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MÉTODOS DE RIEGO.
1. MÉTODOS SUPERFICIALES.........................................................................................3
3.2 INCONVENIENTES........................................................................................................................................... 43
3.4 FACTORES QUE INTERVIENEN EN EL CÁLCULO HIDRAÚLICO DEL MÉTODO DE RIEGO POR
GOTEO............................................................................................................................................................................... 44
5. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA...................................................................................46
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MÉTODOS DE RIEGO.
Para una adecuada elección del método de riego a utilizar, su diseño e implantación, se requieren
conocimientos de Hidráulica y de las relaciones entre agua-suelo-planta.
Los métodos de riego se pueden clasificar en:
• Métodos de riego superficiales: que a su vez se dividen en: surco e inundación o “a manto”.
• Método de riego por aspersión.
• Método de riego por goteo.
• Método de riego subsuperficial.
No se puede establecer en forma absoluta las condiciones necesarias para la implementación de un
determinado método de riego, sino que mediante una adecuación del diseño se puede adaptar el
método a diferentes situaciones. Aún así existen condiciones de suelo (tipo de suelo y pendiente), de
cultivo, económicas y de operación, que pueden definir la necesidad de elección de determinado
método.
1. MÉTODOS SUPERFICIALES.
En estos métodos el agua escurre a través de pequeños cauces o en delgadas láminas que cubren
íntegramente todo el área o ancho a regar. A los primeros se los denomina surcos, y las segundas
melgas.
Hidráulicamente, tanto los surcos, como las melgas, funcionan como canales, pero la diferencia está en
que los canales tienen por objetivo conducir el máximo caudal posible a distancias largas con la
mínima pérdida por infiltración, mientras que en los surcos y melgas, sucede todo lo contrario, en
recorridos cortos el objetivo es la mayor infiltración posible de agua. Además en los canales el caudal
es prácticamente constante, mientras que en los surcos y melgas, el caudal va disminuyendo a medida
que aumenta la longitud, con lo cual se hace más difícil el cálculo mediante las conocidas fórmulas de
canales, y por lo tanto son necesario ensayos en el terreno.
La ecuación de Manning de movimiento permanente y uniforme para canales es:
U = 1 Rh2/3 i1/2
n
U = 1 h2/3 i1/2
n
El caudal por unidad de ancho de la melga, considerando que el área A = h.1, será:
Q = 1 E h5/3 i1/2
n
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Es necesario elegir un valor de n, pero no puede considerarse como alternativa los valores para canales
de tierra, porque se trata de un terreno preparado mediante el arado y con cultivos. Las experiencias
realizadas en el Instituto de Suelos y Riego han permitido obtener los siguientes valores de n para
riego en surco, según las características de la superficie y el caudal aplicado (0.6 l/s):
Haciendo un análisis riguroso del tipo de movimiento del agua, se establece que el mismo no es
permanente, sino que es impermanente, con caudal y velocidad de infiltración variable en el espacio y
en el tiempo. Hansen (1960) enumeró las variables a tener en cuenta:
1- Caudal aplicado.
2- Velocidad de avance del agua sobre el terreno.
3- Longitud de la parcela.
4- Tirante de agua.
5- Velocidad de infiltración.
6- Pendiente del terreno.
7- Rugosidad del terreno.
8- Peligro de erosión.
9- Forma del surco o de la melga.
10- Lámina de agua a aplicar.
Si se incorpora un caudal constante de agua a un surco o melga, a medida que el mismo avanza posee
al principio una velocidad considerable, pero a medida que se incrementa la superficie de infiltración
disminuye la velocidad de avance. Se puede graficar el tiempo de escurrimiento (Tesc.) en función del
espacio cubierto por el frente de agua, o sea la longitud (L), para distintos valores de caudales unitarios
q. En donde las curvas de avance se hacen asintóticas a la ordenada que representa el tiempo de
escurrimiento, que es el tiempo en que todo el caudal incorporado se ha infiltrado en el área mojada
del cauce, en tal caso el frente de agua ya no progresa.
Tesc.
Línea de trazos para q = 0.6l/s.
Línea llena para q = 0.8 l/s.
Línea gruesa para q = 1 l/s.
L (m)
Para cada caudal dado existe una distancia límite dada por la abcisa en que la curva mencionada se
hace asintótica a un eje vertical. Y recordando que A es el área a regar, L es la longitud de alcance
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Q. T = d. A
d A
Q=d.A E
T
L
En función de la velocidad de infiltración (Ι) será:
Q=Ι.A =Ι.L.E
L=Q/Ι.E
O sea que, se puede obtener la longitud L que cubre el avance del agua en función de la velocidad de
infiltración (Ι), pero dado que ésta es a su vez una variable en función del tiempo, se requiere adoptar
un valor promedio (Ιp).
Además del tiempo de infiltración (Ti), debe tenerse en cuenta el tiempo de escurrimiento del agua a
través del surco (Tesc), el que incide desfavorablemente, ya que si se calcula la duración del riego para
la cabecera (al comienzo de la longitud L) ocurrirá un insuficiente humedecimiento al pie de la
longitud L (al final de la longitud). Lo lógico es tener en la cabecera una duración total del riego igual
a la suma de Tesc+Ti a fin de que la humedad al final cubra totalmente la profundidad de las raíces.
arcilla
franco
arena
La profundidad de las raíces se logra humedecer completamente cuando se cruzan las figuras que
representan el avance lateral y vertical de la humedad de dos surcos continuos, como se puede ver:
La superposición debe
encontrarse a la
profundidad de las
raíces.
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θ io = ∆h/L
io’ = ∆h/L’
io . L = io’ . L’
L/L’ = cos θ
io’ = io . cos θ
surcos.
• Segundo caso. Difícil operación de riego, control y regulación del caudal en la cabecera. Eficiencia
buena de aplicación y de distribución del agua. No necesita drenaje al pie, requiere surcos
profundos y espaciados.
acequia cabecera.
surcos.
• Tercer Caso. Medianamente fácil operación de riego, control y regulación del caudal de cabecera.
Eficiencia medianamente buena de aplicación y de distribución del agua. Requiere drenaje al pie,
surcos medianamente profundos y regular espaciamiento.
acequia cabecera.
drenaje.
surcos.
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• Cuarto Caso. Fácil operación del riego, control y regulación del caudal de cabecera. Eficiencia
medianamente buena de aplicación y de distribución del agua. Requiere drenaje al pie, surcos
medianamente profundos y regular espaciamiento.
acequia cabecera.
drenaje.
surcos.
