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Derecho al trabajo

El derecho al trabajo es el derecho fundamental humano por el que toda persona tiene el derecho al trabajo, a la
libre elección del mismo, a condiciones y satisfactorias de trabajo, a la protección contra el desempleo, con equidad
salarial, remuneración digna, protección social y derecho de sindicación.

Podemos decir que el Derecho del Trabajo, tal como lo dice su nombre, es aquel que se encarga de regular, controlar
y legislar sobre los diferentes temas relativos al mundo laboral tales como los derechos y las obligaciones de las
partes que componen el mundo laboral (tanto empleados como empleadores), las condiciones de pago y de
remuneración, los servicios que deben ser incluidos en el pago, etc.

Características del derecho laboral

Las principales características del derecho laboral son las siguientes:

Es un derecho relativamente nuevo y está en constante expansión.

Su significado es meramente protector.

Protege al trabajador pues considera que es la parte más débil de la empresa.

Es un derecho obligatorio pero está al margen de la ley.

Únicamente protege a los individuos que tienen una relación laboral.

Características del derecho laboral: Comparado con otras especialidades, el derecho laboral es una rama de reciente
formación y que se encuentra en progresiva expansión. Es así que permanentemente se van incorporando nuevos
conocimientos y experiencias que enriquecen a esta vertiente del derecho.

Sujetos: En el marco de la relación laboral, esta rama del derecho toma en cuenta a dos sujetos: los trabajadores,
tanto en forma individual como organizados colectivamente, y los empleadores. No debe confundirse al empleador
con el empresario, ya que éste último puede o no contar con trabajadores en relación de dependencia.

Autonomía: Más allá de su inclusión en el denominado derecho positivo, el derecho laboral es una rama autónoma e
independiente, con sus propias normas y principios.

Fuentes: Aunque resulte obvio, es necesario tener en cuenta que la fuente primordial del derecho laboral son las
leyes, en tanto representantes de la intervención estatal con el propósito de regular esta materia. Cuando existe una
estructura federal, se produce una combinación de herramientas generadas a nivel central con otras producidas en
cada división territorial.

Naturaleza obligatoria: La existencia de leyes que regulan la actividad laboral por cuenta ajena obliga a las partes a
atenerse a las resoluciones judiciales. Sin embargo, los empresarios, trabajadores y sus representantes cuentan con
total libertad para reunirse y negociar las condiciones del trabajo.

Significado protector: Esto significa que al centrarse en la parte más vulnerable de la relación laboral (el trabajador)
cumple una función de tutela de las necesidades del mismo.

Significado profesional específico: Esto quiere decir que el derecho laboral regula únicamente a una parte específica
de la población, aquella que se encuentra alcanzada por las relaciones laborales en cuestión.

Carácter dinámico: Al regular los aspectos jurídicos de las relaciones laborales que se establecen entre dos sectores
de la sociedad con características y necesidades en permanente cambio y evolución (trabajadores y empleadores),
puede decirse que el derecho laboral es una especialidad fuertemente dinámica.
Hecho social: Teniendo en cuenta que regula cuestiones como los salarios, la justificación de los despidos, las
huelgas, las horas de trabajo y otros aspectos que determinan las condiciones sociales de cada actividad, el derecho
laboral debe ser considerado un hecho social.

Regulación del trabajo subordinado: Solamente las actividades laborales por cuenta ajena forman parte del derecho
laboral. En consecuencia, la actividad de un médico que trabaja en relación de dependencia para un nosocomio
determinado estará regida por el derecho laboral, pero no así la tarea de un médico independiente que trabaja por
cuenta propia y no responde a un empleador.

Antecedentes históricos

Antecedentes: Luego de la caída del Imperio Romano, la cultura laboral pasó a nuevas generaciones que crecieron
en ambientes en donde el trabajo era necesario y era además considerado como un bien social. Se debe recordar
que en la edad media surgió el feudalismo y entre los señores feudales y la iglesia católica se repartían el trabajo de
los trabajadores.

Al finalizar la edad media surgió la Revolución Industrial y con ella una nueva ideología que decía que la riqueza
también se podía obtener cuando había oportunidades para crecer y enriquecerse.

