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UNIVERSIDAD SAN MARTÍN DE PORRES

Monografía:

MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD

Docente
Luis Enrique Bazàn
ACTO JURÌDICO
Ràzuri del Maestro, Alessandra
Criollo Rodríguez, Milagros
Silva Jiménez, Anayeli
Gallo Águila, Luis Piero

Pimentel, 2019
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ÍNDICE:

Contenido
RESUMEN ...................................................................................................................................... 3
INTRODUCCIÓN: ............................................................................................................................ 4
I: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ............................................................................................. 5
Descripción de la realidad problemática................................................................................... 5
Formulación del problema ........................................................................................................ 7
Objetivos de la investigación..................................................................................................... 7
Justificación de la investigación ................................................................................................ 8
II: DISCUSIÓN Y ANÁLISIS DEL MARCO TEÓRICO........................................................................... 9
La voluntad como manifestación de conducta humana ......................................................... 10
Origen de la autonomía de voluntad ...................................................................................... 12
ACTO JURIDICO........................................................................................................................ 13
LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD ......................................................................................... 14
FORMAS DE LA MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD: .............................................................. 17
DISTINCIÓN ENTRE LA MANIFESTACIÓN EXPRESA Y TÁCÍTA: ............................................. 19
SUSTANTIVIDAD DE LA MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD: .................................................. 19
LA CAPACIDAD:.................................................................................................................... 20
EL SUJETO DE DERECHO: ..................................................................................................... 20
PERSONALIDAD Y CAPACIDAD: ........................................................................................... 21
CAPACIDAD DE GOCE Y CAPACIDAD DE EJERCICIO: ............................................................ 23
LA CAPACIDAD REQUERIDA PARA LA GENERACIÓN DEL ACTO JURÍDICO: ......................... 25
EL OBJETO............................................................................................................................ 26
EL OBJETO DEL ACTO JURIDICO EN EL CÓDIGO CIVIL DE 1936: .............................................. 26
REQUISITOS QUE DEBEN REUNIR EL OBJETO:......................................................................... 28
NOCIÓN DEL OBJETO EN EL CÓDIGO VIGENTE: ...................................................................... 29
Elementos esenciales de validez de los actos jurídicos....................................................... 29
Nulidad de los Actos jurídicos ............................................................................................. 31
Conclusiones .............................................................................Error! Bookmark not defined.
Bibliografía ...............................................................................Error! Bookmark not defined.
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RESUMEN

La manifestación de la voluntad como parte del acto jurídico, y el que da


validez a la misma y aporta en si ámbito del derecho civil de manera
fundamental y como base.
La voluntad es el fundamento principal de los actos jurídicos y está implícita en
sus demás requisitos. Así no solo la voluntad debe estar exenta de vicios, sino
que ella la que debe emanar de una persona capaz, recaer en un objeto licito y
tener una causa licita.
Asimismo cuenta con distintas clases de formas, las que por voluntad del sujeto
se manifiesta y tiende a buscar un bien apto para satisfacer sus propias
necesidades y/o deseos.
Dicho de otra manera, es el elemento aglutinante del acto jurídico, ya que
relaciona el sujeto con el objeto.
Diversos autores tienen distintos puntos de vista que a la vez se complementan
y que a través de la historia se ha ido mejorando y aportando
considerablemente.
En el Perú actualmente se ha dado una normativa basada en este tema y que
más adelante detallaremos.
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INTRODUCCIÓN:

La manifestación de voluntad es un tema sumamente extenso y complejo. Con


detalle estudiado en las distintas facultades de Derecho de diversas
universidades. Intentar una explicación sumaria del tema sería de muy poco
valor para los que tengan en sus manos el presente trabajo. Es por ello que
con mucho esfuerzo y dedicación presentamos un trabajo detallado del tema,
buscando entre otras cosas que el lector desarrolle un conocimiento más
amplio del tema esperamos sea de su agrado.

El presente trabajo del Curso de Acto Jurídico, enmarca un conocimiento


amplio del derecho y todas las teorías jurídicas, en que nos va a servir de base
ayudándonos a guardar una estrecha relación con la actualidad. En el derecho
civil es indispensable e importante conocer el desarrollo de las instituciones
jurídicas en Derecho Romano a fin de entender los códigos civiles vigentes;
dentro de ello tenemos en cuenta como tema importante EL ACTO JURIDICO;
que es la manifestación de voluntad y está encaminada a conseguir una
consecuencia de derecho, que puede ser crear, modificar, regular o extinguir
una relación jurídica.

Es importante distinguir, que en la validez del acto jurídico, se requiere que


cumpla ciertos requisitos como: la manifestación de voluntad expresa y tacita,
capacidad de goce y de ejercicio. Asimismo es necesario tener en cuenta el
objeto del acto jurídico.

Finalmente el acto jurídico, es más humano, voluntario, lícito que tiene como fin
producir consecuencias jurídicas; y es base de la validez del acto jurídico.
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I: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

DESCRIPCIÓN DE LA REALIDAD PROBLEMÁTICA

Tengamos en cuenta antes de comenzar con este interesante tema, la


definición del acto jurídico, en nuestro caso y me refiero al Derecho Civil
Peruano, se encuentra definido en el artículo 140 del Código Civil, el cual lo
define como la manifestación de voluntad destinado a crear, regular, modificar
o extinguir relaciones jurídicas y que esta manifestación de voluntad debe
cumplir con ciertos requisitos los cuales son los siguientes: agente capaz, fin
lícito, objeto físicamente y jurídicamente posible y la observancia de la forma
prescrita bajo sanción de nulidad.

Ciertos autores manifiestan que debería desligarse del concepto contenido en


el 140 del Código Civil (CC), la manifestación de la voluntad y que la misma
debería constar en el mismo artículo, pero como un requisito más.

Sobre la manifestación de la voluntad es importante tener en cuenta lo indicado


por Martínez Carranza, el cual expresa que esta debe realizarse de alguna
forma (expresa o tácitamente) o bien por el silencio, o inducirse por alguna
presunción de la ley, para que el derecho pueda tener en cuenta la voluntad
esta ha de revestirse de alguna forma.

Entonces, ¿Qué es forma?, Messineo afirma que la forma es el aspecto


exterior que asume la declaración de voluntad, y que por consiguiente es un
elemento indispensable ya que, sin una forma, la declaración de voluntad no
podría emitirse. La forma, según el maestro lambayecano León Barandiarán, es
esencial para el acto, pues sin forma no caería dentro del ámbito de la vida
jurídica.

Por otro lado, el profesor Vidal Ramírez explica que la forma es la manera
como se manifiesta la voluntad para la celebración del acto jurídico. Es el
aspecto externo de la manifestación, pues si la voluntad es el contenido, la
forma viene a ser el continente. De ahí, entonces, que no puede haber acto
jurídico sin forma y que ésta sea indesligable de la manifestación de voluntad.
Sigue el maestro Vidal explicando que la forma es la manera como se
exterioriza la voluntad interna, se admiten formas verbales y formas
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documentales. Las primeras dan comprensión a todas las maneras de


manifestación de voluntad que no se plasmen materialmente, o sea, que la
exteriorización de la voluntad queda comprendida en el ámbito de las formas
verbales, sea que se realice mediante el lenguaje hablado el mímico o por
señas o gestos.

Lo mismo no ocurre con las formas documentales que requieren de una


plasmación material, o sea, que la exteriorización de la voluntad se haga por
escrito o por cualquier otro medio de comunicación que se plasme
materialmente, sea de manera mecánica, electrónica o por cualquier otro medio
que materialice la manifestación. Con quien coincido plenamente y considero
es importante es la opinión del Dr. Lohmann Luca de Tena, quien diferencia
entre forma y formalidad, considerando a las formalidades como particulares
exigencias adicionales a la exteriorización normal de la voluntad. Agrega que
toda voluntad con existencia jurídica requiere de una estructura (forma) que la
evidencie, pero esta estructura no siempre debe tener ritos especiales
(formalidad). Atendiendo a la forma como formalidad, la doctrina moderna
recomienda referirse mejor a negocios con forma vinculada y negocios con
forma libre, antes que a la clásica bipartición de negocios.

Hoy el derecho moderno marca un renacimiento de la forma y el nuevo sentido


del formalismo. Comienzan a primar criterios de seguridad en torno a los actos
jurídicos para preservar el contenido de la manifestación de voluntad,
salvaguardar los derechos de terceros y de facilitar la prueba de la existencia
del acto. El derecho moderno opone, así, a la consensualidad, la formalidad.

