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Acción de amparo:

Se halla regulada en el art.21 de la Constitución. Sin embargo en el art.95 del C. procesal


penal se contempla el amparo ante el juez de garantía, acción cautelar que debe entenderse
con el carácter de complementaria o supletoria de la prevista en la Constitución.
Lo anterior supone la necesidad de referirse a ambos, uno de jerarquía constitucional y otro
legal, siendo imperativo reconocer la supremacía del primero.

Amparo Constitucional:

El art. 21 de ella señala: “ Todo individuo que se hallare arrestado, detenido o preso con
infracción de lo dispuesto en la Constitución o en las leyes, podrá ocurrir por sí, o por
cualquiera a su nombre, a la magistratura que señale la ley, a fin de que ésta ordene se
guarden las formalidades legales y adopte de inmediato las providencias que juzgue
necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del
afectado.”
Esta magistratura podrá ordenar que el individuo sea traído a su presencia y su decreto será
obedecido por todos los encargados de las cárceles o lugares de detención.
Instruida de los antecedentes, decretará su libertad inmediata o hará que se reparen los
defectos legales o pondrá al individuo a disposición del juez competente, procediendo en
todo breve y sumariamente, y corrigiendo por sí esos defectos o dando cuenta a quien
corresponda para que los corrija.
El mismo recurso y en igual forma podrá ser deducido a favor de toda persona que
ilegalmente sufra cualquiera otra privación, perturbación o amenaza, en su derecho a la
libertad personal y seguridad individual. La respectiva magistratura dictará en tal caso las
medidas indicadas en los incisos anteriores que estime conducentes para restablecer el
imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.
El recurso de amparo resguarda la libertad de circulación y residencia o ambulatoria que es
una de las más importantes aseguradas en la constitución por ser base para el ejercicio de
otras libertades o derechos. (art.19 nº7)
Está consagrado en el art.21 de la constitución, desarrollado por el art.483 y siguientes del
Código procesal penal y en el AA de la C.S. del 19 de diciembre de 1932.

Definición y clasificación:
El amparo o Habeas corpus es la acción o recurso constitucional destinado a tutelar la
libertad personal y la seguridad individual de toda persona natural que esté, o se halle
amenazada de ser arrestada, detenida o presa o que sufra o pueda sufrir cualquiera otra
privación, perturbación o amenaza de esa libertad o seguridad con infracción de lo
asegurado en la constitución y las leyes.

Clasificación:
a. Amparo preventivo o ex ante, vale decir el deducido tramitado y fallado con antelación a
que se cometa el atentado en contra de la libertad personal. Trátase en otras palabras de
lograr la tutela judicial ante amenazas al ejercicio legítimo de esa libertad de cara a las
cuales resulta imperativo prevenir las consecuencias que después pueden volverse
irreparables. Y
b. Amparo mal llamado represivo, ulterior de rectificación o ex post; es aquel deducido,
tramitado y fallado en relación con una conducta ya realizada y que lesiona el ejercicio
legitimo de aquella libertad. Es la regla general.
El mayor aporte de la constitución en el rubro yace en el amparo ex ante, es decir, el
deducible con antelación a perpetrarse la conducta que afecta al individuo, o grupo, en su
libertad personal,

Características:
a) Es una acción constitucional y no un recurso: ya que no tiene por objeto impugnar una
resolución judicial dictada dentro de un proceso, sino que poner en movimiento la jurisdicción
a fin de conocer una acción u omisión ilegal o arbitraria, que importa una amenaza, privación
o perturbación de la libertad ambulatoria o a la seguridad individual, para brindar la debida
protección al afectado. Sin embargo, la jurisprudencia reiteradamente ha señalado que el
amparo es también procedente en contra de resoluciones judiciales dentro de un proceso
que importe privación, perturbación o amenaza a la libertad personal.
b)Es una acción cautelar:ya que por medio de ella se persigue la adopción de medidas
necesarias para restablecer el derecho privado, perturbado o amenazado, otorgando la
debida protección al afectado. Dicho requerimiento no se efectúa para la resolución del
asunto, ya que siempre deja a salvo en el caso de ser acogido, que con posterioridad en el
proceso penal, se puedan nuevamente dictar las ordenes de detención o prisión preventiva
que se deja sin efecto, reunidos todos los requisitos para ello.
c) Es una acción que es conocida por los tribunales en uso de sus facultades conservadoras.
d) Sólo sirve para la protección de los derechos y garantías que la constitución expresamente
señala, el art.19 Nº7 de ella.
e)Es una acción de derecho público y por lo tanto irrenunciable, sin perjuicio de la facultad
del afectado de desistirse de él una vez interpuesto.
f) Es una acción tanto de carácter preventivo como correctivo.
g) Es una acción que no tiene plazo para su ejercicio pudiendo ser deducida mientras
subsista la privación, perturbación o amenaza a la libertad personal y la seguridad individual
y siempre que no se hayan deducido otros recursos en contra de la resolución que hubiere
dispuesto la privación de libertad.
h) Es conocido en sala en primera instancia por la corte de apelaciones y en sala en segunda
instancia por la Corte Suprema.
i)Es un proceso informal, puesto que se posibilita su interposición no sólo por el afectado sino
que por cualquier persona en su nombre capaz de parecer en juicio, aún por correo
electrónico.
j)Tiene para su tramitación un procedimiento concentrado e inquisitivo.
k)El fallo que lo resuelve produce cosa juzgada informal.

