Está en la página 1de 2

La mochila

Imagina que vas al campo o a la playa para hacer un viaje andado…


Como vas a realizar ese viaje caminando llevas una mochila. imagina como es. ¿es
grande o pequeña? ¿pesada o ligera?... la decisión de hacer un día de viaje la tomas
rápido, sientes la necesidad de tomar distancia del espacio en el que vives con todas
sus asociaciones, se te da la oportunidad y la aprovechas…. La mochila la haces
sin pensarlo bien, metes todas las cosas que crees necesarias, a lo mejor se te
olvida algo, pero tú tienes prisa por llegar al campo o a la playa ….
Ahora has llegado. Intenta imaginarte el lugar con sus detalles. Observa el tiempo
que hace, si es un día soleado o lluvioso… imagina si hace frio o calor
Mira si hay árboles, plantas por el camino… si el camino es difícil o fácil, si hay
piedras o no, si tiene subidas o bajadas…comienzas a caminar y poco a poco el
camino se hace más duro, caminas y caminas y cada vez estas más cansado y
comienza a dolerte la espalda.
En un momento dado, te das cuenta que la mochila que llevas pesa mucho y de que
cada vez te duele más y más la espalda… entonces decides pararte a descansar
en un lugar cómodo y observas detenidamente que tiene la mochila… vas sacando
las cosas, todas las que llevas en la mochila porque en el fondo no te has preparado
concienzudamente para este viaje, vas poniendo todo lo que sacas y lo colocas
como a un metro de distancia de ti…
Cuando hayas sacado todas las cosas de la mochila te preguntas ¿Qué es de todo
esto lo que más me pesa lo que está mal situado, verdaderamente que nombre le
doy? …. ¿Puedo prescindir de algo para caminar con menos peso, puedo dejar esto
acá y si no como lo voy a recolocar en la mochila?... ¿necesitare algo de lo que
deje, el que, que nombre le doy, porque no lo traje en la mochila para hacer este
camino que sin ello se me está haciendo largo con la ilusión con la que lo he
emprendido?
Cuando hayas retirado lo que sobraba y recolocado lo que estaba mal puesto,
prosigue tu camino. Observa lo que sientes al proseguir tu camino.
Observa lo que sientes al proseguir tu caminata más ligera…. Ahora te voy a pedir
que comiences a mover poco a poco los dedos de tus manos, tus pies y tus manos.
Cuando te sientas listo o lista abre tus ojos lentamente.
Cuenta una historia que un día el maestro hu-ssong propuso a sus discípulos el
siguiente relato:
un hombre que iba por un camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó
consigo. Poco después tropezó con otra. Igualmente la cargó. Todas las piedras
con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que
el hombre ya no pudo caminar. ¿Qué piensan ustedes de ese hombre?, pregunto a
sus discípulos ahí congregados.
- “que es un necio” respondió uno de los discípulos ¿por qué cargaba todas las
piedras con que tropezaba? Pregunto el discípulo.
A lo que hu-ssong respondió:
- “pues eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han
hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de sus propias equivocaciones.
Todo eso lo debemos dejar atrás y no cargar esas pesadas piedras contra nosotros
mismos. Si hacemos a un lado esa carga inútil, si no la llevamos con nosotros,
nuestro camino será más ligero y nuestro pasado más seguro”
Los discípulos asintieron comprendiendo al instante el mensaje que el maestro les
quería trasmitir y llevar a la vida misma.
Y ahora yo les pregunto:
¿Por qué guardan esa ofensa que les ha hecho tanto daño?
¿Cuándo vas a dejar de torturarte por aquella cosa de la que te has arrepentido
tantas veces?
¿Cuánto tiempo llevas de tu vida llevas cargando con esa última equivocación?
(esto no lo leas Alicia esto apréndetelo de memoria) sin darnos cuenta en ocasiones
somos como el necio que va cargando todas las piedras que se encuentra por el
camino. Sin pararnos a pensar si son necesarias. Podemos preguntarnos qué
piedras cargamos. Quizá ofensas que otros nos han hecho, culpa por nuestros
errores, frustración, impotencia, sea lo que sea, pregúntate ¿para qué sigo cargando
esas piedras. A menudo no somos conscientes del peso que representan. Los
cargamos hace tanto tiempo que nos hemos acostumbrado a ellos. Sin embargo,
para ser felices debemos deshacernos de pesos innecesarios.

También podría gustarte