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La Escala Humana

de Javier Daulte,
Rafael Spregelburd
y Alejandro Tantanian1

PERSONAJES

Mini
Silvi
Leandro
Nene
Norberto Suardi

La Escala Humana se estrenó el 28 de abril de 2001


en el Teatro Callejón de la Ciudad de Buenos
Aires con el siguiente reparto:

Elenco

Mini María Onetto


Leandro Gabriel Levy
Silvi María Inés Sancerni
Nene Héctor Díaz
Norberto Suardi Rafael Spregelburd

Voces en off
Niña Nina Righi
Niño Max Edelstein
Asistente SAS Mirta Busnelli
Mujer Cristina Banegas
Fernando Mauricio Kartun
Mayers Alberto Segado

Asistencia de dirección Julieta Álvarez

1
Canciones de Javier Daulte, Rafael Spregelburd, Alejandro Tantanian y Nicolás Varchausky.
Iluminación Diego Angeleri
Vestuario Julieta Álvarez
Escenografía Jorge Macchi / Oscar Carballo
Diseño de sonido Nicolás Varchausky

Canciones
Letra Javier Daulte, Rafael Spregelburd, Alejandro Tantanian,
Nicolás Varchausky
Música Nicolás Varchausky

Producción Complejo Teatral de la Ciudad de


Buenos Aires (CTBA) y Hebbel-Theater
Berlin, Alemania.

Dirección Javier Daulte, Rafael Spregelburd,


Alejandro Tantanian

1.
Garaje atiborrado de cosas. El frente de un auto asoma por debajo de un cubre autos
oscuro. Mini está de pie. Lleva un vestido floreado empapado de sangre fresca. Tres
jóvenes (Leandro, Nene y Silvi) la escuchan, azorados.
Mini
Lo que más me llama la atención es que yo haya ido hasta el mercado con el cuchillo
para el pan dentro del changuito. Es posible que se haya caído desde la mesada sin que
me diera cuenta ¿no? De otra forma no le encuentro explicación.
Silencio.
¿Se acuerdan de Rebeca, la viuda de la otra cuadra, la de la casa de las hortensias?
Bueno, estaba en el mercado, Rebeca, justo delante de mí, insistiendo en decirle
pimientos a los ajíes, que es una costumbre que me enferma. Yo le traté de explicar, don
Guillermo también trató, pero la mujer estaba emperrada. Había gente esperando y...
Alguien dijo algo del barrio y de los accidentes de tránsito y del tiempo que hacía que el
mercado era mercado. Había un perro husmeando en la pescadería, que es el puesto que
está pegado al de verduras. La cosa es que no me explico cómo, de pronto yo le estaba
serruchando a Rebeca esta zona de acá.
Se señala un costado de la base del cuello.
El cuchillo del pan es romo.
Silencio.
Si alguna vez se dignasen a preparar el desayuno lo sabrían. Sabés que no lo digo por
vos, Pupú.
Silencio.
Quiero decir que por eso tuve que serruchar.
Silencio.
Bueno, a lo que iba: es que no pude comprar los limones. Las milanesas las vamos a
tener que comer con mayonesa o mostaza. Si no querés, Silvi, no las comas. Pero al
mercado no puedo volver. Por lo menos hoy. Maté a alguien y tendría que estar
buscándome la policía.
Apagón.