Causales generales:
Son las previstas en el texto del art.21 de la constitución y son:
a. Privaciones de libertad. El asunto aparece en el inciso 1º. Se trata de la persona que se
halla arrestada, detenida o presa con infracción de lo dispuesto en la constitución o las leyes.
Cada derecho asegurado en el art. 19 n.º 7 de la constitución que no sea respetado
plenamente autoriza invocar tal causal en la acción o recurso respectivo;
b. Amenazas a la libertad ambulatoria. Está contemplado el tema en el inciso 3º. Se refiere a
la persona que sufre cualquier otra clase de privación, perturbación o amenaza en su libertad
personal o seguridad individual, secuela de una infracción a la Constitución o a las leyes. Nos
referimos al caso de la prisión preventiva y del arraigo ilegítimos, sin perjuicio de toda otra
forma de amenaza de esa libertad (sufrir un secuestro).

Acción y recurso:
El amparo puede ser una acción o un recurso, dependiendo de quien sea el sujeto pasivo del
mismo, cabe aquí explicar esta distinción.
El amparo es primeramente una acción, por lo cual sólo con carácter excepcional debe ser
entendido como recurso procesal. La razón de lo aseverado está en que el habeas corpus
procede, como principio general ante conductas que amenacen o vulneren el ejercicio
legítimo de la libertad y no para impugnar o revisar las resoluciones judiciales que puedan
afectarla. Sin embargo, es posible que dictando alguna de esas múltiples resoluciones, un
tribunal infrinja cualquiera garantía de la seguridad individual.

Interposición del recurso:


Sujeto activo:
La constitución dice que el amparo puede ser deducido por sí o por cualquiera a nombre del
individuo afectado. En otras palabras, no es necesario que lo interponga sólo la persona que
sufre la privación, perturbación o amenaza de su libertad ambulatoria, pues puede hacerlo
cualquiera a su nombre.
En cuanto al interesado no se pueden exigir las condiciones especiales de capacidad y de
postulación. La ley de comparecencia en juicio exime a los recursos de amparo y protección
del cumplimineto de las normas de patrocinio y poder.
El recurso puede ser deducido en nombre del interesado , por cualquiera persona capaz de
parecer en juicio, aunque no tenga para ello mandato especial.
Agregamos que el tercero que entabla la acción o recurso no necesita demostrar ningún
interés específico, menos propio, ni siquiera familiar o de amistad en la interposición del
arbitrio. Basta que deje constancia clara de los hechos. Por esto, puede sostenerse que el
amparo es una acción pública constitucional, circunstancia que en el rasgo específico
mencionado, marca una diferencia esencial con el recurso de protección, pues éste no se
trata de una acción popular, o sea franqueada por el ordenamiento jurídico a individuos o
grupos sin mayor delimitación, aunque tampoco se trata de una acción sólo privada.
El sujeto activo en el recurso de amparo (todo individuo) comprende sólo a las personas
naturales y no a las jurídicas o a las entidades sin personalidad jurídica.

Sujeto pasivo:
La acción de amparo igual que la de protección se dirige contra el estado o contra el agresor
si se conoce. No es necesario individualizar al funcionario aprehensor o en general el que
cometió el hecho que motiva el habeas corpus.
El autor del acto que genera la privación, perturbación o amenaza de la libertad personal o
seguridad individual puede ser un particular, una autoridad administrativa o incluso se acepta
el recurso contra una resolución judicial.
Excepcionalmente no es procedente el recurso en contra de las ordenes que provengan de la
corte de apelaciones, art.315 cpp: “ el recurso a que se refiere este titulo no podrá deducirse
cuando la privación de libertad hubiere sido impuesta como pena por autoridad competente,
ni contra la orden de detención o de prisión preventiva que dicha autoridad expidiere en la
secuela de una causa criminal, siempre que hubiere sido confirmada por el tribunal
correspondiente”.

Tribunal competente:
La constitución se limita a decir que es la magistratura que señale la ley, más concretamente,
dicha magistratura puede ser:
A. Una de las 17 cortes de apelaciones del país;
B. La corte marcial.
C. La corte naval.

De lo expuesto fluye una segunda diferencia con respecto al recurso de protección, el cual
puede ser deducido sólo ante la corte de apelaciones respectiva.
La corte competente conoce del asunto en sala y previa vista de la causa.
En segunda instancia conocerá por vía de apelación la Corte Suprema, en sala y siempre
previa vista de la causa.

Plazo:
Para los efectos de deducir el recurso no existe plazo, sino que una oportunidad, que será
mientras se encuentre pendiente el cumplimiento de la orden; en caso de haberse cumplido
mientras se encuentre detenido, preso o arraigado ilegalmente el afectado; o mientras
persistan las acciones u omisiones ilegales que le priven de libertad.

