtudes necesitan del
piso de la humildad para florecer.
La Paciencia: El humilde conoce
sus culpas y pecados, se ve digno
de cualquier pena, sabe callar y
no se sabe quejar.

Inicio - 139
La Paz: Dice nuestro Señor:
aprended de Mí que soy manso y
humilde de corazón, y hallaréis
descanso para vuestras almas.
La Castidad: Es la humildad tan
grande adorno de la castidad y
pureza virginal que llega a decir
San Bernardo “sin humildad, aun
la virginidad de Nuestra Señora
no agradara a Dios”.
La Oración: La oración con
humildad penetra los cielos, si la
oración no va acompañada de
humildad no tiene valor. Mirad
cuanto agradó a Dios aquella
oración del publicano del evange-
lio, que no se atrevía a alzar los
ojos al cielo, ni acercarse al altar,
sino allá lejos en un rincón del
templo, hiriendo su pecho con
humilde conocimiento decía:
Inicio - 140
Señor, ten misericordia de mí que
soy un gran pecador; El fariseo
soberbio no halló agrado en Dios
con su oración.
La Pobreza y la humildad son
hermanas gemelas. Si quieres un
atajo para conseguir todas las
virtudes: Sed Humilde.
4.4.5. Grados de Humildad.
4.4.5.1. Primer Grado de la
Humildad
San Bernardo define la humildad:
“la humildad es una virtud con la
cual el hombre, considerando y
viendo sus defectos y miserias,
se tiene en poco a sí mismo. No
está la humildad en palabras ni
en cosas exteriores sino en lo
íntimo del corazón; en un sentir
bajo de sí mismo, en tenerse en
poco y desear ser tenido de los
Inicio - 141
otros en baja reputación, que
nazca de un profundísimo
conocimiento propio”. Es
entonces el primer grado el
tenerse a sí mismo en poco y
para lograrlo es necesario el
conocimiento de sí mismo. La
humildad es verdad y la soberbia
presunción, mentira y engaño.
Sobre el ser corporal: Como dice
San Bernardo, fuiste semen
pútrido, eres vaso de estiércol y
serás comida de gusanos; si
consideras lo que hechas por los
ojos, oídos, boca y narices, y por
los demás canales del cuerpo, no
hay muladar tan sucio. Dice
Inocencio Papa: “Los árboles y
las plantas dan aceites y
bálsamos y echan de si un olor
muy suave; el hombre echa de sí
Inicio - 142
mil inmundicias y un hedor
abominable”. ¿Pues de que nos
ensoberbecemos? La guarda de
la humildad es acordarnos de
nuestra propia fealdad. Debajo
de esta ceniza se conserva ella
muy bien. Ahondemos un poco
más. Mira que eras antes de que
Dios te creara y hallaras que eras
nada.
4.4.5.2. Segundo Grado de
Humildad
El segundo grado de humildad
según San Buenaventura, es
desear que los demás nos tengan
en poco. No desear el reconoci-
miento y la estima de los demás.
Se tiene mucho camino andado si
se está bien fundado en el primer
grado de humildad.

Inicio - 143
Si de verdad nosotros nos
tuviéramos por poco a nosotros
mismos, no se nos haría
dificultoso que los otros también
nos tuvieran en poco. Muchos con
la boca dicen mal de sí, y no lo
creen ellos así, solamente se
humillan con la boca y
exteriormente más en el corazón
no tienen humildad.
Lo primero es conocer nuestra
miseria y nuestra nada, y del
profundo conocimiento propio ha
de nacer en despreciarnos y
tenernos en poco. Y de aquí
habremos de subir al segundo
grado de humildad, o sea, a
desear ser tenido en poco.
Por ser este segundo grado de
humildad dificultoso lo dividiré-
mos en cuatro escalones:
Inicio - 144
* Primer escalón: Huir de todo lo
que dice honra y estimación.
* Segundo escalón: Dice San
Anselmo “sufrir con paciencia ser
despreciado de otros”; la humil-
dad crece con la adversidad.
* Tercer escalón: No regocijarnos
cuando somos estimados y
alabados de los hombres, esto es
muy dificultoso. Los soberbios se
alegran cuando los alaban,
aunque sea mentira el bien que
dicen de ellos. El verdadero
humilde cuando se ve que le
alaban y estiman, y dicen bien de
él, se encoge y se confunde,
teme que se quede su premio y
galardón en aquellas alabanzas y
le digan después que ya recibió
su paga.

Inicio - 145
* Cuarto escalón: Alegrarse con
el desprecio y las deshonras. Si
Jesús deseó con tan gran deseo
los desprecios y las deshonras y
las recibió con gusto, no siendo
merecedor de ellas; no será
mucho, que nosotros siendo
merecedores de todo desprecio y
deshonra deseemos por su amor
ser tenidos siquiera en lo que
somos.
4.4.5.3. Tercer Grado de
Humildad
El tercer grado de la humildad es
cuando uno teniendo grandes
virtudes y dones de Dios, y
estando en gran honra y estima-
ción, no se ensoberbece en nada
ni se atribuye a sí mismo, sino
que todo lo atribuye a Dios, del
cual procede todo bien y todo don
Inicio - 146
perfecto. Este tercer grado es de
grandes y perfectos varones, que
cuanto mayores son, tanto más
se humillan en todo. Que uno se
reconozca malo e imperfecto, es
bueno pero no es de maravillar-
se, como tampoco lo es que el
pobre se tenga por pobre y el hijo
del labrador no quiera ser tenido
como hijo del rey; es de
maravillarse que el hijo del rey
quiera ser tenido como hijo de
labrador y que el grande se
apoque y el rico se haga pobre,
eso sí es de maravillarse.
Es tan difícil este grado de
humildad que a los mismos
ángeles cayeron del cielo por no
saber conservarse en él.
Se debe reconocer que todo el
bien que se tiene es de Dios,
Inicio - 147
darle la gloria de todo porque de
esta manera se desnuda el
hombre de la honra y la da toda
a nuestro Señor; así mira los
dones que ha recibido de Dios no
como cosa suya sino como cosa
ajena y prestada y trae siempre
puestos los ojos en el conoci-
miento de su propia flaqueza y en
lo que sería si Dios le dejase, así
como los árboles que están muy
cargados de frutos, el mismo
fruto hace caer y encorvar la
rama pero la rama que no tiene
fruto se queda muy derecha y
levantada en lo alto.
4.4.6. Como trabajar la virtud de
la Humildad.
* Meditando la vida de nuestra
Señor y dejándose penetrar por
el evangelio, así poco a poco se
Inicio - 148
irá desarraigando el vicio de la
soberbia y alcanzando la virtud
de la humildad.
* Vivir la consagración procu-
rando siempre la imitar a María
en la virtud que tanto enamoró a
Dios, y suplicándole que sea Ella
quien nos conduzca por tan arduo
camino, porque Dios resiste a los
soberbios y a los humildes da su
gracia, y así también dice La
Virgen “Él hace proezas con su
brazo, dispersa a los soberbios de
corazón y enaltece a los
humildes” (Lc 1, 51-52).
* Teniendo un verdadero conoci-
miento de sí mismo, como la
humildad es verdad, se funda en
la verdad y es fuente de verdad.
Para ello se recomienda hacer
todos los días un examen de
Inicio - 149
conciencia para desarraigar la
soberbia, es recomendable no
tomarlo en general porque la
humildad y la soberbia compren-
den muchas cosas, sino poco a
poco, tema por tema, mirando
primero en lo que más se faltó a
la humildad.
Puntos para el Examen de
Conciencia:
* Lo primero puede ser no hablar
palabras que puedan redundar en
nuestra alabanza y estima. Ej: si
no fuera por mí, desde el
principio se me ofreció a mi
aquello etc. Y así hay muchas
otras palabras que muchas veces
no echamos de ver hasta que las
hemos dicho. Es bueno hacer
examen particular de esto, para

Inicio - 150
que con esa costumbre buena
quitemos la costumbre mala.
* Lo segundo es no oír de buena
gana que otro nos alabe y hable
bien de nosotros porque en eso
también hay gran peligro. Dice
San Ambrosio que cuando el
demonio no nos puede derribar
con cobardía, procura derribar-
nos con presunción y soberbia; y
cuando no nos puede derribar
con deshonra trata de que nos
honren y alaben, para
derribarnos por allí.
* Lo tercero que podemos traer a
examen particular es no hacer
nada por ser vistos y estimados
de los hombres. En este punto
cabe examinar también el no
hacer las cosas por respetos
humanos; y después hacerlas
Inicio - 151
puramente por Dios; y después
hacerlas muy bien hechas, como
quien las hace delante de Dios, y
como quien sirve a Dios y no a los
hombres hasta llegar a hacer las
obras de tal manera que más
parezca que estamos en ellas
amando que obrando.
* Lo cuarto es no excusarnos,
porque también nace de soberbia
y se convierte en vicio, podemos
recordar como Adán se excusó en
la mujer y la mujer se excusó en
la serpiente; esto nace de nues-
tra soberbia que no deseamos
que se sepan nuestras faltas y
más nos pesa que se sepan que
haberlas hecho y así procuramos
encubrir y excusar cuanto
podemos.

Inicio - 152
* Lo quinto es llevar bien todas
las ocasiones que se presenten
de humildad; es común
enfadarse cuando alguien nos da
una orden o cuando nos parece
que no nos hacen caso; todo esto
debe aprovecharse y llevarse con
paciencia, prontitud y alegría.
4.5 Pureza
* Es la virtud blanca: Es la virtud
de la belleza, de la blancura del
alma.
* Es la virtud clara: es la virtud
de la luz, el alma casta está
envuelta en la claridad de la luz
divina.
* Es la virtud de María: es la más
querida, buscada y custodiada de
la Santísima Virgen María.

Inicio - 153
4.5.1. Cultivamos la Virtud de la
Castidad
Castidad: Es la virtud sobre-
natural moderativa del apetito
sexual. Es verdaderamente
angélica, por cuanto hace al
hombre semejante a los ángeles.
Se logra a base de continua
vigilancia, oración y fuerte
mortificación.
Es la virtud que "concierne
particularmente a la afectividad,
a la capacidad de amar" (CIC
2332). La castidad se ordena al
amor; y sin ella no se puede vivir
la caridad. Es una exigencia de la
ley moral natural
“Bienaventurados los puros de
corazón– dijo el Señor –porque
ellos verán a Dios” (Mt 5, 8). La
castidad es una exigencia de la
Inicio - 154
dignidad del cuerpo humano, con
el que debemos amar a Dios en
esta tierra: "¿O no sabéis que
vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, que está en
vosotros y habéis recibido de
Dios, y que no os pertenecéis?" (I
Cor 6,18-19).
Es una virtud que es necesaria
vivir en todos los estados de vida.
Para un laico que no ha contraído
matrimonio o es viudo es la
virtud que se practica en la
continencia. Para una persona
que ha tomado la vida consagra-
da se practica la abstención
voluntaria y perpetua de los actos
conyugales. Aun en todos los
casos es virtud que modera y
regula y ordena los apetitos
desordenados de la carne.
Inicio - 155
4.5.2. A la Castidad se opone la
Lujuria
La lujuria es el vicio más vil y
degradantes de todos cuantos se
pueden cometer, aunque no sea
el mayor de todos los pecados. El
placer, en sí mismo, no es malo.
Lo que es malo es su desorden. A
raíz de la caída original del
género humano se rompió el
equilibrio de nuestras facultades,
que sometía plenamente a la
razón nuestros apetitos inferio-
res; y, a consecuencia de esa
ruptura, el apetito al placer se
levanta muchas veces contra las
exigencias de la razón y nos
empuja hacia el pecado. El uso
inmoderado de los placeres lícitos
sirve con frecuencia de aliciente e
incentivo a los desordenados e
Inicio - 156
ilícitos.
4.5.3. Relación entre Gula y
Lujuria
Los apetitos carnales tienen las
dos tendencias más necesarias
para la conservación del
individuo y de la especie: la
nutrición (comer) y la generación
(acto sexual). Esta inclinación es
natural y buena… el problema
viene cuando se desordena.
Los placeres de la mesa
preparan los de la carne; la gula
es la antesala de la lujuria.
Modera tu manera de comer y
controlarás tus pasiones.
“El hombre animal no percibe
las cosas del Espíritu de Dios; son
para él locura y no puede
entenderlas, porque hay que juz-
garlas espiritualmente” (1 Cor 2,14)
Inicio - 157
Decía San Hilarión a su
espíritu carnal: “Yo haré, asnillo,
que no tires coces, porque te
quitaré la cebada y te daré
solamente paja; te mataré de
hambre y de sed; te pondré
cargas pesadas, te fatigaré con
calores y hielos, para que así
piense antes en la comida que en
la lascivia”
4.5.4. Remedios contra la Lujuria
La lucha contra la propia
sensualidad no se acaba sino con
la muerte.
4.5.4.1 Remedios de Orden
Natural
* Mortificación en las cosas lícitas
* Amar el sufrimiento y la cruz
* Combatir la ociosidad
* Huir de las ocasiones de pecado

Inicio - 158
4.5.4.2 Remedios de Orden
Sobrenatural
* Considerar la dignidad del
cristiano
* Considerar el premio de la
virtud y el castigo del pecado:
“Un momento dura lo que deleita
y eternamente lo que atormente”
(San Gregorio)
* Meditar la pasión de Cristo
* La oración humilde y
perseverante
* Una entrañable devoción a la
Virgen María
* La frecuencia de los
Sacramentos
4.5.5. Para vivir la Virtud
No es bueno recordar los pecados
de lujuria que cometimos pues
éstos, en vez de generar
contrición, serán tentación.
Inicio - 159
Saberse más débil de lo
que cree: “El sabio teme el mal
y de él se aparte, el necio es
arrogante y se confía” (Prov
14,16). Por debilidad de carne
cayó Adán, David, Salomón y
Sansón ¿eres tú más fuerte que
ellos? ¿Por qué entonces eres tan
imprudente?
Guarda de la mirada
“No conviene mirar lo que no
es lícito desear; porque os
llevarán las cosas tras sí; si las
miráis, arrebatarán y robarán
vuestro corazón, y cuando menos
lo penséis, os hallaréis preso y
cautivo” (San Gregorio).
El Rey David pecó porque
“vio” (cf. 2 Sam 11,2).
“Con mis ojos hice el pacto de
no fijarme en doncella” (Job 31,1).
Inicio - 160
El Señor advierte sobre las
miradas: “Pues yo os digo que
todo el que mira con deseo a una
mujer ya cometió adulterio con
ella en su corazón” (Mt 5,28)
El que quiere permanecer fiel
a las promesas de su bautismo y
resistir las tentaciones debe
poner los medios para ello: el
conocimiento de sí, la práctica de
una ascesis adaptada a las
situaciones encontradas, la
obediencia a los mandamientos
divinos, la práctica de las
virtudes morales y la fidelidad a
la oración. "La castidad nos
recompone; nos devuelve a la
unidad que habíamos perdido
dispersándonos" (S. Agustín,
conf. 10,29; 40). (CIC 2340)

Inicio - 161
4.5.6. La Virtud de la Castidad en
el Catecismo
4.5.6.1 La Integridad de la
Persona
“La castidad comporta un
aprendizaje del dominio de sí,
que es una pedagogía de la
libertad humana. La alternativa
es clara: o el hombre controla sus
pasiones y obtiene la paz, o se
deja dominar por ellas y se hace
desgraciado (cf Si 1,22).
"La dignidad del hombre
requiere, en efecto, que actúe
según una elección consciente y
libre, es decir, movido e inducido
personalmente desde dentro y no
bajo la presión de un ciego
impulso interior o de la mera
coacción externa. El hombre
logra esta dignidad cuando,
Inicio - 162
liberándose de toda esclavitud de
las pasiones, persigue su fin en la
libre elección del bien y se
procura con eficacia y habilidad
los medios adecuados" (GS 17)”.
(Catecismo, 2339)
“La virtud de la castidad forma
parte de la virtud cardinal de la
templanza, que tiende a
impregnar de razón las pasiones
y los apetitos de la sensibilidad
humana. El dominio de sí es una
obra que dura toda la vida. Nunca
se la considerará adquirida de
una vez para siempre. Supone un
esfuerzo repetido en todas las
edades de la vida (cf Tt 2,1-6). El
esfuerzo requerido puede ser
más intenso en ciertas épocas,
como cuando se forma la