2.
Los tres hermanos cargan un cuerpo envuelto en una bolsa negra.
Silvi
Se me resbala.
Leandro
No sueltes.
Silvi suelta. El peso del bulto se descompensa y cae al piso a pesar de que los hermanos
intentan sostenerlo.
¿Por qué soltaste?
Silvi, acurrucada en el piso, llora.
Nene
Basta, Silvina. No le vi la cara. No se la vi.
Leandro
Dejála que llore.
Silvi
No estoy llorando.
Nene
Está llorando. Mirála. Miráte.
Silvi
Estoy angustiada que no es lo mismo que llorar.
Leandro
¿Dónde la metemos?
Nene
En la puertita del termo tanque.
Leandro
No va a entrar.
Nene
¿No?
Silvi empieza a salir.
¿Dónde vas? ¡Silvi!
Silvi
Nos vieron todos.
Nene
¿Quién nos vio?
Silvi
Todo el mundo.
Leandro
¿Adónde vas?
Silvi
Estoy descompuesta.
Nene
Pará. ¿Quién nos vio?
Silvi
Uno de los mellizos. Estoy segura que nos vio.
Nene
¿Qué, vos lo viste?
Silvi
Me pareció verlo.
Nene
¿Cuál era?
Silvi
No sé.
Nene
¿El tonto o el otro?
Silvi
No sé, te digo. Me siento mal.
Leandro
Andá al lavadero.
Nene
Andá. Pero volvé pronto. Que no te vea mamá.
Silvi sale.
Leandro
La mierda... Tiene que ser el tonto. El otro está en el colegio a esta hora.
Nene
¿Vos lo viste?
Leandro
No.
Pausa.
No me fijé.
Pausa.
Es cierto que siempre está mirando. Pero la verdad que no me fijé.
Silencio.
No. No la escondamos. Es muy arriesgado. Hay que enterrarla directamente.
Nene
¿En el jardín?
Leandro
Sí. Y rápido. A las tres viene Julieta para el ensayo.
Nene
No, esperá. Hay que desmembrarla primero.
Leandro
¿Vos decís... en...? ¿Desmembrarla?
Nene
¿En cuántas partes te parece que...?
Leandro
Seis. Lo que se acostumbra. Cuatro miembros, cabeza y tronco.
Nene
No sé. El jardín es chico. Seis hoyos van a ser lo mismo que uno solo. Además es como
dijiste, es lo que se acostumbra. Yo haría tres. Es un número ilógico para enterrar un
cuerpo desmembrado. O un número todavía más absurdo sería el catorce, o el veintiséis.
De cualquier manera habría que ir ablandando la tierra para que sea más fácil hacer los
pozos.
A Silvi que acaba de reingresar.
¿Podés ir poniendo la manguera para que se vaya ablan...?
Silvi
Hay sangre en la vereda.
Leandro
¿Cómo sangre?
Silvi
Sangre. Hay sangre en la vereda.
Nene
Andá a limpiarla.
Silvi
¿Yo?
Nene
Sí. Andá. Baldeá la vereda. Todo el mundo baldea la vereda.
Silvi
No a esta hora. Mamá va a salir y se va a dar cuenta.
Leandro
¿Dónde están las manchas?
Silvi
Acá. Adelante de la puerta.
Leandro
Saquemos el auto. Igual lo tenemos que sacar para el ensayo. Lo sacamos ahora. Las
manchas van a quedar abajo del auto.
Silvi
Por el cuerpo.
Necesito verla.
Leandro
Dejá, Silvi.
Silvi
A Nene, por el envoltorio.
Abrí.
Nene
No, Silvi. ¿Para qué?
Silvi
Tengo que verla. Tengo que verla para tratar de entender que mamá mató a alguien. A
ustedes puede no importarles porque son hombres y se comparan entre ustedes, pero yo,
¿con quién me voy a comparar? Ella es mi modelo. Necesito verla.
Leandro
