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ENEAGRAMA TERAPÉUTICO

INICIACIÓN AL ENEAGRAMA

Érase una vez un rey muy poderoso y magnánimo. Su felicidad se desvanecía cada
noche al dormirse, ocasión en que tenía un sueño recurrente: soñaba que era un esclavo
que arrastraba gruesas cadenas.
El ser humano posee en sí la esencia divina. En su trayecto por la vida, lleva a cuesta
pesadas cadenas autoimpuestas e ilusorias.
Según la Filosofía Perenne, que constituye el sustrato filosófico sobre el que se
asienta la faz mística de los sistemas espirituales y religiosos (Sufismo, Misticismo
Cristiano, Cábala, Budismo) el ser humano vive en una especie de sueño hipnótico, un
estado ilusorio en que no está ni totalmente despierto ni totalmente presente, al que
Jesús definía con claridad
Aunque miran no ven y
Aunque oyen no escuchan ni entienden (Mt 1.3, 13)

Se trata de una distorsión de la percepción, como si una lente opaca impidiera


percibir las cosas como son, convertidas así en bultos indefinidos, difusos y selectivos.
Es un mirar sin ver, un sentir sin sentir. Se ve además una porción de la realidad: vemos
lo que queremos ver, oímos lo que queremos oír. Y lo demás lo soslayamos, o lo
ocultamos (ojos que no ven, corazón que no siente...).
Es un estado de trance. Los trances representan una falta de libertad a un nivel muy
profundo. La repetitividad, el actuar conforme a pautas viejas, como creyendo que lo que
antes era útil sigue siéndolo hoy.
La vida es cambiante, dinámica, cada día es nuevo y único, e implica riesgo y aprendizaje.
Una visión estancada en el ayer conduce a una acción infecunda en que las pautas y recursos
antiguos ya no son eficaces, y aun así se echa mano de ellos. Eso es el trance. El trance
implica ausencia de creatividad y por ende olvido de los dones intrínsecos.
Para poder ver las cosas como son, para visualizar la realidad a través de una percepción
pura, natural, no distorsionada, hemos de sacarnos las gafas. ¿Y qué veremos entonces?
Veremos simplemente lo que siempre estuvo allí, y antes no podíamos ver.
¿Cómo revertir esa visión errónea, esa manera parcial y limitada de ver (no ver) que
nos aleja de la luminosidad propia de la creación, que hace que nos contactemos de una
manera especular y deformada, que nos impide contemplar serenamente y sin juicios
cada cosa, cada elemento de la naturaleza, purísimo en su esencia y en su dimensión
real? ¿Cómo tomar conciencia de nuestra confusión y de nuestro letargo, y salir de él?
¿Cómo hacer para dejar de pensar el mundo y zambullirnos en la vida?
En el Eneagrama, cada uno de los nueve arquetipos que lo componen se encuentra
dormido a su propio modo. Ninguno puede ver la realidad tal cual es, y sobre todo una
gran parte de ella permanece sin ser registrada.
Si nuestra conciencia abarcara la realidad tal cual es y en toda su dimensión,
estaríamos iluminados. Pero la verdad es que dormitamos, cada uno a nuestro modo. La
sabiduría del Eneagrama es tal, que nos permite convertir esa originalidad de no ser en
un modo particular y único de estar en el mundo. Implica transformar la evitación –no
ser- en acción pura –estar consciente- para ser.
Dicho de otro modo, y pasando una rápida revista a cada arquetipo, si el Uno se
torna consciente, transformará su compulsión-evitación -la imperfección- en excelencia,
acción sobresaliente en su área. El Dos hará de su compulsión -no hacerse cargo de sus
propias necesidades- actos amorosos genuinos. Y así, el Tres saltará de su evitado miedo
al fracaso hacia una eficiencia plena de auténtico liderazgo. El Cuatro, por su parte,
habrá de transformar su compulsiva singularidad en creatividad, en belleza verdadera.
Para el Cinco la transmutación se hará desde el miedo enfermizo al vacío hacia la
sabiduría integrada. El Seis podrá llevar su temor a la transgresión por el camino de la
lealtad enaltecedora y a-dogmática. Para el Siete, la negación del sufrimiento dará paso a
la única y verdadera alegría posible, que no excluye la faceta opuesta. Cuando el Ocho
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convierta su temor a la vulnerabilidad en fortaleza, exaltará la fuerza que como virtud
cardinal engalana su naturaleza. Y el Nueve hará de su evitación del conflicto la paz
genuina que el alma -y el Universo- necesitan.
Cabe preguntarnos, ¿por qué tanto sufrimiento, tanto desencuentro interior y hacia el
entorno, cuando existe una forma natural y saludable de funcionar, acorde con nuestro
dharma, con los ritmos de la naturaleza, como lo preconizan las corrientes místicas de
todas las religiones del mundo? ¿Será quizás parte de ese aprendizaje que cada uno
viene a hacer aquí, hecho de pruebas, ensayos, fracasos, aciertos, de acuerdo a la ley
cósmica de la acción y reacción, la ley del karma?
Lo cierto es que el Eneagrama se ocupa de enseñarnos, de manera operativa y
realista, cómo despertar.
Despertar es recobrar algo que siempre tuvimos y que nuestra visión borrosa no nos
permite percibir. Una especie de gema -don- tras la cual marcharon siempre los héroes
mitológicos. El rescate de la gema a través de nuestro arquetipo eneagrámico implica un
trabajo arduo y riesgoso. Deberemos enfrentarnos con monstruos -sombra- que nos
harán tambalear, visiones que nos llenarán de temor y confusión, al punto que
estaremos tentados de abandonar el intento.
Mas la gema es muy bella y nos espera casi al final del camino -al propio fin no
hemos de arribar- como un oasis al peregrino sediento. Y la magnitud del regalo merece
el esfuerzo. Significa recobrar aquello que siempre tuvimos, acorde a nuestra naturaleza,
a hechura, a semejanza del Creador.
En este camino de redención que el Eneagrama propicia, se nos muestra una trampa
llamada compulsión, que es lo que nos empuja hacia el trance, a la repetitividad, a la
permanencia. Un "pecado" que no es moral sino esencial, espiritual, llamado pasión, que
de alguna manera representa una forma de alejamiento de la Unidad, del Amor, de Dios.
Y nos señala una salida, un rayo luminoso, como un túnel que nos llevara hacia nuestro
verdadero destino humano, ser quienes somos.
En otras palabras, nos enfrentaremos con nuestras partes más sombrías, sin lo cual
no hay redención posible. Pero el vislumbre de la luz será permanente. Sombra y luz,
fallas y talentos, pecado y don, la ineludible paradoja humana, estarán para recordarnos
aquello tan sabio que Jung formuló

No es mirando a la luz como se vuelve


uno luminoso, sino hundiéndose en la
oscuridad. Pero esta labor es a menudo
desagradable y, por tanto, impopular.