La situación es distinta en el caso de realizarse trabajos de nivelación, en el cual la pendiente está dada
por las condiciones de Proyecto. Conocida la pendiente io del terreno, la pendiente io’ a la cual se
quiere llegar, se calcula la altura H de corte en la cabecera del surco, que es igual a la de relleno en el
pie del mismo, mediante la siguiente expresión:
H = L . (io - io’)/2 io
H
io’
H
L
Además mediante la misma ecuación anterior se puede calcular la longitud para un valor de H
determinado.
inferior, constituyendo la que se denomina riego encadenado, que es una buena práctica de
aprovechamiento de los sobrantes siempre que se rieguen independientemente las dos o tres parcelas
ubicadas a diferente nivel.
Se instala una acequia en la cabecera nivelada a cero, con instalaciones para mantener la carga
constante de agua en la misma, mediante compuertas o vertederos.
El caudal diferente a los distintos surcos se puede lograr con sifones de goma, plástico o aluminio de
diferente sección.
El avance del agua en cada surco, se registra cuando el agua pasa frente a estacas colocadas cada 10 ó
20 metros de distancia, en cada surco para el caudal establecido para el mismo. En los surcos de mayor
caudal el agua avanza rápidamente, mientras que en los de menores caudales, éste se va infiltrando y
demorando su llegada a las estacas. Se anota el tiempo para cada surco y cada estaca del mismo.
Luego se grafica el espacio recorrido por el frente de agua en abcisas y los tiempos acumulados en
ordenadas.
Se deja un surco para determinar el caudal infiltrado por diferencia entre el caudal que entra y el que
sale. Y así se determina la velocidad de infiltración, Ι, y los parámetros de la ecuación correspondiente
a la misma.
De las curvas graficadas se elige para el proyecto la que representa el caudal no erosivo.
Fijada la lámina de agua, dx, a reponer en cada riego, se calcula el tiempo de riego Ti. Adoptando
como tiempo de escurrimiento, Tesc = Ti/4, el mismo se usa, en el gráfico construido anteriormente, en
el eje de las ordenadas, hasta interceptar la curva de caudal máximo no erosivo, Qe, la abcisa que
corresponde a dicho punto es la longitud de surco máxima para ese suelo. Para el caso en se adopta un
tiempo de escurrimiento igual a la cuarta parte del tiempo de infiltración, la eficiencia de diseño es del
89%.
acequia pendiente nula
Tesc.
0.2 l/s 0.4 l/s
0.6 l/s
1 l/s
estacas.
SURCOS.
L (m)
L adecuada
d = χ/B . K Tin = (0.4/0.6) 2.9 Ti0.55 Ti = 455 min. = 7.58 horas Ti = 7.58 h Tesc= 1.90 h.
1.1.8.1 Corrugación.
Consiste en la instalación de surcos de escasa profundidad y de reducido espaciamiento. Normalmente
se emplea este método en cultivo sembrados “al voleo”, especialmente las forrajeras y cereales
(cebada, centeno), en suelos medianamente irregulares, de mayor pendiente que los surcos comunes, y
de naturaleza física medianos a pesados. Es un método clásico para cultivos regados por inundación, y
que, ya sea por una inadecuada nivelación del terreno , o porque el suelo forma costra al secarse, no
puede aplicarse la inundación.
REGUERA.
SURCOS
DRENAJE
TAPADA
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En la zona baja del Río Mendoza la acequia de cabecera tiene pendiente leve o “a cero”, entonces no
es necesario tomar precauciones especiales, y es posible derivar el agua de la sobre-acequia
directamente a los surcos. En este caso no existe drenaje al pie, salvo cuando se trata de terrenos muy
compactos.
El control de caudal que se incorpora a cada surco se realiza “a ojo” por el regante, quien modifica la
sección de entrada al mismo con tierra, piedras, ramas, champas. Para regular el número de tapadas
habilitadas para el riego se usa una serie de compuertas ubicadas en la acequia.
Pero también se pueden emplear elementos especiales que permiten un exacto control del caudal
entregado por surco, por ejemplo, los tubos y los sifones, en los cuales el caudal erogado es función de
la sección y de la carga h que varía si la salida está libre o sumergida.
FAJA MELGA
El riego por melgas se emplea en cultivos que tienen gran densidad de siembra, por ejemplo los
cereales y forrajeras sembradas “al voleo”. Los terrenos deben ser llanos (de poca pendiente), y que
tengan buena velocidad de infiltración y baja erodabilidad.
El caudal para una misma longitud de melga es función del ancho de la faja o espaciamiento de los
bordos, y teniendo en cuneta que un espaciamiento reducido fraccionaría mucho el área irrigada, se
requiere para este sistema caudales grandes.
La eficiencia en el riego por melgas es elevada, pero se requiere una buena nivelación, de modo que
los gastos de instalación del sistema también son elevados.
1.2.1.1 Pendiente.
La lámina en todo el ancho de la melga debe tener una altura uniforme, por lo tanto ésta debe estar
completamente a nivel transversalmente.
En el sentido longitudinal, se presentan tres casos al igual que en los surcos:
1. Sin pendiente (0%): no posee desagüe al pie y sin efecto de recesión de la lámina.
2. Pendiente leve (0.1-0.5%): con desagüe al pie y lámina con importante efecto de recesión.
3. Pendiente fuerte (0.5-1%): con desagüe al pie y lámina con limitado efecto de recesión.
Para evitar el efecto de la erosión los valores óptimos de pendientes en riego por melgas son menores a
0.1 - 0.2%.
1.2.1.2 Caudal.
El caudal se puede calcular por medio de: q = Ip a
en donde: q es el caudal por unidad de ancho de cada melga, Ip es la velocidad de infiltración
promedio, y a es el área unitaria de la melga (longitud).
Por ejemplo, si se desea conocer el caudal Q que se requiere para regar una melga cuyo espaciamiento
entre bordes es E de 10 m y la longitud L es de 180 m, teniendo una Ip de 4.1 cm/hora (0.011 l/s m2).
a = 1.00 180 m2 = 180 m2
Q = 10 m 180 m 0.011 l/s m2 = 19.8 l/s. ≅ 20 l/s.
Si se cuenta para el riego con un caudal de 63 l/s, sólo podrán regarse simultáneamente 3 melgas.
De acuerdo al cálculo realizado, si la longitud de la melga es grande el caudal que transporta también
lo será y podrá suceder el caso que la altura de los bordos no sea la suficiente para el mismo, o que se
produzca erosión en la cabecera de la misma.