Es Rebeca, la viuda de la otra cuadra. No hay nada que ver.
Aparece Mini.
Mini
Chicos. Quiero decirles algo.
Pausa.
Les mentí.
Silencio prolongado.
No es cierto que no sé por qué lo hice. Lo hice porque lo odio. Hablo del padre de
ustedes dos. Lo odio con toda el alma. Y a través de los años me vi siempre humillada
por el desprecio de todo el mundo, incluido el de ustedes, que menospreciaban mi odio,
lo desvalorizaban, y mi odio era real. Cada vez que me cruzaba con él (sigo hablando
del padre de ustedes dos) yo hacía una pequeña puesta en escena de mi odio. Una
estupidez, para algunos. Pero claro, aquéllos que nos conocían a los dos, creían que todo
lo que yo hacía, mis insultos, mis ademanes, mis torpes gestos de desprecio, mis
escenas, que todo esto eran hijos del amor que aún se suponía existía entre nosotros.
Sólo yo sabía alimentar ese odio, y sabía que ese odio era verdadero. Cuando se lleva
una verdad tan sola, tan adentro, durante tanto tiempo, se termina por estallar. Por eso lo
hice.
Nene
Pero mamá, papá murió hace quince años.
Mini
Pero mi odio no. Tenía que hacerlo. Tenía que matar.
Nene
¿A Rebeca?
Leandro
No seas imbécil y calláte.
Mini
No sé. Estoy confundida. No puedo ahora pensar en el raro destino de Rebeca, una
mujer que apenas conocíamos del barrio. Pero yo sí lo conocí a él y por él creció este
odio en mi pecho. ¿Por qué tuvo que ser Rebeca? No sé. No lo sé. ¿Cómo me ven?
¿Será posible que empiece una nueva vida para mí ahora?
A Nene.
Tenés sangre ahí.
Nene advierte una mancha de sangre en su mano.
No puedo seguir hablando. Tengo que descansar. En el fondo sé que no soy una asesina,
no una asesina común. Es tan fácil juzgar estas cosas desde afuera. Tan fácil. No sé qué
me va a pasar, pero siento que todo cambió. Hay milanesas en la heladera. Pueden
prepararlas si quieren comer ahora. Después de freírlas tiren el aceite usado. Tiren todo,
la generación de ustedes es una generación de basureros. No mezclan el vidrio con el
cartón, revuelven en la basura para asegurarse que todo quede bien reciclado. Quieren
parques, ustedes, quieren el cinturón ecológico, ustedes. Háganme el favor. Tiren lo que
no sirve. La basura es basura. Y hay que aprender a desprenderse de ella sin tantos
miramientos. Ahora, si quieren que se las prepare yo, van a tener que esperar. No me
siento bien. Van a tener que esperar cinco minutos.
Sale. Silencio.
Silvi
Me revienta que hable así de papá.
Leandro
Vos eras muy chica, no te acordás. Era horrible ver cómo se peleaban. Y cuando no
peleaban era peor. Se hacía un silencio insoportable. Cuando trajeron la noticia
del avión... me alegré.
Nene
Silvi ¿por qué no buscás el cuchillo eléctrico? Así hacemos más rápido.
Silvi
Baldeá la vereda, poné la manguera, buscá el cuchillo. ¿Querés el cuchillo eléctrico?
Buscátelo. Estoy harta de hacer de sirvienta de ustedes. Me voy al shopping.
Apagón.

