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Uribe Carlos

EL RITUAL Y LA "LOCURA":
Psiquiatría y cultura en Colombia*

Carlos Alberto Uribe

Este artículo explora, desde la antropología médica, el papel del ritual en la


enfermedad mental. En él se plantea un debate entre el paradigma biomédico
de la enfermedad mental, en donde se privilegia la palabra médica, y un
paradigma aquí denominado “híbrido”, en donde se privilegia la palabra del
enfermo. Este último es híbrido en cuanto permite la combinación de
elementos de la racionalidad científica, con una expresión conceptual y una
vivencia emocional de la "locura" que apela a la magia y al ritual según lógicas
culturales peculiares de la población colombiana. Esta es una polémica de
insoslayable importancia en la práctica cotidiana de la clínica psiquiátrica e
Colombia. Para una mejor comprensión de sus dimensiones, se revisan
teorías relativas al surgimiento de la racionalidad científica y a la consolidación
de la modernidad occidental. El punto de vista defendido es que la ciencia no
es un buen árbitro entre la creencia y el conocimiento. Además, que una visión
épica de la modernidad como un proceso inflexible de corrección y sustitución
de las superticiones y los errores premodernos, bien puede ser infundada y ella
misma errónea. De tal manera, no se propone que se deseche el conocimien-
to científico en el tratamiento de la "locura" sino a que lo ritual ocupe la dimensión
que le corresponde para una comprensión holística de la enfermedad.S
Palabras clave: psiquiatría transcultural, psiquiatría.

This article explores, from a medical anthropological perspective, the role of


ritual in mental illness. Thus, a debate is stated between the biomedical
paradigm of mental diseases, in which medical discourse is emphasized, and
a paradigm which is here called “hybrid”, and where the patient´s discourse is
privileged. The latter is a hybrid paradigm in so far as it combines some
elements of scientific rationality, with an emotional and conceptual illness
narrative which makes use of magical and ritual elements peculiar to a particular
cultural logic characteristic of this country´s population.
Key words: Transcultural Psychiatry, psychiatry.

* Una versión previa de este ensayo fue presentada en el XXXVI Congreso Nacional de Psiquiatría, Pereira,
octubre 9-12 de 1997.
** Profesor Asociado de Psiquiatría, Universidad Nacional de Colombia. Profesor Titular de Antropología,
Universidad de los Andes

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Ritual y "locura" en Colombia

“Cualquier pueblo, cualquier territorio, que ha sido


con éxito romanizado, cristianizado y en asuntos
intelectuales sometido a la disciplina de los griegos,
es absolutamente europeo”.
Paul Valéry (1)