Entonces, en el camino del despertar, nuestra actitud será diferente: aquel sendero -
la trampa- sabremos, nos revierte al inevitable trance, en el que habremos de
permanecer dormidos. Este otro sendero -la salida- nos muestra cómo avanzar hacia el
rescate de la gema. Por aquí se va hacia el don, que Dios nos otorgó engalanando
nuestra naturaleza de modo especial para cada uno, y que de algún modo hay que
reconquistar.
El redescubrimiento del don requiere de un trabajo consciente, honesto, consecuente,
un estar alertas, "pescarnos" in fraganti en la falla, rectificar con indulgencia y seguir
adelante.
Como en toda búsqueda del tesoro, se presentarán trampas que nos harán dudar,
tambalear y desear volver a lo de antes, una permanencia segura, sin riesgos, donde
cada cosa está en su lugar, y cada día repite el anterior. Y, aunque borroso, algo vemos.
Mas junto a las trampas estarán las ayudas. Y si permanecemos conscientes y atentos,
advertiremos una especie de "complot" a nuestro favor. Entonces, ya no lucharemos contra el
monstruo, danzaremos con él y advertiremos que nuestra sombra no es tan tenebrosa,
coquetearemos con ella, pactaremos. Después de todo, es una parte de nosotros. Y al fin,
iremos integrándola, para completarnos. Y hemos de hacer lo propio con la otra, la parte
luminosa, que también permanecía oculta, a la que nos resistíamos. Porque no nos
engañemos: si en el trance la oscuridad no nos deja avanzar, la luz no es menos peligrosa, nos

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encandila. En el trance, las cosas son más bien grisáceas, ni demasiado feas ni demasiado
bellas, más bien tienen el color de la permanencia.
Pero la vida no es permanente. La permanencia es sólo una ilusión.
Si queremos mantenernos en la ilusión de la permanencia el Eneagrama no nos sirve. El
Eneagrama es un pasaporte hacia otro lugar. Es un regalo divino, un gran Don para que
despertemos y ocupemos en el mundo el lugar que nos corresponde.
La condición es que nos saquemos la venda que cubre nuestros ojos, nos metamos en
la experiencia dispuestos a todo, nos sumerjamos en la vida y empecemos a ver las cosas
tal como son.

LO QUE EL ENEAGRAMA ES

La palabra enneagramma, derivada del griego, significa "figura de nueve puntas".


El símbolo del Eneagrama es antiquísimo, se remontaría a 2.500 a de C.
Es un símbolo sagrado, cuyo significado se asocia a las leyes cósmicas
universales. Está formado por un círculo, mandala que representa la
unicidad, el Gran Todo.
Dentro del círculo, un triángulo, representativo de la trinidad, idea presente en
las tradiciones espirituales y religiosas de todo el mundo.
La Hexada constituye la tercera figura del símbolo, que introduce la idea de
completud, de complementación de lo masculino con lo femenino, del arriba
con el abajo y a la vez la idea de movimiento, de proceso, de impermanencia.
Así queda conformado el símbolo

en que confluyen la unidad, la trinidad y el movimiento permanente en que la vida se


manifiesta.
Llevado al plano psicológico, el Eneagrama representa los nueve tipos básicos de
personalidad en que la naturaleza humana se presenta. Como tal, su origen se halla en
la Filosofía Perenne, descripción fundamental de la realidad y de la naturaleza humana
que se encuentra en la base de las principales tradiciones metafísicas, ya sea cristianas,
budistas, musulmanas o judías. En especial, se asocia el Eneagrama con el Sufismo, la
rama mística de la religión musulmana, que siempre se abocó a la investigación
profunda de la psiquis y de la espiritualidad.
Sea cual fuere su origen, el Eneagrama es ajeno a toda doctrina o dogma y sirve a
todos, cualquiera sea su credo, raza, sexo o nacionalidad. Ello se debe a que describe
arquetipos, es decir, tipos humanos universales comunes a la especie humana de todos
los tiempos y lugares.
El carácter arquetípico del Eneagrama explica cómo un sistema psicológico puede
tener tanta vigencia desde remotos tiempos hasta hoy, y en lugares tan diversos. A pesar
de las diferencias individuales y sociales, que hacen únicos a individuos y sociedades,
existen rasgos comunes a todos los seres humanos, y esa universalidad, esa condición
arquetípica, ha permitido que el Eneagrama se convierta en un sistema descriptivo de
tipos humanos sin fronteras ni divisiones, accesible a todo individuo que desee
evolucionar.
Por alguna razón, o por muchas, de toda índole, los seres humanos han ido
alejándose de la fuente primigenia, de su origen divino, de su propio centro, la chispa
divina de su ser.

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Durante siglos, emplearon su energía buscando fuera de sí lo que en realidad se halla
dentro. Y a pesar de los avances materiales, tecnológicos, filosóficos y culturales, su
alejamiento de la fuente persistió.
Una élite, que podríamos englobar en la Filosofía Perenne, se ocupó de mantener
intactas las consignas y las vivencias que registran indeleble la marca originaria, la
verdad primigenia del origen.
Hoy, más que nunca, el camino de regreso a casa se halla al alcance de todos.
Cada ser humano posee un tesoro propio, una gema cuyo rescate le aguarda para
llegar a ser quien es.
En su confusión, en su desorientación, en su trance, ha ido desarrollando una
sombra, más o menos voluminosa. Mas en el fondo de su ser está la gema, no del todo
olvidada, cuyo vislumbre alienta su vida, aunque no sea consciente de ello.
El Eneagrama es un instrumento altamente eficaz que nos ayuda a trabajar a dos puntas:
a descubrir, reconocer y transmutar la sombra, manifestada como trampa, pecado o
compulsión. Y nos ilumina acerca de nuestro don, la virtud intrínseca que poseemos como
criaturas divinas. Nos muestra además una salida para marchar del trance a la libertad, del
sueño hipnótico al desarrollo de nuestro potencial, el dharma para cuyo descubrimiento y
realización vinimos a este mundo.
Sólo se nos pide que seamos idealistas como el Uno, amorosos como el Dos, activos
como el Tres, creativos como el Cuatro, sabios como el Cinco, leales como el seis, alegres
como el Siete, tenaces como el Ocho, pacientes como el Nueve. Y, por sobre todo, que
descubramos nuestro propio tipo eneagrámico y lo llevemos al summun de su desarrollo.
En el camino de purificación, de redención, nos iremos acercando a la meta: ser
quienes realmente somos.