3.
Papeles y libros sobre una especie de mesa de herramientas. El automóvil ya no está.
Nene extiende un mapa sobre la pared. A unos pasos, Silvi.
Nene
Acá. Bien en evidencia.
Silvi
¿Qué es eso?
Leandro
Un mapa falso.
Silvi
¿De qué?
Nene
Del jardín.
Silvi
¿Y para qué hicieron eso?
Nene
Estos son los puntos donde NO está enterrado el cuerpo. Los llamamos con letras
griegas. Son nombres clave de funciones trigonométricas. De estos puntos falsos se
deducen los puntos donde realmente están los miembros de Rebeca. Una parte de la
clave la tiene Pupú y la otra yo. Por separado ninguno de los dos sabría dónde cavar.
Leandro
Nene, me dijiste Pupú y sabés que me revienta. Mamá no puede evitarlo, pero...
Silvi
Eso es una estupidez. Se ve perfectamente donde falta pasto.
Nene
El pasto crece en una semana.
Silvi
Sí. ¿Y mientras tanto?
Nene
No creo que la policía venga a registrar el jardín cuando ni siquiera hubo una denuncia.
Aparece un policía uniformado en el marco de la puerta.
Norberto
Buenas tardes.
Pausa.
Con una calma infinita registra todo el lugar con la mirada, y luego se detiene en la
puerta que da al interior de la casa.
Qué banda.
Ve el mapa.
¿Qué es eso?
Nene
Un mapa.
Norberto
Del jardín.
Leandro
Falso.
Pausa.
Norberto
¿Quién es el de la guitarra?
Leandro y Silvi
Señalan a Nene.
Él.
Nene
Y Julieta Balado, que es una chica que viene a los ensayos y hace la segunda guitarra y
a veces hace la primera, también, depende del tema.
Norberto se acerca a la guitarra y rasguea dos o tres notas.
Norberto
Yo también tengo una idea para una revolución. ¿Quieren oírla? Es así.
Toca un fragmento de “Extinción”2. Luego para. Deja la guitarra.
Es una idea base. Consiste en hacer circular unos cajones de Coca-Cola adulterada en
un país determinado. Entonces denunciar la partida venenosa a Salubridad Pública. A
partir de ahí, en el país se prohíbe la Coca-Cola.
Leandro
¿No habría más Coca-Cola?
Norberto
Se prohíbe. Se prohíbe la Coca-Cola en el país. Es una idea germen. Después de eso, si
se llega a eso, después puede pasar cualquier cosa. Es... algo en lo que pienso a veces.
Silvi
¿No pasó algo así, ya?
Norberto
¿Dónde?
Silvi
No sé. Pregunto nada más.
Norberto
¿Vos decís en Bélgica?
Silvi
No sé, quizás yo leí mal.
Norberto
No sé. Vos sabrás.
Aparece Mini.
Mini
¿Ya lo conocieron a...?
Norberto
Norberto. Norberto Suardi. Agente Norberto Suardi, de la 22.
Leandro
Oficial, todo tiene una explicación, así que por qué no nos sentamos y lo hablamos
tranquilamente.
Mini
No entendés. Yo estoy saliendo con Norberto.
Señala a Leandro.
Él es Pupú.
Norberto lo saluda.
Leandro
Leandro.
Norberto saluda a Nene.
Nene
Nene.
Mini
Pasando por alto a Silvi.
Bueno, esta es la zona del galpón. Ahí está el jardín. Está lleno de pozos, no sé por qué.
Y arriba tenemos tres dormitorios. Sabés que yo tengo un problema, en mi cuarto.
Resulta que quedó la persiana trabada, adentro del taparrollos. Y éstos están negados
para esas cosas.
Norberto
¿Querés que yo me fije si te la puedo destrabar?
Mini
¿Pude ser?
2
Ver Bis en página 47.
Norberto
Claro. Vamos a ver qué podemos hacer. Permiso.
Mini y Norberto salen.
Ni bien traspasan la puerta, se los oye reír.
Apagón.

