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Hubo una vez un señor muy trabajador llamado Manuel Gutiérrez.

Cuando falleció en su
testamento dividió sus 17 caballos entre sus3 hijos de la siguiente manera:

Al mayor le dejo la mitad de las vacas

Al de en medio un tercio de las vacas

Al menor un noveno de las vacas

¿Pero cómo podían repartirse la herencia sin pelearse sin tener que partir claramente un caballo
en pedazos?

Llego un viejito que les dijo yo les presto mi caballo, asi en lugar de tener 17 caballos tendrían 18,
de esta manera distribuyeron los caballos según la voluntad de el Sr. Gutiérrez

Al hijo mayor que le tocaban ½ de los caballos le tocaron 9 caballos.

Al hijo mediano que le tocaba 1/3 de los caballos le tocaron 6 caballos.

Y al hijo menor que le tocaba 1/9 de los caballos le dieron 2 caballos.

Y el viejito que les había prestado el caballo, al final agarro su caballo y se fue en el.

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