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Al igual que en el riego por surcos, el máximo caudal a aplicar en las melgas sin pendiente es el que
puede contener los bordos, y en las melgas con pendiente es el máximo no erosivo.
El caudal máximo no erosivo ha sido determinado experimentalmente por Criddle:
qe = 5.57 io-0.75
en donde qe es el caudal máximo no erosivo por metro de ancho de la melga en l/s m., e io es la
pendiente de la melga en %.
15-50 m
ACEQUIAS.
SEGÚN
CURVAS DE
NIVEL.
La eficiencia se la puede considerar como regular y los gastos de operación del sistema como medios.
Las melgas están intercomunicadas entre sí, de modo que el caudal de alimentación es uno solo, que se
traslada de una a la otra de acuerdo a la topografía del terreno.
La longitud L de cada bordo depende de la pendiente del terreno, a menor pendiente mayor es el
tamaño de las secciones a inundar . El diseño se basa en una ecuación volumétrica, en donde a medida
que se llena cada compartimiento como el de la figura, la altura de agua h crece y por lo tanto el
volumen también, y asimismo el alcance de la lámina aumenta.
E
grandes caudales, ya que las tazas se llenan rápidamente. Tiene eficiencia de riego alta y alto costo de
instalación. Se emplea en frutales, comúnmente se ubica un árbol por palangana (en terrenos de caso
“a cero” se pueden colocar hasta cuatro plantas por palangana).
Se deriva una reguera, desde una acequia cabecera, que es la que alimenta las palanganas. La retención
del agua sobre esta reguera y una apertura del bordo permiten la entrada simultánea del agua a dos
palanganas.
acequia cabecera
BORDOS DE
LAS PALANGANAS.
reguera.
• En casos de tierras nuevas, la transformación se puede realizar modulada, de modo que se puede
obtener una inmediata puesta en marcha por sectores, obteniendo resultados en forma rápida, y por
consiguiente una rentabilidad económica mayor.
• Tiene buena aplicabilidad para cultivos sembrados al voleo y cultivos de hortalizas en espacios
reducidos.
1. Suministro de agua discontinuo. El riego está sujeto a horarios o turnos de cortos espacios de
tiempo y gran caudal, que obliga a instalaciones de aspersión muy grandes, con mucho material de
riego, o a la construcción de depósitos para la regulación del agua.
2. Agua con sustancias disueltas o en suspensión. El material puede sufrir corrosión o erosión.
3. Cuando el costo de una instalación de aspersión supere al más clásico, para lo cual es necesario un
estudio económico, pero según diversos autores se puede considerar como aceptable un aumento
del 25%.
2.4.2 TUBERÍAS.
Las tuberías principales suelen ser generalmente fijas, aunque en pequeñas instalaciones pueden ser
móviles o incluso no existir, es el caso más sencillo donde la bomba generalmente se acopla a la toma
de fuerza de un tractor, y alimenta directamente una pequeña ala de aspersores.
Las tuberías fijas generalmente van enterradas y tradicionalmente se construían en fibrocemento pero,
en pequeños diámetros, cada vez se usan más las tuberías de plástico, PVC y polietileno
principalmente, debido a su más fácil montaje. En diámetros grandes no se suelen emplear por su
mayor costo.
Las tuberías móviles se construyen de aluminio o en plástico, principalmente para que sean elementos
livianos. Pueden ser de dos tipos rígidas o flexibles, las primeras están compuestas por tramos de 6 ó 9
metros de longitud y sus diámetros varían entre 50 y 150 mm, aunque mayores de 100 mm son
raramente usados y sólo como tuberías auxiliares. Las tuberías flexibles no suelen tener diámetros
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superiores a los 40 mm, ni longitudes tan largas como las anteriores, debido a las mayores pérdidas de
carga que se producen; están fabricadas de caucho perforado o materiales plásticos de alta calidad, con
el fin de soportar los esfuerzos durante su traslado sobre el terreno.
También pueden ser semifijos, equipo semifijo, con parte de la tubería fija y parte móvil.
Sobre estas tuberías a intervalos regulares previamente calculados, o sino a nivel de cada parcela, se
colocan tomas donde se conectan las alas de riego.
Estas tomas presentan una gran variedad de dispositivos desde simple hidrantes, cuya apertura o cierre
permite o evita el paso del agua, hasta las más sofisticadas.
2.4.3 ACCESORIOS.
Junto a los tramos mencionados de tuberías existen numerosos accesorios, del mismo material, entre
los que se pueden citar codos, tés, tapones, válvulas, reducciones, que permiten un fácil tendido de
dichas tuberías y su puesta en marcha sin tener que interrumpir la circulación del agua en toda la red.
Las uniones o acoplamiento de los tramos se realiza de tal forma que permitan un cierto movimiento
angular de los elementos (30º, 12º), para adaptar las cañerías a las irregularidades del terreno.
2.4.4 ASPERSORES.
Sobre las tuberías van instalados los aspersores, que son los aparatos que distribuyen el agua sobre el
terreno. En algunos casos no se usan aspersores, sino que las tuberías tienen una serie de agujeros a lo
largo de una o varias generatrices, por donde sale el agua. Son las llamadas rampas perforadas que, por
su gran pluviometría, obligan a frecuentes desplazamientos y a su empleo en suelos muy permeables.
Los aspersores normalmente usados son de dos tipos: chorro fijo y chorro rotativo.
Los de chorro fijo, poco utilizados, tienen un alcance relativamente pequeño, generalmente menor a 12
metros y pluviometrías elevadas.
Los de chorro rotativo son los normalmente usados en agricultura y se subdividen en dos grandes
grupos: aspersores de giro rápido y de giro lento. Los de giro rápido sólo se usan en jardinería,
invernaderos, pequeñas parcelas. Los de giro lento son los más empleados en el riego agrícola.
Según la causa que produce el giro se clasifican en aspersores de reacción, de turbina y de choque. Los
dos primeros están en desuso y el tercero es prácticamente el único empleado. Su rotación se realiza
por los movimientos alternativos de un brazo, uno de cuyos extremos interrumpe el chorro y el otro, de
mayor masa produce el giro, mediante choques. Dicho brazo va provisto de un muelle recuperador,
con el fin de alternar su movimiento y provocar sucesivos choques y giros. El giro puede ser total o
regulable para cubrir un sector circular.
En cuanto a la presión de trabajo, los aspersores se clasifican en tres grupos:
• Baja Presión: en donde se puede alcanzar hasta un máximo de 2 kg/cm2. Su caudal y radio mojados
son pequeños y se usan principalmente en jardinería, huertos e invernaderos. Dentro de esta
categoría se encuentran los aspersores de ángulo bajo, para el riego bajo árbol, que en ciertas
condiciones, cuando no convenga mojar las hojas, pueden resultar muy útiles.