QUIÉN ES QUIÉN EN EL ENEAGRAMA

Los Uno
 Perfeccionistas, irritables, nerviosos, ya que evitan la ira y eso los vuelve irascibles.
 Detallistas, meticulosos, ordenados, obsesivos.
 Impacientes, intolerantes. Atados al orden y al deber. Moralistas.
 Sienten mucha ira y la reprimen.
 En aras de la corrección que tanto prestigian se llenan de sombra.
 Idealistas. Marchan en pos de objetivos muchas veces inalcanzables. A la vez son
realistas, capaces de obrar con objetividad y efectividad.
 Autoexigentes en grado sumo. Hiperexigentes con los demás.
 Críticos. Severos jueces de sí mismos y de los otros.
 Cerebrales, racionales, lógicos. En el fondo, instintivos y pasionales, aunque
reprimidos.
Armonizados, son
Honestos, leales, profundos. Capaces de comprender y valorar en profundidad las
situaciones y las cosas. Sobresalientes. Excelentes en lo que hacen. Cruzados de causas
nobles.

Los Dos
 Caritativos. Pendientes de las necesidades ajenas. Dan para recibir.
 Se sienten víctimas ("pobre de mí").
 Manipulan a los demás para que dependan de ellos.
 Complacientes, posesivos, serviciales.
 Orgullosos ("dependen de mí...").
 Se ocupan de "agradar a los demás".
 Por agradar, crean una voluminosa sombra.

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 Elogian y adulan para ser elogiados y adulados, lo que pone en evidencia el orgullo y
la soberbia (muy solapados) propios de este eneatipo.
 Sienten aflicción y hostilidad, que ocultan ("no me pasa nada...").
 Puede que se digan: "si tengo necesidades, los demás me abandonarán".
 Suelen tener cansancio, trastornos psicosomáticos, aumento de peso, adicciones,
hipocondría.
 Muchas veces experimentan bronca o resentimiento, que suelen ocultar o reprimir.
 Escasa autovalía personal.
En su faz positiva, son
Amables, cariñosos, capaces de comprender y ayudar al prójimo. Llenos de amor.

Los Tres
 Pragmáticos, ambiciosos. Pendientes de su imagen.
 Se proponen metas y luchan por ello. Ávidos de éxito.
 Activos, descartan el ocio o la ausencia de actividad. No delegan tareas.
 Conscientes de desarrollar sus talentos y capacidades (aunque a veces confunden su
drama con su tarea exitosa).
 Seguros de sí mismos (en el fondo, una herida narcisista que clama compensación).
 Desean sobresalir del resto, en cualquier área que se lo propongan.
 Muy alejados de su Yo Superior. No saben qué sienten, qué quieren. Ellos hacen.
 Competitivos. Narcisistas.
 La inflación de su ego origina una enorme sombra.
 El "curriculum", las credenciales, la "ropa cara" puede que sean de gran importancia
en sus vidas. Profundo trance.
En su faceta armonizada, son
Activos, tenaces, emprendedores. Hábiles en tareas de equipo. Contagian su
capacidad de trabajo y de acción. Líderes genuinos.

Los Cuatro
 Sensibles, temperamentales, melancólicos, intuitivos.
 Trágicos, solitarios, quejumbrosos.
 Faltos de espontaneidad. Como si estuvieran desempeñando un rol teatral.
 Entregados emocionalmente a las situaciones.
 Su afán de belleza relega a la sombra la otra parte de la realidad.
 Protagonistas de su propia tragedia. El dolor y la tristeza integran naturalmente sus
experiencias.
 Profusa sombra dorada. Ven en los otros lo que no son capaces de tener o realizar
(envidia).
 Enigmáticos y contradictorios. Y se jactan de serlo.
 Rebeldes ante normas y reglas. Quieren que todo tenga su sello.
 Escasa autoestima.
 Imaginativos, fantasiosos. Como si esperaran que alguien o algo los rescatara de la
monotonía reinante.
 Intolerantes ante todo lo que sea "ordinario" o de "mal gusto".
 Ávidos de autoconocimiento.
 Les disgusta obedecer órdenes y rechazan ejercer liderazgo.
Armonizados son
Creativos, originales, capaces de producir belleza en todo lo que hacen.

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Los Cinco
 No se entregan a las experiencias. Más bien permanecen al margen, observando.
 Introvertidos, silenciosos, solitarios.
 Ávidos de conocimiento.
 En su soledad, en su aislamiento, gran parte de las experiencias vitales permanecen
en la sombra.
 Alejados de sus sentimientos, de sus sensaciones. Muy mentales. Cerebrales.
 Informados e inactivos.
 Egoístas, bloqueados en el dar. Tampoco saben recibir, y menos aun pedir.
 Detallistas y profundos en el análisis de todas las cosas.
 Reservados, individualistas.
 Curiosos, elucubradores, investigadores.
 Afectos a juegos solitarios.
En su aspecto positivo
Son buenos escuchas. Poseen un discurso brillante. No critican ni juzgan a los
demás. Inteligentes. Sabios.

Los Seis
 Nerviosos, ansiosos, responsables.
 Preocupados, expectantes.
 Temerosos, desconfiados, dudosos.
 Se aferran a reglas y normas. Dogmáticos. Obedientes (internamente rebeldes).
 Aferrados a lo conocido. Reacios al cambio. Poco creativos. Rutinarios. Trance
profundo.
 Inseguros.
 El miedo y la ansiedad alientan la sombra.
 A menudo adhieren a líderes o a personalidades destacadas, acrecentando su sombra
dorada.
 Aunque tienden a adoptar ideas y argumentos de otros, a la vez son escépticos y
desconfiados. Necesitan corroborar que aquéllos a quienes adhieren son "dignos de
confianza".
 Poseen numerosas subpersonalidades. Ante una decisión, a veces en temas no muy
trascendentes, suelen tener un "comité" interior deliberando.
 Les acecha una constante expectación de contratiempos o peligros.
 Muy pensantes. Les acosan pensamientos anticipatorios. Poseen escasa vivencia del
presente.
En su faz armonizada son
Leales, devotos, buenos compañeros. Responsables. Rápidos y competentes en lo que
hacen.