INTRODUCCION gica quienes, confrontados con la


persistencia de gran profusión de te-
La medicina moderna es uno de esos rapéuticas no clínicas contra la “locu-
campos del conocimiento en donde
ra”, se muestran ante ellas harto es-
las ciencias físicas y naturales arrollan
cépticos. Por no decir que la suya es
con sus éxitos y con sus avances
una reacción agonística. Se trata, afir-
cotidianos. La clínica médica de fina-
man, de formas residuales de “pen-
les del siglo XX aparece cada vez
samiento mágico”, restos de anti-
mejor dotada para enfrentar la enfer-
guas creencias culturales o de “su-
medad y el sufrimiento humanos, y
persticiones”. Son, concluyen, meras
en general, para posponer la vida
supervivencias irracionales, apenas
más años de los que era posible hace
testigos precarios de un pasado ya
apenas una centuria. En el caso de la
superado en la historia de la humani-
psiquiatría, los descubrimientos de
los últimos cincuenta años en el terre- dad.
no de las neurociencias, en particular No obstante, el hecho tozudo es que
de la psicofarmacología, hacen que la “locura” es susceptible de muchas
muchos clamen que el modelo bio- interpretaciones. En especial, cuan-
médico de la enfermedad mental do se trata de aquellos síntomas que
puede aspirar en derecho a ser con- denotan una alteración grave en el
siderado un modelo universal. comportamiento y en la vida social de
un sujeto, sobretodo dentro del rango
Otras concepciones de la patología y
de los trastornos psicóticos. Ello es
el tratamiento psíquicos, como las
así, sea la locura entendida como se
diversas vertientes psicodinámicas
quiera: como una patología anatómi-
inspiradas en Sigmund Freud, po-
ca o fisiológica del sistema nervioso
drían ser desplazadas o relegadas a
de un paciente; como un producto de
un plano secundario por la psiquiatría
las alteraciones en el desarrollo del yo
biológica. Así lo dió a entender, por
que se remontan hasta la infancia del
ejemplo, el psiquiatra de origen co-
sujeto; como una consecuencia en el
lombiano Rodrigo Muñoz, presidente
individuo de graves conflictos en el
de la American Psychiatric Associa-
tejido social que lo soporta; como un
tion (APA), en entrevista concedida a
desorden clasificatorio; como una
la Revista Colombiana de Psiquiatría.
subversión liberadora ante la “nor-
Y es que de los 42.000 miembros de
malidad”, etc. Porque en este campo
la APA, dijo él, sólo unos 2.500 se
entran en juego no una sino varias
identificaron como psicoanalistas (2).
concepciones sobre la mente, el ce-
Esta visión del progreso científico se rebro, el cuerpo, la enfermedad. En
expresa también en otros dominios suma, diversas versiones sobre la vida
del dilema médico frente a la enfer- humana, a pesar que desde un im-
medad mental. En nuestro medio, portante sector de la opinión clínica
hay psiquiatras de persuasión bioló- se invoque un alcance universal para

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su propia concepción. El tema de la Más allá de toda esta heterogeneidad


locura, entonces, es uno de esos tópi- superficial, creo percibir una unidad
cos de la práctica científica en donde ante la manipulación de la locura que
se da una confrontación entre varios subyace en todas esas creencias,
paradigmas rivales, en el sentido que valores y técnicas terapéuticas. Tal
le confiere Thomas S. Kuhn a la ex- terreno común es la centralidad de lo
presión paradigma (3). ritual en todas ellas. Es desde esta
ubicuidad de la práctica ritual en la
En este ensayo el interés se centra en
“curación” de la locura, entonces, de
dos de tales paradigmas: por un lado
donde utilizo la respetable noción de
el paradigma biomédico, y por el
paradigma.
otro, de un cierto paradigma no-clíni-
co, más difundido en nuestro país Asimismo, creo que a muchos lla-
que lo que una visión superficial deja- mara la atención, incluso se molesta-
ría colegir. Me refiero con este último, rán, porque intente una reflexión des-
a esa hibridación que hacen muchos de un mismo plano de comparación
dolientes de la locura entre un cono- entre “lo científico” con “lo mágico y
cimiento “médico” e ideas de corte religioso”. Pero, respondo, no soy yo
religioso Judeocristiano, viejas prác- quien esto hace. Por el contrario, son
ticas chamánicas amerindias, nocio- muchos los enfermos mentales que
nes de brujerías, maleficios y agre- recurren al sincretismo y al hibridis-
siones mágicas, y aún elementos mo de estos dos modos de ordena-
transplantados de sistemas religio- miento de la realidad, cuyas relacio-
sos del Oriente. Se trata pues de una nes son tan complicadas en la mo-
comprensión de la locura que se sus- dernidad Occidental. Por lo demás,
tenta en unas creencias y unas lógi- tampoco deseo bautizar a este se-
cas culturales peculiares de nuestra gundo paradigma como “popular”.
población. No se hace alusión a una confronta-
Sé que sorprenderá a muchos que ción entre formas de “alta cultura”
me refiera a toda esta constelación que se opongan a manifestaciones
tan abigarrada de creencias y de de la llamada “cultura popular”. El
prácticas mágicas, como dirían al- paradigma es tan híbrido y si se quie-
gunos, con el respetable término de re tan ecléctico, como híbrida es la
paradigma. Esta expresión ha sido sociedad y la cultura —nuestra socie-
usada de forma usual sólo para refe- dad y nuestra cultura— que de él se
rirse a las ideas que los científicos vale para “curarse” de la locura y del
mantienen sobre el cosmos y sobre caos existencial que deben soportar
sus propios quehaceres. Y es que en sus miembros, especialmente sus
verdad no se trata aquí de comunida- miembros enfermos de “locura” (4). Y
des científicas reunidas en torno a es que es un error pensar que sólo
laboratorios, foros y congresos, salo- “los populares”, es decir el pueblo
nes de clase o publicaciones acadé- raso, mantiene estas formas de con-
micas. Más bien, se refiere a una ceptualización y tratamiento ritual de
pléyade heterogénea de sanadores, la enfermedad mental. Los hechos
curanderos, chamanes, sacerdotes y nos demuestran que pacientes pro-
especialistas religiosos de los más venientes de todos los estratos socia-
variados credos y confesiones, junto les y de todas las condiciones cultura-
con seguidores y usufructuarios de les y subculturales, recurren a estos
sus servicios de curación. rituales de curación o de aflicción