Inicio - 163
personalidad, durante la infancia
y la adolescencia.
La castidad tiene unas leyes
de crecimiento; éste pasa por
grados marcados por la imperfec-
ción y, muy a menudo, por el
pecado. "Pero, el hombre, llama-
do a vivir responsablemente el
designio sabio y amoroso de
Dios, es un ser histórico que se
construye día a día con sus
opciones numerosas y libres; por
esto él conoce, ama y realiza el
bien moral según las diversas
etapas de crecimiento" (FC 34).
La castidad representa una
tarea eminentemente personal;
implica también un esfuerzo
cultural pues "el desarrollo de la
persona humana y el crecimiento
de la sociedad misma están
Inicio - 164
mutuamente condicionados" (GS
25,1). La castidad supone el
respeto de los derechos de la
persona, en particular, el de
recibir una información y una
educación que respeten las
dimensiones morales y
espirituales de la vida humana.
La castidad es una virtud
moral. Es también un don de
Dios, una gracia, un fruto de la
obra espiritual (Gál 5,22). El
Espíritu Santo concede, al que ha
sido regenerado por el agua del
bautismo, imitar la pureza de
Cristo (1Jn3,3). (CIC 2341-2345)
4.5.6.2 La Integridad del Don de
Si
“La Caridad es la forma de todas
las virtudes. Bajo su influencia, la
castidad aparece como una
Inicio - 165
escuela de donación de la
persona. El dominio de sí está
ordenado al don de sí mismo. La
castidad conduce al que la
practica a ser ante el prójimo un
testigo de la fidelidad y de la
ternura de Dios.
La virtud de la castidad se
desarrolla en la amistad. Indica al
discípulo cómo seguir e imitar al
que nos eligió como sus amigos
(Jn 15,15), se dio totalmente a
nosotros y nos hace participar de
su condición divina. La castidad
es promesa de inmortalidad. La
castidad se expresa especialmen-
te en la amistad con el prójimo.
Desarrollada entre personas del
mismo sexo o de sexos distintos,
la amistad representa un gran
bien para todos. Conduce a la
Inicio - 166
comunión espiritual”. (CIC 2346-
2347)
4.5.6.3 Los Diversos Regímenes
de la Castidad
“Todo bautizado es llamado a la
castidad. El cristiano se ha
"revestido de Cristo" (Gal 3,27),
modelo de toda castidad.
Todos los fieles de Cristo son
llamados a una vida casta según
su estado de vida particular. En
el momento de su Bautismo, el
cristiano se compromete a dirigir
su afectividad en la castidad.
La castidad "debe calificar a
las personas según los diferentes
estados de vida: a unas, en la
virginidad o en el celibato
consagrado, manera eminente de
dedicarse más fácilmente a Dios
solo con corazón indiviso; a
Inicio - 167
otras, de la manera que
determina para ellas la ley moral,
según sean casadas o celibata-
rias" (CDF, decl. "Persona
humana"). Las personas casadas
son llamadas a vivir la castidad
conyugal; las otras practican la
castidad en la continencia.
Existen 3 formas de la virtud
de la castidad: una de los
esposos, otra de las viudas, la
tercera de la virginidad. No
alabamos a una con exclusión de
las otras. En esto la disciplina de
la Iglesia es rica (S. Ambrosio).
Los novios están llamados a
vivir la castidad en la continencia.
En esta prueba han de ver un
descubrimiento del mutuo
respeto, un aprendizaje de la
fidelidad y de la esperanza de
Inicio - 168
recibirse el uno y el otro de Dios.
Reservarán para el tiempo del
matrimonio las manifestaciones
de ternura específicas del amor
conyugal. Deben ayudarse
mutuamente a crecer en la
castidad”. (CIC 2348-2350)
4.5.7. Citas Bíblicas sobre
Impureza
* Gal 5,19
* 1 Cor 6,9–11. 15. 18 - 19
* 1 Tes 4,3–8
* Col 3,5–7
* 1 Tim 9–10
* Ef 5,3–8
4.6 Obediencia
Mejor es la obediencia que el
sacrificio, mejor es oír y obedecer
a Dios que ofrecer la grosura de
los carneros. El pecado original
fue causado por la desobediencia
Inicio - 169
de no comer del árbol del fruto
prohibido y la redención llegó
también por la obediencia de
Jesús a su Padre. El cielo se cerró
por la desobediencia de Adán y se
abrió por la obediencia de Cristo.
Si Dios estima tanto esta
virtud, con mayor fuerza
debemos estimarla nosotros.
En todas las cosas vemos que
es necesaria la obediencia; en un
ejército por grande que sea hay
siempre un general supremo, a
quien todos le obedecen, y en
cada navío un capitán; sería de
gran confusión y desconcierto y
nunca llegarían al puerto, si cada
uno quisiera gobernar el navío
por su parecer y no tuvieran a
quien seguir. Y hasta en la más
mínima casa es necesario que
Inicio - 170
haya uno a quien todos
obedezcan; y cuando no hay esto
no se conserva ni dura mucho, ni
la casa, ni la ciudad, ni el reino.
En todo hay subordinación y
obediencia: en los ángeles, en los
hombres, en los animales que
tienen su capitán y guía a quien
siguen. De esta manera se
entenderá cuán conveniente y
necesaria es esta virtud, tan
olvidada por desgracia en
nuestros días, en que ni los hijos
obedecen a sus padres, ni los
pueblos a sus gobernantes, ni
todos juntos a Dios, que para
enseñarnos con el ejemplo cuan
preciosa y necesaria es esta
virtud. Bajó del cielo a la tierra,
por obediencia, y vivió sujeto y
obediente a sus padres en
Inicio - 171
Nazaret, y murió en la cruz,
hecho obediente hasta la muerte
(Fil. 2, 8) “Se humilló a si mismo
haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de Cruz”.
4.6.1. ¿Cómo se ha de Obedecer?
Con prontitud y diligencia. El
verdadero obediente dice San
Bernardo, no sabe qué cosa es
tardanza, ni qué cosa es mañana,
ni después, ni dice luego iré,
como los perezosos; sino que
aplica el oído a oír lo que le
mandan, los pies para irlo a
cumplir, las manos para ponerlo
en obra. Ejemplo de obediencia
es el profeta Samuel que cuando
escuchó la voz que le llamaba se
levantó de inmediato y corrió
donde el Sacerdote Helí a decirle
“veme aquí señor, que es lo que
Inicio - 172
mandas” así lo hizo tres veces al
escuchar el llamado sin importar
que el sacerdote ya le había dicho
que él no le había llamado; de
igual manera lo hizo cuando
reconoció que la voz que escu-
chaba era de Dios, le contestó
“habla señor que tu sierva
escucha; sin vacilar, sin lentitud”.
Con esta misma prontitud
debemos responder nosotros.
Cuando nos mandan aquello
que nos gusta y que es de
nuestra inclinación no se puede
ver bien la obediencia porque
esto nos lleva más a nuestro
gusto e inclinación que la
voluntad del que manda; pero
cuando lo que nos mandan es
difícil y repugnante a nuestro
gusto y sin embargo lo hacemos
Inicio - 173
con prontitud entonces se puede
apreciar bien la obediencia,
porque en eso no nos buscamos
a nosotros mismos sino a Dios y
a la obediencia.
El verdadero obediente no se
detiene a juzgar ni examinar las
órdenes y mandatos de sus
legítimos superiores preguntan-
dose por qué mandaron esto o
aquello a mí y no al otro, y si
fuera mejor de otra manera que
de esta; Al súbdito corresponde
obedecer a sus superiores y
hacer todo lo que le ordenen,
siempre que no haya pecado en
ello.
Uno de los medios más
principales y eficaces para
alcanzar la perfección en esta
virtud en considerar a Dios en el
Inicio - 174
superior, y hacer como si fuese
Dios el que manda, y que no
obedecemos a hombre sino al
mismo Dios. Este medio lo
recomienda el aposto Pablo
(Efes. 5, 21) “Subordinaos unos
a otros por el santo temor a
Cristo”. “Todo lo que haces hazlo
de buena gana, como quien sirve
a Dios, y no a solo hombres, y
como quien espera el galardón de
Dios y no de los hombres”. De
manera que lo que debemos
mirar en la obediencia es a Dios
y a su voluntad.
Dice San Buenaventura: “Alto
grado de obediencia es obedecer
a lo que inmediatamente manda
y ordena Dios; pero de alguna
manera es más alto grado
obedecer al hombre por Dios”.
Inicio - 175
Obedeciendo al hombre, se
humilla más el corazón y se niega
más la voluntad.
Sed Perfectos, P Saturnino
Osés S.J. Pag. 507 a 515
4.6.2. Grados de la Obediencia
Primer Grado: poner en obra lo
que se nos manda. Diligencia y
puntualidad en la ejecución de la
obediencia. San Bernardo dice: el
verdadero obediente no sabe qué
cosa es tardanza, ni que cosa es
mañana, ni que cosa es después,
ni luego iré.
Segundo Grado: conformar su
Voluntad con la del Superior. La
obediencia es sepulcro de la
propia voluntad y despertar de la
humildad.
Tercer Grado: conformar el
entendimiento y juicio al del
Inicio - 176
Superior, un solo querer, un solo
pensar, un solo sentir. Es el
holocausto perfecto donde el
hombre entero sin dividir nada en
sí, ni reservarse nada para sí, se
ofrece a su Señor en el fuego de
la caridad por manos de sus
ministros.
4.6.3. Tres razones que da el
Apóstol San Pablo para obedecer
Hb 13, 17: Obedecer a los
superiores y sedle sumisos
porque:
* Ellos velan con cuidado, con
quien ha de dar cuenta a Dios de
vuestra alma.
* Para que ellos lleven con
alegría y gozo la carga del oficio
que tiene y no vayan gimiendo
con ella.

Inicio - 177
* No os conviene a vosotros,
porque iréis también gimiendo
por la carga y viviréis una vida
desconsolada.
4.6.4. Es Lícito desobedecer a los
superiores en dos casos
* Cuando el mandato o la orden
va en contra de la ley de Dios
* En cuanto a la Vocación.
Ejemplo: si los padres no quieren
que su hijo sea sacerdote.
4.6.5. Se debe obediencia a
* Los Padres
* El Santo Padre, La Iglesia, Los
Ministros de la Iglesia
* A los superiores
* Al guía o director espiritual
* A la Patria
Mientras no atente contra la ley
de Dios.

Inicio - 178
4.7 Caridad
4.7.1. Definición
Virtud sobrenatural infusa por la
que amamos a Dios sobre todas
las cosas, y al prójimo como a
nosotros mismos por amor a
Dios. Tiene por tanto, un doble
objeto, Dios y el prójimo, aunque
un solo motivo, porque amamos
a Dios por sí mismo y al prójimo
por amor a Dios.
La caridad es la más excelente
de todas las virtudes y esto por
tres razones:
a. Es la que más directamente
nos une a Dios.
b. La caridad es la forma, el
fundamento, la raíz y la madre de
todas las demás virtudes.
c. No termina con la vida terrena,
el amor no pasa, no tiene nunca
Inicio - 179
fin, puesto que constituye el
contenido esencial de la vida
eterna.
“Aquí la caridad es ya un
comienzo de la vida eterna, y la
vida eterna consistirá en un acto
ininterrumpido de la caridad”
(Santo Tomás)
“Cristo murió por amor a
nosotros ‘cuando éramos todavía
enemigos’ (Rm 5, 10). El Señor
nos pide que amemos como Él
hasta a nuestros enemigos (Mt 5,
44), que nos hagamos prójimos
del más lejano (cf. Lc 10, 27-37),
que amemos a los niños (cf. Mc
9, 37) y a los pobres como a Él
mismo (cf. Mt 25, 40.45).
El apóstol San Pablo ofrece
una descripción incomparable de
la caridad:
Inicio - 180
‘La caridad es paciente, es
servicial; la caridad no es
envidiosa, no es jactanciosa, no
se engríe; es decorosa; no busca
su interés; no se irrita; no toma
en cuenta el mal; no se alegra de
la injusticia; se alegra con la
verdad. Todo lo excusa. Todo lo
cree. Todo lo espera. Todo lo
soporta’ (1 Co 13, 4-7).
‘Si no tengo caridad —dice
también el apóstol— nada soy...’.
Y todo lo que es privilegio,
servicio, virtud misma... ‘si no
tengo caridad, nada me aprove-
cha’ (1 Co 13, 1-4). La caridad es
superior a todas las virtudes. Es
la primera de las virtudes
teologales: ‘Ahora subsisten la
fe, la esperanza y la caridad,
estas tres. Pero la mayor de
Inicio - 181
todas ellas es la caridad’ (1 Co
13,13)”. (CIC 1825-1826)
“La Caridad tiene por frutos el
gozo, la paz y la misericordia.
Exige la práctica del bien y la
corrección fraterna; es benevo-
lencia; suscita la reciprocidad; es
siempre desinteresada y genero-
sa; es amistad y comunión: ‘La
culminación de todas nuestras
obras es el amor. Ese es el fin;
para conseguirlo, corremos;
hacia él corremos; una vez
llegados, en él reposamos’ (San
Agustín, In epistulam Ioannis-
tractatus, 10, 4)”. (CIC 1829)
4.7.2. El Amor al Prójimo
El amor al prójimo es parte de la
virtud de la caridad que nos hace
buscar el bien de los demás por
amor a Dios.
Inicio - 182
Las características del amor al
prójimo son:
1. Sobrenatural: se ama a Cristo
en el prójimo, por su dignidad
especial como hijo de Dios.
2. Universal: comprende a todos
los hombres porque todos son
creaturas de Dios. Como Cristo,
incluso a pecadores y a los que
hacen el mal.
3. Ordenado: Es decir, se debe
amar más al que está más cerca
o al que lo necesite más. Ej. A el
esposo, que al hermano, al hijo
enfermo que a los demás.
4. Interno y Externo: Para que la
virtud de la caridad sea auténtica
tiene que abarcar todos los
aspectos, pensamiento, palabra y
obras.

Inicio - 183
a. Interna: Con la voluntad que
nos lleva a colaborar con los
demás de muchas maneras.
También puede ser con la
inteligencia, a través de la estima
y el perdón.
b. Externa: Con la palabra, es
decir, lo que llamamos
benedicencia, hablar siempre
bien de los demás. De obra que
se resumen en las obras de
misericordia, ya sean espirituales
o materiales. Siendo las más
importantes las espirituales, sin
omitir las materiales. De ahí la
necesidad de la corrección frater-
na, el apostolado y la oración.
La caridad cristiana debe
extenderse incluso a nuestros
enemigos, siguiendo en esto el
ejemplo de Cristo, quien en la
Inicio - 184
Cruz pide a su Padre Perdón por
quienes lo han mandado matar
(Lc 23, 34).
La Corrección Fraterna:
Nos obliga a apartar al otro de lo
ilícito o perjudicial. El no hacerlo
por cobardía, por falso respeto
humano, sería una ofensa grave.
Pero, siempre hay que tomar en
cuenta la gravedad de la falta y
la posibilidad de apartar al
prójimo de su pecado.
En Lazos la hacemos a través
de nuestros encargados y direc-
tores. La razón es la fragilidad de
algunos misioneros y la falta de
criterio para las correcciones, que
en algunas situaciones pueden
estar motivadas por la soberbia y
no por el genuino deseo del
cambio del prójimo.
Inicio - 185
El Director Local delegará a
los Cefas o Encargados de Misión,
cuando crea correspondiente,
este tipo de correcciones.
El Apostolado:
Estamos obligados al apostolado
porque cualquier bautizado debe
promover la vida cristiana y
extender el Reino de Dios,
llevando el Evangelio a los
demás. Si yo amo a Dios, es
lógico querer que los demás lo
hagan también. El apostolado se
desarrolla según las circunstan-
cias de cada quien. Puede ser que
en algunos casos el cambiar los
pañales de un hijo sea una forma
de apostolado o el escribir, o el
predicar, etc.
“Que vuestra caridad no sea
una farsa: aborreced lo malo y
Inicio - 186
apegaos a lo bueno. Como
buenos hermanos, sed cariñosos
unos con otros, estimando a los
demás más que a uno mismo”
(Rom 12, 9-10).
“El amor —caritas— siempre
será necesario, incluso en la
sociedad más justa. No hay orden
estatal, por justo que sea, que
haga superfluo el servicio del
amor. Quien intenta desenten-
derse del amor se dispone a
desentenderse del hombre en
cuanto hombre. Siempre habrá
sufrimiento que necesite
consuelo y ayuda. Siempre habrá
soledad. Siempre se darán
también situaciones de necesidad
material en las que es indispen-
sable una ayuda que muestre un
amor concreto al prójimo”.
Inicio - 187
(Deus Caritas Est, 28)
“Según el modelo expuesto en
la parábola del buen Samaritano,
la caridad cristiana es ante todo y
simplemente la respuesta a una
necesidad inmediata en una
determinada situación: Los
hambrientos han de ser saciados,
los desnudos vestidos, los
enfermos atendidos para que se
recuperen, los prisioneros
visitados, etc.” (DCE, 31)
“Contemplemos finalmente a
los Santos, a quienes han
ejercido de modo ejemplar la
caridad (…) tales como: Francisco
de Asís, Ignacio de Loyola, Juan
de Dios, Camilo de Lelis, Vicente
de Paúl, Luisa de Marillac, José B.
Cottolengo, Juan Bosco, Luis
Orione, Teresa de Calcuta…
Inicio - 188
“Entre los Santos, sobresale
María, Madre del Señor y espejo
de toda santidad. El Evangelio de
Lucas la muestra atareada en un
servicio de caridad a su prima
Isabel, con la cual permaneció
‘unos tres meses’ (1, 56) para
atenderla durante el embarazo
(…). María es, en fin, una mujer
que ama. ¿Cómo podría ser de
otro modo? Como creyente, que
en la fe piensa con el
pensamiento de Dios y quiere con
la voluntad de Dios, no puede ser
más que una mujer que ama. Lo
intuimos en sus gestos
silenciosos que nos narran los
relatos evangélicos de la infancia.
Lo vemos en la delicadeza con
la que en Caná se percata de la
necesidad en la que se
Inicio - 189
encuentran los esposos, y lo hace
presente a Jesús. Lo vemos en la
humildad con que acepta ser
como olvidada en el período de la
vida pública de Jesús, sabiendo
que el Hijo tiene que fundar
ahora una nueva familia y que la
hora de la Madre llegará
solamente en el momento de la
cruz, que será la verdadera hora
de Jesús (cf. Jn 2, 4; 13, 1).
Entonces, cuando los discípulos
hayan huido, ella permanecerá al
pie de la cruz (cf. Jn 19, 25-27);
más tarde, en el momento de
Pentecostés, serán ellos los que
se agrupen en torno a ella en
espera del Espíritu Santo (cf. Hch
1, 14)”. (DCE, 41).

Inicio - 190
4.7.3. Frases de Santos
* “No Descansen mientras haya
dolor que mitigar”. (San Alberto
Hurtado)
* “El amor es la belleza del
alma”. (San Agustín)
* “No Cesa de orar quien no cesa
de bien obrar. El afecto de la
caridad equivale a una oración
continua”. (Santa Catalina de
Siena)
* “Sin cruces ni dolor, no se vive
en el amor”. (San Luis de
Monfort)
* “Basta amar al santo de los
santos para llegar a ser santos”.
(Santa Margarita María de Alacoque)
* “Dos cosas, el amor de Dios y
del prójimo, hacen perfecto al
hombre”. (San Antonio de Padua)

Inicio - 191
* “El amor que no puede sufrir no
es digno de ese nombre”. (Santa
Clara de Asís)
* “La mejor manera de descubrir
si tenemos el amor de Dios, es
ver si amamos a nuestro
prójimo”. (Snta Teresa de Jesús)
* “Quien no ama al prójimo no os
ama Señor mío”. (Santa Teresa
de Jesús)
* “Me preguntas por un método
para alcanzar la perfección. Yo
conozco el amor y solo el amor”.
(Santa Teresita del Niño Jesús)
* “La medida del amor es amar
sin medida”. (San Agustín)
4.7.4. Citas Bíblicas sobre la
Caridad
Jn 15, 12 Jn 15,17
Jn 13,34 1 Jn 4, 8
1 Cor 13, 13
Inicio - 192
4.8 Oración
4.8.1. Definición
“Para mí, la oración es un
impulso del corazón, una sencilla
mirada lanzada hacia el cielo, un
grito de agradecimiento y de
amor tanto desde dentro de la
prueba como desde dentro de la
alegría”. (Santa Teresita del Niño
Jesús, Manuscritos autobiográ-
ficos, C 25r)
“La oración es la elevación del
alma a Dios o la petición a Dios
de bienes convenientes” (San
Juan Damasceno, De fide
orthodoxa, 3, 24).

4.8.2. Como se debe Orar


Para orar se debe preparar un
lugar, la postura, el tiempo y la
duración:
Inicio - 193
1. Lugar: Preferible en el
Santísimo. Aunque se puede
hacer en cualquier lugar. La
soledad es la mayor compañera
de la oración y es útil para evitar
la vanidad (cf. Mt 6,6).
2. La postura del cuerpo: Es
importante porque repercute en
el alma. Postura Humilde y
respetosa. Evitar la excesiva
comodidad o mortificación
excesiva (motivo de distracción)
3. Duración: No puede ser la
misma para todas las almas, se
va aumentando el tiempo a
medida que se crezca en el alma.
4. Tiempo: Si es demasiado corto
sólo se llega a preparar el
corazón y no se inicia en la
oración. En realidad, la oración
debe durar todo el tiempo. No
Inicio - 194
puede considerarse como un
ejercicio aislado y desconectado
del resto de ejercicios cotidianos
de la vida. Debe ser continua e
ininterrumpida, para mantener el
fuego en el corazón.
La virtud del recogimiento, del
silencio y la mortificación de los
sentidos son necesarias para
orar.
4.8.3. Si no se Ora
1. Entra la tibieza espiritual
2. Se desvanecen los santos
propósitos y el fuego del primer
amor
3. Se falla en la virtud
4. Despiertan y desordenan las
pasiones
5. Se revive el apetito de la
vanidad
6. Caer en pecado mortal
Inicio - 195
Sin vida de oración no hay
fruto. Si se ora como un ejercicio
espiritual asilado de las demás
actividades del día se cae en la
enfermedad del aislamiento que
solo ejerce en el alma esa
momentánea influencia sin llevar
a la unidad. Se vuelve un
formulismo aislador. Solo para
satisfacer el haber cumplido. Esta
enfermedad mata la
contemplación.
La oración no puede ser una
pieza suelta. Debe ser el alma y
el corazón de todo el día. Debe
brotar de las entrañas del alma,
crea en el corazón el deseo de
volverse a sumergir en el corazón
del Amado.