Los Siete
 Entusiastas, optimistas, espontáneos.
 Rechazan el sufrimiento.
 Afectos, adictos a las situaciones placenteras.
 La faceta negada -el dolor- pasa a engrosar la sombra.
 Buscan gratificaciones de modo constante.
 Insaciables. Nada les resulta suficiente: comida, pensamientos, proyectos,
experiencias.
 Planeadores, más que ejecutores. Son activos, pero suelen no completar etapas.
 Dispersos, indisciplinados, inconstantes.
 De mente ágil y muy profusa.
 Elocuentes, ocurrentes, diestros en los aprendizajes.
 Productivos, animosos, versátiles.
 Joviales, vitales, payasescos.
 Ansiosos. Necesitan "distracciones", en especial para ocupar su mente.

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 Intentan llenar con sustancias o experiencias su vacío afectivo (gula).
 Impacientes y exigentes con los demás. Suelen llegar a la agresividad o a la
insensibilidad.
 Adictivos. La búsqueda desesperada de experiencias gratificantes suelen llevarlos a
las adicciones ("quiero más...". Síndrome del chocolate).
En su faceta luminosa, son
Alegres, capaces de contagiar a los demás su desbordante entusiasmo. Creativos.
Inteligentes.

Los Ocho
 Poderosos, dominantes, intimidadores.
 Activos, emprendedores, constantes.
 Ávidos de justicia. Vengativos.
 Autoritarios. Mandones. Coartan la libertad de los demás "en aras de su propio bien".
Se arrogan el derecho de actuar por los otros.
 Exigentes, desconfiados, intolerantes.
 Iracundos, violentos.
 Profundas negaciones fueron creando una voluminosa sombra.
 Hábiles para zaherir a los demás. Por su agudeza perceptiva y por su incapacidad
amorosa.
 Son directos, comprometidos en sus acciones. Sin dobleces.
 Suelen ser dulces con los animales y los niños. Pero no pacientes ni demostrativos.
 Verborrágicos. Zafados.
 Duros para perdonar y sobre todo para pedir perdón.
 Les aterra la vulnerabilidad, que ocultan bajo una poderosa armadura.
 El contacto emocional con los demás les resulta dificultoso. Por alguna razón,
"congelaron" sus sentimientos.
En su aspecto armonizado, son
Profundos, observadores. Perseverantes, tenaces, heroicos. Líderes. Poseen capacidad
de organización y de mando. Pueden llegar al arrojo y al heroicismo.

Los Nueve
 Conformistas, acomodadizos, dóciles, complacientes, tranquilos. A veces tozudos y
caprichosos.
 Indolentes. Apáticos. Pueden llegar a la obsecuencia.
 Afectos a la comodidad, al quietismo.
 Les cuesta reconocer sus propios valores. A menudo crean una gran sombra dorada:
ven en los demás lo que no son capaces de descubrir en ellos mismos.
 Rutinarios, repetitivos. Al repetir experiencias zafan de la creatividad y la innovación.
Profundo trance.
 Excelentes escuchas.
 Como si huyeran de las experiencias vitales insensibilizándose, o centrándose sólo en
el lado agradable de las cosas.
 Negadores de la sombra -personal, colectiva y cultural- que va creciendo a costa de su
propia energía.
 Experimentan ira, que ocultan.
 Pegados al televisor, que les da la posibilidad de vivir la aventura de otros, en lugar de
la propia.
 Olvidadizos, poco conectados con la realidad.
 No se involucran emocionalmente.
 Faltos de ambición, de compromiso, no asumen riesgos. Permanecen al margen de la
vida.
 Desidiosos, negligentes, sobre todo consigo mismos.
En lo positivo, son
Capaces de irradiar armonía a su alrededor. Pacificadores netos. Ecuánimes.
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FLECHAS, TRAMPAS Y SALIDAS

En el esquema eneagrámico, las líneas que unen los eneatipos presentan flechas
que marcan direcciones.

La dirección de la flecha señala el camino de desintegración, que lleva a la


repetitividad, al trance, que no ofrece resistencia, porque es más directo, más fácil,
menos trabajoso, el que se recorre para permanecer, el más transitado. El camino en
contra de la flecha representa la integración, la posibilidad de redención, que implica un
verdadero trabajo, cargado de revelaciones, descubrimientos, no siempre agradables, de
cómo uno se desenvuelve en la vida. El que debió recorrer Frost cuando expresó: “Dos
caminos se presentaron ante mí, yo elegí el menos transitado, y eso marcó la diferencia”.
No debemos confundirnos creyendo que un eneatipo debe convertirse en otro,
porque tienda a éste. Ello redundaría en una vulneración de su naturaleza esencial, que
corresponde al propio arquetipo eneagrámico, y no a otro. De lo que en realidad se trata
es de procurar los atributos de los arquetipos correspondientes a la flecha que va en
contra, sólo en su faz redimida.
Los eneatipos corresponden a nueve temperamentos o formas esenciales y
constitucionales de ser y de estar en el mundo, a una de las cuales pertenecemos cada
uno de nosotros. Y, aunque vayamos logrando, a través de un trabajo consciente, una
mayor redención día a día, siempre seremos lo que somos, poseeremos las cualidades
que nos atañen por nacimiento, por herencia, por karma, por dharma, por haber nacido
en el seno de un grupo familiar, cultural y social determinado, y en un momento preciso
del devenir humano.
En el camino de la redención, iremos puliendo, iluminando, transformando
nuestro arquetipo. Ello equivale a ir despertando, a ir liberándonos de la trampa de la
repetitividad, hacia un tránsito de mayor naturalidad, libertad y plenitud.

El Uno, cuando se rebalsa, de tanto juzgar, de tanto contener la rabia, tiende a


refugiarse en el Cuatro irredento, melancólico, depresivo, lo que lo puede llevar a la
autodestrucción, ya que no condice con su verdadera naturaleza.
Su salida genuina es hacia el Siete, en que podrá transformar su ira oculta a
través de la espontaneidad, de la alegría, de la capacidad de disfrute. Tendrá así menos
circunspección, menos tensión, y más ligereza, risa, chispa, entusiasmo, propios del
Siete armonizado.

