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El MAM es la consecuencia de la falta de aclimatación a la altura.

Llamado también puna o


soroche, es un conjunto de síntomas que aparecen en el ser humano en relación a la hipoxia
por exposición a gran altitud. Se trata ya de una enfermedad, y no de una fase de la
aclimatación.
El MAM es una enfermedad benigna, que aparece en el ser humano no aclimatado a las 24-
48 horas de haber ganado altura, y que tiende a resolverse espontaneamente en unos pocos
días

La hipoxemia ocasionaría vasodilatación cerebral, aumentando el flujo en un 25-50%, lo que


ocasiona cefalea y aumento de la presión hidrostática capilar cerebral. Ello ocasiona una
compliance cerebral reducida con compresión de las estructuras intracraneales. Se postula
que estos acontecimientos primarios intracerebrales elevan la actividad del simpático
periférico, que actúa de una forma deletérea en el capilar pulmonar, posibilitando el edema
pulmonar, al tiempo que favorece la retención de agua y sal.

Cefalea: Es el síntoma más frecuente. Característicamente es frontal o bitemporal. Si cede


con reposo y salicilatos se considera que se trata de una MAM moderado. Si la cefalea
despierta de noche, está presente por la mañana, o es resistente a los analgésicos habituales,
se considera como MAM severo o premonitorio de Edema cerebral de altitud. Aumenta con el
ejercicio
Síntomas gastrointestinales: La anorexia es constante. Aparecen también meteorismo,
aerofagia, pesadez epigástrica y cierto grado de malabsorción intestinal. Las naúseas,
vómitos o deposiciones líquidas, si no se acompañan de otros síntomas de MAM deben
valorarse con cuidado y un buen diagnóstico diferencial, toda vez que las dispepsias y
gastroenteritis son frecuentes en estas situaciones.
Cansancio, debilidad:, indiferencia: El cansancio anormal es un signo de MAM, pero la
indiferencia es un auténtico signo de alarma de la presentación inminente de edema cerebral
de montaña. Si la adinamia progresa hasta el extremo de que el individuo no se levanta ni
para comer, rechaza la ingesta de líquidos, y no tiene necesidad de orinar en varias horas, es
de esperar que el coma por edema cerebral de altura aparezca en menos de 24 horas. De
forma característica, el paciente niega sensación de enfermedad, y rechaza a menudo la
asistencia que se le ofrece.
Insomnio. Respiración periódica de Cheyne-Stokes: El insomnio de la altitud se
caracteriza por dificultad en conciliar el sueño, acompañada de múltiples episodios de
despertar durante la noche, súbitos y con sensación de falta de aire. Es un síntoma común
durante la primera semana del ascenso, y tiende a remitir hasta desaparecer en la segunda.
La apnea rítmica se debe a la alternancia hipoxia-hiperventilación-alcalosis respiratoria-
apnea-hipoxia.
Taquicardia, palpitaciones: Son frecuentes en altitud, aunque raramente producen molestias
importantes. Ceden con reposo y relajación.
Síntomas respiratorios: La tos seca que cursa en accesos, especialmente después de los
esfuerzos, es bastante frecuente. Se atribuye a la irritación de la mucosa respiratoria por
hiperventilación en aire frío y seco. Esta misma tos acompañada de disnea o taquicardia de
reposo es un signo de alarma de edema pulmonar de altitud.
Disminución de la diuresis: Es debida a una mala distribución de los líquidos en la altitud, lo
que ocasiona hipovolemia relativa, incluso aunque no exista deshidratación. Si el aumento de
la ingesta hídrica no normaliza la diuresis en 12-18 horas, el sujeto está amenazado, y se
indicará el descenso a cotas inferiores cuando todavía puede ayudar por sí mismo.

.1.6. Tratamiento del MAM:


La forma benigna del MAM es una enfermedad leve y en general autolimitada. Por tanto, el
único tratamiento que se precisa en la mayoría de los casos es no seguir ascendiendo, o si
las molestias son intensas, descender unos cientos de metros. Pueden utilizarse para aliviar
los síntomas el reposo y los analgésicos menores 45.
Oxígeno
Dexametasona 4-8 mg oral, siguiendo con 4 mg más cada 6 horas
Acetazolamida, en una sola dosis de 1500 mg oral. Uno de sus efectos beneficiosos es la
supresión de las pausas de respiración de Cheyne-Stokes que a menudo despiertan
repetidamente al enfermo, con lo que mejora también el reposo y facilita un despertar
descansado.
Cámara hiperbárica portátil: Suele ser suficiente con una o dos horas de tratamiento,
observándose mejoría clínica evidente a la salida, con lo cual muchas veces el paciente
puede descender por sus propios medios. Una hora de tratamiento produce en general
mejoría de los síntomas durante al menos doce horas, pero no tiene otros beneficios a largo
plazo 48 . En los estudios de comparación entre cámara hiperbárica portátil y dexametasona,
la primera mostró un alivio más rápido de los síntomas, pero la dexametasona tuvo un efecto
más prolongado, por lo que se aconsejan ambos métodos de forma simultánea si no es
posible un descenso inmediato a cotas bajas 49.
Habitualmente los síntomas desaparecen entre el primero y el cuarto día en los enfermos
tratados. Aunque molesto, el MAM es en general una enfermedad benigna, si se siguen las
normas y no se continua el ascenso hasta que no han desaparecido los síntomas. Aún sin
tratamiento, las series numerosas han descrito recuperación del 38% de los sujetos en 3 días,
21% precisó de 4 a 7 días, 13% de 8 a 14 días, 13% continuaban con síntomas aún después
de un mes en la altura, y entre un 5 y un 105 de los casos tuvieron un cuadro serio
considerado peligroso para la vida 50