Inicio - 196
4.8.4. Clases de Oración
1. Oración Vocal: Nada compara-
do con las oraciones que nos
propone la Iglesia porque es la
expresión más fina del amor de
su Esposa la Iglesia a Dios.
Ejemplo: El Padre Nuestro, el Ave
María. Nada podemos decir que
no esté contenida en esta
oración, solo podemos con
rectitud pedir lo que rectamente
podemos desear. La oración
Dominical, la Eucaristía y el
Santo Rosario son las oraciones
más perfectas donde se une el
alma con Dios, para producir los
frutos abundantes y elevarla a la
Santidad.
2. Oración Mental: Orare, cantaré
y clamaré a Dios con espíritu y
con el corazón (1 Cor 14,15).
Inicio - 197
Existen tres clases de oración
mental:
a. Oración de Simplicidad: Estar
en la presencia de Dios, de
simple mirada. Poner la atención
hacia Dios, sus misterios y
verdades cristianas. Todo se
reduce a mirar y amar. Es un
dulce reposo en Dios. Para sacar
el máximo rendimiento de la
oración el alma debe tener
preparada una materia
determinada para meditar y si es
preciso abandonarla cuando el
Espíritu Santo te lleve a ella. La
preparación es sencilla, recuerdo
de la vida de Cristo. El poner en
la mente a la luz del entendí-
miento el misterio que se va a
meditar mueve a la voluntad a
ponerse en la presencia de Dios.
Inicio - 198
Frente a las distracciones,
multiplique los afectos hacia el
amado, y recurra al discurso de
la razón. La mirada de Cristo
nunca se aparta de nosotros
b. Oración Extraordinaria:
Contemplación:
i. Es un mana escondido que
nadie sabe lo que es, sino el que
lo degusta (Ap 2, 17)
ii. Es un don particular de Dios,
que da Él a quien le ha servido;
unas veces en pago de sus
servicios y de mucho haberse
mortificado y padecido por amor;
otras veces sin tener en cuenta
méritos porque es gracia suya y
la comunica a quién quiere (Mt 20, 15)
iii. El alma no se mira así misma
sino que se pierde en su Señor.
Es movida por el Espíritu.
Inicio - 199
c. Oración Afectiva: Es aquella en
la que predomina los afectos de
la voluntad sobre los discursos
del entendimiento. Se trata de
una meditación orientada desde
el corazón. Este tipo de oración
acarrea el peligro de creerse más
adelantado en la vida espiritual
debido a la facilidad con que le
brotan del corazón las mociones
del amor de Dios. Para combatir
el peligro:
i. Evitar la gula espiritual, solo
por los consuelos sensibles. Dios
le retira esto para que el alma se
enderece.
ii. Evitar la dejadez del alma y la
pereza. La oración siempre debe
llevar a la práctica de las virtudes
cristianas. Para juzgar la oración
se debe examinar los frutos.
Inicio - 200
No se mide por los consuelos
sensibles sino por la práctica de
las virtudes cristianas con
heroísmo.
4.8.5. Tipos de Oración
(CIC 2626-2643)
1. Bendición
2. Adoración
3. Petición
4. Intercesión
5. Acción de gracias
6. Alabanza
4.8.6. Frases sobre la Oración
* La oración es un humilde
comparecer del alma ante Dios.
* Es preciso no correr sino
detenerse para exprimir y sabo-
rear cada una de las palabras
hasta que el corazón se caldee.
* Es un ejercicio del corazón.

Inicio - 201
* Es la llave del cielo que abre
todas las puertas y tesoros del
corazón de Dios.
* De ella depende el gobierno de
nuestra vida.
* Es formar el alma en el fuego
del amor.
* Meditar lo que unen al alma con
Dios.
* El objeto principal de la oración
siempre es nuestro Señor
Jesucristo. Mantenerse en la
oración en presencia de Dios.
* Es alivio para el alma.
* Es la unión más íntima con
Dios, es el ejercicio del amor.
* Desarrollo de todas las virtudes
infusas.
* Da consuelos y salvavidas
sensibles. Sin apegarse a ellos.

Inicio - 202
* Prepara el alma para la
contemplación infusa.
* Arder en deseo de darle gloria
a Dios.
4.8.7. Conclusión
* La meditación es indispensable
para la santificación
* Nada puede suplir la vida de
oración.
* Sin oración no hay salvación.
* El alma necesita como los niños
unas andaderas (Guía, disciplina,
métodos) pero llegará un
momento donde volará
libremente hacia Dios.
4.9 Fidelidad
4.9.1. Definición
La fidelidad no es otra cosa que
la lealtad, la cumplida adhesión,
la observancia exacta de la fe que
uno debe a otro. Todo esto tiene
Inicio - 203
aplicación en grado máximo
tratándose de la fidelidad a la
gracia, que no es, en fin de
cuentas, más que la lealtad o
docilidad en seguir las
inspiraciones del Espíritu Santo
en cualquier forma que se nos
manifiesten. De varias maneras
se producen inspiraciones
Divinas. Los mismos pecadores
las reciben, impulsándoles a la
conversión; pero para el justo en
quien habita el Espíritu Santo, es
perfectamente connatural
recibirlas a cada momento. El
Espíritu Santo mediante ellas
ilumina nuestra mente para que
podamos ver lo que hay que
hacer y mueve nuestra voluntad
para que podamos y queramos
cumplirlo.
Inicio - 204
Nunca se insistirá demasiado
en la importancia y absoluta
necesidad de la fidelidad a la
gracia para avanzar en el camino
de la perfección sobrenatural. En
cierto sentido es éste el problema
fundamental de la vida cristiana,
ya que de esto depende el
progreso incesante hasta llegar a
la cumbre de la montaña de la
perfección.
La fidelidad a la gracia es,
pues, no solamente de gran
importancia, sino absolutamente
necesaria e indispensable para
progresar en los caminos de la
unión con Dios. El alma y su
director no deberán tener otra
obsesión que la de llegar a una
continua, amorosa y exquisita
fidelidad a la gracia.
Inicio - 205
La causa de que se llegue tan
tarde o no se llegue nunca a la
perfección es que no se sigue
nunca o casi nunca, al Espíritu
Santo, del que es propio
establecer, dirigir y enardecer.
4.9.2. Modo de Practicar la
Fidelidad
Vamos a examinar la parte de
Dios y la nuestra; la inspiración
del Espíritu Santo en sí misma y
nuestra respuesta a su amorosa
invitación:
La Inspiración del Espíritu Santo:
El hombre espiritual no se mueve
principalmente a realizar alguna
cosa por el movimiento de su
propia voluntad, sino por el
instinto del Espíritu Santo. Sin
que por eso se excluya que obre
también por su voluntad y libre
Inicio - 206
albedrío, porque ese mismo
movimiento de su voluntad y
libre albedrío lo causa el Espíritu
Santo, según aquello del apóstol
“Dios es el que obra en nosotros
el querer y el obrar según su
beneplácito”(Fil 2, 13).
Nuestra Respuesta: Tres cosas
son necesarias por parte nuestra:
a. Atención a las inspiraciones del
Espíritu Santo: Consideramos
con frecuencia que el Espíritu
Santo habita dentro de nosotros
mismos (1 Cor 6, 19). Si
hiciéramos el vacío de todas las
cosas de la tierra y nos
recogiéramos en silencio y paz en
nuestro propio interior, oiríamos,
sin duda, su dulce voz y las
insinuaciones de su amor. No se
trata de una gracia extraordina-
Inicio - 207
ria, sino del todo normal y
ordinaria en una vida cristiana
seriamente vivida.
¿Por qué no oímos su voz?
Por tres razones principales:
* Por nuestra habitual disipación:
Dios está dentro y nosotros
vivimos fuera. “El hombre
interior– dice Kempis– presto se
recoge, porque nunca se derrama
del todo a las cosas exteriores”.
Dios no se comunica en el ruido,
por el contrario, cuando observa
que alguno busca el silencio, Dios
se le acerca. Esto lo entusiasma.
Puede manifestarse, pues sabe
que el alma le oirá.
* Por nuestra sensualidad:
Somos todavía demasiado
carnales, y no estimamos ni
saboreamos más que las cosas
Inicio - 208
exteriores y agradables a los
sentidos y, como dice San pablo,
“el hombre animal no percibe las
cosas del Espíritu de Dios” (1 Cor
2, 14) Es absolutamente
indispensable el espíritu de
mortificación.
* Por nuestras aficiones
desordenadas: “Si alguno no
estuviere del todo libre de las
criaturas, no podrá libremente
tender a las cosas divinas. Por
eso se encuentran tan pocos
contemplativos porque pocos
aciertan a desprenderse total-
mente de las criaturas y de cosas
perecederas” (Kempis, III, 31).
El alma ha de estar siempre en
actitud de humilde expectación:
“Habla Señor, que tu siervo
escucha” (1 Sam 3, 10).
Inicio - 209
Uno de los grandes peligros
que corren los misioneros hoy en
día es el de absorberse en el uso
de la tecnología, lo que puede
convertirse en un distractor del
alma a las mociones del Espíritu
Santo.
b. Discernimiento: Es de gran
importancia en la vida espiritual
para saber qué espíritu nos
mueve en un momento
determinado. El demonio nunca
impulsa a la virtud y el Espíritu
Santo no impulsará a una monja
contemplativa a cuidar enfermos
en los hospitales; el demonio
alborota y llena de iniquidad; el
divino Espíritu causa violencia
pero esta es suave, apacible y
dulce. Todo es seguro en la
obediencia y todo es sospechoso
Inicio - 210
fuera de ella. El que dice que está
inspirado y se niega a obedecer a
los superiores y seguir su
parecer, es impostor.
c. Docilidad: Consiste en seguir la
inspiración de la gracia en el
mismo instante en que se
produzca, sin hacer esperar un
segundo al Espíritu Santo, Él
sabe mejor que nosotros que nos
conviene. El cardenal Mercier
estaba plenamente convencido
de la alta importancia de esta
fidelidad a las mociones del
Espíritu Santo en orden de
nuestra plena santificación: esta
sumisión al Espíritu Santo o
fidelidad a la gracia son el secreto
de la santidad (Royo Marín, págs.
721-727).

Inicio - 211
4.9.3. Enemigos de la Fidelidad
Es la fidelidad una joya
preciosa y escondida y de mucho
valor, pero el demonio envidioso
quiere perderla de las almas,
poniéndoles muchos obstáculos:
El cansancio, el fastidio, la agita-
ción, el orgullo y el amor propio.
Pero el alma prudente,
vigilante y ayudada por la gracia
de Dios ha de recurrir a las
defensas de esta virtud para
conservar su alma: La Eucaristía,
El silencio, el ocultamiento, el
sacrificio, el rezo diario del
Rosario y la lectura y meditación
de la Sagrada Escritura.
4.10 Celo Apostólico
Ser misionero es un don muy
grande. El misionero ha sido

Inicio - 212
llamado a ser apóstol, no
simplemente a hacer apostolado.
Y para responder a este
hermoso regalos tenemos que
ser, en primer lugar, sus
discípulos; pues debemos hacer
conciencia de qué se es discípulo
y misionero a la vez. El ser
discípulo habla de la vida de
unión con él, es decir, de la
oración.
Cada creyente, cada hombre y
mujer de fe, tiene la misión de
trabajar hasta el último día de su
vida por la extensión del Reino de
Cristo; fórmula ésta que, reduci-
da a su significación propia, sin
revestimiento de metáforas, nos
dice claramente que lo único que
debe importarnos en la vida es el
mantenernos en gracia y amistad
Inicio - 213
con Dios para, unidos a Jesucristo
en su obra de redención, darnos
sin reserva alguna a la obra de la
santificación y salvación de las
almas.
Son ellas, las almas, las que
han de constituir la ilusión y la
idea fija de nuestro apostolado; y
si nos tocara un campo de trabajo
donde las almas no aparecieran
por ningún lado, a nosotros nos
tocaría ir a buscarlas por medio
de la oración y el sacrificio,
convencidos de que cada uno de
nuestros actos, hechos con
intención apostólica, han de
obrar maravillas en orden a la
salvación de las almas.
4.10.1. El Celo Apostólico ayuda
al misionero a identificarse con
Cristo para salvar almas
Inicio - 214
El amor a Cristo lleva al
misionero a identificarse con él, y
con su amor ardiente por la
humanidad. Entonces se siente
contagiado por la urgencia y el
deseo apasionado de luchar
infatigable y ardientemente por
anunciar y extender el Reino por
todos los medios que le están al
alcance, hasta conseguir que
Jesucristo reine en el corazón de
los hombres y de las sociedades.
Un misionero con celo
apostólico, no se conforma con
cumplir medianamente las tareas
correspondientes a su cargo o
encomienda. Se convierte en
cambio en el apóstol que sirve de
guía a quienes les rodean, los
conoce, los convence, se entrega

Inicio - 215
por ellos y los contagia del deseo
de salvar almas.
El misionero, por el celo
apostólico, debe ser capaz de
hablar, como Cristo, en el campo
o en la ciudad, en una su trabajo,
en su estudio, en un viaje, en una
reunión familiar.
El misionero, por el celo
apostólico, pone a las personas
frente a frente con Cristo. Les
deja el uno al otro y desaparece
él. Lo único importante para él es
que Cristo sea anunciado,
conocido y amado.
El celo apostólico es la virtud
que el misionero va cultivando y
que le hace ver con claridad que
no se va por la vida apostólica
para cosechar triunfos persona-
les, ni para ser la figura principal.
Inicio - 216
El misionero asume con claridad,
que Cristo es la única figura.
El celo apostólico ayuda al
misionero bien dispuesto a ser
humilde, a vivir con rectitud de
intención, a rechazar los deseos
de vanidad y de vanagloria, etc.
Como un padre de familia que
cuida de los suyos, y da a cada
uno lo que necesita (Mt 13, 51-
52), no lo que a él le parece.
4.10.2. El Celo misionero hace
que Jesús sea el centro de la vida
del misionero que le impulsa a
salvar almas
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles.
¿De dónde sacaba, por ejemplo
Pablo esa fuerza que le impul-
saba? “Todo lo puedo en aquel
que me conforta” (Fil 4,13).
Inicio - 217
La tarea apostólica del misionero
difícilmente tendrá eficacia si no
está apoyada, centrada sólida-
mente, en una vida de continuo
trato con el Señor.
El misionero sigue e imita a
Jesús justamente como Maestro,
catequista de sus discípulos, que
les envía a su vez a transmitir el
Evangelio por todo el mundo: “Id
y haced discípulos a todas las
gentes” (Mt 28,19).
Este seguimiento e imitación
de la persona de Jesús y de su
ministerio constituye para el
misionero el modelo determi-
nante de toda su tarea.

Inicio - 218
4.10.3. El celo misionero
mantiene viva la conciencia de
vivir en estado de misión
haciendo a un lado los obstáculos
que impiden darse
Habrá momentos de cansancio,
fracaso y desánimo pero el celo
apostólico, si se cultiva, nunca
decaerá. Siempre resonará de
nuevo en su interior el grito del
apóstol: “Ay de mí, si no
predicara el Evangelio” (1 Cor
9,16), porque siempre tendrá
presente el mandato de Cristo:
“Vayan por todo el mundo y
proclamen la Buena Nueva a toda
la creación” (Mc 16,15).
* Se puede sentir cansancio
tedioso cuando no se renuevan
las fuerzas con la oración, la
Palabra, y el encuentro con los
Inicio - 219
hermanos. La fe, que brota de la
Palabra y de los sacramentos y
en ellos se expresa, y la
comunión de gracia y servicio con
los demás arrojarán fuera ese
peligro.
* Se puede caer en el desánimo
cuando el esfuerzo no es
reconocido, cuando no hay
alicientes o cuando produce un
efecto contrario, incluso adverso,
como sucede en los tiempos de
persecución. Con el testimonio de
los mártires y la purificación
continua de nuestras intenciones,
con la oración y la atención
continua a los signos de los tiem-
pos podemos superar ese peligro.
* La nostalgia nos puede atar a
lo que ya no podrá ser; nos
querrá amarrar al pasado para
Inicio - 220
que miremos con desconfianza el
presente y con miedo el futuro.
Puede hacer incluso que nos
declaremos derrotados antes de
emprender nada. Con el oído
atento a la voz de los profetas y
con la mirada abierta a las
promesas indeclinables de nues-
tro Señor, iremos entendiendo
que cada tiempo tiene su gracia
particular, y que, sin perder lo
que podamos aprender como
enseñanza, lo mejor de nuestra
vida siempre se escribe en clave
de futuro.
Escuchemos a la Madre María
Inés que nos dice: “Sí hijos,
misioneros con él, por él y en él.
Pero como él, con él y en él en
toda la extensión de la palabra:
en el sacrificio, en el dolor, en el
Inicio - 221
sufrimiento, hasta la muerte...
Pero también en la alegría, en
nuestra diaria Eucaristía, en
nuestra oración, en nuestra
adoración, en nuestro diario
apostolado, en cualquier clase de
trabajo, mientras dormimos y
mientras comemos, mientras
descansamos y mientras respira-
mos, mientras se consume
nuestra vida minuto a minuto y
en cada latido de nuestro corazón
Siempre hijos, siempre;
nuestro espíritu misionero debe
ser universal, debe abarcar todos
los pueblos, razas y naciones,
debe abarcar el mundo, no deben
existir fronteras de ninguna
especie” (Circulares, f. 5702).
El misionero debe introducir a
su propia familia y a las almas de
Inicio - 222
su apostolado en las diferentes
dimensiones de la Buena Nueva:
*Enseñando a escuchar la
Palabra viva de Dios, “la Palabra
del Reino” (Mt 13,19), para que
todos lleguen a ser realmente
“discípulos de Dios” (Jn 6,45)
explicándoles los misterios de ese
Reino.
*Haciendo ver a quienes le
rodean las consecuencias del
pecado de los hombres, sus
raíces profundas y la necesidad
que tienen de convertirse
radicalmente a Dios. Les enseña
también la Justicia nueva, cuyas
exigencias aparecen resumidas
en el Sermón de la Montaña (Mt
5,1-48).
*El misionero les enseña también
a orar (Lc 11,1-4) y a centrar sus
Inicio - 223
amores en Jesús Eucaristía bajo
la protección de María Santísima.
*Finalmente, comparte con
todos, en el testimonio de la vida
de cada día, su propia misión y
motiva para que los demás
creyentes que le rodean evange-
licen, contaminándolos del com-
promiso misionero (Mc3,14;Lc 10,1)
4.10.4. María de Nazareth, quien
se encaminó «Presurosa» a
cumplir su misión, nos alienta
con su celo apostólico a ser
disponibles.
Leer la cita bíblica Lc 1, 39-56.
Entre todos los misioneros
realizar una meditación sobre la
presteza de la Virgen María para
el servicio, como reflejo de su
profunda vida interior y celo
apostólico.
Inicio - 224
5. Santos Patronos del
Movimiento
5.1. Vocación a la Santidad
“Yo os he elegido a vosotros y os
he destinado para que vayáis y
deis fruto” (Jn 15,16).
Este texto nos habla de una
elección, una vocación, de un
llamado que hace el señor a su
pueblo, este llamado es “la
santidad” que no solamente
corresponde a quienes tienen una
vida consagrada o religiosa sino
además es un llamado hacia su
pueblo de fieles bautizados que
según sus posibilidades ejercen
una participación en la vida de la
iglesia.
Lazos de amor mariano busca
el cumplimiento de la voluntad de
Dios que se refleja en la santidad
Inicio - 225
(Palabras de Rodri) atendiendo a
este llamado a la santidad que es
a su vez la perfección de la
caridad y a la vocación de la
misión que nuestro señor hace a
su pueblo de fieles bautizados
que tiene como origen solo el
amor, toma como ejemplo la vida
de los santos quienes con su
entrega, sacrificios, celo
apostólico, vida interior, unión
con el amor que se manifiesta en
una vida de santidad muestran la
senda o el camino para llevar una
vida de servicio como laicos y
participes de la comunión de la
iglesia; para que como ellos
sembrando nuestra fidelidad en
la propia e inquebrantable
fidelidad de Dios permanezcamos
en el amor “Como el Padre me
Inicio - 226
amó, yo también os he amado a
vosotros; permaneced en mi
amor” (Jn 15,9).
“La llamada a la misión deriva
de por sí de la llamada a la
santidad... la vocación universal
a la santidad está estrechamente
unida a la vocación a la misión.
Todo fiel está llamado a la
santidad y a la misión”
(Redemptoris missio, 90).
El Concilio Vaticano II dedicó el
Capítulo V de la Lumen Gentium
a la “Vocación Universal a la
Santidad”
39. La Iglesia, cuyo misterio está
exponiendo el sagrado Concilio,
creemos que es indefectible-
mente santa. Pues Cristo, el Hijo
de Dios, quien con el Padre y el
Espíritu Santo es proclamado «el
Inicio - 227
único Santo», amó a la Iglesia
como a su esposa, entregándose
a Sí mismo por ella para
santificarla (cf. Ef 5,25-26), la
unió a Sí como su propio cuerpo
y la enriqueció con el don del
Espíritu Santo para gloria de
Dios. Por ello, en la Iglesia,
todos, lo mismo quienes
pertenecen a la Jerarquía que los
apacentados por ella, están
llamados a la santidad, según
aquello del Apóstol: «Porque ésta
es la voluntad de Dios, vuestra
santificación» (1 Ts 4, 3; Ef 1, 4).
Esta santidad de la Iglesia se
manifiesta y sin cesar debe
manifestarse en los frutos de
gracia que el Espíritu produce en
los fieles. Se expresa multiforme-
mente en cada uno de los que,
Inicio - 228
con edificación de los demás, se
acercan a la perfección de la
caridad en su propio género de
vida; de manera singular aparece
en la práctica de los comúnmente
llamados consejos evangélicos.
Esta práctica de los consejos,
que, por impulso del Espíritu
Santo, muchos cristianos han
abrazado tanto en privado como
en una condición o estado acep-
tado por la Iglesia, proporciona al
mundo y debe proporcionarle un
espléndido testimonio y ejemplo
de esa santidad.
40. El divino Maestro y Modelo de
toda perfección, el Señor Jesús,
predicó a todos y cada uno de sus
discípulos, cualquiera que fuese
su condición, la santidad de vida,
de la que Él es iniciador y
Inicio - 229
consumador: «Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro
Padre celestial es perfecto» (Mt
5, 48). Envió a todos el Espíritu
Santo para que los mueva
interiormente a amar a Dios con
todo el corazón, con toda el alma,
con toda la mente y con todas las
fuerzas (cf. Mt 12,30) y a amarse
mutuamente como Cristo les amó
(cf. Jn 13,34; 15,12).
Los seguidores de Cristo,
llamados por Dios no en razón de
sus obras, sino en virtud del
designio y gracia divinos y
justificados en el Señor Jesús,
han sido hechos por el bautismo,
sacramento de la fe, verdaderos
hijos de Dios y partícipes de la
divina naturaleza, y, por lo
mismo, realmente santos.
Inicio - 230
En consecuencia, es necesario
que con la ayuda de Dios
conserven y perfeccionen en su
vida la santificación que recibie-
ron. El Apóstol les amonesta a
vivir «como conviene a los
santos» (Ef 5, 3) y que como
«elegidos de Dios, santos y
amados, se revistan de entrañas
de misericordia, benignidad,
humildad, modestia, paciencia»
(Col 3, 12) y produzcan los frutos
del Espíritu para la santificación
(Ga 5, 22; Rm 6, 22). Pero como
todos caemos en muchas faltas
(cf. St 3,2), continuamente
necesitamos la misericordia de
Dios y todos los días debemos
orar: «Perdónanos nuestras
deudas» (Mt 6, 12).