4.
Silvi y Nene. Entra Leandro con una bolsa de shopping.
Leandro
¿No habrás comprado esto con la tarjeta?
Silvi
Sí. En cuotas.
Leandro
Perdonáme, pero sos una tarada.
Silvi
¿Qué pasa?
Leandro
Nos incrimina.
Silvi
¿Eso?
Leandro
Lo que sea.
Nene
Bueno, no es para tanto.
Leandro
¿Les parece que no es para tanto? ¿Ustedes realmente piensan que Norberto gusta de
mamá? ¿No creen que es más lógico pensar que se vinculó con ella para investigar? A
ver, ¿con qué tarjeta lo pagaste?
Silvi
Con la Master.
Leandro
¿Es una extensión de la de mamá, no?
Silvi
Bueno, es la que...
Leandro
¿Y vos creés que a esta altura no están revisando qué dinero entra y qué sale de acá?
¿Qué se compra y qué se deja de comprar?
Silvi
Enojada ante el ataque.
Mirá, te voy a decir lo que pienso. Pienso que estás enfermo de poder, y que esta
situación te viene muy bien para decirnos a todos cómo tenemos que vivir. Pero yo no
soy vos, ¿sabés? Yo no soy ninguno de ustedes. Yo quiero mis cosas, yo quiero estar
linda, yo tengo derecho a comprarme lo que quiera y pagarlo como se me antoje.
Máxime si gano mi propio dinero en la importadora.
Leandro
¿No podrías haber esperado?
Silvi
Además, comprar en cuotas me hace bien. Me da una sensación de estabilidad. Cuando
compro en cuotas es como si dijera: “Yo confío”. Y pienso que si todos dijéramos un
poquito “Yo confío” nos evitaríamos muchos desastres económicos, hablo como país.
Nene
¿Pero cuánto te puede haber salido un secador de pelo en efectivo, sin tanto papeleo, sin
tanta exposición?
Silvi
¡No hubo papeleo! Te digo que presenté la Master y listo.
Leandro
A la Master la pasan por una maquinita, y tu número queda registrado en tres o cuatro
copias distintas, tu número y tu resumen del mes actualizado, y ahí aparece todo lo que
uno va metiendo en una casa.
Silvi
Yo no voy a prescindir de mis productos de primera necesidad.
Leandro
¿No entendés que estamos en una situación delicada? ¿Que tenemos que manejarnos
con cautela? Primero lo de las manchas en la vereda, después lo del mellizo que según
vos, SEGÚN VOS, vio todo. En tercer lugar mamá que se deja acorralar por un policía
que de casualidad no advirtió los pozos del jardín. Y ahora el secador.
Mini
Entrando.
¿Ustedes saben qué curioso? Estaba pensando mucho en la madre de los mellizos, Fito y
el otro pobrecito...
Se señala la cabeza.
Y justo me toca el timbre, la mamá. No sé qué me dijo. Yo perdí el hilo. Hablaba sin ton
ni son. Hablaba de una comisión de vecinos, de vos, de Rebeca. No sé por qué la hice
pasar.
Saca un brazo sangriento del bolsillo del delantal de cocina.
Fue con el Moulinex, me agarró cortando el pesceto para hacer unas milanesitas. Esa
mujer no va a hablar más. Yo no me estoy sintiendo bien.
Sale en silencio.
Leandro
Bueno, ahí tienen.
Silencio.
Silvi
Todo esto es una porquería.
Nene
¿Esto no nos ayuda en nada, al menos?
Leandro
¿En qué nos va a ayudar? Es un cadáver más en la lista, el asesinato se torna serial, y
más allá de lo que decidamos hacer en algún momento va a haber que hablar en serio
con mamá y preguntarle qué es lo que le está faltando, por qué se manifiesta así.
Silvi
Ahora, devolviendo el secador, ¿se soluciona algo?
Nene
Está bien, pero yo pienso en términos más prácticos: mamá borra consciente o
inconscientemente al único testigo posible del asesinato de Rebeca.
Silvi
Pero si el testigo fue el hijo no la madre.
Nene
¿Pero cuál? ¿Fito o el...?
Se señala la cabeza.
Silvi
No sé. No los distingo. Yo vi a uno que me vio.
Leandro
No importa cuál de los dos nos vio. Importa que un chico ve algo y se lo cuenta a la
madre. “Mamá, mamá, vi algo”. Y además, tampoco es el único testigo. ¡Todo el
mercado vio a mamá matando a Rebeca!
Nene
Especulo con eso. Algo de proporciones tan monstruosas que TODO EL MUNDO VE,
debe ser un error, ¿entendés?
Leandro
No.
Nene
¿Por qué nadie hizo una denuncia, todavía? ¿Por qué Norberto no nos lleva detenidos?
Piensen un poco. ¿Por qué? Porque la gente en el mercado no registró lo que vio, así
como Norberto vio los pozos en el jardín y no los registró. Si yo voy solo por la calle y
