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Amparo Constitucional:
El art. 21 de ella señala: “ Todo individuo que se hallare arrestado, detenido o preso con
infracción de lo dispuesto en la Constitución o en las leyes, podrá ocurrir por sí, o por
cualquiera a su nombre, a la magistratura que señale la ley, a fin de que ésta ordene se
guarden las formalidades legales y adopte de inmediato las providencias que juzgue
necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del
afectado.”
Esta magistratura podrá ordenar que el individuo sea traído a su presencia y su decreto será
obedecido por todos los encargados de las cárceles o lugares de detención.
Instruida de los antecedentes, decretará su libertad inmediata o hará que se reparen los
defectos legales o pondrá al individuo a disposición del juez competente, procediendo en
todo breve y sumariamente, y corrigiendo por sí esos defectos o dando cuenta a quien
corresponda para que los corrija.
El mismo recurso y en igual forma podrá ser deducido a favor de toda persona que
ilegalmente sufra cualquiera otra privación, perturbación o amenaza, en su derecho a la
libertad personal y seguridad individual. La respectiva magistratura dictará en tal caso las
medidas indicadas en los incisos anteriores que estime conducentes para restablecer el
imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.
El recurso de amparo resguarda la libertad de circulación y residencia o ambulatoria que es
una de las más importantes aseguradas en la constitución por ser base para el ejercicio de
otras libertades o derechos. (art.19 nº7)
Está consagrado en el art.21 de la constitución, desarrollado por el art.483 y siguientes del
Código procesal penal y en el AA de la C.S. del 19 de diciembre de 1932.
Definición y clasificación:
El amparo o Habeas corpus es la acción o recurso constitucional destinado a tutelar la
libertad personal y la seguridad individual de toda persona natural que esté, o se halle
amenazada de ser arrestada, detenida o presa o que sufra o pueda sufrir cualquiera otra
privación, perturbación o amenaza de esa libertad o seguridad con infracción de lo
asegurado en la constitución y las leyes.
Clasificación:
a. Amparo preventivo o ex ante, vale decir el deducido tramitado y fallado con antelación a
que se cometa el atentado en contra de la libertad personal. Trátase en otras palabras de
lograr la tutela judicial ante amenazas al ejercicio legítimo de esa libertad de cara a las
cuales resulta imperativo prevenir las consecuencias que después pueden volverse
irreparables. Y
b. Amparo mal llamado represivo, ulterior de rectificación o ex post; es aquel deducido,
tramitado y fallado en relación con una conducta ya realizada y que lesiona el ejercicio
legitimo de aquella libertad. Es la regla general.
El mayor aporte de la constitución en el rubro yace en el amparo ex ante, es decir, el
deducible con antelación a perpetrarse la conducta que afecta al individuo, o grupo, en su
libertad personal,
Características:
a) Es una acción constitucional y no un recurso: ya que no tiene por objeto impugnar una
resolución judicial dictada dentro de un proceso, sino que poner en movimiento la jurisdicción
a fin de conocer una acción u omisión ilegal o arbitraria, que importa una amenaza, privación
o perturbación de la libertad ambulatoria o a la seguridad individual, para brindar la debida
protección al afectado. Sin embargo, la jurisprudencia reiteradamente ha señalado que el
amparo es también procedente en contra de resoluciones judiciales dentro de un proceso
que importe privación, perturbación o amenaza a la libertad personal.
b)Es una acción cautelar:ya que por medio de ella se persigue la adopción de medidas
necesarias para restablecer el derecho privado, perturbado o amenazado, otorgando la
debida protección al afectado. Dicho requerimiento no se efectúa para la resolución del
asunto, ya que siempre deja a salvo en el caso de ser acogido, que con posterioridad en el
proceso penal, se puedan nuevamente dictar las ordenes de detención o prisión preventiva
que se deja sin efecto, reunidos todos los requisitos para ello.
c) Es una acción que es conocida por los tribunales en uso de sus facultades conservadoras.
d) Sólo sirve para la protección de los derechos y garantías que la constitución expresamente
señala, el art.19 Nº7 de ella.
e)Es una acción de derecho público y por lo tanto irrenunciable, sin perjuicio de la facultad
del afectado de desistirse de él una vez interpuesto.
f) Es una acción tanto de carácter preventivo como correctivo.
g) Es una acción que no tiene plazo para su ejercicio pudiendo ser deducida mientras
subsista la privación, perturbación o amenaza a la libertad personal y la seguridad individual
y siempre que no se hayan deducido otros recursos en contra de la resolución que hubiere
dispuesto la privación de libertad.
h) Es conocido en sala en primera instancia por la corte de apelaciones y en sala en segunda
instancia por la Corte Suprema.
i)Es un proceso informal, puesto que se posibilita su interposición no sólo por el afectado sino
que por cualquier persona en su nombre capaz de parecer en juicio, aún por correo
electrónico.
j)Tiene para su tramitación un procedimiento concentrado e inquisitivo.
k)El fallo que lo resuelve produce cosa juzgada informal.