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cuando su psiquismo y su vida se ven nalidad científica en términos de una


gravemente alterados. marcha linear hacia la modernidad,
al influyente sociólogo alemán de prin-
cipios de este siglo Max Weber. Así
CREENCIA Y VERDAD podemos leer en su obra clásica, "La
Para una mejor comprensión de las ética protestante y el espíritu del capi-
intrincadas relaciones entre la ciencia talismo", que en la racionalización del
empírico-positiva y la magia y la reli- mundo, característica de la época
gión en Occidente, conviene revisar, moderna, concurren tanto el desa-
de forma sumaria, ciertas cuestiones rrollo del capitalismo como el auge y
pertinentes a la historia y la sociología la institucionalización de la ciencia a
de la ciencia. Desde el Renacimiento partir del siglo XVI. El énfasis en la
europeo, cuando empieza la Revolu- obra de Weber está en la concomi-
ción Científica y con ella la consolida- tancia entre una nueva ética, la ética
ción moderna del conocimiento cien- puritana heredera de la Reforma cal-
tífico, se ha postulado que la creencia vinista, con su énfasis en el trabajo y
y la verdad pueden no ser afines. Lo en un ascetismo personal fomenta-
que se afirme sobre el cosmos y la dor del ahorro y la inversión, y lo que
naturaleza que no se ampare en la él llamó el “espíritu” del capitalismo—
racionalidad científica, ante todo en esa “mentalidad que aspira a obtener
su expresión como investigación un lucro ejerciendo sistemáticamen-
empírico-positiva, es sospechoso de te una profesión, una ganancia racio-
ser un conocimiento no verificable o nalmente legítima (...) [y que] ha en-
aun falso. A lo sumo justificable como contrado su realización más adecua-
producto de la creencia religiosa, de da en la moderna empresa capitalis-
la costumbre, de la tradición. ta” (5). En suma, para este autor la
Reforma protestante que sacudió a
En la llamada modernidad las creen-
cias culturales se piensan como in- Europa occidental entre los siglos XVI
compatibles, en principio, con el co- y XVII, estimuló en el mundo una
nocimiento científico. Este último, “conducta sistemática (...) en los do-
además de “desencantar” el mundo minios de la economía, la administra-
en el que vivimos mediante el expe- ción, la política y la ciencia” (6).
diente de eliminar toda “superstición”, Pero el planteamiento de Weber es
al igual que toda “irracionalidad”, con mucho más sugerente para nuestros
el tiempo falsificará todos aquellos propósitos. Es que esta nueva visión
sistemas de creencias que se le opon- del mundo racional y orientada más
gan. De esta manera podrá entroni- hacia los asuntos terrenales, relegó
zarse sin limitaciones en la sociedad otras visiones, en especial aquellas
humana. La ciencia, por tanto, se de las religiones “paganas” y de los
convierte en una especie de árbitro rituales mágicos, a una posición infe-
entre la creencia y el conocimiento. rior y las condenó a ser suplantadas.
Además, el desarrollo de la ciencia
Todo esto, y he aquí una paradoja que
sirve, según esta visión apoteósica de
Weber deja de lado, al mismo tiem-
la modernidad, como uno de los indi-
po que Europa era sacudida por una
cadores principales del progreso de
verdadera oleada de prácticas bruje-
la humanidad.
riles y de “caza de brujas”. Por el
Mucho debe esta historiografía de la contrario, Weber muestra como la
sociedad Occidental y de su racio- doctrina de la predestinación del calvi-

