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Trabajo de La Teologia y Mision de San Pablo, Eucaristía
Trabajo de La Teologia y Mision de San Pablo, Eucaristía
Trabajo de La Teologia y Mision de San Pablo, Eucaristía
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Señor y la comida de hermandad, que también pertenece a la Cena del Señor, puesto que
debería desarrollarse en la presencia del Señor. San Pablo, está de acuerdo a que se celebre
ese tipo de cenas, pero que se celebre bien, y les recomienda que cuando se reúnan,
procuren en hacer que sea una cena del Señor.
En el versículo 21 describe que eran reuniones festivas y fraternales que se celebraban
por la noche. Los fieles participantes llevaban sus viandas de acuerdo a sus posibilidades
para ser repartido entre todos y así quedar todos satisfechos. Todo ello debería ser
expresión de la unión fraternal en Jesucristo y muestra de la presencia del Señor.
Por lo tanto, las reuniones litúrgicas son el lugar propicio donde debe mostrarse la sólida
virtud de los cristianos auténticos, frente a los abusos tan nefastos de los malos cristianos.
Sin embargo, de modo concreto, la comunidad de Corinto había roto esta imagen de
fraternidad y por ello ya no merecía llamar a sus reuniones Cena del Señor.
2.3. Soluciones a los desórdenes: En tal situación, estas reuniones servían para hacerse
daño y no comparten. Por eso en los versículos 20-21, el Apóstol refiere que cada uno se
afana en tomar su propia comida, convirtiéndose en una aglomeración y no en una
comunión. Dejando aquí concluir que no hay cuerpo de Cristo, sino un banquete donde
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hay distintas libaciones. Por lo tanto, para Pablo, la Iglesia no puede reducirse a una
colección de comuniones individuales con el Señor.
El Apóstol quiere afirmar que se veía en la precisión de tener que retirar la designación
de Cena del Señor a sus reuniones y celebraciones. Es más, propone volver a lo más
original, por ello les recuerda lo que se hizo en la Última Cena. Es un volver a aquello
que los corintios habían olvidado en sus reuniones. Lo que se condena es la conducta
indigna, es decir, aquello que es inconveniente.
El llamado que hace el Apóstol “aguardaos uno a otros”, es un llamado a no desesperarse,
como si uno estuviera hambriento, si este fuera el caso deben comer en su casa y no asistir
de modo glotón a la reunión. El sentido de la Cena del Señor exige una verdadera reunión
de todos; esto implica que se deben esperar los unos a los otros. Todo esto debe entenderse
como norma inmediata.
1
Cf. 2
Cor 4, 10
2
Hch 2, 46
3
3. TRADICIÓN RECIBIDA Y TRANSMITIDA POR PABLO (11, 23-25)
Ate todo, es bueno vislumbrar el concepto de Memoria o Conmemoración, que es hacer
objetivo una acción festiva, que hace presente una acción salvífica del pasado y posibilita
de nuevo el camino de acceso a la salvación. La conmemoración designa en el futuro la
expresión de Sacramento, que es una acción visible y simbólica, que causa lo que
representa. El pan y el vino son señales de la entrega de Jesús por sí mismo al sacrificio
de la muerte y a la vez hacen presente este mismo sacrificio y representan sus frutos entre
aquellos que cumplen los mandatos de Jesús.
Ahora bien, el Apóstol hace un recuerdo de los gestos y las palabras del Señor: “yo recibí,
os he transmitido. Se presentándose como un eslabón de una tradición que llega hasta
Jesús y que al mismo tiempo se despliega hasta la redacción de los Evangelios
posteriormente. Hasta este entonces ya había tradiciones orales de la vida de Jesús,
formuladas por palabras y frases categóricas. Es por tanto, que Pablo recoge una tradición
oral, puesto que es el primer relato de la institución, escrito al redor del año 55 después
de Cristo.