Actuaciones del tribunal:


La magistratura requerida debe pronunciarse primeramente, sobre la admisibilidad o
inadmisibilidad de la acción deducida. Supuesto que ella se encuadra en lo previsto en la
constitución, ya conociendo de la acción, la corte puede ordenar:
a. Guardar las formalidades legales cuando no han sido cumplidas;
b. Adoptar las providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio del derecho y
asegurar la debida protección del afectado. Estas providencias concretamente son:
1. Ordenar que el individuo sea traído a su presencia (habeas corpus) orden que será
ineludiblemente obedecida, por todos los encargados de los recintos de privación de libertad.
2. Decretar después de oír al ocurrente , su libertad inmediata.
3. Hacer que se reparen los defectos legales; y
4. Poner al afectado a disposición del juez competente.

En todas estas determinaciones , la magistratura debe proceder breve y sumariamente,


corrigiendo por sí los defectos o dando cuenta a quien corresponda para que los corrija.

Amparo ajeno a la libertad individual:


Terminamos esta sección insistiendo en que los tribunales han señalado que, para que la
tutela de lo dispuesto e las letras g) y h) del art. 19 n.º 7 de la constitución, procede recurso
de amparo y no el de protección, porque se hayan en el número 7 y no en los restantes
numerales de ese art. que habilitan para accionar de protección.

Tramitación y fallo:
Para deducir la acción o recurso de amparo no se requiere cumplir con formalidades, ni
emplear formulas jurídicas de ninguna especie. Basta que sea claro y respetuosamente
entablado. Puede ser deducido por cualquier medio (correo electrónico por ejemplo) e incluso
verbalmente. En este último evento es necesario dejar constancia escrita en la secretaría de
la corte de apelaciones respectiva.
Debe interponerse ante la magistratura que señale la ley, es decir, la corte de apelaciones
competente en el lugar donde haya ocurrido- o se tema con fundamento objetivo, que pueda
ocurrir- la privación de libertad ambulatoria, o se haya infringido ya lo garantizado en materia
de seguridad individual. El punto es complejo, pues no resulta fácil determinar cuál de las 17
cortes de alzada hoy en funciones, es la competente para decidir el asunto. Varias
interpretaciones han sido formuladas al respecto: es competente la corte en que se halla el
afectado; o la de su domicilio o residencia; o aquella en cuyo territorio jurisdiccional se
practicó o se cree que ocurrió la privación de libertad, etc.
El recurso debe fallarse dentro de 24 horas, salvo que sea necesario practicar diligencias. Si
éstas han de ser realizadas fuera del lugar donde funciona el tribunal, entonces tendrá que
ser decidido dentro de 6 días, con el aumento adicional que señala la tabla de
emplazamiento. Obviamente tales plazos no se cuentan desde el ingreso del recurso a la
secretaría de la corte, sino que a partir de la fecha en que se adopta el acuerdo respectivo.
Si el tribunal no acoge el recurso, puede apelarse ante la Corte Suprema, manteniéndose el
sujeto privado de libertad. Si lo acoge, el afectado puede ser liberado inmediatamente.
La resolución que libre la corte de apelaciones en este recurso será apelable para ante la
Corte Suprema, pero sólo en el efecto devolutivo cuando sea favorable al recurrente de
amparo.
La apelación deberá interponerse en el perentorio plazo de 24 horas.
El tribunal debe pasar los antecedentes al Ministerio Público para que deduzca las acciones
que corresponden contra los responsables del abuso, salvo que la misma corte estime que
no hay motivo bastante para ello. Si así lo decide, entonces su obligación consiste en
expresar las razones que tiene para hacerlo.

Efectos y cumplimiento del fallo:


Produce cosa juzgada material sólo respecto a los recursos de amparo que con posterioridad
pudieren deducirse por el afectado basado en los mismos hechos.
Produce cosa juzgada formal en otros casos, ya que no impide que con posterioridad, con
nuevos antecedentes y cumpliendo los requisitos vuelvan a dictarse las ordenes de
detención, prisión o arraigo.
Para el cumplimiento del fallo, la corte de apelaciones transcribirá lo resuelto a la persona o
autoridad cuyas actuaciones hubieran motivado el recurso.

El amparo legal:
El art. 95 del Código procesal penal expresa que:
Toda persona privada de libertad tendrá derecho a ser conducida sin demora ante un juez de
garantía, con el objeto de que examine la legalidad de su privación de libertad y, en todo
caso para que examine las condiciones en que se encontrare, constituyéndose si fuere
necesario, en el lugar en que ella estuviere. El juez podrá ordenar la libertad del afectado o
adoptar las medidas que fueren procedentes.
El abogado de la persona privada de libertad, sus parientes o cualquier persona en su
nombre podrán siempre ocurrir ante el juez que conociere del caso o aquel del lugar en que
aquella se encontrare, para solicitar que ordene que sea conducida a su presencia y se
ejerzan las facultades establecidas en el inciso anterior.
Con todo si la privación de libertad hubiere sido ordenada por resolución judicial, su legalidad
sólo podrá impugnarse por los medios procesales que correspondan ante el tribunal que la
hubiere dictado, sin perjuicio de lo establecido en el art.21 de la constitución.