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nismo, o sea la creencia en que “Dios medicina pertenece a la historia del


por su derecho ha destinado (pre- desarrollo de las ciencias físicas y
destined) a unos hombres a la vida naturales en la modernidad Occiden-
eterna y sentenciado (preordained) a tal. En este sentido, el conocimiento
otros a la muerte eterna”, hizo que sus médico se conceptualiza como un
adeptos, patéticamente solos en el conocimiento siempre acumulativo,
mundo, abandonaran cualquier “po- que muestra una progresiva solución
sibilidad de una salvación eclesiásti- de enigmas y problemas antes no
co-sacramental”. Con ello, se acabó bien entendidos o cuya explicación
el proceso de “desencantamiento del era simplemente falsa.
mundo que comenzó con las anti-
De igual manera, este modelo médi-
guas profecías judías y que, apoyado
co asume que en cuanto las enfer-
en el pensamiento científico heleno,
medades son entidades biológicas o
rechazó como superstición y des-
psicofisiológicas universales que re-
afuero la búsqueda de medios mági-
siden en el cuerpo físico, ellas se
cos para la salvación”. “Ni medios
manifiestan en lesiones somáticas o
mágicos ni de alguna otra especie,
en disfunciones. La tarea primaria de
eran capaces de otorgar la gracia a
la clínica es el diagnóstico de la enfer-
quien Dios había resuelto negársela”
medad, gracias a la valoración y
(5)
.
medición por técnicas de laboratorio
Se abren así las compuertas para apropiadas de los “signos”, o anor-
postular otra de las presuposiciones malidades fisiológicas, así como de
fundamentales del discurso de la los “síntomas”, las expresiones de
modernidad. Esta tiene que ver con la enfermedad comunicadas por el pa-
pretensión de que en la sociedad ciente. El diagnóstico, por tanto, con-
moderna la religión pierde su creati- siste en “una interpretación de los
vidad social, frente a los avances de la síntomas del paciente mediante el
secularización. El mundo moderno expediente de relacionarlos con sus
sería pues más y más secular, y me- fuentes estructurales y funcionales en
nos sacralizado o religioso, con los el cuerpo y con las entidades de en-
efectos que esta transformación tiene fermedad subyacentes” (7). Acto se-
en la ética y la moralidad. Algo que no guido sobreviene el tratamiento, cuya
parece haber sucedido siempre, meta es la intervención práctica en
como lo demuestra el fracaso apa- los mecanismos que producen la
rente de ciertas políticas y programas enfermedad para suprimirlos o co-
de modernización, que no de moder- rregirlos.
nidad, en países como el nuestro.
Como afirma Byron J. Good, un an-
Precisamente por ser estos países de
tropólogo norteamericano profesor de
culturas híbridas.
la Escuela de Medicina de Harvard,
No es difícil descubrir que los partida- “todas las subespecialidades de la
rios de la teoría biomédica de la en- medicina clínica (...) comparten esta
fermedad, se suscriben a esta repre- distintiva «hermenéutica» médica, un
sentación del progreso social y cien- entendimiento implícito de la inter-
tífico como un tipo de evolución li- pretación médica. Mientras que los
near. Dado que la enfermedad es síntomas de los pacientes pueden
algo por entero perteneciente a la estar codificados en un lenguaje cul-
naturaleza, afirman, la historia de la tural, la tarea interpretativa primaria