• Media presión: está comprendida entre 2,5 y 4 kg/cm2. Son los más comúnmente empleados ya
que alcanzan marcos bastante amplios, llegando hasta la disposición de 24 x 24, con una correcta
distribución del agua y el consiguiente ahorro de material en parcela.
• Alta presión: la presión es mayor de 4 kg/cm2. Generalmente se les suele llamar cañones. Son picos
muy grandes adaptados para cultivos de elevado tamaño (maíz, caña de azúcar). Su marco puede
alcanzar grandes dimensiones, con aparatos situados cada 60, 80 e incluso 100 metros. La
distribución del agua no es buena, el viento ejerce mucha influencia y, debido a la gran altura de
caída y al tamaño de las gotas, pueden producir daños a los cultivos y compactar el terreno. Por
todo ello sólo se suelen usar para el riego de praderas y forrajes en zonas con relieve ondulado.
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además órganos ejecutivos para la automatización de la distribución del agua y una central de mando
desde la cual se envían las diferentes órdenes de riego. Los órganos ejecutivos son los elementos
fundamentales en la automatización de la distribución del agua, normalmente son válvulas con dos
posiciones, apertura y cierre. Según el carácter de la transmisión de las órdenes se clasifican en: de
amando eléctrico (señales eléctricas en una red de cables), de mando hidráulico (señales transmitidas
por las presiones en las tuberías) y de mando neumático (bajo la acción de la presión del aire se envían
señales eléctricas).
La puesta en marcha o parada de los regadores se puede efectuar de forma individual o por grupos. En
el caso de la individual se conectan a la tubería abastecedora los regadores por separado, y cada uno
debe estar equipado con su correspondiente válvula. En caso de poner en marcha los aspersores en
grupo, se conectan separadamente las alas de riego de varios regadores en forma conjunta, regando
simultáneamente. La primera opción (individual) tiene la ventaja de necesitar diámetros mínimos de
las tuberías, porque se calculan con el caudal de un solo aspersor, pero el inconveniente es que se
necesitan una gran cantidad de válvulas, una para cada posición del aspersor.
Todos los sistemas automatizados deben contar con válvulas de control manual estratégicamente
ubicada, con el fin de disponer de un control en la distribución del agua si ocurriese alguna avería,
tanto en las válvulas como en el programador central.
variarse fácilmente con lo cual se puede ajustar la pluviometría según el tipo de terreno, incluso hasta
reponer diariamente el consumo del cultivo; y por último, la topografía de la parcela no influye en el
movimiento, lo que en terrenos irregulares puede tener una importancia decisiva.
La longitud de estos aparatos suele variar entre 100 y 1000 metros, aunque habitualmente se usan de
400 metros.
La superficie regada se calcula como el área de un círculo, y por lo tanto aumenta proporcionalmente
al cuadrado del radio de giro: S = π R2 .
Las torres son los elementos de sustentación y transporte. Su separación, a lo largo del ala, varía
generalmente entre 30 y 50 metros. La pendiente del terreno es el principal factor limitante de la
longitud de los pivotes, para pendientes superiores al 10% son necesarios tramos más cortos.
Las torres van montadas sobre ruedas para facilitar el movimiento, que pueden ser metálicas o
neumáticas.
La distribución del agua se realiza a través de aspersores, modernamente se están usando boquillas que
tienen menor presión de trabajo, aunque presentan el inconveniente de una mayor pluviometría, lo que
no suele ser recomendable para terrenos pesados o con pendientes pronunciadas.
La distribución de los aspersores y boquillas sobre el ala no es uniforme, ya que al aumentar la
velocidad lineal conforme nos alejamos del punto central, la pluviometría debe aumentar, al disminuir
el tiempo durante el cual se está aplicando el agua. Ello obliga a disminuir la distancia entre aspersores
o boquillas, o bien a instalar aspersores o boquillas con mayor caudal y pluviometría a medida que nos
alejamos de la cabeza del sistema.
Como consecuencia de esto la pluviometría instantánea en el extremo de la superficie regada puede
llegar a ser muy elevada, especialmente en caso de pivotes de gran longitud.
La presión de trabajo necesaria en la cabeza de la instalación es la de los aparatos regadores, más las
pérdidas de carga que se producen en todas las tuberías. Dichas pérdidas aumentan con la longitud del
equipo de riego. Se suelen emplear aspersores de media presión (3 kg/cm2) y boquillas (1 kg/cm2).
Una práctica habitual es la instalación en el extremo del aparato de un ala en voladizo con el aspersor
de gran alcance en su extremo, que riega una longitud r. Por lo tanto, la superficie regada será un
círculo de radio (R+r) y aumentando substancialmente dicha superficie.
El uso del pivote como sistema de riego por aspersión mecanizado, está siendo usado cada vez más,
debido al ahorro de mano de obra que representa, respecto de los sistemas tradicionales. Al mismo
tiempo ofrece una buena uniformidad de riego, que suele alcanzar el valor de 90%. Además es posible
regar de noche, sin gasto adicional, o en el momento más adecuado para que las pérdidas por
evaporación sean las mínimas, de modo que la eficiencia de aplicación también es elevada.
Pero presenta inconvenientes o limitaciones en su uso, debido al elevado precio, su difícil uso en
terrenos pesados ya que puede producir atascamientos, dificultades de manejo en parcelas muy
irregulares o que presentan obstáculos, y no se pueden regar cultivos de altura, como los árboles
frutales.
8. Estudio económico.
Los dos primeros ítems necesitan de la determinación de diferentes parámetros hidrofísicos del suelo,
del clima y las características del cultivo. La superficie a regar tiene suma importancia debido a la
escasez del recurso en esta zona, o sea que, en función de la cantidad de agua disponible se puede
calcular el área regada para que la producción global se máxima.
La forma de la parcela suele influir poco en los costos de la puesta en riego, aunque los ideales son
diseños de áreas rectangulares.
La pendiente del terreno influye en los costos, cuando hay que impulsar el agua de zonas bajas a más
altas, por lo tanto, aumenta la potencia necesaria y el consumo de energía.