Acción o recurso de protección:

Art. 20 de la constitución:
El que por causa de actos u omisiones, arbitrario o ilegales, sufra privación, perturbación o
amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías establecidos en el art.19 nº1, 2,
3 inciso cuarto, 4,5,6,9 inciso final, 11,12,13,15,16 en lo relativo a la libertad de trabajo y al
derecho a su libre elección y libre contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto,
19,21,22,23,24 y 25 podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre, a la Corte de
Apelaciones respectiva, la que adoptará de inmediato las providencias que juzgue necesarias
para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado, sin
perjuicio de los demás derechos que pueda hacer valer ante la autoridad o los tribunales
correspondientes.
Procederá también el recurso de protección en el caso del nº8 del art.19, cuando el derecho
a vivir en un medio ambiente libre de contaminación se afectado por un acto u omisión ilegal
imputable a una autoridad o persona determinada.

El recurso de protección es un medio pronto y eficaz de prestar un inmediato amparo al


afectado cada vez que una garantía de libertad o un derecho básico, de los que dan lugar al
recurso, esté o pueda estar amenazado, restringido o coartado por actos u omisiones
arbitrarios de una autoridad o de particulares.
La decisión del recurso deja intactos los derechos y acciones que puedan corresponder a la
autoridad o a un particular y que el ordenamiento jurídico general o especial contempla.
Es la acción constitucional que cualquier persona puede interponer ante los tribunales
superiores a fin de solicitarles que adopten inmediatamente las providencias que juzguen
necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurarle la debida protección, frente a
un acto u omisión arbitrario o ilegal, que importe una privación, perturbación o amenaza al
legítimo ejercicio de los derechos y garantías que el constituyente establece, sin perjuicio de
los demás derechos que pueda hacer valer ante la autoridad o de los tribunales
correspondientes.
Características:
a) Es una acción constitucional y no un recurso, por los mismos motivos ya explicitados.
b) Es una acción cautelar autónoma o que da origen a un procedimiento de urgencia: a
través de él se ejerce una acción cautelar ya que mediante ella se persigue la adopción de
las medidas necesarias para restablecer el imperio del derecho del particular, otorgándole la
debida protección.
Es un proceso cautelar autónomo o principal o un procedimiento de urgencia principal,
sumarísimo, que no está destinado a obtener una protección en la esfera de una sentencia
definitiva, como ocurre por ejemplo con las medidas precautorias o la prisión preventiva.
c) Es conocida por los tribunales en uso de sus facultades conservadoras.
d) Sólo sirve para la protección de los derechos y garantías que expresamente se señalan en
el art.20 de la constitución.
e) Es conocido en sala en primera instancia por la corte de apelaciones y en segunda por la
Corte Suprema.
f) Es un recurso informal puesto que se posibilita su interposición no solo por el afectado,
sino que en su nombre por cualquier persona capaz de parecer en juicio, aun por correo
electrónico.
g)Tiene para su tramitación de un procedimiento concentrado e inquisitivo.
h) El fallo que lo resuelve produce cosa juzgada formal, puesto que las medidas que se
adopten no impiden el ejercicio posterior de las acciones para hacer valer los demás
derechos ante la autoridad o los tribunales correspondientes.

Sentido y alcance:
Sujeto activo:
A él se refieren las primeras palabras del art.20. Trátese de la persona, natural, jurídica o del
ente moral que puede con sujeción a la constitución, deducir la acción cautelar en estudio,
proseguirla y obtener la resolución que la decide.
¿Quién es tal sujeto? “El que (...)”, responde el art. 20 en su inciso 1º. El , esto es, el
pronombre personal de la tercera persona, que es neutro o genérico, pues abarca a los
sujetos femeninos y masculinos. Nadie queda , por ende, excluido a priori de la posibilidad de
entablar la acción. Existe desde este punto de vista, armonía entre la amplitud de la palabra
persona, utilizada en el art.19 inciso 1 de la constitución, por una parte y esta vastísima
titularidad para ser sujeto activo de la protección, de otra.
Este sujeto activo, tan extensamente abarcado, es el titular de la acción o recurso en análisis.
El mismo es el sujeto pasivo de cualquiera infracción a lo asegurado en la constitución. Por
eso aquel sujeto activo se halla legitimado para deducir la acción o recurso de protección en
contra de un universo de sujetos pasivos que es de amplitud idéntica. Repetimos que puede
tratarse de una persona natural, jurídica, o moral, nacional o extranjera, domiciliada o
transeúnte, mayor o menor de edad. Incluso ante la amenaza o lesión del derecho a la vida,
de la integridad personal y en general, de todos aquellos derechos fundamentales de los
cuales resulta lógico o razonable aseverar que es titular, la titularidad del recurso de
protección debe entenderse asegurada también a favor de la criatura en le vientre materno.
El niño, por último tiene que reputarse incluido en tal titularidad, en relación con los derechos
que le son inherentes a su dignidad como persona.

Sujeto pasivo:
Se dirige en contra del Estado y frente al agresor si se le conoce. Sin embargo alguna
jurisprudencia ha rechazado Rec. de protección por no haber sido interpuestos en contra de
la persona o autoridad causante del agravio, es decir se debe determinar con exactitud la
persona de ofensor.
La jurisprudencia por regla general. Ha hecho improcedente el Rec. de protección en contra
de las resoluciones judiciales y para los efectos de interpretar los contratos.