Causales generales:
Son las previstas en el texto del art.21 de la constitución y son:
a. Privaciones de libertad. El asunto aparece en el inciso 1º. Se trata de la persona que se
halla arrestada, detenida o presa con infracción de lo dispuesto en la constitución o las leyes.
Cada derecho asegurado en el art. 19 n.º 7 de la constitución que no sea respetado
plenamente autoriza invocar tal causal en la acción o recurso respectivo;
b. Amenazas a la libertad ambulatoria. Está contemplado el tema en el inciso 3º. Se refiere a
la persona que sufre cualquier otra clase de privación, perturbación o amenaza en su libertad
personal o seguridad individual, secuela de una infracción a la Constitución o a las leyes. Nos
referimos al caso de la prisión preventiva y del arraigo ilegítimos, sin perjuicio de toda otra
forma de amenaza de esa libertad (sufrir un secuestro).
Acción y recurso:
El amparo puede ser una acción o un recurso, dependiendo de quien sea el sujeto pasivo del
mismo, cabe aquí explicar esta distinción.
El amparo es primeramente una acción, por lo cual sólo con carácter excepcional debe ser
entendido como recurso procesal. La razón de lo aseverado está en que el habeas corpus
procede, como principio general ante conductas que amenacen o vulneren el ejercicio
legítimo de la libertad y no para impugnar o revisar las resoluciones judiciales que puedan
afectarla. Sin embargo, es posible que dictando alguna de esas múltiples resoluciones, un
tribunal infrinja cualquiera garantía de la seguridad individual.
Sujeto pasivo:
La acción de amparo igual que la de protección se dirige contra el estado o contra el agresor
si se conoce. No es necesario individualizar al funcionario aprehensor o en general el que
cometió el hecho que motiva el habeas corpus.
El autor del acto que genera la privación, perturbación o amenaza de la libertad personal o
seguridad individual puede ser un particular, una autoridad administrativa o incluso se acepta
el recurso contra una resolución judicial.
Excepcionalmente no es procedente el recurso en contra de las ordenes que provengan de la
corte de apelaciones, art.315 cpp: “ el recurso a que se refiere este titulo no podrá deducirse
cuando la privación de libertad hubiere sido impuesta como pena por autoridad competente,
ni contra la orden de detención o de prisión preventiva que dicha autoridad expidiere en la
secuela de una causa criminal, siempre que hubiere sido confirmada por el tribunal
correspondiente”.
Tribunal competente:
La constitución se limita a decir que es la magistratura que señale la ley, más concretamente,
dicha magistratura puede ser:
A. Una de las 17 cortes de apelaciones del país;
B. La corte marcial.
C. La corte naval.
De lo expuesto fluye una segunda diferencia con respecto al recurso de protección, el cual
puede ser deducido sólo ante la corte de apelaciones respectiva.
La corte competente conoce del asunto en sala y previa vista de la causa.
En segunda instancia conocerá por vía de apelación la Corte Suprema, en sala y siempre
previa vista de la causa.
Plazo:
Para los efectos de deducir el recurso no existe plazo, sino que una oportunidad, que será
mientras se encuentre pendiente el cumplimiento de la orden; en caso de haberse cumplido
mientras se encuentre detenido, preso o arraigado ilegalmente el afectado; o mientras
persistan las acciones u omisiones ilegales que le priven de libertad.
Tramitación y fallo:
Para deducir la acción o recurso de amparo no se requiere cumplir con formalidades, ni
emplear formulas jurídicas de ninguna especie. Basta que sea claro y respetuosamente
entablado. Puede ser deducido por cualquier medio (correo electrónico por ejemplo) e incluso
verbalmente. En este último evento es necesario dejar constancia escrita en la secretaría de
la corte de apelaciones respectiva.