El Dos, cuando no obtiene la retribución que espera de los demás, cuando se


cansa de tanto olvidarse de sí, arremete hacia la hostilidad o la bronca del Ocho, o aun
la violencia, actitudes que sumadas a su característica arrogancia, lo llenan de
infelicidad y de maltrato hacia sus semejantes.
Su salida natural lo lleva hacia el Cuatro. Allí hallará su redención a través de la
creatividad y de darse cuenta de que él es un ser especial, cuyas necesidades requieren
ser priorizadas y atendidas con esmero.

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El Tres, cuando ve tambalear su autoimagen, cuando le pesa mucho mantener
tanto ego, se orienta hacia el Nueve; lo invade el sinsentido, se vuelve contra sí mismo en
actitudes de peligrosa tendencia a la autodestrucción. O quizás se sumerja en la apatía o
en alguna dependencia.
El verdadero camino ha de conducirlo hacia valores menos egoístas, como la
lealtad, la fidelidad, el compañerismo, la capacidad de pertenecer a un grupo sin ser
necesariamente su líder, propias del Seis redimido.

Cuando el Cuatro se desborda, en su melancolía y su separatividad, orienta sus


pasos hacia el Dos, en busca de falso consuelo que puede tornarse co-dependencia
respecto a una persona o a varias, o intentar convertirse en ayudador, remedo
caricaturesco del Dos, vulnerando su esencia.
Su verdadera redención ha de hallarla curando su extrema subjetividad mediante
el realismo, el pragmatismo del Uno, su disciplina, su capacidad de concentración, de
análisis detallista y minucioso de las cosas. Mitigará el sentimentalismo extremo con la
racionalidad y el contacto directo con la realidad, virtudes de aquel arquetipo.

Muy confundido, el Cinco, agobiado, separado de los demás, puede iniciar un


camino falso hacia el Siete, yendo en pos de distracciones, actitudes hedonistas,
desbordes sensuales, ajenos a su naturaleza original.
En cambio, debe lanzarse a la acción fructífera, como un Ocho redimido. Al
contacto con la realidad, con su propio cuerpo y con el cuerpo de la vida. A integrar, a su
tan pensante naturaleza, el instinto y los sentimientos, luego de redescubrirlos.

El Seis, confuso, masoquista, desconfiado, miedoso, equivoca su camino yéndose


al Tres, llenándose de vanagloria y hasta de sadismo, haciéndose paso a costa de los
otros, supliendo sus carencias con falsas vanidades.
Sólo a través de la serenidad y de la paz del Nueve curará su miedo, su
desconfianza y su ansiedad.

El Siete, temeroso del dolor, en su extrema desarmonía, caerá –por mal camino-
en la intolerancia y agresividad el Uno, desvirtuando su verdadera esencia, convirtiendo
su alegría en una mueca de ironía y desprecio hacia los otros.
La sobriedad del Cinco, la autorreflexión, lo llevarán a combinar armoniosamente
el disfrute del mundo con un conocimiento profundo y verdadero de las cosas, con la
sabiduría.

El Ocho, en su desborde, en su extrema compulsión, se orienta hacia el Cinco, se


hace solitario, huraño, pusilánime, pierde su poder y se vuelve culposo y autoagresivo.
Marginado de los demás, se aísla y se aleja de su verdadera naturaleza, la fuerza y la
acción.
El camino hacia el Dos le aportará la única energía capaz de curar el
autoritarismo y la prepotencia: el Amor. Acudirán a él, para redimirlo y enaltecerlo, las
cualidades largamente ignoradas de la amabilidad, la dulzura, el trato cordial hacia los
demás, el Servicio por Amor.

El Nueve, extremadamente desconectado del mundo en su mayor desintegración,


irá al Seis y puede que ponga en peligro su existencia misma, con tantos miedos y con
tanta propensión al autocastigo sumados a su escasa vivencia de la realidad. O quizás lo
lleve al mayor sometimiento hacia una persona, o hacia un grupo, que decidan, que
vivan por él.
Para obtener su redención, el Nueve ha de acudir al Tres, en pos de una meta
clara, con el reconocimiento de sus propios talentos, con una profunda confianza en sí
mismo, para que los demás y el mundo disfruten de sus dones intrínsecos.

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CÓMO ENCONTRAR EL PROPIO ENEATIPO

Lee las afirmaciones de cada eneatipo y adjudícate un puntaje, según los valores siguientes:
Coincido totalmente 15 puntos
Coincido bastante 10 puntos
Coincido poco 5 puntos
No estoy de acuerdo 0 punto

Suma los puntos en el listado correspondiente a cada eneatipo.


El puntaje más alto te orientará sobre el eneatipo que te corresponde.
Trata de remitirte a algunos años anteriores al presente. Responde con total sinceridad,
de acuerdo a lo que realmente sientes. Trata de responder desde todo tu ser, no sólo desde
la mente. Recuerda que todas las emociones son válidas.
Si dudas entre varios eneatipos, puedes recurrir a la ayuda de algún pariente o amigo: le
entregas las listas de rasgos de tus eneatipos posibles, y que responda por ti cada uno de
los ítems. Luego se suman y se comparan.

LISTA DE RASGOS COMPULSIVOS PREDOMINANTES DE CADA ENEATIPO

ENEATIPO UNO
Puntaje Características
1. Soy muy autoexigente.
2. Soy crítico conmigo y con los otros.
3. El tiempo es oro y no lo malgasto.
4. Existe un modo correcto de hacer las cosas, y es preciso respetarlo.
5. Tengo dificultades para relajarme.
6. Los valores morales son unívocos: lo que está bien está bien y lo que está
mal está mal.
7. A veces, me invade la frustración ante las imperfecciones del mundo.
8. Soy metódico, ordenado, detallista y altamente responsable.
9. Me planteo objetivos y me afano en cumplirlos.
10. Quisiera divertirme, pero hay cosas más urgentes.
11. Si no hago las cosas bien, suele invadirme la culpa.
12. La corrección y la honestidad son principios morales que pueden
calificarse de obligatorios.
13. Toda campaña a favor del bien podría contarme como participante, en la
intención o en la acción.
14. Deploro las injusticias.
15. Frecuentemente me irrito ante las cosas que no salen bien, aunque no
suelo estallar.
16. A veces caigo en el desánimo o me deprimo.
17. Los diálogos internos son frecuentes en mi cabeza.
18. Tengo fama de perfeccionista, y en realidad lo soy.
19. No ambiciono el liderazgo, pero bien podría encabezar una campaña en
favor del mejoramiento del mundo.
20. En mi infancia sobresalí como niño modelo.
PUNTAJE TOTAL