Causales:
Debemos ocuparnos de los hechos que configuran los motivos con base en los cuales el
sujeto activo puede deducir la acción o el recurso de protección.
El art.20 inciso 1 declara que son tales los actos u omisiones, arbitrarios o ilegales, que
causan u ocasionan las secuelas que se mencionan a renglón seguido en este mismo
precepto. En suma y primeramente, trátese de actos u omisiones.
Sin embargo, útil es precisar que tales actos, o sea, las acciones o conductas de hacer y las
omisiones o abstenciones, pueden ser de dos especies: arbitrarios o ilegales. El término
arbitrario quiere decir contrario a la justicia,injusto, irracional, prejuiciado, desproporcionado
para el fin querido, guiado o movido por el capricho o la inquina, el favoritismo o la odiosidad,
todo en desmedro del valor de la justicia y de la equidad. Lo arbitrario se refiere,
principalmente, a los actos discrecionales de los órganos públicos, en los cuales la facultad
de apreciar la oportunidad y el mérito para obrar no se le entrega con amplia libertad, aunque
siempre exista un margen que está sustraído de ella. Pero el acto u omisión arbitrario
también puede referirse a a acción u omisión de los particulares, quienes no estn a salvo de
incurrir en abusos con perjuicio por ejemplo, de consumidores, estudiantes, niños y ancianos,
vecinos, enfermos y trabajadores. Nunca olvidemos que respetar los derechos ajenos es un
deber de todos aquellos a quienes afecta su ejercicio, fórmula elemental que realza el
imperio de acatar las obligaciones y restricciones por los sujetos y con los objetos
involucrados.
Por otra parte, al referirse a la conducta ilegal, el texto constitucional alude a lo que es
contrario al derecho en sentido escrito o positivo, al ordenamiento jurídico oficial y vigente.
Por supuesto, el sólo tema de tal oposición, pugna o contrariedad justifica un examen
acucioso para resolver sus complejidades principales.
¿Qué ligamen existe entre la conducta arbitraria y la ilegal? ¿Son acaso sinónimos?
Si bien, por regla general, puede afirmarse que la conducta legal, coincide con la conducta
racional, justa o legítima, porque el ordenamiento jurídico se presume, en principio,
elaborado con tales, atributos, en la realidad puede no ser así y con frecuencia sucede de
esa manera. Esa posibilidad es la que se halla cubierta con la dualidad de conductas
mencionadas en el precepto constitucional. Es decir, no son términos sinónimos, por lo cual
pueden o no coincidir. Consecuentemente, se vuelve ineludible practicar el doble examen
descrito, cuidando de otorgar el vigor jurídico decisivo al tópico de la arbitrariedad en
contraposición a la legitimidad de la conducta, porque ese es un criterio esencial y sustantivo.
Por ejemplo, un acto u omisión puede ser arbitrario y, sin embargo, adecuarse a las formas o
externalidad del ordenamiento positivo; y al revés es posible, que una conducta quebrante
ese ordenamiento, pero que no por ello pueda ser calificada, sustantivamente, de arbitraria.

Consecuencias de la conducta:
Dice la disposición que a raíz de haberse cometido el acto o incurrido en la omisión, el
afectado dbe sufrir, privación , perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los
derechos y garantías que se enumeran después.
Entendemos por sufrir el efecto consistente en sentir fisicamente un daño o experimentar un
perjuicio moral. Sufrir es padecer o experimentar daño. La privación en seguida, se refiere al
despojo de un derecho, a su desconocimiento completo o en sus elementos esenciales, el
atropello de él por terceros. La perturbación, apunta a la idea de una dificultad que se opone
al ejercicio de un derecho, al trastorno del disfrute tranquilo que pertenece a su titular. Y la
amenaza, a la conducta de hecho o palabra que, de modo inequívoco, da a entender a quien
la recibe, la inminencia de sufrir un daño o un mal grave él o su familia.
En las cuatro situaciones descritas es necesario demostrar la ocurrencia de los hechos que
justifican la procedencia de cada una de ellas. Empero, es tarea ardua hacerlo porque, en la
tramitación del recurso no se contempla un período de prueba, atendida la naturaleza del
mismo osea, pronta para que sea eficaz.