Debe interponerse ante la magistratura que señale la ley, es decir, la corte de apelaciones
competente en el lugar donde haya ocurrido- o se tema con fundamento objetivo, que pueda
ocurrir- la privación de libertad ambulatoria, o se haya infringido ya lo garantizado en materia
de seguridad individual. El punto es complejo, pues no resulta fácil determinar cuál de las 17
cortes de alzada hoy en funciones, es la competente para decidir el asunto. Varias
interpretaciones han sido formuladas al respecto: es competente la corte en que se halla el
afectado; o la de su domicilio o residencia; o aquella en cuyo territorio jurisdiccional se
practicó o se cree que ocurrió la privación de libertad, etc.
El recurso debe fallarse dentro de 24 horas, salvo que sea necesario practicar diligencias. Si
éstas han de ser realizadas fuera del lugar donde funciona el tribunal, entonces tendrá que
ser decidido dentro de 6 días, con el aumento adicional que señala la tabla de
emplazamiento. Obviamente tales plazos no se cuentan desde el ingreso del recurso a la
secretaría de la corte, sino que a partir de la fecha en que se adopta el acuerdo respectivo.
Si el tribunal no acoge el recurso, puede apelarse ante la Corte Suprema, manteniéndose el
sujeto privado de libertad. Si lo acoge, el afectado puede ser liberado inmediatamente.
La resolución que libre la corte de apelaciones en este recurso será apelable para ante la
Corte Suprema, pero sólo en el efecto devolutivo cuando sea favorable al recurrente de
amparo.
La apelación deberá interponerse en el perentorio plazo de 24 horas.
El tribunal debe pasar los antecedentes al Ministerio Público para que deduzca las acciones
que corresponden contra los responsables del abuso, salvo que la misma corte estime que
no hay motivo bastante para ello. Si así lo decide, entonces su obligación consiste en
expresar las razones que tiene para hacerlo.
El amparo legal:
El art. 95 del Código procesal penal expresa que:
Toda persona privada de libertad tendrá derecho a ser conducida sin demora ante un juez de
garantía, con el objeto de que examine la legalidad de su privación de libertad y, en todo
caso para que examine las condiciones en que se encontrare, constituyéndose si fuere
necesario, en el lugar en que ella estuviere. El juez podrá ordenar la libertad del afectado o
adoptar las medidas que fueren procedentes.
El abogado de la persona privada de libertad, sus parientes o cualquier persona en su
nombre podrán siempre ocurrir ante el juez que conociere del caso o aquel del lugar en que
aquella se encontrare, para solicitar que ordene que sea conducida a su presencia y se
ejerzan las facultades establecidas en el inciso anterior.
Con todo si la privación de libertad hubiere sido ordenada por resolución judicial, su legalidad
sólo podrá impugnarse por los medios procesales que correspondan ante el tribunal que la
hubiere dictado, sin perjuicio de lo establecido en el art.21 de la constitución.
Art. 20 de la constitución:
El que por causa de actos u omisiones, arbitrario o ilegales, sufra privación, perturbación o
amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías establecidos en el art.19 nº1, 2,
3 inciso cuarto, 4,5,6,9 inciso final, 11,12,13,15,16 en lo relativo a la libertad de trabajo y al
derecho a su libre elección y libre contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto,
19,21,22,23,24 y 25 podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre, a la Corte de
Apelaciones respectiva, la que adoptará de inmediato las providencias que juzgue necesarias
para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado, sin
perjuicio de los demás derechos que pueda hacer valer ante la autoridad o los tribunales
correspondientes.
Procederá también el recurso de protección en el caso del nº8 del art.19, cuando el derecho
a vivir en un medio ambiente libre de contaminación se afectado por un acto u omisión ilegal
imputable a una autoridad o persona determinada.
Sentido y alcance:
Sujeto activo:
A él se refieren las primeras palabras del art.20. Trátese de la persona, natural, jurídica o del
ente moral que puede con sujeción a la constitución, deducir la acción cautelar en estudio,
proseguirla y obtener la resolución que la decide.
¿Quién es tal sujeto? “El que (...)”, responde el art. 20 en su inciso 1º. El , esto es, el
pronombre personal de la tercera persona, que es neutro o genérico, pues abarca a los
sujetos femeninos y masculinos. Nadie queda , por ende, excluido a priori de la posibilidad de
entablar la acción. Existe desde este punto de vista, armonía entre la amplitud de la palabra
persona, utilizada en el art.19 inciso 1 de la constitución, por una parte y esta vastísima
titularidad para ser sujeto activo de la protección, de otra.