veo que un tipo acribilla a balazos a otro, no puedo evitar registrar el hecho, fijar el
rostro del asesino, tener respuestas formales ante el problema: llamar a la policía,
ocultarme hasta que pase el peligro, lo que sea. Pero si lo mismo que yo veo, lo ven
todos los que están en la calle, mi comportamiento es distinto. Alguien se hará cargo,
me digo. A lo mejor no es lo que yo pienso, me digo. Y no llamo a ningún policía, y no
me escondo nada, y a las dos cuadras ya me olvidé del tema. Yo soy así. Lo comento en
la cena, y nada más. Al día siguiente no leo ninguna noticia en los policiales, y entonces
me convenzo de que no pasó nada.
Leandro
¿Y Norberto? Norberto estaba solo cuando vio los pozos.
Nene
Justamente. Estamos de acuerdo que él se infiltró en casa para investigar y no porque
esté enamorado de mamá. ¿Estamos de acuerdo en eso?
Silvi
Yo no estoy tan segura de que no está enamorado.
Leandro
Por favor.
Silvi
¿Vos viste cómo la mira? ¿Ustedes vieron con qué cara la escucha cuando ella habla?
Leandro
Está fingiendo, es obvio.
Silvi
Claro, ustedes no registran esos detalles. ¿Hace cuánto que no te enamorás vos?
Leandro
No empieces.
Nene
Claro, es lo mismo. Nosotros no registramos el amor entre Norberto y mamá, cosa que
para vos es evidente. ¿Por qué suponer que Norberto va a encontrar lo que busca en esta
casa apenas se asoma al jardín? Si yo busco un cadáver, tengo menos posibilidades de
ver un cadáver.
Leandro
La gente del mercado no buscaba presenciar un asesinato a sangre fría. Si yo busco
pesceto, veo el asesinato.
Nene
Es distinto. Ya te expliqué. Eran muchos. Si muchos ven lo mismo AL MISMO
TIEMPO cada uno ve una parte. Ve MENOS. Es así. ¿O cómo creés que funciona el
cerebro? ¿Vos creés que el psiquismo se va a adaptar a tus especulaciones? Husserl dice
además que la FORMA no existe, la percepción la construye.
Silvi
Y lo que también es cierto es que el hemisferio derecho percibe distinto que el
izquierdo. Y que el ojo ve al revés y que el cerebro lo endereza.
Silencio.
Leandro
¿Entonces?
Silvi
Ah, ahora tambaleás. Ahora nos preguntás a nosotros.
A Nene.
Prefiero confiar en vos. Yo voy a devolver el secador.
A Leandro.
Ya estás grande. ¿Hasta cuándo pensás seguir viviendo en esta casa... Pupú?
Sale.
Nene
Te digo qué: vamos a ampararnos en la serialidad de los crímenes. Primero. Hay que
esconder el cuerpo de la mamá de Fito. Segundo. Vamos a buscar una relación entre el
asesinato de Rebeca y el de Azucena. Una relación que no seamos nosotros,
obviamente. Y tercero (y acá está la clave que conecta): Norberto se tiene que convertir
en nuestra coartada. La próxima vez que mamá lo traiga a casa, va a ocurrir el asesinato
de Azucena. En otra parte. Lejos de esta familia.
Se escucha en off a Silvi y Mini que discuten.
Silvi
¿Pero qué te dijo?
Mini
Él no me dijo nada. YO le dije. Que esto así no iba.
Silvi
Pero él está re-enganchado con vos.
Mini
Te equivocás. Yo soy sólo una buena opción para él. Está casado.
Silvi
¿Te lo dijo?
Mini
Ni siquiera dio la cara. Me lo dijo por teléfono. Norberto Suardi está muerto para mí.
Silvi
Cerrá esa puerta, mamá, no seas terca.
Mini
Dejáme, ¿querés? Se acabó. Se acabó todo. ¿Qué querés? ¿Que viva encerrada en mi
propia casa? ¡Hay que sanear, hay que sanear, abrir las puertas, las ventanas, que esta
casa respire! Soy tu madre, no tengo que pedirte permiso. Así que corréte. ¡Dejá el
felpudo, Silvina, por favor!
Silvi
¿Ah, sí? ¿Sos mi madre? Muy bien. Te quiero hablar de algo muy simple, entonces, y te
pido que te tranquilices para poder escucharme y después sí, salí si querés y hacé lo que
tengas que hacer.
Mini
Estoy tranquila.
Silvi
No, no estás tranquila. Tiene que ver con la extensión de la Master. Cualquier cosa que
yo haga recae sobre tu resumen. Supongo que entendés lo que eso quiere decir.
Nene
A Leandro.
No dejes que mamá salga y haga otra locura.
Leandro sale. Entra Silvi.
Silvi
La odio. La odio. La odio.
Nene
Basta Silvi. Si Norberto se llega a convertir en un amante despechado, se va a querer
vengar. Hay que averiguar qué sabe y tratar que se reconcilie con mamá.
Silvi
¿Cómo?
Apagón.