Interposición de la acción:
El amenazado, privado o perturbado en el ejercicio legitimo de su derecho, puede ocurrir por
sí o por cualquiera a su nombre, siempre y cuando tenga capacidad procesal, ante la corte
de apelaciones respectiva.
Esa capacidad equivale a la aptitud constitucional y legal, para ejercer los derechos, sean
individuales, sociales o políticos, o bien, para resultar responsable de sus transgresiones.
Para accionar o recurrir no es necesario que exista un mandato especial.
Con respecto al requisito recién explicado es necesario formular una aclaración. En efecto, el
recurso de protección es una acción pública, que cualquier ciudadano puede ejercer en
defensa de los derechos humanos, expresamente incluidos en la nómina correspondiente.
No es por ende, una acción popular, como la de amparo económico. En otras palabras, la
protección no se deduce en favor de toda la comunidad, o de sectores amplios de ella, sean
o no indeterminados. En el recurso en estudio resulta menester demostrar, por el contrario,
algún interés directo e inmediato en la acción entablada. Excepcionalmente, sin embargo,
pensamos que debe ser admitido, que el recurso de protección puede adquirir cualidad de
acción popular; en la tutela de la vida y de la integridad personal. La jurisprudencia así lo ha
entendido o puede ser inferido de ella.
Se ha escrito ya que la acción tiene que ser formalizada ante la Corte de apelaciones
respectiva. ¿Sin embargo cual de las 17 cortes de alzada existentes es la competente para
pronunciarse sobre tal acción?
Responde el numeral 1 del AA, declarando que es tal la corte de apelaciones en cuya
jurisdicción se hubiere cometido el acto o incurrido en la omisión arbitraria o ilegal. El criterio
del AA necesita ser dilucidado caso a caso, porque las circunstancias resultan decisivas para
aplicarlo.
Medidas tutelares:
acogido a tramitación el recurso debe pedirse a la corte que adopte de inmediato las
providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la
debida protección del afectado. Es importante recalcar la amplitud de su competencia y la
discrecionalidad para ejercerla, que en materia de protección, tienen los tribunales con el
objeto de restablecer el imperio del derecho y asegurar la tutela el agraviado. Ejemplo: la
orden de no innovar. Ella consiste en paralizar los efectos del acto que está privando,
perturbando o amenazando el legitimo ejercicio de un derecho fundamental, pero solo
mientras se reúnen los antecedentes que permitan a la magistratura emitir una sentencia
definitiva. Más difícil es implementar esa orden tratándose de omisiones, hipótesis en la cual
debe la magistratura rectificar, en la medida de lo posible, las secuelas de esa inacción.
Restablecer el imperio del derecho, y asegurar la debida protección del afectado, son las dos
grandes finalidades del recurso de protección. En la implementación de ellas cabe una gama
infinita de medidas, hecho que deja de manifiesto tanto la dedicación a la causa con que
actúe quien dedujo la acción como la diligencia que demuestre para decidirla el tribunal
requerido. Repetimos que es de frente a los hechos del caso concreto que se torna
indispensable hallar las medidas que permitan obtener la protección debida.

Compatibilidad con otros recursos:


Finaliza el art.20 inciso 1 manifestando que el recurso de protección puede siempre ser
deducido, sin perjuicio de los demás derechos que pueda hacer valer el afectado ante la
autoridad o los tribunales correspondientes.
Por lo tanto, quedan a salvo, las otras acciones y recursos existentes, siendo el de protección
compatible con todos ellos. Este arbitrio constitucional se suma y no resta, entonces, a los
demás recursos, coexiste con ellos y no excluye ni elimina a ninguno.
En la practica, sin embargo, casi siempre se deduce primero el recurso de protección,
evitando así la extensión y complejidad de un juicio ordinario, o incluso , de un juicio sumario
cuando cabe tramitarlo.
Esta es una de las causas del abuso que se ha hecho del recurso en comentario, ya que no
siempre se lo deduce para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección
del afectado. Por el contrario se acude a él con el objetivo de obtener el fallo, pronto e
informal, en relación con cuestiones de fondo, que requieren lato conocimiento.

Derechos protegidos y excluidos:


Esta acción cautelar no protege todos los derechos asegurados en el art.19, sino que sólo los
enumerados taxativamente en el art.20 de la constitución.
Catálogo de derechos protegidos:
Los derechos del art.19 que se encuentran cautelados por este recurso son los que
mencionamos a continuación:
Nº1 Derecho a la vida y a la integridad física y psíquica.
Nº2 Igualdad en el contenido sustantivo y procesal de la ley.
Nº3 inciso 4 , es decir, sólo la igualdad en la interpretación y aplicación de la ley, por el juez
legítimo que corresponda, prohibiéndose el juicio por comisiones especiales.
Nº4 Respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y de su familia.
Nº5 Inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada.
Nº6 Libertad de conciencia, manifestación de todas las creencias y ejercicio libre de todos los
cultos, así como el derecho de las confesiones religiosas de erigir y conservar templos y sus
dependencias, y el derecho de las iglesias, confesiones e instituciones de ese carácter en
cuanto a gozar de exención de contribuciones con respecto a sus templos y dependencias
destinados exclusivamente al culto divino.
Nº9 Esto es, el derecho a la protección de la salud, pero sólo en cuanto a la facultad del
beneficiario de escoger entre instituciones públicas o privadas para acceder a las acciones
correspondientes;
Nº8 Derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, tutelado en los términos
excepcionales previstos en el inciso 2 del art.20.
Nº11 Libertad de enseñanza, en todos sus incisos.
Nº12 Libertad de emitir opinión y de informar, sin censura previa, también en sus siete
incisos.
Nº 13 Derecho de reunión sin permiso previo, pero siempre que sea pacíficamente y sin
armas.
Nº15 Derecho de asociación, en todos sus incisos.
Nº16 Libertad de trabajo y su protección, aunque solo en cuanto al derecho a dicha libertad,
al derecho a la libre elección del trabajo y a la libertad de contratación, así como a las tres
materias contempladas en el inciso 4 de aquel numeral, quedando excluida la tutela de la
negociación colectiva.
Nº19 Derecho de sindicarse en organizaciones autónomas.
Nº21 Derecho a desarrollar cualquier actividad económica, respetando tanto las normas
legales que la regulen como el marco que delimite la participación del estado empresario,
siendo menester advertir que el recurso de protección se concilia con el de amparo
económico, ambos en defensa de este atributo subjetivo fundamental. Tenemos, sin
embargo, que reiterar nuestra referencia a la jurisprudencia en el punto, porque se va
imponiendo la tesis que afirma la imposibilidad de tutelar este derecho a través de la acción
de amparo económico,inutilizando tal vía porque se obliga a recurrir de protección.
Nº22 No discriminación arbitraria en el trato que deben dar el estado y sus organismos en
materia económica, sin perjuicio de las excepciones justificadas o legítimas que contemple la
ley.
Nº23 Derecho a la propiedad, es decir, la libertad para adquirir el dominio de toda clase de
bienes, con las salvedades y limitaciones previstas en esa disposición.
Nº24 Derecho a la propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes,
respetando la función social del dominio.
Nº25 Finalmente, la libertad de creación artística, el derecho de autor y la propiedad
industrial.