Este sujeto activo, tan extensamente abarcado, es el titular de la acción o recurso en análisis.
El mismo es el sujeto pasivo de cualquiera infracción a lo asegurado en la constitución. Por
eso aquel sujeto activo se halla legitimado para deducir la acción o recurso de protección en
contra de un universo de sujetos pasivos que es de amplitud idéntica. Repetimos que puede
tratarse de una persona natural, jurídica, o moral, nacional o extranjera, domiciliada o
transeúnte, mayor o menor de edad. Incluso ante la amenaza o lesión del derecho a la vida,
de la integridad personal y en general, de todos aquellos derechos fundamentales de los
cuales resulta lógico o razonable aseverar que es titular, la titularidad del recurso de
protección debe entenderse asegurada también a favor de la criatura en le vientre materno.
El niño, por último tiene que reputarse incluido en tal titularidad, en relación con los derechos
que le son inherentes a su dignidad como persona.
Sujeto pasivo:
Se dirige en contra del Estado y frente al agresor si se le conoce. Sin embargo alguna
jurisprudencia ha rechazado Rec. de protección por no haber sido interpuestos en contra de
la persona o autoridad causante del agravio, es decir se debe determinar con exactitud la
persona de ofensor.
La jurisprudencia por regla general. Ha hecho improcedente el Rec. de protección en contra
de las resoluciones judiciales y para los efectos de interpretar los contratos.
Causales:
Debemos ocuparnos de los hechos que configuran los motivos con base en los cuales el
sujeto activo puede deducir la acción o el recurso de protección.
El art.20 inciso 1 declara que son tales los actos u omisiones, arbitrarios o ilegales, que
causan u ocasionan las secuelas que se mencionan a renglón seguido en este mismo
precepto. En suma y primeramente, trátese de actos u omisiones.
Sin embargo, útil es precisar que tales actos, o sea, las acciones o conductas de hacer y las
omisiones o abstenciones, pueden ser de dos especies: arbitrarios o ilegales. El término
arbitrario quiere decir contrario a la justicia,injusto, irracional, prejuiciado, desproporcionado
para el fin querido, guiado o movido por el capricho o la inquina, el favoritismo o la odiosidad,
todo en desmedro del valor de la justicia y de la equidad. Lo arbitrario se refiere,
principalmente, a los actos discrecionales de los órganos públicos, en los cuales la facultad
de apreciar la oportunidad y el mérito para obrar no se le entrega con amplia libertad, aunque
siempre exista un margen que está sustraído de ella. Pero el acto u omisión arbitrario
también puede referirse a a acción u omisión de los particulares, quienes no estn a salvo de
incurrir en abusos con perjuicio por ejemplo, de consumidores, estudiantes, niños y ancianos,
vecinos, enfermos y trabajadores. Nunca olvidemos que respetar los derechos ajenos es un
deber de todos aquellos a quienes afecta su ejercicio, fórmula elemental que realza el
imperio de acatar las obligaciones y restricciones por los sujetos y con los objetos
involucrados.
Por otra parte, al referirse a la conducta ilegal, el texto constitucional alude a lo que es
contrario al derecho en sentido escrito o positivo, al ordenamiento jurídico oficial y vigente.
Por supuesto, el sólo tema de tal oposición, pugna o contrariedad justifica un examen
acucioso para resolver sus complejidades principales.
¿Qué ligamen existe entre la conducta arbitraria y la ilegal? ¿Son acaso sinónimos?
Si bien, por regla general, puede afirmarse que la conducta legal, coincide con la conducta
racional, justa o legítima, porque el ordenamiento jurídico se presume, en principio,
elaborado con tales, atributos, en la realidad puede no ser así y con frecuencia sucede de
esa manera. Esa posibilidad es la que se halla cubierta con la dualidad de conductas
mencionadas en el precepto constitucional. Es decir, no son términos sinónimos, por lo cual
pueden o no coincidir. Consecuentemente, se vuelve ineludible practicar el doble examen
descrito, cuidando de otorgar el vigor jurídico decisivo al tópico de la arbitrariedad en
contraposición a la legitimidad de la conducta, porque ese es un criterio esencial y sustantivo.
Por ejemplo, un acto u omisión puede ser arbitrario y, sin embargo, adecuarse a las formas o
externalidad del ordenamiento positivo; y al revés es posible, que una conducta quebrante
ese ordenamiento, pero que no por ello pueda ser calificada, sustantivamente, de arbitraria.
