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MAYCOL STIVEN CAÑAS DÍAZ

El caso Chileno

El caso Chileno nos muestra una modalidad asociativa que satisface las subjetividades de
familias que no tienen los recursos suficientes para una cuota inicial alta, además las casas
esperan ser construidas en función de la familia que la habita, es decir, que pueden ser
acondicionadas paulatinamente con las exigencias que se consideren pertinentes, más
habitaciones, más baños, otro piso, etc. El programa es flexible y también acepta
proyectos que comprenden la compra de viviendas existentes o construcciones en
espacios abiertos existentes dentro de una parcela para aumentar la densidad de las
viviendas.

Chile adoptó en uno de sus programas de vivienda un plan para los residentes más
pobres, el MINVU creó un programa de subsidio llamado Fondo Solidario de
Vivienda (Financiación para Viviendas Cooperativas) con un subsidio inicial de
US$8.400 por hogar. Los solicitantes necesitan tener US$300 en ahorros y deben
presentar una propuesta de vivienda específica. El subsidio cubre el costo del suelo,
la infraestructura y una unidad de aproximadamente 33 metros cuadrados que
contenga cuarto de baño, cocina, espacio multiuso y dormitorio. Esto se considera
como la primera fase de una vivienda que se construirá paulatinamente con el
tiempo. El permiso de construcción municipal está aprobado de antemano
suponiendo una ampliación de la unidad a un mínimo de 51 metros cuadrados.
(Navarro, 2018).

Este mecanismo, que en Chile está recién iniciándose, opera mediante el otorgamiento de
subsidios neutros, esto es, que sirven para la adquisición de una vivienda nueva o de una
usada, es por ello que “ampliando las alternativas de localización para los que acceden
por primera vez a la vivienda, e incentivando el mejoramiento del parque habitacional,
mediante el efecto que ejerce la cadena de traspasos sobre la construcción de viviendas
de mayor valor” (Fariña, 1996).

Las familias deben hacer las solicitudes en grupos organizados de al menos 10


hogares y con el apoyo de una organización gestora, que puede ser una
municipalidad, una organización no gubernamental o una firma de consultoría
registrada en el MINVU. El ministerio ya no decide dónde y qué construir, ya que
los grupos familiares presentan sus proyectos y el MINVU selecciona los mejores
desde los criterios de desarrollo social de diseño y urbanístico. La organización
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gestora recibe los fondos para desarrollar el proyecto, implementar un plan de


acción social y ayudar a las familias con apoyo técnico para ampliar sus unidades.
(Navarro, 2018).

Con lo anterior, se podria decir que este proyecto podría ser una buena alternativa a la
demanda de vivienda en Colombia puesto que sienta las bases de un acceso fáctico para
las familias más pobres que no buscan ni deben endeudarse por muchisimo años, porque
este proyecto va de la mano con la capacidad de ejecución de las familias, es por ello de
su carácter paulatino y ponderado. También es importante señalar las ambigüedades que
puede presentar el caso colombiano, pues el tema del presupuesto estatal, la localización,
el acceso a servicios y mercados, entre otros, puede ocasionar un retroceso o fracaso en
la ejecución del plan de vivienda.

Andres disculpa el copy page, realmente lo olvidé y lo hice a última hora. Por lo menos está referenciado.

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