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Historia y Patrimonio
“La historia del lenguaje, más en concreto la historia del habla, constituye otro de los campos que la
historia cultural de las prácticas está comenzando a colonizar o, para ser más precisos, a compartir con
los sociolinguitas que vienen sintiendo la necesidad de dotar de una dimensión histórica las
investigaciones sobre el lenguaje”. P. 79.
“La historia de los viajes constituye otro ejemplo de la historia de una práctica en plena expansión,
marcada por la creación de revistas especializadas. Algunos de estos trabajos se ocupan de en especial
del arte o método de viajar, las reglas del juego.
La historia de las prácticas está causando impacto en campos relativamente tradicionales de la historia
cultural tales como el estudio del Renacimiento.
Historia de la lectura
Una de las versiones más populares de la historia de las prácticas es la historia de la lectura, definida por
un lado por contraposición a la historia de la escritura y, por otro lado, por contraposición a una anterior
‘historia del libro’. La teoría cultural de Michel de Certeau sirve de base al nuevo foco de atención en el
papel del lector, en los cambios en las prácticas lectoras y en los ‘usos culturales’ del texto impreso. P. 81.
En la actualidad, los temas de interés y debate en el seno de la historia de la lectura en Occidente incluyen
tres evidentes transformaciones: de la lectura en voz alta a la lectura silenciosa; de la lectura en público a
la lectura en privado; y de la lectura lenta o intensiva a la lectura rápida o ‘extensiva’, lo que se ha dado
en llamar ‘revolución de la lectura’ del siglo XVIII. Se argumenta que, dado que el creciente número de
libros tornó imposible que alguien leyera algo más que una fracción del total, los lectores reaccionaron
ideando nuevas tácticas tales como hojear, leer en diagonal o consultar los índices con el fin de extraer
información del libro sin leerlo de principio a fin. P. 82.
Representaciones:
En cierta ocasión, Foucault criticaba a los historiadores por lo que él designaba como ‘empobrecida idea
de lo real’, que no dejaba espacio para lo imaginado. Desde entonces, diversos historiadores franceses
prominentes han respondido a esta provocación. P. 83. Una de las contribuciones a la historia de lo que
los franceses denominan l’ imaginaire social (la imaginación social, esto es, lo imaginado más que lo
puramente imaginario) es el Naissance du purgatoire (1981), de Jacques Le Goff. Le Goff explica la
aparición de la idea del purgatorio en la Edad Media relacionándola con las ideas cambiantes de espacio
y tiempo. Es asimismo uno de los autores que inaugurarían la historia de los sueños a comienzos de la
década de 1970, inspirada en las investigaciones de los sueños llevadas a cabo por sociólogos y
antropólogos, p. 84.
26 de marzo de 2019
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En inglés, en cambio, aún no se ha consolidado el rótulo ‘historia de la imaginación’, a pesar del éxito del
trabajo de Benedict Anderson de 1983 sobre las naciones como ‘comunidades imaginadas’. Una
designación más habitual es ‘historia de las representaciones’. P. 84.
Historia de la memoria
Otra modalidad de la NHC actualmente en auge es la historia de la memoria, descrita en ocasiones como
‘memoria social’ o ‘memoria cultural’. Su interés académico se fomentó en 1984 y 1993 con los siete
volúmenes publicados por Pierre Nora, Les lieux de mémoire, que se ocupada de la memoria nacional en
Francia. Al igual que las historias de los viajes, la historia de la memoria es un terreno que revela con
inusitada claridad la importancia de los esquemas o estereotipos. A medida que van quedando atrás los
acontecimientos, pierden algo de su especificidad. Van siendo elaborados y vienen a asemejarse así a los
esquemas generales vigentes en la cultura, esquemas que contribuyen a que perduren los recuerdos al
precio de desvirtuarlos. P. 87-88.
En una determinada cultura, la memoria de un grupo puede ser la dominante y la del otro la subordinada,
como en el caso de los vencedores y los perdedores de una guerra civil. P. 89.
Cultura material
Los historiadores culturales han prestado menos atención tradicionalmente a la cultura material que a las
ideas, dejando el reino material a los historiadores de la economía. En los años de 1980 a 1990, ciertos
historiadores culturales se dedicaron a estudiar la cultura material, con lo que comenzaron a asociarse
con arqueólogos, directores de museos y especialistas en la historia de los trajes y del mobiliario que
llevaban mucho tiempo trabajando en el terreno.
En Culture des apparences (1989), el historiador francés Daniel Roche se fijaba en la historia de la ropa ya
que ésta ‘nos dice mucho de las civilizaciones’. Los códigos del vestir revelan códigos culturales. ‘Tras la
indumentaria – observa Roche-, creo que podemos descubrir verdaderamente las estructuras
elementales.
Historia del cuerpo
Por ejemplo en 1930 el historiador y sociológo Gilberto Greyre estudió el aspecto físico de los esclavos,
según los registros de las informaciones sobre fugitivos publicadas en los periódicos del siglo XIX.
Observaba las referencias a los rasgos tribales que revelaban la parte de África de la que provenían los
esclavos, a las cicatrices de los latigazos reiterados y a los indicios del trabajo, tales como la caída del
cabello en los hombres que transportaban pesadas cargas sobre su cabeza.
La historia del cuerpo se desarrolló a partir de la historia de la medicina, pero los historiadores del arte y
la literatura, así como los antropólogos y los sociólogos, se han visto involucrados en lo que cabría
26 de marzo de 2019
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denominar este ‘giro corporal’, si no se contasen ya tantos giros que los lectores corren el riesgo de
marearse. P. 93.
tantos países. Crece el interés en los documentos personales o, como dicen los holandeses, ‘documentos
del yo’. Se trata de textos redactados en primera persona que o bien adoptan la forma de cartas o bien
de las crónicas de viajes anteriormente comentadas, o bien de diarios y autobiografías. P. 112. Se constata
un interés creciente por la retórica de estos documentos, ‘la retórica de la identidad’.