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del clínico es decodificar las expre- y la alquimia, la medicina y los conju-


siones simbólicas de los pacientes en ros curativos, las matemáticas y el
términos de sus referentes somáticos misticismo de los números” (6).
implícitos. Experiencia desordenada,
Más dramático es el caso del mismo
comunicada en el lenguaje de la cul-
Isaac Newton, a quien siempre se nos
tura, es interpretada a la luz de fisiolo-
ha mostrado como el modelo de la
gía desordenada y produce diagnós-
razón científica. Y es que Newton, “el
tico médico” (7). Pero no será, se pre-
primer gran positivista [era] un purita-
gunta el autor mencionado, que la no devoto del ocultismo, irresistible-
noción de enfermedad es más una mente atraído hacia la teología espe-
noción cultural que una noción del culativa” (8). Durante su vida, además
orden de la naturaleza; más aún, que de luchar contra la depresión y la
la misma práctica de la medicina locura, estudió con largueza a místi-
clínica, como cualquier práctica “mé- cos y astrólogos, la alquimia y la tra-
dica” en cualquier sociedad, está in- dición hermética. “Todo ello dentro
mersa en la cultura. Por este camino de la certeza que le acompañó toda
sería posible superar la antinomia que la vida: la existencia de un conoci-
separa a la creencia cultural, entendi- miento superior sepultado en la bru-
da como una opinión o convicción ma del pasado, accesible sólo a tra-
con un carácter que en su fundamen- vés de un sistema de claves” (8).
to es religioso y que en principio no es
verificable, del conocimiento, enten- Este desafío a la historiografía orto-
dido como proposición o teoría que doxa de la historia y la filosofía de la
clama decir algo sobre el mundo que ciencia, recién ha tenido su expresión
es verificable de forma empírica. más crítica en un grupo de pensado-
res agrupados en lo que se conoce
como la vertiente histórico-sociológi-
DISIDENCIAS ca. Aunque algunos de ellos se resis-
tirían a ser alineados en un “movi-
No obstante la tremenda influencia miento”, nos encontramos aquí con
que ha tenido, y tiene todavía, esta nombres tan prominentes como los
visión de la historia y la sociología de de Thomas S. Kuhn, Imre Lakatos,
la ciencia inspirada en Weber, lo cier- Paul K. Feyerabend, y el muy conoci-
to es que su perspectiva gloriosa de la do Karl Popper, para mencionar al-
modernidad ha sido cuestionada des- gunos. A riesgo de simplificar, su
de muchos ángulos. Para comenzar, objetivo fundamental fue el de poner
ahora sabemos que el Renacimiento en serios aprietos el dogma empiris-
fue una época compleja en la que las ta. Por él se afirma que toda teoría
ideas emergentes en torno a una com- que clama ser científica debe estar
prensión racional del cosmos se mez- basada, en un sentido preciso y es-
claron con una serie de creencias pecificable formalmente, en la expe-
sobre lo oculto, el misticismo, la as- riencia, tanto en lo que hace a los
trología y la magia. En palabras de significados de los términos de la
Stanley J. Tambiah, en este período teoría como a la aceptabilidad de sus
“las aspiraciones intelectuales de los postulados. Los disidentes argumen-
hombres de saber atravesaban a un tan, por su parte, que cualquier afir-
mismo tiempo los dominios de la mación de un sujeto que conoce so-
astrología y la astronomía, la química bre el mundo, cualquier creación de

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sentido, parte por fuerza de un con- realidad un proceso de rupturas y de