Inicio - 231
Es, pues, completamente
claro que todos los fieles, de
cualquier estado o condición,
están llamados a la plenitud de la
vida cristiana y a la perfección de
la caridad, y esta santidad suscita
un nivel de vida más humano
incluso en la sociedad terrena.
En el logro de esta perfección
empeñen los fieles las fuerzas
recibidas según la medida de la
donación de Cristo, a fin de que,
siguiendo sus huellas y hechos
conformes a su imagen, obede-
ciendo en todo a la voluntad del
Padre, se entreguen con toda su
alma a la gloria de Dios y al
servicio del prójimo.
Así, la santidad del Pueblo de
Dios producirá abundantes
frutos, como brillantemente lo
Inicio - 232
demuestra la historia de la Iglesia
con la vida de tantos santos.
41. Una misma es la santidad
que cultivan, en los múltiples
géneros de vida y ocupaciones,
todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, y obedientes a la
voz del Padre, adorándole en
espíritu y verdad, siguen a Cristo
pobre, humilde y cargado con la
cruz, a fin de merecer ser hechos
partícipes de su gloria. Pero cada
uno debe caminar sin vacilación
por el camino de la fe viva, que
engendra la esperanza y obra por
la caridad, según los dones y
funciones que le son propios.
En primer lugar es necesario
que los Pastores de la grey de
Cristo, a imagen del sumo y
eterno Sacerdote, Pastor y
Inicio - 233
Obispo de nuestras almas,
desempeñen su ministerio
santamente y con entusiasmo,
humildemente y con fortaleza.
Así cumplido, ese ministerio será
también para ellos un magnífico
medio de santificación. Los
elegidos para la plenitud del
sacerdocio son dotados de la
gracia sacramental, con la que,
orando, ofreciendo el sacrificio y
predicando, por medio de todo
tipo de preocupación episcopal y
de servicio, puedan cumplir
perfectamente el cargo de la
caridad pastoral. No teman
entregar su vida por las ovejas,
y, hechos modelo para la grey (1
P 5,3), estimulen a la Iglesia, con
su ejemplo, a una santidad cada
día mayor.
Inicio - 234
Los presbíteros, a semejanza
del orden de los Obispos, cuya
corona espiritual forman al
participar de su gracia ministerial
por Cristo, eterno y único
Mediador, crezcan en el amor de
Dios y del prójimo por el diario
desempeño de su oficio.
Conserven el vínculo de la
comunión sacerdotal, abunden
en todo bien espiritual y sean
para todos un vivo testimonio de
Dios, émulos de aquellos
sacerdotes que en el decurso de
los siglos, con frecuencia en un
servicio humilde y oculto, dejaron
un preclaro ejemplo de santidad,
cuya alabanza se difunde en la
Iglesia de Dios. Mientras oran y
ofrecen el sacrificio, como es su
deber, por los propios fieles y por
Inicio - 235
todo el Pueblo de Dios, sean
conscientes de lo que hacen e
imiten lo que traen entre manos;
las preocupaciones apostólicas,
los peligros y contratiempos, no
sólo no les sean un obstáculo,
antes bien asciendan por ellos a
una más alta santidad,
alimentando y fomentando su
acción en la abundancia de la
contemplación para consuelo de
toda la Iglesia de Dios. Todos los
presbíteros y en especial aquellos
que por el peculiar título de su
ordenación son llamados
sacerdotes diocesanos, tengan
presente cuánto favorece a su
santificación la fiel unión y
generosa cooperación con su
propio Obispo.

Inicio - 236
También son partícipes de la
misión y gracia del supremo
Sacerdote, de un modo
particular, los ministros de orden
inferior. Ante todo, los diáconos,
quienes, sirviendo a los misterios
de Cristo y de la Iglesia deben
conservarse inmunes de todo
vicio, agradar a Dios y hacer
acopio de todo bien ante los
hombres (1 Tm 3,8-10 y 12-13).
Los clérigos, que, llamados
por el Señor y destinados a su
servicio, se preparan, bajo la
vigilancia de los Pastores, para
los deberes del ministerio, están
obligados a ir adaptando su
mentalidad y sus corazones a tan
excelsa elección: asiduos en la
oración, fervorosos en el amor,
preocupados de continuo por
Inicio - 237
todo lo que es verdadero, justo y
decoroso, realizando todo para
gloria y honor de Dios. A los
cuales se añaden aquellos laicos
elegidos por Dios que son
llamados por el Obispo para que
se entreguen por completo a las
tareas apostólicas, y trabajan en
el campo del Señor con fruto
abundante.
Los esposos y padres
cristianos, siguiendo su propio
camino, mediante la fidelidad en
el amor, deben sostenerse
mutuamente en la gracia a lo
largo de toda la vida e inculcar la
doctrina cristiana y las virtudes
evangélicas a los hijos amorosa-
mente recibidos de Dios. De esta
manera ofrecen a todos el
ejemplo de un incansable y
Inicio - 238
generoso amor, contribuyen al
establecimiento de la fraternidad
en la caridad y se constituyen en
testigos y colaboradores de la
fecundidad de la madre Iglesia,
como símbolo y participación de
aquel amor con que Cristo amó a
su Esposa y se entregó a Sí
mismo por ella. Ejemplo parecido
lo proporcionan, de otro modo,
quienes viven en estado de
viudez o de celibato, los cuales
también pueden contribuir no
poco a la santidad y a la actividad
de la Iglesia.
Aquellos que están dedicados
a trabajos muchas veces fatigo-
sos deben encontrar en esas
ocupaciones humanas su propio
perfeccionamiento, el medio de
ayudar a sus conciudadanos y de
Inicio - 239
contribuir a elevar el nivel de la
sociedad entera y de la creación.
Pero también es necesario que
imiten en su activa caridad a
Cristo, cuyas manos se ejercita-
ron en los trabajos manuales y
que continúan trabajando en
unión con el Padre para la
salvación de todos. Gozosos en la
esperanza, ayudándose unos a
otros a llevar sus cargas,
asciendan mediante su mismo
trabajo diario, a una más alta
santidad, incluso con proyección
apostólica.
Sepan también que están
especialmente unidos a Cristo,
paciente por la salvación del
mundo, aquellos que se encuen-
tran oprimidos por la pobreza, la
enfermedad, los achaques y
Inicio - 240
otros muchos sufrimientos, o los
que padecen persecución por la
justicia. A ellos el Señor, en el
Evangelio, les proclamó biena-
venturados, y «el Dios de toda
gracia, que nos llamó a su eterna
gloria en Cristo Jesús, después de
un breve padecer, los perfec-
cionará y afirmará, los fortale-
cerá y consolidará» (1 P 5, 10).
Por tanto, todos los fieles
cristianos, en las condiciones,
ocupaciones o circunstancias de
su vida, y a través de todo eso,
se santificarán más cada día si lo
aceptan todo con fe de la mano
del Padre celestial y colaboran
con la voluntad divina, haciendo
manifiesta a todos, incluso en su
dedicación a las tareas

Inicio - 241
temporales, la caridad con que
Dios amó al mundo.
42. «Dios es caridad, y el que
permanece en la caridad
permanece en Dios y Dios en él»
(1 Jn4, 16). Y Dios difundió su
caridad en nuestros corazones
por el Espíritu Santo, que se nos
ha dado (cf. Rm 5, 5).
Por consiguiente, el primero y
más imprescindible don es la
caridad, con la que amamos a
Dios sobre todas las cosas y al
prójimo por El. Pero, a fin de que
la caridad crezca en el alma como
una buena semilla y fructifique,
todo fiel debe escuchar de buena
gana la palabra de Dios y poner
por obra su voluntad con la ayuda
de la gracia Participar frecuente-
mente en los sacramentos, sobre
Inicio - 242
todo en la Eucaristía, y en las
funciones sagradas.
Aplicarse asiduamente a la
oración, a la abnegación de sí
mismo, al solícito servicio de los
hermanos y al ejercicio de todas
las virtudes. Pues la caridad,
como vínculo de perfección y
plenitud de la ley (cf. Col 3, 14;
Rm 3, 10), rige todos los medios
de santificación, los informa y los
conduce a su fin. De ahí que la
caridad para con Dios y para con
el prójimo sea el signo distintivo
del verdadero discípulo de Cristo.
Dado que Jesús, el Hijo de
Dios, manifestó su amor entre-
gando su vida por nosotros, nadie
tiene mayor amor que el que
entrega su vida por El y por sus
hermanos (1 Jn 3,16; Jn 15,13).
Inicio - 243
Pues bien: algunos cristianos,
ya desde los primeros tiempos,
fueron llamados, y seguirán
siéndolo siempre, a dar este
supremo testimonio de amor
ante todos, especialmente ante
los perseguidores. Por tanto, el
martirio, en el que el discípulo se
asemeja al Maestro, que aceptó
libremente la muerte por la
salvación del mundo, y se
conforma a Él en la efusión de su
sangre, es estimado por la Iglesia
como un don eximio y la suprema
prueba de amor, Y, si es don
concedido a pocos, sin embargo,
todos deben estar prestos a
confesar a Cristo delante de los
hombres y a seguirle, por el
camino de la cruz, en medio de

Inicio - 244
las persecuciones que nunca
faltan a la Iglesia.
La santidad de la Iglesia
también se fomenta de una
manera especial con los múltiples
consejos que el Señor propone en
el Evangelio para que los
observen sus discípulos. Entre
ellos destaca el precioso don de
la divina gracia, concedido a
algunos por el Padre (Mt 19, 11;
1 Co 7, 7) para que se consagren
a solo Dios con un corazón que en
la virginidad o en el celibato se
mantiene más fácilmente indiviso
(1 Co 7, 32-34). Esta perfecta
continencia por el reino de los
cielos siempre ha sido tenida en
la más alta estima por la Iglesia,
como señal y estímulo de la
caridad y como un manantial
Inicio - 245
extraordinario de espiritual
fecundidad en el mundo.
La Iglesia medita la
advertencia del Apóstol, quien,
estimulando a los fieles a la
caridad, les exhorta a que tengan
en sí los mismos sentimientos
que tuvo Cristo, el cual «se
anonadó a sí mismo tomando la
forma de esclavo..., hecho
obediente hasta la muerte» (Flp
2, 7-8), y por nosotros «se hizo
pobre, siendo rico» (2 Co 8, 9). Y
como es necesario que los
discípulos den siempre testimo-
nio de esta caridad y humildad de
Cristo imitándola, la madre
Iglesia goza de que en su seno se
hallen muchos varones v mujeres
que siguen más de cerca el
anonadamiento del Salvador y
Inicio - 246
dan un testimonio más evidente
de él al abrazar la pobreza en la
libertad de los hijos de Dios y al
renunciar a su propia voluntad. A
saber: aquellos que, en materia
de perfección, se someten a un
hombre por Dios más allá de lo
mandado, a fin de hacerse más
plenamente conformes a Cristo
obediente.
Quedan, pues, invitados y aun
obligados todos los fieles
cristianos a buscar insistente-
mente la santidad y la perfección
dentro del propio estado. Estén
todos atentos a encauzar
rectamente sus afectos, no sea
que el uso de las cosas del mundo
y un apego a las riquezas
contrario al espíritu de pobreza
evangélica les impida la
Inicio - 247
prosecución de la caridad
perfecta. Acordándose de la
advertencia del Apóstol: Los que
usan de este mundo no se
detengan en eso, porque los
atractivos de este mundo pasan
(1 Co 7, 31 gr.).

5.2 San José


Padre Putativo de Jesús y Esposo
de la Santísima Virgen María.
5.2.1. Datos Biográficos
* Nació en Judea hacia los
cuarenta o cincuenta años antes
del nacimiento de Cristo. No se
sabe con certeza el lugar de su
nacimiento; pero es probable que
fuese Nazaret, pequeña
población de Galilea.
* Era de la tribu de Judá, y
descendiente de la familia real
Inicio - 248
que había reinado desde David
hasta la cautividad de Babilonia.
San Teófilo, San Crisóstomo, y la
predica de Gerson ante el concilio
de Basilea declaran que si
Jeremías fue Santificado para ser
figura de Cristo en el vientre de
su madre y el Bautista fue
Santificado a los 6 meses de
gestación para ser su precursor
como no iba a serlo el destinado
a ser Padre adoptivo de Jesús y
esposo de la Madre de Dios.
* Nació rey de derecho, heredero
de los reyes de Israel, pero vivió
pobre de los bienes del mundo
para adornar su corazón con la
plenitud de los dones del Espíritu
Santo y el exterior la eminente
dignidad de los pobres como el
mismo Jesucristo.
Inicio - 249
* Algunos autores opinan que
más o menos a los tres años de
edad fue ilustrado con ciencia
infusa; otros dicen que a los siete
años fue adornado y enriquecido
con todas las ciencias divinas y
humanas; según San Agustín,
fue eminente teólogo; San
Crisóstomo dice que penetró los
misterios de la Biblia; Santo
Tomás opina que poseyó
perfectamente las ciencia.
5.2.2. San José y la Santísima
Virgen: Amor Virginal y Conyugal
* El Evangelio lo llama el JUSTO,
fue elegido para guardar y
proteger a María, para unirse
estrechamente a Ella, se requería
un alma digna a Ella: Purísimo en
virginidad, profundísima

Inicio - 250
humildad, ardientísima caridad,
altísima contemplación.
* La Mujer más Santa es para el
hombre más Santo. ¿Qué se
puede decir de San José?
* El amor virginal que lo hace
fecundo a la Paternidad divina y
el amor conyugal que lo eleva a
la paternidad Eclesial: Patrono de
la Iglesia.
* Mateo 1, 19-20.24
* Santo Tomas de Aquino, San
Francisco de Sales, San Hilario
dicen que San José “conoció el
misterio de la Encarnación por un
rayo de divinidad que brillaba en
María tan presto como hubo
concebido al hijo de Dios”. Por lo
que sintiéndose indigno de ser el
esposo de la Madre de Dios
decidió marcharse en secreto.
Inicio - 251
Hasta que un ángel se le aparece
en sueños y le dice que no tema
tener a María como esposa.
Si Santa Isabel (Lc 1, 42) pudo
conocer el misterio de la
Encarnación como no José, quien
está lleno de la plenitud de los
dones del Espíritu Santo.
5.2.3. San José: Padre adoptivo
de Jesús
* Primer Adorador después de
María, de Jesús recién nacido:
San José preparó el pesebre para
su Esposa y su Dios, como
prepara a las almas para que
reciban a María y nazca Jesús. El
dolor que experimenta San José
al ver nacer el niño Jesús en la
pobreza, y la pobreza de las
almas, oscurecidas por el pecado
que rechazan a su Niño amado.
Inicio - 252
* Conocedor y protector de la
misión de Jesús y de María en la
historia de la Salvación: El dolor
de San José por la profecía de
Simeón, al predecir los
sufrimientos de Jesús y María.
Pero a la vez la alegría por la
predicción de la salvación y
gloriosa resurrección de
innumerables almas.
* Peregrino de la Fe, Abandono
en las manos del Altísimo y
trabajador por el reino de los
cielos: Mateo 2:13 «Levántate,
toma contigo al niño y a su madre
y huye a Egipto; y estate allí
hasta que yo te diga. Porque
Herodes va a buscar al niño para
matarle.»
* San José experimento la
angustia de perder a Jesús y el
Inicio - 253
dolor por el sufrimiento de María.
Así sufre nuestro Santo con cada
alma que pierde a Jesús. Después
de tres días experimento la
alegría de ver como en el templo
se encuentra la Sabiduría
encarnada.
* Murió antes del comienzo de la
vida pública de Jesús ya que no
estaba presente en las bodas de
Canaá ni se habla más de él.
5.2.4. Pensamientos de los
Santos sobre San José
* San Pedro Crisólogo: "José fue
un hombre perfecto, que posee
todo género de virtudes" El
nombre de José en hebreo
significa "el que va en aumento.
"Y así se desarrollaba el carácter
de José, crecía "de virtud en

Inicio - 254
virtud" hasta llegar a una excelsa
santidad.
* San Bernardino de Siena "...
siendo María la dispensadora de
las gracias que Dios concede a los
hombres, ¿con cuánta profusión
no es de creer que enriqueciese
de ella a su esposo San José, a
quién tanto amaba, y del que era
respectivamente amada?" Y así,
José crecía en virtud y en amor
para su esposa y su Hijo, a quién
cargaba en brazos en los
principios, luego enseñó su oficio
y con quién convivió durante
treinta años.
* San José es llamado el "Santo
del silencio" No conocemos
palabras expresadas por él, tan
solo conocemos sus obras, sus
actos de fe, amor y de protección
Inicio - 255
como padre responsable del
bienestar de su amadísima
esposa y de su excepcional Hijo.
José fue "santo" desde antes de
los desposorios. Un "escogido" de
Dios. Desde el principio recibió la
gracia de discernir los mandatos
del Señor.
* Ejemplo de humildad en la vida
escondida de su sagrada familia y
su taller de carpintería.
* Patrono de la Vida Interior
* Terror del infierno
* Patrono de la buena muerte
* Primer y más fiel consagrado a
Jesús por María
5.2.5. Porque es Modelo para
nuestra comunidad
* Por su humildad y confianza en
Dios
* Por su amor a Jesús y María
Inicio - 256
* Porque nos enseña a
santificarnos por medio del
trabajo y de la vida ordinaria.
* Por su vida interior
* Porque es modelo de pureza

5.3 San Juan Bautista


“Una voz grita en el desierto:
preparen un camino al señor;
hagan sus senderos rectos.”
5.3.1. Datos Biográficos
* San Juan Bautista fue el
precursor del Mesías, por tanto,
es el último profeta.
* Se celebra su martirio el 29 de
agosto y su natividad el 24 de
junio, se conmemora también el
día de su nacimiento por ser
quien precede la llegada del
Salvador.