5.
Leandro con auriculares. Aparatos, antenas. Parlantes y amplificadores del teclado y la
guitarra eléctrica adaptados a un sistema de interceptación telefónica casero. Nene va
de un lado a otro enarbolando un aparato que hace las veces de antena. Leandro lo
guía.
Nene
¿Y?
Leandro
No. Más a la derecha... No. Más atrás. ¡Ahí! ¡No! ¡Los perdí! Ahí, ahí. Subíte.
Nene se sube a un banco.
Oí. Ahí los tengo. Funciona.
Nene
¿Pero qué se oye? ¿Está hablando Norberto?
Leandro
Te dije que iba a funcionar. Parece que es una mujer. Decíle a Silvi que venga.
Nene
Conectá los parlantes.
Leandro
Mientras lo hace.
Voy a tratar de mejorarla. ¡Andá a llamar a Silvi!
Nene
¡Silvi!
Leandro
Andá a buscarla. Si no, después, se la agarra conmigo.
Nene
Saliendo.
¡Silvi!
Pero Silvi ya está entrando.
Silvi
¿Funciona?
Nene
Subíte ahí.
Silvi
No.
Leandro
¿Dónde estabas, nena?
Nene
Subíte te digo.
Nene le da el aparato que hace de antena. Se oye una conversación entre dos niños de
8 años.
Voz Niño 2
“Documentos del pasado.”
Voz Niño 1
Pará. ¿“Documentos...”?
Voz Niño 2
“...del pasado.” ¿Ya está?
Voz Niño 1
Sí. Dale.
Voz Niño 2
“Los objetos que nos enseñan...”
En simultáneo, Nene discute con Leandro.
Nene
Anotá.
Leandro
Vení, tené.
Nene va a sostener el otro extremo del sistema de antena. Leandro corre a anotar.
Leandro
¿La libreta?
Nene
La tenías vos, Silvi.
Silvi
Yo no tengo nada.
Nene
Acá está. La tengo yo.
Saca la libreta del bolsillo de su camisa.
Anotá.
Silvi
¡Shh!
Voz Niño 1
Pará. ¿“Que nos...”?
Voz Niño 2
“Enseñan ... cómo fue la...”
Voz Niño 1
“Fue la...”
Voz Niño 2
“La vida...”
Voz Niño 1
¿“La” de vuelta?
Voz Niño 2
¿Qué?
Voz Niño 1
Si “la” va dos veces.
Voz Niño 2
¿Dónde?
Voz Niño 1
“Enseñan cómo fue la la vid...” No. Seguí, está bien.
Voz Niño 2
“La vida en la prehistoria...”
Leandro
¿Qué dijo?
Silvi
“Prehistoria”.
Voz Niño 2
“...suelen ser...”
Silencio.
“... descubiertos en...”
Silencio.
“... excavaciones.”
Silencio.
Punto aparte. ¿Está?
Voz Niño 1
¿Ya está?
Leandro
¿Punto aparte?
Voz Niño 2
No. Ahora hay que poner sangría.
Voz Niño 1
¿Qué?
Voz Niño 2
Hay que poner sangría. Lo explicó ayer la seño. Es re-fácil.
Voz Niño 1
¿Sangría?
Voz Niño 2
Como sangre.
Voz Niño 1
¿Escribo “sangría”?
Voz Niño 2
No. Esperá. Ahora tenés que empezar a escribir a dos centímetros del margen.
Nene
Leandro... ¿dónde... dónde conectaste?
Leandro
Con lo de Suardi: 6748876, es el teléfono que está en la guía.
Nene
Son dos chicos.
Voz Niño 1
¿De cuál margen?
Voz Niño 2
Del de acá. De la... izquierda.
Voz Niño 1
¿Dos centímetros más abajo?
Voz Niño 2
¡No! ¿No te das cuenta?
Voz Niño 1
¿Y qué escribo?
Voz Niño 2
Esperá. ¿Ves el margen?
Voz Niño 1
Sí.
Voz Niño 2
Hacé dos centímetros.
Voz Niño 1
¿Cómo “hago”?
Voz Niño 2
¡Para la derecha!
Voz Niño 1
¡No entiendo!
Voz Niño 2
¡Para la derecha del margen! ¡Para la derecha del margen! ¡¿Tan difícil es?!
Voz Niño 1
¿Y qué hago ahí?
Voz Niño 2
¡Empezás a escribir!
Voz Niño 1
¿Pero todo el tiempo? ¿Y del otro lado?
Voz Niño 2
¿Qué otro lado?
Voz Niño 1
¿Del otro lado de la hoja, también?
Voz Niño 2
¿Cuando das vuelta la hoja?
Voz Niño 1
No. Del otro margen. Del otro lado. De la derecha.
Voz Niño 2
¿Pero vos qué cuaderno usás?
Voz Niño 1
Gloria.
Voz Niño 2
Ah, no sé. Yo... Digo, que el mío es Rivadavia. Y la seño me mostró que... Por ahí no es
igual. Por las dudas no la hagas. Yo...
Silvi baja la antena y la conversación deja de oírse.
Silvi
Es el hijo.
Nene
¿Qué?
Silvi
Es el hijo.
Nene
¿Qué hijo?
Silvi
El hijo de Suardi. El hijo de Norberto.
Leandro
¿Vos decís que tiene un hijo?
Silvi
Parece que sí. ¿Mamá sabrá que además de estar casado tiene un hijo?
Nene