En la época moderna, el derecho laboral tiene antecedentes tales como la misma revolución industrial, la
competencia, el liberalismo y el comunismo. A finales del año 1940, surgió el derecho de trabajo que es el principal
antecedente del derecho laboral del que disfrutamos hoy en día.

Historia: A principios de la década de 1980, voces fuertes en derechos humanos, trabajo, académicos y comunidades
religiosas formaron una coalición para luchar por los derechos de los trabajadores en el comercio internacional. En
1984, la coalición logró establecer una legislación que vinculaba el otorgamiento de beneficios comerciales y de
inversión de los EE. UU. En 1986, el grupo lanzó el Fondo de Educación e Investigación de Derechos Laborales
Internacionales para monitorear la aplicación de estas leyes y desarrollar otros medios para proteger los derechos de
los trabajadores en todo el mundo.

Muchos de los éxitos del derecho laboral de la actualidad han sido el resultado de la participación y el liderazgo de
las diferentes agrupaciones; una estrecha colaboración con los sindicatos y otros socios de todo el mundo, incluidas
las organizaciones religiosas y de consumidores; y un diálogo continuo con gobiernos y empresas.

Resumen general

En la antigüedad, a diferencia de nuestros tiempos, el trabajo era visto como condena, sanción, era impuesto,
forzoso. La única vía existente para que los seres humanos asumieran el concepto de trabajo como tal, era la
esclavitud. En la biblia, específicamente en el libro del Génesis, se considera el trabajo como un castigo, una forma
de disciplinar. No fue sino a través del cristianismo, cuando en la edad media, el trabajo comenzó a ser visto como
un deber, moralmente aceptado y necesario para la supervivencia.

Posteriormente, y abolida la esclavitud, el feudalismo se impone como régimen, dando origen a la figura del vasallo,
quienes a cambio de protección, pagaban con trabajo. Paralelamente, en las grandes ciudades se instauraba el
sistema artesanal, controlado por sociedades profesionales vale decir: asistenciales, políticas, económicas y
educativas.

El capitalismo, viene a romper con los regímenes anteriores, dando origen a sistemas de trabajo diferentes. Con la
desaparición de la esclavitud, surge la figura del salario, para determinar la disposición de mano de obra trabajadora
para la producción común; para ese entonces el salario se generalizaba a través de la afluencia del oro. Este sistema
se nutre potencialmente, de la mano de obra campesina, la cual se muda a las ciudades en búsqueda de
oportunidades, mujeres y niños eran insertos en este mercado laboral, por salarios inferiores a lo de los hombres, a
pesar de hacer un trabajo igual. Para formalizar esta actividad, se da uso del contrato de trabajo, en el cual quedaba
asentado por escrito el compromiso del trabajador a realizar alguna actividad a cambio de un costo, basándose el
referido contrato, en los arrendamientos de servicios, establecidos en el derecho romano.

Esta relación laboral, trajo como consecuencia la emigración en masa del campesino hacia las ciudades, originando la
formación de la figura del proletariado, los cuales se agrupaban en grandes cantidades en los suburbios, éstos, al no
disponer de los recursos del campo, se tenían que conformar con lo que le ofrecieran. Esa lamentable situación, trajo
consecuencias desastrosas para los trabajadores, donde los patronos, obviaban la condición humana, sometiéndolos
a la constante explotación y humillación, limitando la figura del trabajo, a una simple juego o ley de oferta y
demanda, sin importar consideración alguna sobre la persona que lo prestaba.

Pero es la llamada Revolución Industrial, la cual se inició en Europa, específicamente en Inglaterra a finales del siglo
XVIII, donde el poder de los empresarios contra los trabajadores, provocó los más grandes abusos, sometiéndolos a
las más duras y aberrantes condiciones de vida, con jornadas laborales superiores a las quince horas, insalubridad en
las fabricas y mano de obra trabajadora a partir de los seis años de edad.

La evolución ha sido muy lenta, debieron pasar siglos, crisis, abusos, humillaciones, entre otras formas bochornosas
de explotación del hombre, para que a mediados del siglo XIX, se le dieran forma a las primeras leyes o normas
regulatorias de lo que hoy llamamos Derecho del Trabajo.