10
ENEATIPO DOS
Puntaje Características
1. Me siento orgulloso de ser una persona generosa y servicial.
2. A mi alrededor existe gente que depende de mí, y eso me agrada.
3. Cuando los demás tienen problemas, siempre pueden contar con mi apoyo.
4. Soy una persona sociable, me relaciono con facilidad con todos.
5. Soy cariñoso y amable, pero puedo ser muy rudo en algunas ocasiones.
6. Las necesidades de los demás son prioritarias a las mías.
7. A veces me siento utilizado, y eso me sulfura.
8. Suelo cansarme de colaborar tanto con los demás, pero el reconocimiento que
obtengo me gratifica.
9. Hago mucho por los otros, y no siempre me lo reconocen. A veces siento que doy
más de lo que debería.
10. Lo más importante de la vida es dar.
11. Suelo apegarme a las personas y ellas a mí.
12. Frecuentemente doy ayuda y consejos.
13. Me gusta que reconozcan mis servicios. Siento orgullo por ello.
14. Muchas veces siento que no obtengo retribución y reconocimiento por todo lo que
hago por los otros.
15. Me encanta hacer regalos.
16. Soy atento, cariñoso, la proximidad con las personas que quiero me gratifica.
17. No soy de pedir cosas, en general me autoabastezco.
18. Cuando me enfermo, a menudo no me concedo el tiempo que necesitaría,
Tampoco los demás hacia mí, a pesar de que me desvivo por atenderlos.
19. El corazón es el eje de mi ser.
20. Cuando hago elecciones, me llevo más por lo que siento que por lo que pienso.
PUNTAJE TOTAL

ENEATIPO TRES
Puntaje Características
1. Reconozco que soy una persona activa, emprendedora y eficaz.
2. Me interesa el éxito y me afano por lograrlo.
3. El fin justifica los medios. Soy imparable en el camino de los logros personales.
4. Me planteo metas claras y me esfuerzo mucho en pos de ellas.
5. Jamás paro. El ocio no es para mí.
6. Cuido mucho mi imagen. Si algo me pasa trato de que los demás no lo noten.
7. Admito que soy ambicioso, competitivo y capaz de triunfar en lo que me propongo.
8. Soy muy bueno para trabajar en equipo y puedo ser un buen líder.
9. Priorizo el hacer, antes que el ser o el sentir.
10. Mientras más me esfuerce, más lejos llegaré y más aprecio obtendré de los demás.
11. El tomar decisiones y llevarlas a cabo es algo que hago con eficiencia.
12. Las críticas de los demás a veces me afectan, pero puedo obviarlas y no tenerlas
en cuenta.
13. Me identifico con el trabajo al punto de que frecuentemente relego otros aspectos
de mi vida.
14. Tomarme vacaciones no es mi estilo. Si lo hago, por lo general acarreo los motivos
y preocupaciones de mi trabajo.
15. Siempre me interesó que mis padres y amigos estuvieran orgullosos de mí.
16. El fracaso no figura para nada en mi agenda de posibilidades.
17. Soy rápido, impaciente, imparable, por lo general llevo a buen término mis proyectos.
18. A veces se me desliza una mentira, pero no daño a nadie con ello.
19. Me cuesta relajarme, estar sin hacer nada, o en silencio.
20. Si siento algún síntoma, por ejemplo, un malestar o un dolor, sigo adelante como
si nada.
PUNTAJE TOTAL

11
ENEATIPO CUATRO
Puntaje Características
1. Aparezco ante los demás como una persona rara, diferente, difícil, y ello no me aflige.
Más bien me complace.
2. Me encanta la soledad. El sentimiento de soledad es muy fuerte en mí, aun cuando
estoy con otras personas.
3. Me afectan las rupturas, las despedidas, los finales. Tiendo a dramatizarlo todo.
4. Soy nostálgico, melancólico, y a veces trágico. A menudo siento como que mi vida es
una tragedia que voy protagonizando día a día.
5. Oscilo entre los extremos, el punto medio de las cosas no es mi fuerte.
6. No soy bueno para integrar equipos, y si lo hago, lo único que me interesa es la parte creativa.
7. Me considero y estoy catalogado como creativo, temperamental, intuitivo, afecto a lo
simbólico y a lo misterioso.
8. El mal gusto me exaspera.
9. Priorizo el autoconocimiento y mis necesidades emocionales a todo lo demás.
10. Me interesa por sobre todo mi singularidad. Me espanta la mediocridad.
11. Me gustaría tener la espontaneidad que poseen otras personas.
12. Generalmente me siento incomprendido.
13. Mi modo de actuar y de relacionarme es principalmente a través de los sentimientos.
14. Soy de difundir las cosas que llegan a mi conocimiento.
15. Muchas veces siento una infravaloración respecto de los demás.
16. Otras veces, me parece que nadie puede llegar a los niveles a los que yo llego.
17. La introspección es en mí algo casi permanente.
18. Me inclino mucho hacia lo bello, lo armonioso, lo estético.
19. Suelo apegarme as las personas o a las situaciones.
20. Otras veces me siento víctima de la realidad, de la vida, de todo, como si arrastrara un
karma muy pesado.
PUNTAJE TOTAL