Volvamos a conectar. En algún momento tiene que usar el teléfono.
Mientras los tres buscan la frecuencia:
Leandro
¿Pensaste ya de qué modo vincular los crímenes?
Nene
Claro que pensé.
A Silvi.
Éste ya no piensa en nada.
Ríen, cómplices.
Leandro
¿Pero qué les pasa a ustedes dos? ¿Por qué se ensañan conmigo? Yo traje todo esto de la
telefónica. ¿Te parece que hago poco? ¿O tenés otro reclamo? Yo sé por qué están
ustedes así conmigo. Ustedes están así conmigo porque yo sí conocí a papá y ustedes
apenas se acuerdan. ¿Qué culpa tengo yo en eso? ¡Ustedes son dos...!
Nene
Che, no se oye nada.
Leandro
Es un teléfono. A veces se usa; a veces, no.
Sale. Nene y Silvi se quedan esperando un poco a que se oiga algo por los parlantes.
Luego salen. La escena queda vacía. Tras un silencio se oyen voces a través del
parlante.
Voz Asistente
¿SAS?
Voz Mujer
Estoy mal... No sé por qué estoy llamando acá... Ustedes son empleados... A ustedes les
pagan por persona que no se suicida ¿no?... Todos son iguales...
Voz Asistente
¿Está en su casa ahora?
Voz Mujer
Sí.
Voz Asistente
¿Hay alguien más con usted?
Voz Mujer
¿Usted en serio piensa que todo el que llama ahí realmente se quiere matar?
¿Por qué se sienten tan importantes? Yo estoy haciendo una interconsulta. Yo no estoy
bien. Yo estoy bastante mal. Pero no me voy a suicidar. ¿Hola? ¿Hola?
Voz Asistente
Sí, lo escucho, señor.
Voz Mujer
Soy una mujer, querido.
Voz Asistente
Yo también.
Voz Mujer
¿Qué?
Voz Asistente
¿Qué?
Voz Mujer
¿También qué?
Voz Asistente
Me llamo Susana y a mí también una vez me tocó estar de ese lado del teléfono.
Voz Mujer
¿Susana? ¿Susana cuánto?
Entra Nene desprevenido. Oye las veces. Sonríe. Sale.
Voz Mujer
¿Vos sabés que yo conocí a una Susana que se suicidó? Se tiró de una terraza.
Voz Asistente
No, no era yo. Yo usé pastillas que estaban vencidas. Por eso ahora puedo estar acá,
escuchándote. ¿No te dice nada eso?
Silencio. Entra Leandro, desprevenido. Escucha las voces. Sale.
¿Cómo te llamás?
Voz Mujer
No importa cómo me llamo yo.
Entran los tres hermanos. Permanecen escuchando muy atentos, sonrientes.
Voz Mujer
Importa que él se llama Norberto Suardi. Importa que él se enamoró de otra mujer y que
ya no me quiere. Importa que...
Pero no puede continuar. La mujer se entrega al llanto.
Silvi
¡Suardi! ¡Dijo Suardi! Subí, subí el volumen.
Nene
¡Subí!
Leandro sube el volumen. El llanto se prolonga. Todos hacen silencio.
Voz Mujer
No me quiere más... Sucedió... Ama a otra... ¿Qué puedo hacer yo? ¿Qué puede hacer
nadie contra eso? Estoy sola. Desde que me lo dijo estoy sola con esto, con esto que me
duele y que no me puedo sacar. ¿Qué voy a hacer?
Llanto prolongado.
Yo no puedo dejar de quererlo. No puedo. Cómo duele. Yo llamo acá porque no sé a
quién llamar. Esperé a que mi hijo terminara de hablar con un compañero de colegio y
lo mandé a hacer un mandado. Yo no quiero que me vea así. Ya tuvo que faltar unos días
a la escuela. Estuvo con un poco de fiebre. Yo creo que se da cuenta. Los chicos se dan
cuenta de todo. Ahora lo que más me preocupa es que él no me vea así... Nos vamos a
quedar los dos solos. Yo no sé si voy a tener fuerzas para cuidarlo... Y no tengo con
quien hablar. Porque yo... yo hablaba con él y ahora... ¿con quién voy a...?
Nene corta violentamente la interceptación. Están conmovidos hasta las lágrimas por
lo que acaban de oír.
Nene
Ya está bien. Ya sabemos lo que necesitábamos saber.
Silvi
¿Qué cosa?
Nene
Que tenías razón, Silvi. Norberto está enamorado de mamá. Y ese amor es lo que va a
salvarla. A ella, y a nosotros.
Apagón.

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