3.2. “Tomó pan y recitando la acción de gracias, lo partió y dijo”: las palabras son
muy rituales, estereotipadas, como las de una rúbrica litúrgica. Tiene su origen en el
ritual judío, hallando su lugar en la bendición de la mesa, que al dar gracias a Dios por
3
1 Cor 11, 23
4
sus dones, consigue la bendición Divina; puesto que agradecer y bendecir era una misma
cosa.
3.3. “Esto es mi cuerpo para vosotros”: Estas palabras son propias de Jesús, donde
quiere decir, que es su cuerpo que se entregará por ellos a la muerte y ocurrirá muy pronto.
Mientras que ahora se entrega en el ocultamiento y en la significación del pan, partido en
comida.
3.4. “Haced esto en memoria mía”: Aparece en Pablo un doble mandato del memorial,
cosa que en Lucas aparece solo una. Sin embargo en la época pos apostólica, el mártir
San Justino da testimonio del memorial antes de las palabras sobre el Pan y el cáliz,
comprobando así que el encargo de Jesús no se refiere al mero comer y beber, sino a toda
la acción eucarística. Lo que se quiere dar a entender que ambos elementos deben hacerse
de forma inmemorial, no es necesario mencionar más que una sola vez.
Después del relato de Pablo, no había incluso una necesidad de mencionar tal mandato,
porque ya los textos entendían que se les estaba dando cumplimiento en aquel preciso
instante, así lo entendieron ya los Evangelios de Marcos y Mateo4.
3.5. “Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre”: La idea de Pablo sobre la Nueva
Alianza recuerda el pacto en el Sinaí5, tomando como base y distinguiéndolo del Nuevo
Pacto. Aquí se encuentra el ser de la Tradición y la Iglesia designa esta alianza como el
Nuevo Pacto que ya los profetas habían preanunciado como una novedad6. La Nueva
Alianza no es una sangre cualquiera la que consigue la expiación y cierra el abismo, sino
que es el mismo Dios que se da a sí mismo y aleja los pecados de aquellos que aceptan
esta entrega.
3.6. “Hasta que él venga”: Durante el desarrollo de la Última Cena, Jesús había
anunciado su muerte, por eso los creyentes que recogen sus recuerdos tienen que hacer lo
mismo. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la muerte de Cristo tiene una dimensión
diferente gracias a la Resurrección. La fiesta en que se comen el Pan y se bebe el cáliz
4
Buscar sita de la institución en Mateo y marcos
5
Ex 24
6
Jr 31, 31
5
está referido a la muerte. Sin embargo, ahora el que se da de nuevo en el pan y el vino es
el Viviente, el Resucitado el que mostrará su fuerza y su majestad cuando venga. La
celebración de la Cena del Señor esta distendida entre dos polos: la muerte que una vez
padeció y su nueva manifestación en poder y gloria
Ahora, en el rito del pan y el cáliz, son signos de la resurrección que se manifestará en el
último día. Por lo tanto, es el sentido de la última frase del versículo 26: “hasta que él
venga”. Comer este pan, beber este cáliz significa que en el acto total de esta acción y
conmemoración se hace presente, de manera singular, eficaz y válida la muerte del Señor.
En la celebración eucarística la muerte salvadora de Cristo alcanza un nuevo poder
liberador sobre la comunidad. Es el Señor que causa en ella la salvación contenida, le
comunica el fruto redentor de su muerte.
6
4.2. Las desgracias por comer indignamente el cuerpo de Cristo: Las desgracias
descritas no son una condenación, sino una especie de aviso pedagógico para invitar a los
creyentes a la conversión a fin de que puedan librarse de la condenación anunciada en el
versículo 32. En vez de ser un castigo, el sufrimiento vendría a ser una especie de
protección que impide caer a los que por su ligereza ante el pan y el cáliz están en peligro
de condenarse.
