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Julio 21 de 2019

Sermón
Jezreel Suba
Pastor Jorge Urbina Nieto

Título: ¿La mano de nuestro Dios?


Tema: Es un pasaje que nos enseña en realidad el desafío a confiar en nuestro Dios, a través del
cual definimos que sí creemos en él, sin embargo al momento de actuar percibimos que nos
vemos confrontados en nuestra fe.
Pasaje: Esdras 8:21-23

Introducción

Historia

Desarrollo del Tema

1 Acción de Fe

La historia de Esdras se centra en un gran desafío que implica un caminar de fe y confianza


total, que trae diligencia en el actuar y el pensar conforme la voluntad de Yahwéh, quien
finalmente daría la victoria en cumplimiento a su propósito. Los desafíos de los hijos de Dios se
enfocan en el cumplimiento del propósito eterno, lo cual implica una vida llena de desafío; más
que vivir bajo nuestros propios planes. Esdras tendría una gran misión con dos alternativas: a
su propia manera, o a la manera de Dios. Esto hizo la diferencia entre Esdras y cualquier otro
sacerdote o escriba que dirigiese el pueblo.
Esdras conocía su tarea, por tal razón buscó la mejor alternativa, buscar a Dios a través de
una práctica común: el ayuno. Es importante comenzar a definir lo que es el ayuno en la cultura
de Israel y lo que es ahora para la iglesia. Esdras no queriendo confundir al rey acerca de la fe,
comienza su travesía sin soldados que protegiesen las riquezas; alguien podría decir: “sí es bueno
confiar en Yahwéh; sin embargo hay que ser prudentes”. Y eso es verdad; no obstante, Esdras
fue coherente con su fe y sus palabras, pues había anunciado que Dios les protegería; punto que
será desarrollado posteriormente. Antes de emprender el viaje que estaba pronto a retomar,
Esdras organiza un ayuno de oración. ¿Qué es entonces, el ayuno?
El ayuno no es dejar de comer solamente; pues podemos no desayunar o almorzar porque no
hemos tenido el tiempo para ello. El principio fundamental del ayuno relatado en la Escritura,
es que el asunto del pedido que se hace a Dios es tan importante, que la condición espiritual hace
que la situación física sea poco preocupante y, por tanto, no se ingieran alimentos. Al prestarle
más atención a nuestra área espiritual, estamos designando al ayuno un proceso de purificación
y humillación ante Dios. Dice el Salmo 69:10 respecto a este punto:

Lloré afligiendo con ayuno mi alma

Los judíos estaban necesitados de seguridad, para continuar con el viaje con tantas riquezas
y caminar por tan peligrosas sendas. Esdras lo sabía, pero también conocía su labor. Ellos
necesitaban protección y dirección para llegar a Jerusalén. Convocar un ayuno, era entregar sus
vidas a Dios y humillarse ante Él, reconociendo su necesidad y total dependencia. Convocar un
ayuno, demostró no solamente que Esdras estaba seguro de los riesgos y del trabajo delegado,
sino del Dios que lo había llamado para tal propósito. Él entendía que no se trataba de él sino de
quien lo llamó. El ayuno, tomar tiempo para dejar a un lado el alimento físico y dedicarse a la
oración, era realmente una acción de fe y convicciones, que solamente Dios había inquietado en
el corazón de Esdras para animar proteger al pueblo y sus riquezas, los cuales formaban parte
del plan de Dios.
El ayuno entonces es el tiempo que Esdras tomó para orar y entregar el todo de su alma a
Yahwéh y depender en totalidad de Él. De igual manera, cuando necesitamos la certeza de
nuestra salvación en medio de cualquier circunstancia que nos rodea, entonces podremos seguir
el ejemplo de Esdras y entrar en oración, afligiendo nuestro cuerpo por alimentar nuestra
relación con nuestro Dios Señor y Salvador, Jesucristo. Fueron las palabras a través del apóstol
Pedro, para vivir firmes en la convicción a la que hemos sido llamados, viviendo siempre en su
voluntad. Leemos en 2 Pedro 1:10:

Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque
haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