Sobre lo antes manifestado el Dr. Vidal, en su obra “El Acto Jurídico”, nos
explica que el formalismo moderno, o neoformalismo, tiene su razón de ser en
los inconvenientes de la consensualidad, entendida esta como la manifestación
de voluntad despejada de todo formalismo. Colin y Capitant sustentan el
neoformalismo en los siguientes fundamentos:

a) En la importancia de ciertos actos jurídicos, que justifica la imposición de una


forma solemne,

b) En la publicidad que debe darse a ciertos actos jurídicos, y,


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c) En la precisión requerida en ciertos actos jurídicos, los que por ella deben
contar con una declaración de voluntad escrita.

El neoformalismo concibe a la forma no como vestimentum del acto, sino como


instrumento o vehículo de información. El fin primario de esta nueva
perspectiva, escribe RESCIGNO, se expresa a través del intento de hacer más
transparente la operación económica y el mercado de cambios, garantizando
certeza al tráfico jurídico.

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

¿Qué es la manifestación de la voluntad y cómo se aplica en el Perú? ¿Quién


garantiza su validez?

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

Generales:
• Comprender la función de la manifestación voluntaria en el Derecho
Civil.
• Entender sobre la importancia de la manifestación voluntaria como acto
jurídico.

Específicos:
• Dar alcance de las formas de la manifestación.
• Determinar los factores que hacen valido una manifestación o
declaración jurídica.
• Identificar en la manifestación voluntaria sus formas y la distinción entre
ellas.
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Justificación de la investigación

Este trabajo es producto del esfuerzo y dedicación de tiempo que se ha


invertido para poder ordenar, comparar y discernir sobre el tema tratado y sus
distintos enfoques o puntos de vista que se le trata, la manifestación de
voluntad como acto jurídico y como parte del derecho, y sus formas e
interpretaciones han sido base fundamental del derecho civil y para el código
civil, que al transcurso de nuestros tiempos los grandes juristas e
investigadores han ido aportando.
Esta investigación apunta a mejorar y entender sobre la manifestación de
voluntad, y acerca de cómo existe y se encuentra plasmado en el código civil
de nuestra nación.
La manifestación como acto jurídico presenta muchas diferencias, así como
distinciones con otros tipos de actos que deben ser tomados y explicados. En
cuanto a su naturaleza de los agentes, en el acto jurídico lo es el sujeto de
derecho y en el acto humano lo es el hombre.
La forma del acto jurídico debe ser entendida en su forma, ya que es crucial
saber que es el elemento del acto jurídico que requiere una voluntad que lo
exteriorice.
Para Llambias, "la forma" es el modo por el cual la voluntad del sujeto se
manifiesta y tiende a buscar un bien apto para satisfacer sus propias
necesidades y/o deseos. Dicho de otra manera, es el elemento aglutinante del
acto jurídico, ya que relaciona el sujeto con el objeto.
Razón por la cual esta monografía tiene como objetivo comprender la función
de la manifestación voluntaria en el Derecho Civil y como aplica en nuestra
país de residencia. Y así como estudiantes de derecho, debemos nutrirnos de
este tema, para comprenderlo y más adelante poder usarlo en nuestro trabajo
profesional.
Nuestro propósito es aportar mediante nuestras distintas discerniciones de
manera didáctica y explicativa eficientemente, hacerlo más entendible y a la
vez sacar una conclusión de todo el marco teórico fructífero y extenso que
vamos a tocar más adelante.
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II: DISCUSIÓN Y ANÁLISIS DEL MARCO TEÓRICO

Para entender la manifestación de la voluntad como acto jurídico es necesario


comprender en sí, el origen de la misma y como es que el derecho se adapta y
lo engloba.

El rasgo fundamental de mi doctrina, lo que la coloca en la contraposición con


todas las que han existido, es la total separación entre la voluntad y la
inteligencia, entidades que han considerado filósofos, todos mis predecesores,
como inseparables y hasta como condicionada la voluntad por el conocimiento,
que es para ellos el fondo de nuestro ser espiritual, y cual una mera función,
por lo tanto la función del conocimiento. Esta separación, esta disociación del
yo o del alma, tanto tiempo indivisible, en dos elementos heterogéneos, es para
la filosofía lo que el análisis del agua ha sido para la química, si bien este
análisis fue reconocido al cabo. En mi doctrina, lo eterno e indestructible en el
hombre, lo que forma en él el principio de vida, no es el alma, sino que es,
sirviéndonos de una expresión química, el radical del alma, la voluntad. (Arthur
Schopenhaver, 2018, p.10)

Así como la doctrina de Arthur Schopenhauer que tiene esa acepción filosófica
y de reflexión humana que explica la voluntad como principio de vida, cabe
mencionar que no existe forma de actividad mental tan universal en sus
manifestaciones visibles como la que lleva el hombre de Voluntad y, por otra
parte, no hay nada tan generalmente mal comprendido y tan poco comprendido
como la Voluntad. Cuando nos ponemos a considerar la naturaleza de la
Voluntad, nos encontramos frente a un cúmulo de definiciones, teorías y
creencias. En efecto, casi puede asegurarse que para todos y cada uno de los
individuos la palabra Voluntad tiene una significación diferente o una diferente
gradación de significación.

Pregúntese uno a sí mismo lo que quiere expresar cuando dice “la voluntad”, y
pregúntelo después a unas cuantas personas; se sorprenderá cuando vea cuán
grandemente varían las respuestas y definiciones.
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Según la Enciclopedia Interactiva del siglo XXI (EIS, 2000) nos presenta como
significado de voluntad a los sinónimos albedrio, ansia, aquiescencia. Potencia
del alma que mueve a hacer o no hacer una cosa, intención o resolución,
elección hecha por el propio dictamen o gusto.

A su vez el diccionario jurídico Anbar (DJA, 1997) al tratar de la voluntad


manifiesta: para la ciencia social y jurídica, es importante la voluntad. Puede
hablarse de voluntad jurídica y antijurídica o de voluntad social y antisocial; en
ambos se alude a un factor fundamental de la vida de relación a una fuerza de
querer determinante, de signo positivo o negativo en relación a la convivencia.

Ahora bien de los conceptos y significados que he expuesto podemos observar


pues, que la voluntad no es otra cosa que el deseo, el querer y elección
tomada libremente por un ser humano.

La voluntad como manifestación de conducta humana

Se dice que el hombre nace con un carácter y que con el tiempo adquiere una
conducta determinada, conducta que irá formando, tomándose de esta como
expresión de su voluntad.
Es así que el hombre como ser libre manifestara al exterior su deseo, su
intención y querer, esta es la voluntad, concepto general que muchos
tratadistas lo han catalogado como un concepto estrictamente natural llegando
a manifestar que este concepto natural de conducta, en el que se manifiesta la
voluntad no pertenece al campo del derecho, pues lo que le interesa al derecho
es la conducta imputable o ilícito imputable por lo que en definitiva seria no una
conducta natural sino una de valor.
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La Voluntad: “El uso del término ´Voluntad´ es tan variado que es imposible
extraer de la Historia ninguna significación exclusiva. Tres usos poseen su
propio valor, por la razón de estar asociados con los diferentes puntos de vista
desde donde se mire el asunto. (Baldwin, 1988)

La misma autoridad, en concordancia, procede a considerar el término desde el


punto de vista de estos tres respectivos usos, en la forma siguiente:

1. El punto de vista de Conación, término que se define como “los elementos


teóricos de la conscientividad demostrándose en tendencias, impulsos y
deseos y actos de Volición. Estática en su forma más general, la Conación
es inestable. Existe cuando y en tanto que un presente estado de
conscientividad tiende, por su intrínseca naturaleza, a desarrollarse en
algo”.

2. El punto de vista de un Estado Intermedio que empieza por la Conación, o


termina con la Volición, o “aquella organización Conativa de la cual es la
Colisión el término y fin” (usando la palabra “fin” en sentido de “cumplición”).

3. El punto de vista de la Volición, término que se define como Adopción por la


mente de una resolución psíquica, adopción de un fin (o cumplición)
conducente a un acto o acción.”

Después de errar por y a través del laberinto de tentativas filosóficas y


psicológicas para definir y analizar la Voluntad, los pensadores meticulosos
prueban a salir del paso del mejor modo posible, y luego, considerando lo que
encuentran en sí mismos, respondiendo al nombre de Voluntad, llegan a la
conclusión de que la Voluntad, como la encuentran en sí mismos, se compone
de tres fases o modos de ser, que son:

1. La fase de “faltar” o “querer” poseer una cosa o tener una cosa;


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2. El peso del “necesitar” y “no necesitar” concerniente a la cosa; el balance de


lo “necesitado” con “otras necesidades”, que también se encuentran dentro
de nosotros; la deliberación de si la cosa es digna de lo que cuesta, y la final
decisión resultante del peso y balance;

3. La Acción producto de semejante necesidad, peso y balance y decisión.

Estas tres fases pueden denominarse:

 Deseo- Voluntad.