Inicio - 257
* Sus padres: San Zacarías
(Sacerdote Judío) y Santa Isabel
(Prima de la Virgen María), “eran
personas que se esmeraban en
practicar las leyes del Señor. No
tenían hijos, pues Isabel era
estéril y ambos eran muy
ancianos” (Lc 1,6-7).
* Estaba Zacarías en el Templo y
se le apareció el ángel San
Gabriel. Al verlo se asustó, pero
el ángel le dijo: “No temas”. Le
anunció que vería al Mesías y que
además su esposa tendría un hijo
quien sería su precursor y desde
el vientre sería santificado; que
no bebería vino ni licor. Zacarías
dudó, ante lo cual el ángel le dijo
que quedaría mudo y solo
hablaría hasta que esto se
cumpliera (Lc 1,13-20).
Inicio - 258
* Cuando Santa Isabel se
encontraba ya en el sexto mes, la
Santísima Virgen María fue a
visitarla y en cuanto Isabel
escuchó su saludo, el niño dio
saltos en su vientre y desde allí
fue lleno del Espíritu Santo por el
saludo de la Madre de Dios (Lc
1,39-41).
5.3.1.1. Su Niñez
Juan nació seis meses antes que
Jesús. Aquel día sus vecinos y
parientes se alegraron con ellos
por la Misericordia tan grande de
Dios. Al octavo día fue llevado al
templo para la circuncisión. Al
llamarlo “Juan”, todos se
sorprendieron, pero el mismo
Zacarías su padre lo confirmó, y
en ese mismo instante recuperó
su voz, y lleno del Espíritu Santo
Inicio - 259
exclamó su cántico de alabanza a
Dios. (Lc 1, 68-79).
Todos en la región de Judea se
preguntaban “¿Qué va a ser de
este niño?”. Y todos comprendían
que la mano del Señor estaba con
él. A medida que crecía, le venía
la fuerza del Espíritu Santo.
5.3.1.2 Su Vida y su mensaje
Su vida fue en verdadera
austeridad y penitencia: vestía
con piel de camello, llevaba un
cinturón de cuero y se
alimentaba de langostas y miel
silvestre. Su voz truena en las
márgenes del Río Jordán, habla
con libertad a los pobres y a los
poderosos invitando a reconocer
los pecados, a la Caridad, a la
Humildad, a la Rectitud de
corazón, a un Cambio de vida.
Inicio - 260
5.3.1.3 Su Predicación
Empezó a predicar en el desierto
y a bautizar a cuantos acudían a
él en el Río Jordán.
Predicaba con fuerza, radicalidad
y ardor en su corazón diciendo
que los hombres tenían que
cambiar de vida para poder
entrar en el Reino. Sin Temor,
Sin Vergüenza, Sin Respetos
Humanos se dirigía a fariseos,
saduceos, cobradores de
impuestos, soldados… A todo el
pueblo y las muchedumbres, y
con Sinceridad y Verdad les
exhortaba al cambio de vida, Les
decía a viva voz: “Raza de
víboras, ¿cómo piensan que
escaparán del castigo que se
acerca?, produzcan los frutos
de una verdadera conversión.
Inicio - 261
El hacha está junto al árbol, y
aquel que no dé buen fruto será
cortado” (Mt 3,8-10)
5.3.1.4 El encuentro que su
Salvador: Juan bautiza a Jesús
Jesús se acerca a Juan para que
lo bautice. Él quiso negarse
diciéndole: ¿Vienes Tú a mí?, Soy
yo quien necesita ser bautizado
por ti. Jesús le dice que es así
como conviene hacerse. Juan
acepta y tiene el privilegio de
sumergir al Salvador en este
bautismo de conversión que no le
era necesario. En ese instante se
abren los Cielos, Juan ve al
Espíritu Santo que se posa sobre
Jesús y escucha al Padre: “Éste
es mi Hijo amado en quien me
complazco”. (Mt 3, 13-17). Y es
así como Juan declara que Jesús
Inicio - 262
es el Elegido de Dios, y El Cordero
de Dios que quita el pecado del
mundo (Jn 1,34. 1,29).
5.3.1.5 Jesús habla de Juan
En Juan se cumple la promesa
evangélica de Mateo 23, 12:
“El que se ensalza, será
humillado, y el que se humilla,
será enaltecido.”
Jesús habló de Juan a la gente
diciendo: “Es más que un Profeta
(…) De entre los hijos de mujer
no ha nacido uno más grande que
él, sin embargo, el más pequeño
en el Reino de los Cielos es mayor
que él (…) Si aceptan su
mensaje: Juan es este Elías que
había de venir” (Mt 11, 9-14)
5.3.1.6 Su muerte
Murió por amor a la verdad.
De la misma manera que
Inicio - 263
estamos llamados a morir todos
los discípulos de Jesús.
Herodes ordenó detener a
Juan, lo encarcelaron y encade-
naron. Esto fue a causa de
Herodías la esposa de su
hermano. Juan le decía: “No te es
lícito tener a Herodías la mujer de
tu hermano”. Ella odiaba a Juan
por esto y en el cumpleaños del
Rey, éste muy agradado por el
baile de la hija de Herodías le
prometió lo que le pidiera. Ella
aconsejada por su madre pidió la
cabeza de Juan en una bandeja.
El Rey se entristeció mucho,
porque le agradaba el mensaje
de Juan, pero pudieron más los
respetos humanos, y así lo hizo.
(Mt 14,3-12).

Inicio - 264
5.3.2. Porqué es modelo para
nuestra comunidad
* Fue dócil al Espíritu Santo
haciendo siempre la voluntad de
Dios. Como misioneros debemos
dejarnos conducir por el Espíritu
Santo para siempre hacer la
Voluntad de Dios.
* Fue quien preparo la venida del
Señor, de la misma manera como
misioneros de LAM, nosotros
debemos llevar a las almas a
preparar sus corazones para ese
momento de la segunda venida
de nuestro Señor.
* Es un gran ejemplo por su
radicalidad y valor para defender
la verdad y sostenerla hasta el
final, aunque le cueste la vida,
como otros santos, nos enseña a
morir, antes que pecar.
Inicio - 265
* Es un modelo en la vida
ascética, por sus ayunos,
mortificaciones y sacrificios, nos
lleva a ver la comodidad
exagerada en la que vivimos
recordando la importancia de la
austeridad para tener una vida
espiritual más fructífera
* En su llamado contundente a la
conversón y en la radicalidad al
predicar el evangelio, sin temor y
sin respetos humanos. Es funda-
mental para nuestra comunidad
su espíritu de Predicación, Él
predicaba con demasiada fuerza
la venida del Reino de los Cielos
señalando a Jesús como el Mesías
* Es gran ejemplo de amor a la
verdad.
* Nos enseña también la
humildad, porque, aunque todo
Inicio - 266
el pueblo lo consideraba como el
que había de venir, él nunca
permitió que el veneno de la
soberbia entrara en su corazón,
sino que se consideraba siempre
indigno ante su Señor:
“Detrás de mí viene uno con más
poder que yo. Yo no soy digno de
desatarle la correa de sus
sandalias. Yo los he bautizado
con agua, pero Él los bautizará en
el Espíritu Santo” (Mc 1,7-8).
Cuando sus discípulos le dijeron
que Jesús estaba bautizando y
muchos le seguían, Él respondió:
“Nadie puede atribuirse más de lo
que el cielo le quiera dar… Es
necesario que él crezca y yo
disminuya”. (Jn7, 27-30)

Inicio - 267
5.4 San Luis Grigñon de Montfort
5.4.1. Datos Biográficos
* Nació en Montfort, Francia el 31
de enero de 1673 y murió a los
43 años el 1716.
* Su Fiesta es el 28 de abril.
* Es el mayor de 8 hijos.
* Fundador de los padres
Monfortianos y de las Hermanas
de la Sabiduría.
5.4.1.1 Su Niñez
Desde niño tenía una gran
devoción a la Eucaristía y a la
Virgen María. Frecuentemente lo
encontraban rezando por largo
rato frente a una imagen de la
Virgen.
Su padre, Jean Grigñon, tenía
la fama de ser uno de los
hombres más coléricos en toda la
región de Rennes. Y como Luis
Inicio - 268
era el hijo mayor, era quien
sentía más el peso de la furia.
Luis tenía un temperamento tan
fuerte como el de su papá, lo cual
le hacía aún más difícil soportar
aquellas pruebas. Para evitar un
enfrentamiento con su papá,
salía corriendo. Debido a esto
aprendió a morir a sí mismo, a
ser paciente, dulce y crecer en
virtud. Su papá, fue un medio
para entrar en la lucha por la
santidad.
5.4.1.2 El Llamado
En 1693, a los 20 años, siente el
llamado de consagrar su vida a
Dios a través del Sacerdocio.
“San Luis se decidió caminar
los 300 kilómetros hacia el
seminario en París. Durante su
camino, se encuentra con dos
Inicio - 269
pobres en distintos momentos. Al
primero le da todo el dinero que
su padre le había entregado,
quedándose con nada. Al
segundo, no teniendo ya más
dinero que darle, le entrega su
único traje, regalo de su mama,
cambiándolo por los trapos del
pobre. De esta manera, San Luis
marca lo que ha de ser su vida
desde ese momento en adelante.
Ya no se limitará a servir a los
pobres, pues es ya uno de ellos.
Hace entonces un voto de vivir de
limosnas”.
Su tiempo en el seminario
estuvo lleno de grandes pruebas.
San Luis era poco comprendido
por los demás. Lo trataban de
fanático. Sus superiores,
pensando que toda su vida
Inicio - 270
estaba movida más bien por el
orgullo que por el celo de Dios, lo
mortificaban día y noche, Lo
humillaban y lo insultaban en
frente de todos.
El 5 de junio de 1700, San
Luis, de 27 años, fue ordenado
sacerdote. Escogió como lema de
su vida sacerdotal: ser esclavo de
María.
San Luis estaba ansioso de poder
empezar sus obras apostólicas.
Sin embargo, sus superiores le
negaron sus facultades de ejercer
como sacerdote no podía confe-
sar ni predicar y lo mantuvieron
un largo rato en el seminario
haciendo varios oficios menores.
En el año 1706, decide
recurrir al Santo Padre, el Papa
Clemente XI.
Inicio - 271
Quería saber si en verdad estaba
errado como todos decían o si
cumplía la voluntad de Dios, lo
cual era su único deseo. A pie y
de limosna se fue hasta Roma,
pidiendo a Dios la eficacia de la
palabra, y la obtuvo de tal
manera que al oír sus sermones
se convertían hasta los más
endurecidos pecadores. El Papa
Clemente XI lo recibió muy
amablemente y le concedió el
título de "Misionero Apostólico",
con permiso de predicar por
todas partes.
5.4.2. Anécdotas del Santo
* Se fue en peregrinación al
Santuario de la Virgen en
Chartres. Y al llegar allí
permaneció ocho horas seguidas
rezando de rodillas, sin moverse.
Inicio - 272
¿Cómo podía pasar tanto tiempo
rezando así de inmóvil? Es que él
no iba como algunos de nosotros
a rezar como un mendigo que
pide que se le atienda rapidito
para poder alejarse. Él iba a
charlas con sus dos grandes
amigos, Jesús y María. Y con ellos
las horas parecen minutos.
* Llegaba a los sitios más
impensados y preguntaba a las
gentes: "¿Aman a Nuestro
Señor? ¿Y por qué no lo aman
más? ¿Ofenden al buen Dios? ¿Y
por qué ofenderlo si es tan santo?
* Antes de ir a regiones
peligrosas o a sitios donde mucho
se pecaba, rezaba con fervor a la
Santísima Virgen, y adelante que
"donde la Madre de Dios llega, no
hay diablo que se resista".
Inicio - 273
* Era todo fuego para predicar.
Donde Montfort llegaba, el
pecado tenía que salir corriendo.
* Repetía constantemente: "A
quien Dios quiere hacer muy
santo, lo hace muy devoto de la
Virgen María".
5.4.3. La Consagración a Jesús
por María
Toda la vida de San Luis fue
centrada sobre un deseo: La
adquisición de la Sabiduría
Eterna que es Jesucristo, Hijo de
Dios e Hijo de María. Por lo tanto,
optó por una condición radical de
vida formulada como "La santa
esclavitud" o la esclavitud
voluntaria de amor a la Virgen
Santísima para llevarnos a la de
Cristo. A ella le entregamos
cuerpo y alma para que haga con
Inicio - 274
nosotros lo que quiera pues todo
lo que ella quiere es de Dios. La
Virgen, Gestora de Cristo, pasa a
ser la que dispone de nosotros.
La consagración es una vía de
perfección y unión, de ascética
radical y de misticismo dentro del
corazón de María Santísima.
Enseña que el alma abandonada
en las manos de la Madre es
unida a la obediencia del Hijo.
Esta entrega es total cuando el
alma se separa de todo apego
terrenal y así es reengendrada en
el seno de María donde se
encarnó Jesús. Llega a ser así
perfecta imagen de Dios quien
escogió ser obediente hasta la
Cruz.
San Luis no ve en María una
simple devoción piadosa y
Inicio - 275
sentimental, sino una devoción
fundada en teología sólida, la
cual proviene del misterio
inefable de lo que Dios ha optado
realizar por su mediación y por su
perfecta docilidad a esa obra.
5.4.4. Algunos de sus Escritos
* El tratado de la Verdadera
Devoción a la Santísima Virgen
* El Secreto de la Virgen
* El Secreto del Santo Rosario
* A los amigos de la Cruz
5.4.5. Porque es modelo para
nuestra comunidad
* San Luis nos enseña que el
camino más fácil para alcanzar la
perfección es María. Y nos enseña
cómo debe ser la verdadera
devoción a la Santísima Virgen
María.

Inicio - 276
* Nos muestra un camino de
esclavitud voluntaria por amor a
Nuestro Señor Jesucristo por
medio de su Santa Madre y Madre
Nuestra.
* Su amor por la Eucaristía, por
llegar a la perfecta unión con
Jesucristo, le hace amar a la
Sabiduría manifestada en la
Cruz. Por lo que todos los
misioneros de LAM deben
aprender con este santo a amar
la Cruz único camino para la
Gloria.
* Los misioneros de lazos
buscando vivir la consagración a
Jesús por María deben ser como
aquellos servidores que el Santo
describió:
“Serán fuego encendido,
ministros del Señor que
Inicio - 277
prenderán por todas partes el
fuego del amor divino. Serán
flechas agudas en la mano
poderosa de María para atravesar
a sus enemigos: como saetas en
manos de un guerrero. Serán
hijos de Leví, bien purificados por
el fuego de grandes tribulaciones
y muy unidos a Dios. Llevarán en
el corazón el oro del amor, el
incienso de la oración en el
espíritu, y en el cuerpo, la mirra
de la mortificación. Serán en
todas partes el buen olor de
Jesucristo para los pobres y
sencillos; pero para los grandes,
los ricos y mundanos orgullosos
serán olor de muerte. Serán
nubes tronantes y volantes, en el
espacio, al menor soplo del
Espíritu Santo.
Inicio - 278
Sin apegarse, ni asustarse, ni
inquietarse por nada, derrama-
rán la lluvia de la palabra de Dios
y de la vida eterna, tronarán
contra el pecado, lanzarán rayos
contra el mundo, descargarán
golpes contra el demonio y sus
secuaces, y con la espada de dos
filos de la palabra de Dios
traspasarán a todos aquellos a
quienes sean enviados de parte
del Altísimo.
Serán los apóstoles auténticos
de los últimos tiempos. A quienes
el Señor de los ejércitos dará la
palabra y la fuerza necesarias
para realizar maravillas y ganar
gloriosos despojos sobre sus
enemigos. Dormirán sin oro ni
plata y lo que más cuenta sin
preocupaciones en medio de los
Inicio - 279
demás sacerdotes, eclesiásticos y
clérigos. Tendrán sin embargo,
las alas plateadas de la paloma,
para volar con la pura intención
de la gloria de Dios y de la
salvación de los hombres adonde
los llame el Espíritu Santo. Y solo
dejarán en pos de sí, en los
lugares en donde prediquen, el
oro de la caridad, que es
cumplimiento de toda ley.
Por último, sabemos que
serán verdaderos discípulos de
Jesucristo. Caminarán sobre las
huellas de su pobreza, humildad,
desprecio de lo mundano y
caridad evangélica, y enseñarán
la senda estrecha de Dios en la
pura verdad, conforme el Santo
Evangelio y no a los códigos
mundanos, sin inquietarse por
Inicio - 280
nada ni hacer acepción de
personas; sin perdonar, ni
escuchar, ni temer a ningún
mortal por poderoso que sea.
Llevarán en la boca la espada
de dos filos de la palabra de Dios;
sobre sus hombros, el estandarte
ensangrentado de la cruz; en la
mano derecha el crucifijo; el
rosario en la izquierda; los
sagrados nombres de Jesús y de
María en el corazón, y en toda su
conducta la modestia y
mortificación de Jesucristo.
Tales serán los grandes
hombres que vendrán y a
quienes María formará por orden
del Altísimo para extender su
imperio sobre el de los impíos,
idólatras y mahometanos. Pero
¿cuándo y cómo sucederá esto?
Inicio - 281
¡Solo Dios sabe! A nosotros toca
callar, orar, suspirar y esperar:
Yo esperaba con ansia al Señor”.
(Tratado de la Verdadera
Devoción, 56-58)

5.5 San Felipe Neri


5.5.1. Datos Biográficos
* Felipe Neri, El Apóstol de Roma.
Recibió de Dios los dones de la
Alegría, amabilidad, pureza,
obrar milagros.
* Nació en Florencia, Italia, el 22
de julio de 1515 y murió el 26 de
mayo de 1595.
* Fundador de la Congregación
del Oratorio. Esta congregación
fue aprobada por el Papa en 1575
y ayudada por San Carlos
Borromeo.
* Patrón de Educadores.
Inicio - 282
* Canonizado por Gregorio XV en
1622.
* Su fiesta se celebra el 26 de
Mayo.
5.5.1.1 Su Familia
Hijo de Francesco y Lucrecia Neri,
quienes tuvieron cuatro hijos.
Felipe Neri era el mayor y le
seguían dos hermanas menores,
Caterina y Elisabetta y un
hermano que murió siendo aún
muy niño. Su madre murió
cuando él era solo un pequeño.
5.5.1.2 Su Infancia y Llamado
Desde pequeño demostraba tal
alegría y tan grande bondad que
la gente lo llamaba “Felipín el
bueno”. En su juventud dejó
fama de amabilidad y alegría
entre sus compañeros. Fue
enviado por su padre a casa de
Inicio - 283
un tío muy rico que quería
hacerlo heredero de sus bienes,
pero Felipe descubrió que las
riquezas le impedirían dedicarse
a Dios y tuvo lo que él llamo su
primera conversión.
Al llegar a Roma se hospedó
en casa de un paisano suyo de
Florencia, el cual le cedió una
piecita debajo de una escalera y
se comprometió a ofrecerle una
comida al día si él les daba clases
a sus hijos. La habitación de
Felipe no tenía sino la cama y una
sencilla mesa. Su alimentación
consistía en una sola comida al
día: un pan, un vaso de agua y
unas aceitunas. El propietario de
la casa, declaraba que desde que
Felipe les daba clases a sus hijos,