Un cristiano siempre tendrá en su interior la voz del Espíritu Santo quien da testimonio a
nuestras vidas, acerca de lo que tenemos y necesitamos como hijos de Dios; un hijo de Dios es
inquietado a buscar en Jesucristo, a través de la oración y la Escritura, las respuestas a su diario
vivir, con miras a la eternidad. Pedro anima al igual que Esdras, a buscar la seguridad del camino
de Dios; no es que no haya seguridad en Dios para la salvación a nuestras vidas, sino que em
ocasiones, necesitamos afianzar nuestras propias convicciones y nuestra propia seguridad.
Nosotros necesitamos afianzar la seguridad de nuestro protector, de nuestro redentor, que sí se
harán con plena certeza. Pedro hace una lista de las cualidades que son características de la vida
del creyente, entre esta lista encontramos la fe, la virtud (vida admirada en la práctica),
dominio propio, paciencia, piedad (reverencia, lealtad y obediencia delante de Dios), afecto
fraternal, amor.
Para lograr estas cualidades, necesitamos la obra de Jesucristo y las estrategias para nuestra
vida, entre ellas y la más efectiva, la oración. Es por esto que Esdras fue llevado a orar en un
tiempo de ayuno con el pueblo, convocó al pueblo a doblar su alma y su espíritu para afianzar y
fortalecer su fe, relacionado con las promesas de Dios. Era un hecho que llegarían a Jerusalén,
pero la fe del pueblo debía ser fortalecida y el tiempo del ayuno y la oración, fortaleció y les
permitió tener la dirección necesaria para su futuro actuar. Pedro aclara que no caerían jamás,
aun cuando vivamos momentos difíciles como dudas, desesperanza, temor o cuestionamientos.
Hay problemas más fuertes y grandes que enfrentamos en nuestra vida diaria como son los ya
mencionados. Toda circunstancia puede ser difícil, pero siempre podrá ser soportada y
solucionada; sin embargo el temor, el desánimo y la desesperanza, nos impedirá sobreponernos
a cualquier dificultad y tribulación. Pero si buscamos a Dios siempre, si convocamos oración
unos por otros, si ayunamos para estar humillados en total dependencia de Jesucristo, entonces
cada cualidad se tornará un fortaleza en nuestra vida.

2 Sus razones

Esdras 8:21 dice:


Y publiqué ayuno allí junto al rio Ahava, PARA afligirnos delante de nuestro Dios, para
solicitar de Él camino derecho…

Cuando Esdras convoca la oración para el pueblo, este pasaje nos enseña dos razones y una
motivación por la cuál actuó de la manera en la que la hizo. Una razón de tal ayuno, fue
afligirse delante de Dios. Todas nuestras obras quedarán cortas al hacerlas para impresionar o
sorprender a Dios; por tanto todas nuestras obras deben considerar la adoración y honra a Dios.
Un verdadero ayuno sale de un corazón arrepentido que busca glorificar y agradecer a Dios,
como ejemplifica Jueces 20:26:

Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y
lloraron, y se sentaron allí en presencia de Yahwéh (Jehová), y ayunaron aquel día hasta la
noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Yahwéh (Jehová).

El ayuno ha tenido una directa relación con un corazón que busca honrarle y agradecerle por
tantas maravillas y por dar la victoria. Pero también para buscar Su dirección y fortaleza para
estar firmes en sus sendas. Jesucristo nos lleva a buscar día a día su camino como lo anuncia
Hebreos 3:14:

Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin
nuestra confianza del principio.

De ninguna manera, el pasaje nos dice que debemos luchar por nuestra fe y seguridad de
salvación, sino más bien, la perseverancia es resultado y prueba de nuestra fe. Pablo en 1
Corintios 15:2 nos enseña que la perseverancia es la prueba de una fe genuina, una fe que nos
motiva a confiar y perseverar en las sendas de Jesucristo. Esdras actúa como un hijo de Dios
sabe que debe actuar en momentos de angustia y dolor, oró al Señor con un corazón humillado
y dependiente de su Salvador. ¿Cuál es el paso a seguir cuando estamos en una dificultad? Ir a
Él, convocar oración, interceder, más para reconocer nuestro refugio y dependencia a Él, que
una vida que toma a Dios como “el milagrero” El propósito de Jesucristo en la cruz no fue para
que en este tiempo viviéramos de sanidades en sanidades, sino para darnos una sanidad a
nuestra alma, pues estando muertos en nuestros delitos y pecados, Jesucristo murió por
nosotros. Los actos milagrosos de Jesús fueron actos que evidenciaban y respaldaban sus
palabras, pero eran secundarios, siempre lo primordial fue salvar almas conforme el propósito y
plan del Padre (Efesios 2:5; Juan 6:44; Juan 6:39).
Una segunda razón evidenciada en este pasaje, fue solicitar el camino que debían tomar.
Camino para toda la gente que acompañó tal peregrinaje. No cualquier camino, sino un camino
recto y seguro; no salió a la aventura, sino buscó la directriz del Señor para actuar conforme su
Santa Voluntad. El punto no es ir o no ir; por dónde tomar o por dónde no tomar; el punto es
orar y a través de la Escritura encontrar el camino oportuno y correcto por el cual debemos
andar. ¿Has preguntado a Dios y has verificado tus pasos si son conformes a la luz de la
Escritura? ¿Caminamos bajo su senda? Jeremías 6:16 nos enseña:

Así dijo Jehová: paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál
es el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma.
Cuando vamos por el camino, es importante detenernos y mirar por dónde es que se debe
andar. En caminatas y aventuras por lugares no conocidos, es muy sencillo perderse del camino
si no prestamos atención por dónde debemos tomar; cuando eso suceda, es importante detenerse
y buscar el camino nuevamente. Esdras, de una manera similar se detuvo para verificar el camino
en oración. No deseaba perderse ni tener inconvenientes en el camino; de seguro nadie desea
tales cosas. Solamente en manos del Señor estamos seguros, ¿pero en verdad descansamos en Él
y hacemos como él nos lo enseña? La vida cristiana no es decir cuánto creemos o amamos, no;
es en realidad creer y amar. Porque el amor hacia Dios nos lleva incluso a renunciar a nuestros
derechos por amor a nuestro prójimo. Decimos “¡es que yo también tengo derecho!” Sí, lo tienes;
pero si por amor a tus hermanos en la fe debes renunciar a tus derechos, que así sea; pues
Jesucristo renunció a los Suyos y la única razón fue la voluntad del Padre y que Su gozo fuera
cumplido (Juan 17)

3 una acción que evidencia

Finalmente, Esdras actúa de cierta forma, conforme a su fe declarada. Es importante que


nuestra vida de evidencia en nuestras palabras y en nuestras acciones; no solo en palabras o solo
en acciones; sino en ambos. Esdras no tuve vergüenza de pedir ayuda; lo que en realidad
significaba aquel término, diferente a lo que es hoy la palabra vergüenza, al menos en ese
versículo, era que Esdras no deseaba confundir al rey. Dice Esdras 8:22:

Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del
enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: ‘La manos de nuestro Dios
es para bien sobre todos los que la buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le
abandonan’

Esdras ni por pena ni por soberbia pidió ayuda, sino por convicción actuó. ¿cuántas veces, en
verdad, somos coherentes con nuestro amor y nuestra fe? Seamos sinceros pero coherentes;
creyentes que buscamos en realidad agradar al Señor pero que a la vez fallamos. ¿Por qué
tememos reconocer nuestras debilidades y pecados? ¿Sabiduría? Bien haces; ¿Orgullos? Mal
haces. Yo dije al rey que creía en Él como el Salvador y protector, ahora le diré que necesito de
su ejercito; no, no es el ejército del rey; es el Rey. Esdras en verdad estaba convencido de Yahwéh,
Dios y Salvador. “Dios es omnipresente” decimos; pero qué aburrido es almorzar solos. Decimos
amar a Dios pero ¿cómo manifestamos el amor con nuestros hermanos? Parte de manifestar que
amas a tus hermanos, es que estés a las 9:30 aquí orando por tus hermanos; que participes en
las diferentes actividades de la iglesia donde Dios te ha colocado, para compartir con tus
hermanos.
Qué bueno que no nos llamemos hermanos, tenemos nombres; pero que mal que olvidemos
que somos hermanos; la iglesia universal de Jesucristo, la verdadera iglesia de Jesucristo, Sus
ovejas, no es una aglomeración de personas con las que nos encontramos cada día; es nuestra
familia que vive bajo la dirección de Jesucristo, a su manera, con Su ayuda en nosotros, Su poder
en nosotros; pero una familia somos. ¿Coherencia en nuestras palabras amor al prójimo y
nuestras acciones? Miremos las palabras de Jesús en Lucas 6:46 cuando dijo:

¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?


Jesús está exhortando al pueblo, a sus seguidores, me llamas Señor pero no vives como si yo
fuera tu Señor. Le creemos más a Daniel Habif que a Jesucristo quien enseña todo lo opuesto; el
uno centrándose en la soberbia personal y Jesucristo centrándose en la gloria del Padre. Tú, ¿en
qué te centras? Recordamos muy a menudo Romanos 12:2, “no conformarnos a este mundo”,
sin embargo en ocasiones no evaluamos si las enseñanzas del mundo que publicamos en redes,
por ejemplo, son coherentes con el texto bíblico o con nuestra propia prudencia. No es un tema
suelto, ni una vida de golpes de ánimo; es la esperanza eterna y verdadera de los hijos de Dios,
salvados con precio de sangre, escogidos para vivir el amor y la misericordia inmerecida, de un
Dios perfecto, Santo, sin mancha. En verdad toma la armadura de Efesios, pero no te la pongas,
vívela; vivamos con verdad, reconociendo nuestras debilidades y pecados, ayudándonos unos a
otros sin chisme y sin juicios condenatorios; más bien con justos juicios que lleven al
arrepentimiento y a una restauración de vida.

Conclusión

La oración y la fe, en verdad se hacen evidentes en nuestra manera de vivir. ¿Tienes algo que
decir? Dilo; el silencio corrompe y contamina ¿Tienes algún problema? Ven, solucionemos.
Somos llamados a ser administradores de la gracia de Dios, como Esdras administró los bienes
y las provisiones dadas, tanto la Escritura, como el pueblo, como las posesiones y pertenencias.
Tal como nos es llamado a nosotros en 1 Pedro 4:10-11.

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