La Ley Inglesa de 1.802, puede considerarse el primer intento legislativo de fijar una norma laboral, la cual, aunque
contenía muchas deficiencias y errores, establecía la protección infantil y la regulación de ciertas condiciones de
trabajo. Paralelamente en Países como Alemania, se legislaba sobre las condiciones de trabajo y seguridad social;
Italia, sobre la protección de menores; España, creaba un Instituto sobre reformas sociales; ya en nuestro
continente, se creaban las oficinas Estadísticas del trabajo en los Estados Unidos; y es en Brasil, se instauran normas
regulatorias para la protección infantil a mediados de 1890.

Resumen del trabajo historia

Modo esclavista de producción: Fue el primer modo de producción basado en la explotación que aparece en la
historia; surgió por descomposición del régimen de la comunidad primitiva. El modo esclavista de producción
alcanzó su máximo desarrollo en la Grecia antigua y, sobre todo, en la Roma clásica. No todos los pueblos, sin
embargo, han pasado por ese modo de producción en su desenvolvimiento histórico.

En el régimen esclavista, las relaciones de producción estaban basadas en la propiedad sobre los medios de
producción y sobre los esclavos considerados “instrumentos parlantes” sin derecho alguno y sujetos a explotación
cruel. El trabajo del esclavo, que tenía un carácter abiertamente bajo coerción, se aplicaba en gran escala en los
latifundios y la producción artesanal.

En esta sociedad, al lado de las clases fundamentales existían campesinos libres, artesanos y mercaderes. Los
contingentes de esclavos se nutrían, sobre todo, con las guerras y, parcialmente, con los campesinos y artesanos que
se arruinaban. En lo fundamental, la economía presentaba un carácter cerrado, natural, pero aumentó la división del
trabajo y el cambio, ello dio origen a la producción mercantil.

La explotación de una importante masa de esclavos creaba el plus producto, lo cual permitió a la capa alta esclavista
liberarse del trabajo físico en la producción material –trabajo que empezó a ser considerado como ocupación indigna
de un hombre libre– y a dedicarse al gobierno, a la política, a la ciencia y al arte.

Surgió de este modo la oposición entre el trabajo físico y el trabajo intelectual y nació la oposición entre la ciudad y
el campo. El modo esclavista de producción era progresivo en comparación con el régimen de la comunidad
primitiva, dado que la esclavitud hacia posible un mayor desarrollo de la producción. Sin embargo, con el tiempo el
régimen esclavista se convirtió en un freno para el desarrollo de la sociedad.
Los esclavos no estaban interesados por el resultado de su labor. Bajo la esclavitud se empleaba solo instrumentos
primitivos y la productividad del trabajo seguía siendo baja. Se explotaba a los esclavos de manera tan cruel que su
vida era corta y las fuentes que permitían completar los efectivos necesarios se agotaron.

El régimen esclavista entró en periodo de crisis. Lo cuarteaban las sublevaciones de esclavos y la lucha de
campesinos libres contra los dueños de esclavos. El hundimiento del modo esclavista de producción se aceleró
debido a los ataques desde el exterior y su puesto fue ocupado por el modo feudal de producción.

Antecedentes del Derecho laboral durante la Edad Media

Tras la caída del Imperio Romano, esta cultura laboral tan denigrante para el ser humano pasó a ser ocultada y
escondida sin acceso al pueblo. Las nuevas generaciones crecieron en un ambiente donde el trabajo, aparte de
necesario, comenzó a ser considerado un bien social, una forma de sustento casi única y obligatoria... Lo que todos
conocemos hoy en día.

Entre los señores feudales y la Iglesia Católica se repartían todo el trabajo y no me refiero al sudor de su frente, sino
con el sudor del de enfrente.

De forma intermedia entre los que cobran y los que trabajan aparecían tímidamente las actividades artesanales.
Estos autónomos medievales se movían en la frágil frontera entre ambos bandos, siempre con el miedo a parecer
demasiado rico o demasiado pobre y desencajarse del puzle (rompecabezas). En esta situación, es del todo
impensable la formación de posibles sindicatos o de algún tipo de Derecho laboral.