TEXTURA PLUVIOMETRÍA
(mm/h)
TERRENOS ARCILLOSOS 5
TERRENOS FRANCO ARCILLOSOS 6-10
TERRENOS FRANCO LIMOSOS Y FRANCO ARENOSOS 10-15
TERRENOS LIGEROS Y ARENOSOS. 15-25
La pendiente del terreno tiene influencia decisiva, debido a la escorrentía potencial, en la cantidad de
agua que puede recibir el terreno. La cubierta vegetal aumenta la capacidad de retener el agua,
pudiéndose aumentar la pluviometría del riego. La siguiente tabla posee datos orientativos respecto de
los volúmenes máximos de agua aplicables en el riego por aspersión para condiciones medias de suelo,
pendiente y vegetación, según el Servicio de Conservación de Suelos de EEUU.
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Por lo tanto, para la selección del aspersor es necesario conocer la conductividad hidráulica del
terreno, efectuando las determinaciones y comprobaciones que sean necesarias.
El agua no cae en forma continua sobre el terreno, sino que por sucesivos aportes en cada giro del
aspersor. En algunos casos, sobre todo en terrenos poco permeables, es importante conocer la
pluviometría instantánea, o sea, la cantidad de agua depositada en cada giro del aspersor, que deberá
infiltrarse antes del siguiente aporte de agua, con el fin de no producir pérdidas por escorrentía o
problemas de encharcamiento.
La pluviometría instantánea viene expresada por: Ιi (mm) = q t / S
donde q es el caudal del aspersor en l/seg., t es el tiempo de rotación en segundos, y S es la superficie
regada en m2.
Igualmente se puede expresar que la pluviometría instantánea Ιi resulta del cociente entre la
pluviometría media horaria Ι (mm/h) y el número de vueltas por hora del aspersor n (rev./h).
Ιi (mm) = Ι (mm/h) / n (rev./h)
Por ello en ciertos tipos de terrenos es más conveniente aspersores de giro más rápido, ya que
disminuye la pluviometría instantánea, conservándose la horaria.
variar, al ser más fácil instalar los aspersores, lo que se hace agujereando fácilmente el material en el
lugar adecuado e instalando una toma.
El valor de b suele tener las mismas características, aunque no es necesario que se mantenga, por
razones constructivas, dicha multiplicidad.
Los marcos más empleados son los cuadrados (a=b) y los rectangulares (a≠b), usándose en algunas
ocasiones también la posición triangular.
Las tendencias actuales son grandes marcos (disposición de 18 x 18 y 24 x 24), con el fin de disminuir
el material móvil necesario y la longitud de las tuberías abastecedoras, y al mismo tiempo pequeñas
presiones de trabajo, con el fin de disminuir la energía necesaria para el riego. Para los marcos citados
la presión mínima de trabajo es de 3 kg/cm2.
Es conocido que el aspersor no distribuye uniformemente el agua, variando la cantidad a lo largo del
chorro, según el tipo de aspersor. Se han efectuado estudios al respecto, Christiansen obtuvo algunas
conclusiones al respecto:
• La uniformidad de la distribución del agua por los aspersores varía mucho con la presión de trabajo,
el viento, el marco de aspersión, la rotación del aspersor y su altura sobre el suelo.
• Con marcos apropiados es posible lograr una aplicación bastante uniforme.
• Las distribuciones de agua de forma aproximadamente cónica, en las que el máximo de aplicación
se registra cerca del aspersor y disminuye gradualmente hacia el borde del área regada, producen
una buena uniformidad cuando los aspersores no están separados entre sí más del 50 al 65 % del
diámetro mojado con el riego.
• Para separaciones superiores puede obtenerse una aplicación más uniforme con una colocación
triangular equilátera de los aspersores que con una cuadrada o rectangular.
• Para el cálculo de la uniformidad de distribución, Christiansen ha determinado la fórmula siguiente:
CU = 100 (1- ΣX/M.n)
donde ΣX es la suma de las n desviaciones de la altura de agua distribuida con respecto al valor
medio M de dicha altura de agua en las n medidas tomadas en diferentes puntos del área mojada.
Hay muchos estudios y fórmulas para determinar el óptimo marco para cada aspersor, en función de
unos valores de uniformidad de distribución comprendidos generalmente entre el 90 y 80%, siendo
el último valor el mínimo aceptable.
Si los recubrimientos son totales, es decir, el marco de aspersión es igual al radio mojado R por
cada aspersor, la uniformidad será excelente. Sin embargo, teniendo en cuenta que para ello es
necesario mayor número de aspersores y que, al mismo tiempo, se produce un aumento de la
pluviometría, que no es conveniente para cierto tipo de terrenos, se suele desechar esta disposición
en favor de otras con una uniformidad un poco menor, un marco mayor y menor costo.
Como norma general se puede decir que, en distribución cuadrada o rectangular, la distancia (a)
entre aspersores suele variar entre R (para la rectangular ) y 1,4 R (para la cuadrada), y la distancia
b entre alas es de 1,4R (para la cuadrada) a 1,2 R (para la rectangular), variando según el tipo de
aspersor. (Ver la figura de la página siguiente).
La uniformidad varía con el viento y se puede considerar que para vientos de 5 km/h es necesario
acortar, en la dirección dominante, la separación en un 10 % y para 10 km/h en un 25%, con el fin
de mantener una buena distribución del agua. Sin embargo, otros autores establecen para vientos de
hasta 9 km/h no es necesario tener en cuenta dicho factor, por producirse una variación poco
importante de la humedad del terreno. En todo caso, y como regla general, no conviene regar en
días de mucho viento.
• La velocidad de rotación del aspersor debe ser uniforme y constante para mejorar el coeficiente de
uniformidad, y obtener una distribución del agua pareja a lo largo de cada radio trazado del
aspersor.
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1998 MÉTODOS DE RIEGO. 46 HOJAS
b = 1,4 R
a = 1,4 R
DISPOSICIÓN EN CUADRADO.
a = 1,7 R
b = 1,5 R
DISPOSICIÓN EN TRIÁNGULO
b = 1,2 R
a=R
DISPOSICIÓN EN RECTÁNGULO.
• La altura del aspersor sobre el terreno, factor que también tiene importancia, ya que se ha observado
que el coeficiente de uniformidad aumenta cuando la altura del aspersor sobre el terreno es de 1
metro, siendo ésta la altura recomendada para los porta-aspersores. Esta recomendación no siempre
puede seguirse, ya que depende de la altura del cultivo, pero para cultivos bajos (alfalfa, praderas)
se recomienda no instalar los aspersores a ras del terreno.
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1998 MÉTODOS DE RIEGO. 46 HOJAS
• La presión de trabajo de los aspersores también influye sobre la uniformidad. Los aspersores se
encuentran instalados en línea sobre las alas de riego, por lo tanto, la presión existente en la
boquilla de cada uno de ellos es diferente, ya que se producen las inevitables pérdidas de carga en
dichas tuberías, provocando la disminución de la presión a medida que aumenta el recorrido del
agua. La variación de la presión de trabajo depende del diseño del ala de riego.