 Voluntad Decisiva.

 Acción- Voluntad. Estos términos son crudos; pero expresan


cumplidamente los tres escalones que se encuentran en todas las
manifestaciones de lo que llamamos Voluntad. Recomendamos se
tengan presente esta clasificación.

Origen de la autonomía de voluntad

La voluntad de las partes es la máxima que da origen al principal motor de la


vida jurídica, pues fundan su existencia en primer lugar en la autonomía de la
voluntad independiente del contrato que sea. ¿De dónde surge la autonomía de
la voluntad y a qué se extiende?

Como señala “De los Contratos”, ALESSANDRI, (2004) señala "el principio de
la autonomía de la voluntad es la aplicación en materia contractual de las
doctrinas liberales e individualistas de la Revolución Francesa, y que
alcanzaron su mayor auge durante el siglo pasado. Si los derechos son meras
facultades que la ley reconoce existir en el individuo y la libertad es la base de
toda actividad humana, es lógico que ella pueda obrar como mejor le plazca, no
siendo naturalmente contra el orden público o las buenas costumbres”. (p.11)
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Asimismo también lo definen "El principio de la autonomía de la voluntad es


una doctrina de filosofía jurídica según la cual toda obligación reposa
esencialmente sobre la voluntad de las partes. Esta es, a la vez, la fuente y la
medida de los derechos y de las obligaciones que el contrato produce".
(LÓPEZ SANTA MARÍA, 1998, p.233)

En base a lo anterior, podemos señalar que la autonomía de la voluntad es el


gran principio rector de la vida civil en general y, en particular.

ACTO JURIDICO

Dentro de los actos voluntarios lícitos existe una especie de gran importancia:
los actos jurídicos. Por medio de ellos las personas crean un sinnúmero de
relaciones jurídicas.

Según Ripert- Boulanger, se denominan actos jurídicos, a aquellos que se


llevan a cabo para realizar uno o varios efectos del derecho, llamándose
jurídicos por la causa de la naturaleza de los efectos.

Para Francisco Messineo, “es aquel acto del cual nacen efectos jurídicos,
porque el sujeto al realizarlo quiere determinar un resultado y tal resultado es
tomado en consideración por el derecho”.

Manifestación de la voluntad, que se hace con la intención de producir


consecuencias de derecho, las cuales son reconocidas por el ordenamiento
jurídico.

El primer requisito de existencia del Acto jurídico es la voluntad. Para que la


voluntad produzca efectos jurídicos debe cumplir dos requisitos copulativos:

a) Manifestarse.
b) Ser seria.
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Los sucesos que acontecen en el mundo que nos rodea puede tener o no
consecuencias jurídicas. No producen consecuencias de derecho los sucesos
que no tienen importancia alguna para el hombre, pues el ordenamiento
jurídico regla la conducta humana siempre que haya un interés material, moral
o puramente espiritual. Los sucesos que no producen consecuencias jurídicas
se denominan hechos jurídicos materiales y ajenos al derecho.
Los hechos jurídicos, en cambio, son los acontecimientos que conforme con el
derecho objetivo producen la adquisición, perdida o modificación de un
derecho subjetivo.
Los hechos jurídicos pueden ser obra de la naturaleza, como el nacimiento y la
muerte de un individuo, el aluvión, la inundación de una hereda, etc. O bien del
hombre, estos últimos son voluntarios y pueden ser simples acciones humanas
que acarrean consecuencias de derecho, con o sin intención de su autor,
como la posesión de una cosa, la especificación, la adjudicación, la mezcla,
una creación artística que da origen a la propiedad intelectual, etc.; o bien
manifestaciones de voluntad hecha con la intención de producir un efecto
jurídico, tales manifestaciones constituyen el acto jurídico, que se define
comúnmente con la declaración de voluntad hecha con la intención de crear,
modificar y extinguir derechos. Esta declaración produce los efectos deseados
por su autor porque el derecho sanciona esa manifestación. (Avelino León
Hurtado, 1991, p.8)

LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD

Principio Jurídico de acuerdo con el cual se tiene la facultad de realizar o no


determinados actos jurídicos y de realizarlos, en su caso con la forma y en la
extensión en su caso con la forma y en la extensión que las partes consideran
convenientes.

En sentido muy general se entiende por autonomía privada el poder de


autodeterminación de la persona es aquel poder complejo reconocido a la
persona para el ejercicio de las facultades, sea dentro del ámbito de libertad
que le pertenece como individuo.

La autonomía privada y el ordenamiento Jurídico.


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Si bien es cierto que la voluntad desde el punto de vista de la filosofía suele


definírsele como la facultad de querer, como la potencia del espíritu dirigida
hacia un fin, desde el punto de vista del derecho, se define como la expresión
del querer de un sujeto o de varios dirigidos a la realización de un determinado
acto jurídico.

En las fuentes romanas la significación de las palabras voluntas se identificaba


con las palabras consenso, animus, y affectus.

La autonomía Privada es considerada como la capacidad de los sujetos de


autorregular sus relaciones en la forma que lo desee.

La sociedad es una entidad esencialmente evolutiva que busca en su


regulación jurídica estar acorde con la realidad de la misma, por lo tanto, las
instituciones jurídicas no son más que un reflejo que se va transformando a
medida que las modalidades extrínsecas influyen con las intrínsecas,
modalidades decisivas en la constitución psicológica de un pueblo. Entrar en el
campo de la autonomía de la voluntad implica acercarnos a nuestra temática
jurídica y retomar la evolución que el concepto ha tenido en el derecho, así
como los inconvenientes que se han presentado alrededor del tema, sin buscar
hacer una recopilación completa de la noción, porque sería demasiado
ambicioso, sino tomar conceptos que contribuyan a tener una visión integral de
este principio que ha permanecido en nuestro sistema jurídico. No es extraño
que la autonomía de la voluntad haya sido la que hubiera regido por mucho
tiempo las relaciones contractuales desde la Edad Media hasta fines del siglo
XVIII porque sólo se exigían requisitos de forma para su validez, puesto que lo
esencial era que existiera el libre consentimiento. Kant es sin duda quien le da
mayor vigor a la autonomía de la voluntad, al hacer depender toda la actividad
del hombre de las sensaciones externas, y Rousseau, que la lleva hasta la
concepción del Estado en su contrato social, para que posteriormente en el
Código de Napoleón se establezca que el contrato es una ley para los
contratantes siempre que no vaya en contra del orden público. (HQ Revista del
16

Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, 2007, p. 205)

De esta manera, el concepto tradicional de la autonomía de la voluntad


encuentra sus raíces en la filosofía individualista que se desarrolló desde el
siglo XVII con una influencia también del cristianismo, en donde se consideraba
al hombre libre por esencia y sólo podía obligarse si era de su voluntad, por lo
que la fuente única-autónoma de la ley era ella misma. Por ello la palabra
autonomía remite a la capacidad de un grupo para darse normas, es decir,
poseer potestades normativas. Pero en el ordenamiento jurídico ese
reconocimiento ha variado a lo largo de la historia, pues depende igualmente
de los regímenes políticos imperantes en cada lugar, aun cuando la esencia de
esa autonomía es que los individuos puedan dictar normas que el Estado
asumirá como propias al conceder un vigor semejante al de la ley.

Así es como la autonomía de la voluntad, cuyo recorrido histórico la arroja


como un principio esencial reconocido en las legislaciones contemporáneas y
que representa en mayor grado el concepto de participación ciudadana, se
constituyó como uno de los principales cambios sociales que fueron
incorporando las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa en los años
1688, 1776 y 1789, respectivamente.
Y fueron incorporándose porque la voluntad individual que posee en el derecho
un verdadero poder creador de obligaciones y derechos es lo que hace que la
autonomía de la voluntad tenga eficacia jurídica y sea considerada como una
ley entre las partes, manifestada en la formación del acto jurídico y
determinación de sus efectos, fruto de dicha autonomía.

Así mismo, su componente jurídico no es más que el reconocimiento hecho por


el ordenamiento jurídico de dicho principio y de la forma en que el legislador le
ha permitido permear las esferas de la administración de justicia; así, nuestra
legislación consagra este principio (artículo 16 y 1602 del Código Civil, entre
otros) estableciendo que todo contrato legalmente celebrado es ley para los
contratantes y sólo puede ser invalidado por consentimiento mutuo o por
causas legales, con la precisión de que en su ejercicio debe primar el respeto
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del orden público y las buenas costumbres, es decir, aunque su reconocimiento


es expreso, se hace necesario que el Estado limite su ejercicio.