junto de “presuposiciones”. discontinuidades en los paradigmas
de la ciencia—la muy famosa noción
Estas presuposiciones implican tres
de las “revoluciones científicas” de
órdenes de problemas: en primer
Kuhn. Proceso que en todo caso es
lugar, el significado de los términos
harto complejo, puesto que pueden
tanto observacionales como teóricos
existir al mismo tiempo teorías exclu-
que se emplean en una teoría cientí-
yentes y contradictorias que compi-
fica cualquiera, en últimas está deter-
ten por la aceptación por parte de
minado por el paradigma o el ideal
comunidades concretas de científi-
de orden natural que los subyace. En
cos “de carne y hueso”. Como se
segundo lugar, igual sucede con los
comprende, este tipo de planteamien-
problemas válidos que definen el
tos generó un activo campo de inves-
dominio (objeto) de la pesquisa cien-
tigación de los caminos “reales” por
tífica y de lo que cuenta como una
los cuales los seres humanos crea-
explicación aceptable. Y en tercer
mos sentido y producimos conoci-
lugar, estas presuposiciones afectan
miento. Algunos estudiosos de la his-
la decisión sobre cuáles datos o he-
toria de la ciencia, inclusive, se con-
chos empíricos son relevantes para la
virtieron en etnógrafos que compar-
teoría y cuáles no lo son, al igual que
tían los días y los afanes de investiga-
cuáles conclusiones científicas (leyes,
dores cuyas vidas se desenvuelven
teorías, predicciones) son válidas y
en laboratorios. En nuestro caso, es-
cuáles no lo son (9).
tas consideraciones han dado pábulo
Otro objetivo de esta corriente fue a voces disonantes suspicaces de
poner en entredicho la separación esa “larga marcha hacia el progreso”
entre el “contexto de justificación” de en la historia de la medicina.
una teoría científica y su “contexto de
No han sido, por cierto, los filósofos
descubrimiento”, en la evaluación ló-
de persuasión histórico-sociológica
gica de la misma. Todo el empiricis-
los únicos en criticar los métodos de
mo analítico había insistido en que la
única evaluación de una teoría que la ciencia empírico-positiva durante
el presente siglo. Y es que a la disi-
debía recibir atención, era aquella
dencia positivista hay que agregarle
que consideraba sólo los propios tér-
la fenomenología que se desprende,
minos de la teoría, su contexto de
sobretodo, de los trabajos de Ed-
justificación. Para el empiricismo, el
mund Husserl. Además, un capítulo
contexto de descubrimiento es el
especial de la crítica a la modernidad
dominio de los historiadores y los so-
Occidental proviene de un filósofo de
ciólogos de la ciencia, y no el de los
finales del siglo XIX, cuya popularidad
filósofos de la ciencia. Esto no debería
es hoy ascendente. Me refiero a uno
ser así, opinaron por su parte Kuhn y
de los “maestros de la sospecha”
los otros, y entonces se lanzaron a
(según la expresión de Ricoeur) del
revisar toda la historia de la ciencia en
pensamiento Occidental, Federico
Occidente para ilustrar su idea de
Nietzsche. Nietzsche es, en efecto, el
que sociedad y racionalidad científi-
crítico más radical de la racionalidad
ca tienen relaciones complejas.
universalizante de la modernidad, así
La consecuencia principal de la reva- como de la noción de verdad como
loración de esta relación fue mostrar una adecuación precisa entre la cosa
como el desarrollo de la ciencia es en y el intelecto, una “ilusión” como la

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califica, entre muchos temas de su participación puede ser representa-