• La evaporación en el chorro de agua también es un factor que influye en la uniformidad y por lo
tanto, en el rendimiento del riego. O sea que, se produce una pérdida de agua respecto de la que sale
por el aspersor, que depende de la temperatura y humedad ambientales, la forma y longitud del
chorro y de la velocidad del viento. Para su determinación universalmente se usa el ábaco de
Schwalen y Frost.
Como resultado de la no perfecta distribución del agua sobre toda el área regada y de las pérdidas
producidas, sólo un porcentaje del total de agua suministrada para el riego queda a disposición de las
plantas.
Se han podido deducir los diferentes rendimientos o eficiencias de riego, cuyo cálculo es muy
complejo debido a la gran cantidad de factores que intervienen. Pero resulta útil usar el rendimiento de
aplicación que representa el cociente entre el agua recibida por el suelo y el total del agua empleada en
el riego.
Para un riego por aspersión correctamente diseñado, la eficiencia o rendimiento de aplicación puede
variar entre el 75% y el 80%.
En conclusión, la elección del aspersor comprende, para el modelo elegido, la determinación del
marco de riego, de la presión nominal de trabajo y de la pluviometría media.
Los fabricantes están obligados a dar, para cada tipo de aspersor y para todas las presiones de trabajo,
los valores de la pluviometría y de los coeficientes de uniformidad de distribución que corresponden a
los diferentes marcos de uso.
tuberías abastecedoras. En consecuencia, el primer aspersor se ubicará a una distancia a/2 del
comienzo del ala, para que en la situación simétrica, al otro lado de dicha tubería, se mantenga la
distancia a, marcada por el marco de aspersión elegido, entre ambas posiciones.
El ala terminará en el último aspersor, teniendo una longitud total de:
L = a (0.5 + (n-1)), donde n es el número total de aspersores.
Como orientación las alas de riego suelen alcanzar longitudes medias entre los 100 y los 200 metros,
variando el diámetro de ellas.
Suponemos una parcela a regar cuadrada de 400 m de lado, y cuyas curvas de nivel son las graficadas.
Se han esquematizado cuatro variantes de distribución de la tubería abastecedora (marcada con línea
gruesa) y de las alas de riego (marcadas con líneas de trazo). Las variantes 1 y 3 presentan diseño
correcto, con la diferencia en la longitud de las alas, el 3 tiene alas de menor longitud que el 1, y por lo
tanto tienen menor diámetro, pero la tubería abastecedora tiene menor diámetro y mayor longitud. En
ambos casos las alas siguen aproximadamente las curvas de nivel, con la finalidad de tener pérdidas de
carga máximas dentro del límite del 20% de la presión de trabajo.
El esquema 2 presenta un diseño incorrecto, las alas de riego siguen la línea de máxima pendiente, una
a favor y la otra en contra. Las diferencias de presiones de trabajo entre aspersores extremos varía en
ambas alas y, a menos que se usen moduladores de caudal, la uniformidad del riego y la eficiencia
disminuirán.
El esquema 4 es incorrecto ya que la tubería abastecedora de la derecha sólo abastece alas de riego
situadas a su derecha, y por lo tanto, las presiones en ambas tuberías serán diferentes, con lo que no se
consigue la finalidad de mantener una presión de trabajo dentro de un rango estipulado.
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ESQUEMA 1.
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ESQUEMA 2.
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ESQUEMA 3.
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ESQUEMA 4.
Una vez que se determina la longitud de las alas de riego, a través de un adecuado diseño de la
distribución, es necesario calcular el diámetro. Para ello se deben conocer las pérdidas de carga que se
producen, que son función del caudal circulante y de las características de la tubería. Existen
numerosas fórmulas para calcularlas, pero en alas móviles de aspersión con acoplamientos, la más
empleada es la de SCOBEY:
Hf = Ks / 387 L U1.9 / D1.1
en donde Hf es la pérdida de carga producida en metros, L es la longitud de la tubería en metros, U es
la velocidad media del agua en m/seg., D es el diámetro interior de la tubería en metros, y Ks es un
coeficiente característico de la tubería.
Dicho coeficiente varía según el tipo de tubería empleado, pero generalmente para tubos de aluminio,
con acoples comunes cada 6 ó 9 metros, su valor se puede calcular entre 0.37 y 0.40. Es una práctica
habitual tomar, para cálculos un pequeño margen por exceso para mayor seguridad.
En la aspersión la velocidad del agua varía a lo largo del ala, ya que cada aspersor va dejando salir su
correspondiente caudal de riego a distancias constantes a lo largo de la tubería. Es lo que se llama
distribución discreta, o tubería de gasto variable.
El cálculo se efectúa usando como velocidad del agua la inicial en cabeza del ala y multiplicando el
valor obtenido en la fórmula por un coeficiente reductor F, en función del número de aspersores
existentes, obteniéndose el valor de la pérdida de carga real producida (Ver tabla).
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Al valor de esa pérdida de carga debe sumársele el desnivel topográfico con su signo, y el total así
obtenido debe ser menor que el 20% de la presión nominal de trabajo del aspersor. En caso de ser
mayor debe incrementarse el diámetro de la tubería, volver a calcular las pérdidas de carga hasta
obtener un resultado que cumpla las condiciones necesarias para una correcta instalación.
Normalmente las alas de riego miden su diámetro en pulgadas, debido a la influencia de los EEUU,
que fue el país donde más se desarrolló inicialmente el sistema. Las tuberías móviles empleadas son
las de 2-2,5-3 pulgadas, incluso alcanzando las 3,5 y 4 pulgadas.
Una vez definidas las características geométricas se pasa a definir el número total necesario para regar
la parcela.
F= 1 + 1 + (m - 1)0.5
(m+1) 2N 6 N2
N es el número de aspersores.
m es el exponente de la velocidad en la fórmula de Scobey.
Las alas móviles deben cubrir toda la superficie, en sucesivas posiciones, hasta regarla por completo,
tardando en dicha operación un cierto número de días. Son los días disponibles para dar un riego
completo a toda la parcela y el intervalo posible entre dos riegos consecutivos. Este período de tiempo
depende del número de riegos necesarios y, generalmente estos datos se toman para el mes de
máximas necesidades:
n = N / D`
donde n es el número de riegos al mes, N es la necesidad de agua del cultivo en dicho mes (mm), D` es
la dosis máxima admisible por el terreno (mm).