Tramitación: ¿Acción o recurso de protección?


Hemos aludido ya a la garantía en estudio, en términos de acción o recurso y no sólo con
este último carácter. Lo hemos hecho así por las razones que ahora explicamos. En efecto, el
rec. de protección, sustantiva y procesalmente entendido, no es tal, ya que los recursos son
los medios que la constitución y las leyes contemplan para invalidar una resolución judicial.
En cambio en la protección explicada se trata de una medida cautelar, o sea de una acción
procesal destinada a tutelar o resguardar el ejercicio legítimo de cierto derecho fundamental,
de manera que su finalidad no es dejar sin efecto una resolución judicial.
Excepcionalmente sin embargo, debe ser reconocido que el recurso de protección puede
adquirir el carácter de tal, o sea, de un medio a través del cual se impugna determinada
resolución judicial.

Auto acordado de la Corte Suprema:


Se refiere a la tramitación del recurso.

Plazo para deducir el recurso:


Debe interponerse dentro del plazo fatal de 30 días corridos, contados desde la ejecución del
acto o la ocurrencia de la omisión que motiva el recurso o desde que se haya tenido noticias
o conocimiento cierto de los mismos. El arbitrio se deduce ante la Corte de Apelaciones en
cuya jurisdicción se hubiere cometido el acto o incurrido en la omisión arbitraria o ilegal que
ocasionen, privación, perturbación o amenaza.

- ¿desde cuando se cuenta el plazo para interponer el recurso?


Unos sostienen que ello tiene que ser hecho desde que se cometió el acto o se incurrió en la
omisión arbitraria o ilegal. Pero existen fallos de la Corte Suprema que han concluido que el
plazo debe contarse a partir del día en que el recurrente tuvo noticia o conocimiento de la
conducta impugnada. Ultimamente la jurisprudencia ha reconocido también que ese cómputo
ha de ser hecho no en función del resultado o secuela de la conducta agraviante, sino que
con sujeción al momento en que ello sucedió.
La jurisprudencia más reciente de la Corte Suprema se ha guiado en general, por el criterio
intermedio, y así se corrige cualquier injusticia.
Hoy el Nº1 del AA vigente dice que ese plazo es fatal, pero contado en los términos ya
expuestos.
Sujeto activo:
El recurso lo puede interponer el afectado o cualquiera otra persona en su nombre, siempre
que sea capaz de comparecer en juicio, aunque no tenga mandato especial para ello. En
consecuencia, sea deducido por el agraviado o por otra persona, quien interpone la acción
debe tener siempre capacidad procesal.
Útil es puntualizar que el recurso no tiene las cualidades que caracterizan a la acción
popular, salvo, tratándose del derecho a la vida y a la integridad de la persona. Esta
diferencia carece de sustento en el articulado del aa, resultando nada más que de la lógica y
el sano juicio.

Examen en cuenta:
Presentada la acción o recurso, pasará a la sala tramitadora. Dicha sala examina en cuenta,
es decir, sin alegatos, si ha sido interpuesto en tiempo, osea, dentro del plazo fatal ya
comentado y si se mencionan hechos que puedan constituir la vulneración de garantías
indicadas en el art.20 de la Constitución.
Pues bien, cuando los integrantes de esa sala estiman que la presentación ha sido
extemporánea, o no señalan los hechos que pueden configurar vulneración de aquellos
derechos, lo declara inadmisible desde luego, pero dejando constancia de su raciocinio,
puesto que la resolución tiene que ser fundada. Esta resolución no es susceptible de recurso
alguno, salvo el de reposición ante el mismo tribunal, el que debe interponerse dentro de
tercero día.

Informes:
Acogido a tramitación el recurso, la Corte debe pedir un informe, por la vía que estime más
rápida y efectiva, a la autoridad o personas que, según el recurso o en concepto de la Corte
sean los causantes del acto u omisión arbitraria o ilegal. Esto significa que , cumpliendo
cuanto implica el debido proceso, esa magistratura se halla obligada a oír al sujeto pasivo,
sea una autoridad, un funcionario público de menor jerarquía o un particular. Para evitar
dilaciones, la corte tiene que fijar al requerido un plazo breve y perentorio dentro del cual
evacúe el informe.