Inicio - 284
estos se comportaban como
ángeles.
Los dos primeros años Felipe
se ocupaba casi únicamente en
leer, rezar, hacer penitencia y
meditar. Por otros tres años
estuvo haciendo estudios de
filosofía y de teología.
Luego por inspiración de Dios
se dedicó por completo a enseñar
catecismo a las gentes pobres.
Roma estaba en un estado de
ignorancia religiosa espantable y
la corrupción de costumbres era
impresionante. Por 40 años
Felipe será el mejor catequista de
Roma y logrará transformar la
ciudad.
5.5.1.3 Su Apostolado
A aquellas personas que le
demostraban mayores deseos de
Inicio - 285
progresar en santidad, las
llevaba de vez en cuando a
atender enfermos en hospitales
de caridad.
Otra de sus prácticas era
llevar a las personas que
deseaban empezar una vida
nueva, a visitar en devota
procesión los siete templos
principales de Roma y en cada
uno dedicarse un buen rato a orar
y meditar. Y así con la caridad
para los pobres y con la oración
lograba transformar a muchísima
gente.
Desde la mañana hasta el
anochecer estaba enseñando
catecismo a los niños, visitando y
atendiendo enfermos en los
hospitales, y llevando grupos de
gentes a las iglesias a rezar y
Inicio - 286
meditar. Pero al anochecer se
retiraba a algún sitio solitario a
orar y a meditar en lo que Dios
ha hecho por nosotros.
Muchas veces pasó la noche
entera rezando. Le encantaba
irse a rezar en las puertas de los
templos o en las catacumbas o
grandes cuevas subterráneas de
Roma donde están enterrados los
antiguos mártires.
Fundó con los más fervorosos
de sus seguidores una para
socorrer a los pobres y para
dedicarse a orar y meditar. Con
ellos fundó un gran hospital
llamado "De la Santísima
Trinidad y los peregrinos“.
Con las gentes que lo seguían
fue propagando por toda Roma la
costumbre de las "40 horas", que
Inicio - 287
consistía en colocar en el altar
principal de cada templo la Santa
Hostia, bien visible, y dedicarse
durante 40 horas a adorar a
Cristo Sacramentado, turnándo-
se las personas devotas en esta
adoración
5.5.1.4 Su Sacerdocio
A los 34 años todavía era un
simple seglar. Pero a su confesor
le pareció que haría inmenso bien
si se ordenaba, y así fue.
Pasaba horas y horas en el
confesionario y sus penitentes de
todas las clases sociales
cambiaban como por milagro.
Leía en las conciencias los
pecados más ocultos y obtenía
impresionantes conversiones.
Los últimos años los dedicó a dar
dirección espiritual.
Inicio - 288
El Espíritu Santo le concedió el
don de saber aconsejar muy bien,
y aunque estaba muy débil de
salud y no podía salir de su
cuarto, por allí pasaban todos los
días numerosas personas: laicos
y religiosos.
5.5.2 Datos Curiosos
Lo que más pedía Felipe al
cielo un gran amor hacia Dios. Y
la vigilia de Pentecostés, aquélla
noche rezando con gran fe,
pidiendo a Dios amarlo con todo
su corazón, éste se creció y se le
saltaron dos costillas.
Tuvo un ataque fortísimo de
vesícula. El médico vino, pero de
pronto el santo exclamó: "Por
favor háganse a un lado que ha
venido Nuestra Señora la Virgen

Inicio - 289
María a curarme". Y quedó
sanado inmediatamente.
En la oración le venían los
éxtasis y se quedaba sin darse
cuenta de lo que sucedía a su
alrededor, tanto que, en la Santa
Misa, después de la consagra-
ción, el acólito, se iba después de
la elevación y volvía dos horas
después y alcanzaba a llegar para
el final de la misa.
5.5.3. Frases
*¡Nuestro gran negocio es ser
Santos!
* La verdadera preparación para
la oración consiste en el ejercicio
de la mortificación, hacer oración
sin mortificarse, es querer volar
sin alas.
* Sed buenos si podéis.

Inicio - 290
* El amor propio es una
membrana que envuelve nuestro
corazón, es doloroso arrancarla y
cuanto más se llega a la carne
viva, más dolor cuesta.
* El que no baja al infierno
mientras vive, con la meditación,
se expone mucho a ir a él
después de su muerte.
* Para estar en paz con el
prójimo, no pienses nunca en sus
defectos naturales.
5.5.4. Su Muerte
Sufrió varias enfermedades
durante los últimos años. El 25 de
mayo de 1595, día del Corpus
Christi, su médico lo vio tan
extraordinariamente contento
que le dijo: "Padre, jamás lo
había encontrado tan alegre", y
él le respondió: "Me alegré
Inicio - 291
cuando me dijeron: vayamos a la
casa del Señor". A la media noche
le dio un ataque y levantando la
mano para bendecir a sus
sacerdotes que lo rodeaban,
expiró dulcemente. Tenía 80
años.
Cuando lo fueron a enterrar
notaron que tenía dos costillas
saltadas y que estas se habían
arqueado para darle puesto a su
corazón que se había ensanchado
notablemente.
5.5.5. ¿Por qué es modelo para
nuestra comunidad?
* Por su amor a la Eucaristía, a la
adoración y visita al Santísimo.
* Por ser misionero siempre, es
decir, nunca perdía tiempo en la
caridad, siempre se daba a las
pobres, los enfermos, los niños.
Inicio - 292
Con ellos nos enseña a lleva el
evangelio de nuestro Señor en
todos lados y a todas las gentes
especialmente en el ejercicio de
la Caridad.
*Por su confianza en la Santísima
Virgen María. Nos enseña con su
testimonio a abandonarnos en
brazos de nuestra Madre.
* Por su mortificación, nos
enseña que para lograr esa
intimidad profunda con Dios en la
oración es necesario mortificar
los sentidos. Porque así como la
oración eleva al alma, necesita de
la mortificación para que sea el
incienso que eleve la oración.

Inicio - 293
5.6 San Juan Bosco
5.6.1. Datos Biográficos
* Nació el 16 de agosto de 1815,
en Turín
* Muere el 31 de enero de 1888
a los 72 años.
* El 1 de abril de 1934, el papa
Pío XI, lo proclamó Santo.
5.6.1.1 Infancia
Quedo huérfano de Padre muy
niño y su madre Margarita fue un
ejemplo de vida cristiana.
A los nueve años tuvo un
sueño profético: “le pareció estar
en medio de una multitud de
muchachos entregados a sus
juegos, pero algunos de ellos
blasfemaban. Rápidamente
Juanito se arrojó sobre los que
blasfemaban, con sus puños y a
patadas para hacerlos callar;
Inicio - 294
pero he aquí que se presenta un
Personaje que le dice: ‘No con
golpes, sino con la mansedumbre
y con la caridad deberás ganarte
a estos tus amigos… Yo te daré la
Maestra bajo cuya disciplina
llegarás a ser sabio; y sin la cual,
toda sabiduría se convierte en
necedad’. El Personaje era Jesús
y la Maestra María Santísima.”
5.6.1.2 Don Bosco y los Jóvenes
Su anhelo era ser sacerdote
para dedicarse enteramente a la
salvación de los niños, de los
muchachos pobres huérfanos o
abandonados, expuestos a
muchos peligros para el alma y
para el cuerpo.
A los 20 años, pudo entrar en
el Seminario de Chieri y ser

Inicio - 295
ordenado Sacerdote en Turín en
1841, a los 26 años.
Su primer encuentro con los
jóvenes fue en la cárcel de Turín,
desde allí se dio cuenta que
bastaba con creer en ellos y
darles El Amor.
Comenzó a reunirlos los
Domingos, en una iglesia,
después en el prado, en una
plaza, y de todas partes los
sacaban. Hasta que después de
cinco años de enormes
dificultades, logró establecerse
en el barrio periférico de
Valdocco y abrir su primer
Oratorio. Formó generaciones de
santos porque recordaba a sus
jóvenes el amor de Dios, la
realidad de la muerte, del juicio
de Dios, del infierno eterno; la
Inicio - 296
necesidad de rezar, de evitar el
pecado y las ocasiones que
conducen a pecar y de acercarse
frecuentemente a los Sacramen-
tos. Los muchachos encontraban
comida y alojamiento,
estudiaban o aprendían un oficio;
pero, sobre todo aprendían a
amar al Señor. Santo Domingo
Sabio era uno de ellos.
5.6.2. Anécdotas
Un hombre le preguntó un
numero para ganarse la lotería a
lo que respondió: 10-7-14, "10"
significa que usted debe cumplir
los Diez Mandamientos; "7"
significa que usted debe recibir
con frecuencia los sacramentos;
"14" significa que usted debe
practicar las 14 obras de
misericordia, y ganará la más
Inicio - 297
estupenda de todas las loterías:
la gloria eterna del cielo.
5.6.3. Sueños
5.6.3.1 La Nave de Pedro
La Iglesia, que navega en
tiempos de tormentas y recibe
graves ataques de naves
enemigas (el ateísmo, la
corrupción, la incredulidad, el
secularismo, etc…) Y cuando ya el
ataque es tan pavoroso que todo
parece perdido, emergen desde
el fondo del mar dos inmensas y
poderosas columnas (o pilares).
Sobre la primera columna está la
Sagrada Eucaristía, y sobre la
otra la imagen de la Virgen
Santísima. La nave del Papa y las
navecillas de los cristianos se
acercan a los dos pilares y
asegurándose de ellos ya no
Inicio - 298
tienen peligro de hundirse. La
iglesia encuentra refugio,
capitaneada por un gran papa
que la lleva a dos grandes
pilares: La Eucaristía y la Virgen
Santísima.
5.6.3.2 Rosal con Espinas
Se me apareció la Reina del Cielo
y me condujo a un jardín
encantador; era un inmenso
rosal. Para no dañar las rosas me
quité los zapatos, y empecé a
andar. Pero las rosas tenían
terribles espinas que me
destrozaban los pies. Viendo que
no podría continuar así, Nuestra
Señora me aconsejó que me
volviera a poner el calzado. Así lo
hice. Muchas personas me
seguían, pero apenas empezaban

Inicio - 299
a sentir las fuertes punzadas de
las rosas, se devolvían.
Significado: El rosal es el camino
que debe seguir quien se dedica
a educar la juventud. Las espinas
son los muchos sufrimientos que
hay que soportar para poder
educar bien: Las rosas significan
que para ser buen educador hay
que tener mucha caridad. El
ponerse el calzado para atravesar
el rosal significa que hay que usar
el “calzado de la mortificación”.
Con mucha caridad y mucha
mortificación se llegará al cielo,
en donde ya no habrá sino rosas,
sin espinas.
5.6.4. Frases
* Con la bondad y el amor trato
de ganar para el Señor a estos
mis amigos
Inicio - 300
* Decid a los jóvenes que los
espero en el Paraíso…
* Recuerda que todo cristiano
tiene la obligación de ayudar a los
demás, y que no hay predicación
más eficaz que la del buen
ejemplo.
* El alimento del alma es la
Palabra de Dios.
* Hay que sudar muchísimo para
conservar la dulzura y, tal vez,
sea necesario derramar la propia
sangre para no perderla
* Los tres enemigos del hombre
son: La muerte (que lo
sorprende), el tiempo (que se
escapa), y el demonio (que le
tiende sus lazos).
* Las espinas de la vida serán las
flores de la eternidad.

Inicio - 301
* Cuando se trata se servir a
Dios, hay que estar dispuesto a
sacrificarlo todo.
* Cuando un hijo abandona a sus
padres para seguir la vocación,
Jesucristo ocupa su lugar en la
familia
5.6.5. ¿Por qué es modelo para
nuestra comunidad?
San Juan Bosco nos enseña sobre
el amor a los jóvenes, lo
importante que es sacrificarse
por la juventud. Como cuando a
un joven se le muestra el
verdadero sentido de la cruz y del
amor es capaz de responder con
generosidad al llamado que Dios
le ha hecho.

Inicio - 302
5.7 Santa Teresita del Niño Jesús
5.7.1. Datos Biográficos
* Su nombre María Francisca
Teresa Martin Guérin.
* Nació el 2 de enero 1873 en
Alencón Francia, murió el 30 de
septiembre de 1897 a los 24
años.
* Canonizada el 17 de Mayo de
1925 por el Papa Pio XI
llamándola “Estrella de su
Pontificado”.
* Su fiesta se celebra el 1 de
Octubre.
* Nombrada patrona de las
misiones.
* Creció en un hogar
verdaderamente católico, sus
padres Luis Martin y Celia Guérin
eran unos verdaderos santos.
Fueron beatificados.
Inicio - 303
* Fue la menor de 9 hermanos.
*Huérfana de madre a los 4 años.
*Sus 4 hermanas también fueron
religiosas carmelitas.
5.7.1.1 Su niñez y su llamado
Debido a la temprana pérdida
de su madre, Teresa encuentra
en su padre y su hermana
Paulina, el refugio donde el Señor
cuidaría su alma.
Desde muy pequeña sentía su
vocación religiosa, pero es a los
14 años cuando toma la firme
decisión de ser Carmelita. No es
aceptada en el convento por su
corta edad. Viaja hasta Roma
para pedir autorización del Papa
y le es negado. Después de
obedecer, finalmente ingresa al
Carmelo el 9 de abril de 1888.

Inicio - 304
5.7.2. Su Espiritualidad
* Teresita orante en todos sus
oficios por pequeños que fueran,
supo convertir lo ordinario en
extraordinario.
* Aprendió a conocer a Dios
como Padre sintiéndose tan
pequeña como un niño que por
sus propias fuerzas nada podía
hacer.
* Anhelaba ser Guerrera,
Sacerdote, Apóstol, Misionera,
Mártir, pero descubre que su
vocación es ser el corazón en el
Cuerpo Místico de Cristo, porque
siendo el amor puede serlo todo.
* En su afán de demostrar su
amor a Dios, se inmoló con
pequeños sacrificios por la
salvación de las almas, en

Inicio - 305
especial por los sacerdotes a
quienes tanto amaba.
* Nunca recostaba su espalda.
* No se cobijaba para padecer
frío.
* Jamás se justificaba.
* Nunca se quejaba.
“No es horroroso el sufrimiento,
¿una pequeña víctima de amor
puede encontrar horroroso lo que
su esposo le envía?”
5.7.3. Anécdotas de la Santa
* Siendo muy niña dijo a su
madre: “Oh, como quiero que te
mueras mamita querida”, lo
decía porque entendía que para ir
al cielo debía morir.
* Le encantaban las rosas.
* Cuando pidió autorización del
obispo, se recogió el cabello y usó

Inicio - 306
un vestido de cuello alto para
aparentar de mayor edad.
* Se veía como “la florecilla de
Jesús”, porque se sentía la más
pequeña pero aún siendo la más
insignificante del jardín podía dar
Gloria a Dios.
5.7.4. Algunas de sus Frases
* “Dios mío: lo elijo Todo, No
quiero ser santa a medias”
* “Mi caminito es el camino de
una infancia espiritual, el camino
de la confianza y la entrega
absoluta”
* Al llegar a su celda dijo: “¡Yá
estoy aquí para siempre, Para
Siempre!!!!”
* María es más Madre que Reina.
* Yo no muero, entro en la otra
vida.

Inicio - 307
* Qué grande el poder de la
oración, es como una reina que
tiene acceso al rey y puede
conseguir todo lo que le pida.
5.7.5. Su Muerte
“Quiero pasar mi cielo haciendo
el bien sobre la tierra”
* Después de dos días de agonía,
muere, muere de amor por
Jesús!!!! Y exclamando: “Ahh: Le
amo, Dios mío os Amo”
* “Yo quisiera ser misionera, no
sólo durante algunos años, sino
haberlo sido desde la creación del
mundo y continuar siéndolo
hasta la consumación de los
siglos”.
* Y es así como cumple su
promesa de “hacer caer una
lluvia de rosas” que son gracias,
y quienes las recogen se sienten
Inicio - 308
irresistiblemente atraídos a
Jesús.
5.7.6. ¿Por qué es modelo para
nuestra comunidad?
* Santa Teresita nos muestra a
Dios como un Padre de Amor,
cercano, de esta manera enseña
un camino de total confianza y
abandono, nos invita a librarnos
de preocupaciones y actuar como
un pequeño que se abandona en
brazos de su madre sabiendo que
nada le faltará.
* En el conocimiento de ese
inmenso y particular amor de
Dios por su creatura, ella nos
muestra que cada acto en el
diario vivir es una oportunidad
para agradarle infinitamente a
nuestro Padre Dios.

Inicio - 309
* Ella nos hace posible la
santidad, mostrándonos con su
vida que desde lo sencillo, con la
fidelidad y el amor en las
pequeñas cosas, sin pretender lo
sobrenatural sino esforzándonos
por hacer de manera extraordi-
naria aquello ordinario de nuestra
vida, Dios hará obras grandes en
nuestra alma, pues amando es
posible hacerlo todo y serlo todo,
porque Dios es el amor.
* Teresita nos inunda de ardor
con su impresionante Espíritu
Misionero, su fuego, su celo, su
anhelo incesante de salva almas.
Este celo la llevaba a ofrecerlo
todo, desde lo más sencillo hasta
lo más doloroso, estos
permanentes sacrificios y
mortificaciones la llevaron a vivir
Inicio - 310
un martirio a alfilerazos, amando
y reparando siempre.
* Amaba profundamente a los
Sacerdotes, ofreció su vida por
ellos, amaba con todo su corazón
a la Santísima Virgen María y la
consideraba más Madre que
Reina.
* Su ser ardía de amor por la
Iglesia, esposa de Cristo,
queriendo ser en ella el corazón
que contuviera todo el amor
capaz de transmitir vida
verdadera, incluso después de su
muerte.
* Nos inunda de ardor con su
impresionante Espíritu Misionero,
con ese fuego, con ese celo, con
ese anhelo incesante por salvar
almas ofreciéndolo todo, desde lo
más sencillo hasta llegar al
Inicio - 311
martirio a alfilerazos, que no es
más que amando y reparando
cada día, a cada oportunidad, con
pequeños sacrificios.

5.8. San Miguel Arcángel


5.8.1. Sobre los Ángeles
“La existencia de seres
espirituales, no corporales, que la
sagrada Escritura llama
habitualmente ángeles, es una
verdad de fe. El testimonio de la
Escritura es tan claro como la
unanimidad de la Tradición.
San Agustín dice respecto a ellos:
‘El nombre de ángel indica su
oficio, no su naturaleza. Si
preguntas por su naturaleza, te
diré que es un espíritu; si
preguntas por lo que hace, te diré

Inicio - 312
que es un ángel’) (Enarratio in
Psalmum, 103, 1, 15).
Con todo su ser, los ángeles son
servidores y mensajeros de Dios.
Porque contemplan ‘constante-
mente el rostro de mi Padre que
está en los cielos’ (Mt 18, 10),
son ‘agentes de sus órdenes,
atentos a la voz de su palabra’
(Sal 103, 20)” (CIC 329-329).
En tanto que criaturas
puramente espirituales, tienen
inteligencia y voluntad: Son
criaturas personales (cf. Pío XII,
Humani generis: Dz 3891) e
inmortales (cf. Lc 20, 36).
Superan en perfección a todas
las criaturas visibles. El
resplandor de su gloria da
testimonio de ello (Dn 10, 9-12).