El número de riegos n resultante del cálculo anterior no será un número entero, lo habitual es tomar
como valor de n el número entero siguiente, con el fin de dar siempre a lo largo del mes riegos de igual
intensidad, con una dosis real de riego D, de tal manera que D = N/n.
El número de días disponibles para dar un riego a la parcela será 30/n, aunque normalmente habrá que
considerar los días no hábiles.
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Las alas deberán estar regando en cada posición un tiempo T (horas) = D / Ι, siendo D la dosis bruta a
aportar, en función de la eficiencia de riego.
En función de este tiempo T y de la duración del transporte necesario se determina el número diario de
posiciones de los posibles horarios de trabajo.
Salvo en los casos de suelo muy ligeros (aumenta el número de riegos) o muy pesados (disminuye), lo
normal es aplicar una dosis entre 500 y 700 m3/ha., con una pluviometría entre 8 y 12 mm/h y unas
duraciones de cada riego de aproximadamente 6 horas que permiten, con un horario normal, dos
posiciones de riego al día.
En este supuesto cada ala cubrirá 2n posiciones en los días que dura cada riego. Dividiendo el número
total de posiciones de riego de la parcela, que se determinan sobre el plano en función del marco de
aspersión, por 2n se obtiene el número de alas necesarias para el riego.
Estas alas se disponen sobre el terreno, separadas al máximo con el fin de dividir los caudales
circulantes por las tuberías abastecedoras. de esta forma se diminuye su diámetro y en consecuencia,
su precio, obteniéndose una menor inversión inicial.
Cada ala se encontrará a una distancia de 2n posiciones de las demás, siendo necesario desplazarla en
cada traslado una distancia mínima que viene establecida por la dimensión b del marco de aspersión.
por tramos, según el caudal máximo que pueda circular por ellos, que depende del número de alas
regando aguas arriba.
Conociendo el caudal Q que debe transportar cada tubería se determina fácilmente el diámetro por la
ecuación de la continuidad:
Q = U w = U π D`2/4
La velocidad admisible de cálculo varía entre 1 y 1.5 m/seg. Se determina el diámetro D`, que
seguramente no coincidirá con ningún diámetro comercial, el valor real D será el diámetro comercial
más próximo.
Las tuberías abastecedoras más usadas actualmente son las de fibrocemento, PVC, y los fabricantes
facilitan las fórmulas de las pérdidas de carga que son variantes de la de Darcy-Weisbach.
En fibrocemento las tuberías se especifican por su diámetro interior, mientras que en PVC los
diámetros se expresan por su medida exterior, además se puede especificar el espesor de acuerdo a la
presión de trabajo.
En riego por aspersión las presiones de trabajo más habituales en estas tuberías son de 6 y 10 kg/cm2 .
2.6.4.3 Hidrantes.
Las conexiones entre tuberías abastecedoras, generalmente enterradas, y alas de riego se efectúan
mediante hidrantes. Estos pueden ser de varios tipos, desde el más simple sin ningún aparato de
control, hasta los más sofisticados.
Las sucesivas posiciones de riego de las alas están separadas una distancia b, por lo que el número de
hidrantes será igual a Lt /b, siendo Lt la longitud total de la tubería abastecedora.
Fuera de época de riego los hidrantes son los únicos elementos que sobresalen del terreno, por ello es
que deben protegerse para evitar roturas durante las labores agrícolas.
Para disminuir el número de hidrantes, se usan tuberías auxiliares, que habitualmente son del mismo
material que las alas, permiten regar desde un mismo hidrante varias posiciones de riego, dependiendo
TUBERÍA AUXILIAR
2b HIDRANTE
ALA DE RIEGO.
POSICIÓN 3
POSICIÓN 2
POSICIÓN 1
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de su longitud. Esta suele ser b, lo que permite regar 3 posiciones por cada hidrante o 2b, regando 5
posiciones.
La tubería auxiliar comprende un codo a 90º que se conecta al hidrante, una sección recta formada por
uno o varios tramos de tubería móvil y otro codo a 90 º donde se conecta el ala.
En la posición 1 del ala de riego se conecta al hidrante mediante la tubería auxiliar con longitud 2b, en
la posición 2 se usan sólo la mitad de los tramos rectos de dicha tubería, de longitud b. En la posición
3 el ala se conecta directamente al hidrante, sin usar tubería auxiliar.
La tubería auxiliar se transporta, junto con el ala, al siguiente hidrante, cada 5 posiciones. De esta
manera se divide por 5 el número de hidrantes necesarios.
Si se usa una tubería auxiliar de longitud b, son necesarios 3 veces menos de hidrantes, ya que con
cada uno de ellos se riegan 3 posiciones de riego.
Las pérdidas de carga producidas se calculan, al igual que las de las alas, mediante la fórmula de
Scobey, aunque en este caso, al no existir salidas, no hay coeficiente reductor F.
motor en la superficie del terreno, lo que obliga a la existencia de un largo eje desde el motor hasta la
bomba, con el fin de transmitir los movimientos.
La potencia total a instalar está calculada para el período de máximas necesidades y con el total de la
parcela regada. Se suele dividir la potencia instalada de la bomba en dos o más bombas, que funcionen
separadamente cuando disminuyen las necesidades del riego y conjuntamente cuando aumenten, para
lo cual deben instalarse en paralelo con una misma altura de elevación y diferentes caudales.
3.1 VENTAJAS.
• Importante ahorro de agua, mano de obra, abonos y productos fitosanitarios. Los ahorros comunes
de agua son del 50% respecto a los sistemas convencionales y, en ocasiones, cifras superiores a
éstas.
• Posibilidad de regar cualquier tipo de terrenos, por accidentados o pobres que sean. La pendiente
del terreno no es un obstáculo a este tipo de riego, por la regulación de caudales que puede
conseguirse. Asimismo, los suelos pobres o de poco espesor tampoco presentan inconvenientes,
pues en cierto modo el goteo es una forma de hidroponia en que el suelo actúa como sostén.
• Utilización de aguas de peor calidad.
• Aumento de la producción, adelantamiento de cosechas y mejor calidad de los frutos como
consecuencia de tener la planta satisfechas sus necesidades en agua y nutrientes en cada instante.
• Permite realizar, simultáneamente al riego, otras labores pues, al haber zonas secas, no presenta
obstáculo para desplazarse sobre el terreno.
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3.2 INCONVENIENTES.