Consecuencias de la conducta:
Dice la disposición que a raíz de haberse cometido el acto o incurrido en la omisión, el
afectado dbe sufrir, privación , perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los
derechos y garantías que se enumeran después.
Entendemos por sufrir el efecto consistente en sentir fisicamente un daño o experimentar un
perjuicio moral. Sufrir es padecer o experimentar daño. La privación en seguida, se refiere al
despojo de un derecho, a su desconocimiento completo o en sus elementos esenciales, el
atropello de él por terceros. La perturbación, apunta a la idea de una dificultad que se opone
al ejercicio de un derecho, al trastorno del disfrute tranquilo que pertenece a su titular. Y la
amenaza, a la conducta de hecho o palabra que, de modo inequívoco, da a entender a quien
la recibe, la inminencia de sufrir un daño o un mal grave él o su familia.
En las cuatro situaciones descritas es necesario demostrar la ocurrencia de los hechos que
justifican la procedencia de cada una de ellas. Empero, es tarea ardua hacerlo porque, en la
tramitación del recurso no se contempla un período de prueba, atendida la naturaleza del
mismo osea, pronta para que sea eficaz.
Interposición de la acción:
El amenazado, privado o perturbado en el ejercicio legitimo de su derecho, puede ocurrir por
sí o por cualquiera a su nombre, siempre y cuando tenga capacidad procesal, ante la corte
de apelaciones respectiva.
Esa capacidad equivale a la aptitud constitucional y legal, para ejercer los derechos, sean
individuales, sociales o políticos, o bien, para resultar responsable de sus transgresiones.
Para accionar o recurrir no es necesario que exista un mandato especial.
Con respecto al requisito recién explicado es necesario formular una aclaración. En efecto, el
recurso de protección es una acción pública, que cualquier ciudadano puede ejercer en
defensa de los derechos humanos, expresamente incluidos en la nómina correspondiente.
No es por ende, una acción popular, como la de amparo económico. En otras palabras, la
protección no se deduce en favor de toda la comunidad, o de sectores amplios de ella, sean
o no indeterminados. En el recurso en estudio resulta menester demostrar, por el contrario,
algún interés directo e inmediato en la acción entablada. Excepcionalmente, sin embargo,
pensamos que debe ser admitido, que el recurso de protección puede adquirir cualidad de
acción popular; en la tutela de la vida y de la integridad personal. La jurisprudencia así lo ha
entendido o puede ser inferido de ella.
Se ha escrito ya que la acción tiene que ser formalizada ante la Corte de apelaciones
respectiva. ¿Sin embargo cual de las 17 cortes de alzada existentes es la competente para
pronunciarse sobre tal acción?
Responde el numeral 1 del AA, declarando que es tal la corte de apelaciones en cuya
jurisdicción se hubiere cometido el acto o incurrido en la omisión arbitraria o ilegal. El criterio
del AA necesita ser dilucidado caso a caso, porque las circunstancias resultan decisivas para
aplicarlo.
Medidas tutelares:
acogido a tramitación el recurso debe pedirse a la corte que adopte de inmediato las
providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la
debida protección del afectado. Es importante recalcar la amplitud de su competencia y la
discrecionalidad para ejercerla, que en materia de protección, tienen los tribunales con el
objeto de restablecer el imperio del derecho y asegurar la tutela el agraviado. Ejemplo: la
orden de no innovar. Ella consiste en paralizar los efectos del acto que está privando,
perturbando o amenazando el legitimo ejercicio de un derecho fundamental, pero solo
mientras se reúnen los antecedentes que permitan a la magistratura emitir una sentencia
definitiva. Más difícil es implementar esa orden tratándose de omisiones, hipótesis en la cual
debe la magistratura rectificar, en la medida de lo posible, las secuelas de esa inacción.
Restablecer el imperio del derecho, y asegurar la debida protección del afectado, son las dos
grandes finalidades del recurso de protección. En la implementación de ellas cabe una gama
infinita de medidas, hecho que deja de manifiesto tanto la dedicación a la causa con que
actúe quien dedujo la acción como la diligencia que demuestre para decidirla el tribunal
requerido. Repetimos que es de frente a los hechos del caso concreto que se torna
indispensable hallar las medidas que permitan obtener la protección debida.
Examen en cuenta:
Presentada la acción o recurso, pasará a la sala tramitadora. Dicha sala examina en cuenta,
es decir, sin alegatos, si ha sido interpuesto en tiempo, osea, dentro del plazo fatal ya
comentado y si se mencionan hechos que puedan constituir la vulneración de garantías
indicadas en el art.20 de la Constitución.