ENEATIPO CINCO
Puntaje Características
1. No suelo compartir mis sentimientos, soy introvertido y reservado.
2. Cada tema requiere una información adecuada, un estudio detenido, detalle por detalle.
3. El conocimiento y la información son lo más importante que existe para mí; no los
comparto, más bien los acumulo, los guardo.
4. Sé mucho, conozco, me informo sobre todo, y en algunas áreas soy un experto. Me
apasiona la investigación.
5. Mi mente es en mí la parte más activa. Pienso, razono, elucubro todo el tiempo.
6. El tiempo es sagrado, no lo derrocho. Tampoco derrocho mi dinero, mis energías, mis
afectos. Soy de guardar y atesorar.
7. Suelo tomar distancia de las situaciones. Por lo general, no me involucro. Y que no se
involucren conmigo.
8. La soledad es mi mejor compañera.
9. Los temas triviales no me interesan ni me incumben. Hay mucha ignorancia en este mundo.
10. No soy de tomar iniciativas. Tampoco soy una persona de acción.
11. A mis conocimientos, no los suelo compartir. Tampoco otras cosas. Caigo más bien en
la reserva o en la mezquindad. Así soy yo.
12. Tengo mucha facilidad para el análisis. También soy bueno para resumir y sintetizar.
13. No soy persona de andar pidiendo cosas. Tampoco a mí me suelen pedir mucho.
14. Las cosas superficiales no son motivo de mi interés.
15. Nunca he sido una persona sentimental.
16. Desde niño he escuchado elogiar mi inteligencia.
17. No soy un buen comunicador.
18. Siempre fui muy introvertido.
19. El autoconocimiento no me aflige demasiado. Más bien me oriento al análisis
profundo de las cosas.
20. Debería hacer más ejercicio.
PUNTAJE TOTAL
12
ENEATIPO SEIS
Puntaje Características
1. Siempre he sido -y así me ven los demás- una persona moderada y prudente.
2. Temo cometer errores, ser objeto de críticas o de burlas. Me cuido muy bien al
respecto, tomo todos los recaudos.
3. Soy una persona dudosa, desconfiada, insegura y miedosa. Me aterra el futuro.
4. La lealtad -a la familia, al grupo, al país- siempre me preocupó.
5. La autoridad, las normas, las leyes, son muy importantes para mí. A la vez, suelo
desconfiar y renegar de ellas.
6. Algunas personas me inspiran especial respeto, y se convierten a veces en líderes
o héroes para mí.
7. Soy constante y perseverante. A veces no paro hasta terminar con lo que me he propuesto.
8. Tengo muy claro el sentido del deber y de la responsabilidad.
9. Me gusta que las cosas se hagan según un orden y un plan. No soy innovador.
10. Mi historia sería otra si tuviera más coraje.
11. A veces, el miedo, la ansiedad o la incertidumbre me paralizan.
12. Me espanta pensar en la muerte. Prefiero soslayar el tema.
13. El exceso de responsabilidad suele agobiarme.
14. Creo que las leyes están para ser cumplidas, de manera bastante taxativa.
15. A veces siento que hay en mi cabeza varias personas, casi siempre en pugna entre sí.
16. Soy una persona predominantemente pensante.
17. Me cuesta demostrar lo que sé o lo que valgo.
18. Muchas veces, anticipo el fracaso o preveo los malos desenlaces.
19. Ansío por sobre todo tener paz dentro de mí.
20. Siento que no empleo la creatividad que quizás posea. Me gana el miedo a correr riesgos.
PUNTAJE TOTAL

ENEATIPO SIETE
Puntaje Características
1. Me gusta disfrutar de todas las cosas.
2. Siempre estoy ávido de nuevas experiencias. No aguanto el aburrimiento.
3. A veces soy atolondrado, impaciente e inconstante. Suelo no terminar lo que he
empezado y a menudo me disperso.
4. No soporto la tristeza ni el sufrimiento. En realidad, los eludo, y si vienen, no
permito que se instalen.
5. Suelo aparecer como inmaduro, infantil, juguetón y dicharachero.
6. Soy alegre y optimista por naturaleza. Y bastante crédulo.
7. Mi mente es parlanchina, como yo.
8. A veces, mi excesiva avidez me lleva a la adicción.
9. Por sobre todas las cosas, deseo ser feliz.
10. La vida es un valle de alegría y de risas.
11. Soy afecto a contar chistes, aun en momentos dolorosos.
12. No persevero con las cosas. Necesito permanentemente de nuevas experiencias.
13. En ocasiones me pongo terco e intolerante.
14. El silencio y la soledad no van conmigo.
15. La puntualidad no es mi fuerte, ni me preocupa el hecho.
16. Evito meterme en situaciones conflictivas.
17. De mi infancia he grabado más que nada los recuerdos felices.
18. La vida es una sola, y hay que disfrutarla.
19. No me gustan las ataduras. Tengo más fama de incumplidor que de una persona
de palabra.
20. Tengo amigos por todos lados. La gente busca mi compañía.
PUNTAJE TOTAL

13
ENEATIPO OCHO
Puntaje Características
1. Soy tenaz, ambicioso y constante. Un hacedor.
2. Me atrae el poder y estoy capacitado para ejercerlo.
3. He batallado mucho para lograr lo que tengo y lo defiendo a toda costa.
4. No soporto la debilidad, ni tampoco a los débiles. Eso sí, tengo un fuerte sentido
de la justicia.
5. El autoconocimiento y el autoanálisis no son de mi incumbencia.
6. La amabilidad, la suavidad, la dulzura, no son actitudes corrientes en mí.
7. Soy una persona agresiva, desafiante y rencorosa. A veces violenta.
8. Soy un organizador y un trabajador de primer nivel.
9. Si tengo que enfrentarme con quien sea, lo hago sin pestañear.
10. No me gusta estar solo.
11. No mido mis palabras. Digo lo que tengo que decir.
12. La culpa o el arrepentimiento no son mis puntos débiles.
13. No soy una persona complaciente, ni siquiera amable. Expreso lo que siente.
14. Me enojo a menudo. Me altera que me desobedezcan y muchas otras cosas, como
la falta de determinación de la gente.
15. Soy una persona cien por cien activa y determinada.
16. Soy realista, tengo bien puestos los pies sobre la tierra.
17. Creo que la justicia debería ser más rigurosa. Así no habría tanta delincuencia.
18. Muchos valores morales se han perdido. No admito ciertas ligerezas tan en boga hoy.
19. No suelo recordar mis sueños. Tampoco me interesa.
20. Muchas veces actúo con cierta rudeza, pero lo hago por el bien de los demás.
PUNTAJE TOTAL

ENEATIPO NUEVE
Puntaje Características
1. Inspiro confianza y seguridad a los que me rodean. Me dicen que irradio paz.
2. Me gusta la comodidad. Soy muy pasivo y hasta suelo caer en la vagancia.
3. Evito las peleas o discusiones. Por sobre todo, me interesa que haya paz. Soy por
antonomasia un buen árbitro.
4. No soy ambicioso. A veces, me parece que la vida pasa al lado mío sin que me dé cuenta.
5. Es como si la vida tuviera su propia dinámica. Poco es lo que podemos hacer para
cambiarla.
6. Las urgencias no me perturban. Si hay que esperar, espero.
7. No soy de los que se esfuerzan demasiado ni de los que malgastan su energía.
8. A veces, me distraigo, me evado de la realidad. Puedo caer en la somnolencia, pero
jamás en el insomnio.
9. Soy estable, tranquilo, pacifista, desapasionado.
10. Más que disentir con las personas, suelo estar de acuerdo con ellas.
11. No suelo enojarme. ¿Qué voy a ganar con eso?
12. A veces me pongo miedoso y ansioso. Es como si el mundo me cayera encima.
13. La voluntad no es mi fuerte. Frecuentemente, no puedo arrancar en la mañana.
14. Muchas veces me aburro, y siento que no tengo un gramo de energía.
15. Me cuesta decir “no”. No sé si es por complacencia o por desgano.
16. Mi ley es la del menor esfuerzo.
17. ¿Si soy apático? Puede ser…
18. Suelo caer en la distracción y en la falta de memoria.
19. No soy una persona exitosa, ni me lo propongo.
20. Puedo pasar largas horas sumergido en la contemplación o escuchando música.
PUNTAJE TOTAL

14
TEST RÁPIDO DE IDENTIFICACIÓN EN EL ENEAGRAMA (TRIE RISO-HUDSON).

El TRIE ha sido transcripto del libro “La Sabiduría del Eneagrama”, de Don Richard Riso y Russ
Hudson.