Fue al final de la Edad Media cuando surgió, gracias a la Revolución Industrial, una nueva ideología que dijo que la
riqueza no se centra exclusivamente en tener o no propiedades de tierra. La Revolución Industrial enseñó que la
riqueza no solo se obtiene por nacer en una familia noble, que en cualquier parte hay oportunidades de crecer, que
las necesidades humanas pueden ser satisfechas y, gracias a ello, uno puede enriquecerse. Nació el concepto del
“consumo”. Todo esto nos resulta demasiado familiar como para no darnos cuenta de que la humanidad comenzaba
a entrar en lo que, posteriormente, se denominó Edad Moderna.

Antecedentes del Derecho laboral durante la Edad Moderna

Durante la Edad Moderna nos vamos a hechos históricos como el descubrimiento de América, la fiebre del oro, la
inflación, el cohecho, la corrupción...., estos términos, seguro estamos todos de acuerdo, son términos modernos. En
ese periodo surgieron las grandes fábricas, grandes mercados y la nueva maquinaria que, a la vez, fomentó nuevos
sistemas de producción y nuevas necesidades sociales. Nació la gran competencia.

En 1791 el poder político comenzó a perder fuerza a favor de los trabajadores, en Francia apareció la llamada “Le
chatelier” que concede a los trabajadores el derecho a asociarse y a formar corporaciones sin riesgo a ser
encarcelados o vejados.

Posteriormente, con el inicio de la Revolución Francesa, la vieja Europa inició un viaje que ya no podría volver atrás,
desaparecieron las antiguas leyes de trabajo dejando paso a un fresco aire de liberalismo y comunismo. Y, por fin,
allá por 1848, se creó el Manifiesto Comunista con el Derecho del trabajo, que es el antecedente oficial de lo que
hoy conocemos como el Derecho laboral moderno.

Evolución histórica del trabajo

El Derecho del trabajo no es muy antiguo, pero el trabajo existe desde que el ser humano ocupó el mundo e, incluso,
en la Biblia se habla de él, específicamente en el libro del Génesis, pero como castigo. No era una norma jurídica,
sino una manera de disciplinar a nuestros primeros padres por desobediencias a Dios, eso hizo que naciera el trabajo
como un castigo y, en realidad, no existía legislación sobre la actividad laboral, no se sabía lo que significaba pacto
entre trabajador y empleador.

Roma Clásica

En ella se consideraba que el trabajo no era para las personas, sino para los animales y las cosas, dentro de las cuales
se encontraban ciertas categorías de la especie humana que tenían condición de esclavo. El trabajo era en esos
tiempos denigrante y despreciativo, la condición de esclavo en Roma se adquiría, por ejemplo, por el hecho de
perder una guerra, así el ganador de la misma tenía dos opciones, matar o no al perdedor.

Si lo mataba, allí quedaba todo, pero en el caso que decidiera no hacerlo la persona pasaba a ser de su propiedad;
pero, como el hecho de mantenerlo le ocasionaba un costo, esos gastos debían reintegrarse de alguna manera, por
ello el perdonado debía trabajar para el perdonador como su esclavo. No existía en Roma el derecho al trabajo en el
sentido técnico de la expresión, por lo tanto, no era regulado, no había Derecho del trabajo.

En muchos casos las personas que desarrollaban estas actividades no eran ciudadanos romanos, por eso no eran
sujetos a una relación de trabajo, además, ellos no eran retribuidos por prestar esa actividad, solo se le reconocía
ciertos honores públicos, de allí viene la idea de lo que conocemos hoy en día como defensor Ad-Litem, con una
carta Ad honorem y, lógicamente, la expresión honorario.

Edad Media

Efectivamente comenzó con la caída del Imperio Romano; con la invasión, los monjes católicos romanos escondieron
toda la información y los conocimientos, por lo tanto, eran los únicos que tenían acceso a la cultura; hubo una época
en que no pasó nada, el hombre se dedico a pasar el tiempo, no progresó la ciencia ni la cultura. Cuando los monjes
comenzaron a mostrar la cultura surgió una nueva concepción de trabajo, ya no es considerado como denigrante
peyorativo para el esclavo. Surgió una nueva concepción moral de trabajo, llegando a la concepción de la cualidad
humana, esto gracias a una expresión salida de los monasterios portugueses “El ocio es el enemigo del alma”.