Por tal razón, la autonomía de la voluntad permite que toda persona


legalmente capaz. Pueda obligarse. Por una vía alternativa adecuada (en virtud
de la capacidad de disposición que la ley le otorga), mediante la celebración de
contratos en los cuales se pacten cláusulas que no vayan en contra de las
limitaciones ya enunciadas.

LA MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD

La voluntad constituye la esencia misma del acto jurídico solo por la


manifestación el sujeto la hace conocer. La conjunción de la voluntad y su
manifestación es el resultado de un proceso que va de subjetivo a
lo objetivo de la voluntad interna o real a la voluntad manifestad.

Es la exteriorización de a voluntad real o interna que ha sido formado con


discernimiento, intensión y libertad) a través de las diferentes formas de
expresión.

FORMAS DE LA MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD:

La doctrina es unánime en cuanto a cualquier medio de expresión de la


voluntad es eficaz, salvo que la ley prescriba una forma, donde la
manifestación que es el medio de objetivizar la voluntad requiere, tan solo, de
un modo idóneo. Coviello, señala que la voluntad, para tener efectos jurídicos,
debe manifestarse convenientemente en formas sensibles.

En el código de 1936, en su Artículo 1076, reconoció como medios de


manifestaciones de la voluntad: la expresa a la que llamó positivo, la tácita; la
ejecución de un hecho material que venía a ser un modo de expresión positiva,
según OLAECHEA presumida por la ley. El código de 1984, en su Artículo 141,
sólo reconoce la expresa y la tácita; y ha eliminado la voluntad presunta por la
ley.
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a) MANIFESTACIÓN EXPRESA:
 Es expresa cuando cuándo los medios empleados por el sujeto tienen por
finalidad directa e inmediata dar a conocer la voluntad interna. Tales medios
pueden ser el lenguaje hablado o escrito y el mímico.

 La manifestación expresa por medio del lenguaje escrito se da a través de lo


que escribe a puño y letra el propio interesado o de lo que escribe otro por
cuenta o encargo suyo y además cuándo se emplea una máquina de escribir
una imprenta u otros medios mecánicos o electrónicos, si el acto receptorio
reciba la voluntad que se manifiesta, si el acto es recepticio.

 El código civil del Art. 141 establece que la manifestación de voluntad es


expresa "cuando se formula oralmente, por escrito, o por cualquier otro
medio directo”.

b) MANIFESTACIÓN TÁCITA:

Es tácita cuando no está dirigida directamente a dar a conocer la voluntad


interna; ésta se deduce de ciertas actitudes o comportamientos. Las
actitudes y los comportamientos es lo que la doctrina reconoce como facta
concludentia, hecho concluyente, los cuales deben permitir una presunción
de la voluntad de quién lo realiza.

Partiendo de la idea de que la manifestación tácita superpone actitudes o


comportamientos que hagan inducible de quién lo realiza, nosotros
consideramos que la ejecución de un hecho material, constituye un modo de
manifestación tacita pues implica una facta concludentia. Por ello, y por la
terminología empleada, así como por la adopción de una noción acorde con
la doctrina dominante, el Código vigente del Art. 141 que la manifestación de
voluntad es tácita "cuando la voluntad se infiere indubitablemente de
una actitud o de circunstancias de comportamiento que revela su
existencia".
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DISTINCIÓN ENTRE LA MANIFESTACIÓN EXPRESA Y TÁCÍTA:


Estima que la manifestación es expresa cuando los medios utilizados tienen
por finalidad directa e inmediata exteriorizar la voluntad y que es tácita , cuando
la conducta exterior de la persona tiene una finalidad distinta y solo
indirectamente sirve para basar la existencia de un querer dado, significa
abstenerse de dar un criterio seguro de distinción para la extrema dificultad de
distinguir.

SUSTANTIVIDAD DE LA MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD:


Desde el momento que se desarrolla su poder vinculante. Para dilucidar es
necesario plantear desde la perspectiva de la manifestación de voluntad
encaminada a la formación de un acto jurídico sea bilateral o unilateral

En la doctrina clásica , engarzada con el derecho ROMANO, según PUIG


PEÑA, MENCIONA que el declarante sólo quedaba vinculante hasta la
concurrencia de la voluntad de persona a la que iba dirigida la declaración .No
se concebía otra declaración de voluntad que la que tenía el carácter de
RECEPTICIA .Pero este criterio fue revisado por la doctrina moderna ,
particularmente la alemana , llegándose a la concepción de la obligación
generada por la voluntad unilateral.

ENNECERUS, señala que la declaración, antes de su consumación , o sea ,


antes de haber llegado al destinatario , no tenía aun una existencia sustantiva ,
pues no tenía más soporte que la voluntad del declarante, caducaba sin antes
de consumarse ,esto antes de ser recibida el declarante fallecía o perdía su
capacidad .Pero según el tratadista Alemán , con la doctrina contenida en el
código de su país carece de importancia que el declarante muera o se haga
incapaz después emitida la declaración pero que se haya desprendido de ella
;por ejemplo; si se trata de una carta cuando ya la ha depositado en
la oficina postal o se ha entregado al mensajero .Tratándose de la declaración
no recepticia la emisión y la eficacia coincidirán casi siempre , aunque también
cabe hacer una diferencia temporal ,así una promesa pública solo es eficaz a
partir de su publicación ; se le considera emitida con el envío del anuncio ,y por
tanto se hace eficaz en virtud de la publicación aunque el prominente fallezca o
pierde su capacidad.
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El artículo. 219 señala que el acto es nulo ( sin validez e inexistente ) cuando
falta la manifestación de voluntad de la gente; cuando se haya practicado por
persona absolutamente incapaz, salvo que se trate de contratos relacionados
con las necesidades ordinarias de su vida diaria; cuando su objeto sea
físicamente jurídicamente sea indeterminable ; cuando su fin es ilícito; cuando
adolezca de simulación absoluta; cuando no revista la forma pre-escrita bajo
sanción de nulidad ; cuando la ley lo declare nulo ; y en el caso de Art. V del
título preliminar , salvo que la ley establezca sanción diversa . El Art. 221 indica
que el acto es anulable por incapacidad relativa por la gente de vicio resultante
de error, dolo, violencia o intimidación; por simulación cuando el acto real que
lo contiene perjudica el derecho de tercero; y cuando la ley lo declara anulable.

De la comparación entre la detención del acto jurídico y de las causales que lo


hacen nulo y anulable,

LA CAPACIDAD:

Es la aptitud que tiene el hombre para ser sujeto o por parte, por sí o por
representante legal, en las relaciones de Derecho; ya como titular de derecho o
facultades, ya cual obligado a una prestación o al cumplimiento de un deber.

 Si bien la manifestación de voluntad es la esencia misma del acto jurídico, la


sola manifestación no es suficiente para darle eficacia y validez. Es
necesario que la manifestación emane de un sujeto capaz. La capacidad se
constituye, por ello, en un segundo requisito de validez.

 La capacidad está referida tanto a la persona natural como a la persona


jurídica y abarca tanto la capacidad de goce como la de ejercicio. Pero antes
de centrar el tema es conveniente dejar establecidos algunos conceptos
generales.

EL SUJETO DE DERECHO:
Sujeto de Derecho: Es todo ente (existente o inexistente) capaz de establecer
relaciones jurídicas: patrimoniales, extra patrimoniales, o mixtas.

En razón de que en relación al ser humano se ha estructurado y desarrollado la


idea del sujeto de derecho, la doctrina jurídica ha aplicado a ambos, al ser
21

humano y al sujeto de derecho, la sola denominación de persona. Atendiendo a


la clásica definición de Boecio persona es una "sustancia indivisible
de naturaleza racional" sólo el ser humano sería persona, por su unión
consustancial de espíritu y cuerpo, cuya vida indivisible comienza al separarse
del vientre materno y se extingue con la muerte, que segrega el espíritu de
la materia.

Pero la aspiración de varios individuos o personas naturales, de ligarse a


intereses que les son comunes y alcanzar finalidades que pueden trascender a
su propia existencia, ha conducido, por vía de abstracción y de síntesis, a que
esta pluralidad de personas puedan ser consideradas como una unidad. Así.
Según sostiene Coviello se llega al concepto de persona jurídica, en
contraposición al de persona física, que es uno cíe los conceptos más
discutidos en la Teoría General del Derecho.