• Es un sistema muy caro de instalar, por lo que existe una limitación de tipo económico en su
aplicación a los cultivos. No todos los cultivos son tan rentables como para justificar las fuertes
inversiones que el sistema de goteo supone.
• En zonas frías y con cultivos sensibles a las heladas, el riego por goteo no protege contra las
mismas, por lo que su uso debe descartarse. Además existe la posibilidad de alteraciones
fisiológicas por el gran desarrollo que adquieren, llegando a disminuir su resistencia a factores
adversos.
• Si se proyecta o se instala mal, puede ocasionar la pérdida de la cosecha por falta de agua o
nutrientes.
• En zonas áridas en que no existe la posibilidad de lavado, el uso sistemático y durante varios años
de aguas de mala calidad puede arruinar los terrenos de cultivo si no se riega de forma adecuada.
• Obstrucción de los goteros por las partículas que arrastra el agua, y que, en ocasiones, puede
acarrear daños a la instalación y al cultivo.
• Es necesario una mayor capacitación de los usuarios con respecto a cualquiera de los otros sistemas
de riego.
• El uso continuo de este método deteriora la acumulación salina en profundidad con probable
deterioro de las condiciones físicas y fertilidad del suelo, sería necesario lixiviar el suelo luego de
cierto uso.
Los primeros emiten agua en función de la presión y de su sección transversal. Lo más que se puede
hacer es variar la longitud del mismo para variar el caudal. Llamados “microtubos” están formados por
un tubo plástico de 0.9 mm de diámetro, regulan su caudal y carga por medio de su longitud, mientras
más corto más caudal, menos carga. Este tipo de goteros tiene el inconveniente que el caudal que eroga
cada uno no tiene gran uniformidad y por lo tanto, la uniformidad se la obtiene con un muy buen
diseño hidráulico de la red terciaria.
El segundo grupo de goteros, el de salida controlada, tiene mayores posibilidades de regulación del
caudal en forma individual. Tienen una serie de bocas que dejan caer mayor o menor caudal
dependiendo del orificio que se abra. La longitud más larga, desde la entrada hasta el gotero más
alejado, es la que determina la mayor pérdida de carga, y por lo tanto el caudal. El mayor gasto estará
en las bocas más cercanas a la entrada, pero tendrán la menor presión; y las bocas más alejadas tienen
menor caudal, pero mayor presión.
El uso de estos goteros determina sea más fácil y rápido el cálculo hidráulico de la línea terciaria
debido a que la regulación del caudal depende de la abertura que se seleccione en el gotero.
3.3.2 TUBERÍAS.
Los tubos que se usan para el riego por goteo generalmente, son de plástico o de PVC. El PVC es más
económico, pero presenta el inconveniente del deterioro del plástico frente a los rayos ultravioletas,
para evitar este deterioro se agregan negro de humo en la fabricación de los tubos en una proporción
de alrededor del 2 al 3 %.
Otro material a usar es el polietileno con una densidad media de 0.94 gr/cm3.
Los diámetros interiores de las cañerías varían de acuerdo a las funciones que desempeñan en el
sistema y se pueden considerar dos grupos:
1. Tuberías abastecedoras de goteros: diámetros de ¼”, 3/8”, ½”, ¾”.
2. Tuberías de distribución: diámetros de ¾”, 1”, 1.25”, 1.5”, 2”, 3”.
4. RIEGO SUBSUPERFICIAL.
El riego subsuperficial se puede definir como aquél que aplica el agua de riego bajo la superficie del
suelo de tal manera que en un ambiente de insaturación se produce el humedecimiento del perfil del
suelo por desplazamiento de un frente húmedo por capilaridad desde el emisor a su alrededor hasta
mojar la zona radicular.
El riego subsuperficial tiene el mismo diseño que el de goteo la única diferencia entre ellos, estriba que
el goteo coloca el agua gota a gota en la superficie, mientras que el otro la deja escurrir poco a poco a
través de la pared de un tubo semipermeable o también a través de pequeños agujeros o emisores
construidos a lo largo del lateral y enterrado en el suelo a una profundidad no mayor a los 0.60 m.
Las ventajas del subsuperficial respecto del de goteo es que el primero tiene menor cantidad de
emisores trabajando simultáneamente. Además como las cañerías están enterradas, el terreno queda
limpio de tubos, facilitando el paso de maquinarias. Trabaja a baja presión, menor que la de goteo, lo
que determina la posibilidad de conectarlo directamente con una cañería de conducción de hormigón o
con pequeño equipo de bombeo.
• el polietileno: en tubos de 1/8” de diámetro con agujeros pequeños separados 0.30m, se usa para
alta presión de 3 a 4 atmósferas.
• water saver: en tubos de 1” de diámetro de PVC con un labio que cubre el agujero, se para baja
presión de 0.1 a 0.2 atmósferas.
• PVC: en tubos de 1” de diámetro con agujeros separados de 0.3 a 0.6 m.
• Sistema Japonés: en tubos de ½” de PVC con cuatro agujeros con una separación de 0.30m. Los
agujeros son protegidos por una banda de plástico en forma permanente, se requieren presiones
entre 2 a 4 atmósferas para abrir las bandas de plástico, y luego trabaja a 0.1 atmósfera.
• Tubos de celulosa: es un tubo resistente y trabaja a baja presión, hasta 0.1 atmósfera.
4.5 MANTENIMIENTO.
En general tiene muy poco mantenimiento y puede llegar a automatizarse totalmente. El único
problema que se ha detectado es el taponamiento de los agujeros que reducen la eficiencia de
aplicación.
El taponamiento mencionado se debe principalmente a la mala calidad del agua de riego, y
principalmente a la presencia de hierro que se oxida y precipita. Entonces no es recomendable el uso
de este sistema si el agua contiene más de 6 ppm de hierro. Además, y como práctica recomendable de
mantenimiento y limpieza, se aconseja preparar el equipo para altas presiones, con la finalidad de dar
golpes de presión para limpiar los posibles taponamientos.
5. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
• ENCICLOPEDIA ARGENTINA DE AGRICULTURA Y JARDINERÍA. Segunda Edición.
Tomo II. Fascículo 4.3.2. Riego y Drenaje de Jorge Luis Chambouleyron. Editorial ACME
S.A.C.I. Buenos Aires, 1980.
• RIEGO POR ASPERSIÓN. Guillermo Castañón Lion. Agroguías Mundi-prensa. Ediciones
Mundi-Prensa. Madrid, 1991.
• RIEGOS LOCALIZADOS DE ALTA FRECUENCIA (RLAF). Fernando Pizarro Cabello.
Ediciones Mundi-Prensa. Madrid, 1996.