También existían otras personas que realizaban otras actividades artesanales o profesionales liberales que eran,
realmente, el sustento de esos dos entes de poder porque eran definitivamente los que trabajaban; este sector
minoritario creó organismos de defensa contra el poder omnipotente de los señores feudales y de la Iglesia.

Así surgieron las corporaciones, agrupaciones que tienen la exclusividad de una actividad laboral lo que hace que los
señores feudales les reconozcan su existencia y les den valor. Estas corporaciones, en su estructura jerárquica tenían
al maestro y oficiales y ayudantes (asistentes del maestro en el comienzo del oficio o arte que desarrollaban).

El poder de la Iglesia Católica

El maestro no era superior en cuanto al desarrollo de la actividad, pudiéndose comparar con los aprendices; el
maestro era un patrono que en sentido etimológico significaba padre del oficio que desarrollaba, pero había
concepción de jefe y subordinado, tal como lo conocemos hoy. Al final de la Edad Media hubo un cambio en la
concepción económica, se dejó de pensar que el poder económico se demuestra con el atesoramiento de tierra y
surgió en Europa una concepción liberal en donde el poder se muestra cuando se detecta bienes e inmuebles
(muebles y piedras preciosas), que era lo más sencillo para acceder.

Esto trajo como consecuencia una clase consumista y la necesidad de producir más de un bien,no era rentable
producir artesanalmente, así se produjo el hecho socioeconómico llamado Revolución Industrial.

Edad Moderna
El descubrimiento de América dio lugar a la extracción masiva de oro y piedras preciosas de este continente para ser
transportados a Europa, lo cual trajo como consecuencia una de las primeras medidas inflacionarias de la historia de
la humanidad; surgió una nueva clase social, la burguesía, que obtuvo poder político mediante la corrupción, el
atesoramiento de dinero, así cambió la concepción moral del trabajo (que en la Edad Media estaba representada por
corporaciones).

Los maestros se cambiaron a patronos y reconocieron a los aprendices como trabajadores, el taller cambió a fábrica
y el precio justo al de mercado y con el precio del mercado se consiguió el salario; apareció la necesidad de la
producción en serie y las máquinas como medios o formas de producir y a la par la competencia entre productores y
los riesgos que debe asumir el patrono.

Edad Contemporánea

Se inició con la Revolución Francesa, 1789, las consecuencias más importante fueron la concesión política, surgió el
concepto de Estado organizado; luego apareció la concepción comunista de que los medios de producción deben ser
de las personas, no de las que las poseen, sino de las que la hacen producir.

Con el Manifiesto Comunista habían nacido normas propias que no se podían encuadrar en ninguna de las ramas del
Derecho, por lo que se hizo necesario crear una rama nueva, el Derecho al Trabajo.

El Derecho del Trabajo en América

Para 1900 la legislación americana se dibujó con mayor avance con respecto a la europea en cuanto se refiere al
trabajo y a los empleados. Las leyes europeas estaban dirigidas a la protección del trabajo manual, predominante en
las grandes industrias de la época.

Importancia del derecho laboral

Las leyes laborales o el derecho laboral es muy importante porque es el encargado de darle estructura al lugar de
trabajo, de decir de qué son responsables los empleados y los empleadores y, en algunos casos, describen las
regulaciones federales para dar a ambas partes la dirección necesaria para resolver los conflictos en el lugar de
trabajo. Estas leyes son importantes porque permiten a las empresas dedicar más su atención a la productividad y la
rentabilidad en lugar de dar energía y recursos constantes a la resolución de problemas.

También ayuda a preservar la integridad organizacional; es útil para desarrollar principios comerciales y ética en el
lugar de trabajo. Es importante también para recordar a los propietarios que deben ser buenos ciudadanos
corporativos.

Fuentes

Las fuentes del derecho laboral son las siguientes:

Constitución: Es el lugar en donde se contemplan todas las garantías y las libertades de las cuales gozan los
individuos además de la protección que tienen frente al Estado

La ley: es la norma jurídica que viene del poder legislativo.