Fernández Sessarego, que ha buscado exhaustivamente una noción genérica


sobre la persona, llevando su definición al Derecho Civil la precisa como "sujeto
capaz de derechos y obligaciones", es decir, sujeto de las relaciones jurídicas.

Así, pues, en el Derecho, persona no es sólo el ser humano: lo es, además,


ese ente abstracto que se ha venido a llamar persona jurídica, moral, social o
colectiva, y a la que se considera como una realidad viviente y actuante en el
mundo jurídico. Resulta, entonces, que el universo jurídico está poblado por
infinidad de sujetos, humanos o no, que gozan de personalidad jurídica y que
los hace sujetos capaces de adquirir derechos y contraer obligaciones.

PERSONALIDAD Y CAPACIDAD:

La noción de la personalidad jurídica es indesligable de la de sujeto de derecho


y lo es también, de la de capacidad. El sujeto de derecho persona natural o
jurídica tiene personalidad y por ende, capacidad.

La doctrina es profusa en cuanto a la idea de la personalidad, pero existe


consenso en cuanto a conceptuarla en relación a la capacidad. Como se sabe,
se distinguen dos grados de capacidad: la llamada capacidad de goce o
jurídica y la capacidad de ejercicio o de hecho; la primera, es la aptitud para ser
22

titular de derechos y, la segunda, es la posibilidad de ejercer, por sí mismo,


tales derechos.

Es a la primera a la que se vincula el concepto de personalidad.

Entendiendo, entonces, la personalidad como la aptitud para ser titular de


derechos y de obligaciones, y en esto radica la sinonimia conceptual con la
capacidad de goce, nosotros estamos con la posición doctrinal que, vinculando
ambos conceptos, los distingue. La personalidad es la aptitud para ser sujeto
de derecho: la capacidad de goce es la medida de la personalidad pues, como
veremos más adelante, existen incapacidades relativas de goce.

El tema de la personalidad corresponde al Derecho Civil, tanto en lo que se


refiere a la persona natural como a la jurídica.

El nuevo Código Civil ha reiterado el mismo principio, pero lo hace en términos


más precisos y explícitos, como son los del Art. I: "La persona humana es
sujeto de derecho desde su nacimiento. La vida humana comienza con la
concepción. El concebido es sujeto de derecho para todo cuanto le favorece.
La atribución de derechos patrimoniales está condicionada a que nazca vivo".
Y, como lo advierte Fernández Sessarego, su ponente, la redacción pretende
superar las dificultades teóricas que planteaba el uso de la palabra
"personalidad" que utilizaba el Código del 36 al sustituirla por la expresión
"persona humana", que es más cabal, ya que pone de manifiesto la
equivalencia entre el vocablo "persona", como uno de los términos de-la
relación jurídica, y el concepto "sujeto del derecho''. Pero, como puede
apreciarse, si bien se señala la concepción como comienzo de la vida humana,
se plantearía un desbordamiento del texto constitucional, que recortó la
condición del nacer vivo que estableció el Código del 36. En nuestra opinión no
hay desbordamiento y, en todo caso, se ha aclarado el texto constitucional en
cuanto a que la condición de nacer vivo es tan sólo para la atribución de
derechos patrimoniales.

El Art. 61, en buena concordancia, señala que la muerte pone fin a la persona.

Tratándose de las personas jurídicas, al igual que en Código del 36, habría que
distinguir según sean de derecho público o de derecho privado. En las
primeras, su existencia jurídica emerge de la ley que las crea; en las segundas,
23

de su inscripción en el Registro respectivo. Es la doctrina que consagraron los


Arts. 39, 40 y 41 del Código del 36 respecto de las personas jurídicas de
derecho público y, el Art. 42, respecto de las de derecho privado. El nuevo
Código recoge la misma doctrina en los Arts. 76 y 77, con la salvedad relativa a
las personas jurídicas de derecho privado en cuanto a que pueda haber
disposición distinta de la ley. El fin de la existencia y la extinción de la
personalidad pueden producirse, según la naturaleza de la respectiva persona
jurídica, por las causas y con las formalidades previstas en las disposiciones
legales y estatutarias que las norman.

Es del caso hacer presente que el nuevo Código introduce una


importante innovación sobre la "asociación, fundación y comités no inscritos",
en torno a los cuales advierte Fernández Sessarego (6) que esta regulación no
significa la creación de personas colectivas distintas a la asociación, fundación
o comités, sino simplemente resguarda fundamentalmente el interés de
terceros y, además reconocerlas una "determinada subjetividad jurídica
autónoma".

CAPACIDAD DE GOCE Y CAPACIDAD DE EJERCICIO:


Según se ha dejado ya expresado, la capacidad se distingue en capacidad de
goce y capacidad de ejercicio. La primera denota la aptitud para ser titular de
derechos y obligaciones; la segunda, posibilidad de celebrar actos jurídicos por
sí.

Capacidad de goce

También llamada capacidad jurídica o de derecho: Es aptitud o idoneidad para


ser sujeto de derechos subjetivos en general. No se conciben seres humanos
que no estén dotados de ella, pues es atributo inseparable de la persona
humana. El ser humano, por el hecho de serlo, tiene la capacidad jurídica;
gozan de ella, el que está por nacer y el nacido, aun cuando éste se encuentre
en la minoría de edad, sea un insano mental o esté sometido a interdicción.
Pero ella misma no es un derecho subjetivo; es el antecedente de los derechos
subjetivos. Es una cualidad jurídica que es inherente a la persona humana y,
por ello, es un atributo general.
24

Sin embargo, no obstante ser un atributo inherente a la persona humana, en


relación a determinados derechos subjetivos, puede la persona estar privada
de ella. No es como señala Messineo que el ordenamiento jurídico pueda privar
de la capacidad jurídica o de goce de manera general al sujeto: sino que ello
puede ocurrir en relación a un determinado derecho y se dan, así, casos de
incapacidad de goce. Ocurre, por ejemplo, que por razones de edad el sujeto
pueda estar privado de la capacidad para contraer matrimonio o para adoptar:
o, que por razón de la nacionalidad no pueda adquirir derechos
de propiedad sobre determinados bienes. Ante los casos de incapacidad de
goce, ni aún mediante la representación se puede acceder a la titularidad de
los derechos para los cuales existe la incapacidad de goce o se exige una
capacidad especial.

La capacidad de ejercicio
También llamada capacidad de hecho o de obrar, en la expresión de Messineo.
Es la aptitud para adquirir y para ejercitar con la propia voluntad, o sea por sí
solo, derechos subjetivos, o de asumir, con la propia voluntad, o sea por sí
solo, obligaciones jurídicas, es decir, de celebrar actos jurídicos. Así, la
capacidad de ejercicio se diferencia de la capacidad de goce en cuanto
considera a la persona no en su cualidad jurídica para ser titular de derechos
subjetivos, sino en cuanto esté apta para ejercitar por sí sus derechos
subjetivos. La capacidad de goce es el presupuesto, el sustrato, de la de
ejercicio.

Entendida, entonces, la capacidad de ejercicio como la facultad de celebrar.


Por sí. y también por otro, los actos jurídicos, su presupuesto necesario es el
discernimiento. Pero si bien el discernimiento es su cualidad constitutiva, como
señala A guiar, él solo no basta para adquirirla plenamente. Es necesario,
además, alcanzar la mayoría de edad, pues el Derecho presume que con ella
el sujeto -•alean/a su desarrollo psíquico y la madure/ intelectual.

Las personas naturales tienen, pues, la capacidad de ejercicio a partir de los 18


años de edad, pues antes de cumplirlos están en estado de incapacidad y ésta
será absoluta para los menores de 16 Años y relativa para los menores de 18
25

años pero mayores de 16, salvo que contraigan matrimonio u obtengan título
que los autorice oficialmente a ejercer una profesión u oficio.

Pero, no obstante la mayoría de edad, existen otras causas de incapacidad de


ejercicio. Así, son causales de incapacidad absoluta la privación del
discernimiento por enfermedad mental y la imposibilidad de expresar la
voluntad de manera indubitable por causa de,| sordomudez, ciegosordez y
ciegomudez, conforme al La capacidad de ejercicio no se da en las personas
jurídicas, por ser entes abstractos. Esta es opinión dominante en la doctrina.