filosofía. Una filosofía, que dicho sea da como aquello que ocurre cuando
para nuestros propósitos, reivindicó las personas, los grupos, los anima-
en el arte la única ilusión que hace les, los lugares, y los fenómenos natu-
vivible la vida. En este sentido, Nietzs- rales se encuentran en una relación
che ha sido señalado por muchos, de contiguidad, y esta relación se
ante todo por sus epígonos france- traduce en otra relación de inmedia-
ses, como el gran precursor de la tez existencial, de contacto, de afini-
llamada postmodernidad. Esa post- dades compartidas” (6). Objetivos que
modernidad que se puede entender persiguen, precisamente, lo ritual y lo
como un “desencantamiento” con el artístico.
imperio absoluto de la racionalidad
No se trata, lo digo de forma enfática,
científica, y en un sentido diferente,
como un “reencantamiento” del mun- que ahora desechemos la ciencia
do. como una actividad vana e inútil. De
lo que se trata es, precisamente, de
que no desechemos el ritual. En es-
MIRADA Y PARTICIPACION pecial, que no lo desechemos cuan-
do de la enfermedad mental se trata.
En este punto de nuestro recorrido Después de todo, más allá de nues-
podemos extraer una primera con- tras, a veces, opiniones negativas fren-
clusión. Conviene a las mentes cau- te a él, los propios pacientes recurren
tas no reificar -quizá sería mejor es- al ritual con el propósito de una posi-
cribir “fetichizar”-, eso que desde bilidad de “curación”. Una curación
nuestra tradición Occidental denomi- que incluso no tenemos que aceptar
namos como ciencia. Porque es que como algo que sea posible. Porque lo
la ciencia positiva, junto con su cau- que sucede con estos enfermos es
salidad característica representada que ellos no ven la “locura” como un
por sus categorías, sus reglas, su problema que es en exclusiva natu-
metodología y su razón lógico-mate- ral, esto es, como algo proveniente
mática, es sólo uno de los modos de de una disfuncionalidad orgánica. Y
los cuales disponemos los seres hu- podemos perder el tiempo tratando
manos para orientarnos en el cos- de explicarles que sí lo es, mediante
mos, para organizar la realidad. Hay cuidadosas estrategias de “educa-
otras formas para situarnos en el ción”.
mundo. Modos que no demandan
de nosotros que observemos “a dis- Por el contrario, la suya es una con-
tancia” el mundo, sino más bien que cepción de la locura que involucra de
nos situemos en él, que participemos manera participante al sujeto con el
de él. Arribamos a los terrenos del cosmos, con el orden moral y lo tras-
ritual y de las artes, en donde ya no cendente. En otros términos: a la pro-
observamos como sujetos distantes ducción de un sentido que interprete
lo que nos rodea sino que participa- a “su locura”, el enfermo llega me-
mos como sujetos actuantes. Porque diante un sistema híbrido. Ese siste-
es que estos otros modos “partici- ma combina por lo menos algunos
pantes” de organizar el cosmos, en- elementos de la racionalidad científi-
fatizan la comunicación sensorial y ca, con una elaboración conceptual y
afectiva y el lenguaje de las emocio- emocional hecha en un lenguaje dis-
nes. En palabras de Tambiah, “la tinto sobre el lugar que el enfermo

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ocupa en su sociedad, las tensiones del arsenal de rituales de curación al


sociales que vive, las discontinuida- que estos enfermos recurren para
des de su existencia y las fisuras por aliviar su condición de sufrientes. Ri-
donde “escapa” su normalidad como tuales que involucran más que meras
ser humano. Desde esta mirada el operaciones intelectuales. Como que
“loco” pone juntos, de maneras para la fuerza del ritual reside, precisa-
nosotros curiosas, el logos con la in- mente, en que siempre queda a
certidumbre, el conflicto y el desor- medio camino entre la proposición y
den en el que vive, que es asimismo la acción, entre una explicación tras-
desorden social y ruptura. cendente del cosmos y de la socie-
Se trata pues de la construcción de dad humana, y la canalización y el
una narrativa propia para dar cuenta modelamiento de la expresividad
de su propio delirio, y al final, instalar- emocional.
se vivencialmente en él sin tanto do- Cualquier intento de reducir la di-
lor. Porque por encima de todo, este mensión ritual de la vida meramente
punto de vista combina en la apropia- a lo intelectual, o a lo simbólico, o a lo
ción de la enfermedad, las emocio- expresivo o a lo emocional, está con-
nes, las pasiones, los afectos y los denado a menospreciarla de manera
miedos del sufriente. En este sentido,
seria. En su complejidad, el ritual es
la hibridación proporciona al enfermo
todo eso, y más. He ahí su poder de
un sistema de referencia más total e
seducción en la locura.
inmediato para crear sentido de su
propia condición, algo similar, por lo
demás, a lo que busca el psicoanáli- AGRADECIMIENTOS
sis.... el buen psicoanálisis, se entien-
de. Por esta razón, muchos de estos Agradecimientos a la Dra. Elena Mar-
pacientes no invalidan la intervención tín, colega de investigación, sus su-
psiquiátrica clínica. Antes por el con- gerencias en el desarrollo del presen-
trario, ella entra a formar parte del te tema y asimimismo a Fabricio Ca-
ritual, en la medida en que el trata- brera sus amables comentarios críti-
miento médico es involucrado dentro cos

REFERENCIAS

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Press, 1988.
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Ritual y "locura" en Colombia

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