Los convenios colectivos: se producen como resultado de acuerdos entre los representantes de los trabajadores y
empresarios.

Los tratados internacionales: son una fuente directa sobre la regulación de los derechos laborales, garantizando a
todos los trabajadores de los países los mismos derechos que los estados que firman.

La costumbre, la jurisprudencia, los contratos de trabajo entre trabajadores y empresarios.


Los convenios y las recomendaciones que da la Organización Internacional de Trabajo.

La jurisprudencia internacional.

El trabajo como derecho y deber

Como derecho: Toda persona tiene derecho al trabajo. El derecho al trabajo es la base para la realización de otros
derechos humanos y para una vida en dignidad. Incluye la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo
libremente escogido o aceptado. En la realización progresiva de este derecho, los Estados están obligados a
garantizar la disponibilidad de orientación técnica y profesional, y a tomar las medidas apropiadas para crear un
entorno propicio para existan oportunidades de empleo productivo. Los Estados deben garantizar la no
discriminación en relación con todos los aspectos del trabajo. El trabajo forzoso está prohibido por el derecho
internacional.

En estrecha relación con el derecho al trabajo está el derecho a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, y
los derechos relacionados con los sindicatos. Los Estados están obligados a garantizar salarios justos, igual salario por
igual trabajo e igualdad de remuneración por trabajo de igual valor. Los trabajadores deben garantizarse un salario
mínimo que permita una vida digna para ellos mismos y sus familias. Las condiciones de trabajo deben ser seguras,
saludables y no degradantes para la dignidad humana. Se debe ofrecer a los empleados horas de trabajo razonables,
un descanso adecuado y tiempo de ocio, así como vacaciones periódicas pagadas.

Los trabajadores tienen derecho a asociarse entre sí y a negociar de manera colectiva para mejorar las condiciones
de trabajo y los niveles de vida. Tienen el derecho a formar y afiliarse a un sindicato de su elección, y los sindicatos
tienen derecho a formar agrupaciones nacionales o internacionales. Los trabajadores tienen el derecho de huelga,
siempre y cuando se realice de conformidad con las leyes nacionales. Los derechos laborales colectivos no pueden
ser objeto de restricciones por parte de los Estados distintas de las prescritas por la ley y que son necesarias en una
sociedad democrática, de acuerdo con los intereses de seguridad nacional, orden público, o para la protección de los
derechos y libertades de los demás.

Como deber:

El deber de trabajar

Es un hecho que sin trabajar los hombres no podríamos subsistir, al menos la inmensa mayoría de nosotros.
Asimismo, hay en nuestra propia naturaleza ese mandato implícito de hacer todo lo que esté en nuestras manos
para mantenernos en la existencia. Si tengo el deber de mantenerme en la existencia, y el modo ordinario de
asegurarme dicho mantenimiento es a través del trabajo, por lo tanto existe un deber de trabajar.

Ahora bien, es un hecho que la especie humana puede subsistir sin que todos los hombres trabajen. ¿Por qué se
habla, entonces, del trabajo humano como un deber? Por las siguientes razones:

Es injusto que quien pueda trabajar no lo haga, de modo parasitario, y viva del trabajo de otros (entonces pasaría
que vive del trabajo de otros).

De la misma manera, sería injusto que quien no trabaja sea mantenido por otro, pues éste último cooperaría al mal
que implica la degradación de su persona.

Por último, dañaría a toda la sociedad el hecho de impedir que un elemento de la comunidad no colaborara en hacer
su parte en el bien de otros.

El derecho de trabajar
Después de lo dicho anteriormente podemos afirmar que, si el hombre tiene el deber de trabajar, también tiene ese
mismo derecho. Ya sea que el Estado lo entienda, lo promueva y lo incremente, el trabajo existe como algo hundido
en la naturaleza humana.

El derecho al trabajo se fundamenta en:

El derecho que todo hombre tiene por naturaleza a procurarse para su vida lo que necesita, lo mismo se puede decir
con vistas para su familia.

El derecho de todo hombre de contribuir al bien común.

El derecho de buscar, a través del trabajo, la manifestación y el crecimiento de su dignidad como persona humana.

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