Coviello sostiene que concedida al ente abstracto la capacidad de derecho (de


goce), se queda dentro de estos límites, porque la capacidad de obrar (de
ejercicio) presupone un organismo físico, Para esta capacidad concluye son
necesarios individuos que obren en su lugar y en su nombre. Si la capacidad
legal (de ejercicio o de obrar) es, por definición según sostienen Ospina y
Ospina la aptitud para celebrar por sí mismo actos jurídicos, es evidente que
dicha capacidad sólo puede predicarse respecto de las personas humanas,
porque consistiendo sustancialmente el acto jurídico en una manifestación de
voluntad, únicamente tal clase de personas tiene aptitud para hacer por sí
mismas dicha manifestación.

Tratándose de las personas jurídicas, pues, su voluntad se expresa mediante


sus órganos y mediante la representación. Los órganos y representantes se
constituyen, si se trata de personas de derecho público, en la ley que les ha
dado creación, o en sus estatutos;» y, si se trata de personas de derecho
privado, en la forma establecida: en el acto constitutivo, o en sus estatutos. Si
la representación de la persona jurídica se confiere, a su vez, a otra persona
jurídica, sabida es la necesidad de la designación de una persona física para el
efecto de la representación.

LA CAPACIDAD REQUERIDA PARA LA GENERACIÓN DEL ACTO


JURÍDICO:
La manifestación de voluntad para generar el acto jurídico debe emanar de
sujeto capaz. Betti destaca que la capacidad que se requiere como
presupuesto de validez es la capacidad de obrar (de ejercicio), pero señala que
son presupuestos de validez también la existencia de la persona y su aptitud
genérica para ser sujeto de relaciones jurídicas, o sea, su capacidad de
26

derecho (de goce). Sin embargo, destaca la de obrar, puesto que la de


derecho, por principio, es reconocida por todos.

León Barandiarán, comentando el Art. 1075 del Código del 36, expresa que el
requisito de la capacidad está referido tanto a la capacidad de derecho como a
la capacidad de obrar, aún cuando la primera es un prius frente a la segunda.

Como se sabe, el Art. 1075 del Código Civil derogado señaló, como primer
requisito para la validez del acto jurídico, al agente capaz. El nuevo Código
utiliza la misma expresión al prescribir que la manifestación de voluntad debe
emanar de agente capaz. No cabe duda, pues, que la capacidad que se exige
al agente es la de goce y la de ejercicio.

La capacidad de goce es insustituible como requisito de validez; la falta de


capacidad de ejercicio puede ser suplida con la representación. De ésta
también nos ocuparemos en capítulo especial.

EL OBJETO

Si bien la voluntad que es la esencia del acto jurídico debe ser manifestada por
un agente capaz, para que exista el acto jurídico se requiere además de un
objeto. Por ello, se constituye también en un requisito de validez. Tanto el
Código del 36 como el vigente se refieren al objeto como requisito de validez.
De ahí, que orientemos el estudio del objeto a la noción con que ha sido
incorporado a nuestra codificación civil.

Ante la falta de precisión de la noción del objeto en el Código del 36, nosotros
le hemos dado siempre una doble acepción: el objeto como elemento material
o prestación generada por el acto jurídico y, el objeto como finalidad del mismo.
Por eso es conveniente precisar el significado del, objeto en la noción
incorporada al Código del 36 y precisar también el significado de la noción del
objeto en el nuevo Código Civil.

EL OBJETO DEL ACTO JURIDICO EN EL CÓDIGO CIVIL DE 1936:

El Código de 1936, en su Art. 1075, señaló al objeto como uno de los requisitos
de validez. con indicación de que debía tratarse de objeto lícito, y el Art. 1123,
en su inc. 2), consideró como causal de nulidad absoluta del acto jurídico, el
que su objeto fuera ilícito o imposible. Olaechea, en la Exposición de Motivos
27

sólo se limitó a mencionar los requisitos de validez a que se refería el Art. 1075.
Aunque advirtió que no se consideraba la causa como elemento vital a
elaboración del acto jurídico, señalando que en los actos gratuitos la causa se
confunde con el consentimiento, y en los onerosos, se asimila al objeto.

León Barandiarán, comentando el Art. 1075 y, en referencia al objeto, dice que


ha de ser entendido en ancha significación. No es el objeto como una cosa
simplemente material (aunque en ciertos casos en ella cabalmente consiste
específicamente el objetó; por ejemplo la cosa dada en comodato en este
último contrato). Es el objeto del acto en general como la causa material propia
del acto. Por eso continúa el maestro no podemos adherirnos a la indicación de
Stolfi, de que el objeto es un elemento esencial sólo de
los negocios patrimoniales, sean intervivos o mortis causa-,-más rio de los
personales, porque cita al autor italiano solamente los primeros hacen surgir
una relación entre la persona y la cosa, mientras que los segundos hacen
nacer relaciones únicamente entre las personas. ¿Cuál sería, entonces, se
pregunta el objeto del matrimonio? Los deberes de fidelidad, cohabitación y
asistencia no conciernen a los bienes y sólo a las personas. Pero con ese
criterio, negocios jurídicos que no se refieren a bienes quedarían sin factum
alguno que los constituyeran. No puede hablarse de un negocio jurídico sin un
algo, un aliquid, un contenido patrimonial o no, que le corresponda. ¿El
reconocimiento de hijo no tiene un objeto? ¡Claro que sí! Determinar una
relación paternofilial. ¿Y el negocio asociacional? ¡Indudablemente! Crear un
ente social. ¿Y la emancipación? Su objeto es atribuir un nuevo status a una
persona.

De lo que dejó expuesto Olaechea y del comentario de León Barandiarán es


poco lo que se puede precisar. Por ello, por el entroncamiento del Código del
36 con el Código de Vélez Sarsfield, determinado por la noción del acto
jurídico, es conveniente, en esta búsqueda del significado del objeto del acto,
remitirse a los comentaristas del Código Civil Argentino.

El Art. 953 del Código Argentino dice que "El objeto de los actos jurídicos
deben ser cosas que estén en el comercio, o que por un motivo especial no se
hubiese prohibido que sean objeto de algún acto jurídico, o hechos que no
sean imposibles, ilícitos, contrarios a las buenas costumbres o prohibidos por
28

las leyes, o que se opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o


que perjudiquen los derechos de un tercero. Los actos jurídicos que no sean
conformes a esta disposición, son nulos como si no tuviesen objeto". Boffi
Boggero señala, comentando la norma, que el objeto de los actos jurídicos son
los hechos y las cosas; que los primeros involucran actividades humanas que
se toman como objeto de los actos jurídicos y no como fuente de las relaciones
de derecho; y que la palabra "cosa", se emplea en el sentido de bienes, ya que
numerosos actos jurídicos tienen por objeto objetos incorporales no cosas,
desde el punto de vista técnico de valor económico, como los
derechos intelectuales, creditorios. Para Arauz Castex y Llambías el objeto es
la materia sobre la cual se ejerce o a la cual tiende la voluntad del sujeto y
consiste en una cosa o en un hecho. Explican estos autores argentinos, que la
determinación del objeto del acto jurídico es asunto entregado a la libertad de
los particulares, que puede, según sus deseos y fines, concretar el contenido
del acto jurídico, con un bien o un hecho aptos para satisfacer el fin
propuesto(ó).

Así, pues, teniendo como referencia el significado de objeto como requisito de


validez del acto jurídico establecido por el Código Argentino, el Codificador del
36, consecuente con su propósito de no introducir definiciones, incorporó el
objeto al Art. 1075. Por su génesis, en consecuencia el significado que le
corresponde al objeto está referido al elemento material, al dato objetivo, del
acto jurídico.

Pero si bien ese puede ser el significado por su origen, pese a la posición
anticausalista declarada por Olaechca(7) y a que el Código del 36 no señaló la
causa como requisito de validez del acto, nosotros entendimos también el
objeto como finalidad del acto jurídico.

REQUISITOS QUE DEBEN REUNIR EL OBJETO:

Todo objeto del acto jurídico, debe contar con los siguientes requisitos:
Posibilidad Física del Objeto: El Objeto debe estar dentro de las
posibilidades físicas e intelectuales del ser humano, es decir no se puede
pactar sobre objetos que son imposibles.
Licitud del Objeto: El objeto es lícito cuando no contraviene el ordenamiento
jurídico, y no va contra la costumbre, ni la moral.
29

Posibilidad Jurídica del objeto: radica en la naturaleza de las Instituciones


Jurídicas, en la calificación jurídica objetiva de ciertos bienes o conducta de las
restricciones legales de ciertos derechos o en otras consideraciones.
Determinación o determinabilidad del objeto: Es cuando esta
individualizado, identificado de tal modo que no se pueda confundir con otro
objeto.