El razonamiento seguido por el Apóstol parece ser el siguiente: “Juzgaos vosotros
mismos, antes de poneros frente al Señor. Si no, el pan y el cáliz de la salvación
funcionarían como un juicio y correríais el peligro de ser condenados. No obstante,
aunque os pongáis vosotros mismos en ese peligro, el Señor quiere todavía sacaros de
él; como buen pedagogo, os corrige; las debilidades y enfermedades no son más que
advertencias para ayudaros a convertiros”7.
4.3. La Eucaristía motivo de condena: Los que se acercan a la Eucaristía con ligereza
corren un grave peligro, ya que el acontecimiento por el que los creyentes se salvan, puede
también ser motivo de condena. Todo ello por no estar preparados para ser partícipes de
dichos acontecimientos. El encuentro con Dios es un juicio que revela el corazón del
hombre, tal juicio va siempre acompañado de un peligro de muerte para quienes lo
rechazan. Es un acontecimiento que conlleva vida y muerte, salvación y condenación.
7
Michel Quesnel, Las cartas a los Corintios, 53.
8
Ex 24, 3-8
9
Ex 24, 8
7
A su vez el profeta Jeremías10 da cuenta de una nueva alianza y que ahora ya es sellada
con la sangre de Cristo: “este cáliz es la nueva alianza en mi sangre”. De esta manera las
palabras de Cristo sobre el pan: “mi cuerpo que se da por vosotros”, tienen el mismo
sentido, ya que anuncian la muerte de Jesús en la Cruz. Por lo tanto, al cumplir los signos
del pan y del cáliz, Cristo da una señal de su muerte a sus apóstoles. Es por eso que Pablo
a modo de comentario dice: “Pues cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz,
anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga”11.
Por otro lado, la mención de la Noche, hace una referencia simbólica a noche terrible, en
que la maldad y cobardía fue vista por toda la humanidad; este hecho se ha convertido en
origen de una acción divina, porque la maldad de las tinieblas ha sido vencida. Sin
embargo, en este contexto, la noche recibe una nueva determinación mediante la adición:
“en que fue entregado”, que es una frase que puede ser comparada con “en que padeció”,
o “en que era traicionado”, haciendo alusión esta última al destino del Siervo de Yahvé
cantado por Isaías. Por lo tanto, a partir de esta figura Jesús ha explicado la figura del
Siervo.
Haciendo un paralelo con los otros tres textos de la Institución de la Eucaristía nos
encontramos como con dos grupos de relatos. Por un lado Mateo y Marcos, otro grupo
Corintios y Lucas. Estos últimos contienen el orden de repetición: “Haced esto en
recuerdo mía”, aunque se habla de un modo distinto del pan y del cáliz, cosa que Mateo
y Marcos ponen en el mismo plano. Estas diferencias en ambos grupos se deben a la
vinculación de dos tradiciones que tienen su origen en mismo Jesús, aunque tuvieron un
desarrollo independiente. Aunque la tradición atribuida a Lucas y Corintios es la más
antigua dando cuenta así de la forma más primitiva de la tradición de la institución de la
Eucaristía.
10
Jr 31, 31- 34
11
1Cor 11, 26
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7. REPERCUSIONES DE LA EUCARISTÍA
Pre anuncio de la separación de la Cena del Ágape: Las llamadas de atención y sus
respectivas soluciones planteadas por Pablo en torno a las reuniones litúrgicas y las
prácticas de la celebración de la Cena del Señor, tienen repercusión no solo en la
comunidad concreta de Corinto, sino también en las demás comunidades.
Todo esto parece ser ya un anuncio de separación de la Cena del Señor del ágape. Hecho
que ya en el siglo II encontramos una clara separación, pues ya hay altares,
distinguiéndose radicalmente de cualquier otra mesa. En vez de pan, aparecen las hostias;
la copa adquiere algo especial, que no puede confundirse con una copa ordinaria; con esta
distinción, se aleja de todo riesgo de profanación de este Banquete.