Instrucciones para el Test

Para obtener del TRIE un resultado correcto, es importante que leas y sigas estas
sencillas instrucciones.
 En cada uno de los dos grupos siguientes, elige el párrafo que refleje mejor tus actitudes y
tu comportamiento generales, según tu forma de ser la mayor parte de tu vida.
 No es necesario que estés totalmente de acuerdo con cada palabra o afirmación del párrafo
que elijas. Basta con que estés de acuerdo en un 80 o 90 por ciento con lo que dice el
párrafo para elegirlo antes que los otros dos del grupo. Pero sí deberás identificarte con el
tono general, con la ideología o “filosofía” global de ese párrafo. Probablemente no estarás de
acuerdo con alguna parte de cada uno de los párrafos. No rechaces un párrafo debido a
una sola palabra o frase. Mira el cuadro general.
 No analices demasiado para elegir. Elige el párrafo que tu “instinto visceral” te dice que es el
que te corresponde, aunque no estés de acuerdo con todo. La idea general y el sentimiento
del párrafo en su conjunto es más importante que sus elementos individuales. Guíate por
tu intuición.
 Si no logras decidir con qué párrafo te identificas más en uno de los grupos, puedes elegir
dos, pero sólo en un grupo; por ejemplo, C en el grupo 1 y X e Y en el grupo 2.
 Escribe la letra elegida en el casillero correspondiente.

GRUPO I

A. Tiendo a ser bastante independiente y confiado: pienso que la vida va mejor cuando la
esperas de frente. Me fijo objetivos, me comprometo y deseo que ocurran las cosas. No me
gusta quedarme sentado, prefiero realizar algo grande y dejar mi huella. No busco
necesariamente confrontaciones, pero no me dejo llevar ni empujar tampoco. La mayor parte
del tiempo sé lo que quiero y voy a por ello. Tiendo a trabajar mucho y a disfrutar mucho.
B. Tiendo a estar callado, y estoy acostumbrado a estar solo. Normalmente no atraigo mucho
la atención en el aspecto social, y por lo general procuro no imponerme por la fuerza. No
me siento cómodo destacando sobre los demás ni siendo competitivo. Probablemente
muchos dirían que tengo algo de soñador, pues disfruto con mi imaginación. Puedo estar
bastante a gusto sin pensar que tengo que ser activo todo el tiempo.
C. Tiendo a ser muy responsable y entregado. Me siento fatal si no cumplo mis compromisos o
no hago lo que se espera de mí. Deseo que los demás sepan que estoy por ellos y que haré
todo lo que crea que es mejor por ellos. Con frecuencia hago grandes sacrificios personales
por el bien de otros, lo sepan o no lo sepan. No suelo cuidar bien de mí mismo; hago el
trabajo que hay que hacer y me relajo (y hago lo que realmente deseo) si me queda tiempo.

15
GRUPO II

X. Soy una persona que normalmente mantiene una actitud positiva y piensa que las cosas se
van a resolver para mejor, Suelo entusiasmarme por las cosas y no me cuesta encontrar en
qué ocuparme. Me gusta estar con gente y ayudar a otros a ser felices; me agrada compartir
con ellos mi bienestar. (No siempre me siento fabulosamente bien, pero trato de que nadie se
dé cuenta.) Sin embargo, mantener esta actitud positiva ha significado a veces dejar pasar
demasiado tiempo sin ocuparme de mis problemas.
Y. Soy una persona que tiene fuertes sentimientos respecto a las cosas, la mayoría de la gente
lo nota cuando me siento desgraciado por algo. Sé ser reservado con los demás, pero soy
más sensible de lo que dejo ver. Deseo saber a qué atenerme con los demás y con quiénes y
con qué puedo contar; la mayoría de las personas tienen muy claro a qué atenerse
conmigo. Cuando estoy alterado por algo deseo que los demás reaccionen y se emocionen
tanto como yo. Conozco las reglas, pero no quiero que me digan lo que he de hacer. Quiero
decidir por mí mismo.
Z. Tiendo a controlarme y a ser lógico, me desagrada hacer frente a los sentimientos. Soy
eficiente, incluso perfeccionista, y prefiero trabajar solo. Cuando hay problemas o conflictos
personales trato de no meter mis sentimientos por medio. Algunos dicen que soy
demasiado frío y objetivo, pero no quiero que mis reacciones emocionales me distraigan de
lo que realmente me importa. Por lo general, no muestro mis emociones cuando otras
personas “me fastidian”.

Interpretación del Test

Las dos letras que has elegido forman un código. Por ejemplo, en el caso de elegir el párrafo C del grupo
I y el párrafo Y del grupo II, el código de dos letras que se forma es CY. A la derecha tienes el cuadro que
indica a qué tipo corresponden los diferentes códigos formados; en el caso de CY, es el tipo Seis, el Leal.

Código Tipo Nombre del tipo y características principales


AX 7 El entusiasta. Optimista, hábil, impulsivo.
AY 8 El desafiador. Seguro, decidido, dominante.
AZ 3 El triunfador. Adaptable, ambicioso, consciente de su imagen.
BX 9 El pacificador. Receptivo, tranquilizador, complaciente.
BY 4 El individualista. Intuitivo, esteta, ensimismado.
BZ 5 El investigador. Perceptivo, innovador, objetivo.
CX 2 El ayudador. Humanitario, generoso, posesivo.
CY 6 El leal. Encantador, responsable, defensivo.
CZ 1 El reformador. Racional, de sólidos principios y autodominio.

Del Libro Eneagrama, Los Nueve Caminos de la Vida


Martha Beatriz Carranza – Silvia Cristina Ciarlante ©

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