Inicio - 313
5.8.2. Clasificación de los
Ángeles
Teólogos y escritores sagrados
de los comienzos de la Iglesia,
basándose en la enumeración
dada en la Sagrada Escritura por
Isaías (cf. 6, 2), Ezequiel y San
Pablo (cf. Col 1, 6; Ef 1, 21; Rom
8, 38), donde se mencionan
nueve órdenes diferentes de
ángeles, los han clasificado en
tres jerarquías distintas, cada
una incluyendo tres órdenes:
Jerarquía Superior
* Serafines
* Querubines
* Tronos
Jerarquía Intermedia
* Dominaciones
* Virtudes
* Potestades
Inicio - 314
Jerarquía Inferior
* Principados
* Arcángeles
* Ángeles
5.8.3. Los Arcángeles
Por la Biblia sólo se conocen los
nombres de tres Ángeles
pertenecientes al Coro de los
Arcángeles: Miguel, Gabriel y
Rafael. Y, aunque sabemos por la
misma Escritura que son siete los
Arcángeles: "Yo soy Rafael, uno
de los siete ángeles que tiene
entrada a la gloria del Señor" (Tb
12, 15); “Reciban gracia y paz de
Aquel que Es, que era y que
viene, de parte de los Siete
Espíritus que están delante de Su
Trono"(Ap 1, 4), la Iglesia
prescribe el uso de nombres de
ángeles que no se encuentren en
Inicio - 315
la Biblia. Otros nombres fueron
tomados de escritos apócrifos y
puesto que no aparecen en la
Sagrada Escritura fueron
rechazados por la Iglesia en el
año 745 y posteriormente en el
año 789.
5.8.4. San Miguel Arcángel
* La Santa Iglesia da a San
Miguel el más alto lugar entre los
arcángeles y le llama "Príncipe de
los espíritus celestiales", "jefe o
cabeza de la milicia celestial". Ya
desde el Antiguo Testamento
aparece como el gran defensor
del pueblo de Dios contra el
demonio y su poderosa defensa
continúa en el Nuevo
Testamento.
* Es tradicionalmente reconocido
como el guardián de los ejércitos
Inicio - 316
cristianos contra los enemigos de
la Iglesia y como protector de los
cristianos contra los poderes
diabólicos, especialmente a la
hora de la muerte.
* El mismo nombre de Miguel,
nos invita a darle honor, ya que
es un clamor de entusiasmo y
fidelidad. Significa "Quién como
Dios".
* Satanás tiembla al escuchar su
nombre, ya que le recuerda el
grito de noble protesta que este
arcángel manifestó cuando se
rebelaron los ángeles. San Miguel
manifestó su fortaleza y poder
cuando peleó la gran batalla en el
cielo. Por su celo y fidelidad para
con Dios gran parte de la corte
celestial se mantuvo en fidelidad
y obediencia.
Inicio - 317
Su fortaleza inspiró valentía en
los demás ángeles quienes se
unieron a su grito de nobleza:
"¡¿Quién como Dios?!". Desde
ese momento se le conoce como
el capitán de la milicia de Dios, el
primer príncipe de la ciudad
santa a quien los demás ángeles
obedecen. (Ap 12, 7-18)
5.8.4.1 San Miguel en las
Sagradas Escrituras
En el Antiguo Testamento
* San Miguel aparece como el
guardián de la nación hebrea: "Y
ahora volveré a luchar con el
príncipe de Persia...Nadie me
presta ayuda para esto, excepto
Miguel, vuestro príncipe, mi
apoyo para darme ayuda y
sostenerme"(Dn 10,13). "En
aquel tiempo surgirá Miguel, el
Inicio - 318
gran príncipe que defiende a los
hijos de tu pueblo"(Dn 12,1).
* En el libro del Éxodo el Señor
dijo a los Israelitas: “Yo enviare
un ángel delante de ti, para que
te cuide en el camino y te lleve a
la tierra que yo te he preparado.
Respeta su presencia y escucha
su voz; no te rebeles contra él
porque no perdonará vuestra
infidelidad, pues mi nombre está
en él” (Ex 23,20-25).
* En el libro de los Macabeos,
vemos como antes de iniciar
cualquier batalla en defensa de la
ley y del Templo clamaba la
ayuda de San Miguel y le
confiaban su defensa: “Cerca
todavía de Jerusalén mientras
todos marchaban con ánimo
igualmente decidido, se vio a la
Inicio - 319
cabeza de ellos un jinete vestido
de blanco, con armadura de oro,
que hacia vibrar su lanza” (2 Mac
11, 6-12). “Envía también ahora,
oh Señor del cielo, tu ángel
bueno delante de nosotros para
hacerles temer y temblar con el
poder de tu brazo” (2 Mac 15,22-
24).
5.8.4.2 San Miguel y la Eucaristía
Se nos enseña en la Tradición
que San Miguel preside el culto
de adoración que se rinde al
Altísimo y ofrece a Dios las
oraciones de los fieles simboliza-
das por el incienso que se eleva
ante el altar. La liturgia nos
presenta a San Miguel como el
que lleva el incienso y está de pie
ante el altar como nuestro
intercesor y el portador de las
Inicio - 320
oraciones de la Iglesia ante el
Trono de Dios. En el Canon #1 de
la Misa: "que tu ángel presente
ante Ti las oraciones de tu
Iglesia".
En Octubre 13, 1884, el Papa
León XIII, experimento una
visión horrible. Después de
celebrar la Eucaristía, estaba
consultando sobre ciertos temas
con sus cardenales en la capilla
privada del Vaticano cuando de
pronto se detuvo al pie del altar
y quedo sumido en una realidad
que solo él veía. Su rostro tenía
expresión de horror y de impacto.
Se fue palideciendo. Algo muy
duro había visto. De repente, se
incorporó, levanto su mano como
saludando y se fue a su estudio
privado.
Inicio - 321
Lo siguieron y le preguntaron:
¿Que le sucede su Santidad? ¿Se
siente mal? El respondió: "¡Oh,
que imágenes tan terribles se me
han permitido ver y escuchar!", y
se encerró en su oficina. "Vi
demonios y oí sus crujidos, sus
blasfemias, sus burlas. Oí la
espeluznante voz de Satanás
desafiando a Dios, diciendo que
él podía destruir la Iglesia y llevar
todo el mundo al infierno si se le
daba suficiente tiempo y poder.
Satanás pidió permiso a Dios de
tener 100 años para poder
influenciar al mundo como nunca
antes había podido hacerlo."
También León XIII pudo
comprender que si el demonio no
lograba cumplir su propósito en
el tiempo permitido, sufriría una
Inicio - 322
derrota humillante. Vio a San
Miguel Arcángel aparecer y lanzar
a Satanás con sus legiones en el
abismo del infierno”. Después de
media hora, llamo al Secretario
para la Congregación de Ritos. Le
entrego una hoja de papel y le
ordeno que la enviara a todos los
obispos del mundo indicando que
bajo mandato tenía que ser
recitada después de cada misa, la
oración que ahí él había escrito.
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad
y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios,
pedimos suplicantes,
y tú Príncipe
de la Milicia Celestial,
arroja al infierno
Inicio - 323
con el divino poder
a Satanás y a los otros
espíritus malignos
que andan dispersos
por el mundo para la perdición
de las almas. Amén."
(Aunque no es obligación, se puede
continuar con gran provecho la
práctica de rezar esta oración
después de la Santa Misa como se
hacía antes del Conc. Vat. II.)
5.8.4.3 San Miguel, defensor de
los moribundos:
En la liturgia la Iglesia nos
enseña que este arcángel esta
puesto para custodiar el paraíso
y llevar a él a aquellos que
podrán ser recibidos ahí. A la
hora de la muerte, se libra una
gran batalla, ya que el demonio
tiene muy poco tiempo para
hacernos caer en tentación, o
Inicio - 324
desesperación, o en falta de
reconciliación con Dios. Por eso
es que en estos momentos se
libra una gran batalla espiritual
por nuestras almas. San Miguel,
está al lado del moribundo
defendiéndole de las asechanzas
del enemigo.
Anécdota: San Anselmo cuenta
de un religioso piadoso que a
punto de morir recibía grandes
asaltos de demonio. El demonio
se le apareció acusándole de
todos los pecados que había
cometido antes de su bautismo
(tardío). San Miguel se aparece y
le responde que todos esos
pecados quedaron borrados con
el Bautismo. Entonces Satanás le
acusa de los pecados cometidos
después del Bautismo.
Inicio - 325
San Miguel le contesta que estos
fueron perdonados en la
confesión general que hizo antes
de profesar. Satanás, entonces,
le acusa de las ofensas y
negligencias de su vida religiosa.
San Miguel declara que esos han
sido perdonados por sus
confesiones y por todos los
buenos actos que hizo durante su
vida religiosa, en especial la
obediencia a su superior, y que lo
que le quedaba por espiar lo
había hecho a través del
sufrimiento de su enfermedad
vivida con resignación y paz.
En los escritos de San Alfonso
de Ligorio encontramos: "Había
un hombre polaco de la nobleza
que había vivido muchos años en
pecado mortal y lejos de la vida
Inicio - 326
de Dios. Se encontraba moribun-
do y estaba lleno de terror,
torturado por los remordimien-
tos, lleno de desesperación. Este
hombre había sido devoto de San
Miguel Arcángel y Dios en su
misericordia permitió que este
arcángel se le apareciera. San
Miguel le alentó al arrepentimien-
to, diciéndole que había orado
por él y le había obtenido más
tiempo de vida para que lograra
la salvación. Al poco rato, llegan
a la casa de este hombre 2
sacerdotes dominicos, que
dijeron se les había aparecido un
extraño joven pidiéndoles que
fueran a ver a este hombre
moribundo. El hombre se confesó
con lágrimas de arrepentimiento,
recibió la Santa Comunión y en
Inicio - 327
brazos de estos dos sacerdotes
murió reconciliado con Dios”.
5.8.5. Porque es Santo Patrono
de nuestra comunidad
* Por su fidelidad con Dios y
valentía.
* Porque nos protege de las
asechanzas del enemigo
* San Miguel nos custodia en
todos los apostolados para que
siempre Dios pueda triunfar en
las almas y en nuestra alma.

Inicio - 328
Anexo 1. Posiciones
Litúrgicas dentro de la Misa
La liturgia como expresión del
culto público de la Iglesia es un
aspecto fundamental dentro del
carisma de Lazos de Amor
Mariano; es por esto que en
todas las celebraciones litúrgicas
buscamos ser lo más fieles
posible a las disposiciones que
nuestra Madre la Iglesia ha dado
al respecto, con el fin de vivir
más reverentemente los
misterios de nuestra fe y ser
signo de amor y sacralidad
especialmente en la celebración
de la Santa Eucaristía.
Como nos recuerda la Ordenación
General del Misal Romano
(OGMR): “La celebración de la
Misa, como acción de Cristo y del
Inicio - 329
pueblo de Dios ordenado
jerárquicamente, es el centro de
toda la vida cristiana para la
Iglesia, universal y local, y para
todos los fieles individualmente,
ya que en ella se culmina la
acción con que Dios santifica en
Cristo al mundo, y el culto que los
hombres tributan al Padre,
adorándole por medio de Cristo,
Hijo de Dios. Además, se
recuerdan de tal modo en ella a
lo largo del año los misterios de
la redención, que en cierto modo
éstos se nos hacen presentes.
Todas las demás acciones
sagradas y cualesquiera obras de
la vida cristiana se relacionan con
ella, proceden de ella y a ella se
ordenan.” Es por tanto de suma
importancia, que de tal modo se
Inicio - 330
ordene la celebración de la Misa,
que al participar de ella la
hagamos realmente fecunda en
nuestras almas.
El hombre fue creado por Dios
como unidad de cuerpo y alma,
tiene tanto una dimensión física
como espiritual, y está llamado
no sólo a honrar a Dios en
espíritu sino también a
glorificarle con su cuerpo (1 Cor
6,20). La oración litúrgica
permite al hombre integrar estos
dos aspectos, pues dentro de la
liturgia el culto se expresa
también con signos sensibles que
nos conducen a una mejor
comprensión de las realidades
espirituales.
Las posiciones que asumimos
dentro de la Santa Misa hacen
Inicio - 331
parte de estos signos sensibles
que ayudan a comprender y a
expresar los misterios de nuestra
fe celebrados dentro de la
liturgia. La Iglesia como Madre y
Maestra enseña a sus hijos a vivir
la Sagrada Eucaristía con las
mejores disposiciones tanto
internas como externas, y por
esto las ha establecido
acompañándolas de ciertas
normas respecto a cómo los
ministros y los fieles deben
celebrar este admirable
sacramento.
A continuación expondremos los
aspectos generales que la Iglesia
ha determinado para la
celebración de la Eucaristía en
cuanto a los fieles en particular:

Inicio - 332
Estructura General de la
Santa Misa
Ritos Iniciales
 Entrada
 Saludo
 Acto penitencial
 Señor, ten piedad
 Gloria a Dios en el cielo
 Oración Colecta
Liturgia de la Palabra
 Lecturas bíblicas
 Salmo Responsorial
 Proclamación del Santo
Evangelio
 Homilía
 Profesión de Fe
 Oración universal o de los fieles
Liturgia Eucarística
 Preparación de los dones
 Oración sobre las ofrendas
 Plegaria Eucarística
Inicio - 333
Rito de la Comunión
 Oración del Señor
(Padrenuestro)
 Rito de la paz
 Fracción del Pan
 Comunión
Rito de conclusión
 Avisos
 Bendición
 Despedida
 Beso del altar.

Consideraciones e instruccio-
nes acerca de las diversas
partes de la santa misa
A. Ritos Iniciales
Todo lo que precede a la Liturgia
de la Palabra, es decir, la
entrada, el saludo, el acto
penitencial, el Señor ten piedad,
el Gloria y la oración colecta,
Inicio - 334
tienen el carácter de introducción
y preparación.
La finalidad de estos ritos es
hacer que los fieles reunidos
constituyan una comunidad y se
dispongan a oír como conviene la
palabra de Dios y a celebrar
dignamente la Eucaristía.
* El pueblo se pone de pie
cuando entra el Sacerdote y se
une al canto.
* El Sacerdote dice: “En el
nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo”. El pueblo
responde: “Amén” (OGMR 124)

B. Liturgia de la Palabra
Las lecturas tomadas de la
Sagrada Escritura, con los cantos
que se intercalan, constituyen la
parte principal de la Liturgia de la
Inicio - 335
Palabra; la homilía, la profesión
de fe y la oración universal u
oración de los fieles, la
desarrollan y concluyen.
En las lecturas, que luego
desarrolla la homilía, Dios habla
a su pueblo, le descubre el
misterio de la redención y
salvación, y le ofrece alimento
espiritual; y el mismo Cristo, por
su palabra, se hace presente en
medio de los fieles. Esta palabra
divina la hace suya el pueblo con
los cantos, y muestra su
adhesión a ella con la profesión
de fe; y una vez nutrido con ella,
en la oración universal hace
súplicas por las necesidades de la
Iglesia entera y por la salvación
de todo el mundo.

Inicio - 336
* No se dice en la proclamación:
“Primera lectura” o “Segunda
Lectura”.
* Después de la primera y
segunda lectura, el lector dice:
“Palabra de Dios”, y todos
responden: “Te alabamos,
Señor” (OGMR 128).
* El pueblo se levanta cuando
empieza el canto de Aleluya
(OGMR 131)
* El pueblo se orienta hacia el
ambón para manifestar la
reverencia hacia el Evangelio
(OGMR 133)
* Mientras el Sacerdote dice:
“Lectura del Santo Evangelio”
signa con el pulgar el libro y
asimismo en la frente, en la boca
y en el pecho, lo cual hacen

Inicio - 337
también todos los demás (OGMR
134)
* El Sacerdote dice: “Palabra del
Señor”. El pueblo responde:
“Gloria a ti, Señor Jesús” (OGMR
134)
* La homilía del Sacerdote puede
omitirse en semana, pero el
domingo no puede omitirse sin
causa grave. Es recomendable
hacerla todos los días (OGMR 66)
* En el Credo en la parte que dice
“que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo” o “por
obra del Espíritu Santo” todos se
inclinan profundamente (OGMR
137).
* En el Credo “se evitarán
posturas y gestos adicionales
como la elevación de las manos
en actitud de juramento durante
Inicio - 338
la recitación del Credo” (IPCEC
10)
* En la oración Universal o de los
Fieles la serie de intenciones de
ordinario será (OGMR70):
* Por las necesidades de la
Iglesia.
* Por los que gobiernan y por la
salvación del mundo.
* Por los que sufren por cualquier
dificultad.
* Por la comunidad local.

C. Liturgia de la Eucaristía
En la última Cena, Cristo
instituyó el sacrificio y convite
pascual, por medio del cual el
sacrificio de la cruz se hace
continuamente presente en la
Iglesia cuando el sacerdote, que
representa a Cristo Señor, realiza
Inicio - 339
lo que el mismo Señor hizo y
encargó a sus discípulos que
hicieran en memoria de él.
Cristo, en efecto, tomó en sus
manos el pan y el cáliz, dio
gracias, lo partió y lo dio a sus
discípulos diciendo: «Tomad,
comed, bebed; esto es mi
Cuerpo; éste es el cáliz de mi
Sangre. Haced esto en
conmemoración mía.» De ahí que
la Iglesia haya ordenado toda la
celebración de la Liturgia
eucarística según estas mismas
partes que responden a las
palabras y gestos de Cristo. En
efecto:
1) En la preparación de las
ofrendas se llevan al altar el pan
y el vino con el agua; es decir, los

Inicio - 340
mismos elementos que Cristo
tomó en sus manos.
2) En la Plegaria eucarística se
dan gracias a Dios por toda la
obra de la salvación y las
ofrendas se convierten en el
Cuerpo y Sangre de Cristo.
3) Por la fracción de un solo pan
se manifiesta la unidad de los
fieles, y por la comunión los
mismos fieles reciben el Cuerpo y
Sangre del Señor, del mismo
modo que los Apóstoles lo
recibieron de manos del mismo
Cristo.
* En la presentación de las
ofrendas “el pan que se trae debe
ser el que se presenta para la
Consagración; y el vino que se
trae es el que servirá para el
mismo fin. Fuera del pan y el
Inicio - 341
vino, sólo conviene que se
presenten ante el altar,
eventualmente, las ofrendas para
los pobres y para el
sostenimiento del culto” (OGMR
73; IP 4)
* Después, vuelto al centro del
altar, el sacerdote, de pie, de
cara al pueblo, extendiendo y
juntando las manos, invita al
pueblo a orar, diciendo: Oren,
hermanos, etc. El pueblo se
levanta y responde: El Señor
reciba de tus manos... En
seguida, el sacerdote, con las
manos extendidas, dice la
oración sobre las ofrendas. Al
final el pueblo aclama: Amén.
(OGMR 146)
* El prefacio y la Plegaria
Eucarística [desde que se hace el
Inicio - 342
diálogo: “El Señor esté con
ustedes” “Y con tu espíritu”
“Levantemos el corazón” ...hasta
la doxología: “Por Cristo, con Él y
en Él...”] debe ser pronunciada
en su totalidad, y solamente, por
el Sacerdote (RS 52)
* Mientras el Sacerdote
celebrante pronuncia la Plegaria
Eucarística, «no se realizarán
otras oraciones o cantos, y
estarán en silencio el órgano y los
otros instrumentos musicales»,
salvo las aclamaciones del
pueblo, como rito aprobado, de
que se hablará más adelante. (RS
52)
* Inmediatamente después de la
consagración del pan y del vino,
los fieles quedan en silencio

Inicio - 343
respetuoso, porque la aclamación
vendrá en seguida.
* Al final de la Plegaria
Eucarística, el sacerdote, toma la
patena con la Hostia y el Cáliz, los
eleva simultáneamente y
pronuncia la doxología él solo:
Por Cristo, con Él y en Él… Al final
el pueblo aclama: Amén. (OGMR
151)

D. Rito de la Comunión
Ya que la celebración eucarística
es un convite pascual, conviene
que, según el encargo del Señor,
su Cuerpo y su Sangre sean
recibidos por los fieles,
debidamente dispuestos, como
alimento espiritual. A esto
tienden la fracción y los demás
ritos preparatorios, con los que
Inicio - 344
se va llevando a los fieles hasta
el momento de la comunión.
* Cuando el sacerdote dice:
mientras esperamos la gloriosa
venida de nuestro salvador
Jesucristo se responde: tuyo es el
Reino, tuyo el poder y la gloria
por siempre Señor (no se dice
Porque tuyo es el Reino…).
* A continuación el sacerdote
solo, con las manos extendidas,
dice en voz alta la oración: Señor
Jesucristo, que dijiste… y
terminada ésta, extendiendo y
juntando las manos, vuelto hacia
el pueblo, anuncia la paz (OGMR
154)
* Conviene que cada uno de los
fieles dé la paz de una manera
sobria, únicamente a los que