NOCIÓN DEL OBJETO EN EL CÓDIGO VIGENTE:

Actualmente y así se encuentra en el artículo 141 del Código Civil y dice: «La
manifestación de la voluntad puede ser expresa o tácita [...]», pero muy mal
haría un abogado en aconsejar a un funcionario que firme una cláusula de un
contrato sin tener una resolución escrita de la autoridad competente que lo
autorice a hacerlo, aun cuando dicha autoridad haya manifestado su
conformidad con dicha cláusula al leerla. Esto sería una expresión de voluntad
«tácita» de dicha autoridad en favor de la firma, pero insuficiente para proceder
a hacerlo. (Marcial Rubio Correa, 2009, p.270)

En Perú se ha dado un Informe del Grupo de Trabajo sobre el Decreto


Legislativo Nº 1384, Decreto Legislativo que reconoce y regula la
capacidad jurídica de las personas con discapacidad en igualdad de
condiciones, que fue aprobado por UNANIMIDAD, en la Quinta sesión
ordinaria del Grupo de Trabajo encargado del Control Constitucional
sobre los Actos Normativos del Poder Ejecutivo, del 29 de noviembre del
2018,

Su situación procesal del El Decreto Legislativo Nº 1384, ingresó al Área


de Trámite Documentario del Congreso de la República, con fecha 07 de
setiembre del 2018, mediante Oficio Nº 210-2018-PR, y fue remitido a la
Comisión de Constitución y Reglamento, de conformidad con lo establecido
en los artículos l 04 de la Constitución y 90 del Reglamento del Congreso.

En el presente caso se tiene que el Decreto Legislativo Nº 1384 tiene por


objeto modificar el Código Civil, el Código Procesal Civil y el Decreto
Legislativo l 049, Decreto Legislativo del Notariado, a efectos de
garantizar el reconocimiento de los derechos de las personas con
discapacidad.

Principales modificaciones al Código Civil


30

Se establece que toda persona tiene capacidad jurídica; y que las


personas con discapacidad tienen capacidad de ejercicio en igualdad de
condiciones en todos los aspectos de la vida [Artículo3].

Se dispone que toda persona mayor de dieciocho años tiene plena


capacidad de ejercicio, lo que incluye a las personas con discapacidad,
independientemente de si usan o requieren de ajustes razonables o
apoyos para la manifestación de su voluntad [Artículo42].

Se dispone que tiene capacidad restringida las personas que se encuentren


en estado de coma, siempre que no hubieran designado un
apoyo con anterioridad [Artículo44].

Se establece que las personas con discapacidad que requiera ajustes


razonables o apoyo a para el ejercicio de su capacidad jurídica puede
solicitarlos o designarlos de acuerdo a su libre elección [Artículo 45].

Se establece que las personas con capacidad de ejercicio restringida


contarán con un representante legal que ejercerá los derechos según las
normas referidas a la patria potestad, tutela o curatela [Artículo45-A].

Se establece que pueden designar apoyos o salvaguardias: las personas


con discapacidad que puedan manifestar su voluntad (de manera notarial
o judicial); las que no puedan manifestar su voluntad (de manera judicial
únicamente); las que se encuentren en estado de coma mantiene el apoyo
que hubieran designado con anterioridad; y las personas en estado de
coma que no hubieran designado apoyo lo recibirán de conformidad con
el artículo 659-E del presente Código [Artículo 45-8].

Se precisa que la manifestación de voluntad tácita se realiza cuando


esta puede inferirse de conductas reiteradas en la "historia de
vida que revelan su existencia" [Artículo 141].

Razón por la cual ha tenido efecto jurídico sobre el tema de la manifestación de


la voluntad, y en consecuencia dar a conocer que ninguna persona será
incapaz.
31

Elementos esenciales de validez de los actos jurídicos

 LA VOLUNTAD: Para un acto jurídico unilateral vasta con la voluntad de


una sola persona, pero para uno bilateral se necesita la voluntad de las
partes que intervienen en el acto.

 EL OBJETO: Desde el punto de vista del acreedor es una facultad o


conjunto de facultades, desde el punto de vista del deudor es un deber o
conjunto de deberes.

 LA SOLEMNIDAD: Parte de la forma que debe revestir la declaración de


voluntad.

 LA LICITUD: Los actos necesitan ser lícitos en todas su manifestaciones


para que el derecho los ampare y les otorgue consecuencias jurídicas.

NULIDAD DE LOS ACTOS JURÍDICOS

La nulidad es, en Derecho, una situación genérica de invalidez del acto jurídico,
que provoca que una norma, acto jurídico, acto administrativo o acto judicial
deje de desplegar sus efectos jurídicos, retrotrayéndose al momento de su
celebración. Para que una norma o acto sean nulos se requiere de una
declaración de nulidad, expresa o tácita y que el vicio que lo afecta sea
coexistente a la celebración del mismo.

Tiene por fundamento, proteger intereses que resultan vulnerados por no


cumplirse las prescripciones legales al celebrarse un acto jurídico o dictarse
una norma. Acto administrativo o judicial.

Antes de que se produjera la declaración de nulidad, la norma o acto eran


eficaces. Por ello, la declaración de nulidad puede ser ex nunc (nulidad
irretroactiva, se conservan los efectos producidos antes de la declaración de
nulidad) o ex tunc (nulidad retroactiva, se revierten los efectos producidos con
anterioridad a la declaración de nulidad).

Características: Para un acto jurídico unilateral vasta con la voluntad de una


sola persona, pero para uno bilateral se necesita la voluntad de las partes que
intervienen en el acto.
32

 Es legal, aunque es declarado judicialmente; no es creado por los jueces


sino que es creado por una la ley.

 Sólo es aplicable a actos jurídicos, sólo ellos son susceptibles de nulidad.

 El defecto tiene que ser originario, intrínseco y esencial.

Casos de nulidad: La nulidad de un acto puede producirse por muchos motivos,


entre los cuales podemos mencionar:

 Ausencia de consentimiento real en un acto jurídico que lo requiera.

 Incumplimiento de requisitos formales en un acto jurídico que lo requiera.

 Ausencia de causa que da origen al acto jurídico. Simulación del acto sin
verdadero ánimo de realizarlo (ius jocandi).

 Ausencia de la capacidad de las personas que realizan el acto: menores de


edad o incapaces.

 Objeto ilícito, es decir, está prohibido por ley.

Hay que tener en cuenta que la nulidad es la sanción más grave que se puede
imponer a un acto jurídico. Por lo tanto los órganos jurisdiccionales son muy
estrictos a la hora de interpretar estas causas.

CLASIFICACIÓN: La nulidad se puede clasificar doctrinariamente:

Hay que tener en cuenta que la nulidad es la sanción más grave que se puede
imponer a un acto jurídico. Por lo tanto los órganos jurisdiccionales son muy
estrictos a la hora de interpretar estas causas.

 Nulidad expresa o nulidad virtual.

 Nulidad manifiesta o no manifiesta, que coincide con la nulidad y


anulabilidad respectivamente.

 Nulidad absoluta y nulidad relativa.

 Nulidad total y nulidad parcial.


33

Actos nulos y actos anulables: Cuando el defecto está determinado a priori por
la ley, y el vicio es rígido en la mayoría de los casos, se trata de actos nulos y
de nulidad manifiesta. En los actos nulos el vicio se encuentra patente en el
acto y no es susceptible de confirmación.

Cuando el acto es afectado por un vicio no manifiesto y flexible en la mayoría


de los casos, se está ante un acto anulable y de nulidad no manifiesta. En los
actos anulables es requisito realizar una investigación previa a la sanción de
nulidad y es susceptible de confirmación.

Nulidad absoluta y nulidad relativa: Cuando un acto es nulo, afectando una


norma de orden público y vulnerando a toda la sociedad, no tiene ningún efecto
jurídico, y cualquier juez, puede por lo general, declarar la nulidad de oficio. Se
le conoce como nulidad absoluta o insaneable.

Cuando un acto es de nulidad relativa, existen unos interesados que pueden


pedir la anulación del mismo. Mientras tanto, el acto es válido. También se le
conoce como nulidad saneable.

Nulidad total y nulidad parcial: La nulidad total afecta a todo el acto, y es amplia
en materia contractual, ya que la nulidad de una de las cláusulas conduce
generalmente a la nulidad de las demás.

La nulidad parcial afecta a parte del acto, es requisito indispensable que el


negocio sea divisible, que separadas las cláusulas nulas el negocio no pierda
su esencia, que conserve su naturaleza y economía. Es amplia en materia
testamentaria y restringida en materia contractual.