Otros antecedentes:
La Corte debe solicitar a esa persona o funcionario que le remita además , todos los
antecedentes que le permitan conocer a cabalidad la acción o recurso deducido.
Debemos puntualizar, sin embargo, que en la tramitación de ese recurso no se contempla un
término probatorio, dentro del cual sea factible, presentar e impugnar evidencias. La rapidez
y oportunidad con que debe ser resuelto el arbitrio obliga a que ese término quede para el
procedimiento ordinario o sumario.
Resulta indispensable oír al sujeto pasivo.

Orden de no innovar:
Cuando lo juzgue conveniente, más todavía si lo considera necesario, el tribunal puede
decretar la paralización del curso de los hechos en contra de los cuales se ha recurrido.
Ese efecto congelante es la orden de no innovar, cuya secuela consiste en detener o impedir
que se siga adelante con las conductas impugnadas, mientras se resuelve el recurso.
Siempre resulta indispensable pedir a la corte, sin embargo, que decrete esta medida,
aunque ella está habilitada para obrar de oficio. Conceder o no tal paralización dependerá de
cuán convincente sea para el tribunal la argumentación expuesta por el recurrente en su
escrito original o en los que se le acompañen después.
Para mejor acierto del fallo la Corte puede decretar todas las diligencias que estima
necesarias, por ejemplo, disponer que se agreguen nuevos informes, se elaboren
peritajes,etc.

Vista de la causa:
Recibido el informe y los antecedentes requeridos, o sin ellos, el tribunal debe ordenar que
se proceda a la relación de la causa,es decir, que se escuche al relator y después la
audiencia se extienda a los alegatos de los abogados de las partes.
Para estos efectos, se debe dar preferencia al recurso de protección agregándolo de
inmediato a la tabla del día siguiente, previo sorteo en las Cortes de Apelaciones de mas de
una sala. La corte aprecia los antecedentes de acuerdo a las reglas de la sana critica.
Cumplido el trámite de vista de la causa, y una vez que se haya adoptado el acuerdo acerca
del fallo en la sala que lo pronunciará, se redacta su texto, es revisado, firmado y queda la
Corte en situación de dictar la sentencia. Esta se notifica personalmente o por el estado
diario, siendo la ultima modalidad la regla general.
Sentencia de primera instancia y apelación:
La corte de apelaciones debe pronunciar su fallo dentro del 5º día hábil siguiente a aquel en
que el asunto esté en situación de ser sentenciado. Sin embargo, atendida la relevancia
excepcional del derecho afectado ese plazo se reduce a dos días hábiles tratándose de los
derechos asegurados en los números 1,3 inciso 4, 12 y 13 del art. 19 de la constitución.
La sentencia de primera instancia tiene el carácter de definitiva. Dicha sentencia es apelable
ante la Corte Suprema. La apelación tiene que ser interpuesta dentro de los 5 días hábiles
siguientes a su notificación, la cual se efectúa por el estado diario. Necesita contener los
fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya y las peticiones concretas que se
formulan al tribunal.

Tramitación en la Corte Suprema:


Si el fallo de la corte de apelaciones es recurrido, una vez que la secretaría de la corte
suprema recibe los autos, su pdte. Ordena que se dé cuenta preferente del recurso en
alguna sala del tribunal.
Si dicha sala lo estima conveniente, o se le solicita un fundamento plausible, o
especialmente, se le pide de común acuerdo por el recurrente, recurrido y quienes hayan
sido considerados como partes, puede ordenar que el recurso sea resuelto previa vista de la
causa, disponiendo la relación de rigor. Si no sucede así, debe entenderse que la apelación
será resuelta en cuenta, dentro de los 5 días siguientes a aquel en que sea ordenada.
Fluye de lo escrito que la Corte Suprema, al ver y fallar el recurso de protección, lo hace en
sala y no en pleno. Análogamente claro resulta que la sala de dicha corte no está obligada a
recibir la apelación con vista de la causa, siéndole permitido pronunciarse sólo en cuenta
sobre ella.
En alzada la Corte Suprema está facultada para solicitar, de cualquier autoridad o persona,
los antecedentes que considere necesarios para pronunciar su fallo. Dicha petición puede ser
formulada al momento de entrar al conocimiento del recurso, como asimismo para mejor
acierto de la sentencia que dicte al efecto.

Suspensión de la causa y fallo de la apelación:


Para dictar sentencia, la sala de la Corte Suprema dispone de los mismo plazos que la Corte
de Apelaciones ya expuestos. En los fallos deben exponerse las consideraciones de hecho y
de derecho que los fundan de manera que no se trata de pronunciamientos escuetos,
limitados a sostener que se admite, se rechaza o se confirma el recurso.
Una regla común a la sentencia de ambas cortes: la suspensión de la vista de las causas
procede por una sola vez a petición del recurrente y respecto de la otra parte sólo cuando el
tribunal estime muy calificado el fundamento de la solicitud.
En contra de la sentencia de la Corte de apelaciones no procede recurso de casación.

Efectos de la sentencia:
Produce cosa juzgada material sólo respecto a los recursos de protección que con
posterioridad pudieran deducirse basados en los mismos hechos por el titular de un derecho
constitucional.
Produce cosa juzgada formal en otros casos ya que no impide que con posterioridad se
ejerzan diversas acciones a través de procedimientos ordinarios.

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