Inicio - 345
están cerca, sin moverse de su
puesto (RS 72)
* El que da la paz puede decir:
«La paz del Señor esté siempre
contigo»; y el que la recibe,
«Amén» (OGMR 154).
* No está permitido a los fieles
tomar por sí mismos el Pan
consagrado ni el Cáliz sagrado, ni
mucho menos pasarlo de mano
en mano entre ellos. Los fieles
comulgan estando de rodillas o
de pie, según lo haya
determinado la Conferencia de
Obispos. Cuando comulgan
estando de pie, se recomienda
que antes de recibir el
Sacramento, hagan la debida
reverencia, la cual debe ser
determinada por las mismas
normas. (OGMR 160)
Inicio - 346
* «Cuando los fieles comulgan de
rodillas no se les exige ningún
otro signo de reverencia al
Santísimo Sacramento, ya que la
misma genuflexión es expresión
de adoración. En cambio, cuando
comulgan de pie, acercándose al
altar procesionalmente, hagan un
acto de reverencia antes de
recibir el Sacramento, en el lugar
y de manera adecuados, con tal
de no desordenar el turno de los
fieles» (EM 34; ID 11)
* Así pues, no es lícito negar la
sagrada Comunión a un fiel, por
ejemplo, sólo por el hecho de
querer recibir la Eucaristía
arrodillado o de pie. (RS 91)
* Aunque todo fiel tiene siempre
derecho a elegir si desea recibir
la sagrada Comunión en la boca,
Inicio - 347
si el que va a comulgar quiere
recibir en la mano el Sacramento,
en los lugares donde la
Conferencia de Obispos lo haya
permitido, con la confirmación de
la Sede Apostólica, se le debe
administrar la Sagrada Hostia.
Sin embargo, póngase especial
cuidado en que el comulgante
consuma inmediatamente la
hostia, delante del ministro, y
ninguno se aleje teniendo en la
mano las especies eucarísticas.
Si existe peligro de profanación,
no se distribuya a los fieles la
Comunión en la mano. (RS 92)
* Si la Comunión se recibe sólo
bajo la especie de Pan, el
sacerdote, teniendo la Hostia un
poco elevada, la muestra a cada
uno, diciendo: El Cuerpo de
Inicio - 348
Cristo. El que comulga responde:
Amén, y recibe el Sacramento, en
la boca, o donde haya sido
concedido, en la mano, según su
deseo. Quien comulga,
inmediatamente recibe la
sagrada Hostia, la consume
íntegramente. (OGMR 161)
* «La bandeja para la Comunión
de los fieles se debe mantener,
para evitar el peligro de que caiga
la hostia sagrada o algún
fragmento.» (RS 93)
* «Se recomienda a los fieles no
descuidar, después de la
comunión, una justa y debida
acción de gracias, quedando
posiblemente en oración por un
conveniente espacio de tiempo»
(ID 17)

Inicio - 349
E. Rito de Conclusión
El rito de conclusión consta de:
a) Saludo y bendición sacerdotal,
que en algunos días y ocasiones
se enriquece y se amplía con la
oración «sobre el pueblo» o con
otra fórmula más solemne.
b) Despedida, con la que se
disuelve la asamblea, para que
cada uno vuelva a sus honestos
quehaceres, alabando y
bendiciendo al Señor.

Sobre el Canto
“Amonesta el Apóstol a los fieles
que se reúnen esperando la
venida de su Señor, que canten
todos juntos con salmos, himnos
y cánticos inspirados (cf. Col 3,
16). El canto es una señal de
euforia del corazón (cf. Hch 2,
Inicio - 350
46). De ahí que san Agustín diga,
con razón: «Cantar es propio de
quien ama»; y viene de tiempos
muy antiguos el famoso
proverbio: «Quien bien canta,
dos veces ora.»
Por consiguiente, ha de tenerse
en gran estima el uso del canto
en las celebraciones, siempre
según el carácter de cada pueblo
y las posibilidades de cada
asamblea; con todo, no por eso
se debe considerar necesario
usar el canto para todos los
textos que de suyo se destinan a
ser cantados.
Al hacer la selección de lo que de
hecho se va a cantar, se dará la
preferencia a las partes que
tienen mayor importancia, sobre
todo a aquellas que deben cantar
Inicio - 351
el sacerdote y sus ministros con
respuesta del pueblo, o el
sacerdote y el pueblo al mismo
tiempo.
Y, ya que es cada día más
frecuente el encuentro de fieles
de diversas nacionalidades,
conviene que esos mismos fieles
sepan cantar todos a una en latín
algunas de las partes del
Ordinario de la Misa, sobre todo
el símbolo de la fe y la oración
dominical en sus melodías más
fáciles.”2
Dentro de la celebración
Eucarística hay algunas oraciones
que se pueden cantar pero su
texto no debe variar, estas son:
Señor ten piedad, Gloria, Credo,
Santo y Cordero de Dios. Su
texto es el siguiente:
Inicio - 352
* Ten piedad: Señor ten piedad,
Cristo ten piedad, Señor ten
piedad.
* Gloria: Todo el texto del Gloria
que está en el Misal Romano
→Gloria a Dios en el cielo y en la
tierra paz a los hombres que
aman…
* Credo: Todo el texto del Credo
que está en el Misal Romano
(ambas fórmulas).
* Santo: Santo, Santo, Santo es
el Señor Dios del universo, llenos
están el cielo y la tierra de su
Gloria. Hosanna en el cielo,
bendito el que viene en nombre
del Señor, Hosanna en el cielo.
* Cordero de Dios: Cordero de
Dios que quitas el pecado del
mundo ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el
Inicio - 353
pecado del mundo ten piedad de
nosotros. Cordero de Dios que
quitas el pecado del mundo
danos la paz.
* Padre Nuestro: Padre Nuestro
que estás en el cielo, santificado
sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo, danos hoy
nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que
nos ofenden, no nos dejes caer
en la tentación, y líbranos del
mal. Amén.

Fuentes Consultadas
Documento (Sigla)
* Ordenación general del Misal
Romano (OGMR)

Inicio - 354
* Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, Instrucción
Redemptionis Sacramentum (RS)
* Instrucción Pastoral Obispos de
Colombia sobre algunos aspectos
importantes en la celebración
eucarística (IP CEC)
* Sagrada Congregación de
Ritos, Instrucción Eucharisticum
Mysterium (EM)
* Sagrada Congregación para los
Sacramentos y el Culto Divino,
Instrucción Inæstimabile Donum
(ID)

Inicio - 355
Anexo 2. El Ayuno Eucarístico
Sobre la Sagrada Eucaristía nos
dice el Código de Derecho
Canónico (CDC):
897 El sacramento más augusto,
en el que se contiene, se ofrece y
se recibe al mismo Cristo Nuestro
Señor, es la santísima Eucaristía,
por la que la Iglesia vive y crece
continuamente. El Sacrificio
eucarístico, memorial de la
muerte y resurrección del Señor,
en el cual se perpetúa a lo largo
de los siglos el Sacrificio de la
cruz, es el culmen y la fuente de
todo el culto y de toda la vida
cristiana, por el que se significa y
realiza la unidad del pueblo de
Dios y se lleva a término la
edificación del cuerpo de Cristo.
Así pues los demás sacramentos
Inicio - 356
y todas las obras eclesiásticas de
apostolado se unen
estrechamente a la santísima
Eucaristía y a ella se ordenan.
898 Tributen los fieles la
máxima veneración a la
santísima Eucaristía, tomando
parte activa en la celebración del
Sacrificio augustísimo, recibiendo
este sacramento frecuentemente
y con mucha devoción, y dándole
culto con suma adoración; los
pastores de almas, al exponer la
doctrina sobre este sacramento,
inculquen diligentemente a los
fieles esta obligación.
Es tan excelsa la celebración del
misterio pascual de Nuestro
Señor que para su recepción el
Código de Derecho Canónico
prescribe algunas normas:
Inicio - 357
915 No deben ser admitidos a
la sagrada comunión los
excomulgados y los que están
en entredicho después de la
imposición o declaración de la
pena, y los que
obstinadamente persistan en
un manifiesto pecado grave.
916 Quien tenga conciencia de
hallarse en pecado grave, no
celebre la Misa ni comulgue el
Cuerpo del Señor sin acudir
antes a la confesión sacramental,
a no ser que concurra un motivo
grave y no haya oportunidad de
confesarse; y en este caso, tenga
presente que está obligado a
hacer un acto de contrición
perfecta, que incluye el propósito
de confesarse cuanto antes.

Inicio - 358
917 Quien ya ha recibido la
santísima Eucaristía, puede
recibirla otra vez el mismo día
solamente dentro de la
celebración eucarística en la que
participe, quedando a salvo lo
que prescribe el ⇒ c. 921 § 2.
918 Se aconseja encarecidamen-
te que los fieles reciban la
sagrada comunión dentro de
la celebración eucarística; sin
embargo, cuando lo pidan con
causa justa se les debe
administrar la comunión fuera de
la Misa, observando los ritos
litúrgicos.
919 § 1. Quien vaya a recibir la
santísima Eucaristía, ha de
abstenerse de tomar
cualquier alimento y bebida al
menos desde una hora antes
Inicio - 359
de la sagrada comunión, a
excepción sólo del agua y de las
medicinas.
§ 2. El sacerdote que celebra la
santísima Eucaristía dos o tres
veces el mismo día, puede tomar
algo antes de la segunda o
tercera Misa, aunque no medie el
tiempo de una hora.
§ 3. Las personas de edad
avanzada o enfermas, y
asimismo quienes las cuidan,
pueden recibir la santísima
Eucaristía aunque hayan tomado
algo en la hora inmediatamente
anterior.
920 § 1. Todo fiel, después de la
primera comunión, está obligado
a comulgar por lo menos una vez
al año.

Inicio - 360
§ 2. Este precepto debe
cumplirse durante el tiempo
pascual, a no ser que por causa
justa se cumpla en otro tiempo
dentro del año.
Sobre estas leyes eclesiásticas,
hablaremos un poco sobre la
contenida en el c. 919 § 1.Para
esto citamos un artículo del P.
Eduardo Volpacchio1:

¿Ayuno antes de Comulgar?


Algunos piensan que la necesidad
de una hora de ayuno antes de
comulgar es algo que ya pasó de
moda...
Para recibir la Sagrada Eucaristía
hacen falta tres condiciones: 1)
estar en gracia de Dios; 2) saber
a quién se va a recibir,
acercándose a comulgar con
Inicio - 361
devoción; 3) y guardar una hora
de ayuno antes de comulgar. Nos
ocuparemos de la última para
analizar si es realmente
importante.

Que dice la Ley de la Iglesia


El Catecismo de la Iglesia
Católica señala en el número
1387 la tercer condición para
comulgar dignamente: «Para
prepararse convenientemente a
recibir este sacramento, los fieles
deben observar el ayuno
prescrito por la Iglesia (cf. CIC
can. 919). Por la actitud corporal
(gestos, vestido) se manifiesta el
respeto, la solemnidad, el gozo
de ese momento en que Cristo se
hace nuestro huésped».

Inicio - 362
El Código de Derecho Canónico
contiene la ley de la Iglesia de
rito latino (hay otro Código para
los de rito oriental). El canon al
que remite el Catecismo dice:
«CIC 919 #1 Quien vaya a recibir
la santísima Eucaristía, ha de
abstenerse de tomar cualquier
alimento y bebida al menos
desde una hora antes de la
sagrada comunión, a excepción
de agua y de medicinas.
CIC 919 #3 Las personas de edad
avanzada o enfermas, y
asimismo quienes las cuidan,
pueden recibir la santísima
Eucaristía aunque hayan tomado
algo en la hora inmediatamente
anterior.»
No es sólo un consejo, es mucho
más. Es una disposición jurídica:
Inicio - 363
“deben observar el ayuno” y “ha
de abstenerse de cualquier
alimento” son expresiones de
obligatoriedad que prescriben
que no se debe comulgar sin
cumplir esta condición.

¿Pasado de Moda?
Algunos piensan que la necesidad
de una hora de ayuno antes de
comulgar “no corre más”. Dicen
que “eso era antes”, como si ya
no estuviera vigente en la Iglesia.
Lo ven como algo de la época de
nuestras abuelas…
Sólo querría recordarles que el
Código de Derecho Canónico del
que hablamos no es el viejo de
1917, sino el sancionado en
1983. Y el Catecismo de la Iglesia
publicado en 1992. Y que están
Inicio - 364
ambos vigentes en la Iglesia. El
último documento que habla del
ayuno eucarístico es el
Instrumentum laboris del Sínodo
sobre la Eucaristía (Octubre de
2005). Es decir, que la actualidad
del precepto está fuera de toda
duda.

¿Caben Excepciones?
La ley meramente eclesiástica –
ley humana de la Iglesia– no
obliga cuando hay una dificultad
grave. En este tema, no parece
fácil imaginar un caso así, fuera
de la situación de enfermedad
expresamente prevista en el
canon citado.

Inicio - 365
Una pregunta frecuente
No es raro oír esta pregunta:
“¿cuántos minutos tiene la hora
de ayuno antes de comulgar?” O,
“si me faltan cinco minutos,
¿puedo comulgar?” Primero, lo
obvio: en principio las horas son
de 60 minutos.
Además, el texto de la ley, no
dice escuetamente una hora,
como si pudiéramos comenzar a
regatearle algunos minutos, sino
“al menos una hora antes”, es
decir, que apunta a que sea más
de una hora. No exige que sea
una hora, sino que señala un
límite inferior. No olvidemos que
hasta tiempos de Pío XII el ayuno
regía desde el día anterior. Por
esto no había entonces Misas
vespertinas.
Inicio - 366
En la década del 50 del siglo
pasado, dicho Papa redujo el
ayuno a tres horas; y, después
del Concilio Vaticano II, se pasó
a una hora.

Sentido del Ayuno


La Iglesia no pretende limitar la
Comunión –que sean menos los
fieles que comulgan– sino velar
por el respeto y la veneración a
tan gran sacramento porque
recibimos al mismo Cristo.
En el Instrumentum laboris
del XI Sínodo sobre la Eucaristía
(octubre de 2005), se señala que
“Ha sido expresado el deseo
de restituir en todos los lugares
al ayuno eucarístico aquella
rigurosa atención que todavía
está en uso en las iglesias
Inicio - 367
orientales. En efecto, el ayuno,
como dominio de sí, exige el
concurso de la voluntad y lleva a
purificar la mente y el corazón.
San Atanasio dice: « ¿Quieres
saber cuáles son los efectos del
ayuno?... expulsa los demonios y
libra de los malos pensamientos,
alegra la mente y purifica el
corazón». En la liturgia
cuaresmal se invita a menudo a
la purificación del corazón
mediante el ayuno y el silencio,
como recomienda San Basilio. En
alguna respuesta a los
Lineamentos se pregunta acerca
de la oportunidad de reconsiderar
la obligación de las tres horas de
ayuno eucarístico.” (n. 24)

Inicio - 368
¿Me voy a perder de Comulgar
por 5 minutos?
Sí, porque nadie te obligó a
comer.
En realidad, nadie te prohíbe
comulgar. Sencillamente no te
has preparado lo suficiente: te
faltan unos minutos de
preparación y por respeto a la
Eucaristía, no querrás ser
descortés con el Señor. Es
precisamente el amor a la
Eucaristía lo que te lleva a no
comulgar.

Comunión y Obediencia
Hoy no pocas personas
incumplen este precepto de la
Iglesia, escudándose en que
comulgar es muy importante.

Inicio - 369
Sí que lo es, pero más
importante es la obediencia.
Te cuento el caso del Rey
Saúl. Dios le encarga que
después de derrotar a los
amalecitas, destruyera todo lo de
este pueblo. Después de la
victoria, Dios envía a Samuel a
recriminarle no haber cumplido
su mandato. La conversación, si
no fuera trágica, resultaría
divertida. Samuel le pregunta:
¿por qué no has cumplido lo que
Dios te ordenó? Saúl comienza a
responder que cumplió
perfectamente... Samuel lo corta
con una ironía: ¿Qué es entonces
ese mugir de vacas, ese balar de
ovejas, etc., que escucho? A lo
que el rey intenta justificar,
diciendo que reservó lo mejor del
Inicio - 370
ganado para sacrificarlo en honor
de Dios. Aparentemente, un
loable proyecto. Respuesta de
Dios a través de Samuel: “Vale
más la obediencia que las
víctimas” (1 Sam 15, 22). De
hecho, por esta desobediencia
Dios rechazó a Saúl como rey, y
eligió a David para que lo
sustituya. Una desobediencia que
tenía aparentemente una buena
excusa, una desobediencia con
una aparente buena intención:
“prefiero la obediencia al
sacrificio”.

Es mejor no comulgar
obedeciendo a la Iglesia que
desobedeciendo
Es imposible que sea grato a Dios
que comulguemos desobedecien-
Inicio - 371
do. Seguro, sin lugar a la menor
duda, es más grato a Dios que no
comulgues si te falta el tiempo de
ayuno como expresión de respeto
y obediencia, que comulgar por
capricho yendo en contra de la
ley de la Esposa de Cristo: ¿te
acordáis del "todo lo que ates en
la tierra será atado en el cielo"?

Conclusión: Tiene más mérito


delante de Dios (es decir, es más
valioso) el acto de obediencia
consistente en dejar de comulgar
para obedecer a la Iglesia, que
comulgar desobedeciendo (si es
que esto tuviera algún mérito y
no fuera una falta...).

Inicio - 372
¿Se puede dispensar?
Algunos fieles pretenden que el
sacerdote, les autorice a
Comulgar sin el debido tiempo de
ayuno. Debemos decir que no
corresponde, ya que el sacerdote
no tiene potestad para dispensar
de una ley eclesiástica: no puede
hacerlo, y, si lo hiciera, el
permiso sería nulo (como si yo te
diera permiso para casarte
siendo menor de edad: no tengo
este poder; si diera el permiso,
sería falso, inválido, nulo).

Motivos Pastorales y Prácticos


Además de los motivos jurídicos,
morales y de méritos para no
comulgar sin el ayuno
correspondiente, también hay un
motivo práctico: Quien deja de
Inicio - 373
comulgar porque "no le dio el
tiempo", calculará mejor la
próxima vez y se preparará con
más delicadeza a comulgar. No le
sucederá más, ya que estará más
atento.
Quien comulga sin el tiempo
debido, cada vez será más laxo
en su cálculo… e irá estirando el
tiempo… Y vivirá en el "filo de la
navaja".

La Eucaristía merece respeto


Hemos de hacer bien las cosas
buenas. No ser chantas para
hacer el bien. Alguno podría
pensar “da igual”, “¿cómo te vas
a hacer problema por unos
minutitos?”, “no seas
exagerado”. No, no da igual. Es
respeto. Es delicadeza. Muestra
Inicio - 374
cuanto valoras el Sacramento.
Comulgar no es cualquier cosa.
Es lo más grande que podemos
hacer en esta vida.
La liturgia hace rezar al
sacerdote antes de recibir la
Comunión en la Santa Misa una
oración con un pedido singular:
que esa Comunión “no sea para
mí motivo de juicio y
condenación”. Por algo lo pide, y
el que lo pide es el sacerdote, y
lo pide para sí mismo.
Si no comulgas un día por no
llegar al ayuno mínimo requerido
de una hora, no pasa nada. No es
pecado, no es una falta de
respeto, no es una falta de
interés. No es obligación
comulgar y, por lo mismo, no es
falta no hacerlo. Si tenéis
Inicio - 375
tantas ganas de comulgar,
ofrece a Dios el no poder
hacerlo; has una Comunión
espiritual. Y cumplí con lo que
está mandado para custodiar la
dignidad de este sacramento.
Es absurdo cometer un pecado
por comulgar sin las debidas
disposiciones, sin ninguna
necesidad de hacerlo
Déjame que lo repita: Dejar
de comulgar no es pecado.
Desobedecer la ley
eclesiástica sí lo es. Obedecer
la ley de la Iglesia es meritorio.
Cometer un pecado intentando
hacer algo bueno es totalmente
ridículo.

Inicio - 376

También podría gustarte