EL CONSENTIMIENTO EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO

Sabido es por todos que la incapacidad natural es un supuesto de nulidad


del acto jurídico, contempla do en el primer inciso del artículo 219 del
Código Civil, por ser un supuesto de ausencia de manifestación de
voluntad, por no existir la voluntad de declarar, por faltar la voluntad
del acto externo; es decir, por no existir una declaración de voluntad
negocia! al no haber conducta declaratoria, por faltar uno de sus
aspectos fundamentales, cuál es la voluntad de declarar conformada por
34

la voluntad del acto externo en que consiste la conducta declaratoria y


el conocimiento del valor declaratorio de dicha conducta, Pues bien, el
objetivo de este trabajo consiste en examinar el requisito de la
incapacidad natural en materia de la doctrina general del contrato, para
saber si esta incapacidad constituye o no un supuesto de nulidad
contractual, habida cuenta que el contrato es la especie más importante
de acto jurídico, o lo que es lo mismo dentro de nuestro Código Civil, la
especie más importante de negocio jurídico.

Como es lógico, si la incapacidad natural es un supuesto de nulidad del


acto jurídico por falta de manifestación de voluntad, teniendo en cuenta
que la manifestación de voluntad es el elemento fundamental del
supuesto de hecho negocia!, debemos también examinar si dicha
incapacidad natural es también causal de nulidad en materia
contractual. La pregunta se hace necesaria e imprescindible en la
medida que la declaración de voluntad no es elemento del contrato, sino
del acto jurídico, por cuanto el elemento fundamental del contrato es el
consentimiento, que según algunos es la coincidencia de dos o más
declaraciones de voluntad y, según otros, la declaración conjunta de una
voluntad común. Quedando en evidencia que el consentimiento, asúmase
cualquiera de las dos anteriores posiciones, se encuentra íntimamente
vinculado con el concepto de la declaración o manifestación de voluntad del
acto jurídico, este estudio se hace imprescindible a fin de poder establecer si
la incapacidad natural dentro del Código Civil peruano debe ser considerada
como una causal de anulabilidad de los contratos, o como una causal de
nulidad o de inexistencia de los mismos. En este sentido, consideramos
que la forma más adecuada para iniciar este estudio es referirnos a
los artículos del nuevo Código Civil en materia de contratos, parte
general, que pueden estar vinculados con el consentimiento.

En primer lugar, debe señalarse como premisa fundamental el artículo


1351 del Código Civil, que contiene una definición del contrato como
categoría jurídica abstracta, en el sentido que el mismo es el acuerdo
de dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir una relación
35

jurídica patrimonial. Evidentemente, cuando el artículo en mención se


refiere al acuerdo de dos o más partes, a nuestro entender no está aludiendo
a las voluntades internas de las mismas, sino a las respectivas
declaraciones de voluntad de dos o más partes contratantes. Decimos
evidentemente, por cuanto si el negocio jurídico, que puede ser unilateral,
bilateral o plurilateral, está conformado siempre por una, dos, o más
declaraciones de voluntad, es evidente que el contrato, que es el acto
jurídico bilateral o plurilateral con contenido perímoníal, debe estar con-
formado por dos o más declaraciones de voluntad, ya que en el mundo del
Derecho, en cualquier supuesto del negocio jurídico, sea unilateral o
bilateral, con o sin contenido patrimonial, lo que produce efectos jurídicos
no es nunca la voluntad interna sino la voluntad declarada, ya que, corno lo
hemos indicado anteriormente, el negocio jurídico es un supuesto de hecho
cuyo elemento fundamental es la declaración de voluntad, a la cual la ley le
atribuye efectos jurídicos, en concordancia con el efecto práctico buscado
por las partes, o por el agente, en caso de tratarse de un acto jurídico
unilateral. Siendo esto así, mal podría decirse, desde nuestro punto de
vista, que el artículo 1351está referido a las voluntades internas
coincidentes de las partes contratantes, por cuanto es evidente que, en la
medida que el contrato es un negocio jurídico, el mismo tiene que estar
conforma- do necesariamente por dos o más declaraciones de voluntad de
las dos o más partes contratantes. Por esta razón, en nuestro concepto el
contrato implica declaraciones de voluntad de dos o más partes que sean
coincidentes.

SIMULACION DEL ACTO JURIDICO

Concepto de simulación: más que una definición de la simulación en sí, es


conveniente intentar la caracterización del acto simulado simulatorio, oculto, que
contiene la auténtica intención de las partes.

Cuando se alude a la simulación como vicio de los actos jurídicos coexisten la


apariencia negocial aspecto externo del proceso simulatorio con una intención practica
36

diferente de aquella que el negocio simulado tiende a realizar.(Pedro Bautista Toma,


2005, p.165)

Una discordancia entre voluntad interna y su manifestación.

a) La simulación requiere el acuerdo de quienes intervienen en el acto


jurídico de que se trate.
 El acto no es simulado aunque uno de los otorgantes haya participado como
prestanombres de un tercero, si el otro otorgante no conocía tal circunstancia.

 Cuando uno solo de los otorgantes han entendido realizar un acto carente de
seriedad, no hay simulación, sino reserva mental, la que no influye sobre la
eficacia del acto;

 Si en este supuesto, el otro otorgante lo indujo a creer que el acto que


celebrada era solo aparente, la acción para impugnarlos no es la simulación si
el otorgante extendió realizar un acto serio, cuando aunque después descubra
que fue víctima de un engaño, correspondiendo igualmente aquí la acción de
dolo.
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IV. CONCLUSIONES:

 Todo acto jurídico debe contar ineludiblemente con la validez de


las normas jurídicas, tal como ha sido desarrollado por la corriente analítica
de la teoría general del Derecho.

 Todo El Acto Jurídico, es una manifestación de voluntad que se hace con la


intención de producir consecuencias de derecho que son reconocidas por
ordenamiento jurídico.

 Todo acto jurídico posee una declaración de voluntad encaminada a


producir consecuencias de derecho.

 La clasificación de actos jurídicos es acuerdo al número de partes cuya


voluntad es necesaria para que el acto jurídico exista o nazca a la vida del
derecho.

 El concepto de validez como pertenencia está ligado al de normas que


confieren poderes y son la base de los actos jurídicos.

 Se concluye que todo Acto Jurídico exige la aplicación de normas que


atribuyen el poder, normas que regulan la actualización del poder, normas
que exigen coherencia con normas superiores y normas de incompetencia.

 Validez e invalidez del Acto Jurídico no dependen del cumplimiento o


incumplimiento de normas de conducta.

 El acto jurídico no es la consecuencia o efecto jurídico de ninguna norma,


sino un juicio que se expresa en un metalenguaje que tiene como objeto las
normas.
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V. REFERENCIAS:

File:///c:/users/alumno/downloads/dialnet-
laformadelactojuridicoenelcodigocivilperuanode1984-4133684.pdf

Https://prezi.com/lhwzx_pjlsyz/declaracion-de-voluntad-como-fuente-del-
derecho/

Http://www.saij.gob.ar/doctrina/dacc940026-conclusiones_de_congresos-
manifestacion_voluntad.htm

Voluntad y la capacidad en los actos juridicos(avelino león hurtado, 1991, p.8)


File:///c:/users/fiorella.fiorella-pc/downloads/dialnet-
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Https://www.bustosaavedraycia.cl/wp-content/uploads/2017/12/05-teoria-
general-del-acto-juridico.pdf
Q
Http://dspace.uazuay.edu.ec/bitstream/datos/2916/1/09040.pdf
Http://www.oceanodeteosofia.com/uploads/atkinson-
el_poder_de_la_voluntad.pdf

(“diccionario de filosofía y psicología”, de Baldwin, 1988),

López Santamaria, Jorge, 1998. "los contratos. Parte general". Tomo i, segunda
edición actualizada. Editorial jurídica de chile, Santiago, p. 233

Hq revista del colegio mayor de nuestra señora del rosario , vol. 31, núm. 303,
1936, p. 205
39

Teoría general del acto jurídico, autor Fernando Vidal Ramírez.

Guía metodológica del abogado, autor Iván Nogrega ramos

Acto jurídico, José León Barandiaran, tercera edición; p. Pag. 35 – 49

El abc del derecho civil, Egacal (escuela de graduados), edit. San marcos;
p.pag.105 – 201.

Derecho civil patrimonial, Egacal (escuela de graduados), " Elmer Capcha vera,
edit. San marcos; p.pag.21 – 39.

Diccionario jurídico, Guillermo Cabanellas de las cuevas, edición: nº 26


actualizada, corregida; p. Pagina 468 – 469.

Código civil peruano


Pedro bautista, ediciones jurídicas. 2005, Manual del Acto Jurídico.

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