Pues bien, cuando los integrantes de esa sala estiman que la presentación ha sido
extemporánea, o no señalan los hechos que pueden configurar vulneración de aquellos
derechos, lo declara inadmisible desde luego, pero dejando constancia de su raciocinio,
puesto que la resolución tiene que ser fundada. Esta resolución no es susceptible de recurso
alguno, salvo el de reposición ante el mismo tribunal, el que debe interponerse dentro de
tercero día.
Informes:
Acogido a tramitación el recurso, la Corte debe pedir un informe, por la vía que estime más
rápida y efectiva, a la autoridad o personas que, según el recurso o en concepto de la Corte
sean los causantes del acto u omisión arbitraria o ilegal. Esto significa que , cumpliendo
cuanto implica el debido proceso, esa magistratura se halla obligada a oír al sujeto pasivo,
sea una autoridad, un funcionario público de menor jerarquía o un particular. Para evitar
dilaciones, la corte tiene que fijar al requerido un plazo breve y perentorio dentro del cual
evacúe el informe.
Otros antecedentes:
La Corte debe solicitar a esa persona o funcionario que le remita además , todos los
antecedentes que le permitan conocer a cabalidad la acción o recurso deducido.
Debemos puntualizar, sin embargo, que en la tramitación de ese recurso no se contempla un
término probatorio, dentro del cual sea factible, presentar e impugnar evidencias. La rapidez
y oportunidad con que debe ser resuelto el arbitrio obliga a que ese término quede para el
procedimiento ordinario o sumario.
Resulta indispensable oír al sujeto pasivo.
Orden de no innovar:
Cuando lo juzgue conveniente, más todavía si lo considera necesario, el tribunal puede
decretar la paralización del curso de los hechos en contra de los cuales se ha recurrido.
Ese efecto congelante es la orden de no innovar, cuya secuela consiste en detener o impedir
que se siga adelante con las conductas impugnadas, mientras se resuelve el recurso.
Siempre resulta indispensable pedir a la corte, sin embargo, que decrete esta medida,
aunque ella está habilitada para obrar de oficio. Conceder o no tal paralización dependerá de
cuán convincente sea para el tribunal la argumentación expuesta por el recurrente en su
escrito original o en los que se le acompañen después.
Para mejor acierto del fallo la Corte puede decretar todas las diligencias que estima
necesarias, por ejemplo, disponer que se agreguen nuevos informes, se elaboren
peritajes,etc.
Vista de la causa:
Recibido el informe y los antecedentes requeridos, o sin ellos, el tribunal debe ordenar que
se proceda a la relación de la causa,es decir, que se escuche al relator y después la
audiencia se extienda a los alegatos de los abogados de las partes.
Para estos efectos, se debe dar preferencia al recurso de protección agregándolo de
inmediato a la tabla del día siguiente, previo sorteo en las Cortes de Apelaciones de mas de
una sala. La corte aprecia los antecedentes de acuerdo a las reglas de la sana critica.
Cumplido el trámite de vista de la causa, y una vez que se haya adoptado el acuerdo acerca
del fallo en la sala que lo pronunciará, se redacta su texto, es revisado, firmado y queda la
Corte en situación de dictar la sentencia. Esta se notifica personalmente o por el estado
diario, siendo la ultima modalidad la regla general.
Sentencia de primera instancia y apelación:
La corte de apelaciones debe pronunciar su fallo dentro del 5º día hábil siguiente a aquel en
que el asunto esté en situación de ser sentenciado. Sin embargo, atendida la relevancia
excepcional del derecho afectado ese plazo se reduce a dos días hábiles tratándose de los
derechos asegurados en los números 1,3 inciso 4, 12 y 13 del art. 19 de la constitución.
La sentencia de primera instancia tiene el carácter de definitiva. Dicha sentencia es apelable
ante la Corte Suprema. La apelación tiene que ser interpuesta dentro de los 5 días hábiles
siguientes a su notificación, la cual se efectúa por el estado diario. Necesita contener los
fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya y las peticiones concretas que se
formulan al tribunal.
Efectos de la sentencia:
Produce cosa juzgada material sólo respecto a los recursos de protección que con
posterioridad pudieran deducirse basados en los mismos hechos por el titular de un derecho
constitucional.
Produce cosa juzgada formal en otros casos ya que no impide que con posterioridad se
ejerzan diversas acciones a través de procedimientos ordinarios.