6.2. EDEMA PULMONAR DE ALTURA:


6.2.1 Concepto:
Se trata de un edema pulmonar no cardiogénico que se presenta de forma relativamente
súbita en algunos sujetos como expresión de una mala adaptación pulmonar a la altitud.
Se considera una forma maligna del MAM que evoluciona hacia la taquicardia en reposo,
disnea, ortopnea y muerte 51. Los estudios necrópsicos muestran lesión de los capilares
pulmonares y ocupación de los alveolos por un líquido seroso rico en proteínas

Existe una clara predisposición personal, siendo mucho más frecuente entre quienes ya han
padecido otro episodio anterior. Otros factores de riesgo son el ascenso rápido, la realización
de esfuerzo físico durante la ascensión, las infecciones respiratorias, el tromboembolismo
pulmonar, y la hipertensión arterial pulmonar de cualquier origen. Parece ser más frecuente en
varones jóvenes, y en nativos que reascienden tras una estancia prolongada a nivel del mar.
La mortalidad descrita es de un 11%, aunque entre los que no descienden a cotas más bajas
llega al 44%

Los síntomas principales son : una disnea mayor de la que se esperaría por la altitud, una tos
continua, primeramente seca, y después productiva, con eliminación de esputo espumoso y
sonrosado típico, taquicardia de reposo, cianosis central y acra, dolor torácico y alguna vez
hemoptisis, y a veces deterioro del nivel de conciencia

6.2.6. Tratamiento:
El mejor tratamiento es el descenso urgente aunque solamente sean 400-500 m. La espera
de ayuda no justifica nunca el retraso, excepto si es imposible de otra forma. Cuando se
realiza el descenso, la mejoría clínica es notoria en pocas horas.
Caso de no poder descender, deben establecerse urgentemente otro tipo de medidas, que
nunca serán un sustituto del descenso, sino un medio para ganar tiempo.

6.3. EDEMA CEREBRAL DE ALTURA:


6.3.1. Concepto:
Cierto grado de edema cerebral se observa en todos los individuos afectos de MAM.
Solamente en ocasiones esta parte del síndrome toma un protagonismo especial, con la
aparición de encefalopatía, coma y muerte.

Se produce un aumento del flujo sanguíneo cerebral inducido por la hipoxia, acompañado de
retención hidrosalina, hechos que explicarían un aumento de la presión intracraneal. El
porqué además existe edema cerebral es motivo de grandes controversias. Aunque se ha
atribuído a depleción del ATP neuronal, con disminución consiguiente de la actividad de la
bomba de extracción de sodio, o al mismo aumento de la presión capilar por aumento de flujo,
estas explicaciones no parecen suficientes, ya que cuando la depleción de ATP se manifiesta,
la anoxia ha ocasionado una detención de la actividad neuronal, y por otra parte, cuando, en
el curso de la hipercapnia se producen hiperemias cerebrales prolongadas, solo aparecen
pérdidas escasas de proteinas a través de los capilares, y justamente suelen aparecer en las
regiones del cerebro menos hiperémicas.
La sintomatología habitual consiste en:
cefalea intensa, rebelde a los analgésicos y que empeora al toser. Suele acompañarse de
naúseas y vómitos

Transtornos de la conducta, con irritabilidad, irracionalidad y confusión.


Transtornos de la percepción, con alucinaciones.
Disminución del nivel de conciencia: obnubilación progresiva, estupor o coma

6.3.6. Tratamiento:
Se basa, como en el resto de los cuadros, en el descenso urgente. Nada justifica el retraso
en espera de la llegada de ayuda externa. Dada la gravedad del cuadro debe descenderse al
campamento base, o mejor todavía al hospital más próximo.

6.4. MAL CRÓNICO DE MONTAÑA:


Se denomina también Enfermedad de Monge o soroche crónico. Aparece cuando personas
que residen habitualmente a grandes alturas, y que hasta el momento se habían mantenido
bien aclimatadas a las bajas tensiones de oxígeno ambiental pierden esta aclimatación por
diversas causas.
Es un síndrome raro, que aparece prácticamente solo en los indios del altiplano andino, y no
ha sido descrito en los sherpas del Tibet. Afecta a adultos varones jóvenes por debajo de los
40 años, y que viven a altitudes por encima de los 3.000 m. Es probable que la causa sea una
disminución de la sensibilidad del centro respiratorio hacia la hipoxia, por lo que aparece
hipoventilación alveolar.

6.5. HEMORRAGIA RETINIANA DE LA ALTURA:


Este síndrome aparece en general a alturas superiores a los 5.500 m. Fue reconocido
bastante tempranamente 63. Parece estar relacionado directamente con la rapidez del
ascenso, y con un ejercicio agotador 64. Es muy frecuente hasta en el 50% de los alpinistas
que rebasan los 6.000 m, aunque en general son asintomáticas

6.6. OTROS CUADROS RELACIONADOS CON LA ALTITUD:


6.6.1. Trombosis venosa:
Es relativamente frecuente. Parece que su patogenia puede deberse a la poliglobulia, la
deshidratación, y la inmovilidad que a menudo se dan en alta montaña. Su prevención es una
buena hidratación, evitar la inmovilidad de las extremidades,

6.6.2. Psicosis de grandes alturas:


El descenso del oxígeno ambiental, el considerable esfuerzo físico que supone la escalada a
elevadas cotas, y posiblemente cierto grado incipiente de edema cerebral pueden dar lugar a
la aparición de transtornos del comportamiento que se manifiestan por alucinaciones que
alteran la percepción de la realidad y el posible riesgo de la situación en que el montañero se
encuentre

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